Fluttering Lashes
By: HybridVirus

Disclaimer: Hetalia y sus personajes son pertenencia de sus respectivos dueños, solamente soy dueña de Rafaela y no hay ninguna ganancia con esto, más que darles amor a las relaciones de mi país con otros países; solo soy una fan que escribe para fans.

Pd: Se aceptan donaciones en PP :La descalabran:

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Capítulo III

La brisa susurra suavemente en el silencioso bosque, si Rafaela debe de ser honesta le resulta realmente extraño, el pensar en que este lugar es la creación de alguna extraña criatura, cuyo propósito sea el de devorar a personas inocentes. Un suave suspiro escapa de los labios de la ojimiel, mientras sus ojos se posan en las resplandecientes estrellas en el cielo. Una suave sonrisa se hace presente en las bronceadas facciones de la mexicana, al mismo tiempo que apoya las manos en el suelo para poder inclinarse hacia atrás, y así poder apreciar el hermoso cuadro creado por el cielo estrellado, que le ha obsequiado la entidad. De vuelta en casa… apreciar un detalle como este sería completamente imposible, pues en la ciudad no se pueden ver tantas estrellas en el cielo.

Un suave 'thump' resuena en el silencioso banco del rio, mientras la ojimiel se deja caer sobre el suelo dispuesta a disfrutar de este agradable, y relajante momento. Esto le recuerda a uno de esos tantos pueblitos estadounidenses, que llego a visitar durante sus viajes en carretera. Lugares pequeños y pintorescos rodeados de un sinfín de naturaleza, donde absolutamente todos se conocen de toda la vida. Lugares donde los niños jugarían en las calles sin el menor miedo, y en los que sin falta las familias harían sus picnics o barbacoas en el parque los fines de semana. Donde todos siempre se saludaban los unos a los otros, con un claro gesto de confianza y un sentimiento de comunidad.

Los orbes ambarinos se entrecierran al reconocer ciertas similitudes, en el actuar de sus compañeros. Es más que obvio que todos los sobrevivientes conforman una sociedad, puede que no sea la mejor de todas. Pero sin duda alguna hay saludos gentiles, preocupación por quienes han vuelto de una cacería. Hay un sentimiento de compañerismo y un deseo de protegerse los unos a los otros, en todos los miembros del campamento de los sobrevivientes. Y como toda sociedad, todos son conscientes de que cada quien tiene sus propios deberes que cumplir. Hay quienes son mejores saboteando los ganchos estratégicamente, mientras que otros son mejores al momento de sanar heridas.

En cambio, otros de los miembros de los sobrevivientes han demostrado ser imparables, cuando se trata de reparar los generadores. Y finalmente otros pocos han demostrado tener las aptitudes correctas, para formar parte del grupo de riesgo… el mismo donde se encuentran aquellos sobrevivientes, que son la carnada predilecta para distraer a los asesinos. Los dedos de la ojimiel se entrelazan sobre su estómago, mientras su mirada se mantiene perdida en el cielo. Esta sociedad le ha dado un lugar quizás no tan beneficioso, ella siempre está en riesgo de que alguno de los asesinos consiga atraparla… pero la sensación de poder hacer la carga del resto más sencilla, le resulta realmente …fascinante.

Quizás sea la calidez que se apodera de su corazón, al ver alguna sonrisa sincera dirigida en su dirección. O la sensación de estar haciendo algo aceptable a los ojos de alguien más… Quizás sea el aprecio en las miradas de sus compañeros, lo que la había hecho aceptar ponerse en riesgo de semejante forma. Un sonoro 'Tch' escapa de los labios de la ojimiel, consciente de que probablemente sea porque es una adicta a la adrenalina y sus razones son quizás egoístas. Pero si alguien le saca beneficio a esto, y ella se puede divertir durante el juicio… ¿Qué más dan esos detalles? Quizás lo más interesante en esta situación, sean las razones que esta criatura tiene para tenerlos en este lugar.

¿Qué es aquello… que le hace elegir a las víctimas? Un gesto repleto de duda se aferra al rostro de Rafaela. Intentando justificar su existencia en el campamento de los sobrevivientes, ha visto a sus compañeros en los juicios. Absolutamente todos son personas normales… algunos de ellos son oficinistas, otros estudiantes, ella era una simple periodista, bueno si es cierto que hay un veterano de guerra entre ellos. Pero no es algo del otro mundo, lo único que todos parecen tener en común… es un deseo innegable, por luchar contra todo para poder sobrevivir. El suave murmullo de una rama crujiendo le hace incorporarse de golpe, para buscar en los alrededores con sus orbes a la inesperada compañía, que se ha hecho presente y que se ha llevado así la tranquila calma en la que se encontraba sumida.

