Yang mordió un poco sus labios, cruzada de brazos mientras escuchaba en silencio toda la explicación de Blake en el camino, con Jaune llenando los espacios en blanco.

Su estómago estaba hecho un nudo cuando terminaron de explicarle que Penny había decidido tener la elección de darle el poder de la doncella de invierno a Winter Schnee, y Jaune fue quien le dió fin a su vida por su petición.

Escuchar de Blake que Ruby y ella habían encontrado el cuerpo de Penny mientras deambulaban por la isla hizo que sus ojos se volvieran acuosos y una impotencia ardiente corriera por su alma a llama lenta. La ansiedad de ver a su hermana lo más antes posible comenzaba a dominar sus sentidos, pareciendole incluso que el paso que llevaban era lento.

Jaune pronto tomó la delantera frente a ellas y Blake guardó silencio durante unos segundos, como si se encontrara en un debate sobre lo que diría.

—Yang, estoy preocupada por Ruby —murmuró Blake en voz baja, mirándola de reojo. Yang observó a su pareja, quien aplanó sus orejas contra su cabeza y se encogió un poco de hombros —. Ella... No creo que ella esté bien, en realidad, sé que no lo está —dice angustiada, sus ojos ámbar fijos en Jaune quien toma el liderazgo del camino —. Tengo una idea de lo que ahora siente y... —las palabras se atascaron en su garganta y su gesto se amargó. Yang sabía la implicación de esa declaración, pero no dijo una sola palabra, sabiendo que Blake aún no había terminado de decir lo que quería —. Y sé, que ahora mismo se está forzando a seguir adelante, cuando lo único que necesita es detenerse y asimilar sus sentimientos sobre lo que ocurrió —Yang encajó sus dedos en la piel de sus brazos, frustrada e impotente ante la presión que su hermana estaba ejerciendo sobre si misma —. Ella lloró cuando encontramos a Penny, pero... Ésto no es algo que puedas reprimir rápido, o dejarlo pasar —razonó Blake, cada vez sonando más frustrada —. Ni Weiss ni yo podemos hablar con ella, lo intentamos, pero es como si de verdad hiciera un esfuerzo enorme en reprimirlo —sus ojos ámbar volvieron a mirarla —. Hicimos lo que pudimos, lo siento —se disculpó, agachando la mirada.

—Han estado con ella, Blake —le dice Yang, su voz refleja remordimiento y Blake vuelve a mirarla rápidamente ante su tono —. Yo caí por ese golpe de Neo, no me arrepiento de esa decisión, ya que si no lo hubiera hecho Ruby habría terminado muy mal herida o... —suspiró, borrando la implicación de su cabeza —. El punto es, que ustedes estuvieron ahí, incluso tu caiste con ella, estuviste dispuesta a salvarla de la caída y te aferraste a ella cuando cayeron al agua —Yang finalmente dejó caer sus brazos, solo para acercar una mano a la de Blake y entrelazar sus dedos a los de ella —. Estuviste ahí cuando encontraron a Penny, dime, ¿la abrazaste cuando comenzó a llorar? —le preguntó con una pequeña sonrisa, Blake asintió —. Hiciste lo que yo hubiera hecho, no has hecho nada que yo no habría hecho, así que lo hiciste bien —la reconfortó.

Blake sonrió un poco, sus hombros tensos se relajaron y volvió la mirada al frente, sosteniendo con un poco más de firmeza la mano de su pareja —. Me alegra que estés aquí —le susurró, y Yang le dio un suave apretón de mano en respuesta.


Ruby aún no entiende muy bien cómo funciona el flujo del tiempo en este sitio, quizás han pasado solo minutos u horas desde que comenzaron el recorrido de exploración, pero el sol parecía no moverse de su sitio, así que parecía que no había pasado nada de tiempo desde que comenzaron a explorar.

Weiss y ella habían vuelto a la cueva después de haber explorado su área asignada, esperando a que Blake y Jaune volvieran. Mientras, decidió tomar un respiro por su cuenta, diciéndole a Weiss que no tardaría tanto y que no se adentraría tanto a la vegetación, después de todo, hay probabilidades de que pueda perder su paso debido a su pequeño mal sentido de la orientación.

Suspiró, recordando los tiempos de su camino por Anima y que la única persona en el grupo con sentido de orientación era Ren. El recuerdo de haberse perdido en una aldea florece en su memoria, logrando que una pequeña sonrisa se dibujara en sus labios, Nora casi se vuelve loca, una vez que la encontraron la abrazó por casi dos minutos y Ren tuvo que salvarla de su abrazo asfixiante, después Jaune...

