Disclaimer: Helluva Boss y Hazbin Hotel son creación de Vivziepop. "Imp on Fire" es un fanfic de TalosLives. Por favor apoya la obra original.

Disclaimer II: Tengan pañuelos a la mano.

III

Adiós

El amanecer de un nuevo día simbolizaba nuevos comienzos en la mente de muchos, pero para Blitzø, sentir los rayos del sol sobre su rostro significaba despertar a una dura realidad.

Para los habitantes del infierno, se esperaba que uno perdiera a un ser querido por la locura en ese lugar, ya fuera por violencia, sobredosis, suicidio, accidente u otros métodos... El caso es que la muerte era parte de la vida en los Nueve Círculos del Inframundo.

Sin embargo, eso no significaba que solo porque uno esperaba la muerte, uno estaría acostumbrado. Blitzø solo había experimentado la dolorosa pérdida de la muerte dos veces en su vida: la primera fue cuando su conejito mascota que tuvo mientras crecía en el circo se acercó demasiado a la jaula de las quimeras y fue la cena de esa noche. Y la segunda fue cuando su padre sufrió un infarto y murió; La primera vez fue la pérdida de una mascota de su infancia. La muerte de su padre, a pesar de ser trágica, en última instancia, no fue demasiado dolorosa a largo plazo, pues todos los demonios que murieron, regresaron después de unos cientos de años. Renacidos y renovados, a veces con sus recuerdos o con nuevas personalidades.

Algunos demonios eran lo suficientemente poderosos como para engañar al status-quo y regresaban de entre los muertos a las pocas semanas o meses, pero esos casos eran pocos y raros entre sí. Stolas era uno de ellos... Solo que en este caso él no iba a volver. Nunca más. Porque no había regreso si te mataba algo con el poder del Cielo. No había nada más que el vacío de la no-existencia.

Al abrir los ojos a un Infierno aún más cruel y apenas creado desde ayer, Blitzø se tocó lentamente la cara y sintió las lágrimas aún húmedas cayendo por sus mejillas. El dolor en su corazón era como un cuchillo en su alma, y su mente seguía susurrando las mismas palabras duras una y otra vez: Stolas estaba muerto pero esta vez nunca regresaría.

―Stolas... ―susurró Blitzø mientras se levantaba lentamente del suelo y apoyaba la cabeza en su escritorio hecho ruinas. Sintió una brisa entrar por la ventana rota y se preguntó qué diría el propietario del edificio sobre todo esto... Por otra parte, a Blitzø no le importaba una mierda eso. O su oficina. Diablos, a él no le importaba una mierda nada en este momento.

Porque Stolas estaba muerto.

Y Blitzø no pudo salvarlo.

No sabía a quién odiaba más, si los asesinos oa sí mismo. Estaba justo ahí, justo en frente del maldito príncipe, y no pudo protegerlo. Debería haberlo sabido, o al menos estar preparado por si acaso. Blitzø era un asesino; se suponía que era consciente de estas cosas... Pero no, se descuidó y alguien importante para él murió por eso.

―Lo siento...―siguió susurrando a la nada, mirando la foto frente a él: Era él jodidamente ruborizado cuando Stolas lo besó en la mejilla mientras tomaba una foto de ellos pasando el rato. Más tarde ese día, se lo había enviado a Blitzø, quien, en lugar de borrarlo, lo puso en un marco y lo escondió en su oficina para que nadie más que él lo viera... Acarició la foto a la altura de la mejilla del pájaro con sus lágrimas goteando sobre esta; Sabía por qué guardaba esta foto: Era porque era un recordatorio de lo que tenían... pero, sin embargo, Blitzø sabía que nunca podrían serlo... Un hecho más cierto ahora que nunca.

Un golpe en la puerta hizo que Blitzø gruñera antes de cerrar los ojos.― ¡Lárguese! ―Los golpes continuaron, lo que hizo que Blitzo se levantara y llegara a la puerta a grandes zancadas hacia la puerta. ― ¡Dije que te vayas a la mierda...! ―Abriéndolo, abrió la boca para gritar una vez hasta que al ver un par de ojos tiernos y profundos que lo miraban con preocupación, se quedó mudo: Pues eran unos ojos que él siempre reconocería. ―. ¿T-Tilla?

―Blitzo. ―susurró su hermana mayor, usando la "o" en su nombre y que él solo permitía que la usaran dos seres en todo el Infierno. Antes de que pudiera reaccionar, Tilla envolvió sus brazos alrededor de él y suavemente lo dejó descansar sobre su pecho. Pronto perdió todos los esfuerzos para sentirse enojado y se relajó lentamente en su abrazo. ―. Vinimos tan pronto como Loona nos contó. Lo siento mucho, hermanito.

―Yo... él... nosotros...―balbuceó Blitzø

―Oye, imbécil. ―dijo otra voz familiar, bastante engreída. Si algún extraño lo escuchara, juraría que sonaba como Blitzø, solo que más femenino. Movió la cabeza del pecho de Tilla para ver a su hermana gemela, Barbie Wire, vestida con un elegante vestido rosa decorado con diamantes con una triste sonrisa en el rostro. ―. Vaya que sabes cosechar tragedias, estaba saliendo con un chico cuando mi sobrina nos llama y dice que perdiste a tu novio...―Ella se acercó y lo abrazó junto con su hermana. ―...Tienes suerte de ser mi gemelo y que te quiero, hermano.

