┍━ • ❝ 𝒉𝒖𝒓𝒓𝒊𝒄𝒂𝒏𝒆 ❞ • ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━┑
El silencio siempre había sido una constante en su matrimonio, eso y la monogamia, Sirzechs aborrecía con su alma el estilo de vida de los demonios, proclamaba era el asesinato de la especie haciendo que la variabilidad genética se redujera con los harenes, por eso cuando ordenó a Rias darle a su alfil como ayuda se sorprendió, pues todo sonaba a la búsqueda de una nueva mujer, no tenía miedo a ser desplazada, pero si sentía mucho desconcierto.
—No lo hará.
—¿Qué? —respondió de inmediato y luego fijó su mirada en su marido.
—Rias esta encaprichada con el Rojo, y ese idiota no hará más que traer desgracias al Inframundo, con sus metas tan inútiles y su asquerosa personalidad, ¿Cómo es que los humanos no lo han encerrado en la cárcel por su comportamiento estúpidamente inapropiado?
—Porque aún es un niño —respondió con su voz neutral, ella normalmente no rompía su regla de mantenerse únicamente como criada del Clan Gremory, pero quizá esta vez requería de hacerlo—. ¿Por qué quieres a la monja?
—¿Celosa? —preguntó con una petulante sonrisa.
—Confundida —la sonrisa del Rey Demonio se ensanchó y se levantó tomó por la cintura a su esposa.
—No tienes por qué estarlo, no tienes por qué temer —se remojó los labios y se contuvo mucho para no besarla allí mismo—. Quiero un seguro de que ella cumplirá lo que le ordené, y la monja es ese seguro. Mándala con Madame Baranovskaya, que la entrene con mano de hierro.
—¿Quieres a una buena esclava o a una asesina? —Sirzechs arrugó el entrecejo ante la pregunta de su esposa.
—¿A qué te refieres esposa mía?
—Ella es una ferviente creyente del señorito Hyoudo —eso lo sabía por eso se había convertido en su objetivo.
—Y eso es lo que la hace manipulable.
—Hazla entonces una fiel creyente tuya si no quieres que te traicione, le es más fiel a él que a ti, es prácticamente todo lo que conoce en este mundo, cambia esa idea, muéstrale que tú eres infinitamente mejor, el camino perfecto.
—Yo soy un Rey Demonio, no el líder de una secta loca —una cruel sonrisa se apareció en el rostro de Grayfia, aquello llenó el corazón de Sirzechs, por eso ella se había convertido en su compañera, la perfecta mujer con la que había conquistado al Inframundo, su igual.
—Y no eres uno idiota —señaló a la vez que acariciaba sus mejillas—, has que esa niña caiga estúpidamente enamorada de ti.
—Es asqueroso pensarlo, solo nos pertenecemos entre nosotros.
—Haz que le quede claro, también y aun así te vea como la novena maravilla del mundo. Podemos ponerla bajo nuestro dominio, y cuando esté allí Madame Baranovskaya la convertirá en el cuchillo más afilado de la guardia del Rey Lucifer.
¿Había mujer más perfecta, sádica y cruel que aquella?
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05-12-2019
