Hola otra vez! Lamento mucho haber tardado tanto. Diciembre vino con un cierre de cuatrimestre muy difícil en la facultad, pero ahora que las vacaciones de verano ya están acá (por lo menos para las que vivimos en Sudamérica), ya pude volver! El capítulo que sigue ya está empezado, así que no va a tardar tardar tanto como éste, lo prometo.

Bienvenidas/os a todas/os las que sean nuevas en esta historia y hracias por dejar sus comentarios, me alegra muchísimo siempre que leo.

Me encantaría que debatamos sobre algunas cosas que pasan y que van a pasar ne la historia, me gustaría saber su punto de vista así la historia es mejor y cada una/o la puede sentir un poco más propia.

La razón por la que Bella ha mostrado tan poco poder es porque creo que un par de pruebas no son suficientes para que libere todo su potencial. Confío en el suero para eso, después de todo, no deja de ser humana: no hubo ni accidentes nucleares, ni alteraciones genéticas. No veo razones para que muestre mucho más poder por ahora.

Y en relación a lo del veneno, si no interfiere con su vida como humana, no veo razones para que sea un obstáculo a la hora de interactuar con el suero. No a grandes rasgos al menos.

Me encantaría saber qué piensan!

Espero que lo disfruten!

Para cuando Bella y Steve llegaron al laboratorio, el aire ya podía cortarse con un cuchillo. Ya no estaban protegidos por la seguridad que les ofrecía el contacto con el otro y la tensión que se respiraba en aquel lugar no parecía ayudar en nada. Se había sentido extraño caminar cogidos de la mano por los muy iluminados pasillos, siendo observados por todo el mundo, así que, resignados, habían soltado sus manos, dejando una incómoda sensación de picazón en su lugar.

Eso sin mencionar lo incómodo que era caminar cargando una de esas armas, con todas las miradas preocupadas que atraía. Pero a Steve le había parecido una gran manera de enfatizar su punto si llevaba un souvenir del depósito.

Fury se encontraba de espaldas a ellos, lo suficientemente ocupado en su conversación con Banner y Stark como para notar su llegada.

- ¿Qué es la Fase 2?- preguntó Stark con fingida inocencia, sentado encima de uno de los escritorios y observando con una miradita de suficiencia el monitor frente a él.

A Steve se le disparó el pulso, encontrando el momento perfecto para iniciar la confrontación que había estado esperando desde que había abierto aquel baúl. Estaba agradecido de que el arma por el que le había insistido a Bella que volvieran fuera a cumplir su objetivo.

- La Fase 2 es SHIELD usando el cubo para hacer armas- dijo con gravedad en el rostro mientras apoyaba el arma en cuestión sobre una de las mesas de trabajo. Dirigiéndose a Stark, agregó:

- Lo lamento, la computadora me parecía muy lenta.

Cuando la mirada de los presentes se posó en los recién llegados, Bella se ruborizó violentamente, como si de alguna manera pudieran saber qué habían estado haciendo. Por el modo en el que Stark inclinó su cabeza, ya veía que podía imaginarlo. Las manos de la joven comenzaron a sudar y el rubor la cubrió hasta el cuello.

Fury los observó sin pizca alguna de nerviosismo o de las suposiciones que habían poblado la mente de Stark, en parte por no creerlo posible- el Capitán era un hombre mayor, casi diez años mayor, que sabía mejor que andar jugando con una niña de diecinueve- y en otra parte por asumir que el rubor de Bella se debía al hecho de enfrentarlo luego de haber desacatado una orden. Antes de dirigirse al Capitán Rogers, la apuntó con un dedo y su voz sonó extrañamente como la de Charlie, logrando equilibrar el regaño y el alivio en una misma oración:

- Tengo a diez oficiales buscándote. Hablaremos luego. Y con respecto a eso- señaló el arma sobre la mesa, mirando a Rogers- juntamos todo lo relacionado con el Teseracto, lo que no significa…

- Uh, lo siento Nick, ¿sobre qué era que estabas mintiendo?- lo interrumpió Stark, girando el monitor que había estado mirando atentamente para que todos pudieran verlo también. Se puso de pie, acercándose a él. Steve avanzó seguido de Bella, procurando que ésta quedara un poco por detrás suyo, temeroso de que todo aquello terminara mal.

Planos descriptivos de las armas que habían encontrado en el depósito comenzaron a desplegarse en la pantalla, dejando en completa evidencia a Fury.

- Me equivoqué director, el mundo no ha cambiado en nada- sentenció Steve.

Bella se movió apenas detrás de su escudo personal para ver a Natasha entrar acompañada de Thor.

La agente rusa posó sus ojos en Banner, desesperada solo en su interior. El ambiente no parecía nada ligero, y con la información que tenía, era muy consciente de que la bomba de tiempo en frente suyo estaba corriendo al ritmo de Loki. Los ojos del doctor, negros y acusatorios, se posaron sobre ella y sintió una corriente de adrenalina atravesar su espina dorsal. Rápidamente miró las ventanas y las puertas de los laterales, descartando una vía de salida rápida enseguida, Banner estaba demasiado cerca de todos como para que realmente importara contar con rutas de escape al alcance.

