Advertencia: Lenguaje no apto para menores de edad. Temas con explicites y con sensibilidad.
Este capítulo pude acarrear oleadas de desesperación y frustración. Si lo que quieres es relajarte, no te recomiendo leer este capítulo por ahora.
Te recuerdo una vez más, que si eres alguien muy sensible no leas esta historia.
Nota de autor: "Mi cielo, Yo nunca podré olvidarte, y solo el viento sabe lo que he sufrido al amarte." "Tantas cosas que no tuve el valor de decirte en vida, por ejemplo, que eres mi definición de la palabra amor"
Aclaración: Los personajes utilizados en esta historia pertenecen al Mangaka Japones, Masashi Kishimoto, creador del Anime-Manga Naruto
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. . . . . . . . . . . . . . . . . . Nunca la mereciste. . . . . . . . . . . . . . .
Escena Anterior…
-Sakura… Sakura háblame, Mi amor -le llamó con la esperanza de despertarla, como si ella estuviese jugando. - ¡Mírame! ¡Mírame, mi amor! ¡Por favor! – pidió anhelando ver el verdor de sus ojos
Nada… tal cual hablándole a nada… ya era inútil moverla… ella no iba a responder
Ya no había nadie ahí…
Ya no servía hablarle lindo, ¿Por qué no lo hiciste en vida?
Con todo el dolor de tu alma tenías que aceptar que tu esposa se había ido.
Ella se fue… pensando que no la amabas.
La llamas, hablas a su oído con dulces palabras, pensando que aun ella está ahí… que te está jugando una mala broma.
Le llamas, con la esperanza de que tus lindas palabras hagan latir fuertemente de nuevo su corazón y así regresarla a la vida, la llamas mientras no paras de lamentarte de haberla dejado sola, la llamas pues sientes que sus pulsaciones mantenían sereno tu corazón, y al no sentirlas, sientes morir.
Apoyas tu frente sobre la suya, tratando de brindarle de tu calor a su helado corazón.
Un pestañeo… es todo lo que pides para mantener preso tus demonios que piden salir para liberar la amargura y dolor de tu corazón… llevándote a ti de corbata.
No tienes idea de que fue lo que pasó ni como sucedió, solo vez su herida y sabes que hubo elaboración planificada en su ataque. ¿Por qué no se curó?, ¿Acaso fue incapaz de utilizar su Chakra?, ¿Todo fue tan rápido que no le dio tiempo?, o acaso…
¿Es que ella ya no le hallaba sentido a vivir?, ¿Y si por su dolor prefería morir a seguir viéndote la cara?...
Te importa el motivo, pero sea cual sea este, lo único que aun no aceptas, es que ella ya no está.
Ya no estará para recibirte con una sonrisa y lagrimas de felicidad cuando llegues a la aldea.
Ya no te preparará tus comidas favoritas donde la sazón de su amor era el mejor saborizante presente en sus exquisitos platillos.
Ya no volverá a aprisionarte en sus brazos, mientras te decía lo feliz que le hacia saber que estabas bien.
Se acabaron esas noches donde ambos se perdían en el calor que enlazaba sus cuerpos, haciendo el amor hasta caer rendidos del cansancio, deleitándose con su piel, su aroma, su entrega y su amor.
Se acabaron esos ojos jade… ese par de ojos que era tu salida y entrada hacia tus sentimientos. Ojos que siempre te calmaron y que le daban a tu corazón renegado ese sentimiento de paz…
-Mi amor… por favor mírame…
Fue una de tus ultimas peticiones.
-Vamos… mírame otra vez…
Insistías con fe, pidiendo a las divinidades socorro
-Piensa en nuestra hija… tienes que reaccionar
Nuestra hija… Tanto que ella te dio, ¿Qué le diste tu?
-Tengo muchas cosas que decirte… no puedes irte aún.
Te atreves a reprochar… ¿Por qué no se lo dijiste en vida?, ¿Por qué hasta este momento tomas en tu mente todas estas cosas?
Observas su semblante… una flor que su fulgor lleno el vacío de tu vida, ahora se encontraba lista para entrar al mundo de los muertos, donde seguramente seria la paz de ese mundo.
Pero No. Te reúsas a aceptarlo… simplemente no puedes.
Eres egoísta… la quieres para ti… solo para ti; después de todo, ella es tuya.
O lo fue.
Escuchas que alguien se acerca, alguien se acerca a tu reina.
