Mis comadritas les agradezco el tiempito que me dedican, les estoy agradecida por sus comentarios que me sirven de aliciente para saber que les gusta. las quiero.

Capítulo 10

Candy estaba contenta porque Albert la acompañaría y aparte de todo se llevarían a los cachorros, lo que fuera que planeaba hacer sería bueno para los perritos.

Al día siguiente empezó su día como siempre, ya dominaban la rutina, ese día solo les tocaba turno a los dos hasta las 5, Albert había arreglado con la Doctora Grace que Candy se tomara un día de permiso, el tomo un día de vacaciones, así podrían irse muy temprano en la mañana.

A media mañana apareció en la sala la doctora Eliza, Candy estaba terminando unos expedientes mientras Albert daba el parte médico a los padres de un bebe internado, lo vio ocupado y mientras se fue al mostrador donde estaba Candy.

-Doctora White ¿Cómo se encuentra hoy? Preguntaba Eliza sin dejar de observar los cuneros donde estaba Albert.

-Estupendamente doctora, ¿en qué le podemos servir?

-Como ya te había mencionado antes, vengo a ver a Albert.

-Si claro, me voy, tengo cosas que hacer, decía Candy molesta por la presencia de esa mujer.

-Espere doctora, quiero preguntarle algo, ¿sabe si el doctor ya tiene novia?

Candy se sorprendió por la pregunta de la doctora, que osadía preguntarle eso, ¿Por qué tanto interés? Era evidente, ella estaba interesada en el doctor Andrew.

-Debería preguntarle eso a él doctora, no acostumbro a meterme en la vida privada de mi superior, ya si me disculpa tengo que irme.

Candy salió fúrica de la sala, tomo el ascensor y se fue a el laboratorio, echaba chispas, esa mujer estaba interesada en su Albert, ¡pero que atrevida! Tenía una cara de cualquiera que no podía con ella, no se veía del tipo de Albert, pero ella que diablos sabia, no tenía ideal cual era el tipo de Albert, pero él se veía tan elegante y esa se veía tan pero tan…. Ahhg no era posible que estuviera tan celosa de esa, si eran celos, le gustaría agarrarla por su teñida melena roja por los pisos del hospital por ofrecida, pensaba Candy, estrujando los papeles en las manos, Terry tomo el ascensor también, pero Candy iba tan ensimismada en sus pensamientos que no lo vio, no escucho el saludo que él le había dado, algo evidentemente molesto a la rubia, pero que había sido tan grave para que ella estuviera tan alterada.

-Candy, ¿estas bien?

Ella seguía con su dialogo interno, toco con el índice el hombro de Candy hasta que salió de su pensamiento.

-Hola doctor ¿Cómo esta?

-Candy estoy bien, ¿pero tú? Te veo muy intranquila, ¿Qué pasa doctora?

-Nada Terry, nada, decía ella suspirando, -solo que vi algo muy desagradable, un animal rastrero, que me molesto mucho.

-Y eso fue…

-Nada Terry olvídalo, ¿para dónde vas?

-Voy a mi sala, ¿quieres tomar un café?

-Si la verdad lo necesito, decía Candy arreglándose el cabello y sacudiendo su falda.

-Bien, este va por mi cuenta, el próximo lo pagas tu heee

Entraron a la cafetería y se sentaron en una de las mesas. Candy le empezó a platicar sobre los cachorros a medias a Terry, estaba omitiendo la parte que involucraba a Albert.

Vario minutos después entro Albert con la doctora Eliza, pidieron Café también.

Albert vio a Candy platicando muy amenamente con Terry.

-Eliza ¿te importaría si nos sentamos con mi residente y el doctor Granchester?

-Claro que no, de echo el doctor Granchester es todo un don Juan, me gustaría ver como liga con la doctora White.

Ese comentario no le gusto para nada a Albert, pero le echaría a perder su platica a Terry.

-Doctor Granchester, que gusto verlo por aquí de nuevo con mi residente.

-Si afortunadamente nos encontramos en el elevador y pues henos aquí, compartiendo café como los amigos que somos, te veo muy bien acompañado amigo.

- ¿Cómo estas Terry? Decía Eliza mientras acariciaba el brazo de Albert.

Candy trataba de no darle importancia, no le daría el gusto a esa arrastrada de verla padecer por el rubio.

-Y bien ¿de que hablaban? Pregunto Albert.

-Pues no tienes por qué saberlo, pero Candy me platicaba de unos cachorros que rescato.

- ¿Ha sí? ¡Yo detesto a los perros y cualquier animal que deje pelos por ahí! Es muy antihigiénico, dejan su excremento por todos lados, ¡son sumamente sucios!

-Son Adorables doctora Eliza, el amor que dan es incondicional, todo el tiempo tienen un gesto amoroso para ti, aunque te olvides demostrar el amor, ellos te lo muestran, ayudan a calmarnos, son una maravilla esos pequeños.

-No definitivamente los perros y yo no congeniamos, es admirable lo que haces, pero definitivamente no es para mí.

-Estoy de acuerdo con Candy, Eliza, es maravilloso tener un perro, cuando nos dejan, se llevan una parte de nosotros. Contestaba Albert a la pelirroja

-Lo que yo busco por ahora es un novio, decía Eliza mirando a Albert coquetamente, esperaba que él le contestara con la mirada, pero nada, solo silencio incomodo.

-Candy se levantó y se disculpó, Terry quiso acompañarla, pero ella se negó, le dijo que tenía cosas que hacer, se fue molesta al laboratorio donde se encontró con Patty.

-Amiga que gusto verte.

Candy la abrazo y disimuladamente saco una lagrima, estaba cansada, debía de alejarse de Albert, ella sentía cosas por él, más que una amistad y no era sano que ella se estuviera haciendo ilusiones, después del viaje a Lakewood ella se iría de su casa, y también de su sala, el mes casi se cumpliría y necesitaba despejarse.

-Amiga tengo que ir a ver a mi tía, parece que Tom se quebró el brazo, estoy preocupada por ellos.

-No te preocupes tanto Candy ellos estarán bien, no pierdas la concentración de la residencia.

-Voy a ir a visitarlos este fin de semana para asegurarme que estarán bien.

-Me encantaría poder acompañarte amiga, pero me toca guardia, tendrás que irte solita, ya verás que todo sale bien, te lo garantizo.

-No te preocupes Patty, estaré bien.

Candy se dio la vuelta y se fue a la sala de pediatría de nuevo.

-Doctor Andrew si le parece bien me voy a urgencias.

- ¿Esta todo bien Candy?

-Si doctor, ¿me voy a urgencias entonces?

-Si claro, más tarde nos vemos.

-Si doctor, lo veo en el departamento, hasta luego.

Candy se giró y se fue, Albert sospechaba que Candy estaba molesta por Eliza, pero ella era solo su excompañera de facultad, ni siquiera eran amigos, ¿estaba celosa? Si así era él tenía esperanza con ella, si no lo entendía, Eliza a veces era muy desagradable y esta vez lo fue.