―Él no era... nosotros éramos... yo...―De repente Blitzø comenzó a sollozar y cayó de rodillas, pero sus hermanas nunca lo soltaron. ―. ¡Lo... lo quiero de vuelta! ¡LO QUIERO DE VUELTA!

Gritó de nuevo y empezó a maldecir, pero sus hermanas no lo soltaron ni una sola vez.


―Toma. ―susurró Tilla mientras le entregaba a Blitzø una taza de té recién hecha. Lo tomó con un gesto de agradecimiento antes de sentarse lentamente en el sofá con su hermana gemela junto a él, acariciando su hombro con suavidad.

Mientras sorbía el té, Blitzø sintió que su cuerpo se calentaba antes de sacudir lentamente la cabeza. ―L-lamento que tuvieran que... verme así...

―Relájate Blitzo, esta no es la primera vez que te vemos llorar. ―replicó Barbie sonriéndole. ―. ¿Recuerdas cuando te enteraste de que el hada de los dientes no existía?

― ¿Y eso lo dice la perra quejumbrosa que solía soltar lágrimas de cocodrilo cuando perdía en UNO? ―contraatacó Blitzø con una pequeña sonrisa petulante.

― ¡Mira, ya estás mejor! ―proclamó Barbie con una sonrisa. ―. Y ganaría más a menudo si no hicieras trampa la mitad del tiempo.

Blitzø se rió entre dientes antes de mirar lentamente su té. Se quedó mirándolo en silencio durante unos minutos, sus hermanas respetuosamente no dijeron nada hasta que suspiró. ―Yo pude haberlo salvado.

―Hiciste lo mejor que pudiste. ―dijo Tilla en voz baja. ―. Por lo que escuché, realmente no podrías haberlo evitado.

¿Podría? ―resopló Blitzø mientras cerraba una garra en puño―. Él estaba frente a mí, vi cómo le dispararon, sentí su sangre en mi carne. Si hubiera estado más alerta o tan solo unos centímetros más cerca... Tal vez podría haber sido yo quien...

Su gemela le dio un golpe en la cabeza y le echó una mirada dura.―Ni siquiera te atrevas a usar esa mierda de "Debí haber sido yo" porque entonces te desnudaré, te pintaré de azul con blanco y te colgaré de la asta de una bandera mientras toco "Barras y Estrellas" (1) ― Luego le dio un puñetazo en el pecho. ―...Porque entonces Stolas estaría llorando por ti, junto con el resto de nosotros, incluidos tus empleados y tu hija... Por cierto, los tres están preocupados por ti.

―Barbie tiene razón. ―secundó Tilla, acercándose y tocando la mano de su hermano. ― . Una pérdida es una pérdida. No importa quién muera, es una tragedia a la que a todos les duele... No te pierdas en los 'qué pasaría si' como me pasó a mí cuando... papá murió.

Los tres hermanos bajaron la cabeza en respeto por su padre mientras Blitzø murmuraba: ―Me gustaría que papá estuviera aquí ahora mismo. Aunque, conociéndolo, diría... ―Luego se aclaró la garganta y habló con voz profunda. ― "¡Espabila, hijo! ¡Lloriquear no traerá de vuelta a tu niño pájaro de la tumba! ¡Mejor usa tus habilidades de asesino para llevar a esos chupapollas ante la justicia! ¡Ya después de que te cagues en cada uno de ellos es que puedes llorar por tu novio, solo no llores demasiado o serás un marica!"

Las hermanas soltaron un bufido antes de asentir con la cabeza. ―Sí, ese es papá. ―dijeron ambas mientras los tres se reían entre dientes.

―...Vas a ir tras ellos, ¿verdad? ―Le preguntó Barbie mirando a su gemelo.

―Sí. ―contestó Blitzø con un tono venenoso mientras sus garras temblaban. ―. ¿Cuál es la única regla que papá siempre nos enseñó? La regla más importante nos inculcó una y otra vez en nuestras cabezas desde que nacimos.

―La familia siempre es primero. ―dijeron ambas con seriedad.

―Stolas...―Blitzø se mordió el labio antes de respirar profundamente. ―. Él es... era importante para mí. No era solo alguien con quien tenía sexo; Lo vi como un amigo. Lo vi cómo alguien que era como mi familia... y yo... yo...―Maldijo: ¿Por qué no podía simplemente decirlo, carajo?

―Oye, lo entendemos, ―dijo Barbie dándole una palmadita en la espalda a Blitzø. ―. Tienes que hacer lo que tienes que hacer. Solo... prométenos que no te matarán.

―...Lo intentaré. ―respondió Blitzø mientras sonreía a su gemela. La puerta principal de la oficina se abrió y los tres se dieron la vuelta para ver entrar a Loona, Millie y Moxxie. Blitzø se levantó lentamente para hablarle a su equipo, pero fue rápidamente rodeado por los tres, quienes lo abrazaron con fuerza. ―. Chicos... yo...

