Los días pasaban en silencio, sin ninguna novedad. Pero esto solo me hacía desconfiar cada día más de mi hermana y su plan de venganza. La verdad es que tenía miedo por lo que pudiera pasar ahora que ella investigaba por su cuenta y sin decir nada a nadie de su plan. Sí, los días en Slytherin pasaban en un silencio que daba cada día más miedo.

Isobel permanecía siempre en una especie de trance, indiferente a cualquier ser vivo y a duras penas la veía comer. Tenía unas horribles ojeras azules desde hace unos días que le daban a su cara un aspecto cadavérico y con sus ojos en blanco, parecía verdaderamente una zombie.

Los días pasaban demasiado tranquilos, demasiado silencio entre las arpías... Ellas no hablaban entre sí, todo quedaba en una atmósfera tensa. Incluso algunos chicos de mi casa lo habían estado notando.

Mi hermana ya no confiaba en nadie, ni siquiera en Susan. Se estaba desquiciando tramando algo, y ese algo también me estaba desquiciando a mí.

Días después

Domingo, hora del desayuno

Mesa de Slytherin

He llegado temprano a desayunar, pero no porque no haya dormido bien, todo lo contrario, he dormido estupendamente hoy. Ni siquiera mi desasosiego por Izzie ha podido contra mi cansancio acumulado.

Miraba tranquila mi dorada tostada untada con mermelada de fresa, apunto de ser engullida y digerida. Había despertado de muy buen humor esta mañana, anoche me acosté muy temprano. Ya no quería observar más como mi hermana se destruía a si misma. Mi zumo de calabaza aguardaba todavía el primer sorbo, parecía especialmente anaranjado esta mañana.

El comedor estaba casi en silencio, había muy pocos alumnos despiertos, claro que ¿quién se levantaría un domingo a las 8 de la mañana? Pues entre otros alumnos estaba yo, que había dormido demasiado esta noche y ya hacía rato que daba vueltas en la cama. En el comedor había algunos chicos de Hufflepuff desayunando tranquilamente, un chico de Gryffindor y un grupo de chicas de mi casa sentadas cerca de mí. Planeaban como pasar su día libre e invitar a unos chicos para ir con ellas. Ni si quiera recuerdo bien sus nombres, para mi eran chicas normales y corrientes y no necesitaba saber de sus nombres, pero reconocí a una que compartía cuarto conmigo, la chica se llamaba Sarah... no sé que más. Bueno al menos recordaba el nombre... Mi zumo seguía esperando en la mesa. Me daba pena beberlo porque tenía un color precioso hoy.

Pero entonces un ruido sordo rompió el silencio, las puertas del comedor se abrieron. Todos los presentes miramos en la misma dirección instintivamente. Por las puertas entró una chica alta, de pelo negro y era de mi casa porque venía hacia la mesa dónde estaba. Pasó veloz por detrás de mí, recorrió la mesa hasta quedar con las otras chicas pero algo iba mal, traía la cara descompuesta y sus manos temblorosas apenas podían explicar lo que intentaba decir. Pero las otras tontas ni lo habían notado, seguían hablando sin prestarle atención.

―Escuchad... ¡Escuchadme! ―dijo ya fuera de sí.

Incluso el chico de la mesa de Gryffindor levantó la vista alarmado por el grito. Las tontas de mis compañeras se quedaron atónitas tras aquel reclamo tan exigente. Sus retrasadas mentes ni siquiera albergaban las mil posibilidades que ya conjeturaba la mía, entre ellas estaba la principal, Isobel.

―¿Pero que bicho te ha picado Alice? ―dijo la que según mi memoria era Sarah.

La tal Alice no era compañera mía en el dormitorio pero si la había visto en el grupo de amigas de Sarah, creo que Alice compartía cuarto con mi hermana Isobel, Susan y Darla pero no habían hecho ''amistad''. Su cara permanecía pálida, se sentó lentamente, que no tranquila, pues parecía una muñeca articulada sus movimientos eran cortantes y secos, estaba realmente conmocionada pero, ¿de qué?

A estas alturas los demás alumnos ya no nos prestaban atención, y yo estaba cada vez más ansiosa por saber lo ocurrido.

―Ha sucedido algo grave... algo horrible... ―dijo Alice que miraba a Sarah pero parecía mirar al infinito de lo asustada que estaba.

Las chicas se miraron entre sí con muchas preguntas. Pensarían que Alice se había levantado demasiado temprano esta mañana. De repente una de ellas me vio escuchando la conversación.

―¿Rosenberg no sabes que es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas? ―todas me miraron a mí.

No sabía exactamente quien era, pero creo que era de un curso inferior, y aún así conocía mi nombre. Las Rosenberg éramos conocidas en el colegio por nuestras peleas rutinarias y demás "muestras de afecto".

