Aqui les traigo el capitulo 2 de esta historia.

Al final de cada capitulo, contestaré los reviews de los usuarios anónimos que me dejaron del capitulo anterior.

Por cierto, gracias a los que dejan reviews en mi historia. Les agradezco de corazón.

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen, son propiedad del Masashi Kishimoto.

¡Disfruten de la lectura!


Capítulo 2


Había sonado el despertador de su teléfono a las 6 am, lo cual hizo que la mujer que estaba durmiendo se levantará a apagarlo, por el ruido estruendoso que producía. Vio la hora y con entusiasmo se levantó, para comenzar la rutina de su día.

Se cambio su pijama por una ropa un poco más ajustada, pero cómoda. Bajó a la cocina a tomarse un vaso de jugo de papaya antes de hacer un poco de ejercicio en su patio trasero, como siempre lo hacía cada mañana. Aún el cielo estaba oscuro, pero desde lejos se veía que ya salían los primeros rayos de sol.

Había pasado una semana desde su revisión médica donde le detectaron que tenía el síndrome de Highlander, y le habían dicho que mantenga una vida saludable (como siempre lo ha hecho). Eso sí, que visite al médico de vez en cuando como ya le habían mencionado antes. Le dijeron que solo era necesario ir a Tokyo una vez al año para examinar su estado, y los demás chequeos se los podía realizar sin problemas en Konoha, incluyendo los hormonales. Claro que le advirtieron que cualquier cosa que presente su cuerpo, fuera de lo común y no haya sido prevista, les avisen a ellos inmediatamente.

También le hicieron conocer que iban a estudiar su caso, preguntándole si no se oponía a ello, incluso pidiéndole una firma de autorización. Hinata no tenía ninguno problema con eso, siempre y cuando mantengan su identidad oculta. No quería que las demás personas, a excepción de los médicos encargados, sepan de eso, ya que corría el riesgo de que sus familiares y personas cercanas se enteraran. El chisme en la sociedad corría a velocidades mucho más rápidas que un virus que se propaga.

Luego de terminar sus ejercicios de rutina, se dirigió al baño a tomarse una refrescante ducha. Envuelta en una tolla, se fue a su habitación a ponerse su ropa del trabajo. Un pensamiento vino en su mente antes de abrir su closet, y por ello se dirigió al gran espejo que estaba pegado en una de las paredes. Dejo caer su toalla, y observó su cuerpo.

Ella reconocía que físicamente era atractiva, pero claro, no con la exageración como sus amigas le decían. No le gustaba mostrar su cuerpo, para evitar miradas indecorosas, además de que creía que era demasiado generoso por todas partes. A pesar de ser delgada para su edad, creía que tenía unos senos demasiado grandes y su trasero tenía vida propia, además de muslos bien regordetes.

No le gustaban tales proporciones, pero con el paso del tiempo había aceptado su cuerpo.

Aun así, no creía que era el cuerpo perfecto que muchas deseaban.

Se miró una vez más al espejo, diciéndose que esta sería la apariencia que su cuerpo mantendría de aquí a adelante, no importa los años que pasen. Una idea que no le agradaba casi nada, pero tenía que acostumbrarse.

Alejo esos pensamientos, y se fue a su closet a sacar la ropa de trabajo, que consistía en una camisa blanca con una chaqueta y falda de color azul marino. Estas prendas eran grandes y largas para ella, pero eso no le molestaba, porque le gustaba la ropa holgada. Lo usaba por comodidad y ocultaban los atributos de su cuerpo.

Se puso su ropa interior, nada llamativa y totalmente sencilla. Se vistió con las demás prendas y bajo a desayunar. Luego de asearse, y con los libros y carpetas metidas en su bolso que necesitaba para ese día, se subió a su coche, para dirigirse al trabajo, y dar su mejor esfuerzo.

Había llegado con anticipación a las 7 am y se puso feliz, ya que le gustaba llegar temprano.

Saludó a la gente madrugadora que pasaba por los pasillos. Llegó a su oficina dejando sus cosas, y se puso a preparar el material de clases. Estas comenzaban en media hora, así que tenía tiempo de sobra.

Pensaba que iba a ser un día normal como siempre, hasta que alguien había tocado la puerta de su oficina. Le dijo que pasara, y se sorprendió que la persona que había llegado era nada más y nada menos que el director de la escuela.

―Buenos días Hinata, ¿Estas ocupada?

―Buenos días director Hatake. Estaba ordenado unas cosas, pero dígame sin problemas ¿Qué necesita? ―Le había dicho con una sonrisa amable. Kakashi se paró frente a su escritorio y suspiró, como si lo que le iba a decir era de suma importancia.

―Verás, yo sé que ya estas bastante ocupada enseñándole a los niños que cursan desde tercero a séptimo curso de primaria, pero quería pedirte de favor si nos puedes ayudar dando clases a los chicos de tercero de secundaria. ―Hinata había parpadeado ante esto último ¿Y los demás profesores de los demás cursos? ―Es que el profesor Yamato, que impartía clases de matemáticas a los chicos, se ha enfermado fuertemente y me aviso esta mañana que no va a poder dar clases. Ya tiene permiso de trabajo por salud. ―Se había puesto la mano atrás de su cuello, denotando que estaba un poco nervioso, por lo que le estaba pidiendo. Los profesores generalmente eran reacios de ayudar a dar clases que no competen en su materia. ―Ayúdame por favor. Solo será este mes. Si fuera por mí, no te pidiera este favor, porque llevas trabajando poco tiempo aquí, pero ningún profesor me ha querido ayudar con eso. También sé que no es tu materia y prefieres la literatura y el dibujo, pero se me acabaron las opciones.

