—¿Qué he hecho?
Claire se acercó al cuerpo de Neil y pasó su mano sobre el agujero que recién le había hecho.
—¿Qué coño he hecho?
Claire arrojó la pistola y se tocó la cabeza todavía sin poder procesar lo que ocurrió.
—Es... es como esa gente, Kabal —Cindy señaló al rostro de Neil.
Kabal por otra parte fue hasta la pistola y la tomó para volverla a colocar en su cinturón.
—Claire... ¿Te encuentras bien? —El policía tomó del hombro a la chica quien miraba enojada el cuerpo.
—Nos íbamos a casar.
Claire le enseñó a Kabal el anillo de oro.
—Nos... íbamos a casar... él me quería, y yo también lo amaba. Y ahora... muerto. Se murió protegiéndome.
—Claire...
La joven se levantó y le quitó el anillo a Neil de su mano. Estaba furiosa.
—Voy a encontrar al que provocó ésto, Neil —Claire sacó un cuchillo de caza y se lo enterró en la cabeza. —Voy a encontrar al bastardo que hizo ésto, y voy a despellejarlo vivo. Lo voy a matar con mis propias manos.
Cindy se alejó ya que le asustó la actitud de la mujer.
—Esta mierda no es algo que salió de la nada, de eso estoy segura —Claire se sentó en una mesa del establecimiento. —Yo era miembro de una organización que justamente veía éste tipo de crímenes. Hubieron varios brotes víricos en el país... ¡Creímos que...-
—¿Entonces... sabes qué son esas cosas? —Leenox preguntó aferrándose a una bandeja de metal redonda.
—Son zombis. ¿Ves cómo sus ojos son blancos? Está pálido y sus venas se resaltan. Ya ha empezado a oler mal porque el proceso de putrefacción se ha acelerado.
—¿Entonces... tienes idea de qué pudo haberlo ocurrido? —Kabal preguntó todavía consternado.
—Muchas cosas. Pudo ser el agua, pudo ser alguna comida o un medicamento que se tomaron los pacientes cero... y si es lo que más temo... puede que sea el aire —Claire miraba con desprecio el cuerpo. —Mierda. El aire... ¡Con razón la neblina verde! El ambiente tiene una tonalidad verde ¿Lo vieron?
Ambos asintieron.
—Oye, Kabal... ayúdame a llevar a Neil... no quiero tenerlo aquí. Cindy ¿Hay algún lugar donde ponerlo? No quiero dormir a un lado de mi novio muerto.
—Claro, Claire... Kabal, toma las llaves. En la cocina hay una bodega.
Cindy le dió las llaves al policía y, los tres caminaron hasta esa zona apartada. En esa bodega se guardaban utensilios y varios suministros de comida.
—Aquí está bien.
Kabal se ofreció a llevar el cuerpo a ese lugar y, lo cubrió con unas mantas de las mesas. Una vez lo preparó, cerró con llave esa puerta y le dió las llaves a Lennox.
—No tengo energías... me voy a descansar.
Claire eligió un sofá y se puso encima una manta. Fue así que empezó a dormir.
Cindy y Kabal hicieron lo mismo. Ellos todavía estaban despiertos.
—¿Crees que estará bien? —Preguntó la rubia.
—Se murió su puto novio. Estoy seguro que ella quiere agarrar algo y romperlo. Debemos darle espacio.
—Un apocalipsis zombie... quién lo diría.
—Eh, tranquila, Cindy. Yo te protegeré.
—¿De verdad?
—¡Claro! Cuando todo vuelva a la normalidad... volveremos a hacer la reservación. Estoy seguro que Stryker sigue con vida.
—No sabemos cómo está la situación ahí fuera... lo más probable es que todas las carreteras estén cerradas —Cindy se acurrucó en el pecho del policía.
Kabal le sonrió y la rodeó con su brazo.
Le parecía una mujer muy linda.
—Duerme, Cindy. Ya resolveremos eso.
Posteriormente el tiempo transcurrió y, el grupo decidió seguir la idea de Kabal de ir a la casa de su amigo, aunque para Claire le parecía una estupidez.
—Y así llegamos aquí —Kabal suspiró. Se sentó sobre la cama y abrió las piernas para recargar los codos.
—¿Entonces contaminación por el aire, eh? —Kurtis asintió. —Puede ser... aunque eso me preocupa. Todos estamos infectados.
—¿Perdón? —Cindy abrió la boca sorprendida. —¡No!