El recuerdo se detiene abruptamente al pensar en su amigo.

"Ella me pidió que lo hiciera, dijo que no podría ayudarla de otra manera, así que yo..."

Ruby se detuvo en seco, sus ojos se llenaron de lágrimas y cerró sus manos en puños, apretandolos con fuerza y temblando.

Cerró sus ojos unos instantes, intentando deshacerse de esas emociones y tomar el control que necesitaba tener. No podía derrumbarse, no lo tenía permitido, si lo hacía no podría continuar.

El sonido de unas ramas rompiéndose interrumpió abruptamente su línea de pensamiento, y Ruby abrió sus ojos de inmediato, revisando su alrededor mientras su cuerpo tomaba una postura defensiva. El sonido de las ramas continuaba y por instinto, Ruby llevó su mano a su espalda, cerrándola en el aire y recordándole que Crescent Rose no estaba con ella. Ruby se maldijo internamente, no debió de alejarse tanto y más estando desarmada.

El silencio llegó, algo que la alarmó aún más que el sonido de las ramas.

"A tu izquierda", susurró una voz femenina en el aire. Ruby sintió un escalofrío al escuchar la voz, pero no pudo pensar tanto en ello cuando miró hacia su izquierda y un puño iba directo a su rostro, en menos de un segundo, su semblanza se activó, sacándola de inmediato del camino de su agresor.

Una vez se reformó de entre los pétalos, se encontró cara a cara con Neo, quien le miraba con una expresión salvaje y furiosa.

Ruby sintió como la bilis le subió por la garganta, incluso ahora, esa sed de sangre de Neo no había desaparecido hacia su persona a pesar de que Cinder la traicionó, como si atacarla fuera lo único que le quedara.

—¿¡Por qué quieres tanto matarme?! —cuestionó Ruby, sintiendo la frustración burbujear en su pecho. Si tan solo Neo no hubiera estado con Cinder, si tan solo no hubiera acaparado toda su atención y su energía... —¡¿Qué es lo que quieres de mi?! ¡¿No te parece que tienes problemas más graves que matarme?! —una pequeña chispa de rabia se encendía desde lo más profundo, esa parte agotada y frustrada con el destino comenzaba a mostrarse.

El cuestionamiento pareció enfurecer mucho más a Neo, quien utilizando su apariencia se dirigió de inmediato hacia Ruby, lanzando una nueva serie de golpes que Ruby esquivó a la primera, pero que en un desliz, Neo logró acortar la distancia lo suficiente entre ellas.

Neo cambió repentinamente, Ruby tuvo frente a ella a la figura de Oscar y sintió cierto pánico ante el cambio, mientras ella intentaba todo lo posible evitar que las manos de la mujer disfrazada llegarán a su cuello. Tomando un impulso, alejó la figura lejos de ella e intentó activar su apariencia para ir sobre sus pasos y llegar a la cueva dónde Weiss estaba.

~Herido, capturado por el Grimm y maltratado, todo porque permitió que sus equipos se separaran. Salem lo lastimó demasiado, aún recuerda el moretón en su rostro, el rastro de rasguños~

Su semblanza no se activó, su respiración cambió drásticamente ante la parálisis del pensamiento que abordó su mente y eso le dio la oportunidad a Neo de bloquearle el paso.

De pronto, la figura de Oscar fue reemplazada con la de una furiosa Yang, quien lanzó los primeros dos golpes hacia ella. Ruby instintivamente los bloqueó, recordando aquellas sesiones viejas de entrenamiento. Intentó alejarse de nuevo, pero sus pensamientos se bloquearon repentinamente al centrarse en la expresión en el rostro de "Yang".

~Cayó al vacío al intentar protegerla, todo fue muy rápido, solo recuerda el grito desgarrador de Blake. Seguramente Yang se arrepentiría por recibir ese golpe... Fue por su culpa que cayó~

Ruby jadea cuando recibe un fuerte golpe en el rostro que la derrumba al suelo, ni siquiera tiene tiempo de procesar sus pensamientos cuando la figura de "Yang" cambia entre destellos mientras sus manos están en su cuello, apretando con fuerza. Ruby patalea, consciente de que debe activar su semblanza y salir del agarre, pero la apariencia que toma Neo a continuación la deja helada. Ojos esmeraldas mirándola con odio, cabellos naranjas brillando bajo el sol como fuego. Sus fuerzas se desvanecen, sus manos envueltas en las muñecas de su atacante ceden lentamente mientras el aire comienza a hacerle falta a sus pulmones.