Hinata observó que el director realmente se veía angustiado con pedirle aquello, dando veracidad a lo que dijo. Y como él había aceptado que ella trabaje en la escuela, no podía simplemente decirle que no. Se sentía en deuda con él.

Podría argumentar que ya tenía trabajo suficiente que la mantenía ocupada para librarse de aquello, pero por lo anteriormente mencionado, además de la manera en cómo le pidió el favor, notando la urgencia del asunto, y además de que nadie lo ha querido ayudar, la hizo pensar dos veces.

Pensó, que claro, a diferencia de una escuela privada (como la que trabajo hace un par de años atrás), en la pública los profesores no tenían la obligación de ayudar, si no estaba estipulado en su contrato. Solo pocos te daban la mano en ese lugar, y eso le molestó un poco. El egoísmo que había en la planta docente.

Se había decidido. Le iba a ayudar al director a impartir clases de matemáticas a los chicos que estaban en ultimo grado de secundaria. Iba a tener más trabajo, se dijo, pero no era algo imposible de superar.

Además, solo iba a ser este mes. Y con las vacaciones de navidad, era el mes más corto.

―Está bien director Hatake. Le ayudare con eso. ―Kakashi relajo su expresión, denotando alivio.

―¿Enserio? ―Hinata había asentido en afirmación. ―Muchas gracias, me has salvado. Eres muy amable.

―No hay de qué. Solo dígame cuando comienzo y-

―Hoy mismo. ―Hinata pestañeo.

―¿Hoy?

―Si. Los chicos tienen clases de matemáticas hoy lunes. Perdón por no avisarle con anticipación. ― Kakashi pidió al cielo de que no se retracte.

―No… está bien, no se preocupe. Entonces solo dígame la hora y el curso.

―Tercer curso, a las 9:30 am.

―Es después de las clases de literatura que doy a los niños de quinto curso de primaria, no hay problema. Pero, tengo que revisar si mi horario no se cruza con-

―No se preocupe por eso. Revisé su horario y afortunadamente no se cruzan las clases. ―Hinata suspiró de alivio. Quería ayudarlo, pero tampoco dejar de lado su trabajo. ―Tenga. ―Saco unas hojas de su maletín. ―Este es el horario del profesor Yamato, y cuanto ha avanzado con los chicos en su asignatura. Si tiene alguna duda no dude en avisarme.

―Lo haré, no se preocupe.

―Entonces, la dejo. Le deseo una buena jornada laboral.

―Gracias director. Igualmente. ― Luego de un apretón de manos, Kakashi se había retirado de su oficina.

Hinata se volvió a sentar con un suspiro, por el trabajo extra que tenía que hacer ese día, y los siguientes.

No era mala en las matemáticas. Había sacado excelentes notas en esa materia cuando estaba en el colegio, y en la universidad había ayudado a los docentes dando cátedra a los primeros ciclos.

Solo que simplemente no era su materia favorita.

Y además, los chicos de 12 a 15 años eran medios problemáticos de manejar. Generalmente eran rebeldes debido a la pubertad y no les ponían el suficiente interés a asignaturas que no les gustaba, sobre todo los varones.

Había escuchado que un curso en especial era bastante problemático para los profesores. Solo que no sabía cuál.

Esperaba que los chicos que tenía que dar clases no se portaran mal con ella, este día y los siguientes. La dejen impartir la asignatura como a ella le gustaba, con armonía.

Pero por sea caso se preparó mentalmente para sacar su lado serio si es necesario.

Con eso en mente, se dirigió a una de las aulas de quinto curso a dar clases de literatura. Ya iban a ser las 7:30 am y los niños de seguro estaba esperándola. Eran un amor con ella y no le hacían berrinche.

Esperaba que este día no le diera más sorpresas.


Caminaba rápido por los pasillos para dirigirse al bloque de edificios de los estudiantes de secundaria, y llegar a la primera aula de la segunda planta alta. Ya llevaba cinco minutos de retraso por una charla que había tenido con el profesor Ebisu acerca de los estudiantes que iba a impartir clases.

Para su mala suerte, el curso que iba a ayudar dando clases hoy, era el curso más problemático de secundaria.

Y un estudiante en especial, era el más rebelde ahí.

Ojalá los chicos no se hayan ido de clases, porque si no iba a quedar mal con el director por llegar atrasada. Si no hubiera sido por Ebisu que desvió el tema, con la finalidad de coquetear con ella, no estuviera apurada. Odiaba llegar tarde.

Lo bueno es que mandó a volar a ese profesor, y le dejo claro su posición. No era la primera vez que la molestaba.

Llego a la sala de clases, donde marca un letrero que decía "Tercer Curso", y había entrado. Los estudiantes que estaban, algunos levantados conversando entre ellos y otros sentados, se habían sorprendido por su llegada. Suspiró aliviada porque no se habían ido.

Ahora le tocaba presentarse. Iba a ser la profesora de matemáticas de ese curso, aunque sea solo un mes.

―Buenos días a todos. Mi nombre es Hinata Hyūga. ― Hizo una reverencia ― Por favor tomen asiento. ― Le habían hecho caso, para su sorpresa. ―El profesor Yamato esta delicado de salud, y por eso yo lo reemplazaré por este mes. Espero que nos llevemos bien. ―Había sonreído y muchos de los estudiantes varones habían quedado encantados con eso, ya que luego entre ellos comenzaron a cuchichear y susurrar.

A Hinata eso le llamó la atención, porque pensaba que iban a responder como niños inquietos y que hacían preguntas, o que estarían conversando sobre otros temas sin prestarle atención. Pero respondieron de forma inesperada.

