Capítulo 5
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En cuanto Shino se fue, sintió un inminente ataque de nervios, por lo que aprovechó el hecho de que Lila aún dormía para salir en busca de Violeta antes de dirigirse al taller. La buscaba para contarle todo lo que sucedía, ya que la chica más que su empleada era su mejor amiga y confidente; si había alguien que podía ayudarle definitivamente era ella.
Para su fortuna no debió buscar mucho, ya que cuando pasó por la cocina escuchó su estridente risa. Violeta se encontraba conversando con Atra mientras tomaban una taza de café. La chica de cabellos castaños le dio la bienvenida con una sonrisa.
-Puedo hacer más café si gustas Yamagi. – mencionó la cocinera amablemente.
-No, te lo agradezco Atra. De hecho, vine por Violeta, necesito hablar con ella urgentemente.
La aludida se sorprendió un poco ante la seriedad en el rostro de su jefe. Trató de hacer memoria, pero desde que llegó se ha comportado juiciosa.
-Sea lo que sea no fui yo. – se excusó tratando de evadir cualquier regaño.
-No es nada de eso, solo ven. – ordenó el chico mientras tomaba con fuerza a la chica y la arrastraba hasta su habitación frente a una perpleja Atra. A pesar de no tener tanta familiaridad con el mecánico, se notaba que había cambiado mucho desde que volvió.
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En la habitación, Yamagi le pidió sentarse. Violeta lo miraba caminar de un lado a otro sin decir nada, lo cual la estaba poniendo algo nerviosa.
-¿Sucedió algo? – ella siempre padeció de nervios, por lo que tanto silencio la hacía sentir pánico.
-Nos besamos. – soltó sin más Yamagi deteniéndose. Ante el gesto desconcertado de la pelirosa aclaró mejor su afirmación. – Shino y yo nos besamos.
En cuanto proceso la información el rostro de Violeta adquirió un gesto de sorpresa y emoción. Por respeto a que Lila dormía ahogó un fuerte grito de emoción.
-¡¿Hablas en serio?! ¡Eso es genial! – comentó mientras se lanzaba a los brazos del rubio.
-No sé si deba decir eso. – mencionó Yamagi con preocupación.
-¿Por qué? ¿Sucedió algo más? – Dios, eran demasiadas emociones para su persona.
-Cuando Shino estaba aquí, Marcus tocó la puerta y me invitó a salir. Él lo escuchó todo, así que en cuanto Marcus se fue, tomó sus cosas y salió sin decir nada. - ¡Ella mataba a ese grandísimo hijo de perra entrometido! – Yo no quiero hacerme ilusiones de nada, a lo mejor esto solo fue un desliz…
-¡No! Vamos jefe no diga eso. Mire, respecto a Marcus, simplemente dígale que sus sentimientos no son correspondidos, es todo, no deja pérdida. – Violeta notó el gesto de incredulidad en su jefe, olvidaba que él únicamente veía el lado bueno de las personas, por eso aún no notaba a la serpiente esa – Es decir, solo recházalo. Y respecto al piloto…estoy segura de que no fue un desliz. ¿Quién besó a quién?
-S-Shino fue quien lo hizo primero. – confesó el mecánico con un fuerte sonrojo.
-¿Lo ves? Eso no es un desliz. Él quería besarte. – afirmó la chica con una radiante sonrisa.
-T-También coqueteó conmigo en la tienda infantil.
-¡Awww! Esto es maravilloso. – a pesar de sus esfuerzos por darle ánimos y esperanzas a Yamagi notó la inseguridad del chico. – Jefe…sé que quizá no fue una afirmación o declaración de amor, pero sin temor a equivocarme, creo que le gustas al piloto. Además, ustedes dos tienen todos esos sentimientos pendientes, casi se pierden el uno al otro. Esta es una gran oportunidad para que ambos sean felices. – finalizó la chica sonriendo con dulzura.
A Yamagi ese gesto lo hizo sentir mucha calidez. Violeta podía ser explosiva, ruidosa o incluso violenta, pero definitivamente era una excelente persona. Cuando estaba con ella, sentía los mismos buenos ánimos que sintió al lado de Shino, supuso que por eso congeniaron tan bien.
-Gracias…
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Un poco más calmado, se dirigió al taller para darle la aprobación final a Gusion. Se encontró con Akihiro y Marcus que continuaban realizando pruebas.
-Hola.
-¡Ah! Jefe, me alegro que llegara. – saludó el pelinegro de forma dulce. – Acabamos de terminar la última prueba y estos son los resultados. Puede examinarlos.
Yamagi tomó la tableta y estudió con detenimiento los datos. Estaba sorprendido por el excelente trabajo que Marcus realizó, Gusion no tenía ni una sola falla en su respuesta.
-Todo su sistema operativo está perfecto. – halagó el mecánico – Debo decir que Gusion está listo.