–Lo siento, no quería molestarte.

(¯ `v´¯ )
`.¸.´

Una gentil sonrisa se apodera de los carmines labios de la ojimiel, mientras niega lentamente con la cabeza. El suave murmullo de los pasos pertenecientes a la pequeña rubia, resuenan en sus oídos haciéndola que se acomode un poco sobre el suelo. Las sonrojadas mejillas de Alice resplandecen ante sus ojos, lo cual le da un aire realmente tierno a la avergonzada sobreviviente. Sin pensarlo mucho la dueña de las brillantes esmeraldas se deshace de sus propios zapatos, para tomar el balde que Rafaela ha dejado abandonado y así adentrarse un poco en el agua. Un suave suspiro escapa de la ojimiel al mismo tiempo que flexiona una de sus piernas, para atraerla hacia su pecho. La barbilla de Rafaela se apoya sobre su rodilla, mientras sus ojos rebuscan en los alrededores, intentando asegurarse de que el lugar aún es seguro para ambas.

–No me molestas, pero no deberías de haber venido sola.

Un sonoro 'Uhum' escapa de la garganta de la jovencita que usa lentes, mientras le dirige una mirada incrédula a la dueña de los orbes miel. Uno de los dedos de Rafaela se desliza contra su nariz, mientras continúa sonriéndole a la joven mujer que la mira de un modo acusador. 'Deberías de tomar tus propios consejos.' sisea en un tono molesto la bretona, a la par que continúa hundiendo el balde para recolectar el agua por la que Rafaela había venido en un principio, y que había quedado por completo en el olvido ante el hermoso cielo estrellado. 'N-no es que me importe, si te pasa algo.' sisea la abochornada chica al mismo tiempo que desvía la mirada, como si la silueta de la ojimiel fuera la peor ofensa para su persona.

–¡Oh dios… pero que traición, Alice pensé que me amabas!

Un indignado chillido escapa de los labios de la dueña de las hebras doradas, al mismo tiempo que empieza a arrojar agua en la dirección de la mexicana, quien no hace más que reír descaradamente ante el avergonzado y sonrojado rostro de la hermana de cierto asesino, al que le gustaba acechar en los alrededores del campamento de los sobrevivientes. El suave movimiento entre la espesura de los arboles llama la atención de los orbes miel, haciéndole ladear levemente el rostro en un gesto que había visto un sinfín de veces, en el silencioso asesino que probablemente se encontraría en los alrededores, gracias a la presencia de su hermana. '¿¡Como dices esas cosas!?' chilla la indignada rubia al mismo tiempo, que la dueña de los orbes miel se pone de pie. Su mirada se desliza sobre las sombras entre los árboles, para después acercarse hacia el agua ante la aparente calma. Por este momento… parecen estar solas.

–¿Q-que crees que haces…?

Pregunta la dueña de las resplandecientes esmeraldas al ver, la forma en la que las bronceadas manos se aferran a la parte baja de la camisa que Rafaela lleva puesta. La tela escarlata se abraza a su cuerpo de una forma bastante… favorecedora para su silueta, pero que al mismo tiempo se ve lo suficientemente floja como para darle la oportunidad de moverse sin el menor problema. Ese intenso tono carmín es el mismo que está siendo levantado sin el menor cuidado, y que expone lentamente la piel que ha sido besada amorosamente por el sol. Una divertida sonrisa se apodera de los carmines labios de la ojimiel, ante el tono escarlata que ha tomado el control de su pálida acompañante.

–Supongo que también quieres darte un baño. Si somos dos, será menos aterrador estar aquí ¿No lo crees?

El rostro de la ojimiel se ladea levemente en un gesto inocente, al mismo tiempo que termina de retirar la roja tela de su persona. Una indiscreta sonrisa se apodera de sus facciones, al ver la avergonzada forma en la que la más bajita desvía el rostro hacia un costado. Al mismo tiempo que asiente nerviosamente ante las palabras de la dueña de las hebras castañas. En verdad casi nunca tienen la oportunidad de darse un baño, el campamento suele darles todas las necesidades que necesitan, pero a veces… hay una extraña sensación en el ambiente. Como si algo estuviera ahí observando atentamente, cada uno de sus movimientos. Por lo que muchos intentaban alejarse del edificio donde se encontraban las duchas.