¿Será que?

Negó con la cabeza. Lo más seguro era que les sorprendió la llegada de un nuevo profesor porque pensaban que no iban a tener clases. Si, seguro que era eso.

Se concentro en el aula y vio que había un asiento vació.

―¿Qué estudiantes nomás faltan? ―Una chica pelirosa había alzado la mano, y le dio la palabra.

―Solo falta Naruto Uzumaki, pero no se preocupe profesora, él casi no viene a clases. ―Hinata pestaño cuando la chica soltó ese nombre, y lo reconoció de inmediato.

Ese era el nombre del considerado peor estudiante rebelde de la secundaria.

Debía suponerlo. Estudiantes que son así no les gusta asistir a clases. Y lo corroboró viendo que no había entregado casi nada de trabajos, en la hoja de avance que el director le había dado de esa clase. Y sus notas eran bajas.

Bueno si no estaba ahí, no podía hacer nada por él.

―Bueno entonces, les daré unas pequeñas indicaciones, pero antes―

―Disculpe profesora―Había alzado la mano un estudiante de cabello negro en forma de hongo y cejas muy gruesas. ―, pero Naruto Uzumaki si llego a clases esta mañana. Lo vi merodeando en el patio.

―Pero no entro a clases, Lee. Así que no sirve de nada. No le interesa.

―Sakura. ¿No te importa que nuestro compañero no reciba clases?

―¡¿Qué dices?! ―Sakura se había levantado de su asiento, por la acusación de Lee.

―Chicos, por favor silencio. ―Hinata había hablado con un tono amable, pero con una nota de autoridad en la misma, que fue suficiente para que los chicos se callaran y la pelirosa tomara asiento. ―Con respecto a Uzumaki-kun, ¿puede alguien ir a traerlo? Las clases de hoy van a ser importantes.

Sakura había alzado de nuevo la mano, para que le dé la palabra. Tenía que hacerle saber, que tratar con Naruto era una pérdida de tiempo.

―Pero profesora, Naruto es-

―Yo voy a buscarlo. Se donde se encuentra. ― La había interrumpido otro chico, ganándose una mala mirada de Sakura. El solo se encogió de hombros. ―Y lo haré venir a esta clase sin oponerse.

―Muchas gracias, esto…-

―Idate… Idate Morino. ― Lo había dicho con una sonrisa, porque la profesora enfocó su vista en él.

―Gracias Morino-kun. Entonces tráelo a Uzumaki-kun por favor.

―Lo haré. ― Y el chico salió del aula. Al cabo de un rato vino con un chico rubio de la misma estatura, piel bronceada, unas curiosas marcas en las mejillas y unos ojos azules, que debía admitir, eran muy bonitos.

Los únicos ojos azules que había visto eran los de Toneri, pero eran más apagados y de color celeste. En cambio, estos eran de color azul como el cielo, no, más bien como el mar.

El chico se sorprendió al verla y se sonrojo, para luego tomar asiento. Le había sorprendido eso, porque pensaba que iba a ser altanero tal y como lo describían los demás.

Talvez se sonrojo de vergüenza por llegar tarde.

Viendo que el chico rubio tomo asiento, prosiguió con lo que estaba pendiente.

―Bueno como les decía, les daré unas pequeñas indicaciones, pero antes quiero que se presenten. ―Había señalado al primer estudiante de la primera columna, para que comience.

Así todos se había presentado ante ella amablemente, diciéndoles sus nombres, su edad y sus aspiraciones. Algunos le decían que profesión iban a seguir cuando sean mayores, otros estaban indecisos y por ende le nombraban todas las opciones, pero todos tenían algo planeado para el futuro.

Eso le sorprendió, que ya todos tenían metas. Se esperaba eso de chicos de 16 años o más pero no de ellos.

Ahora le tocaba el turno del estudiante Uzumaki, ya siendo el último porque se sentaba al final de la clase. Este se levantó enérgico al responder.

―Mi nombre es Naruto Uzumaki. Mido 153 cm. Mi comida favorita es ramen. No me gustan las verduras y tampoco las materias complicadas como está, y prefiero los deportes. ―Había hablado de recorrido, lo cual hizo que se le saliera el aire e hizo una pausa. ― No tengo aspiraciones a futuro, pero voy a ser el mejor de todos en esta clase, el mejor de toda la escuela y el mejor que nadie ha visto. ¡Los superaré a todos! ― Luego de decir esto, vio que todos se habían reído. ―¡No se rian'ttebayo!

Hinata le llamo la atención eso. Creía que se iba a portar más antipático y rebelde, pero le sorprendió su ánimo enérgico y un poco infantil. Además, ella no le había pedido esos detalles de su vida.

Y lo que dijo al último, con una actitud decidida como si se lo tomara enserio, como que no había mentira en sus palabras, le había sorprendido más.

Había dado las indicaciones de la clase para ese día, y les había dicho que no les iba a tomar la lección que estaba pendiente con el profesor Yamato, pero terminando la semana si o si los iba a evaluar.

Los había hecho también participar en clases, el cual la mayoría lo hizo sin protestar. Cuando le preguntó al Uzumaki sobre el tema de clase, le había dicho con sinceridad y con los brazos cruzados hacia atrás, que no entendía nada. Ella por curiosidad le preguntó que parte no estaba claro, a lo que respondió que absolutamente todo, ganándose risa de los demás compañeros.

Eso a ella le molestó un poco, porque creía que su método de enseñanza era el indicado para esa clase. Pero no estaba molesta con el estudiante, sino con ella misma. Ella era de esas profesoras que les gustaba que todos aprendieran y pasaran el año.