Moxxie fue el primero en separarse del abrazo y miró a su jefe con seriedad. ―Señor, solo quiero que sepa que... lo que sea que planeé hacer... estaremos con usted todo el tiempo.

―Lo que dijo Moxxie. ―Le secundó Millie, secándose las lágrimas de los ojos. ―. Stolas era parte de la familia de esta empresa, y... sabemos lo importante que era para ti... así que quienquiera que haya hecho esto, I.M.P. lo joderá con una bala en las pelotas.

Loona puso una pata sobre su hombro y miró a su padre a los ojos con una pequeña sonrisa. ―Así que no creas que vamos a dejarte ir por ahí sin nosotros. Somos familia, papá. Vamos a patear traseros juntos y vengar a Stolas, como familia.

Con los ojos empañados, Blitzø asintió lentamente mientras rodeaba a su familia con sus brazos y susurraba: ―Gracias.

Tilla se levantó lentamente y suavemente se aclaró la garganta. ―Ya que estamos todos aquí, ¿qué tal si preparo el desayuno?

― ¡Si, te ayudaré! ―exclamó Barbie levantándose con el pecho inflado de orgullo. ―. He mejorado mucho en la cocina.

― ¿Qué, ahora solo provocas seis incendios en lugar de ocho? ―resopló Blitzø.

― ¡Pues no, ahora solo causo tres! ―replicó Barbie mientras las dos hermanas se dirigían a la cocina.

Blitzø estaba a punto de seguirlas cuando un golpe en la puerta lo detuvo. Suspirando, pensó que era un cliente que venía a pedir que se eliminara un objetivo. Al abrir la puerta, Blitzø estaba a punto de decirles que el negocio estaba cerrado cuando notó que era un diablillo vestido de mayordomo que Blitzø reconoció como uno al servicio de Stolas.

― ¿Señor Blitzø? ―preguntó, extendiendo una carta. ―. La señora Octavia me pidió que le entregara esto.

― ¿Qué es esto?

―Una invitación. ―respondió dijo el diablillo sirviente con un suspiro de tristeza. ―. Al funeral del amo Stolas en dos días.

...

El palacio se veía tan... vacío por primera vez desde que Blitzø llegó en un intento de seducir a su dueño para obtener un libro único necesario para su nueva empresa. El color púrpura y rojo de los alrededores había sido reemplazado por el negro y gris, con flores y pancartas decorando cada centímetro de la entrada. Una enorme corona funeraria con el escudo familiar de Stolas se encontraba sobre la puerta junto con su fecha de nacimiento y muerte. Blitzø miró fijamente la corona de flores durante un rato mientras Moxxie mostraba a los guardias su invitación.

Todos habían acudido al funeral, incluso sus hermanas como apoyo moral. Blitzø odiaba usar trajes, y odiaba usarlos especialmente en los funerales... Sobre todo, cuando era alguien que le importaba profundamente.

Al entrar en el palacio, Blitzø vio que el lugar estaba lleno hasta el tope de dolientes. No reconocía a ninguno de ellos, pero estaba seguro que debían ricachones de la clase alta que fingían estar tristes. Sabía cómo eran, y sabía que solo estaban ahí para mostrarse mientras trataban de aumentar su propio poder tras la muerte de uno de los jugadores más prominentes del juego político infernal... Eso hizo que Blitzø quisiera dispararles a esos rostros mentirosos, y lentamente buscó su arma hasta que Loona puso su pata en su hombro, haciéndolo mirarla... La loba infernal negó con la cabeza, como si supiera lo que estaba pensando, y lentamente retiró su brazo con un gruñido. Tenía que mantener la calma y concentrarse, pero ese era el problema.

Un funeral significaba que tenía que despedirse del difunto en persona. Eso significaba... decirle adiós a Stolas mientras este yacía allí tan frío y pétreo.

En el fondo, Blitzø no quería verlo ni despedirse. Porque entonces sería el último clavo en el ataúd de la nueva realidad en la que estaba viviendo, una realidad en la que ese jodido príncipe ya no estaba más en su vida... Algo con lo que el viejo Blitzø hubiera soñado hace mucho tiempo, pero que el actual se pegaría un tiro por siquiera pensar en eso.

El grupo se abrió paso lentamente por los pasillos, cada uno decorado para la ocasión. Nunca antes Blitzø había visto tantas flores que le hicieran sentir como si estuviera en un jardín de algún tipo. Se preguntó si algunos de ellos eran del jardín personal de Stolas. El príncipe búho había intentado que Blitzø probara la jardinería, pero al diablillo le pareció aburrido. Sin embargo, hicieron el amor algunas veces allí, lo que había sido una experiencia emocionante.

― ¿Alguien quiere tomar una copa? ―Les preguntó Barbie. ―. Veo un buen vino aquí, y quisiera un poco.

―Creo que puedo tomar uno. ―dijo Loona acercándose al lado de su tía adoptiva.