—Perdonen que difiera... —Dinah alzó la mano para hablar. —¿No creen que ya estaríamos muertos? Conocí a mucha gente que no tomó ni comió nada... y presentó síntomas. Eventualmente volvieron como muertos vivos.
—Dinah tiene razón. Ya habríamos muerto —Stryker apoyó.
—¿Y ahora cuál será el plan? —Claire miraba confusa a Kurtis.
Stryker sacó un mapa de su cajón y lo extendió en el suelo.
—Tenemos dos vías, la marítima o podemos atajar por el bosque alejados de la civilización —Stryker rascaba su barbilla.
—Siempre quise ir a Gilboa. Debemos abandonar la ciudad ya que, estamos en una de las ciudades más pobladas del mundo. No sería extraño que para éste momento mucha gente esté muerta y camine por las calles —Cindy señaló la ubicación de la ciudad pequeña.
—No me importaría que volviéramos a las épocas de los nómadas. Considerando que no habrá descanso... podríamos continuar y cambiar de lugar día con día —Kurtis suspiró.
—¿No escucharon acaso del asentamiento? Se dice que todas las personas estaban siendo trasladadas a Nuevo México. Es una zona desértica y con mucha presencia militar —Dinah creía que era una aportación inútil.
—¿Cuántos meses tardaríamos en llegar? Tendríamos que afrontar la visita de muchas ciudades. Recordemos que nuestro único problema no son los zombis, sino los humanos. Cuánta gente no estará aprovechando ésto para... —Kabal miraba decepcionado el suelo.
—¿Entonces nuestro viaje comenzará partiendo al norte, verdad? Para evitar cualquier idea estúpida de ir al sur —Antes de continuar, Claire recibió una llamada de su teléfono móvil.
Y era extraño porque la mayoría de líneas estaban muertas.
—¡Claire! —Una voz masculina llamaba al nombre de la señorita motociclista.
—¡Chris! ¡Chris! —Claire contestó feliz. —¡Gracias a Dios! ¡Chris! ¿Dónde estás?
—¿Dónde estás tú? ¿Te has enterado lo del brote?
—¡Sí! ¡Lo estoy viviendo! Me he atrincherado con otros Supervivientes. Estamos buscando una forma de abandonar la ciudad de New York. Chris... Neil murió...
—¡Carajo! ¡Y tan bien que me caía! Habría sido un buen hombre para tí, Claire. No pierdo más el tiempo. Yo me encuentro en Texas. Estamos evacuando a muchos Supervivientes y los estamos llevando al desierto.
—¿El desierto? ¿Por qué coño los llevan ahí?
—¡Hay bases! Tenemos bases. De verdad que me gustaría poder sacarte de ahí... Claire... hay gente aquí que me necesita... niños... chicas como tú... personas como nuestros padres...
—Chris... lo sé. No tienes por qué decírmelo...
—Prométeme que vas a sobrevivir, Claire. ¡Eres una Redfield! Si sobrevivimos a lo peor cuando chicos... sé, tengo fé en que saldrás viva de ésto.
—¡Lo prometo! Más te vale que tú también estés a salvó. Chris... te amo... te amo Chris, y no me olvides.
—Lo estás diciendo como si fuera la última vez que nos vemos...
—Chris... sabemos que quizás no nos volveremos a ver. Chris... ¿Chris? ¡Chris! ¡Mierda!
Claire se enfadó al ver que la señal otra vez se cortó.
—Carajo...
—¿Qué dijo? —Kurtis preguntó consternado al ver a la chica afligida.
—Chris, mi hermano, es uno de los mejores militares del país. Él está ayudando a llevar a muchos Supervivientes al desierto de Nuevo México... al parecer hay bases.
—¿No conoce a nadie que pueda ayudarnos? —Dinah preguntó.
—No... nadie. Nadie vendrá a salvarnos.
—Puede que no sea tan cierto. Tal vez si logro contactar con Sonya Blade y Jax, un par de amigos, tendríamos una oportunidad —Kurtis no veía el lado malo de las cosas. —Hoy ha sido un día de mierda y debemos descansar para pensar bien y saber qué hacer mañana. Por lo mientras... señoritas, duerman en la cama. ¿No te molesta, Kabal?
—¡En lo absoluto! Señoritas, descansen. Si algo ocurre llamen a Stryker o a mí.
Kabal sacó unas cobijas y las colocó en el suelo. Stryker hizo lo mismo y ambos durmieron a un lado de la cama.