Así había terminado la clase, y se dijo que iba a mejorar su método de enseñanza, para que ninguno tenga dudas en los temas que ella impartía sobre la materia.

Y así había continuado enseñándole a los chicos los días siguientes, hasta que llego el día viernes.

Ese día, como prometió, les había tomado el examen. La presidenta del curso le había pedido plazo, el cual rechazo, argumentando que ya estaban bastante atrasados. Además, les dijo que el examen no estaba difícil, que si han puesto atención a sus clases podrán resolverlo sin dificultad.

Cosa que así fue, porque al revisar los examenes, la mayoría de los chicos habían respondido sin problemas. De forma general habían sacado una buena nota. Solo unos pocos no habían podido responder las preguntas más difíciles.

Su pecho se hinchó de orgullo, diciéndose que estaba haciendo un buen trabajo.

Concluyó también que la clase no era problemática como muchos de los profesores decían. Tal vez solo con ella no se portaban mal. Una que otra vez alzaba un poco la voz para que la dejaran hablar, pero nunca había llegado al grito o a pedirle a un estudiante que salga de la clase.

Ahora estaba revisando el examen del estudiante Uzumaki, ansiosa por ver si el método empleado en clases le ha funcionado también para él, pero se llevó una gran decepción al ver que casi toda la hoja estaba vacía y las pocas preguntas que contestó, tenían respuestas incorrectas.

Ya no sabía qué hacer con él. No le había hecho berrinche ni nada por el estilo, pero no ha aprendido casi nada en las últimas clases. Y eso que lo hacía participar más seguido para que esté atento.

Estaba muy atrás de sus compañeros, y si seguía así, podría perder el año.

No sabía porque con él no le funcionaba su método. Otros estudiantes que habían estado flojos, se habían igualado con los demás, reflejando una buena nota en el examen. Pero él, no parecía avanzar.

A lo mejor el mismo no quiere aprender, y por eso los demás profesores lo consideraban problemático y rebelde.

Bueno, seguiría con su método de enseñanza, que les funcionaba a los demás. Ya solo le quedaban dos semanas más para dar clases a ese curso, porque las últimas semanas del mes eran vacaciones de navidad y regresaban a clases luego de año nuevo.

Lo sentía por el chico si al finalizar el mes no aprendía sobre la asignatura.

Recogió sus cosas y cerró su oficina, dispuesta a irse a su casa. Eran las 4 pm, pero ella salía más pronto porque almorzaba ahí mismo en la institución llevando un bentō, o a veces se iba al restaurante más cercano, lo cual le ahorraba dos horas de trabajo si se iba con los profesores a comer en restaurantes que estaban más lejos o a su propia casa.

Se dirigió al estacionamiento donde estaba su coche, pasando primero por las canchas de fútbol de la escuela. Vio de pasada que todavía estaban algunos estudiantes ocupando las canchas ya sea por entrenamiento o por hacer deporte, así que no les puso atención.

Pero alguien había alzado la voz, y sabia a quién pertenecía.

Era el estudiante Uzumaki, que había gritado a otro estudiante plantándose frente a él, reclamándole. El otro chico en cuestión era más alto que el, y más fornido. Por su apariencia parecía que era de preparatoria.

También observó a otro chico que estaba en el suelo, detrás del chico rubio. Y más estudiantes se estaban acercaban por la curiosidad de saber si iba a ocurrir una riña ahí.

Curiosa, se acercó un poco a las chanchas de fútbol, queriendo saber la situación.

―¡Oye que te pasa! Le has golpeado con la pelota en la cara a Lee. ―Soltó el rubio con furia.

―Él tiene la culpa por despistado. En la cancha se debe estar atento. ―Se había encogido de hombros.

―Mentiroso. ¡Lo hiciste a propósito'ttebayo!

―¿Y con que pruebas me acusas?. Además, nadie te va creer, a excepción de tus padres. Ah, cierto. ¡Tú no tienes! ―Se burlaba como si fuera el mejor chiste de mundo. Y Naruto ya perdió la paciencia.

―¡Maldito! ―Se había lanzado contra él.

Se había desarrollado una pelea, la cual ningún estudiante detenía y solo estaban de espectadores, apoyando a los chicos que siguieran peleando.

Naruto le había dado un par de golpes, pero el chico mayor fácilmente se deshizo de él y le había dado un golpe directo al estómago, que lo dejo sin aliento. El rubio no se quería dar por vencido y nuevamente se lanzó contra el chico.

Lástima que lo volvió a tumbar al suelo y esta vez ya no se levantó.

Hinata observó esto, anonadada, sin saber que hacer. Tendría que llamar al director para que detenga la pelea.

Pero vio que el Uzumaki había recibido un golpe directo que lo hizo arrodillarse, y eso hizo que, sin pensarlo, actuará por instinto, abriéndose paso en la multitud. Tenia que detener esa pelea.

Cuando había llegado al escenario donde los estudiantes estaban peleando, con intención de detenerlos, una voz fuerte se alzó entre la multitud, que todos reconocieron y regresaron a mirar para dar con esa persona: El director.

―¡¿Qué está pasando aquí?! ―Kakashi se plantó entre los estudiantes, imponiendo su presencia.

―Él comenzó. ―El chico de preparatoria había hablado, excusándose en el proceso.