-¿Eso qué quiere decir? – preguntó Akihiro mientras volvía a la plataforma.
-Significa que de ahora en adelante empezaremos los arreglos externos. Es probable que en una semana o dos ya los Gundams funcionen a la perfección. – explicó Marcus de manera alegre.
Yamagi sintió un pequeño golpe de culpa en su pecho. Marcus era buena persona y se sentía honrado de que tuviera sentimientos por él, pero su corazón le pertenecía a Shino, por lo que seguir alimentando esperanzas en el pelinegro sería un acto muy cruel.
-Con esto han terminado. Akihiro ya puedes ir a descansar. – Una vez que el musculoso joven se retiró, nuevamente tomó la palabra – Marcus, me gustaría que me hablaras de la empresa proveedora, es una situación que también debo conversar con Orga.
-¡Claro! El nombre de la empresa es Titans, cuando trabajé en la compañía anterior fueron nuestros proveedores durante unos meses. Sus materiales y repuestos son de gran calidad, es por eso que los recomiendo. – explicó el joven de cabellos negros bajo la atenta mirada de Yamagi.
-Ya veo. Parecen ser una buena opción. Muy bien, hablaré con Orga mañana temprano; en caso de que acepte, te pediré por favor que los contactes. – comentó el mecánico con una sonrisa.
-Si…Ammm, por cierto jefe…¿pensó en la invitación? – Ahí estaba. En el fondo quiso evadir el tema, pero por lo visto le sería imposible.
-S-Si. Yo, temo que debo rechazarla. Me siento halagado, pero…
-¡Está bien! – interrumpió el joven con entusiasmo sorprendiendo a Yamagi. – Entiendo a la perfección que por ahora mis sentimientos hacia usted no son correspondidos. Sin embargo, fue mi decisión confesarme y creo fervientemente que los corazones de las personas pueden cambiar. Sepa por favor que no me rendiré hasta que usted se enamore de mí. – finalizó el chico mientras tomaba a Yamagi de las manos y las apretaba con fuerza.
El rubio lo miró sonrojado, realmente no daba crédito a lo que escuchaba, menos de forma tan abierta; realmente deseo con todas sus fuerzas que fuese Shino quien le dijera esas cosas, pero el castaño estaba metido en su mundo y aunque ese beso debía significar algo, no tenía claro qué.
Detrás de la enorme máquina Shino se mantenía en silencio. Había escuchado toda la conversación entre Yamagi y el tal Marcus, por lo que decidió no salir de su escondite. Yamagi era un chico espectacular, inteligente, un genio de la mecánica y bastante atractivo físicamente, por lo que no le sorprendía que alguien más se interesara en él. Si tomaba en cuenta el tiempo que tardó en darse cuenta de sus sentimientos, era probable que él si tuviera mayor seguridad con ese joven mecánico. No es que considerara serle infiel a Yamagi o algo así, pero si tomaba en cuenta su historial de mujeres en comparación con los años de amor fiel por parte del rubio, sentía que no era merecedor de tal.
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A la mañana siguiente, la mayoría de pilotos y trabajadores del área mecánica habían sido citados a una reunión para definir cuál sería la empresa proveedora de los repuestos para las máquinas en general.
Violeta llegó justo a tiempo, por lo que al notar el espacio al lado de Eugene y Shino tomó asiento y prestó atención.
-Muchas gracias a todos por venir. – inició el anciano. Por ese día y a solicitud de Yamagi, se encargaría de dar la noticia. – En la reunión que tuvimos hoy durante la mañana, se acordó negociar con una empresa llamada Titans. Pensamos que sería la más adecuada.
Una mano que solicitaba la palabra llamó la atención de la mayoría de los presentes, especialmente de Marcus, quien al notar que era Violeta quien quería intervenir hizo un mal gesto.
-¿Bajo qué criterios eligieron a esta compañía?
-Ninguno en especial, fue una recomendación de Marcus. – informó Orga. Ante tal afirmación la chica miró el pelinegro y acto seguido dirigió su vista hacia Yamagi con gesto de incredulidad. El rubio únicamente desvió la mirada.
-No sé si esto vaya a ser válido, pero me opongo rotundamente. – afirmó la chica mientras se ponía de pie bajo la atenta mirada de Eugene.
-Violeta, Titans es una empresa buena, trabajé con ella antes. Doy fe de que será una buena inversión para Tekkadan. Si lo único que pretendes es molestar será mejor que te sientes. – regañó Marcus con evidente molestia, lo último que necesitaba en estos momentos era a esa tonta arruinando sus planes.
