After Christmas
(IV)
.
.
Querido Santa
Escribo esta carta avergonzada, pues ha pasado un tiempo desde que no intercambiamos palabras. Sé que prometí visitarte y decirte cómo ha ido todo, pero se me ha complicado un poco. Ahora que soy madre, he aprendido a valorar mis horas de sueño y a apreciar cada espacio solitario que tengo, ya que, es difícil hacerlo cuando tengo a una pequeña tras de mí en cada momento.
Las estrellas en el cielo aludían a los copos como pequeñas hadas cayendo. Sin importar cuántas veces haya visto el blanco expandirse en el suelo, me emocionaba como una niña conociendo por primera vez la nieve. Mi ánimo debió contagiarse, pues la bebé que llevo en brazos hace una mueca graciosa cuando el primer atisbo de hielo choca contra su nariz. La molestia parece invadirla por unos segundos, los cuales me ponen alerta ante su posible llanto, mas la sonrisa que recibo, me tranquiliza de inmediato. Los vientos golpean con fuerza y el vaho sale con el solo respirar, por lo cual procuro apretar más a la niña contra mí para evitar que éstos se cuelen en su cuerpecito mientras me adentro en el auto que nos está esperando una vez lo divisé estacionarse.
Boomer nos observa atentamente después de regarlarnos una sonrisa con ese único brillo en su mirada; era un destello peculiar que comencé a notar en él desde el instante en que tuvo a Anette en brazos. El cómo sus pupilas se dilataron al verla, para mí, fue una de las catarsis más bonitas que he podido presenciar. No lo podía culpar, esta pequeña es nuestra adoración. La bebé extiende sus manitos buscando la atención de su padre, éstas son besadas amorosamente por mi rubio antes de que tome el volante y nos dirijamos hacia el observatorio donde celebraremos fiestas.
Al final, sí tuve que retirarme de la universidad, no podía llevar a cabo tantas responsabilidades a la vez. ¿Adivina qué? Como me lo dijiste, la crítica fue muy dura conmigo y en cada mirada que recibía estando en el campus, traía consigo malos deseos. De hecho, muchas personas se atribuyeron ser el padre de mi bebé y tuve que hacer una conferencia para admitir quién era en realidad… Tampoco se lo tomaron bien. Pero no te preocupes, estoy estable, Boomer me ha ayudado en lo necesario y aunque no me engaño sobre su malvada naturaleza, no puedo evitar caer ante la amabilidad que me brinda cada día mientras criamos juntos a nuestra niña.
El peso de ser madre fue un duro proceso que todavía sigo asimilando, la juventud e inexperiencia me hacen pensar que no soy la persona que me gustaría ser para mí hija, sin embargo, bastaba su emoción infantil al tenerla cerca para contemplar que quería hacer lo mejor por ella y para ella. El apoyo que he recibido de mi allegados me ha ayudado a superar cada obstáculo y espero seguir lográndolo. Mi adorada familia; con esta última palabra también me refiero a mis cuñados pues éstos hacen parte de ella. A pesar de que a veces sean odiosos y gusten molestarme, no negaré que su disposición conmigo durante mi embarazo fue incondicional. Ahí aprendí que Brick cocinaba de maravilla y que Butch era muy bueno pintando uñas. Ni hablar de Boomer, mi amado Boomer, a quien agradezco tener a mi lado y aprecio con devoción su paciencia y amor.
Fuimos los primeros en llegar, lo cual es extraño teniendo en cuenta los hábitos de nuestros hermanos mayores y mi maña de demorarme más de lo acostumbrado. Este año nos resguardaríamos en la guarida de Mojo, en donde no escaseaban los arreglos navideños. El gran árbol decorado con todo tipo de accesorios, incluyendo mini armas por parte de él-que agradecía se hallarán en la zona más alta de éste para que Anette no se acercara a ellos-, las luces de colores, las serpentinas y el banquete, nos daban la bienvenida a su morada.
El tintineo del cascabel se escucha constante por el movimiento emocionado de Anette al estar ahí, quien desesperada llama la atención de nuestro antiguo enemigo, ahora abuelo y padrino de mi hija. Con el paso del tiempo la maldad del mono no me era tan molesta, por el contrario, me gustaba pelear con él cuando estaba estresada, no obstante con su retiro años atrás, aun sin verlo del todo inofensivo, confiaba en él. El gateo de la bebé fue recibido con alegría por Mojo, que para sorpresa de todos, ha demostrado ser un buen abuelo… si exceptuamos su deseo de que Anette se una al lado del mal.
Mi padre llegó después con la Señorita Keane y poco a poco el salón se fue llenando de risas y de anécdotas. Algo que debo destacar de esta noche, es la ironía que representaron Buttercup y Blossom, las dos celebraban las fiestas pero con estados de ánimos diferentes; mientras mi hermana mayor reluce una expresión enamorada al observar a Brick, la morena ya iba por su tercera botella de ron debido al despecho de otra relación fallida. No pude evitar contárselo a Boomer, quien rió conmigo por esto.