―¡No me importa quien comenzó la pelea!. Solo quiero saber por qué se pelearon. ―Ningún estudiante respondió, y los que estaba alrededor tampoco. Eso hizo que Kakashi comenzaba a perder la paciencia. ―Miren―Suspiró. ―, si no me dicen el motivo porque se pelearon, lamentablemente tendré que-

―Naruto me protegió, Kakashi-sensei. ―Lee se había levantado del suelo, ayudando a Naruto en el proceso. ―Este chico me golpeo con la pelota a propósito, solo porque iba perdiendo.

―Eso es mentira, Kakashi-sensei. Naruto fue el que me golpeo primero.

―Naruto se lanzó contra él porque lo había insultado, diciéndole que no tenía padres. ―Kakashi vio la veracidad de las palabras de Lee en su mirada. Y dirigió su vista a Naruto.

―¿Eso es verdad Naruto? ―Kakashi esperaba su respuesta.

El Uzumaki se quedó sentado y con la cabeza gacha, sin contestarle. Hizo que Kakashi suspirará de nuevo. Este chico siempre metiéndose en problemas.

―Los dos, a la dirección. ― Los había mirado, viendo sus caras inconformes. ― ¡Sin objeciones! Los demás retírense.

Los estudiantes comenzaron a irse, y tanto el chico rubio con el chico mayor se fulminó con la mirada, para luego con pesar y molestia, ir a la dirección de la escuela.

Kakashi había notado que Hinata estaba ahí, pensativa. Se le hizo extraño que todavía estuviera en la escuela, y no se haya ido a su casa, como de costumbre.

―¿Es cierto lo que dijo Rock Lee, Hinata? ―Hinata asintió, con la mirada fija en el rubio. ―Bueno, espero que no te asustes de los estudiantes, sobre todo con Naruto, es un poco busca-pleitos y bastante impulsivo.

Hinata no le puso atención, porque estaba pensando en lo que dijo el chico de cejas pobladas. ¿Acaso Naruto no tiene padres?

Estaba a punto de preguntarle a Kakashi sobre eso, cuando vio que ya se había ido en dirección a su oficina. Así que lo siguió.

―Director Kakashi… Espere.

―Solo Kakashi, sin formalidades por favor. Me haces sentir viejo y ya nos conocemos hace tiempo. ―Lo dijo con una sonrisa y rascándose la mejilla. La mujer lo trataba con mucho respeto, y antes solo se había dirigido a él por su apellido. Ahora ya lo llamaba por su nombre, pero no de manera informal.

A Hinata no le gustaba tratar a las personas sin usar formalidades, y lo mismo para tratar con ella. Solo a las que ya conocía de hace años, y tenía confianza en ellas, las trataba sin usar honoríficos y viceversa. Al director solo lo había conocido hace unos meses.

Pero quería saber la respuesta a la pregunta que rondaba por su mente, así que haría una excepción.

―Está bien. Kakashi-san. ―El aludido solo había alzado una ceja, porque seguía usando honoríficos, aunque claro ya no hacía hincapié en su puesto de director. Así que lo aceptó. ―Dígame una cosa. ¿Uzumaki-kun no tiene padres? ―La pregunta lo había sorprendido. Y la respuesta a eso era complicada.

―Pues verás, como te digo. Uhm… Es complicado, pero es verdad. ―Se había puesto la mano detrás de su cuello, denotando nerviosismo por la pregunta, cosa que por esta vez la mujer no notó.

Hinata abrió los ojos como platos. Entonces era verdad. Ese chico no tenía padres, y tal vez sea por eso que se comportaba así.

Pero había algo diferente en él, lo sabía.

―¿Y desde cuanto-

―Hinata. Perdón, pero tengo prisa. Tengo que ver que castigo les voy a dar a estos jovencitos. ―La regresó a ver, y vio en su mirada que tenía dudas. Suspiró. ― No trates de entender a Naruto. Como dije es complicado. ― Y dicho eso, se fue a toda prisa a la dirección.

Hinata no había entendido lo último. ¿Por qué era complicado entenderlo?

El chico no parecía ser mala persona. Entonces ¿Por qué nadie lo ayudaba?

Un repentino interés había despertado en ella, y no sabía el motivo, pero lo que si sabía era que el chico necesitaba ayuda.

Tal vez, si sabía porque era así, si podía entenderlo, podría saber el motivo del porque no rinde en los estudios, en su materia especialmente.

Hinata se había perdido en sus pensamientos por un buen rato, parada ahí, en medio de la cancha de fútbol. Cuando regreso a la realidad, se dio cuenta de que estaba sola. Así que siguió su camino, de vuelta al estacionamiento, pensando en lo sucedido.

Y en el camino vio que Naruto salió corriendo de la puerta principal de la escuela, dirigiéndose a un árbol donde colgaba un columbio. Lo vio sentarse ahí, con la mirada en el suelo y los hombros caídos.

Ya no estaba esa energía que desprendía en clases cuando hablaba o hacía bromas que hacían reír a sus compañeros, y a ella también, aunque se ganaba una reprimenda por interrumpirla.

Esa energía que irradiaba cuando lo defendió a su compañero de clases. Ya no estaba.

Se lo veía tan solo.

Un recuerdo en su mente vino a Hinata, que la teletransportó a sus tiempos de escuela. Y recordó que ella estaba en la misma posición en la que se encontraba Naruto, con la diferencia de que, si tenía un padre, pero siempre estaba ausente a final de cuentas.

Nadie la defendía cuando la insultaban por sus ojos y por su tartamudez. Y nadie le creía que le hacían eso, cuando al frente de su padre se portaban bien. Ni él mismo le creía.

Eran recuerdos melancólicos que quería olvidar. Y no quería que nadie más sufriera así.

Así que tomó una decisión.

