Oscar ha vivido muchas cosas a lo largo de su corta vida. Creció en una granja un poco apartado de la ciudad principal, así que no hizo muchos amigos a lo largo de su vida. Cuando tenía 5 años, perdió a sus padres que un día salieron de paseo a la ciudad para hacer unos encargos, sufrieron un accidente y desde entonces fue cuidado por su tía. Siempre hubo cierta monotonía y regularidad en su día a día en la granja, envuelto en una familiar rutina. Y después, un día aparece una voz en su cabeza así que su vida cambia totalmente, de repente tiene que lidiar con grimm, personas que quieren su cabeza, con una mujer inmortal, con las expectativas de cumplir el rol de Oz... Ser el próximo Oz y perder totalmente quien es...
Por supuesto que es injusto. Es injusto ser esa "alma de ideas afines", y ceder tu cuerpo a alguien más que no eres tú, adquiriendo nuevos hábitos, cambiando gradualmente para ser quien "debes" ser. Es injusto que siendo solo un adolescente tenga que estar metido en una guerra que ha durado muchos años. Es injusto tener que ser el que enfrente a una mujer con un rencor personal contra la humanidad y la vida.
Bien, puede trabajar con eso. O más bien tiene que trabajar con eso, después de todo, él fue el elegido, ¿no?
Por tanto, también tiene que enfrentar esto, ¿no? Perder a personas en esta guerra, amigos y familia ya que siempre, a lo largo de todos estos años ha sido así.
Así que por eso ahora está trabajando, ayudando en todo lo que puede para distraerse del dolor que siente, siempre ha sido así, trabajar para no pensar más, para bloquear pensamientos que pueden llevarlo al umbral de la oscuridad. Si... Es mejor enfrentarlo así.
—Si sigues de esa manera te vas a estrellar contra el suelo —le dice Emerald sin un tono en específico en su voz mientras continúa su tarea de apilar las cajas de suministros médicos, manteniendo la mirada color carmesí en el estante.
«"Ella tiene razón, Oscar, necesitas parar por un momento"».
Oscar gruñe rodando los ojos, moviendo otra caja hacia Emerald para que la acomode con el resto.
—Estoy bien —responde simplemente, sin intención de seguir hablando y solo centrándose en el trabajo.
Emerald lo ve por el rabillo del ojo, su entrecejo se frunce un poco, pero no dice nada más y continúan en silencio.
«"Oscar, no podrás ayudar a nadie si colapsas por exceso de trabajo. Sabes que todos necesitan—"»
—¡He dicho que estoy bien! —siseo el granjero con frustración, sus dedos volviéndose blancos al presionarlos contra las orillas de la caja que cargaba.
Hay un silencio ensordecedor y tenso después de su arrebato. Oscar solo espera que Ozpin finalmente desista y lo deje en paz.
—Es obvio que no lo estás —dijo Emerald dejando de hacer lo que hacía para dirigir su atención al chico y rompiendo el silencio.