―Estamos bien, pero creo que nos olvidamos de poner nuestros nombres en el libro de visitas. ― señaló Moxxie. ―. Iré a hacer eso por nosotros.

―Mox, ¿alguien realmente lee eso? ―inquirió Loona.

―Bueno, sería de mala educación si no lo hiciéramos. ―repuso Moxxie.

―Eres un idiota, pero cómo sea. ―replicó Loona poniendo los ojos en blanco mientras ella y Barbie se iban hacia un lado, mientras que Moxxie con Millie a cuestas, por el otro.

Tilla se volvió hacia Blitzø y le preguntó: ― ¿Quieres... ir a la sala de velación?

Blitzø cerró los ojos, respiró hondo y negó con la cabeza. ―To-todavía no... necesito... necesito algo más de tiempo.

―Por supuesto.―concedió Tilla abrazando a su hermano. ―. Estaré allí cuando estés listo.

Se despidió de ella antes de respirar hondo y se preguntó si debería haberse reunido con su gemela y su hija para beber algo. Caminando por el palacio que había recorrido durante más de tres años como si fuera casi un segundo hogar, Blitzø se dio cuenta de que con Stolas... ido... este se sentía vacío; Que digan lo que quieran sobre lo grande que era el lugar, este tenía vida cuando estaba Stolas; El príncipe siempre estaba haciendo algo y los sirvientes eran más que felices de trabajar para él... Ahora, se sentía como si el corazón hubiera sido arrancado de su núcleo y se hubiera ido para siempre.

Al entrar en una pequeña habitación, vio a los dolientes colocando flores o objetos en pequeños santuarios que parecían contener fotos y recuerdos de la vida de Stolas. Al pasar junto a uno de ellos, vio un cuadro de lo que parecía ser una versión infantil de Stolas felizmente sostenido por sus padres. Recordó que Stolas le mencionó lo triste que estaba de que sus padres murieran en la Segunda Guerra Diabólica, hacía mil quinientos años atrás, justo antes de casarse con Stella. No había sentido ninguna alegría en su vida desde ese día hasta que nació Octavia... y cuando conoció a Blitzø por primera vez.

Conteniendo las lágrimas, Blitzø se dio la vuelta y estaba a punto de irse cuando vio un pequeño santuario con una foto que le llamó la atención. Estaba incrédulo al principio, pero vio que de hecho era una foto de él mismo cuando se acercó. No solo él, sino Stolas, Octavia, Loona, Moxxie y Millie, todos posando para la cámara con el océano azul y el cielo detrás de ellos.

Recordó muy bien esta foto. Porque fue ese día cuando tuvo la revelación más significativa de su vida...

(Dos años antes)

Cuando Stolas le había preguntado a Blitzø si quería pasar una semana en su isla privada que había creado en la Tierra en un lugar que ningún ser humano conocía, el diablillo sospechó al principio; Supuso que Stolas intentaría algo loco para volver a meterse en los pantalones del diablillo, como si desertaran en la isla, perdieran el libro y se vieran obligados a sobrevivir juntos hasta que fueran rescatados. Luego, para su sorpresa, Stolas dijo que no solo iba Octavia, sino que Blitzø podía traer a su propia hija y a la pareja favorita M&M.

Así que ahí estaba, era el cuarto día en ese paraíso privado en el mundo humano y disfrutando de lo lindo mientas usaba un bañador con motivo de Spirit el Corcel Indomable (un regalo de Loona en la Navinfierno del año pasado). Podía ver a Moxxie con un pantalón corto negro y rojo haciendo un castillo de arena junto con Millie, la cual tenía un precioso vestido de baño azul de dos piezas que marcaba bien su trasero; Rápidamente se giró para ver una pelota de voleibol volando hacia él y lo tiró de nuevo al aire. ¡Atrápalo, Stolas!

¡Ahí va, Blitzy!gritó el demonio búho gritó mientras saltaba en el aire y lo enviaba de regreso. Blitzø se aseguró de no mirar ese trasero plumoso que, por suerte, no estaba usando una tanga sino un ajustado traje de baño rojo hawaiano y una camisa roja abierta de manga corta con diseños de plumas negras.

Loona se lanzó hacia la pelota, usaba un bikini negro bastante provocativo con el logotipo de una pata blanca en las nalgas, pero maldijo al fallar y golpear la arena. Los dos papás gritaron de alegría antes de chocar los cinco. ¡Y eso es un juego de empate! ¡Buen tiro, Stolas!

Octavia, vestida con un traje similar al de Loona pero en color rojo, ayudó a su compañera a levantarse antes de susurrarle algo al oído. La loba del infierno sonrió cuando pronto agarró la pelota y se la pasó a Octavia, quien se preparó para lanzar.

Lamiendo sus labios por el dulce sabor de la victoria, Blitzø se preparó para lo que fuera a suceder. No había forma de que el plan de las chicas fuera a ser algo como...

¡Oye, Moxxie! ¡El médico dijo que la prueba de embarazo fue positiva! ¡Nuestro bebé va a ser un niño! grito Loona.