Anette adora ser el centro de atención, sobre todo si es la atención de esos tres chicos que han llegado a alegrar nuestras vidas. Ella anhela estar bajo la mirada de Brick, imita en ocasiones las actitudes divas de Butch, y en general le encanta ser consentida por su papá. La maternidad no es una tarea fácil, es complicada y cada día aprendo más, pero de algo estoy segura, no cambiaría para nada mi realidad.
Me hubiera encantado que la admiraras cuando nació, sus pestañas largas y onduladas eran como cortinas de oro, y sus ojitos, el color de éstos, lucen un azul que no se comparaba ni con el cielo, ni con el mar. Anette ha llegado para transformar nuestro mundo y el de todos. No sabes lo sorpresivo que ha sido vernos a cada uno de nosotros actuando tan diferente como lo haríamos en otras situaciones. Y te escribo esta nota porque me gustaría que la conocieras, que observes su sonrisa y el cómo se apega a su padre. Que hablando de él, ya sé que ustedes no son del total agrado del otro, pero como te mencioné antes, me gustaría que los veas como lo veo yo. No era nuestra primera navidad juntos, pero sí era nuestra primera navidad junto a ella. Por mi lado, no quiero regalos de tu parte, porque esta vez recibí mi regalo por adelantado… Una hermosa princesa a quien amo.
Feliz Navidad.
Con cariño, Bubbles.
.
.
¿Escuchas eso, hija? Se llaman cascabeles. Tal vez te resulten molestos porque tus oídos todavía son muy sensibles, pero te prometo que te acostumbrarás. No es como si tuvieras muchas opciones, esto se repite a finales de cada año, aunque si eres como tu mamá, seguro lo disfrutarás tanto como ella.
Mi… padre, o mi primer creador como mejor me gustaba referirme a él, esta vez se había esmerado con las decoraciones. Honestamente, desde que propuso su casa para esta fiesta no imaginé encontrarme con un escenario tan bien elaborado. Los colores, los olores y la vibra navideña se podía apreciar en cada rincón de su enorme observatorio. Lo desconocía tanto como lo hacía con ese mono quien lejos estaba de ser el villano que intentó matar a toda costa a mis antiguas enemigas, misma razón por la cual mis hermanos y yo terminamos existiendo, aunque, si lo veía desde mi posición actual, no podía juzgar el cambio de Mojo porque yo mismo me atreví a ir más allá de lo esperado con una de Las Chicas Superpoderosas.
Inició con un capricho nacido de la lujuria; un deseo que eventualmente se transformó en un romance secreto lleno de emocionantes experiencias para finalizar en un desliz por esa frenética forma de querernos. Impulsos, sentimientos desbordantes y falta de responsabilidad… Fueron los ingredientes que elegimos para crear a nuestra niñita perfecta. Anette fue hecha a partir de la unión entre el caos y el orden, entre la pasión y el amor de sus inexpertos padres quienes intentan no estropearlo todo en el camino. Sin embargo, aún con lo complicado que es, no nos hemos dado por vencidos porque encontramos en el otro y en esta bebé, es nuestra auténtica razón para hacerlo funcionar.
Apuesto que se volverá tu época preferida; podrás comer esas tradicionales galletas con forma de hombrecillos de jengibre cuando te salgan los dientes, y te sentarás con una frazada mientras bebes una taza de chocolate caliente con malvaviscos hecha por tu bella madre. Disfrutarás del calor hogareño luego de haber jugado afuera, enterrando tus botas sobre el blanco suelo, caminando como pingüino por todos esos empalmes que te protegen del frío.
Me acerqué hacía los enormes ventanales que nos regalaban un amplio panorama del exterior. La nieve comenzaba a amontonarse en las calles y otras superficies, mostrando una vista atractiva aunque sólo se tratara de edificios y banquetas cubiertas de blanco. Nunca me detuve a mirar la ciudad aún cuando vivía en este observatorio. No me concentré en la belleza de las cosas, ¿cómo podía? Estaban prohibidas las distracciones y cualquier otra cosa que nos impidiera cumplir con nuestro propósito. Siempre me pregunté, ¿qué habría sucedido si Mojo o Him no nos hubieran presionado tanto en nuestra infancia?, ¿habríamos aspirado a una normalidad desde antes o los resultados hubieran terminado peor? Igual, no me molestaba desconocer la respuesta a tales dudas cuando estaba satisfecho con el presente que compartía con mi novia y mi pequeña bebé.