Tu ojo adapta su forma carmesí, listo para matar, listo para erradicar.
Observas que es tu amigo el Hokage…
El te ve con dolor y lágrimas, pero no solo por ti, si no porque la mujer que era como su hermana, se había ido sin siquiera haberlo imaginado.
El se acerca y observas que sus ojos estallan de lágrimas, observas como la mira… dolor, no igual al tuyo, pero si uno fuerte.
El intenta tocarla, pero tu egoísmo es muy grande cuando se trata de ella… simplemente no le permites hacerlo.
-No la toques
El te mira con molestia, pero al parecer puede entenderte. Sabe que tan importante ella es para ti, aunque no lo digas.
Vez como el cae al suelo derramando lágrimas y más lágrimas de sus ojos, mientras su boca no tarda en abrirse para sacar el dolor expresado en clamor.
Tu eres diferente… tus ojos siempre han hablado por ti.
Tus ojos están dilatados, húmedos, rojos… muertos… tus ojos son la ventana de tu alma y solo por este momento, le permites a alguien verte llorar.
-Tsunade me contó…
El te habla, pero tus ojos y tu atención, aun observan con esperanzas a la mujer de tu vida.
-Sasuke… debemos llevarla al santuario.
Te propone, pero no… ella aún puede despertar.
-Que sea preparada y despedida con todos los honores correspondidos… para su entrada al mundo de los muertos…
-Aun no… quiero estar un poco más con ella… quizá aun pueda mirarme.
Tu amigo te ve con dolor compartido, solo que tu aun intentas negar lo que pasó… lo que tienes frente a ti.
-Sasuke… Sakura-chan… ya no va a volver… ella se encuentra al lado de Sakuya-hime… en el campo de flores donde siempre perteneció.
Si… siempre te lo imaginaste.
Ella y la diosa del cerezo. Ambas hermosas y dándole paz y siendo la luz de este mundo… de tu mundo… siempre siendo tan ferviente y cálida mientras tus eras frío y sólido.
Ella tan luz y tu tan oscuridad… ella tan pura y tu tan corrompido… ella tan poesía y tu tan colonial… siempre dándote lo que a ti te faltaba mientras tu… ¿hay algo?... No.
Es ahí cuando mas que nunca reaccionas, y te das cuenta de que es hora de dejarla ir a su encuentro con Anubis, ya que tu… Nunca la mereciste.
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- Disculpen. – habló una enfermera, haciendo que Naruto se girara a verla, mientras que Sasuke volvía a acostar a su Esposa en la camilla, limpiando sus lagrimas que delataban su dolor. – Se que no es el mejor momento… pero debemos prepararla para… los rituales de embalsamamiento. – dice con pesar. -Tsunade-sama nos pidió que fuese despedida con todos los honores correspond…
- ¿Cómo sucedió? – cuestionó el Hokage; aún no se creía lo que pasó… todo fue tan rápido. - ¿Qué fue lo que pasó?
Sasuke esperaba ansioso la respuesta. También necesitaba saber que pasó.
-… todo fue tan de prisa, Hokage-sama. -dijo la enfermera. – Mucho personal medico fue asesinado, principalmente los de alto rango. – explicó. – lamentablemente no se como lograron atacar a Sakura-senpai… no… no me explico como eso fue posible.
-No solo tu… - dijo el rubio. – Yo tampoco tengo idea como fue que lograron atacarla, y, sobre todo, el por que no detuvo el sangrado…
Hubo un silencio… Nadie podía vocalizar más.
La enfermera veía el cuerpo de su senpai con dolor y tristeza; recordando sus enseñanzas, sus buenos tratos, también sus regaños, su carácter, conocimiento… el como era posible que nunca más volvería a escuchar su voz.
-La doctora Uchiha se calcula debió morir a las 10:23 AM… - explico la muchacha. – Kouta la encontró gravemente herida, en lo que el trataba de detener el sangrado… - ambos pusieron su atención en las palabras de la chica. – El la encontró a las 10:32 AM… seguramente solo fue cuestión de unos cuantos segundos más para que dejase de respirar… fue una herida de gravedad.
- ¿Dónde se encuentra Kouta? – preguntó el Uchiha; necesitaba interrogarlo. - ¿El no estaba herido?
-No… el está bien. Se encontraba en el laboratorio cuando todo esto sucedió. – respondió con amargura. – Pero Kai… - los ojos de ambos ninjas se abrieron en grande. -El también murió.
