Hola a todos, he aquí mi primera historia, espero les guste.
Solté el quinto suspiro de la tarde, y me senté en el banco de madera del parque… ¿por qué a mí?, era la pregunta que venía haciéndome toda la tarde
Mire a mi alrededor, viendo con envidia como las parejas paseaban, los niños jugaban, todos felices y ajenos a mi desdicha.
Porque en menos de 8 horas mi vida completa se había ido al traste, con tan solo un par de frases, mi apreciada vida había quedado en jaque…
Deje que les explique, me llamo Sakura Kinomoto, tengo 25 años, soy estudiante de último año de psicología, y trabajo a tiempo parcial en una librería, con lo que pago mis gastos, ya que al morir mis padres me dejaron un pequeño seguro, el cual pude invertir en un departamento y pagarme mis estudios.
Quede huérfana a los 18 años, sin muchos familiares, tome mis maletas y me fui a Tokio, me matriculé en la universidad y me compré un modesto departamento.
Al principio fue todo difícil, la ciudad era muy grande para una pueblerina como yo, creo que me asaltaron como cuatro veces, hasta que, por fin, entendí que tenía que ser más ruda en esta ciudad.
Debo confesar que estuve a punto de abandonar todo y volver a la tranquilidad de Tomoeda, me sentía tan sola, tan abandonada, extrañaba a mis amigas, la tranquilidad de mi pueblo y todo, pero debía madurar, las clases de psicología me ayudaron mucho con eso, me hicieron replantearme mi vida.
Entre altos y bajos, paso mi primer semestre, casi no tenía amigos ni vida social, iba del departamento a la universidad. Pero cuando me di cuenta, que el valor de los gastos comunes donde vivía, eran muchas más elevados de los que había considerado, tuve que plantearme la idea de trabajar medio tiempo…y así comenzó mi nueva aventura.
Hace 2 años atrás
Había visto que, en la entrada de la Universidad, había un gran panel de anuncios, donde vi que en la cafetería de la universidad necesitaban meseras, si bien, no tenía mucha experiencia y me consideraba bien torpe, decidí probar suerte. Afortunadamente mis clases eran todas en las mañanas, por lo que tenía las tardes libres.
La cafetería era uno de mis lugares favoritas, adoraba el café, pero una cosa es tomar esa bebida celestial y otra muy distinta prepararlas jajaja, la primera semana fue un completo desastre. Ya había roto 6 tazas, las que iban a ser descontadas de mi paga, si seguía así terminaría pagando para trabajar.
-¡Sak!...¡Sak!...¡Sakura! – el grito de mi compañera me trajo de vuelta a la tierra, suelo distraerme con facilidad.
- Perdóname Akiho, dime
- Llegaron unos clientes en la mesa 4, y es tu zona- dijo inclinando su cabeza en la dirección de las mesas.
Levante la mirada, y vi un par de chicos sentados, mirando la carta distraídamente…se me hizo raro que algún alma visitara la cafetería con este clima, afuera era un verdadero diluvio, llevábamos casi tres días de intensas lluvias y el trabajo estaba lento, lo que internamente, agradecía, así menos desastres habían tenido.
Con mi libretita en mano, me acerque hasta la mesa.
- Hola, mi nombre es Sakura, y seré su mesera el día de hoy, ya saben que van a ordenar- dije monótonamente y cuando levante mi vista, me di cuenta que era el chico de lentes que siempre visitaba nuestra cafetería con dos cafés para llevar, en realidad siempre era un café americano y un chocolate caliente, siempre me pregunte para quien más compraba café o quizás los dos eran para el…jajaja, sí, soy muy curiosa.
Como era que se llamaba…hirasana…no, hiraguana….Uff, ya no me acuerdo, creo que una vez lo escuche atendiendo el teléfono.
El chico de lentes me sonrió pícaramente, cosa que me desconcertó un poco, él nunca había tratado de ligar o coquetear, era un chico bien apuesto, pero siempre correcto.
¡Un carraspeo me llamo la atención y pude ver al otro chico con el que estaba sentado, que me miraba con el ceño fruncido y bastante fastidiado…pero que carajo!
- Un café americano y un chocolate caliente, por favor – dijo con una voz grave.
- parpadee un poco y anote el pedido en mi libreta, un poco desconcertada por el mal humor de él, versus la sonrisa pícara del chico de lentes.
- disculpa por favor a Li, anda un poco liado con los exámenes finales, por cierto, mi nombre es Eriol Hiraguizagua y mi amigo acá es Shaoran Li, mucho gusto – dijo extendiéndome su mano a modo de saludo.
Tomé su mano un poco indecisa, puesto que en mi país no se acostumbra a saludarse de esa manera, por lo que entendí que aquel chico era extranjero.
-Auch!, gruño en respuesta, soltando mi mano, y me percate que el chico llamado "Li", le había pateado por debajo de la mesa, y su ceño se frunció aún más…insisto, que carajos le pasaba a ese sujeto.
- Ok, volveré con su orden en un momento, dije y me alejé de ellos.
Vi como el de Lentes se sobaba la pantorrilla y divertido, mientras conversaba con el fastidiado Li.
Ingresé el pedido en la máquina y me dispuse a preparar el café, rezando no equivocarme con las cantidades, definitivamente esa máquina me tenía odio.
