Capítulo 55: El vasallo de Lord Voldemort
— ¿A Peter Pettigrew? ¿Están seguros? — preguntó Harry, mirando tanto a Lupin como a Sirius.
— Eso quisiera saber yo también… ¿Sirius? — dijo el Profesor, mirando al otro seriamente.
— Estoy más que seguro — respondió el aludido, con los ojos cargados de rabia. — He estado cazando al malparido desde el inicio del año escolar, buscando todos los medios por los que podría hacerlo sin llamar la atención ni causar daño colateral… pero al final sólo he podido forzar este momento, y espero sea el único daño indeseado que haga…
Los jóvenes se miraban entre sí para luego mirar a su alrededor, como si estuvieran buscando algo o alguien dentro de la habitación.
— Entonces, ¿dónde está? — preguntó Harry nuevamente, tratando de ocultar su ansiedad.
Pero no hubo respuesta. Sirius simplemente se dedicó a mirar fijamente a Ron, con su varita fuertemente empuñada.
— ¿Por qué me miran? — tembló el pelirrojo, con una creciente indignación. — ¿Qué tengo que ver yo con lo que están hablando?
— La rata… — dijo Black, tajantemente.
— ¿Scabbers? — preguntó Ron, incrédulo.
— Sirius… ¿Estás seguro? — volvió a preguntar Lupin, frunciendo el ceño.
Pero el otro, en vez de dar una pregunta directa, simplemente le dio un recorte del periódico The Daily Prophet, donde estaba la familia Weasley. Allí podía verse a Scabbers sobre el hombro de Ron.
— Mira la rata en la foto… — zanjó nuevamente Sirius, con gravedad. — Le falta un dedo.
— Ya veo… — dijo Lupin. — Sencillo… e ingenioso. ¿Se lo cortó él mismo?
— Poco antes de transformarse — respondió el otro hombre. — Supongo que lo habrás oído en su momento: cuando lo arrinconé, gritó para que toda la calle oyera que yo había traicionado a Lily y a James. Luego, para que no pudiera echarle ninguna maldición, destruyó la calle con la varita en su espalda, matando a todos los que se encontraban a siete metros a la redonda, y se metió a toda velocidad por la alcantarilla, con las demás ratas…
— Puede ser, pero seguramente Scabbers tuvo una pelea con otra rata, o algo así. Ha estado con mi familia desde siempre… — trató de sortear Ron.
— Doce años exactamente, cuando una rata vive un máximo de tres… — dijo Sirius, con seriedad. — ¿No te has preguntado nunca por qué vive tanto?
— Bueno, supongo que es porque la hemos cuidado muy bien… — respondió el pelirrojo con ingenuidad.
— Pero ahora no tiene muy buen aspecto, ¿verdad? — observó Lupin con una sonrisa burlona. — Apostaría a que su salud empeoró cuando supo que Sirius había salido de Azkaban.
— ¡Yo diría que ha sido ese gato loco! ¡Ha perseguido a Scabbers desde que empezamos el año escolar! — repuso Ron, señalando con la cabeza a Crookshanks, que seguía ronroneando en la cama.
Pero no había sido así, pensó Harry inmediatamente. Scabbers ya tenía mal aspecto antes de encontrarse con Crookshanks. Desde que Ron volvió de Egipto. Desde que ayudó a liberar a Black…
— Este gato no está loco — dijo Black con voz ronca. Se acercó y alargó una mano para acariciar la cabeza mullida de Crookshanks. — Es el más inteligente que he visto en mi vida. Reconoció a Peter inmediatamente, y cuando me encontró supo al instante mis intenciones. Pasó un tiempo antes de que confiara en mí. Finalmente, me las arreglé para hacerle entender qué era exactamente lo que yo pretendía, y me ha estado ayudando…
— ¿Qué quiere decir? — preguntó Hermione en voz baja.
— Intentó que Peter se me acercara, incluso si tenía que cazarlo él mismo, pero no pudo… Incluso convenció a la gata del celador para que nos ayudara — respondió el hombre, mientras seguía acariciando al gato. — Sin embargo, Peter intuyó rápidamente lo que ocurría y supo escapar incontablemente… y habría salido del terreno de Howarts si no fuera porque teníamos todas las rutas cerradas.
— Aún no sé cómo pueden estar tan seguros de que Scabbers es el hombre que buscan — masculló Ron, con rabia. — Maldita sea, Harry, ¡los problemas siempre te siguen y terminan lastimando a los demás! Primero la Piedra Filosofal, luego mi hermana, y ahora yo… ¿Acaso no te da vergüenza? ¿Exponer siempre a tus amigos al peligro?