Vaya… si que el hospital había sufrido perdidas grandes, no solo en experiencia, si no también en pasión. Kouta y Kai eran los pupilos mas comprometedores de Sakura. Era sumamente catastrófico que incluso uno de ellos fue afectado.
-Ya veo. – respondió el Hokage. -Hagan lo que deban hacer, yo me estaré encargando de la afrenta que sufrimos.
-Hai. – asintió la enfermera. -Debemos comenzar a prepararla… - dijo para llamar la atención de Sasuke, para que se separase de ella.
-Sasuke… busquemos a Kouta. – le propuso. – El debe saber con mas detalle lo que pasó.
Sasuke no quería separarse del cuerpo de su mujer… pero en ese momento no estaba pensando bien.
Le urgía saber quien fue el maldito que se atrevió a tanto… a esto.
-Vamos. – fue lo único que respondió, no sin antes mirar el rostro de esa mujer que lo dio todo por él, la mujer de su vida.
A pasos apresurados salieron de ahí, en busca de una respuesta más concreta… Kouta.
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Rápidamente llegan a los laboratorios, sin embargo, gran fue la sorpresa del Hokage cuando le dijeron que Kouta no se encontraba ahí, si no que se encontraba en una de las salas atendiendo a su Esposa.
Exigiendo dirección y numero de habitación, fue rápidamente junto con su amigo a la sala 63, donde Kouta media las pulsaciones del corazón de su Esposa.
El Uzumaki encontró consuelo al hallarla consciente de todo lo que pasó.
- ¡Hinata! – exclamó el Hokage. - ¿Qué ocurrió? – preguntó dirigiéndose a ella, mientras que Sasuke solo observaba desde la puerta.
-Na… Naruto-kun. – suspiró con dificultad. - ¿Cómo está Sakura?
-… mff. – inhaló Kouta, debido al recordar el trágico destino de su Senpai… de Kai… de tanto en el hospital.
- ¿Por qué preguntas por ella? – cuestionó el Uchiha, sorprendido por la acertada preocupación.
-Yo estaba con ella cuando fui golpeada para caer inconsciente. – dijo con vergüenza. – Lo poco que recuerdo, fue haber visto a un sujeto con traje negro… me fue imposible ver su rostro, pero se que el fue quien me atacó… no había nadie más.
- ¿No recuerdas absolutamente nada más? – cuestionó desesperado el azabache. - ¿Por qué estabas con ella?
Hinata no pudo evitar molestarse un poco por todos los cuestionamientos del Uchiha, sobre todo, porque aún recordaba que él le había sido infiel a su amiga.
-Fui a verla porque supe que no se encontraba bien. – dijo sin rodeos, muy firme de sus palabras. – Se que ella necesitaba apoyo, y nadie podía prohibirme ver a una gran amiga.
Sasuke sabia a lo que se refería la ojiperla. Sentía una gran molestia al saber que Naruto anduvo de boca floja, hablando y comentando algo que a el no le correspondía.
-Cierto. – interrumpió Kouta. – Mi sensei no se encontraba bien… ni siquiera almorzó, y dudo que haya cenado. – dijo con pesar. – Fueron tantas cosas que se le sumaron y… me imagino fue fácil debilitar su sistema. – apretó los dientes mirando hacia el Uchiha. – Si tan solo alguien hubiese sido fiel a sus acciones… ella quizá pudiera haberse librado de ese infeliz.
Las palabras de ese mocoso le penetraban el corazón a Sasuke. Tan solo recordar que Sakura había partido de esa manera, pensando que el le había sido infiel, que no la amaba… que se burló de ella. El era de la clase de hombre que evitaba preguntarse que seria de el sin ella, pues tan solo imaginarlo era una viva pesadilla, una pesadilla que se había vuelto realidad.
Eufórico por todo lo que pasó, decidió salir de ahí rápidamente, pero una voz que conocía muy bien, le llamó… era en quien menos quería pensar en ese momento… no sabia que hacer.
- ¡Papá! – le gritó su hija, Sarada.
Sasuke se quedo paralizado por unos momentos al ver a su hija. Ella al parecer ya sabia algo de lo que paso, pues pudo ver fácilmente sus lagrimas y su agitación, llamando su atención para una respuesta confirmada.