En su escaneo veloz pudo ver la cabeza de Bella asomándose desde detrás del cuerpo de Rogers, algo que, contemplando la antiquísima mirada que el soldado tenía del mundo y la efectiva imposibilidad de Bella para protegerse a sí misma, hubiese tenido todo el sentido del mundo. Pero Nat pudo ver que ese no era el caso. No, Bella estaba ruborizada, como la mayor parte del tiempo, seguro, pero esta vez tenía los labios rojos, hinchados, y lucía un brillo distinto en los usuales ojos de ciervo asustado.

Miró a Rogers y comprendió que cubría el cuerpo de Bella de una manera más bien posesiva, lejos de la caballerosidad que le había adjudicado inicialmente. Miró la estrella plateada en su pecho y le pareció más grande de lo normal. Nat sabía las razones por las que un hombre podía inflar el pecho de esa manera. Entrecerró los ojos, dejando ese interrogatorio para más tarde.

- ¿Usted sabía de esto?- la acusó finalmente Banner.

- ¿No prefiere retirarse, doctor?

- Ya lo había hecho, ¿recuerda? Estaba en Calcuta, muy lejos.

- Loki lo está manipulando. A todos, de hecho. Pero entenderá mis razones para pedirle que sea usted el que se retire.

- Y usted ha estado haciendo exactamente lo contrario, me imagino.

- No vino hasta aquí porque haya coqueteado con usted.

- Entonces entenderá que no me iré porque de repente se puso nerviosa. Lo que yo quiero entender, es por qué SHIELD está usando el Teseracto para hacer armas de destrucción masiva.

- Y supersoldados. No olvidemos eso. Me parece un punto fundamental- dijo Stark levantando la mano y tocando un punto en la pantalla, haciendo que el sonido de unos gritos desgarradores invadieran el lugar. A Bella le llevó un largo minuto reconocerse en ellos.

A medida que el programa de Stark iba desencriptando los archivos de SHIELD, distintas carpetas mostraban su contenido, revelando videos que se superponían en toda la pantalla: Bella en entrevistas, haciendo pruebas físicas, soportando una serie de electrochoques y, el que más revuelo había causado, Bella atada a una camilla, con distintos aparatos conectados a su cuerpo, forcejeando para liberarse de sus ataduras, gritando tan fuerte como sus pulmones se lo permitían, hasta que su voz se quebraba un poco y los gritos se tornaban más desgarradores. Aquel escalofriante video terminaba con una explosión que causaba que la cámara interrumpiera su grabación.

El silencio que reinó en el impoluto laboratorio no fue menos atronador.

La dirección de las miradas de todos los presentes era un laberinto de emociones: Bella fijó su mirada en el piso, sintiendo un desagradable pitido en los oídos, sosteniendo su cabeza con fuerza para intentar contenerlo, Steve, atormentado, se giró para verla; Thor clavó su mirada en Banner, atento a cada respiración, pero el científico estaba resoplando, observando a Natasha mientras negaba con la cabeza, sonriendo sarcásticamente. Por su parte, Natasha le dedicó una mirada fulminante a Fury que, sin darse por aludido por la acritud de ésta o el evidente dolor de Bella, encorvada a su lado, posó su único ojo, oscuro y severo, en Stark, que seguía observando atentamente el monitor, esta vez leyendo el informe de Bella.

Bella sentía que el pitido en sus oídos se hacía cada vez mayor, comenzando a vibrar dentro de su cabeza, haciendo que ejerciera más fuerza sobre sus sienes para retenerlo dentro de ella, temerosa de que la consumiera viva.

Steve levantó sus manos para tocarla, pero una mano curtida se posó en su hombro con fuerza, deteniéndolo.

- Créame, no quiere tocarla ahora- le aconsejó Fury, que ya había visto lo que sucedía si alguien lo intentaba. En ese momento se estaba arrepintiendo de muchas cosas, pero de todas ellas, haber juntado a Bella y Banner en la misma habitación era lo que más lo abrumaba.

Steve se sacudió del agarre bruscamente y la tomó de los antebrazos, ignorando a Fury, intentando quitarle las manos del rostro. El director llevó una mano a su arma inmediatamente, pero se relajó enseguida cuando la vio reaccionar al toque de Rogers.

La vio mirarlo, aturdida, pero notablemente más calmada.

Por supuesto, eso no duró ni un segundo.

- Me dijiste que yo no ayudaría a lastimar a nadie, ¡¿y yo entro en el programa "usemos el Teseracto para hacer armas"?!- le gritó como pudo.

- Bella, estás entendiendo todo mal.

- ¡Muy buena estrategia Fury! Decirle a la muy enojada mujer que está equivocada- se burló Bella. Stark sonrió sin quererlo.

- Tú no tienes nada que ver con eso. Nunca fue mi intención. Nunca fue la intención de Phill…- dijo Fury sabiamente, con sus manos todavía en el aire.