~Su vestido está lleno de sangre, esa conocida sonrisa que tanto ama ya no volverá a verla en su rostro, jamás volverá a ver sus ojos esmeraldas ni la escuchará reír... Penny se ha ido~

Quizás... No sea tan malo morir aquí, ¿no? Todo habría acabado...

"¡No! ¡Ruby! ¡Lucha, cariño!", el grito desesperado de aquella voz femenina fue suficiente para sacarla de su estupor, en un último intento, su mano en puño da un golpe en la garganta de "Penny" arrebatándole el aire y rompiendo su concentración, a lo que su apariencia original vuelve. Ante el afloje de su agarre, Ruby activó los restos de su semblanza y salió de debajo de su contrincante, golpeándose contra un árbol y tosiendo varias veces para recuperar el aire.

Neo la observa, aprieta su mandíbula con fuerza mientras el odio aún arde en sus ojos, y está a un paso de volver a retomar su trabajo, pero la sensación de que alguien más está ahí con ellas la obliga instintivamente a girarse, solo para palidecer al ver a un hombre con ellas.

—Creo que eso es suficiente, ¿no crees, Neo? —pregunta una voz masculina muy familiar para ambas. Ruby abre sus ojos con sorpresa, lentamente mirando en dirección de dónde había venido la voz mientras su mano se mantiene en su cuello. Sus ojos plateados se encuentran con los ojos de un antiguo ladrón, alguien a quien vio morir hace tres años.

—¿Ro-man? —murmura Ruby con voz ronca, luchando por articular las palabras mientras observa al hombre que las mira casualmente mientras está recargado en un árbol.

—Te han dado una buena paliza, rojo —dice con diversión el hombre, solo para después dirigir su mirada a Neo, quien está mirándolo atónita, sus ojos bicolor llenos de lágrimas y su cuerpo temblando —. Ha pasado mucho tiempo, Neo —le dice con una sonrisa un poco más suave, ambos mirándose uno al otro en silencio por largos segundos.


Weiss camina de un lado a otro, cruzada de brazos mientras su mirada está fija en el suelo. Ruby había salido a caminar hace bastante tiempo y una ligera molestia en el pecho, como si se tratara de un mal presentimiento emergiendo, la tenían aún más intranquila.

—Bien, es suficiente —susurró deteniéndose abruptamente, solo para comenzar a caminar hacia la salida de la cueva. Iba a buscar a Ruby aún si la chica después se quejaba por no darle su espacio.

Justo cuando estaba a punto de caminar en la dirección en la que se había ido Ruby, detuvo sus pasos al escuchar ramas crujiendo, a lo que tomó a Myrtenaster en su mano y adoptó una postura de lucha, lista para atacar.

De entre las hojas, dos figuras familiares salieron, por lo que Weiss inmediatamente se relajó, bajando su arma.

Justo cuando la ex-heredera estaba dispuesta a lanzar algún comentario sobre que debían avisar que estaban llegando y que casi los atacaba, sus palabras se vieron estancadas en su garganta.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver, como detrás de Blake y Jaune, aparecía la figura de Yang.

—Hey, reina de hielo —la saludó Yang casualmente y con una sonrisa.

—Oh mi... —Weiss ni siquiera se molestó en decir algo más, soltó a Myrtenaster la cuál cayó al suelo. De inmediato, la ex-heredera rompió toda distancia entre ellas y Yang, como si lo hubiera esperado, abrió sus brazos y la abrazó con fuerza, levantandola un poco del suelo.

—También es bueno verte, Weiss —le susurró Yang con una suave sonrisa, colocando su mano en la parte posterior de la cabeza de Weiss.

—Me alegra que estés bien, idiota —murmuró Weiss en respuesta, dejando finalmente ir a Yang. Weiss se limpió las lágrimas en sus mejillas e intentó cepillar las arrugas de su vestido.

—La encontramos en la playa —le informa Blake a Weiss, captando su mirada —¿Y Ruby? —pregunta. Weiss hace una pequeña mueca y se aleja de ellos para tomar a Myrtenaster de nuevo.

—De hecho, iba a ir a buscarla —comentó Weiss volviéndose a mirarlos. Yang la miró con una ceja arqueada y confusión —. Dijo que necesitaba tomar un poco de aire, pero siento que ha pasado demasiado tiempo, así que estaba por ir a encontrarla.

—Entonces, vamos —dijo Yang sin titubeos y con seriedad —, guía el camino —agregó, activando el retroceso de Ember Celica. Con eso, Weiss se dio cuenta de que no era la única que tuvo un mal presentimiento. La ex-heredera asintió y tomó el liderazgo del camino mientras el resto la seguía.

[...]