En un momento se la quité a ese mono que la cargaba receloso, tratándola con un cariño que distaba mucho al que me expresaba incluso cuando yo era un niño. Mojo nunca fue un padre ejemplar, aunque tal hecho era más que evidente cuando solo nos hizo por sus ansias de destrucción y deseos de venganza contra tres superheroínas. No fue hasta que se retiró de los crímenes y cambió su modo de ver las cosas cuando practicó la verdadera empatía, ya que, tomándonos a todos por sorpresa, fue el primero en mostrarse emocionado cuando se enteró que embaracé a Bubbles y habíamos elegido continuar. Debía darle mérito, su pésima crianza del pasado me reconforta ahora que tengo inseguridades sobre cómo ser un padre para Anette, pues, estoy seguro, que no puedo ser peor que ese mono.
Supongo creerás que un anciano obeso vestido de rojo es lo más genial del mundo. Claro, si no eres como yo y terminas en su placa de niños indeseables, pero tranquila, si él no te trae regalos porque eres demasiado maravillosa para su lista de lambiscones, yo te daré todos los que pidas y hasta más. Papá será mejor que ese tal Santa, ya lo verás.
La mueca embelesada que me hace mi hija es lo más bello que veo antes de alzar la cabeza y sonreírle a la mujer rubia quien ya termina de poner la mesa. Entonces le guiño un ojo cuando no deja de mirarme, tal vez cautivada por la imagen que presenciaba de mí arrullando a la niña quien activamente intentaba tantear mi rostro con sus pequeñas manos. Al fondo, las luces parpadeaban y los regalos apilados bajo el pino (gesto bondadoso del ex-villano para todos) seguro nos hicieron ver llamativos, pues tan solo se desocupó con los cubiertos, Bubbles llegó para pedirme un beso seguido de uno que le dio a la niña.
Cuando aprendas a volar, también dejaré que pongas la estrella en el árbol. Dicen que es lo más importante al momento de adornar el pino y aunque yo no comprendo la emoción por hacerlo, elijo creerle a tu madre, tiene más espíritu navideño que yo, pero ahora que estás aquí con nosotros no pienso quedarme atrás. Por ti me comprometo a aprender a decorar nuestra futura casa donde te tocará crecer…
En algún momento con la cercanía, me perdí en la fragancia que desprendía Bubbles y en un susurro que solté en su oído, le expresé cuánto las amaba. "Sigo sin arrepentirme de nada" fue el mantra que adopté para hacernos sentir seguros.
Te enseñaré a manejar el trineo cuando ya sientas ansias por deslizarte colina abajo; y con tanta nieve haremos un fuerte, un ejército de hombres con narices de zanahoria y declararemos la guerra con bolas a cualquier persona que se cruce frente a nuestros dominios. Jugarémos hasta cansarnos, hasta que decidamos comer los dulces de tu bota colgada sobre la chimenea.
"Sigo y seguiré estando aquí para las dos", le prometí una vez que nos dedicamos miradas cómplices, luego de escuchar cómo los demás ya empezaban a llegar, no sin antes enlazar nuestros meñiques como ella exigía casi siempre para sellar un trato.
Aún eres pequeña, mi regordeta muñequita, pero todo esto que te acabo de contar lo haremos juntos algún día. Es una promesa, pues todavía nos faltan más navidades por celebrar. Por ahora, tu madre y yo te deseamos tu primera Feliz Navidad.
.
.
.
Lenore iniciando estas notas
Felices fiestas para todos
Tal vez no haya mucha actividad por estos lares, pero Idilios Nocturnos es la vieja confiable (?) okno, pero ya en serio, las fechas ameritan nuestras letras y aunque esta vez hemos publicado tarde, es mejor aquello a que nunca llegue. ¿Lo notaron? Primero publicamos mucho antes de las festividades y ahora publicamos después de éstas, jaja nos mamamos, xd. Y nada, dejando de lado la explicación que Mortem les dará abajo del por qué recopilamos los capítulos por aquí otra vez, espero que disfruten de este especial y conozcan un poco más la forma en cómo manejamos a los personajes. Yo me iré a dormir porque estoy cansada... Pinche vida de adulto me está jodiendo la espalda :'v
.
Mortem escribiendo…
Pues sí, la temporada es la excusa perfecta para traerles más historias, no obstante, la existencia de este fic el cual ya habíamos publicado en el verano de este mismo año, es básicamente nuestro comodín para no pensar en un nuevo nombre para un nuevo fic. ¿Pereza?, ¿trampa? Yo prefiero llamarle "medidas desesperadas para tiempos agobiantes". Verán, odio pensar en títulos y si puedo ahorrarme el proceso, pues lo hago. Entonces, aprovechando que no se pudo subir a tiempo como era el plan, le propuse a Lenore que publicaramos estos nuevos capítulos que escribimos en este especial porque… bueno, también los estamos subiendo "después de navidad", ejejeje. Como sea, espero que los dos faltantes que iremos preparando para ustedes mañana y pasado los disfruten.
¡No se olviden de seguirnos en Instagram!
