"Déjame elegir ésta única cosa"
La oración hace colisión, rompe las paredes y el derrumbe es devastador.
"Confía en mí"
El miedo fluye agresivamente, la tristeza e impotencia se aferran a su piel dolorosamente, y su espada se tiñe en color carmesí después de realizar su tarea. Lanza un grito agonizante mientras las lágrimas nublan su visión, desviando su mirada hacia otra dirección para no ver como la vida en sus ojos la abandonó.
Era la única opción.
Era lo único que ella pidió.
La única cosa que ella deseó elegir.
Pero eso no borra la culpa, el ardor en sus venas y el terror de tener la sangre en sus manos.
Tomó una elección, y sabía que al realizarla debía responsabilizarse de las consecuencias.
El sonido de las olas llegó muy lentamente a sus oídos, su rostro estaba enterrado contra una superficie cálida y arenosa, así que se removió un poco, soltando un ahogado jadeo. Su cuerpo dolía, incluso podría pensar que se lastimó una o dos costillas, pero a pesar de eso abrió sus ojos, parpadeando lentamente mientras levantaba su cabeza y se apoyaba en sus codos, intentando enfocarse en su aura para comenzar a curar sus heridas.Al mirar hacia el frente pudo observar la densa vegetación, llena de plantas y ¿árboles? ¿palmeras? Se veían un poco surrealistas, como sacadas de un cuento ilustrado para niños, y el contraste del brillo tan segador del cielo le daba ese toque que encuentras en las ilustraciones de los cuentos de hadas.
Decidió apartar ese análisis por el momento, enfocándose en revisar a su alrededor, en busca de cualquier movimiento o persona, pero al hacer esto pronto se percató de la humedad de sus pies, a lo que volteó enseguida notando como las olas de la orilla chocaban contra sus pies.
Cierto, cayó al agua, nadó a la orilla y después perdió la conciencia.
El rubio soltó un suspiro, sentándose finalmente mientras se arrastraba lejos del agua. Se quedó en blanco unos momentos, sus pensamientos simplemente se detuvieron mientras su mirada se mantenía en la extensión de mar que solo parecía no tener fin.
"Déjame elegir ésta única cosa"
Su cuerpo se estremeció al recordar su voz, sus últimas palabras, y la opresión en su pecho volvió junto a unas incontrolables nauseas.
Él lo hizo.
Aún recuerda el temblor en sus manos, luchando por sostener su espada sobre Penny, quien solo le dedicaba una suave sonrisa, llena de tranquilidad por haber respetado su decisión, pero aquella imagen solo destroza más su corazón. Siente tan familiar el sudor que sus manos tenían mientras se enroscaban en el mango de Crocea Mors, tan fuerte que podría cortar el flujo de su sangre... Sangre.
La punta de su espada se tiñó de sangre. Una apuñalada. Entrada y salida rápida, con los ojos cerrados por unos segundos en lo que lo hacía.
Porque no tenía el valor de mirar de frente lo que hacía.
Está inmóvil, mirando por lo que parecen ser, horas al cielo sofocantemente azul y brillante, como si nada malo hubiera pasado, como si le sonriera a pesar de haber manchado sus manos de sangre.
Las lágrimas arden en sus mejillas, es como si un fuego abrasador las quemara dolorosamente.
Su mano derecha tiembla mientras se acerca al mango de su espada, y cuando sus dedos tocan la punta, siente un dolor en todo su cuerpo, sus pulmones arden violentamente, dejándolo sin aliento.
Como el poder de Cinder.
El fuego destructor de Cinder.
No podía más, el aire parecía no querer llegar a sus pulmones, la rabia y desesperación fluían peligrosamente, su mano agarró la empuñadura de Crocea Mors, con una fuerza aterradora, sacándola de su funda, mirándola frente a él mientras tiembla agresivamente.
Y entonces grita tan desgarradoramente, tan furioso y desesperado, lanzando el arma que sirvió para matar a Penny lejos de él, tan lejos como podía hacerlo, y sus manos se presionaron contra su frente, sollozando sin parar mientras siente que se quedará sin nada de voz y con la garganta destrozada.
—¿Jaune? —levanta su mirada abruptamente, encontrándose de inmediato con los ojos azules llenos de tristeza y lágrimas de Weiss. La chica es capaz de reflejar todo el dolor que siente a través de sus ojos, junto al entendimiento y la empatía que le ofrece.
Él solloza de nuevo, esta vez, derrumbándose por completo mientras Weiss lo abraza, en un fallido intento de calmarlo.
Él tiene la sangre de su amiga en sus manos.
Él le arrebató la vida.
Él tenía que decírselo al resto.
Decírselo a Ruby.
Oh, por los Dioses, Ruby...
Penny era su mejor amiga, ella había luchado todo lo posible por Penny, y él se la arrebató.
Él realizó la acción, él debía responsabilizarse y decírselo a Ruby.
Maldita sea, Penny y Ruby eran muy cercanas, como él y Pyrrha, como Ren y Nora, siempre fue algo lento para captarlo, pero pudo verlo.
Y él se la arrebató.
Ojalá hubiera hecho algo diferente, pero no podía cambiarlo.
No podía cambiarlo.