Se había decidido, le ayudaría al chico a estudiar, a entender los temas de la asignatura de matemáticas y saber porque todos le decían que era un rebelde cuando a sus ojos parecía ser una persona que ayudaba a los demás, tal y como lo hizo con el chico Lee.

Sabía que no debía hacer eso, no por iniciativa propia al menos. El estudiante era el que debía recurrir al maestro.

Pero por lo que había visto esta tarde, sabía que, merecía una segunda oportunidad. Todos merecemos una oportunidad en la vida.

Además, una regla que ella tenía en la vida era: ayudar a los demás, siempre y cuando sean buenas personas. Y estaba convencida de que Naruto no era mala persona. Solo había que entenderlo.

Se había acercado al chico con discreción, temerosa de que a lo mejor huiría si se acercaba de manera rápida. Justo cuando estaba atrás de él, poso su mano cariñosamente en su cabeza.

―¿Estas bien? ―Le dijo con un tono amable. El chico no le respondió.

Vio que estaba herido el labio inferior, así que sacó un poco de alcohol y algodón que guardaba para casos así. Empapó el algodón con alcohol, y se acercó más al Uzumaki.

―No es necesario. Estoy bien'ttebayo. ― El chico hizo amago de retroceder.

―Déjame ayudarte, por favor. ―Parecía que sus palabras funcionaron, porque el chico se dejó curar la herida. Soltaba pequeños quejidos de dolor cuando el líquido hacia contacto con su piel lastimada, pero no se movió.

Le quito los restos de sangre que había en su cara con un paño húmedo, y viendo que ya estaban curadas todas sus heridas se levantó.

―G-gracias―Había soltado el chico. Ella solo le sonrió amablemente.

―No hay de qué. ¿Tienes hambre? ―El chico estaba a punto de negar, cuando su estómago rugió en respuesta, haciendo que sus mejillas se sonrojaran.

―Perdón… ―Ella río y sacudió la cabeza.

―No pasa nada. Ven, vamos a comer. ―Le había extendido la mano, a lo que el chico, dudoso, aceptó. Y se bajó del columbio.

Comenzaron a caminar en dirección al estacionamiento. Naruto vio que ella se dirigía a su auto, lo cual lo hizo detenerse. ¿A dónde lo llevaría?

Hinata vio que no la había seguido, a lo que lo regresó a ver, y vio que se quedó parado, observándola.

―¿Qué pasa?. ¿No quieres ir?

―No es eso. Yo…― Se había detenido, justo cuando le iba a decir que no tenía mucho dinero, pero se lo pensó dos veces. No le iba a decir eso. Tenía orgullo y no quería quedar como pobretón delante de ella.

Hinata vio que se había detenido al hablar antes de decirle algo. Y pensó que a lo mejor era porque no se sentía cómodo con el lugar que ella fuera a elegir. Ni le había preguntado ni siquiera a donde quería ir.

Que tonta, se dijo. Si quería que él se abriera con ella, los suficiente para lograr su cometido, tendría que haber empezado por ahí.

―Uzumaki-kun. ¿A dónde te gustaría ir? ―El chico se sorprendió por la pregunta, lo cual lo dejó pensativo. Lo último que esperaba era que le preguntara eso. ¿Será de decirle?

No sabía porque, pero esa mujer le generaba una confianza como ninguna otra. Y antes de pensar que decirle, su boca ya se había abierto por impulso.

―Yo… Quiero ir a Ichiraku. ―Se sorprendió el mismo por decirle eso, pero ya estaba hecho. Esperaba expectante ante la respuesta de la mujer. Hinata noto su nerviosismo.

―Está bien, Vamos. ―Le había sonreído amable, para que el chico se relaje, pero había logrado lo contrario, ya que Naruto estaba más tenso por su respuesta.

Y era por la aceptación de la sugerencia del local, ya que a los que invitaba a ese lugar con alegría, lo habían rechazado a la primera. Como sus amigos, su amor platónico Sakura, su amigo Sasuke e Idate. Por insistencia de él, ellos iban una que otra vez, y también cuando no disponían de mucho dinero porque ese lugar era el restaurante más barato de la ciudad.

Pero no pensaba que alguien como la maestra Hyūga hubiera aceptado. Eso le levantó el ánimo.

―Es el mejor lugar'ttebayo. ―Lo había dicho con alegría, no podía evitarlo. Hinata le gustó su actitud, felicitándose que había hecho bien preguntándole aquello.

―Vamos entonces, pero, ¿sabes dónde queda? Es que no lo conozco―Lo dijo de forma amable. Naruto se volvió a sorprender por su respuesta. ¿Cómo no va a conocer Ichiraku? Si era el mejor lugar del mundo.

Ya sabía porque había aceptado así a la primera, si ni siquiera lo conocía. Sus ánimos se le volvieron a bajar. Pero bueno, le había preguntado donde quería comer, sea cual sea el lugar que fuese.

―¿Enserio no conoce Ichiraku? ―Ella había negado. ―Entonces prepárese, ¡porque va a conocer el mejor lugar del mundo'ttebayo! ―Hinata río por su actitud, llevándose la mano en forma de puño a su boca.

―Está bien. Súbete al auto y me-

―Pero, Hyūga-sensei, está cerca de la escuela, a dos cuadras. No es necesario ir en auto, creo. ―Le había dicho con un sonrojo. ―Yo la guío. Ah, pero si no desea caminar, no hay problema―Hinata le dio ternura su actitud.

―Está bien. Entonces guíame y vamos caminado. ―El chico con alegría se puso al frente de ella, caminando y pasando de largo por el estacionamiento, saliendo de toda el área de la institución.