―No... Dejarla que escuche, ella también merece saber lo que ha pasado y estar avisada.

''¡Bendita seas Alice!'' Pensé en ese momento.

―¿Avisada de qué Alice? Me estas asustando... ―dijo Sarah cada vez más bajo.

―Y debes de estarlo, tú...y todas nosotras, porque han... han... ―se le quebró la voz, estaba muy asustada.

―¡¿Qué?! ¡Dilo de una vez! ―dijo ya perdiendo los nervios Sarah.

―Han violado a Brenda Gordon, anoche en el bosque prohibido. Y casi la matan.

Todas nosotras nos quedamos horrorizadas con los ojos muy abiertos ante la noticia de Alice. Ninguna sabíamos que decir o como empezar a preguntar. No, mis cálculos habían fallado, no había sido Isobel que por una parte había sido un alivio pero... no me alegraba para nada que a cambio una chica hubiera sido violada en nuestra escuela y de nuestra casa...

―¿Brenda? ¡¿Mi compañera de cuarto Alice?! Pensé que anoche estaba con su novio... ¡ella misma me lo dijo! ―exclamó horrorizada.

Sarah tenía razón, ahora recordaba quien era Brenda, siempre estaba con Sarah eran muy buenas amigas. Por lo tanto también era compañera mía de habitación.

―Sí, esa misma. ―contestó cabizbaja y llorosa.

―¿Por qué?...¿Quién?...¡¿Dónde está?! ―a Sarah casi se le salen los ojos de las órbitas.

―Debes tranquilizarte está... ''bien''. Está descansando en la enfermería, Madame Pomfrey cuida de ella en estos momentos.

Sarah se sosegó como pudo, pero permaneció todavía afectada por la noticia. Las dos chicas de cursos inferiores se mantenían calladas, también les había afectado la noticia sin conocer a Brenda.

―Tienes que contarnos todo lo que sabes Alice, ahora.

―A eso he venido hasta aquí Sarah, el profesor Snape no quería que dijese nada pero yo pensé que todas tenemos derecho a saber de lo ocurrido y guardarnos las espaldas.

―¿Qué tiene que ver Snape en esto? ―inquirió otra chica del grupo de ojos dorados.

―Cállate Grace, no interrumpas. Continua hablando Alice, por favor. ―Sarah quería llegar al fondo de esto, al igual que yo.

―Bien...Yo fui la que encontró a Brenda esta mañana temprano. No podía dormir así que me vestí y salí fuera de la sala común de Slytherin. Decidí ir fuera, me gusta pasear cerca del lago porque puedo ver el amanecer con claridad. Pero esta mañana mientras paseaba vi a lo lejos algo negro moverse cerca del bosque prohibido, iba arrastrándose por la hierba húmeda del rocío de la mañana. No supe que pensar me quedé paralizada, luego pensé que podía ser cualquier ser peligroso y que debía refugiarme. Pero por suerte en ese momento venció mi curiosidad, y cuanto más me acercaba más forma tomaba aquel ser hasta que... hasta que...

Alice comenzó a sollozar, cubriendo su rostro con sus pequeñas manos. Esto le había afectado mucho. No todos los días encuentras una moribunda y que encima es una de tus amigas. Sarah se levantó y fue a su lado para abrazarla.

―Vamos Ali tranquila, bebe un poco de agua y siéntate.

―No, estoy bien puedo seguir. ―dijo secándose las últimas lágrimas- Cuando me di cuenta de que se trataba de una alumna corrí con todas mis fuerzas al castillo. Aunque mis piernas no corrían lo suficiente. A la primera persona que encontré fue a la profesora McGonagall y no dude un segundo en contárselo. Y bueno, ella me dijo que avisase al director y a Madame Pomfrey mientras ella iba a socorrer a la alumna, yo le dije que se trataba de Brenda. Y lo que pasó luego fueron demasiadas cosas a la vez, el traslado del cuerpo, los profesores horrorizados, y yo llorando... Luego de un rato gracias a las pociones que le dio Madame Pomfrey, Brenda despertó. Y... nos contó lo que le paso. Fue horrible.

Anoche de camino a las mazmorras asaltaron a Brenda y dice que perdió el conocimiento, cuando despertó estaba en medio del bosque prohibido, a su alrededor había tres chicos encapuchados que la golpearon y... violaron. Presenciar su testimonio fue horrible, tiene la cara llena de moratones violáceos y está muy débil. Dice que decían cosas sin sentido y que le preguntaron muchas cosas raras.

Alice se quedó callada repentinamente, no quería seguir hablando. Las chicas tampoco sabía que decir, pero yo tenía que ir en busca de respuestas.

Y sabía exactamente a dónde ir...