— Ron, no sabes lo que estás diciendo… — dijo Hermione, tratando de calmar al pelirrojo, quien no estaba pensando con claridad.
— ¿No? ¿Y lo defiendes porque te gusta o porque es "el niño que vivió"? — insistió el otro, conteniendo amargas lágrimas de rabia en el borde se sus párpados. — ¡Él está marcado por la desdicha! ¡Puedo apostar que incluso tiene algo de culpa por la muerte de sus propios padres!
— ¡CALLATE, RON! — estalló Harry, mirando a su amigo con una ira que jamás había sentido.
— ¡BASTA! — se impuso Black, rugiendo como un trueno. — ¡Si tienen algún problema, lo pueden resolver después! Lo que tenemos ahora entre manos es mucho más importante… — concluyó, suavizando su voz.
— Ron… Es suficiente — dijo Lupin, con una nota de acero en la voz que Harry no le había oído nunca. — Hay un medio infalible de demostrar lo que verdaderamente sucedió. Ron, entrégame la rata.
— ¿Qué va a hacer con ella si se la doy? — preguntó el chico, con apatía.
— Obligarla a transformarse — respondió el Profesor. — Si de verdad es sólo una rata, no sufrirá daño alguno.
Ron dudó; estaba furioso, pero aun así quería que toda esa extraña situación terminara lo antes posible. Finalmente puso a Scabbers en las manos de Lupin. Scabbers se puso a chillar sin parar, retorciéndose y agitándose; sus ojos diminutos y negros parecían salirse de las órbitas.
— ¿Preparado, Sirius? — preguntó Lupin.
Black acomodó la varita en su mano, como si acariciara su mango. Se aproximó a Lupin y a la rata. Sus ojos parecían arder, y relampagueaban con expectación.
— ¿A la vez? — preguntó en voz baja.
— De acuerdo — asintió Lupin, sujetando a Scabbers con una mano y su varita con la otra. —¡Un, dos… TRES!
Un destello de luz azul y blanca salió de las dos varitas. Durante un momento Scabbers se quedó petrificada en el aire, torcida, en posición extraña. Ron gritó. La rata golpeó el suelo al caer. Hubo otro destello cegador y entonces…
Fue como ver la película acelerada de un estudio sobre la evolución. La rata creció, sus músculos haciéndose guturalmente visibles; su cabeza tomó forma humana, al tiempo que le crecieron las piernas y los brazos. Al cabo de un instante, en el lugar de Scabbers se hallaba un hombre de apariencia patética e indignante, estaba tímidamente encogido mientras se retorcía las manos con ansiedad. Crookshanks bufaba y gruñía en la cama, con el pelo erizado mientras que el chivatoscopio parecía activarse en el bolsillo de la túnica de Harry.
Era un hombre muy bajito, apenas un poco más alto que Harry y Hermione. Tenía el pelo ralo y descolorido, con calva en la coronilla. Parecía encorvado y sin fuerzas, como un gordo que hubiera adelgazado rápidamente. Su piel se veía roñosa, casi como la de Scabbers, y le quedaba algo de su anterior condición roedora en lo puntiagudo de la nariz y en los ojos pequeños y húmedos, seguramente por los largos años convertido en animal o debido a lo forzoso de su transformación. Los miró a todos, respirando rápida y superficialmente. Harry vio que sus ojos iban rápidamente hacia la puerta.
— Hola, Peter — dijo Lupin con voz amable, como si fuera normal que las ratas se convirtieran en antiguos compañeros de estudios. — Cuánto tiempo sin verte.
— Si-Sirius… Re-Remus… — incluso la voz de Pettigrew era aguda como de rata. Volvió a mirar a la puerta. — Amigos, queridos amigos… — sonrió, tratando de alivianar el momento.
Black le apuntó con la varita, pero Lupin puso una mano sobre su hombro y le dio una mirada de preocupación. Entonces se volvió a Pettigrew con voz ligera y despreocupada.
— Acabamos de tener una pequeña charla, Peter, sobre lo que sucedió cuando atraparon a Sirius. Quizás quisieras contarnos algo más de tu parte, especialmente lo que ocurrió la noche en que murieron Lily y James… — dijo, con una sonrisa perspicaz.
— P-pero, Remus… — dijo Pettigrew con voz entrecortada, y Harry vio gotas de sudor en su pálido rostro. — No le estarás creyendo, ¿verdad? Intentó matarme a mí…
— Eso es al menos lo más claro de todo lo que hemos oído —dijo Lupin, fríamente. — Me gustaría aclarar contigo un par de puntos, Peter. Si fueras tan…
— ¡Ha venido porque otra vez quiere matarme! — chilló Pettigrew señalando a Black, y Harry vio que utilizaba el dedo cordial a falta del índice. — ¡Mató a Lily y a James, y ahora quiere matarme a mí…! ¡Tienes que protegerme, Remus!
