Comadritas aqui con una nueva aventura, espero que les guste, como siempre les agradezco sus comentarios para su servidora, las quiero!
Capítulo 2
-Doctor Andrew, los estudiantes de este semestre tienen muy buenas referencias de sus universidades, en especial la doctora White, ¿Quién es la doctora White?
Candy dio un paso al frente tímidamente por el elogio, -yo doctora.
-Haa, la que llego tarde, doctor ella estará en su sala a partir de mañana, está interesada en pediatría.
-Doctora le recomiendo que en mi servicio llegue puntual, si por alguna razón viene tarde mejor no llegue, las vidas no esperan y esto no es un juego.
-No se preocupe doctor, un accidente con un imbécil, pero de ser necesario dormiré en el hospital para que no se repita. Decía Candy retándolo con la mirada.
-Dormirá doctora, le aseguro que sus guardias serán largas, por ahora nos hacen falta manos y seguramente pasara más tiempo aquí que en su casa.
-Doctora Grace que le parece si empieza desde hoy, como le dije me hacen falta manos y la doctora creo que ya durmió tiempo suficiente. Decía Albert mordazmente.
Candy contesto antes de que la doctora Grace dijera algo.
-Por mí no hay problema doctor, empiezo en este instante.
Albert la observo de pies a cabeza, parecía lista, pero tendría que comprobarlo, la reconoció, la chica con la que tuvo el accidente más temprano, seguramente por eso llego tarde, la dejo con el incidente porque tenía la emergencia con el bebé que estaba revisando en ese momento.
Pediatra de 31 años, reconocido por sus muchos estudios publicados en revistas, soltero, su hermana había enfermado de cáncer a una temprana edad que lo llevo a querer ser medico de niños como él decía, no era un santo, pero no le gustaba involucrarse con personal del hospital, le quitaría concentración a su carrera.
-Bien doctor también le presento a la doctora Luz Estrada, ella aún no decide especialidad.
-Doctora Luz vaya descanse aquí la espero mañana, prepare todo lo necesario, la quiero bien despierta, y a tiempo.
-Doctor si me necesita, me quedare.
-No doctora por ahora solo necesitare a la doctora White, hasta mañana.
Dijo Albert sin dar más explicación, se llevó a Candy a su privado, entraron y Candy se sentó pensando que se iba a disculpar el doctor, tal vez no era tan malo como pensó.
-Doctora White bienvenida, le pediré dos cosas, no corra, esto no es urgencias, muestra mucha torpeza haciendo eso una doctora que dicen que es tan inteligente como usted, la segunda no le ande diciendo a la gente "imbécil" solo porque no sabe las circunstancias por las cuales sucedió un incidente, y le agregare una más, ni un café derramado debe impedir que usted este aquí a tiempo, como ya se lo dije, lidiamos con vidas no con citas amorosas para que llegue elegantemente tarde. La reprendió Albert.
Candy estaba atónita, como se atrevía ese doctor, que le costaba pedirle una disculpa personalmente y no gritada en la calle, cayó en cuenta, él le había gritado "torpe", este iba a ser una residencia larga si no lograba tener una relación profesional con ese doctor, brillante, por ahora su jefe. Tenía ojos amables y tiernos, azules como la profundidad del mar, sumamente atractivo, rubio, pero tenía un humor de ogro, de los mil diablos.
-No volverá a ocurrir doctor disculpe, dijo Candy avergonzada porque supo que el "idiota" fue para él, ahora entendía que seguramente su urgencia era en el hospital, aunque no estaba muy de acuerdo en que correr por el hospital fuera tan malo.
-Haremos el rondín con los pacientes internados, luego iremos a quirófanos. Le indico invitándola a salir.
La enfermera Esther los acompaño, asistiendo y reportando las temperaturas y los cambios en los pacientes.
-Este pequeño es Ian nació ayer, peso 1870 grs, de 36 semanas, está en incubadora por bajo peso.
- ¿Qué opina doctora?, le pregunto Albert a Candy.
- ¿Está comiendo?, pregunto Candy a la enfermera, mientras auscultaba al bebé.
-Si puntual cada tres horas pide su comida, le estamos dando tomas de 2 oz.
-Perfecto, veo que tiene buena coloración, el estómago no está distendido, veo que está recuperando peso adecuadamente, solo tiene descamación, pídales a los padres por favor que le traigan la crema especial para estos casos, ella anotaba en el expediente el nombre del medicamento, muy amable. Gracias Esther. Ese es mi diagnostico doctor.
Albert se llevó buena impresión del diagnóstico tan acertado de Candy, era lista, harían buen equipo, solo que la necesitaba como sombra para que aprenda correctamente.
Siguieron visitando al resto de los pacientes, llego la hora de la comida.
-Doctora tome su tiempo de comida por favor, la veo en los quirófanos en 30 minutos.
Candy se dirigió al comedor, había varios médicos, pero sus compañeros empezaban mañana, hoy estaba sola, llego un médico y la saludo.
- ¿Cómo esta doctora? Dijo mientras se sentaba con su bandeja.
-Bien gracias. ¿Lo conozco?
-Soy el doctor Granchester, Terrius Granchester, llámeme Terry.
Terry era un médico brillante, atractivo, de muy buena familia, pero tenía un defecto, muy ojo alegre, algunas enfermeras no podían verlo ni en pintura porque las invitaba a salir, algunas veces se enredaba con ellas, pero ahí quedaba, él no quería compromisos, pero ellas sí, era el sueño de todas darles padre medico a sus hijos, pero ninguna lo había atrapado aún.
-Soy Candy, residente de este semestre doctor, ¿Qué especialidad tiene?
-Neurocirujano, seguramente en algún momento del semestre me toque enseñarle, ¿en qué quiere especializarse?
-Pediatría doctor.
-Que lastima, decía el. -Podría enseñarle todo lo que se de neurocirugía.
-No me diga que esta con el ogro Andrew.
- ¿Ogro?
-Si claro, ¿lo conoce?
-Estoy a su servicio del doctor Andrew en este momento y por cierto tengo que irme, me esperan en el quirófano, dijo Candy levantándose y yéndose a toda prisa, le quedaba 2 minutos para llegar al quirófano, el doctor Granchester la distrajo tanto que perdió la noción del tiempo.
Candy intentaba no correr, pero si quería llegar a tiempo tenía que volar, el quirófano quedaba algo lejos, volteo a ver a todos lados, cuando no vio al doctor Andrew corrió a toda prisa, llego a tiempo, el doctor Andrew solo la veía que jalaba aire, supo que venía corriendo.
-Doctora, no me diga que ¿anda de torpe otra vez?
Candy se sonrojo, la atrapo por segunda vez en el día, solo sonrió y el negó con la cabeza, esa doctora necesitaba controlar su problema de puntualidad, ya pensaría en algo.