- ¡No intentes ablandarme con Phil! Tiene su cuota de gritos más tarde. ¿Y qué demonios estás haciendo? Deja de acercarte como si fuera a golpearte. No voy a atacarte, no podría aún si lo quisiera. Aunque debería hacerlo- dijo, enojada, resentida.

Dijo lo que dijo, pero la mención de Phil sí logró ablandarla.

- Tu parte es hacer todo lo contrario Isabella. Atacamos en caso de ser necesario, en caso de que falle nuestra defensa. Creo que es obvio qué parte cubres tú- consiguió explicar Fury.

Tony no podía negar que algo se había roto dentro de él oyendo la agonía de aquella niña, pero eso solo significaba que Fury, SHIELD, era más despiadado de lo que se había imaginado. Tenía que acceder a toda la información primero, luego tendría tiempo para mostrarse empático. Leyó unas líneas más antes de que su rostro perdiera todo atisbo de broma. Con lo del suero de súper soldado se le habían ocurrido un par de chistes, pero el detalle de los vampiros le había helado la sangre.

Quitó la vista del polémico monitor y la fijó en Fury, recomponiéndose de inmediato.

Pero el experimentado director de SHIELD habló antes.

- Entiendo su desconcierto, pero la verdad es que no necesitaríamos nada de esto si no fuese por él- sentenció señalando a Thor, que lejos estaba de entender la asociación.

- El año pasado tuvimos un visitante de otro mundo, de su mundo, que en una rabieta arrasó con un pueblo entero. Aprendimos que no sólo no somos los únicos aquí, sino que además las armas de otros nos superan con creces.

- Mi gente solo quiere la paz con su planeta- contestó indignado Thor.

- Sí, pero hay más allá afuera. ¿Verdad? Y no son la única amenaza. El mundo se está llenando de gente que no puede ser igualada- le cuestionó.

- ¿Por eso te estás creando soldados personalizados? Menudo visitante debe haber sido, que los vampiros que tienes por amigos no pueden igualarlo- escupió Stark.

Steve se giró para verlo enseguida, dejando una mano reposada sobre la cintura de Bella.

Banner pestañeó confundido mientras entrecerraba los ojos para leer el informe.

- ¿Vampiros?- le dijo escéptico Rogers, asumiendo que era una de las malintencionadas bromas de Stark.

Natasha se ocultó el rostro en las manos, negando con la cabeza.

- Sí. Supongo que ni Godzillas verdes, ni vikingos surfers ni cubos brillantes eran lo suficientemente bizarros para SHIELD.

Bella levantó la cabeza para mirar a Fury, presa del pánico. Pero el Director no parecía estar en la misma sintonía.

- Entiendo que pueda ser un problema para tí Stark, pero hay muchas cosas que no sabes- le dijo chasqueando la lengua.

- Espera, entonces, ¿es verdad?- quiso saber Steve, cada vez entendiendo menos del mundo en el que había despertado. Lo único que podía mantenerlo en sus cabales en aquel circo parecía ser el contacto con Bella.

La joven parecía sentirse exactamente igual, pero lamentablemente, el toque de Steve no lograba cubrir el torbellino de emociones que estaba arrasando todo a su paso en su interior.

Sentía miedo, vergüenza, furia. Se sentía desleal, responsable e impotente. Como si fuera poco, su pecho cosquilleaba incómodamente.

- Cullen- leyó Banner en voz alta, atando un par de cabos sueltos en su cabeza. Su padre había conocido a un Dr. Cullen, a quien había acudido por un par de consejos. De repente, gran parte de esa historia comenzaba a cobrar sentido.

- Sí, Cullen. Quizás la señora Drácula allá pueda darnos una mano.

Steve miró a Bella con el ceño fruncido, pero luego posó sus ojos en Stark, completamente irritado. Apretó con fuerza los dientes para no contestarle. ¿Qué rayos tenía que ver Bella en todo eso?

Naturalmente, la joven se puso bordó, furiosa con la malicia de Stark pero sobre todo, consigo misma, por no haberle dicho nada a Steve. Tampoco era que habían pasado mucho tiempo juntos, lo que la hizo ruborizarse por razones muy distintas. En el fondo quería reír, después de todo, ese mismo día se había cuestionado si rozarle la mano al Capitán contaba como infidelidad, pero no tuvo reparo alguno en refregarse contra él en un cuarto oscuro.

- Entonces, vampiros, disuasión nuclear y super soldados. Ese es el plan de SHIELD para proteger al mundo. Me he perdido con los vampiros, pero entiendo que el cubo te permite hacerte una Barbie soldada y armas nucleares, que, dicho sea de paso, siempre es la solución a todo- volvió a hablar Stark, el tono sarcástico leal a sus intervenciones.

- ¿Me recuerda cómo hizo su fortuna usted, señor Stark?- le rebatió Fury.

- No habría dudas de que si Stark aún hiciera armas estaría…- comenzó a decir Steve, avanzando sólo unos pasos hacia adelante, abandonando el contacto con Bella. La ola de ira que lo invadió fue casi inmediata.