Oscar la miró, confundido durante unos segundos ante su declaración. Ella no había dicho muchas palabras desde la caída de Atlas, simplemente lo seguía y trabajaba con él varias horas hasta que él decidiera retirarse a su habitación. Generalmente, Oscar tomaba las tareas que no estaban siendo atendidas o en las que faltaba personal para realizarlas, y las tomaba con la intención de mantenerse alejado lo más posible de las multitudes y los otros cazadores, más que nada porque no quería escuchar el hilo de rumores que comenzaron o las preguntas que se referían a sus amigos perdidos, los evacuados solían preguntar por los cazadores que los evacuaron, que había sido de ellos o en dónde estaban. Oscar no podía soportar escuchar como el tema salía de vez en cuando, su estómago se hundía y sentía una opresión en su corazón cuando escuchaba la mención de alguno de ellos, así que intentó mantenerse lo más apartado y ocupado posible, las únicas veces que interactuaba con otras personas era cuando Winter los reunía y hacían planes de cómo proceder con los refugiados, sus necesidades y su traslado a lugares seguros. Él debía de estar presente en esas reuniones debido a la voz de Ozpin, dónde lo consultaban la mayoría de las veces. En los primeros días, ni Nora ni Ren estuvieron involucrados en dichas reuniones, se mantuvieron alejados un poco, aislándose en la habitación que se les había asignado, ha pasado una semana y ellos hasta hace dos días comenzaron a participar en las reuniones finalmente, uniéndose Qrow a las reuniones también. Mientras, Emerald generalmente se perdía por ahí en el tiempo en el que él estaba metido en una reunión. Era comprensible después de todo, ella no hace mucho tiempo había estado del lado del enemigo, ella había estado involucrada en la caída de Beacon, tenía parte de la responsabilidad de aquellos que salieron heridos en Vale, en el torneo... Puede que ahora ella los esté ayudando y que sus habilidades sean de mucha utilidad en sus futuros enfrentamientos, pero eso no podría borrar el daño ya hecho por ella. Él supuso que por todo eso, Emerald lo seguía en la realización de las tareas que él tomaba, después de todo, implicaba poca o nada de gente alrededor de ellos. Por ello, ahora está confundido por su intervención.
—Yo... Eso no importa, tenemos trabajo que hacer —responde él, dejando la caja que aún cargaba sobre otra que estaba entre él y la joven de cabellos menta.
—Mira, no sé mucho de estas... Cosas de hablar sobre sentimientos y todas esas tonterías —dice Emerald, cruzándose de brazos mientras su mirada lo recorre de arriba hacia abajo dos veces, antes de centrar sus ojos carmesí en los avellana de él —. Y para nada quiero consolarte porque no sirvo para esas cursilerías o mostrarme "preocupada" por ti, niño —ella arquea una ceja —. Pero es obvio que no estás bien. Has estado trabajando desde que sale el sol y terminas hasta que la luna aparece, ni siquiera pasó un día desde que todo pasó y comenzaste a trabajar —ella le miró firmemente —, esto es una guerra, niño, creo habérselos dicho antes, a veces van a perder, quizás la batalla, quizás amigos, pero esa es la guerra y no puedes hacer otra cosa que continuar —apretó su mandíbula, desviando la mirada mientras Oscar le miraba con el entrecejo fruncido en enojo y algunas lágrimas retenidas en sus ojos avellana —. Es una mierda, ¿okey? ¿Crees que no me parece... Inquietante que varios de ustedes perdieran de esa manera contra Cinder? ¿Qué entre todos aquellos que ustedes perdieron esté la pequeña "señorita heroína"? ¿La mocosa que ha sido tan terca y ha desafiado a Cinder y a la misma Salem? —interrogó, volviendo la mirada a él de nuevo —. Es una porquería que sucediera cuando acabo de cambiar de bando, pero sigo aquí, tomé una decisión, voy a vivir con esa decisión y sé que aún debo enfrentarme a Cinder, pero tú me diste ésta oportunidad cuando le di la espalda a Salem. Así que no te atrevas a descuidar tu persona solo porque necesitas reprimir el dolor que sientes de haber perdido a tus amiguitos —dice frunciendo el entrecejo, mostrando los primeros indicios de incomodidad en sus facciones al profundizar en sus palabras —. Y no te atrevas a simplemente revolcarte en el suelo en tu dolor, ¿qué acaso tus amigos no te enseñaron que debías seguir aún pese a las pérdidas? —Emerald hizo una mueca, guardando silencio solo unos segundos, como si se debatiera en decir sus siguientes palabras —¿Qué acaso no siguieron adelante cuando Nikos y Polendina murieron? —se atrevió a preguntar, dejando ver un signo de arrepentimiento en sus ojos al decirlo, si era por el hecho de mencionarlo o por el hecho de que ella había sido participe, Oscar no estaba seguro, pero él solo apretó sus manos en puños con fuerza, su cuerpo comenzaba a temblar.
