Capítulo 11

Candy se tranquilizó en urgencias, se dedicó en ayudar a todo el que la necesitaba, despejo la mente y se fue al departamento. Albert la esperaba en la sala.

-Candy te esperaba, ¿está todo bien?

-Si Albert no te preocupes, creo que traigo muchas cosas en la cabeza, ¿nos vamos con el veterinario?

-Si ya tengo a los cachorros en la caja transportadora, vámonos.

El Veterinario dio de alta a los cachorros, habían ganado peso, ya no era necesario alimentarlos con la botella, ya podían alimentarse, Albert pregunto si los podían llevar de viaje y no había peligro, podían llevarlos, Albert tenía planes para ellos.

Albert llevo a Candy a su departamento para que hiciera su maleta, saldrían muy temprano y ella no quería perder tiempo, mientras Candy estaba alistando todo, Albert esperaba en el auto, hacia las llamadas para poder darles un hogar a los cachorros y estaba planeando algo más para la familia de Candy.

Ella por su lado no dejaba de pensar que esa iba a ser la última noche que pasara en casa de Albert, Candy había decidido alejarse lo más posible de él, le lastimaba que Eliza lo buscara y él le respondiera, no sabía a ciencia cierta su relación, pero sabía que estaba sintiendo cosas importantes por él, era mejor que el mes pasara rápido para que la cambiaran de sala, sabía que iba a ser imposible no verlo en el hospital pero pondría limites, nada de tutearse, no quería formarse falsas ilusiones, si Albert quería tener una relación, era mejor tener claro que él no era para ella, era mejor así, su carrera era lo más importante, su familia podría tener una mejor vida cuando ella se titulara de la especialidad, Albert saldría de sus pensamientos definitivamente.

Llegaron al apartamento, esa noche sería la última que alimentarían a los cachorros, mañana empezarían por comer ellos mismos, el viaje empezaría a las 6 am, Albert preparo la cena, Candy mientras se duchaba.

-Candy ya está la cena lista, le gritaba Albert desde la cocina.

-Ya voy…

Candy maldecía, no encontraba su pijama, debió olvidarla en el departamento, solo llevaba una playera, pero de pantalón nada, solo llevaba jeans, no podía ser, en casa de su tía tenía ropa de ella, pero donde diablos dejo esa ropa. Salió de la habitación con la playera y unos jeans, solo era para cenar, no importaba.

-Candy mañana saldremos a las 6 dormilona, ¿ya tienes todo listo?

-Si Albert, no soy niña, decía ella riéndose.

-Lo sé, lo sé, disculpa solo que no debemos olvidar nada. Mañana yo te despierto no te preocupes.

-Si Albert yo le doy las ultimas tomas a los cachorros, tu manejaras y no quiero que vayas cansado.

-Bien, pero por favor no te mueras, te duermes y te mueres pequeña.

Candy se sonrojo, -Albert no exageres, decían los dos carcajeándose.

Se fueron a dormir, a Candy no le quedó otro remedio más que dormirse en ropa interior, pensó que solo se taparía bien, no pasaba nada.

Albert fue a despertar a Candy a las 3 am para que les diera la toma de las 4, cuando entro a la habitación ella estaba toda descobijada, se movía mucho al dormir, vio que traía la playera pero no tenía sostén, se notaba claramente el exquisito busto, la playera se le había levantado hasta arriba de las costillas, el vientre lo tenía plano, no traía pantalón solo un cachetero de encaje, las curvas de esa mujer lo iban a matar, el cabello lo tenía todo despeinado por la almohada, los labios ligeramente abiertos, respirando pausada y tranquilamente, era maravilloso el espectáculo, no pudo más que tapar a Candy con la sabana para que no se diera cuenta que la había observado, le empezó a llamar por su nombre en el oído, siguió por tocarle el rostro.

-Candy, preciosa, despierta… decía Albert casi sin aliento.

-Hmm ya voy Albert, 5 minutos más por favor…

-Nena ya despierta, anda me tengo que ir a dormir y no quiero que los cachorros se queden sin comer.

Candy escucho que le llamaba "nena" se despabilo de inmediato.

-Gracias Albert ya desperté, ahora me levanto.

-Bien, me voy a dormir, le dio un beso en la mejilla y salió de la habitación, se recargo en la pared, esa bella mujer, excitante y alucinante mujer, era toda una belleza, como se iba a quitar esa imagen tan sensual de la cabeza, era mejor que se diera una ducha de agua fría, necesitaba calmarse, tanto tiempo sin una mujer le estaba haciendo daño y menos con Candy durmiendo tan cerca de él.

La mañana llego, Candy despertó a Albert a las 6, lo dejo dormir un poquito más, no importaba que salieran media hora más tarde. Todo estaba listo, los cachorros, maletas, tomaron un café y salieron del apartamento.

-Candy ¿tu tía sabe que vamos en camino?

-No Albert no le quise decir nada porque se hubiera negado, no quiere que me preocupe.

-Me gustaría que nos hospedáramos en mi casa Candy, como ya te había dicho, tenemos una propiedad ahí, unas tierras a la orilla del lago, ¿Qué te parece?

-Albert me parece que yo me quedare con mi tía, no tienes por qué darme hospedaje en tu casa.

-Haaa no, si te quedas con tu tía yo también, no te dejare sola Candy por favor.

-Albert entiéndeme mi tía no está acostumbrada a que yo tenga amigos varones, siempre he tenido amigas y eso solo Patty, no quiero que mi tía mal interprete, tú y yo somos solo amigos.

-Y porque soy tu amigo voy a cuidarte, además quiero platicar con tu tía, entonces nos quedamos con tu familia, Candy en un sofá puedo dormir, ni pienses que vas a estar sin mí.

-A mi tía le encantara conocerte y claro que hay lugar con ellos, mi tía dice que cerrando la puerta adentro todo es cama así que nos acomodaremos, no te preocupes, si no te duermes en mi cama, no hay problema.

-Yo encantado de dormirme en tu cama siempre y cuando sea contigo, le guiña y Candy se sonroja.

-Hay Albert que cosas dices, eso no pasara, decía Candy risueña.