-En primer lugar: tú a mí no me das órdenes, así que cierra la boca. – Yamagi dirigió sus manos a las sienes, auguraba otra pelea entre esos dos…- En segundo lugar, no lo hago por molestar. Sé que soy joven, pero desde que tenía alrededor de seis años he trabajado como mecánica. Conozco a todas las empresas proveedoras que existen y debo decir que Titans es un nombre que recién se escucha. Se fundó hace aproximadamente tres años, lo cual es un tiempo muy corto tomando en consideración que la mayor parte de las empresas proveedoras adquiere su prestigio y calidad a través de los años y las recomendaciones de otras agrupaciones. Diré esto no como empleada, sino como experta. Antes de cerrar un trato les recomiendo solicitar una reunión y también una muestra de los productos.
-Es un buen punto. -razonó Yamagi – Si la muestra no cumple con los requisitos básicos de calidad no tendríamos ningún problema en rechazar la oferta.
-¿Qué sería lo mínimo que deben contener los repuestos? – preguntó Eugene. Estaba asombrado. Sabía que la chica era inteligente debido a que fue la primera en lograr que Barbatos funcionara, pero por lo visto era más que una cara bonita.
-Luego del acuerdo suscrito entre Ghjallarjonr y Marte, armaduras nano laminadas categoría 5.
La mayoría de los presentes estaban bastantes confusos, esa situación por lo visto era seria, pero muy complicada.
-La categoría 5 significa que son más resistentes que las que usas en la tierra. Al encontrarse Marte en desventaja militar y ser Tekkadan su único escudo, se acordó que las máquinas estuvieran más reforzadas. – explicó Kudelia mientras ingresaba al recinto. Se sorprendió muchísimo de lo informada que estaba esa chica de cabellos rosados.
-No podía explicarlo mejor. – dio la razón Violeta con una sonrisa. -Es un placer conocer a la mismísima embajadora de Marte.
-Oh, no digas eso, son solo otro miembro más de Tekkadan. Violeta Fritz, ¿cierto? Lamento la desgracia ocurrida hace cuatro años.
Ante el pésame inocente de la rubia, Violeta quedó en shock y miró asustada a Yamagi. El rubio rápidamente cambió el tema, solicitando a Marcus concertar la cita para dialogar mejor con el grupo proveedor. Tal urgencia no fue pasada desapercibida por Eugene y Shino, quienes se miraron mutuamente.
Se preguntaban ¿qué era lo que había sucedido con Yamagi en la tierra? ¿Quién era esa joven y de qué incidente hablaba Kudelia?
A la mente del Vice capitán vino de inmediato la conversación que tuvo con la mujer en el baño. Ella le afirmó que le debía su vida a Yamagi, por lo que supuso que debía tener relación con la supuesta desgracia.
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Al final, Tekkadan acordó concertar una cita. Según eso, unos representantes del grupo vendrían a entablar el diálogo con el fin de decidir si llegar o no a un acuerdo.
En el comedor, Violeta se encontraba comiendo algo ligero. Se sentía tan molesta que era visible su gesto de desagrado. Eugene y Shino ingresaron a la habitación notando de inmediato la presencia de la chica. Tomaron unas bebidas y se acercaron con interés, a lo mejor era una oportunidad de conseguir información.
-¿Podemos sentarnos? – preguntó el chico de ojos verdes. Una vez que tuvieron el permiso de la joven, nuevamente tomó la palabra – Luces bastante molesta desde la reunión.
-Es cierto. – secundó Shino – Me sorprendió un poco tu reacción. ¿Te llevas mal con tu compañero?
-Lo odio con toda mi alma. – reveló ella para sorpresa de los varones.
-¿Te hizo algo en particular? – Esta vez, el interés del rubio estaba orientado más a verificar la seguridad de la joven mecánica.
-Supongo que no…pero es más una corazonada, saben. He visto lo doble cara que es. – confesó la chica tratando de transmitir de la mejor manera su mensaje. -Quizá suene paranoica, pero quiero que se aleje del jefe Yamagi, presiento que le hará daño.
Ante la evidente preocupación, Shino sonrió con ternura. Realmente era una habilidad de Yamagi atraer a personas buenas y amables.
-Tú y Yamagi parecen llevarse muy bien. Eso me alegra mucho. Con excepción de Eco, solía no agradarles las chicas.
-Me preguntó por quién habrá sido. – comentó Eugene irónico. Y cómo no iba le iba a desagradar el género femenino, es decir, en primer lugar, no eran de su gusto, y, en segundo lugar, anteriormente Shino aprovechaba cada oportunidad para ir en busca de mujeres; especialmente cuando Yamagi no estaba.
-¡Oye!
Una sonrisa cantarina interrumpió la inminente pelea entre los amigos. Violeta miraba con cariño a ambos hombres. Parecían un par de hermanos, estaba segura que Eugene eran quien reprendía a Shino cuando metía la pata.
-Yo amo a Yamagi. – confesó la chica dejando a ambos hombres perplejos.
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Capítulo 5 ¡Up! Quiero agradecer mucho a las personas que están leyendo el fic. Espero muchísimo que sea de su agrado.
