Capítulo 9

-Doctora White. ¿Qué tal la guardia?

-Bien doctor, usted ¿Por qué no fue a casa?

-Tengo una paciente en observación, más tarde me voy.

-La veo triste doctora ¿qué pasa?

-Nada doctor solo que a veces hace falta frenar y reflexionar, todo ha sido tan rápido.

- ¿A qué se refiere doctora?

-Nada doctor, no lo quiero aburrir con mis dilemas.

-No me aburres Candy, ¿te molesta que te llame por tu nombre?

-Para nada me gusta, me parece más informal y a estas horas de la noche es mejor relajarnos un poco.

-Candy el caso de Michael es muy bueno para que aprendas, es de los casos que raramente se ven que, si es posibles tratarlos con medicamentos y sin tener que operar, me encantaría que lo siguieras de cerca.

-Si de hecho he estado buscando información acerca del tema y es atípica la forma que ha ido disminuyendo.

Siguieron platicando del tema por un buen rato más, Candy se levantó a ver un bebe que estaba llorando.

-Bueno doctora la dejo, me dio gusto hablar con usted, bueno contigo, decía Terry sonriendo.

-Gracias Terry por la charla me hace falta un amigo con quien hablar.

-Para eso estamos doctora pecas, nos vemos. Le guiño el ojo y se fue.

Se despidió de ella, Candy sonrió para sus adentros, parecía buen hombre, serian buenos amigos seguramente.

Albert en el departamento tomaba una copa, necesitaba analizar, desde que Allison lo engaño con otro y decidió dejarla para que hiciera su vida, no se había interesado por ninguna otra mujer, ya habían pasado 5 años desde eso, su carrera siempre había sido prioridad, era verdad, Candy le interesaba, su ternura, su dulzura, su generosidad y su amor por los demás, era preciosa, esas caderas le quitaban el aliento a cualquiera, ¿qué más habría debajo de esas tiernas pijamas que usaba?, lo deslumbro, su coraza de ogro estaba cayendo, le gustaba y mucho, tendría que hacérselo saber, el quería intentarlo, ¿pero ella?, ella nunca había mostrado ningún interés por él, era sumamente profesional, vivía con él y nunca se le había insinuado, era mejor averiguar si ella quisiera algo con él, lo decidió, quería intentar amar de nuevo, si ella estaba dispuesta, él lo intentaría.

Paso la noche y Candy llego al departamento, Albert alimentaba a los cachorros para irse al hospital.

-Candy ¿Qué tal la noche?

-Tranquila Albert, hoy están para darse de alta 3 bebes, te deje las notas en los expedientes.

-Muy bien, no tarda en llegar Sofia, puedes dormir todo lo que quieras.

-Gracias doctor, Albert, hay ya me caigo de sueño, nos vemos doctor galán, le daba un beso en la mejilla, -hasta más tarde, decía Candy mientras caminaba bostezando para su habitación.

Albert se carcajeo por la osadía de Candy, pero le encantaba que tuviera esos detalles con él.

Candy despertó avanzada la tarde, llamaba a su tía Lane para ver cómo iban las cosas.

-Hola Candy ¿Cómo estas hija?

-Bien tía, trabajando, ¿Cómo están por allá?

-Hija no quería decírtelo, pero algo le paso a Tom.

- ¿Qué te sucedió tía?, no me asustes

-Estaba cortando ramas del árbol que está detrás de la casa, se subió lo más alto y se cayó, se rompió el brazo.

-Hay tía! ¡Pobre de mí hermanito! ¿Cómo está el?

-Pues se queja mucho del dolor, pero ya le pasara hija.

-Tía iré a verte, no estaré tranquila hasta que los vea.

-No te preocupes hija, ya sanara, lo que si es que Tom no podrá trabajar por el tiempo que este lesionado.

-Tía por eso no te preocupes, encontraremos la forma, tú siempre viste por mí, ahora yo vere por ustedes.

-Hija no te preocupes ya hare algo para salir adelante, tu concéntrate en la especialidad, eso te permitirá tener un buen trabajo y hasta entonces si así lo quieres podrás ver por mí, mientras esfuérzate por ser buena doctora, te amo hija no te preocupes.

-Está bien tía, nos veremos pronto, te quiero y saludos a los chicos.

Candy se sentía muy apesadumbrada, su tía Lane era como su madre, y los chicos sus hermanos, no podía dejarlos a la deriva, checo su cuenta de ahorros y vio que tenía justo para sus gastos, le pasaría una cantidad a su tía y buscaría un trabajo para poder sostenerse, o ya vería que hacer, pero por lo pronto ellos lo necesitaban más que ella. Estaba decidida iría a Lakewood ese fin de semana, no estaba lejos su pueblo natal, solo tres horas de viaje en carro, le diría a Patty para que la acompañara, necesitaba ver por cuenta propia si era verdad que era todo lo que pasaba en su familia, su tía Lane acostumbraba no quererla preocupar.

Albert por su lado no dejaba de pensar en esa rubia que le robaba el sueño, todo el día, se la paso en urgencias para estar entretenido, ya extrañaba a Candy y eso que solo había pasado un día sin estar trabajando con ella, le tranquilizaba que estaba en su apartamento y que estaba segura en su cama. Ya quería que se llegara la hora de salir a casa y verla sonreír, bromear y darle vida a su existencia.

Albert llego al apartamento y lo primero que vio fue a Candy alimentar a los cachorros.

-Hola preciosa ¿Cómo va todo por aquí?

Se le erizo la piel a Candy, "preciosa", así le había llamado, era erótico escucharlo decirle así, sonrió y volteo a ver al rubio.

-Bien Albert, esta todo bien, él se acercó y le dio un beso en la mejilla, tomando desprevenida a la rubia, se sonrojo y ella le dio uno igual.

Albert sirvió la cena para los dos, se sentaron a la mesa.

-Albert te voy a tener que dejar solo con los cachorros el fin de semana.

Él se sorprendió - ¿Qué pasa Candy? ¿Todo bien?

-La verdad no, fíjate que hable a casa de mi tía y uno de mis primos se quebró un brazo, sospecho que algo está pasando, mi primo es la fuente principal de sustento de esa casa y quiero estar segura de que tendrán lo necesario para salir adelante, no puedo estar durmiendo tan cómodamente mientras ellos están pasando penas. Le voy a decir a Patty que me acompañe, espero estar de regreso el domingo por la noche, no te preocupes Albert no quiero faltar al hospital.

- ¿Dónde vive tu tía pequeña?

-Lakewood, a tres horas de aquí en coche. Es un pueblo muy pequeño, hermoso y con personas muy amigables.

-Lo se Candy es muy hermoso, mi familia tiene una casa ahí ¿te gustaría que yo fuera el que te acompañe?

-La verdad me encantaría, pero ¿los cachorros?

- ¿Qué te parece si los llevamos con nosotros?, sabes estoy planeando algo para ellos, mañana tienen cita con Ángel y si todo está bien nos los llevamos en el coche.