–P-pero…

Murmura entrecortadamente la ojiverde, al mismo tiempo que desliza su mirada por los alrededores, es cierto que aquí no se percibe esa extraña sensación que les eriza la piel, como sucedía en el edificio de las duchas. Pero… a diferencia de ese espantoso lugar… el rio es una ubicación que se encuentra completamente al aire libre, donde no se encuentra lugar o recoveco alguno para ocultarse de alguna mirada curiosa… además de que no era la primera vez que se creía ver a alguno de los asesinos en los alrededores. El repentino eco del chapoteo del agua al ser perturbada llamo por completo la atención de la rubia, para posar sus ojos en la bronceada mujer que se estira perezosamente como si de un gato se tratase.

–¡Anda Alice, no seas aguafiestas!

Menciona como si nada la dueña de los orbes caramelo, al mismo tiempo que se acomoda el sujetador. Hay un límite que la misma Rafaela no está dispuesta a cruzar, nadar en ropa interior es una cosa y otra completamente diferente es el quitarse absolutamente todo. Solo se quitaría lo suficiente para cumplir con la regla de las películas de terror, así Alice podría estar tranquila mientras se encontraban en el agua, además era casi como si llevara puesto un traje de baño, lo único que diferenciaba a los trajes de baño y a la lencería, era la normativa y aceptación de la sociedad. Que se jodan los estándares de la sociedad, no es como si esas reglas se aplicaran del todo en este mundo.

(¯ `v´¯ )
`.¸.´

Un cansado suspiro escapa de los pálidos labios del joven ojilila, al escuchar el nada discreto golpeteo de las pisadas del asesino que camina detrás de sí. Sin duda alguna su líder se comporta como un idiota que tiene todo bajo control, cuando deberían de estar siendo realmente discretos. No solo están invadiendo una parte del bosque que no les pertenece, sino que también se están adentrando en el territorio del campamento de los sobrevivientes. No es como si los temblorosos miembros del equipo de los sobrevivientes fueran a enfrentarlos, ni tampoco era que el resto de los asesinos no rondaran por estos lugares, claro que lo hacen a su propio modo y cada uno con sus propios propósitos.

–Explícame de nuevo Anko…

Pregunta con un tono exhausto el miembro más joven de la legión, ante la situación en la que se encuentra, pues Emil sabe de sobra que todo se puede salir de control en apenas un instante. Esta es tierra de los sobrevivientes y aunque deberían de respetarla… es claro que el único acuerdo en este lugar, es el de no asesinar a no ser, que disfruten el castigo de la entidad. Los sobrevivientes no son el verdadero problema en este lugar. Un escalofrío se apodera de la columna vertebral de Emil, al pensar en el verdadero problema que podrían encontrar aquí. Y ese sería el hecho de que se encontraran con algún otro asesino, y de algún modo se interpusieran en su camino. Lo cual, para ser honesto le parecía como una posibilidad innegable, ante la prepotente forma en la que Mathias caminaba por el lugar, como si fuera el amo y soberano de todo.

–¿Qué razón tienes para querer venir, al límite del campamento de los sobrevivientes?

Los orbes lilaceos se entrecierran ante el despreocupado silencio de su líder, Emil está aquí arriesgando su pellejo por quien sabe que ridículo y absurdo deseo de venganza que Mathias pueda tener. Así que se siente con todo el derecho de saber porque razón puede que este, en riesgo de enfrentarse a otro depredador que se ha adentrado en el bosque, justo como ellos lo han hecho también. 'Ya te lo dije Emil, esto es algo entre lille kanin y yo' los irises del islandés giran ante el ridículo apodo, con el que ha sido bautizado alguno de los sobrevivientes. Quien quiera que sea, Emil no puede evitar sentir un poco de lastima. Tener el interés de su odioso líder, puede resultar ser algo realmente frustrante para muchas personas, así que debía de serlo aún más para uno de los temblorosos y aterrados sobrevivientes.

–Espera… ¿Esto es por… una de esas cosas sexuales locas?