- ¿Disculpe? ¿Desde cuándo se trata sobre mí?- fingió estar ofendido.

- ¿Acaso no lo es todo?- le volvió a escupir, preso de un desprecio que parecía fluir súbitamente desde el fondo de su alma.

- No, de hecho quería que hablemos un poco sobre los Cullen. Ya tenemos las armas y al menos un Max Steel. ¿Dónde está tu novio cariño? ¿No pudo venir por cuestiones climáticas?- Stark terminó de contestar la sarcástica pregunta de Steve, dirigiéndose directamente a Bella.

- ¿Novio?- inquirió Thor, entre asqueado y sorprendido.

- Steve…- alcanzó a susurrarle, no muy segura de lo que quería decirle. Levantó su mano para tocarlo, pero temió que ahora le resultara desagradable, así que desistió, invadida por unas avasalladoras ganas de llorar.

- No creo que sea de tu incumbencia- le contestó Nat a Thor, en un tono mordaz.

- ¿Tú sabías? ¿De todo esto?- la volvió a acusar Banner.

En ese momento Thor y Fury iniciaron su propia discusión, desatando otra entre Natasha y Banner, haciendo que todo el laboratorio sea una confusión de gritos y acusaciones.

Bella sólo tenía oídos para la que era más importante para ella.

- Sí, novio. ¿Puedes creerlo? Ten cuidado cap, parece que tiene algo por los mayores- dijo con soltura. Con demasiado soltura.

Rogers estaba cegado por la rabia y aquel comentario de Stark fue todo lo que pudo soportar.

Se acercó peligrosamente a Stark y le apuntó el pecho con el dedo índice.

- O muestras un poco más de respeto…- comenzó a decir Steve, acercando su frente a la de Tony, apretando los dientes con fuerza.

- ¿O qué?- lo desafió Stark.

- O quizás vayas a necesitar de esa brillosa armadura tuya. Después de todo, no eres nada sin ella, ¿verdad?

- No te pases de listo que no tengo problema en golpear a los mayores.

- Por supuesto que no tienes problemas en golpear a nadie. Siempre y cuando te convenga a tí. He visto los videos Stark, no me importa si juegas a volar con tu armadura de brillos, pero no pretendas ser un héroe, el capricho de un egocéntrico no es lo mismo que el sacrificio de cientos de hombres a los que de verdad les importaba la gente.

- Ah, el siempre patriota. ¿El traje de barras y estrellas es demasiado sutil para usted?

- ¿Por qué no te pones la armadura y vamos a ver si eres tan rápido como con tus chistecitos?- la ira de Steve sólo iba en aumento, haciendo que respirara agitadamente.

Bella estaba muy nerviosa, perdida en el caos de voces que era el laboratorio. Podía ver el pecho de Steve subir y bajar violentamente mientras se acercaba a Tony, quien no parecía estar afectado por el enojo del soldado.

Aquello pareció hincar en Stark, que sin dejarse amedrentar por los varios centímetros de alto que le sacaba el Capitán, se acercó hasta empujarlo un poco con su pecho..

.- ¿Como tu? Eres una rata de laboratorio Rogers. Todo lo bueno que tienes salió de una botella. Sin ofender cariño- dijo mirando a Bella.

El comentario hacia Bella fue lo último que pudo soportar y lo empujó con fuerza sin pensarlo dos veces.

- ¿Quieres probarlo? Ponte el traje.

Bella reaccionó enseguida, viendo que Tony aprovechó el empujón para tomar impulso.

Histérica y asustada, se colocó entre ambos, estirando sus manos para ponerlas sobre el pecho de cada uno, obligándolos a separarse.

Lo que Bella no había calculado fue que aquella onda de energía que cosquilleaba incómodamente desde hacía unos minutos saliera despedida de la punta de sus dedos en aquel momento, echando a Steve y Tony hacia atrás con fuerza.

Fury abandonó su discusión con Natasha e intercaló su mirada entre Bella y Banner, dirigiéndose a este último con voz grave.

- Doctor Banner, le voy a pedir que me acompañe.

- ¿A dónde? Si rentó mi habitación.

- La celda era sólo en caso de que…

- De que debiera matarme, lo sé. Pero no puede matarme. Ya lo sé, lo intenté- de repente confesó Banner.

El silencio sepulcral que desencadenó su declaración heló la sangre de Bella, que ya no sentía ninguna onda cosquilleante corriendo por sus venas, sino un aire frío y oscuro que la hizo adelantarse unos pasos hacia donde se encontraba Bruce.

Steve se levantó de un salto y la tomó por la mano, tirando un poco para sí, evitando que se siguiera acercando. Casi al mismo tiempo, el frío en el cuerpo de Bella disminuyó y el Capitán pudo ver todo con más claridad, sosegado.

Banner continuó en el mismo tono resignado.

- Ya no veía ninguna posibilidad de futuro, así que metí una bala en mi boca. Y el otro tipo la escupió.

Parecía que hasta las respiraciones se habían detenido en el tiempo.

La mirada de Banner cambió, adoptó un brillo de ira y sus palabras comenzaron a salir resentidas.

