Capítulo 6

Fueron y vinieron rápido, los cachorros ya pedían comida, estaban hambrientos.

-Albert ve a dormir, yo me hago cargo de estas tomas luego te despierto.

-Claro que no Candy ve a dormir, ven, te muestro donde dormirás tu.

-Le mostro el cuarto de huéspedes, era sobrio, sin adornos, paredes blancas, con su propio baño y la ropa de cama era en tonos crema, muy linda.

-Albert puedo dormir en el sofá no te preocupes.

-Claro que no Candy aquí dormirás más agosto, la ducha está ahí, no te preocupes yo te despierto.

-Gracias Albert, buenas noches.

Así Albert se dedicaba a alimentar a los perritos, estaba acostumbrado a no dormir, cuando terminaron la segunda toma, se fue a dar un baño, solo podría dormir dos horas, pero con eso tendría por ese día, decidió despertar a Candy a las 5 am, podría darles la última toma, los biberones estaban lavados, Albert era muy metódico y pulcro.

-Candy es hora de la toma de los cachorros.

-Hmm tía no me despiertes por favor, decía Candy entre sueños.

Albert se divertía escuchándola y le estaba gustando eso de verla dormir.

-Dormilona, despierta anda Candy levántate…

Candy despertó desorientada, tallándose los ojos.

-Lo siento Albert he andado muy cansada, ya voy a darles de comer a los cachorros.

-Despreocúpate Candy, hace una hora les di de comer, solo arréglate y antes de irnos al hospital los alimentas, te espero en la cocina.

Candy se ducho y se arregló, unos jeans y una blusa, sus risos los dejaría sueltos, brillo en los labios y un poco de perfume, unos zapatos negros para la comodidad del hospital.

Albert preparaba el desayuno, Candy alimentaba a los cachorros…

-Preciosos, coman mis pequeños, coman mucho para que crezcan tan preciosos como su mami, les decía Candy mientras los alimentaba.

-Albert deberíamos de nombrarlos, ¿Qué opinas?

-Cariño olvídalo, si los nombramos vas a querer que nos los quedemos todos… decía Albert distraído de lo que había dicho.

Candy se quedó callada, ella había entendido y quiso bromearlo para romper la tensión del momento incomodo.

- ¿Con que cariño haaa? Decía Candy burlándose de él.

- ¿Qué? Yo no dije nada, decía Albert dándose cuenta de lo que había dicho…

-Claro que sí, ¿quieres que te llame "mi amor"?

- ¿Qué te parece doctor galán?

Candy estallo a carcajadas, se sonrojo, ¿Cómo era que Albert sabia como lo llamaba si solo lo hacía para ella? -Que vanidoso es doctor Andrew, claro que no, olvídalo, no estoy dispuesta a alimentar tu ego mi amigo…

-Haaa Candy que te cuesta, decía Albert riéndose.

-Anda olvídalo "doctor galán" ¡ya, ya lo dije y nunca más lo volveré a repetir!, vamos a nombrar a estos pequeños, ¿Qué nombres les ponemos?

- ¿Qué opinas si tu nombras a los machos y yo a las hembras?, una se llamará Dulce y la otra Blanquita en honor a su salvadora, además le queda el nombre a esta preciosa, mírala tiene el lomo blanco.

-Eres un chico listo Albert, pero hoy pensare como llamare a estos caballeritos…

Después de desayunar salieron del departamento, llegaron a tiempo como siempre, la doctora Luz aun no llegaba, Albert mientras le llamaba a Sofia dándole indicaciones de como alimentaria a los cachorros mientras que ellos no estuvieran.

Llego la doctora Luz hicieron los rondines, las consultas, fueron a urgencias a tender algunos pequeños, Candy busco un momento para hablar con Albert sobre que se tenía que ir a alimentar a los cachorros.

-Albert me tengo que ir, ya son las 5 y les toca comida a los cachorros, regreso en cuanto termine.

-Está bien Candy, pero ya no regreses, aquí te cubro yo.

-Nos vemos en el departamento entonces, Candy salió del hospital, Albert le había dado copia de las llaves.

El doctor Granchester se había dado cuenta de la familiaridad con la que le hablaba Albert a Candy.

-Albert amigo ¿podemos hablar?

-Claro, ¿alguna consulta?

-No amigo es sobre tu residente, la doctora White.

-Solo déjame voy a los quirófanos y más tarde te veo, no le daba buena espina que quisiera hablar de Candy con él, le daba un cierto tono personal y no le agradaba mucho.

Termino en urgencias y no busco a Terry, se imaginaba para que lo quería su amigo, pero esa conversación no estaba listo para tenerla.

Albert llego al apartamento, se escuchaba cantar a la rubia en la cocina, Albert recordó que en algún momento de la vida deseo tener un hogar con una esposa que le amara, pero el destino no había permitido que eso pasara, entro a la cocina y se sentó en la barra viendo a Candy bailar y cantar, ¿porque se interesaba en esa pequeña de ojos verdes?, era algo que ni el mismo sabia, habían pasado años desde que Alison se había ido, eso lo dejo destrozado, tantos sueños rotos, sacudió la cabeza y aclaro la garganta, Candy no había sentido llegar a Albert.

-Hola

-Hola

- ¿Cómo va todo por aquí?

-Muy bien Albert estos cachorros comen muy bien, me tome la libertad de preparar algo de cenar ¿te molesta?

-Claro que no Candy siempre y cuando no me envenenes.

-Soy muy buena doctora, cualquier cosa puedo darte primeros auxilios.

-Espero que no sea necesario pequeña, decía Albert sonriendo. Esa familiaridad con la que se trataban era extraña, parecía que se conocían de toda la vida, así siguieron hasta terminar de cenar.

-Albert me voy a dar una ducha.

Mientras Candy se duchaba, Albert limpiaba la cocina y alimentaba a los cachorros, en eso alguien toco la puerta, lo raro era que Albert no esperaba a nadie, abrió la puerta y era Terry el que estaba ahí parado.