Sirius alzó el rostro con altivo desprecio, mientras miraba a Peter Pettigrew con sus ojos insondables. Ni siquiera en el Ministerio de Magia, cuando fue liberado, Harry había visto tanto rencor en los ojos de su padrino.
— Nadie intentará matarte antes de que aclaremos algunos puntos — dijo Lupin.
— ¿Aclarar puntos? — chilló Pettigrew, mirando una vez más a su alrededor; hacia las ventanas cegadas y hacia la única puerta. — ¡Sabía que me perseguiría! ¡Sabía que volvería a buscarme! ¡He temido este momento durante doce años!
— ¿Sabías que Sirius saldría de Azkaban? ¿Y cómo habría hecho eso? ¿Escapando cuando nadie lo ha conseguido? — preguntó Lupin, frunciendo el ceño.
— ¡Tiene poderes oscuros con los que los demás sólo podemos soñar! — chilló Pettigrew con voz aguda. — ¡Es un Black! Su familia tiene secretos y poderes que sólo podrían servir al mismísimo Señor Tenebroso.
Black comenzó a sacudirse suavemente con una risa triste mientras se burlaba con su mirada del patético hombre que tenía en frente.
— ¿Que tengo dones que sólo le pueden servir a Voldemort? — dijo y Peter Pettigrew retrocedió como si Black acabara de blandir un látigo en su dirección. — ¿Qué te ocurre? ¿Te asustas al oír el nombre de tu antiguo amo? — preguntó con una sonrisa burlona. — No te culpo, Peter. Los Death Eaters no están muy contentos contigo, ¿verdad?
— Y-yo… No sé… No sé qué quieres decir, Sirius — murmuró Pettigrew, respirando más aprisa aún. Todo su rostro comenzaba a brillar de sudor.
— No te has estado ocultando durante doce años de mí — zanjó Black. — Te has estado ocultando de los viejos seguidores de Voldemort. En Azkaban oí muchas cosas, ¿sabes? Todos piensan que, si no estás muerto, deberías aclararles algunas dudas. Les he oído gritar en sueños todo tipo de cosas. Cosas como que el traidor les había jugado en contra; Voldemort acudió a la casa de los Potter por indicación tuya y allí conoció la derrota… Y no todos los seguidores de Voldemort han terminado en Azkaban, ¿cierto? Aún quedan muchos libres, esperando su oportunidad, fingiendo arrepentimiento… y si supieran que sigues vivo…
— No entiendo de qué hablas… — repitió Pettigrew, con voz más chillona que nunca. Se secó la cara con la manga de la roñosa túnica que lo vestía y miró a Lupin: — No creerás nada de eso, de esa locura…
— Tengo que admitir, Peter, que me cuesta comprender por qué un hombre inocente se pasa doce años convertido en rata — dijo Lupin, impasible.
— ¡Ya es suficiente con esta bobería! — exclamó Harry, acercándose y apuntando también su varita contra Pettigrew, quien se puso lívido como un fantasma y se tropezó tratando de retroceder, cayendo sentado al piso.
Hermione entonces vio en Harry una expresión que jamás habría imaginado ver en su rostro. No eran los ojos del chico inocente y alegre que había conocido, ni la mirada soñadora y hasta misteriosa que creía que hasta ahora sólo ella había visto… Era el semblante de una persona llena de odio y sed de sangre, de alguien que quería desatar el peso del mundo en la peor de las acciones posibles.
Sintió una pena terrible y, temblorosa, se acercó al chico, poniendo su mano sobre el brazo levantado de Harry.
— Harry… — comenzó a decirle, con suavidad. — Harry, por favor. Tú no eres así…
— No tienes idea — masculló el de lentes. — No tienes idea de lo que he sufrido por culpa de este hijo de puta… No tienes idea de quién podría haber sido si no fuera por…
— No, no tengo idea… Pero para mí, quien eres ahora es mejor… y sé que puedes serlo aun más… — respondió la chica, con voz entrecortada.
Harry frunció el ceño con rabia, y se mordió el labio con tanta fuerza que se lo partió, exponiendo un poco de sangre. Entonces, apartó la mirada de Pettigrew y bajó lentamente la varita.
— ¿Estás seguro de eso, Harry? — preguntó Lupin, secamente.
— Hermione tiene razón… debemos ser mejores — respondió el de lentes, con un dejo de arrepentimiento. — Y no creo que mis padres hubieran querido que sus amigos se convirtieran en asesinos a sangre fría…
— Pero… ¿y entonces? — preguntó Black, con incredulidad.