Susurra en un tono repleto de desagrado el más joven, al mismo tiempo que mira sobre su hombro al imponente rubio que para su desgracia, se autoproclamo el líder de su pequeño grupo. Los hombros del más alto se encogen como restándole importancia a las palabras del más joven, para después detenerse ante el suave eco de las risas que provienen, desde un punto que Emil reconoce como el rio. El timbre de las voces es completamente femenino, y la forma en que se mezcla con el movimiento del agua, le dice que no se trata de una sola persona. Los irises lilas se abren desmesuradamente al reconocer finalmente las voces, que parecen resonar como el tentador canto de una sirena en sus oídos.

–¡Espera Anko!

Sisea el islandés al mismo tiempo que se aferra con toda su fuerza al brazo de su rubio líder. El rubio platinado puede sentir como si le faltara el aliento, no es la voz de Rafaela la que le hiela la sangre a Emil, es el hecho de que quien la acompaña es Alice Myers y eso es un riesgo en potencia para el par de jóvenes, que se encuentran invadiendo un lugar donde seguramente se encuentra uno de los asesinos más peligrosos en el dominio de la entidad. Una parte de Emil quiere pensar que no hay forma alguna, en la que 'Conejito' sea la acompañante de Rafaela. Porque Anko tendría que estar completamente loco, y no tener dominio alguno sobre sus facultades mentales, para siquiera intentar pensar en meterse con la hermana de Seamus Myers.

–¡Anko!

Insiste en un tono suplicante el dueño de las hebras platinadas, sus orbes se mueven de un lado a otro. Intentando prepararse para aquello que reconoce, como una inminente realidad. Seamus los va a despellejar por atreverse a acercarse al rio, simplemente porque su hermana se encuentra en el lugar. Una parte de él quiere decir que las reacciones del asesino son raras, pero su propio hermano hace cosas bastante similares. Así que no es quien para criticar semejante apego loco entre los hermanos Myers, la única diferencia es que su hermano jamás le encajaría un cuchillo, a diferencia del modo en el que ha visto a Seamus hacerlo con Alice. De haber sabido que esto era lo que Mathias tramaba cuando le pidió que lo guiara, Emil se hubiera rehusado a traerlo al campamento desde el inicio.

–Vamos a morir… Myers nos va a liquidar…

Susurra entre dientes el más bajito al mismo tiempo que es arrastrado por el más alto, en la dirección de los arbustos y los altos árboles que cubren la oscura superficie del rio. El corazón del dueño de los orbes amatistas se relaja al percatarse del repentino silencio, ya no puede percibir las voces que provenían del rio. ¿Quizás… ambas mujeres se habían retirado al escuchar algo o al haberse percatado de su llegada al lugar? Un aliviado suspiro escapa de los pálidos labios de Emil, solo para verse interrumpido por las manos de Mathias adentrándose en el arbusto y empezar a separar las ramas para poder asomarse hacia el otro lado. Apenas los labios del islandés se separan, el eco de algo cortando el aire resuena en sus oídos, justo antes de que una piedra se azote brutalmente contra el rostro del líder de la legión.

–¡Mierda!

El grito del alto rubio retumba como un trueno en el repentinamente silencioso lugar, haciendo que Emil contenga nerviosamente el aliento en sus pulmones, ante la aparición del repentino y familiar grito de una aterrada Alice y el eco del agua siendo agitada resonando en sus oídos '¡Por dios, hay alguien ahí!' chilla la abrumada mujer al mismo tiempo que intenta escapar rápidamente del agarre del agua, intentando acercarse lo más rápido posible hacia la orilla. Una sonrisa socarrona se apodera de los labios del menor, al ver la forma en la que Mathias se retuerce lamentablemente en el suelo. Sin duda alguna el rubio idiota se merece esto, por poner en riesgo su pellejo al siquiera pensar en la posibilidad, de intentar acostarse con la hermana de Myers.

–Oh, pero si solamente es Seamus…

Susurra la voz de Rafaela consiguiendo que el corazón de Emil se detenga por completo, no hay forma en la que eso sea verdad… Un gesto repleto de pánico se apodera del oculto rostro del ojilila, mientras mira a su patético líder rodar por el suelo. Una parte del islandés espera que enserio la piedra que las mujeres arrojaron, le rompa la nariz y que esta se quede chueca para que jamás olvide, como arriesgo el pellejo del hermanito de su mejor amigo, por una simple calentura. La mirada lilacea se mueve hacia las sombras detrás de ellos, y es en ese instante en que aprecia lo bien que mira Rafaela entre las sombras. Porque de no ser por ella… jamás habría percatado del alto hombre enmascarado, cuyo rostro se ladea como si estuviera exigiendo explicaciones.