Hinata lo había alcanzado y se puso a lado de él. En el camino no hablaron, porque no sabía que tema de conversación sacar, pero se dijo que está bien. No quería incomodar al chico con preguntas, que lo más seguro era que no iba a contestar. No iba a hacer eso solo porque tenía curiosidad de lo que le pasaba.

Simple curiosidad nomás. Ya que ella era una persona curiosa, a su manera.

En cuestión de minutos, habían llegado a Ichiraku. Hinata se sorprendió por lo pequeño que era el local, apenas notándose las letras de su pancarta "Ichiraku Ramen" en toda la cuadra. Con razón no le sorprendía que la gente no notará el lugar, incluyendo a ella.

Habían entrado y Naruto saludo con entusiasmo a una persona de edad avanzada, que tenía pequeñas arrugas en su rostro, cabello grisáceo y piel morena. Se dijo, que debía ser el dueño del local.

―Hola viejo Teuchi. ¿Cómo te ha ido? ―El aludido puso una sonrisa, por ver a su cliente favorito.

―Hola Naruto. Estoy bien como siempre. ¿El mismo plato?

―Como siempre―Le dijo gozoso, sentándose en uno de los taburetes de madera.

Hinata también se sentó, haciendo una reverencia, y el cocinero la noto de inmediato.

―Buenas tardes.

―Has traído a alguien. ¿Quién es? ―Naruto se dio cuenta, que Hinata ya se había sentado alado de él. Se golpeo mentalmente por ser descortés.

―Ah, sí. Es mi profesora, Hyūga-sensei, le estoy enseñando el lugar.

―Entonces sea bienvenida. ¿Qué desea ordenar? ―Hinata lo pensó. Ya había comido pero si tenía un poco de hambre. Había probado el ramen anteriormente, pero nunca en este lugar, así que quería saber que tal sabía.

―Ramen miso de cerdo, por favor.

―¿También le gusta el ramen? ―Vio que Naruto se mostró interesado en saber su respuesta.

No era su platillo favorito, pero si uno de los que le gustaban.

―Si. Un poco. ―Naruto parecía feliz con su respuesta.

Teuchi les sirvió los platillos que pidieron, y se dedicaron a comer. Hinata termino rápidamente, y le devolvió el tazón al cocinero. Este le había dicho si quería otro más, a lo cual se negó.

Luego de que Naruto también terminara de comer, los dos pagaron su plato y se retiraron del local. Hinata tenía la intención de pagar toda la cuenta, pero había visto que Naruto se adelantó primero pagando su plato. Eso le sorprendió, porque ella lo había invitado.

Este chico era bastante extraño, se dijo. Enérgico, alegre, pero también extraño.

En su mente vinieron ideas sobre conocerlo más a fondo.

Pero alejó esos pensamientos. No debía meterse en la vida ajena de los demás, sobre todo de sus estudiantes. Ya era bastante con querer ayudarlo a que se aplique en su materia.

Y hablando de eso.

―Muchas gracias Hyūga-sensei por invitarme a comer. Y también, esto…―Desvió la mirada hacia otro punto. ― lamentó mi comportamiento pasado―Hinata pestañeó. Si bien no se portaba mal con ella, tampoco era el niño bueno de la clase. Esas interrupciones que hacían para llamar la atención eran de mala educación, pero no eran cosa del otro mundo.

―No te preocupes por eso, pero está bien. Me gustaría que también te aplicarás en mis clases―Lo dijo para tocar el tema, esperando que la respuesta sea afirmativa, pero vio que no contestó. Solo agacho la cabeza―Uzumaki-kun.

―S-Si, me esforzaré. ―Había levantado la cabeza y forzado una sonrisa, lo sabía. La manera en cómo lo dijo, sin exclamarlo con alegría, con un deje pesado, hacía notar que lo había dicho solo por no quedar mal. Y sobre todo no había usado la muletilla "ttebayo", que se había dado cuenta, la empleaba cuando estaba enérgico, optimista y positivo.

―Uzumaki-kun, por favor. Si no te aplicas la materia, podrías perder.

―¿Por qué le interesa tanto? ―Por un momento se quedó muda. No sabía cómo responder a esa pregunta.

Bueno en realidad sí, pero no le podía decir del todo. A más de ser algo de su trabajo y ética de la vida, era algo personal, y eso no se debía compartir así nomás. Pensó, que una verdad a medias estaría bien.

―Porque me gusta ayudar a mis estudiantes, ―Y en parte era verdad― y deseo que todos pasen, que todos sepan, porque todos son capaces.

― ¿Incluso yo? O se va a terminar rindiendo como todos los demás. ―Lo había dicho con una afirmación, que puso a Hinata a pensar. Eso hacia parecer que los demás profesores se habían rendido enseñándole, pero ella seria la excepción. Lo que gozaba de su personalidad era la paciencia.

Se puso seria, mirándolo fijamente a él. El chico se había asustado un poco, pensando que a lo mejor la hizo enojar.

―Uzumaki-kun, como dije, todos son capaces. Nadie es más inteligente o más tonto. No pienses así. ―Naruto había agachado la cabeza― Solo hay que buscar la manera de como aprendes tú, y te voy a ayudar con eso. ―Eso hizo que la volviera a levantar.

―H-Hyūga-sensei.

―Déjame ayudarte, dándote unas clases aparte para que te apliques en la materia. Además, dijiste que querías superar a todos ¿cierto? ―Le había puesto una mano encima del hombro. Naruto asintió mecánicamente―Así que, ¿me dejas ayudarte?

Naruto no sabía que responder, nadie lo había querido ayudar.