"Cuando Beacon cayó, perdí a dos de mis amigas. Penny Polendina y Pyrrha Nikos"
Los ojos avellana finalmente no pudieron retener las lágrimas, así que resbalaron por sus mejillas, empezó a hiperventilar mientras el dolor en su pecho cada vez se volvía más fuerte. Emerald no dijo más, ella en silencio se dirigió a la salida de la carpa, dejándolo solo.
"Estoy asustada, pero no solo por mí. Lo que pasó en Beacon demuestra que a Salem no le importa si estás en su contra o no, ella matará a quien sea, y eso es lo que más me asusta de todo".
El moreno se dejó caer al suelo, cubrió con sus manos su rostro, sollozando fuertemente mientras las palabras de Ruby afloraban en su memoria.
"Pyrrha... Penny. Mentiría si dijera que no dolió, que no pensé en ellas cada día desde que las perdí, que no desearía haber pasado más tiempo con ellas. Si hubiera sido yo en vez de ellas, sé que ellas también hubieran seguido luchando, no importa cuan peligroso fuese. Así que eso decido hacer... Seguir avanzando".
Oscar sollozó cada vez más, dejando que la presa cediera y se desbordara, envolviendo sus propios brazos alrededor de si mismo y encogiéndose, como si quisiera desaparecer.
"Hey, Oscar. Esto no es nada fácil, pero el hecho de que siquiera lo estás intentando dice mucho de ti. Eres más valiente de lo que crees".
No sabe cuánto tiempo está transcurriendo o a dónde se fue Emerald, pero continúa llorando. Los recuerda a cada uno de ellos, Weiss y su pequeña insistencia de que se abrigue mientras están en Atlas, actuando un poco maternal al igual que lo hace Nora. Yang contándole chistes para animarlo en los momentos que estaba libre de sus asignaciones de cazadora. Las sesiones de lectura con Blake en los tiempos libres en que coincidían. El apoyo incondicional de Ruby, siendo sin saberlo su pilar para esforzarse y continuar gracias a la fe que siempre ha mostrado tenerle, siempre mirándolo con él, reconociendolo como una persona única, como su propia persona. Y Jaune... Jaune quién, a pesar de haber tenido tropiezos con él, se convirtió en su mejor amigo, su hermano.
La garganta de Oscar arde, ni siquiera se dio cuenta cuando sus llanto aumentó de volumen, pero ahora mismo no puede calmarse, está tan asustado de la posibilidad de perder a más personas, está enojado por perder a su familia, está triste, está muy cansado.
De pronto, unos brazos lo envuelven, el aroma a frambuesas llega a su nariz, y abre sus ojos llenos de lágrimas para ver a la persona que lo ha abrazado.
Nora está ahí, ella lo envuelve en un abrazo de oso, meciendo su cuerpo un poco para calmarlo mientras los ojos aguamarina de ella están llenos de lágrimas. Detrás de Nora, Ren está de rodillas, una mano descansa en el hombro de ella y la otra está en su cabeza, frotando suavemente su cabellera oscura.
Oscar desenvuelve sus brazos de si mismo para envolverlos alrededor de Nora y aferrarse a ella con fuerza, sollozando dolorosamente.
Él no quería volver a perder a nadie más, su familia estaba muy rota.
Y Oscar continúo llorando hasta agotarse, hasta que ninguna lágrima pudiera salir más, hasta quedarse dormido. Nora y Ren se quedaron con él, pacientes y en silencio, estuvieron con él.
Emerald se mantuvo en la entrada de la carpa, cruzada de brazos mientras su mirada se mantenía perdida en el exterior, como si vigilara que nadie se acercara.
—¿Emerald? —la mencionada miró por sobre su hombro para ver a Ren —. Gracias... Por llamarnos.
Emerald no respondió, simplemente asintió para volver después su mirada al exterior.
Ren devolvió su mirada a Nora, quien mordió su labio mientras frotaba pequeños círculos en la espalda de Oscar, el cual ya había cedido al sueño. Se mantuvieron así por un rato, inmóviles con solo el sonido de sus respiraciones llenando el lugar.
[...]