- Así que lo superé, me concentré en lo bueno, comencé a ayudar a la gente y venía haciendo un buen trabajo, hasta que me trajeron a este circo y pusieron en riesgo a todo el mundo- parecía irse perdiendo en el enojo, lo que disparó una ola de ansiedad.

- ¿Quiere saber mi secreto Agente Romanoff, quiere saber cómo me mantengo en calma?- prosiguió su monólogo mientras tomaba el cetro que se encontraba detrás suyo.

Bella se tensó automáticamente, esforzándose en crear a la fuerza lo que tan fácilmente disparaba el estrés emocional en su cuerpo.

Pudo ver a Steve posicionarse frente a ella mientras Fury y Natasha llevaban las manos a sus armas.

Steve decidió intervenir, su tono fue tranquilo pero imperativo:

- Sr. Banner, baje el cetro.

Banner pestañeó confundido, asimilando que en algún momento lo había tomado.

No hubo mucho tiempo para reflexionar lo que estaba sucediendo, porque el sonido de una alarma generó un nuevo revuelo.

- Tenemos la señal- dijo Banner mientras se dirigía a la computadora.

Bella no tuvo más opción que rodar los ojos cuando todos comenzaron a discutir de vuelta, así que comenzó a dirigirse hacia Bruce, intrigada por su ceño fruncido al mirar la pantalla.

Fue casi arrastrada a su lugar por el fuerte agarre de la mano de Steve, que aún discutiendo con Stark no la había perdido de vista.

Pero no tuvo tiempo de gritarle lo que le quería gritar, porque la aparente preocupación del Dr. Banner se materializó en una violenta explosión que acabó con cualquier estúpida discusión. Las discusiones y el techo y piso del laboratorio, también. Algunos de los presentes cayeron el agujero del piso y otros debieron cubrirse para evitar ser aplastados por los escombros de lo que había sido el techo.

Steve no lo dudó y tiró a Bella al suelo en el momento en el que escuchó el detonador, cubriendo su cuerpo, recibiendo los golpes por ella. El corazón de Bella golpeaba con fuerza contra su pecho y sentía un incómodo pintar en los oídos que la aturdía dolorosamente. Se había golpeado la cabeza cuando Steve la cubrió con su cuerpo y sintió cómo se perdía el intercomunicador que llevaba. Incluso en esas condiciones, intentó hacer fuerza para separar su rostro de la prisión que era el suelo debajo de ella y el peso de Steve por encima, desesperada por encontrar a Nat.

Pero la agente Romanoff tenía otras razones para desesperarse. Desde la posición en la que estaba Bella era imposible ver a la agente, porque cuando el piso había desaparecido debajo de ella, cayó limpiamente al nivel inferior. Una columna de metal había sido derribada en la explosión y había aterrizado encima de la pierna de Natasha, anclándola a su lugar. Justo al lado de un muy alterado Dr. Banner. O al menos esperaba que siguiera siendo él, porque la columna encima de su pierna no parecía irse a ningún lado, a pesar de la fuerza que ejercía Nat. Pudo escuchar las órdenes de Fury: Stark y Rogers irían a arreglar el motor que fallaba, Coulson iría por Loki, Bella se quedaría con Hill y el resto tendría que sacudirse el polvo y ponerse a trabajar.

Pero mientras Bella corría por el pasillo de camino al puente de mando pudo escuchar los rugidos inhumanos en el nivel inferior y supo que su amiga estaba en problemas. Pero su escolta personal no la dejó ni siquiera mirar hacia atrás, en cambio, empujó con suavidad su espalda para que acelerara su paso.

Todo se había salido de control muy fácilmente. Estaban siendo atacados, los motores que los mantenían en el aire habían sido comprometidos, Loki seguramente estaba escapando y Bella se encontraba en el medio de todo, asustada y desprotegida.

Y a pesar de todo eso, Steve se sentía en su zona de confort. Mucho más que unas horas atrás, cuando había vuelto a usar su uniforme para ir a cumplir con una misión. Por supuesto que el Capitán hubiese preferido que nada de esto sucediera, pero dentro de su pecho había una cálida sensación que le era imposible ignorar. Sabía muy bien qué hacer, para esto había venido. Se sintió el mismo una vez más.

También sospechaba que aquella sensación tenía que ver mucho más de lo que pensaba con la joven que corría a su lado y con el extraordinario e inexplicable vínculo que habían demostrado tener.

No había nada que él no hubiese dado por que Bella se quedara afuera de todo aquello, pero si ya estaba en peligro, no había lugar a dudas de que no estaría más a salvo que con él a su lado. Él se aseguraría de eso.

En la bifurcación que los separaba, y que dejaba a Bella a medio pasillo de su destino, la joven le agarró fuerte un brazo, sin poder emitir sonido alguno, sólo mirándolo con el miedo pintado en el chocolate de sus ojos. Steve negó con la cabeza, por no querer que forzara la poca voz que le quedaba, por no querer oír una despedida, por no querer hablar de ciertas criaturas, pero, por sobre todo, por no tener tiempo. Así que aunque no sabía qué de todo aquello querría expresar Bella en esos grandes ojos asustados, se aventuró a prometer:

- Después. Ahora entras al puente y te quedas pegada a Hill. No te muevas de ahí. Iré a ayudar a Stark y vuelvo por tí. Bella, no te mueves de ahí, ¿entiendes?