Continuara…

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Hybrid-Virus

Yo! Buen día lectores, espero que estén teniendo un excelente fin de semana. He estado un poco ajetreada con el trabajo, esto ya que tengo que dejar unas cosas listas antes de poder salir de vacaciones. Pero espero dejarles unas cuantas actualizaciones en el transcurso de estos días, para así compensar mi ausencia. No será mucho tiempo por lo que no tienen de que preocuparse.

En este capítulo hay un poco de trasfondo sobre Rafaela y vemos algo de la dinámica que tienen los sobrevivientes en el campamento. Siento que, al encontrarse en esta situación la confianza que los sobrevivientes deben tenerse los unos a los otros, debe de ser realmente buena para poder llevar acabo un enfrentamiento, que les resulte en algo favorable contra los asesinos.

Alice es tan tsundere como Arthur, no tengo pruebas al 100% pero tampoco tengo dudas. Es por esta razón que la rubia, se rehúsa a aceptar la preocupación que le causa el hecho de que Rafaela, se aleje del campamento por si sola. A pesar de que esta no suela adentrarse en el bosque. En el juego al reparar alguno de los generadores, se encienden las luces a su alrededor y los asesinos reciben un aviso visual, pero también una advertencia "No dejes entrar la luz" Por esta razón los sobrevivientes, procuran quedarse lo más cerca posible de la fogata en el centro del campamento.

Basándome en esta advertencia a los asesinos, es que me permito suponer que mientras los asesinos no se acerquen al centro del campamento. No tienen razón alguna para no pulular en los alrededores. Es por esta razón que Seamus ronda por los límites del campamento. A quienes han visto las películas de Halloween, debe de resultarles bastante obvia la similitud con la forma en la que Michael acosa a Laurie en Haddonfield. En si el acechar a los individuos para aterrarlos, aparecer de la nada y desaparecer del mismo modo, me parecen una parte indispensable del personaje y siento que no plasmarlo era completamente injustificable.

Ah, qué decir de Mathias… seré honesta y diré que me gusta bastante, por lo que debo admitir que es por esa razón que disfruto hacerlo sufrir, y hacerle la vida imposible cuando intenta enredarse con Rafaela. La máscara que Mathias lleva no es originalmente la de Frank, quien es el líder de la legión. Pero la idea de Siegfried usando la máscara sonriente de Frank, me mataba completamente de la risa y es por eso que, decidí intercambiar sus máscaras para hacer un poquito más perturbadora la estoicidad de Noruega. Lille kanin es danés para "Pequeño conejo" o "Conejito" que es la forma en la que Mathias ve a Rafaela, al siempre intentar huir de él y por ende se ha convertido en un apodo para México.

Emil me parece como el personaje tierno que uno supone, es simplemente incapaz de hacer gran cosa por sí solo, pero una vez haciendo equipo con Siegfried cuando hay dos asesinos en el mapa, la cosa cambia radicalmente en la cacería. En algunas de las partidas, los asesinos pueden caer presas de las tarimas que los sobrevivientes usan, para dejarlos paralizados por unos cuantos instantes. Hacerle eso a Emil cuando Siegfried se encuentra en el mismo juicio, es una sentencia de muerte segura para cualquiera de los sobrevivientes. Incluso si el mismo Emil cae en algún loop con los sobrevivientes, es una cuestión para terminar acuchillado sin piedad y después ser ofrecido a la entidad.

Sin más por el momento, dejen un review y nos vemos en la próxima actualización.

-Reviews-

Guest: Muchas gracias, me alegra que te guste como escribo y que la historia sea de tu agrado. ¡Es un placer darte algo que leer en la noche!

Bee: Hola, me alegra que te guste y también es genial ¡Que te unas al club del DenMéx!

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"Formemos parte de la línea de reviews, cuando leamos un fanfic con un personaje que nos gusta y no es muy común ver, de un fandom olvidado o de una historia que nos guste; dejemos un review, porque esa persona escribe para nosotros y que mejor forma de inspirarla y darle combustible para seguir"