- ¡¿Dónde está mi mamá?! – exigió respuesta ya que no soportaba la idea de lo que Shizune le había confirmado. Su madre no podría haber muerto… no ella.
Sasuke entendía el dolor y la desesperación de su hija… Sarada era la mayor victima de todo esto.
El si bien no se sentía digno de merecer el amor de Sakura, pero su hija era cosa aparte, ella era un ser inocente ajeno a todas las culpabilidades y crímenes que el Uchiha había cometido.
- ¿Cuándo llegaste, Sarada? – pregunto el Uchiha tratando de postergar la respuesta que su hija necesitaba… no quería verla sufrir… no tenia el valor de decirle que su madre partió y que el no pudo defenderla… protegerla.
- ¡No me cambies el tema, papá! – exclamó fastidiada, necesitaba rápido su respuesta, sus ojos ardían y su corazón estaba exaltado. - ¡¿Qué le pasó a mi mamá?!
-Sarada… tu mamá … - trataba de explicar, pero simplemente no podía. Decirlo era algo tan difícil ya que ni siquiera él lo creía.
La pequeña azabache miró a los demás que se encontraban en la habitación… básicamente ellos le confirmaron lo que tanto su padre no podía decirle.
Ella llego emocionada a la torre del Hokage, para decirle a Naruto que la misión había estado de maravilla, y que no habían tenido ningún inconveniente; sin embargo, Shikamaru les dijo que Naruto no se encontraba ahí, si no en el hospital, ya que había ocurrido un atentado.
Ella se sorprendió, pero fue tranquila, sabiendo que de una u otra manera, su madre se encontraría a salvo… se confió de más.
Tan solo entrar y observar cómo los médicos y enfermeras la veían, pudo darse cuenta que algo andaba terriblemente mal.
Fue Shizune quien le informó lo que ocurrió, "Sakura fue herida de gravedad… no pudimos salvarla".
Esas palabras se encargaron de destruir toda su alegría e ilusión al haber concluido aquella misión con Shikadai. Era el peor recibimiento que pudo haber tenido. Ella se imaginaba llegar a casa y contarle a su madre sobre como le había ido en la misión, sabia que ella no se cansaría de abrazarla y felicitarla, aunque ella se haría la difícil tratando de demostrar que no quería mimos, cuando la realidad era otra. Seguramente Sakura le prepararía su comida favorita y hablarían un rato mas, para después quizá ver una película y dormir juntas, ya que aunque no lo admitiera, le gustaba ser mimada por su madre.
Ahora su sueño se había ido al carajo, ¿Cómo podría hacer todo eso sin su madre?
-No… ¡No, Papá! – se abrazo el azabache. Cuando Shikamaru le dijo su padre se encontraba en la aldea se sintió feliz, hacia tiempo que no lo veía… no se imaginaba que necesitaría tanto de el como e ese momento. - ¡Eso no puede ser verdad, Papá! ¡No!
Sasuke escuchaba como su hija lloraba sujeta a su cintura… pero el no se sentía digno de poder consolarla, simplemente se sentía como una mierda al saber que tendría que explicarle a su hija todo lo que paso, sabiendo que si la propia Sakura no creyó en su palabra, su hija menos lo haría.
-Lo siento, Sarada… - suspiró el Uchiha sin expresión alguna, todas sus emociones e encontraban dentro de mente, procesando todo lo que estaba sucediendo.
-Por cierto… - interrumpió Kouta el llanto de la azabache, haciéndola girar su atención. – Marina y Ray han desaparecido del hospital. – Naruto se exaltó ante tal declaración. – El niño se encontraba en revisiones, pero después del ataque, el y su madre abandonaron el lugar.
- ¿Quién es Marina? – cuestiono la pequeña azabache ahora. - ¿Qué tiene eso que ver con mi madre? – exclamo en llanto, molesta por el que interrumpieran su dolor. Ella tenia todo el derecho de llorarle a su madre, la mujer que la crio y cuido tantos años.
Kouta sabía lo que estaba a punto de hacer. Sabía que dañaría gravemente a la hija de su sensei y que, si Sakura estuviese viva, le daría una paliza por su intromisión; pero tampoco podía olvidar lo que su marido le hizo, que ella ya estaba muerta, y que incluso su mejor amigo Kai… pago con su vida.
Kai… que era un joven que verdaderamente estaba interesado en la pelirrosa, y aunque ella fuese mayor que el por unos años, Kai siempre tuvo la certeza que el lograría hacerla más feliz de lo que la hacía Uchiha Sasuke.