Bella asintió una vez, intranquila.

Steve lo dudó una milésima de segundo y luego estampó sus labios en los de Bella, la besó casi con violencia, pero ella le sostuvo la cara con fuerza, en sintonía, y finalizó el beso en un segundo, juntando sus frentes y asintiendo varias veces rápidamente, haciendo que un par de lágrimas traicioneras se deslicen por sus mejillas. Steve limpió una con su pulgar antes de salir corriendo hacia su destino.

Bella ingresó al puente insegura, temerosa de estorbar a cada paso que daba. Observó todo el precinto frenéticamente buscando a Phil. No lo encontró por ningún lado y se le hizo un nudo en la garganta. Los agentes pasaban corriendo de un lado a otro, cumpliendo órdenes y solucionando problemas, así que decidió quedarse a un lado de la entrada, observando con atención a Hill de vez en cuando. Sabía lo que le había ordenado Steve, pero le parecía muy inoportuno pegarse a ella como una niña indefensa.

A lo largo de su vida Bella se había encontrado en situaciones que la habían hecho sentir inútil con frecuencia: desde un partido de voley hasta una caza de vampiros. Pero incluso dentro de ese amplio abanico, jamás se había sentido tan inútil como se sentía en aquellos momentos. Quería ayudar en algo, en lo que sea, pero al mismo tiempo era demasiado consciente de que solo lograría molestar.

Su nerviosismo aumentaba a cada latido cada vez que un agente ingresaba al puente y se decepcionaba al ver que no era Phil.

Pero pudo saldar ese problema cuando Fury pasó al lado suyo, de camino al control de mando. Bella se apresuró a seguirlo, ya casi no tenía voz y el ruido que había alrededor imposibilitaba que alguien pudiera escucharla a menos de dos metros de distancia.

Le tocó el brazo para llamar su atención.

- ¿Dónde está Phil?

Fury no pudo escucharla del todo, pero reconoció el problema en su mirada.

- El agente Coulson está haciendo su trabajo. Tú te quedas aquí- dijo antes de girarse para dar otra seguidilla de órdenes. Bella se posicionó delante suyo una vez más y esta vez el director tuvo que leerle los labios más que contar con su transparencia.

- Fue por Loki, ¿verdad?

- Te quedas aquí- se limitó a repetir el director.

La evasiva de Fury era toda la confirmación que necesitaba, y comenzó a sentir una horrible opresión en su pecho.

Fury confió en que el miedo por su amigo dejaría a Bella fuera de juego. No quería que la joven sufriera, pero cualquier cosa sería mejor a que quede en el medio del fuego cruzado.

Pero tuvo que añadir otra cosa más a la lista de errores que había cometido durante el día. Porque lejos de dejarla llorando en un rincón, la noticia la espabiló de un golpe.

Había solo una cosa que Bella había demostrado hacer bien en todo el día. Y no pasaría un segundo más sin usarla para proteger a la única persona que había cuidado de ella todo este tiempo.

Aprovechando que Fury se había girado para dar más gritos, dió dos pasos largos hacia atrás, fingiendo facilitar el espacio para un par de agentes que pasaban, y una vez a un par de metros de la puerta, corrió con todas sus fuerzas.

La agente Hill logró atisbar su figura atravesando la puerta y maldijo en voz alta. Pero no tuvo tiempo de enviar a alguien a buscarla, ni siquiera de cumplir con su tarea de ordenar que se desaloje el nivel cuatro, porque al dar un paso en dirección a la puerta, oyó más que vió el sonido de una granada golpeando el brillante piso del puente de mando.

Por segunda vez en su vida, Bella oía desatarse el caos en una habitación que acababa de abandonar. Eso era nuevo. En toda su historia, el desastre se generaba por su presencia y jamás esperaba su partida.

Bella no era creyente, pero en ese momento se encontró pidiéndole a un dios, a cualquiera, a todos, al que existiera, al que estuviera más cerca, que los disparos que oía no se lleven a ningún inocente.

A medida que corría tuvo que incrementar su respiración, haciendo que sintiera puñalada tras puñalada en su costado derecho, obligándola a expulsar el aire con violencia.

El esfuerzo le hizo correr sangre de la nariz, y el dolor lágrimas de los ojos.

No había razones que justificaran el hecho de que la muchacha no se hubiera desmayado del dolor en el camino.

O quizás había una. Solo una, lo suficientemente poderosa como para que nada más importara.

Isabella Swan no contaba con súper fuerza o superpoderes, no realmente. Pero no los necesitaba tampoco.

La fuerza de voluntad con la que contaba la joven superaba con creces el resto de sus limitaciones.

Lamentablemente, no existe fuerza de voluntad que pueda vencer el peso del destino. Pero pasarían años para que la joven pudiera entender eso.