Mientras fui por el chocolate y me dispuse a prepararlo, si de algo estaba orgullosa de mi chocolate, jejeje, había varios clientes que siempre me agradecían el sabor, y el chico de lentes, jamás se había quejado, así que por ende, debe haberle gustado, pues siempre lo pedía. Mi secreto, era agregar unas pequeñas chispas de chocolate, que con el agua caliente se derretían dando un sabor exquisito.
Ya con la orden en mano, puse todo en la bandeja y fui a la mesa, cuando la campanita de la puerta anunció a un nuevo cliente, el viento helado y el frio, hizo que estuviera a punto de perder el equilibrio y tirara la bandeja.
Grande fue mi sorpresa de ver que, entre el paraguas lleno de lluvia y una pila de gorro mal puesto con una bufanda, se encontraba mi querida amiga Tomoyo. le sonreí con gusto y le indiqué que se acercara a la barra mientras, yo iba a dejar el pedido.
Tomoyo, dejo su paraguas y sus abrigo, bufanda y gorro en el perchero, se sacudió un poco el agua del cabello y se sentó en la barra.
Siempre he admirado a Tomoyo, a pesar del tiempo infernal, parece sacada de una revista, siempre a la moda, siempre impecable, si ni siquiera se le había corrido el maquillaje, cualquier pensaría que es una ejecutiva moderna, pero solo es una sencilla estudiante de diseño… nuestra amistad fue accidentada, por mi torpeza, un día literalmente me caí encima de ella, a las afueras de la biblioteca, soltando todos mis apuntes y rompiendo mis pantalones, la pobre quedo cubierta de tierra, pero aun así, me sonrió y me ayudo a levantarme y llevarme a los lavados, donde limpió la tierra de mis rodillas y me ayudo a curarlas, desde ese día nos hicimos inseparables, Tomoyo viene de una familia acomodada de Tokio, pero a pesar de nacer en la abundancia es muy sencilla, y me acogió como su hermana.
Retome mi camino a la mesa 4, a dejar los pedidos, el chico de lentes miraba fijamente a Tomoyo, lo que no me extrañó, Tomoyo era una chica muy linda, de intensos ojos amatistas, largo cabello negro y una piel tan pálida que resaltaba más sus delicadas facciones.
- Aquí esta su pedido, entregando el chocolate al chico de lentes y el café a Li.
- Hiraguizagua, me sonrió y cambio el chocolate por el café y me sorprendí de sobremanera, porque jamás imaginé que el chocolate era para el pesadito de su amigo, pero al ver sus ojos brillar, me di cuenta que en verdad le gustaba el chocolate.
Tomo la bebida y le dio un sorbo con ojos cerrados y estoy casi segura de que ahogo un gemido…luego me miró de una manera tan intensa que me hizo sonrojar como una adolescente hormonada…
- tu, preparaste el chocolate- me pregunto con esa voz tan jodidamente ronca que tiene.
-eh? Si, yo lo prepararé, ¿por qué?, tiene mal sabor- le devolví la pregunta.
- no, esta perfecto, lo necesitaba muchas gracias – me dijo bajando su mirada, como si le costara trabajo agradecerme.
Hice una inclinación de cabeza, y los deje solos, riéndome en silencio por la situación tan bizarra.
Tomoyo, ya estaba con su acostumbrado café late sentada en la barra conversando animadamente con Akiho.
Sakura- que tienes, estás toda roja…te molestó el dúo dinámico?
-Dúo dinámico?, pregunte extrañada
Por Dios Sakura, tu siempre en la luna. Luego señalando a Hiraguizagua – ese de ahí es Eriol Hiraquizagua, estudiante de Derecho, el otro el nada menos que Shaoran Li, estudiante de arquitectura, y es el sueño de todas las estudiantes, pero sabes les ha dado calabazas a todas, es muy cerrado y siempre anda concentrado en los estudios, compartimos algunas clases, recuerda que estamos en la misma facultad de diseño – dijo
Pero que bien informada estas Tomoyo, no me digas que también estas detrás de su estela- dije picándole el costado
Tomoyo ahogo una carcajada- pero claro que si Sakura, ¡míralo! – dijo señalándolo, está para comérselo- entorne los ojos, así era Tomoyo encontrando guapo a cualquier espécimen del sexo masculino, ese tal Li era guapo no era ciega, pero se notaba a leguas que tenía un humor de perros, mejor mantenerme alejada
Cambiando de tema – dije- , ¿dime que te hizo abandonar tu "santuario" para salir con este clima?
Tomoyo me miro con ese característico brillo en sus ojos, que denotaba que estaba a punto de cometer una maldad.
Sakurita querida, mi fiel amiga, necesito un favor inmenso – dijo
¿Y que sería? Recuerda que pronto tendré mis exámenes y no tendré mucho tiempo.
De eso se trata, veras mi examen es un vestido de noche, y Rika me iba a ayudar con el modelaje, pero me llamó hace unos momentos diciéndome que tenia que irse a Kioto urgente porque su abuela está agonizando, entonces me quede sin modelo y me preguntaba si tu podrías usar el vestido…por favor
-Queeeeé?, pegue tal grito que los pocos comensales de la cafetería mirando en mi dirección entre ellos el dúo dinámico.
¿Qué dijiste?, no Tomoyo, estas loca yo no podría, por favor busca a otra- dije suplicándole
Es que me moría de la vergüenza, además no me consideraba una belleza como para mas encima posar y desfilar por una pasarela… una cosa, era aguantar que Tomoyo me hiciera algunas prendas y me pidiera modelar para ella en su "santuario" en privado, pero en publico jamás
No Tomoyo, no puedo, y es mi ultima palabra…- dije firmemente.