¡¿QUÉ?!gritaron Blitzø, Millie y Moxxie, cada uno por diferentes razones. La pelota de voleibol aterrizó justo al lado de Blitzø, pero él estaba demasiado ocupado persiguiendo a su empleado para destriparlo.

¡BASTARDO, TE MATARÉ POR TOCAR A MI LOONY! chilló Blitzø mientras corría detrás de Moxxie, quien también estaba siendo perseguido por una enloquecida Millie con un cuchillo en cada mano.

¡NO DESPUÉS DE QUE LO CASTRE Y LE DÉ POR EL CULO CON ESO POR ENGAÑARME CON ESA PUTA! chilló Millie a su vez echando espuma por la boca.

¡QUE NO HICE NADA, LO JURO!chillaba también Moxxie corriendo por su vida.

Mientras esto sucedía, Octavia y Loona se abrazaron para evitar caerse al suelo por las carcajadas mientras Stolas se reía, divertido.

Después de que Loona calmó a todos con la verdad, Blitzø sintió que necesitaba un trago, por lo que regresó a su habitación en la casa de verano para relajarse con su minibar personal. Preparando un raspado de vodka con limón, estaba a punto de bebérselo cuando un golpe en la puerta lo interrumpió. Está abierto.

Como era de esperar, era Stolas quien entró con una amplia sonrisa en el rostro. ¿Celebras el hecho de que todavía no serás abuelo?

Jaja, que risa. murmuró Blitzø, sorbiendo su raspado. ...No te reirías si fuera Octavia la de la broma.

Es cierto, pero habría reducido a Moxxie en cenizas con un chasquido si eso sucediera. contestó Stolas mientras se recostaba en la cama con una sonrisa. . Entonces, ¿estás disfrutando de tus vacaciones?

Debo admitir que es agradable. respondió Blitzø, acostándose junto a la lechuza. . Aun olvido que puedo usar el libro no solo para matar humanos; Puedo usarlo para disfrutar de la vida en la Tierra. Mucho mejor aquí que en el Infierno.

Sí, pero está el hecho de que eres un demonio, y los humanos tienden a asustarse cuando nos ven. Le señaló Stolas.

Bah, solo diré que estoy haciendo cosplay o algo así. Los humanos no son muy listos. replicó Blitzø antes de hacer una pausa. . Dime algo Stolas, no es que me esté quejando ni nada, pero ¿por qué nos invitaste a mi empresa y a mí aquí contigo? ¿Cuál es el truco? ¿Tenemos que hacer algún juego de rol sexual a la medianoche?

Nada de eso, Blitzy. repuso Stolas con una risita mientras se giraba y descansaba la cabeza en su mano. . ¿Siempre crees que solo te quiero por sexo?

Um, ¿sí? replicó Blitzø, poniendo su bebida en la mesa. . ¿No es eso lo que acordamos? ¿Qué puedo usar el libro para mi trabajo, y tú lo usas para el tuyo una vez al mes mientras me chupas la pija?

Suspirando, Stolas se levantó y pareció realmente decepcionado por la respuesta, lo que hizo que Blitzø inclinara la cabeza. El príncipe miró fijamente a la pared por un momento antes de negar con la cabeza. Blitzø, no eres la primera persona con la que engaño a mi esposa, pero ¿sabes cuánto tiempo duraron? Tres semanas como máximo... Y siempre fue por sexo. Pero contigo... quiero más que eso.

Blitzø comenzó a sentir que sus mejillas se ponían rojas. ¿Q-Qué?

Blitzø, lo que estoy tratando de decir...susurró Stolas mientras se giraba lentamente y le daba una sonrisa tan linda que el asesino sintió que su corazón casi se detenía. ...Es que te veo como algo más que un buen revolcón: Te veo como un amigo, uno de los pocos que tengo. Solo por ser tú, has hecho mi vida mucho mejor y no me había sentido tan feliz en mucho tiempo...Lentamente comenzó a arrastrarse hacia Blitzø, haciéndolo estremecerse y ponerse más rojo con cada centímetro más cerca hasta que estuvo a punto de llegar a su cara. . No solo confío en ti; Te adoro. Me importas. Y quiero que lo veas de ese modo si puedes.

¿...Tú... lo dices en serio? preguntó Blitzø nerviosamente mientras sus dudas comenzaban a desvanecerse. El asentimiento que dio Stolas hizo que los ojos de Blitzø se abrieran de par en par al darse cuenta de que estaba diciendo la verdad. . Entonces... ¿ya no quieres acostarte conmigo?

Oh, nunca dije eso. se rió Stolas. . Pero no te obligaré a acostarte conmigo una vez al mes por el libro. Confío en que me lo devolverás y lo mantendrás a salvo cuando no lo tenga. Además, puedo recuperarlo fácilmente en cualquier momento con un movimiento.

¡¿Qué?! ¡¿Podías haber hecho eso en cualquier momento?! exclamó Blitzø con incredulidad. ...Aunque no sorprende entonces que estuvieras tan tranquilo cuando lo robé la primera vez... Suspirando, Blitzø se frotó la cabeza antes de reír. . Aun así... si soy honesto... me he acostumbrado un poco a tu trasero plumoso... Estoy bien con mantener el trato, pero todavía siento que te debo.