Bella supo, ni bien ingresó al nivel de detención, que no existía Dios alguno. De no haber sido por el cansancio, hasta hubiese reído un poco por haber intentado recurrir a uno.

Llegó a tiempo a la plataforma de la celda, y también logró ver al Loki verdadero, seguro.

Pero no tenía manera de gritarle a Phil que el verdadero estaba detrás de él, mucho menos de correr lo suficientemente rápido para enviarlo lejos o interponerse entre ambos. No hubiese podido hacerlo ni con las costillas intactas.

A pesar de eso, lo intentó todo. Las contracciones de sus cuerdas vocales al intentar gritar solo anularon cualquier tipo de sonido que podría haber emitido, en cambio, fue un gesto mudo, desgarrador. El mundo se le vino abajo en un segundo. Y aún así corrió.

Ni siquiera disminuyó la velocidad cuando vio a Loki atravesar el corazón de Phil con ese maldito cetro alienígena.

Llena de adrenalina, con la vista borrosa por las lágrimas y el dolor, se abalanzó sobre Loki, logrando derribarlo, dejándolo tirado con la espalda contra el frío metal desplegado de la plataforma. Ella quedó sin aire, desparramada boca abajo. Levantó la cabeza para ver que el cetro había aterrizado un poco más lejos. Ella estaba más cerca, pero no pudo evitar mirar hacia atrás.

Vio cómo las comisuras de los labios de Loki se estiraban cuando comenzó a hablar.

- Vi cómo me mirabas hoy temprano, me alegra que hayas venido a verme antes de que me vaya- dijo Loki con cinismo, aún de espaldas contra el piso.

Aún mareada por el golpe, se puso de pie enseguida.

- ¿De verdad alguna vez has conseguido algo siendo así de testaruda?- dijo agregó con malicia, mientras se ponía de pie grácilmente.

- Me fui de Italia enterita, ¿no?- susurró, con el aliento entrecortado, mirando directo a esos pozos verdes. Era muy fácil querer seguir mirándolos, pero logró sacudirse esa sensación tan pronto como captó el brillo del cetro con su vista periférica. Se giró rápidamente para tomarlo, pero Loki fue más rápido y la derribó con fuerza, rodando los ojos.

Bella le atinó una buena patada en el rostro, pero eso difícilmente le había dolido al dios nórdico. Estaba solo a unos centímetros adelante de Loki, más cerca del arma, pero completamente abatida en el piso.

Loki se puso de pie y se acercó a ella con calma, sonriendo. Bella pudo ver en el reflejo de sus ojos verdes lo débil que se veía.

Cerró los ojos con fuerza, recordando cada cosa que le había hecho cosquillear incómodamente el pecho desde el día de ayer. Revivió la prueba Beta entera y la escena con la que hubiese deseado ser torturada en vez de haberla presenciado sin poder hacer nada por él y enseguida pudo localizar dentro suyo la fuente de energía que le hacía sentir que si la dejaba salir la consumiría viva. Y la dejó salir a borbotones.

Loki pasó a su lado y se inclinó para levantar el cetro. En ese momento, la joven estiró ambas manos con fuerza, aún desde el piso, sintiendo algo desgarrarse dentro suyo, pero consiguiendo su objetivo.

Una violenta onda de energía echó a Loki hacia atrás, dándole a Bella el tiempo suficiente para arrastrarse y coger el cetro. Se puso en pie como pudo y sin dudarlo se giró apuntándolo hacia Loki, lo único en lo que tuvo que pensar fue en lastimarlo y el mágico objeto pareció obedecer sin problemas. Una columna luminosa se desprendió del cetro, destruyendo parte de la pared y enviando a Loki al exterior en caída libre.

La ola de poder que atravesó el cuerpo de Bella mientras sostenía el cetro no fue menor. Sintió como si cada célula de su cuerpo estuviera revitalizada, excitada.

Enfocó la mirada en el frente y volvió en sí enseguida.

Phil.

De repente fue consciente de que alguien gritaba con todas sus fuerzas a su izquierda, y se sorprendió de haber olvidado a Thor encerrado en la celda. Apretó el botón correspondiente para dejarlo libre y continuó hacia Phil.

El agente Coulson, su amigo siempre compuesto, se encontraba recostado contra una pared, con un grotesco corte en su pecho del que brotaba sangre lentamente.

- Lo siento, lo siento, lo siento- comenzó a susurrar Bella mientras se arrodillaba a su lado, tirando lejos el cetro.

Phil negó con la cabeza lentamente, dándole una sonrisa amable que sólo fue aterradora por la sangre que teñía su boca. A Bella se le congelaron las palabras en la garganta.

- Llama a Fury. Iré tras Loki- le gritó Thor.

Bella sólo podía mirar a su amigo mientras intentaba respirar normalmente.

- ¡Bella!

Bella asintió aún en shock pero cumplió la orden automáticamente. Con sus manos temblorosas le quitó el intercomunicador del oído y lo sostuvo a la altura de sus labios.

- Fury, Phil está herido. Está muy mal. Envía a alguien al nivel de detención ya.