La caída le pareció eterna, la gravedad la arrastraba mientras sentía ese miedo recorrer su piel al mirar como Winter intentaba llegar tan desesperadamente a ella.
"Oh, Winter, lo siento tanto".
Fue lo único que pudo pensar al escuchar el grito de su hermana mayor tan desgarrador, pero no podía salvarla, tendría el mismo destino que su equipo, que Penny.
Y por una parte estaba bien, significa que estaría con ellas.
Yang, Blake, Ruby, Penny.
Oh por los hermanos, Penny.
Su corazón duele demasiado mientras su imagen aparece en sus memorias, las garras de Cinder hicieron estragos en su cuerpo, y la dejaron tan herida, tan llena de sangre, no el líquido verde que antes poseía, era sangre y ante el recuerdo sus ojos arden.
Su corazón se oprimió cuando vio a Yang caer, sentía la rabia correr peligrosamente por sus venas al ver la sonrisa tan arrogante de Cinder, así que continúo, lanzándose contra ella y atacándola.
El miedo y la soledad se arraigaron con violencia cuando vio a Ruby y Blake caer, el piso bajo sus pies se desmoronaba, sentía que en cualquier momento no se levantaría más del suelo, estaba sola, se las arrebataron, pero volvió a ponerse de pie y luchar, sosteniendo la katana de Blake, con Penny y Jaune a su lado.
Su familia cayó.
Las personas que amaba cayeron y no pudo hacer nada, así que siguió levantándose, tenía que seguir luchando, el esfuerzo de su equipo, de su familia no debía tirarse a la basura, aún si las posibilidades estaban por completo en contra.
Sintió que su desesperación se salía de control cuando la mano Grimm se incrustó en el pecho de Penny.
Se lanzó contra Cinder, no podía dejar que matara a Penny, no podía dejar que se quedara con el poder de doncella, no importaba si acababa con ella, podía darle tiempo a Jaune para ayudar a Penny, solo tenía que aguantar, solo tenía que...
Entonces, el grito tan desgarrador de Jaune detuvo a Cinder de acabar con ella.
Weiss ignoró por completo que Cinder estuvo a punto de matarla, en cambio, desde el suelo, solo miraba como Jaune lloraba mientras Crocea Mors estaba bañada en sangre.
No tuvo que pensarlo demasiado, sabía lo que había pasado, y Weiss tuvo que luchar por no gritar con desesperación.
Las lágrimas brotan inmediatamente, finalmente puede dejar que ese dolor en su corazón se filtre, la caída borra las lágrimas de sus mejillas, perdiéndose en el oscuro vacío, así que se permite derramar más, y más, y más.
Mientras cae, por extraño que suene, siente que algo ha cambiado abruptamente, como si ya no estuviera en aquel manto de oscuridad por el cual caía envuelta por ella, así que abre sus ojos, sus lágrimas se pierden contra la gravedad, sus ojos de pronto se han encontrado con un cielo abrumadoramente azul, y por unos segundos no lo entiende, pero de inmediato, no tiene ni idea como, da un giro y nota la extensión de agua en la que está a punto de caer. No pierde el tiempo al sacar a Myrtenaster, creando una serie de glifos mientras se acomoda de forma correcta en el aire para aterrizar sobre ellos, lo cual logra a duras penas, ya que se siente desequilibrada ante el impacto tan brusco en su aterrizaje.
Toma aire, intentando que sus piernas no se doblen, su aura se había perdido hace tiempo, y ese aterrizaje fue por mucho, lo menos seguro posible. Sus ojos finalmente se enfocaron hacia el frente, así que haciendo un esfuerzo más, realizó un camino de glifos, a lo que se deslizó por ellos para llegar a la rara isla que tenía frente.
Cuando llega finalmente a la orilla, se derrumba de rodillas, recuperando todo el aire que puede en sus pulmones, cada extremidad de su cuerpo se siente dolorida, y se toma unos instantes antes de tener que dedicarse a revisar su entorno, pero de pronto un grito resuena muy cerca de ella.
El grito que llega a sus oídos es tan familiar. Es el grito que escuchó antes de caer.
El grito de Jaune.
Ella mira de inmediato a su alrededor, buscando al chico y finalmente lo visualiza, y su corazón se oprime de nuevo. Jaune llora desesperado, solo unos segundos después de que ha lanzado lejos los restos de su espada, como si el solo hecho de tocarla lo quemara.
Weiss toma una bocanada de aire, intentando unir de nuevo los pedazos que se habían separado, y se acerca al rubio, tocando su hombro para captar su atención.
Hizo lo que debía hacer, eso lo tiene claro, pero eso no les arrebatara nunca la culpa que sienten.
Ella no habría sido capaz de darle el tiempo necesario a Jaune para curar a Penny, ella tenía culpa por ser débil en ese momento, ella también era responsable. Quizás sus manos no están teñidas de rojo, quizás el peso que carga Jaune es por mucho más grande que el de ella,
Y Weiss solo se limita a abrazarlo, en silencio, sin decir nada, porque no hay palabras para lo que sucedió.
No hay nada.
Ni una última palabra.
[...]N/A: Por supuesto que si estuve llorando todo el maldito rato que escribía esto, y el dolor de cabeza no ayuda, pero bueno, quería sacar esto de una vez antes de que mis ideas se perdieran en el aire :"v