Humm, entonces ¿qué tal un beso? bromeó Stolas, lo que hizo que Blitzø volviera a sonrojarse furiosamente.

¿Un beso? murmuró Blitzø, parpadeando. Los dos nunca se habían besado antes en todo el tiempo que tenían sexo. . Umm, está bien.

Stolas cerró los ojos y se inclinó lentamente hacia adelante mientras Blitzø tragaba saliva y abría lentamente sus propios labios. Un segundo después, sintió el pico de Stolas presionar contra su boca, y en ese instante, algo se iluminó en el pecho de Blitzø: Era como un fuego cálido y frío como el hielo al mismo tiempo. Sus ojos se abrieron con euforia antes de apagarse lentamente en pura felicidad. Un beso que sabía a maná del Cielo con el canto de ángeles resonando en sus oídos. Su piel sudaba de emoción y temblaba de alegría. Era como renacer en una nueva era de maravillas y belleza... El beso pronto terminó, y Blitzø abrió los ojos y vio a Stolas bajo una luz que no había visto antes, cómo sus ojos rojos eran tan cautivadores como los bordes de un sol poniente al atardecer o qué tan suaves eran sus plumas cual nubes en el cielo. Su sonrisa era linda y su rostro era tan... guapo.

Cuando follaban, Stolas siempre quería a Blitzø, pero ese sentimiento se invirtió por primera vez. Ahora Blitzø quería a Stolas.

En un abrir y cerrar de ojos, Blitzø obligó a Stolas a ponerse de espaldas y le sonrió. ¿Cuánto tiempo queda hasta la fiesta de esta noche?

Dos horas. respondió Stolas, también sonriendo. . ¿Por qué? ¿Quieres follar por dos horas?

¿Follar? No. susurró Blitzø mientras comenzaba a acariciar su pecho. . Quiero hacer el amor por dos horas...

― ¿Señor Blitzø?

Blitzø salió de su ensoñación para voltearse y ver a Charlie y su esposa mirándolo con preocupación. Ambas estaban vestidas con elegantes vestidos en blanco y negro para el evento mientras Charlie, con los ojos llorosos, sostenía su mano junto a una Vaggie igualmente sombría. Se acercó y abrazó a Blitzø, quien se quedó petrificado por un segundo antes de devolverle el abrazo.

― ¡Lo siento mucho! ¡Todo esto es mi culpa! ¡Debería haber puesto ventanas a prueba de balas o...!

―Princesa. ― Le interrumpió Blitzø antes de mirarla a los ojos. ― . No sigas. Esto... esto no es tu culpa.

―...Era un buen hombre. ―susurró Charlie, mirando la foto que Blitzø estaba mirando. ―. Creo que, si lo hubiera intentado, también podría haber ido al Cielo.

―Je, tal vez. ―murmuró Blitzø encogiéndose de hombros. ―. ¿Lo han... visto?

―Lo hicimos. ― respondió Vaggie solemnemente. ―. Se ve... pacífico.

―Bien... bien...― murmuró Blitzø asintiendo ―. Como debería ser...

―Mis padres también están aquí si quieres conocerlos. ―ofreció Charlie con una pequeña sonrisa. ―. Mi papá cree que tu musiquita publicitaria es la mejor.

― Estoy halagado por eso, pero creo que mejor le doy mis condolencias a Octavia y...―Hizo una pausa al ver las miradas nerviosas y deprimidas en los rostros de las chicas. ―. ¿Qué ocurre?

―...Octavia no ha salido de su habitación en todo el día. ― respondió Charlie con un profundo suspiro. ―. Ella... no permite que nadie entre.


Podía escucharlos abajo. Todos los contactos de su padre, asociados, miembros de la familia del linaje Goetia y otros nobles y famosos estaban aquí para el funeral de su padre. Un funeral que a en el fondo ninguno de ellos realmente le importaba, y solo estaban por show o por deber. Ella los odiaba. A todos ellos... Porque uno de ellos, o tal vez más, estaría detrás de la muerte de su padre.

¿Cómo podía poner una expresión pétrea e interactuar con esos parásitos que no sabían lo bueno que fue su padre? Lo amable, cariñoso y sabio que fue como padre y como príncipe... A diferencia de los otros que se quedaron en sus castillos bebiendo té y gastando su dinero en lujos sin sentido, el padre de Octavia de verdad hizo un esfuerzo por ayudar a los que estaban bajo su gobierno; Imp City y las tierras circundantes eran consideradas entre las peores áreas del Infierno hasta que su padre tomó el control y les cambió la vida: Mejor atención médica, empleos, economía, transporte, infraestructura y más. No solo usó su poder para su propio beneficio, también lo hizo para mejorar la vida de sus súbditos.

...Pero no solo amaba a los que estaban bajo su gobierno, también amaba a su familia. A pesar de todos sus defectos como marido, lo intentó con Stella, pero eso estaba condenado al fracaso desde el principio, incluso Octavia lo sabía ahora; Dolía saber que sus padres se odiaban, pero al menos la amaban a ella: Su padre, sobre todo.