- De inmediato- oyó la confirmación del director.

- Dale la actualización completa- le dijo Coulson, incluso en esa situación intentando enseñarle cómo ser una buena agente.

- Loki ya no está a bordo, Thor fue tras él. Tenemos el cetro.

- Copiado. Estamos de camino.

Bella colocó una mano sobre el pecho de Phil, en un vano intento de frenar la hemorragia, las lágrimas descendieron por el camino ya conocido mientras negaba con la cabeza, recitando un mantra más para convencerse a ella misma que otra cosa.

- Vas a estar bien, Fury está en camino. Vas a estar bien.

- Sí, lo sé- le respondió casi con ternura.

Coulson reposó la cabeza contra la pared detrás suyo, los ojos azules parecían cansados, resignados, y un hilito de sangre dejaba un rastro rojo en la comisura de sus labios. Se sentía derrotado. Pero sabía que probablemente eso significara que había vencido en otra batalla diferente.

El corazón de Bella se estrujó y comenzó a sollozar en silencio, intentando contener las respiraciones.

- Supongo que ahora sí tienes una excusa para odiar tus cumpleaños- intentó distraerla.

- Sí, te vas a tener que esforzar mucho para compensarlo- le contestó la joven con una sonrisa triste, moviendo apenas la mano en su pecho, comprobando que no estaba haciendo ninguna diferencia.

Phil movió la vista hacia abajo y frunció el ceño.

- Dime que no se arruinaron- le suplicó con sutil tono de diversión.

Bella dirigió la mirada a su pecho con más atención y descubrió la colección original del Capitán América. Las imágenes de varias tarjetas eran indistinguibles por la cantidad de sangre que las cubría. Cerró los ojos con fuerza por una milésima de segundo.

- Su firma sigue intacta- le mintió. Y valió mil infiernos cuando lo vió sonreír complacido.

- Sí sabes que solo las firmó porque le gustas, ¿verdad?- la picó.

Bella rió apenas, negando con la cabeza. La respiración se le quebró un poco cuando habló.

- Puede que nos hayamos besado en un cuarto oscuro.

- ¿Antes o después de robarle la tarjeta de acceso a un agente?- indagó, con fingida curiosidad.

Bella quería sonreír, pero no podía sostener el gesto sin llorar.

- Ahora tendré que patearle el trasero al mismísimo Capitán América. Increíble. No te puedo dejar sola un minuto- volvió a bromear Phil.

Bella le tomó las manos con fuerza.

- Exacto. No puedes. ¿Entiendes? ¡No puedes!

Las palabras le salieron nerviosas, atropelladas, desesperadas.

- Lo hiciste bien Bells, estuviste perfecta. Yo fui un poco lento.

- No, no, no…- la joven solo podía negar con la cabeza y sostener su mano con fuerza, repasando frenéticamente el lugar, buscando cualquier atisbo de la ayuda que había solicitado. El llanto ya era descontrolado, y comenzó a susurrarle una y otra vez que lo sentía.

- No lo hagas. Yo tenía razón. Me gusta esta sensación, me podría acostumbrar. No había una sola razón para pensar que fueras la indicada, y aún así fuiste mi apuesta más segura.

No es que necesites un suero, has sido una heroína desde los seis años.

Bella rió sin quererlo y otro mar de lágrimas le inundó el rostro.

- ¿Me espías desde los seis años?

- No, pero leí los informes de tus escuelas hace unos meses.

- Eso no lo mejora- se sorbió por la nariz Bella.

- Eso me recuerda… tu regalo está en mi casillero, no lo olvides- le dijo con la respiración entrecortada.

Bella frunció el ceño, presa del pánico. Por suerte en ese momento aparecieron los paramédicos acompañados por Fury y el agente Grey.

- Coulson..- susurró Fury antes de arrodillarse al lado de Bella. Phil movió la cabeza como pudo, señalando al agente Grey.

- Agente Grey, escolte a la señorita Swan a la enfermería por favor. Intente no perderla esta vez.

El joven agente asintió con un "Sí, señor" automático.

- ¿Qué? ¡No! ¡No me iré!- quiso gritar Bella, pero por supuesto salió anulado por la fuerza con la que intentó decirlo.

- Bella, tu luces peor que yo, no seas ridícula. Además, ahora hay algo más que tienes que hacer.- le guiñó el ojo lo mejor que pudo.

El agente Grey tomó a Bella con fuerza de un brazo, Bella intentó luchar pero estaba muy exhausta y ya no contaba con la adrenalina de antes. Aún así, su ex chofer tuvo que llevarla a la rastra por los pasillos.

Cuando logró llevarla hasta el puente de mando, se enfrentó por primera vez desde la prueba Beta, con la mirada de Hill.

Solo que en ese momento no tenía el usual filo helado, sino que sus ojos estaban abatidos, aguados incluso.

En ese momento Bella deseó que María Hill la siguiera ignorando todos los días por el resto de su vida.

Pero en cambio, se dirigió a ella con la voz quebrada.

- El agente Coulson ha fallecido.