Mis comadres, ahora capitulos un poquito mas largos, espero que les guste, las quiero!

Capítulo 13

La tía parecía que seguía viendo a Candy como una pequeña, había sido prácticamente su madre, le dio un beso en la cabeza

-Vamos tía para que te acomodes y duermas, tengo cosas que hacer en la cocina todavía.

-Siéntate un momento cariño, hija ese muchacho Albert ¿de dónde salió?

-Es un pediatra que trabaja en el hospital, por ahorita estoy en su sala, cuidamos a los cachorros, supo que tenía que venir a verte y me quiso acompañar, nos hemos hecho buenos amigos.

-Pero hija parece que tú le gustas…

-No lo creo tía, él siempre ha sido muy amable pero nunca me ha dicho nada, no se mucho de él, pero nos estamos conociendo y somos amigos como ya te mencioné.

-Hija un muchacho que está interesado en darle trabajo a una familia desconocida solo porque su "amiga" es responsable y leal no es por querer hacer una buena obra, él quiere algo contigo cariño, parece buen muchacho, me gustaría hablar con él, pero eso ya será mañana, no tardes hija, yo duermo en la cama de abajo, ¿de acuerdo?

-Si tía, no te preocupes por nada, todo saldrá bien.

-Eres mi hija Candy, no me pidas que no me preocupe por ti cuando tu corazón está en riesgo cariño, te conozco y sé que sientes algo por Albert, nunca nos habías traído a ningún muchacho a la casa, cuando Petter quería ser tu novio y quería conocernos nunca quisiste traerlo a la casa, ningún muchacho que pretendiera algo piso este lugar, ahora Albert es un buen chico, fino y de una clase social diferente, ¿tu sientes algo por el verdad mi amor?

-Si tía, siento cosas especiales que no había sentido por ninguno, es generoso, amoroso, medico brillante, profesional, ama a los animales, hay tía es perfecto, pero no puedo ilusionarme, créeme que tengo los pies sobre la tierra.

-Ojalá tener los pies en la tierra fuera suficiente hija, el corazón no sabe de aterrizar, solo vuela y vuela.

-Estaré bien tía, te quiero, me voy a la cocina.

Candy salió de la habitación y se fue a la cocina a lavar trastes y dejar todo limpio, Albert estaba afuera tomando aire, sospechaba que esos primos de Candy le harían algún interrogatorio, pero primero quería despejar la mente, escucho que alguien estaba en la cocina, vio que era Candy y entro a ayudarle.

-Hola

-Hola

-Puedes ir a descansar Albert, ya no tardo aquí en la cocina, los chicos ya debieron haber acomodado tu lugar para dormir.

-Me gustaría ayudarte a limpiar aquí si no te importa.

-Claro, tu tallas y yo seco, Albert ¿Es verdad lo de tu propiedad? ¿Es tan grande como para ocupar por lo menos a tres personas?

-Lo es Candy, es cierto todo lo que les dije, mis padres después de que mi hermana muriera dejaron sola la propiedad aquí, se fueron a vivir a Canadá, mi padre tiene negocios allá. Hable con el recientemente y quiere que ponga en orden la casa, que este habitable, probablemente pronto vengan y necesito personas de mi entera confianza para que este todo en orden, te conozco a ti Candy y confió en que tu familia se podrá beneficiar, así como yo del acuerdo que les ofrecí.

-No sabía que tu hermana hubiese muerto, lo siento.

-Fue cuando era niño, su nombre era Rouse Marie, era más pequeña que yo, la consentida de mis padres, murió de leucemia cuando tenía 6 años, ella me inspiro para estudiar pediatría, me encanta mi profesión, a mi padre le hubiera gustado que siguiera con el legado familiar de los negocios y eventualmente tendré que hacerlo, pero por ahora me dedico a lo que me gusta, la pediatría.

-Albert te agradezco lo que haces por ellos, sabes mi tía siempre trata de ver las cosas de forma positiva, nos ha enseñado que de alguna forma las cosas se logran.

-Candy como ya te lo dije nos beneficiaremos mutuamente, ya lo veras, te encantara la propiedad, por cierto, los perritos se quedarán ahí, mañana podrás verlos, tienen mama nodriza.

- ¿De verdad? Me encantara verlos mañana, por lo pronto ya es tarde y yo ya estoy un poco cansada, te acompaño a la habitación de los muchachos.

-Candy, no sé si sea buena idea que me dejes a solas con ellos.

-Albert ¿pasa algo malo?

-Claro, si yo viera a mi hermanita llegar acompañada de un tipo lo interrogaría hasta el cansancio, y creo que es lo que me espera, mejor nos quedamos en tu cuarto, anda acompáñame, me porto bien, le decía abrazándola por la cintura.

Candy soltó la carcajada -Hay Albert, acuérdate lo que dijo mi tía, que no te dé por perderte, ellos son buenos muchachos, anda no seas cobarde.

-No sé si amanezca vivo mañana, que tal si me ponen la almohada encima accidentalmente o algo.