Cuando había pedido ayuda, sus amigos se negaban, diciendo que era una pérdida del tiempo. Algunos más groseros le decían que el mismo Dios perdería la paciencia con él. Los profesores también se habían cansado, y le ponían la nota mínima para que pase, a veces por pena y porque si entregaba los trabajos en algunas ocasiones, pero sabían que eran copiados.

Así que ya no había pedido ayuda a nadie de aquí en adelante. De una u otra manera se las arreglaba solo.

Pero esta profesora era diferente. No le había visto con desprecio, y nunca se puso molesta por sus acciones. Si que lo reprendía, pero de una manera suave, sin usar malas palabras o alzar la voz. Una manera que nadie había usado en él.

―Está bien, Hyūga-sensei, y esta vez me esforzaré―Esta vez no había mentido, porque se notaban en el brillo de sus ojos azules.

―¡Muy bien!. Entonces después de clases, ven a mi oficina. Revisaremos los temas donde tengas más déficit ¿De acuerdo? ―Naruto asintió afirmativamente.

Ya habían llegado a la escuela nuevamente, cuando terminó la conversación y habían quedado de acuerdo.

Se despidieron, y Hinata se fue de nuevo al estacionamiento, esta vez sí, para subirse a su coche e irse directo a su casa.

Naruto la observó todo el camino, hasta cuando ya la perdió de vista. Esa profesora era diferente pero también extraña, algo que no le molestó para su sorpresa. Él también se había dirigido a su casa, caminando.

La vida de ellos iba a cambiar para siempre desde ese día, porque ya había nacido un vínculo especial, sin estar conscientes.

Lo que no sabían, era lo que les deparaba en el futuro.

Continuará.


Haber, primero que nada.

Les agradezco a los que leen esta historia, y aun más a los que dieron a favoritos y follow. Eso me hace pensar que si les gusta la historia, y pues me motiva a seguirla.

Pero no se confundan. Esta historia la terminaré de todas maneras, porque es una trama que he querido desarrollarla hace tiempo, solo que no tenia el valor de escribirla y menos de publicarla.

Pero viendo que siguen mi historia, me motiva aún más a terminarla.

Por cierto he visto que me han comentado que esta bastante bien redactado y con buena trama, y se los agradezco. La verdad, es que si me cuesta escribir así. Incluso si tengo la idea en mente, y como se va a desarrollar ciertos escenarios, al momento de pasarlos en papel (en este caso de forma digital) veo que me toca cambiar palabras, moldear la idea y no caer en la redundancia, y eso me lleva bastante tiempo.

No quería hacerlo fácil, es decir, solo escribir digamos, charlas sin contexto, y que una cosa pase a la otra y pues ya saben en que terminan. No, quería ser diferente.

He leído muchas historias así con esta temática, ósea el lemon shota, que son NaruHina igualmente, pero algunas no están bien redactadas, que pues, no se, da cosas leerlas por que no hay emoción (con respeto a los escritores que escriben así). En otros casos son muy OoC a mi parecer, pero ya demasiado, y se pierde el hilo de la trama, no avanzan y se quedan en solo las escenas lemon. Y en otros lados termina en harem, haciendo que pues, como bien seguidor de la pareja NaruHina que soy, me deje de gustar.

Entonces quería hacer algo diferente. Que tenga trama, historia, claro las escenas lemon no pueden faltar, pero que sea concisa, con inicio y final.

Pensé que iba a ser fácil redactar de esta manera, pero no lo ha sido. Igual, me gusta el resultado, y que a ustedes les haya gustado, me da una sensación increíble de alegría, y de que he hecho bien mi trabajo. Así que se los agradezco, de nuevo.

Espero que le vaya cogiendo el hilo, ósea me vaya adaptando a esta forma de escribir, para hacer rápido los capítulos sin mucha demora.

Ahora sobre el capitulo:

No quería caer en ese tema de maestra-estudiante, pero no vi otro escenario mejor para que estos dos se conocieran. Pero no se preocupen, el fic no trata de eso. Solo fue el punto de partida, y los primeros capítulos nomás tratará de eso.

Y bueno ya saben como se conocieron los personajes. No quiero hacerla tan larga la historia tampoco, pero siento necesario que para pasar del punto A al punto B (ya se imaginan a donde voy), se debe desarrollar bien sus vínculos. Entonces vamos a tener unos capítulos viendo como se desarrolla su relación.

Por cierto, se me ha hecho este capitulo más largo que el anterior xD. Disculpen si indago mucho en la trama y las conversaciones. A veces se me pasan las palabras.

Disculparan los errores ortográficos que se me hayan pasado.

Y gracias también a los lectores de habla inglesa que me leen. Procuraré no usar muchos modismos para que ustedes entiendan la historia.

Una cosita más. No les prometo actualizar este mes, o a inicios de diciembre, porque ya estoy bastante atrasado con mi trabajo de proyecto de titulación. Espero que en vacaciones de navidad les pueda actualizar la historia, pero no les prometo nada.

Gracias por sus reviews:

Mica-chan: Te doy las gracias por tu comentario. Espero que sigas disfrutando de la historia. Y también espero que mas personas me dejen reviews. Como dije, esto es solo ficción, y así se lo debe tomar.

Samyhyuuga: Muchas gracias por tus palabras. Como dije, quería ser diferente y subir una historia un poco más bonito, por lo menos en redacción, porque se que no a todos se siente cómodos con estos temas, incluso si son de su pareja favorita. Y bueno la Hinata asaltacunas todavia esta lejos de llegar, pero llegará jaja.

Sin más que decir, ¡Nos vemos en el próximo capitulo!