Recordó esa noche en la que estaba asustada como una pequeña mochuelo y cómo no podía encontrar a ninguno de sus padres en ese terrible sueño. Cuando su padre llegó a su habitación y le cantó esa canción de cuna en la que le prometía que ella estaría bien, sin importar qué... Pero ahora eso era una mentira porque su padre se había ido y nunca volvería. Quería odiarlo por mentirle, pero Octavia sabía que era estúpida al pensar en algo tan infantil. Su padre era un ser poderoso, pero no era Dios. Siempre había existido la posibilidad de que le pasara algo.

Solo deseaba que no hubiera sido tan pronto. Solo deseaba poder sentirse bien.

Un golpe en su puerta hizo que Octavia, sosteniendo su vestido fúnebre entre sus garras, gruñera. ― ¡Váyase!

― ¿Octavia?

Sus ojos se ampliaron al escuchar esa voz. Corriendo hacia la puerta, la abrió lentamente y vio a Blitzø de pie frente a ella con una mirada familiar en sus ojos: Era la misma expresión de pérdida que veía cuando sr miraba en el espejo. Con un pequeño sollozo, envolvió sus brazos alrededor de Blitzø y comenzó a llorar en su hombro. Él, a su vez, le dio unas palmaditas en la espalda suavemente. Lentamente la guio a su cama, donde pasó unos minutos más llorando antes de secarse las lágrimas con su velo negro. ―L-lo siento...

―No. ―murmuró Blitzø, sacudiendo la cabeza. ―. Es normal llorar en un día como hoy...

Octavia asintió mientras los dos se sentaban uno al lado del otro, mirando la pared en silencio. Era gracioso: cuando conoció a Blitzø por primera vez, lo odió y quiso culparlo por destrozar a su familia... Ahora, ella lo veía como parte de su familia, gracias a él y a su padre.

―No quiero verlo...― murmuró Octavia, cerrando los ojos. ―. No... no quiero que lo último que vea... de mi padre sea su cadáver...

― ¿...Crees que yo también quiero? ―murmuró Blitzø mientras le tomaba la mano. ―. Una parte de mí quiere gritar "¡Boo!" en ese ataúd y que él revelara que todo fue una broma... Lo mataría por hacerlo, pero prefiero eso que esto.

Octavia resopló. ― Sí, también yo. ―Se levantó lentamente y se acercó al espejo donde solo vio a una niña triste con un hermoso vestido negro y un velo que parecía a punto de desmoronarse―. ¿Qué haré, Blitzø? Yo... ahora soy la cabeza de la familia... con mi padre ido... Ahora solo somos mamá y yo.

―Al menos todavía la tienes. ―Le señaló Blitzø.

Burlándose, Octavia golpeó su espejo y gruñó. ―Mi madre ha estado más ocupada planificando el funeral y atendiendo a los invitados que concentrándose en el hecho de que mi padre, su esposo, está muerto. No sé si a ella no le importa o si está sufriendo a su manera, pero ¿puede dejar el teatrito de nobleza durante putos cinco minutos?

―Bueno, ella es una perra. ― susurró Blitzø antes de levantarse y poner sus manos sobre sus hombros. ―. Mira, Octavia: No voy a mentir... una parte de mí desea no estar aquí tampoco porque no quiero despedirme. Pero sé que, si no lo hago ahora, lo lamentaré por el resto de mi vida. Va a doler. Joder, dolerá mucho, pero, aunque sea solo por un último momento... quiero verlo. Incluso si nunca volverá a abrir sus ojos...

― ¿...Lo amabas? ― Le preguntó Octavia en un murmullo. Por un buen rato Blitzø no respondió. Era una pregunta que tenía tanto peso que ella no podía culparlo. Todos sabían que Stolas amaba a Blitzo y nunca se lo ocultó a ella ni a nadie... Lo único incierto era si el diablillo sentía lo mismo. A veces lo parecía. Otras veces no lo hacía o parecía dividido entre los dos sentimientos. Pero ahora, finalmente escuchó su respuesta.

―...Sí. ―confesó Blitzø mientras derramaba una pequeña lágrima. ―. Lo amaba. Lo amaba mucho, pero siempre lo negaba por miedo y duda... Daría cualquier cosa devolver el tiempo incluso un día para decirle que lo amaba.

Octavia lo abrazó de nuevo y lo dejó sollozar en su hombro mientras cerraba los ojos. ― Entonces vamos a decírselo juntos...

...

Debió haber sido extraño verla caminar al lado de un diablillo… Ya podía sentir las miradas de todos cuando entraban en la sala de velación, pero eso le importaba un carajo; Todo lo que a Octavia le importaba era que estaba junto a alguien que sabía de su dolor, alguien que sabía bien el amor que ella tenía por su padre, aunque fuera un amor diferente.