— Personalmente, creo que merece un castigo peor que la muerte… y eso sólo se va a lograr si lo entregamos para que vaya a Azkaban — dijo Harry, con frialdad.
— Los dementores… — sonrió Sirius, con crueldad.
— Y… ¿quién sabe? Quizás el Ministro sentencie algo peor que eso… — continuó el chico, con una mueca siniestra.
Pettigrew murmuraba cosas, aturdido. Harry captó palabras como "increíble" y "locura", pero no podía dejar de fijarse por sobre todo en el horrible color de la cara de Pettigrew y en la forma en que seguía mirando desesperadamente las ventanas y la puerta.
— ¿Profesor Lupin? — dijo Hermione tímidamente, al tiempo que soltaba a Harry. — Tengo una duda…
— Por supuesto, Hermione. Pregunta — le respondió Lupin cortésmente.
— Pues bien, Scabbers… Quiero decir, este… este "hombre"… — se corrigió, con una mezcla de incredulidad y asco. — Él ha estado cerca de Harry durante tres años. Si trabaja para el Señor Tenebroso, ¿cómo es que nunca ha intentado hacerle daño?
Los ojos de Pettigrew brillaron por un instante, como si hubiera encontrado algo de esperanza, pero en el momento en que parecía que iba a decir algo, Harry instantáneamente le apuntó con su varita, amenazante, obligándolo a permanecer en silencio.
— La verdad es que es una respuesta fácil — dijo Sirius, mirando a la chica. — Es porque no haría nada por nadie si no le reportara algún beneficio. Él siempre busca aliarse de los más listos, de los más capaces… de los más poderosos. Voldemort lleva doce años escondido, e incluso dicen que se ha convertido en un no-muerto. Claramente no cometería un asesinato en presencia de Albus Dumbledore por servir a una piltrafa de brujo que ha perdido todo su poder, ¿cierto? Tendría que estar completamente seguro de que es el más fuerte en el juego antes de volver a ponerse de su lado — entonces dirigió su mirada a Pettigrew: — ¿Para qué, si no, te alojaste en una familia de magos? Para poder estar informado, ¿verdad, Peter? Sólo por si tu antiguo señor recuperaba las fuerzas y volvía a ser conveniente estar con él. Debió ser realmente fructífero vivir bajo el techo de un funcionario del Ministerio de Magia…
Pettigrew abrió y cerró la boca varias veces. Se había quedado completamente sin habla.
— Será mejor que llevemos a esta escoria a los dementores antes de que anochezca… — dijo Lupin, con voz cansada.
La luz de la tarde había comenzado a cambiar sus tonos y a atenuarse lentamente. Llevaban tanto tiempo allí que habían perdido por completo la noción del tiempo.
El Profesor hizo un movimiento de varita, materializando de su punta una buena cantidad de cuerdas que salieron disparadas hacia su presa. Al cabo de un instante, Pettigrew se retorcía en el suelo, con sus brazos atados a su torzo, y amordazado.
— Ten en consideración que, si te transformas, Peter, no dudaremos en matarte — gruñó Black, acercándose para ver directamente a los ojos de Pettigrew. — ¿Estás de acuerdo, Harry?
— Más que de acuerdo — respondió el chico, con un brillo asesino en sus ojos.
El grupo se miró mutuamente, disponiéndose a salir de la casa cuando Sirius, acercándose a tomar a su presa, tuvo una idea:
— Quizás lo mejor sería que dos de nosotros deberían encadenarse a esto — dijo, dándole a Pettigrew un puntapié en la boca. — Sólo para estar seguros.
— Yo lo haré — se ofreció Lupin.
— Y yo — dijo Ron, con furia.
Black entonces sacó de uno de los bolsillos de su capucha unas esposas macizas. Pettigrew volvió a encontrarse de pie, con el brazo izquierdo encadenado al derecho de Lupin y el derecho al izquierdo de Ron.
El rostro de Ron expresaba decisión. Se había tomado la verdadera identidad de Scabbers como un insulto, y había redirigido la rabia que había sentido contra Harry hacia él.
Crookshanks saltó ágilmente de la cama y comenzó a dirigir la marcha, con la cola alegremente levantada.
Notas breves de autor
Ahm... ¿Y nadie notó que la amistad entre Ron y Harry está en riesgo?
Holis
Bueno, algo breve antes de terminar el capítulo. Siempre tenemos la premisa de que, sin importar los fallos en la persona, siempre se puede ser mejor, y eso tratamos de recordarle a Harry por medio de Hermione. Por ahora resultó, ¿cierto?
Gracias por leernos. Nos vemos el próximo capítulo