Candy no dejaba de reír, -Anda entra a dormir, ya sabes dónde estoy, manda un mensaje si necesitas algo.

-Está bien que descanses, le dio un beso en la mejilla y se metió al cuarto.

Albert dormiría en la litera de un lado de la de los muchachos, ya tenía cobijas y sabanas limpias, Tom lo esperaba sentado en el pequeño escritorio que tenían para hacer tareas.

-Hola Albert te esperaba.

-Me lo imaginaba, aquí estoy, pregunta lo que sea.

- ¿Quién eres y que te traes con mi hermana?

-Me gusta que seas directo y como lo has visto yo también lo soy, Mi nombre completo es William Albert Andrey, soy un pediatra de la ciudad de Chicago, trabajo en el hospital Santa Juana, mi padre me ha pedido que ponga en orden la propiedad que mañana te voy a mostrar y espero que aceptes el negocio que les he propuesto el día de hoy, ¿Qué me traigo con tu hermana? Somo amigos, pero estoy interesado en ella.

- ¿Y cómo sé que no la quieres para burlarte de ella?

-No me quiero burlar de ella Tom, estamos juntos en el hospital, como sabes ella está estudiando para ser pediatra también, nos estamos empezando a conocer, y quiero que me conozca antes de proponerle que sea mi novia, me interesa en serio.

-Albert ¿sabías que ella jamás nos había presentado a ningún "amigo"?

- ¿Ninguno?

-No, así que, si lastimas a mi hermana te las veras conmigo, ella no está sola para que lo sepas, también quiero conocerte, y quiero confiar en ti, si mi hermana confía en ti es porque eres un hombre de bien, por mi considera trato hecho, a mis 27 años nadie me había hecho una propuesta de trabajo formal así que aceptamos trabajar para tu familia.

- ¿Tu tía estará de acuerdo?

-Ella podrá confirmarlo mañana ya verás.

-Perfecto, ¿algo más que desees saber?

-Por ahora es todo, debemos dormir, mañana quiero ver esos caballos de los que hablaste.

-Son de los mejores que podrás ver, te lo garantizo, bien que descansen.

La noche paso sin ninguna novedad, Lakewood era tan tranquilo que despertaron descansados, todos desayunaron. Albert, Candy y su tía se fueron en el auto de Albert, Tom y John en la camioneta que tenían, una Ford viejita medio destartalada que le daba mantenimiento Tom, a veces los dejaba tirados, pero era especial, tenía con ellos cerca de 10 años, la conservaban sobre todo por el cariño al vehículo.

Albert emprendió el camino, era el lado de Lakewood donde vivían los de clase alta, vieron a lo lejos una casa tan grande como una mansión, la reja empezaba y árboles y más árboles, una barda alta, llegaron a un portón automático, Albert se manejó sobre un camino de piedras, la propiedad era enorme si no es que inmensa, cuando estacionaron el auto no cabían del asombro por lo grande que estaba.

-Albert ¿esta es la propiedad?

-Si Tom, ¿Qué pasa, porque preguntas?

-Albert esto parece una mansión de esas que salen en las películas.

-Si es muy grande por eso necesito que la pongas en orden.

Les empezó a dar el recorrido, la "casa" tenía 15 habitaciones, una cocina enorme, varias salas, estudio, invernadero, estacionamiento para 5 coches, era una propiedad bastante grande.

La tía Lane estaba asombrada nunca imagino que fuera de tan grandes dimensiones, limpiar todo eso llevaría mucho tiempo, mantenerlo ordenado iba a ser una labor ardua, pero le emocionaba tener trabajo, tanto que hacer y sobre todo disfrutar de un salario constante sin tener que andar buscando que casa limpiar y aguantar diferentes tipos de patrones.

-Hijo esta casa se verá hermosa cuando este limpia y ordenada te lo garantizo.

-Lo se señora Lane, por eso mi padre quiere venir a visitar Lakewood de nuevo, tiene mucho aprecio por esta casa.

Siguió con el recorrido y llegaron al lugar donde vivirían ellos, era un tipo departamento con 4 habitaciones, cocina, dos baños, sala, comedor, tendrían toda la comodidad.

-Esta casa me gusta mama dijo John.

-Claro hijo como no te va a gustar si esta preciosa.

-Vamos quiero presentarles a Jack, es el veterinario que atiende a mis animales.

-Señor Andrew, que gusto verlo por aquí de nuevo.

-Jack ellos son, la Señora Lane, John, Tom y Candy, ellos tres son los que se encargaran de darle vida de nuevo a esta casa.

Jack era un hombre alto, robusto, pero en forma, de unos 50 años, moreno, con cara amable, bigotón y viudo.

-Bienvenidos será un gusto tener compañía por aquí, algunas veces que necesito ayuda con los animales viene Jimmy mi aprendiz.

La tía Lane que tenía años sin ver a ningún hombre maduro atractivo, se sonrojo.

-Hijo es mejor que entremos a la casa para que nos des los detalles de que quieres que hagamos exactamente aquí, decía la tía Lane nerviosa.