La sala de velación fue una vez el salón de baile, la sala más grande donde se celebraban las fiestas que a sus padres, sobre todo a su madre, les encantaba organizar cada pocos meses. Cuando era niña, a Octavia le encantaba lucir sus bonitos vestidos y dar vueltas entre los adultos y estos aplaudiéndole; Recordaba cuando bailaba con su padre, con él sosteniéndola mientas reían y giraban como un carrusel que subía y bajaba, siempre con sonrisas en sus rostros... Ahora, lo único que podía sentir en esta habitación oscura a la luz de las velas era pura tristeza.

El ataúd se había comprado sin reparar en gastos: Su base era de oro macizo con adornos plateados adornado con símbolos en lengua antigua que narraban la vida y la muerte de Stolas. Velas tan altas como plantas iluminaban la habitación con flores de todo tipo de arreglos florales para que todos las vieran. Una sola fuente de luz brillaba como las puertas del Cielo en el extremo de la habitación donde una pintura de su padre, sonriendo cálidamente a los que estaban más allá de sus bordes pintados, estaba por encima el ataúd con un simple estandarte que hizo que Octavia casi se ahogara al verlo:

En amado recuerdo del príncipe Stolas Vincent Goetia. Amado padre, esposo y gobernante. Descansa en paz.

Rápidamente bajó los ojos a medida que se acercaba más y más a la cama de descanso de su padre. Su mano rápidamente alcanzó la de Blitzø y aunque él no dijo nada, le devolvió el apretón en busca de consuelo mutuo. Por el rabillo del ojo, vio a su madre mirándola con una expresión estoica, pero luego se volvió para concentrarse.

La tapa que cubría el ataúd estaba hecha de vidrio puro, encantada para evitar que el cuerpo de su padre se pudriera para siempre. Estaba elevada para que los asistentes pudieran verlo claramente por última vez. Octavia no sabía por qué empezó a cantar en ese momento, pero todo en lo que podía pensar era en la canción que su padre siempre le cantaba cuando era niña cuando estaba triste o asustada:

"Parece estar tranquilo,

Sin nada más...

Se siente tan real,

El vacío en la luna creció,

La estrella se apagó…" (2)

Por fin, ella lo vio y las lágrimas brotaron sin pausa ni control.

A pesar de su visión borrosa por el llanto, miró el cuerpo de su padre dormido con una mano sobre su boca. Estaba vestido con una túnica blanca real con su famosa capa roja que se sabía que usaba mucho. Cojines de terciopelo blanco formaban su ataúd en el interior para que su cuerpo descansara, con una suave almohada azul para su cabeza. Un lecho de flores púrpuras y rojas estaban esparcidos alrededor de su cuerpo, los pétalos brillando como estrellas en el cielo. Sus garras estaban cuidadosamente dobladas sobre su pecho, sosteniendo una sola rosa blanca cuya flor se parecía a la de una estrella recién nacida. Y luego estaba su rostro, su rostro pálido, cuyos cuatro ojos estaban cerrados para siempre en un sueño eterno. Su sonrisa suave y gentil, como la de un recién nacido que sueña en paz.

…Ahora Octavia podía oír a Blitzø sollozar también, sintiendo que él temblaba en su mano, pero le apretó para hacerle saber que estaba allí para él. Al igual que él estaba allí para ella.

Continuó la canción, pero cambió la letra sobre la marcha. Las palabras vinieron a ella mientras su corazón vertía sus sentimientos en tono:

"Solía pensar que estarías para siempre

Solía pensar que siempre vendrías

Ahora se han contado todas sus historias,

Excepto una...".

Suavemente metió la mano en el ataúd de su padre y le acarició el cabello emplumado. Recuerdos de todos los momentos que compartieron en su mente mientras cantaba:

"Las estrellas se alinearán...

Y espero veas esa señal,

Y estaré bien...

Y todo estará bien..."

Ella besó su frente antes de dejar que Blitzø se adelantara, mirándolo con sus propios ojos llorosos. A pesar de ahogarse en su llanto, continuó:

"Cuando los reinos han de caer…

O el día en que ya no esté…

yo estaré bien...

Aunque tú faltes estaré bien..."

Blitzø se inclinó hacia el oído de Stolas y susurró las palabras que tanto tiempo deseaba decir:

―Te amo, Stolas. Te lo prometo... te vengaré.

Octavia también juró, en su corazón, que vería a su padre vengado y abrazó lentamente a Blitzø mientras toda la habitación miraba en silencio. Cantó el último verso:

"Y cuando el cielo caiga ya,

Tu desde allá, lo escucharás,

Y estaré bien...

Y todo estará bien..."

Octavia y Blitzø se miraron antes de susurrarse lentamente el uno al otro una promesa no solo para el otro sino también para el hombre que tanto amaron.

"Estaremos bien..."

Continuará.


Notas:

(1) «The Stars and Stripes Forever» (en español: «Las estrellas y barras para siempre») es una marcha militar patriótica estadounidense generalmente considerada la obra maestra del compositor John Philip Sousa.

(2) Usé más que la traducción literal, la versión de La Wea Astral, quien hizo la voz de Stolas en el fandoblaje de Helluva Boss de FastyDubs: watch?v=Ox3jx1BHMCY&t=28s