-Marina es la madre de tu hermano, Señorita Sarada. – dijo sin titubeos, cosa que al Uchiha y al Uzumaki molesto de sobre manera, haciendo que la pequeña pelinegra soltara a su padre.
Aun no procesaba lo dicho por Kouta. Necesitaba mas detalles y explicaciones.
- ¿Qué? – pregunto confundida. - ¿De qué hablas?
-Es mejor que midas tus palabras, gusano. -le recrimino el Uchiha. Si Sarada se enteraba de eso, seria el mismo quien se lo dijera, aunque no estuviese preparado, pero sería el y no una persona ajena, que no entiende nada de su persona.
-Solo te digo la verdad. – dijo sin remordimientos. – Tu padre engaño a tu mamá con otra mujer, de la cual nació un niño llamado Ray. – le explico mientras observaba como la mirada de Sarada se entristecía y lo miraba como quien no puede creer lo que escucha. Antes de que la niña lo interrumpiera, decidió continuar. – Les hicimos pruebas biológicas y los resultados tienen una coincidencia. Ese niño Ray es tu medio hermano… hijo de tu padre, pero con otra mujer.
Sarada miro rápidamente a su padre con rencor y dolor, mientras todas las emociones se sumaban a su dolor. Ahora no solo se enteraba de la muerte de su madre, sino que también se enteraba que padre era un infiel… uno de los mas detestables, con hijo fuera del matrimonio.
-No debiste haberle dicho, Kouta. – interrumpió el omento de atención el ninja rubio, dándose cuenta del gran golpe que había sido para la pequeña azabache. Kouta también se había dado cuenta, pero en su cabeza, el creía que Uchiha Sasuke no merecía ni el cariño de su hija. Era un completo hijo de puta que no merecía ni el aullido de un perro.
-JA, ella tenía derecho de saberlo, ¿O acaso planeaban ocultarle esa verdad? – La pequeña Uchiha se encontraba consternada, sin siquiera creer lo que estaban diciendo… su padre no podía ser tan imbécil… ¿Verdad?
-Tu padre engaño a tu madre cuando tu debías tener unos 8 años aproximadamente. – continuo mientras que el Uzumaki se tensaba y el Uchiha se cuestionaba si matarlo o no, pero Hinata, que se encontraba dentro de la sala también, de una u otra manera pensaba igual que Kouta. Sarada merecía saberlo.
-Es cierto. – Fue la voz de Hinata la que se dirigió a Sarada, llamándola atención de los otros ninjas. – Yo hoy en la mañana estaba hablando con Sakura sobre eso.
-Si la Doctora no hubiese pasado por ese conflicto, seguramente hubiese podido luchar mas… - interrumpió Kouta a la Hyuga, comenzando a sollozar. – Quizá ella hubiese podido salvar la vida de Kai…
Sarada miraba a su padre como quien hiere huesos y se esconde entre las hojas.
Sasuke por su parte, al sentir la mirada frívola de su hija, tomo una decisión… una que quizá fue muy muy equivocada.
-Lo lamento, Sarada. – fue lo único que dijo para así, salir de esa sala dejando a todos atrás.
El dolor, rencor y frustración lo habían logrado domar. Quizá si no hubiese atravesado esa circunstancia hubiese sido diferente, pero sus emociones eran quien guiaba sus acciones, así que sabia que lo que mas necesitaba ahora, era pensar y estar solo.
Maldito egoísta….
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Han pasado mas de cuatro horas, pero aun no te atreves a regresar.
Sabias que a tu esposa se le despediría con todos los honores correspondidos, como si se estuviese despidiendo a una reina. Sabes que Naruto movería todo para que esto fuese de esa manera.
Puedes ver a muchas personas reunidas, posiblemente sorprendidas que el gran "Cerezo Curativo de Konoha" haya perdido la batalla terrenal.
Sabes que tu hija te necesita ahora, mas que nada para unas buenas explicaciones, pero tampoco sabes como demostrarle tu inocencia… tampoco sabes que mas le dijeron. Solo sabes que estuviste muy mal en dejarla sola.
Amaste a esa mujer tan fuerte, como nunca amaste a nadie más; por eso mismo, sabes que no soportarías ver su cuerpo embalsamando en un ataúd, viendo como este desciende entre las capas terrestres para desaparecer de la faz del mundo y entrar al mundo espiritual.
