Puede que Sona haya luchado con uñas y dientes para cancelar su matrimonio, no era necesariamente por la idea de mantenerse sola, es solo porque le gustaban cosas más interesantes que Diodora Astaroth¹, interesantes como las camisas que apenas soportaban los músculos de Sairaorg en ellas, o la forma en la que el sudor recorría tanto su espalda como su abdomen. Sona definitivamente confiaba que Sairaorg era una persona interesante y no temía en lo más mínimo expresar aquel interés.
—¡Oh! Llegaste… temprano —habló el joven demonio y ella simplemente sonrió.
—Si, yo… quería verte —susurró ignorando la sorpresa de Sairaorg, pues jamás había aparecido en su casa, y puede que esté hecho hizo que toda su sangre se juntara en sus mejillas, puede también que el ritmo de su corazón se haya acelerado, pero no le importaba.
—¡Mira las casualidades de la vida! Yo también estaba pensando en verte, tal vez también en ir a tomar un café —sonrió y si bien tenía unas inmensas ganas de abrazarla se abstuvo—, aunque creo que debería darme una ducha antes, dame cinco —ella asintió ansiosa y Sairaorg se fue.
Ver a distintas personas entrar en el territorio (una pequeña casa en el campo²) que habitaba el joven y ahora heredero del clan Bael, no era raro sin embargo lo raro era ver a Sona Sitri lejos de la biblioteca del castillo Sitri, y más aún verla en los territorios de alguien más que no fuera Rias Gremory, y como sucede en los territorios de clase baja, el rumor corrió más rápido de lo necesario, incluso más rápido de lo que tardaron en llegar a la capital del territorio Bael para tomar dos capuchinos helados.
Por lo tanto, las miradas indiscretas no tardaron en ser dirigidas a la pareja que a duras penas prestaba atención a todo lo que había a su alrededor.
Y ellos, ¡Oh ellos! No importaba si estaban planeando la caída del consejo demoníaco o simplemente se contaban como había ido su día, ambos se mantenían con una radiante sonrisa.
Poco después de que se cumpliera media hora salieron de la cafetería y caminaron tranquilamente hasta la estación de trenes. Sona no quería que nadie descubriera su… interés por el chico que probablemente le sacaba dos cabezas de altura, pero el se había negado a dejarla ir sola, entonces caminaban uno al lado del otro, negándose a tener contacto físico pero deseándolo fervientemente.
—Sabes… —inició Sairaorg con timidez—… he considerado nuestra compatibilidad como personas y… y… —soltó una sonrisa nerviosa—, tal vez deberíamos de hacer formal nuestra relación.
—No está siguiendo el protocolo, joven Bael —chillo Sona con una voz que más buen sonaba a Serafall.
—Bueno, —detuvo su andar e inicio a explicar su razonamiento—, el protocolo no es algo que se ajuste a mi, lo creo importante si, ¡pero vamos! Eres tú con quién quiero tener una relación, no con tus padres o tu clan.
Sona entrecerró los ojos y Sairaorg temía haber arruinado su… amistad, relación, compañerismo… algo, con Sona. El silencio se prolongó por un par de minutos más en los que el heredero de la casa Bael estaba a punto de gritar que olvidará todo lo anterior y siguiera como si no hubiera dicho nada.
—Bien.
—¡Oh! Si claro.
—Yo… ¿de dejas abrazarte?
—¡Infiernos! ¡si! —Sairaorg pasó sus manos por las costillas de Sona y la alzó hasta que ella pudo pasar las suyas detrás del cuello del chico—. ¡He esperado mucho tiempo por eso! ¡me encantan los abrazos! —ella soltó una risita, luego Sairaorg tímidamente buscó los labios de Sona, y sonrió feliz cuando ella aceptó el mimo.
—Bien, ahora… ¿Cuándo le diremos a mis padres?
—¡Cuando lo deseé jefa!
16-10-2021
Notes:
¹ El matrimonio arreglado entre Diodora y Sona es mi headcanon y nadie puede convencerme de lo contrario.
² Vamos a fingir que Sairaorg aún vive en el campo.
Yo quería seguir con la cochinada y la idea de Vali x Issei x Rias, peeero el fluff me ganó