Recuerdas como todo comenzó… y ese es tu calvario.
-Sasuke-kun, Bienvenido a la aldea.
-Claro que quiero ir contigo.
-Soy muy feliz de que estemos viajando juntos.
-Aun me gustas…
-Yo siempre estaré para ti.
Recuerdas su dulce rostro, sonrojado por tu cercanía, algo que solo tu eras capaz de provocar.
-¡SIII! ¡Claro que quiero casarme contigo!
-Prometo ser una buena esposa para ti…
-Estoy muy nerviosa… nunca había hecho algo así… porque siempre espere por ti.
-Mis pechos no son muy grandes… espero no te moleste.
-Me guarde para ti, Sasuke-kun… El único hombre que he amado… el único hombre de mi vida…
Recuerdas el momento de como esa mujer te entrego todo de si misma… toda su vida, su cuerpo, su atención y sobre todo, su amor.
Nunca le dijiste lo dichoso que estabas al saber que ella se guardo para ti… para tu toque y tus labios… solo sentiste como tu ego se inflaba al tocar a tu mujer… porque ella desde que recuerdas… ya era tuya.
-Estoy un poco mareada… no lo entiendo, he comido bien últimamente.
-Sasuke-kun… tengo algo que decirte…
-¡Estoy embarazada!
-Oww, gracias a ti, Cariño.
-Oh… Cariño… pienso que al estar casados puedo llamarte así… me alegra que te guste!
- ¡Siente esto! ¡Se esta moviendo!
-¿Cómo te gustaría que se llame?
-Uchiha Sarada… me gusta.
-Será una niña tan linda… será idéntica a ti.
-Cariño… Sarada se esta adelantando.
-Gracias Karin… yo te indicare lo que debes hacer.
-Es hermosa… Gracias Cariño, por hacerme la mujer mas feliz del mundo.
-Karin… entre nosotras existe un lazo indestructible
-¿Quién es la bebe de mamá?
-Cariño… ¿Crees que soy una mamá bonita?
Recuerdas como fue cuando el mejor regalo de tu vida entro a ella.
Verla tan hermosa, viendo como en su vientre se formaba de manera física ese amor que sentían… y cuando ella nació… era tan hermosa, igual que su amor.
-Entonces debes irte?... ¿De cuanto tiempo estamos hablando?
-Ya veo… hay que aprovechar todo el tiempo juntos.
-Te amo tanto, Cariño… por favor cuídate mucho.
-Yo te esperaré siempre… porque soy tu Esposa… No te preocupes por mi.
-Te amo…
Recuerdas aquella vez donde tuviste que dejar atrás a tu familia para mantenerla segura con esa estúpida misión… recuerdas como querías mandar a la mierda todo y escapar de ahí con tu esposa e hija… pero tu conciencia te mataba y sabias que le debías mucho a la aldea de la hoja.
Después, comienzas a recordar frases muy comunes en ella, que aunque nunca le demostraras lo que sentía, esas palabras eran lo suficiente para llenar tu vacío.
-Me encanta verte comer lo que te preparo…
-Voy a prepararte el baño… después baja a comer, te hice tu sopa de tomate…
-Ten mucho cuidado mi amor…
-No digas que no mereces las cosas… tu no eres malo… nunca lo fuiste.
-Con que aquí está el mejor esposo del mundo… te tengo una sorpresa…
Sientes como tus ojos liberan una a una esas lagrimas que hablan tanto por ti.
Tienes ganas de terminar con tu vida ahí mismo… pidiendo que esta sea una de tantas pesadillas que has tenido… pero no es así.
Gritas… gritas porque nadie mas te oye… solo los dioses el cielo y el bosque… son testigos de tu dolor…de lo que sientes.
No tienes idea de cuanto tiempo pasó, solo puedes ver que el sol ya se comienza a ocultar para dar paso a la noche… una noche que ya no conectara tu vista y la de tu esposa a través de las estrellas.
Pensando todo esto… te das cuenta de que de verdad… aunque ya lo sabias…
Nunca la mereciste…
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Capitulo 6 finalizado
Leeré todos sus comentarios, probablemente el Wattpad pueda responderlos.
Recuerden, estamos a 4 capitulos de finalizar.
Gracias por todo
Que los dieses los favorezcan
Nos vemos el siguiente sábado.
-Missjell.
