Capítulo 21

-Albert, pero tú y yo nos conocemos hace años, ¿Qué tiene esa doctorcilla que no tenga yo?

Albert trataba de quitársela de encima, -No se de que hablas Eliza, yo nunca te di a entender que estaba interesado en ti, decía mientras se paraba para que dejara de tocarlo, volteo y Candy estaba detrás de ella escuchando la discusión que sostenían.

- ¿Nadie te ha enseñado que no debes de escuchar conversaciones privadas niña? Decía Eliza mordazmente.

Albert nunca había visto enojada a Candy. -Eliza cállate por favor… dijo Albert tratando de tranquilizar el pesado ambiente que se empezaba a sentir.

-Lo que veo aquí es a una víbora arrastrándose con un hombre con novia, no se que parte de que no le interesas no entiendes Eliza, decía Candy cruzando los brazos, esperando la reacción de ella, solo se escuchó el sonido de una cachetada, Eliza le había pegado a Candy.

Albert se puso delante de Candy, pero no contaban con que la doctora Grace acababa de llegar y vio como le pego.

- ¿Qué está pasando aquí? Doctora Leagan ¿Por qué le pego a la doctora White?

-Me estaba insultado doctora.

-Doctora esto no es el jardín de niños, mañana tendrá reunión con el director Leonard, no puede estar dando esta clase de espectáculos, váyase a su lugar de trabajo, doctora White la espero en mi privado.

-Doctora Grace yo puedo explicarle, decía Albert tratando de controlar las cosas.

-No doctor Andrew, esto lo manejare yo, vuelvan todos a sus puestos de trabajo.

Candy acompaño a la doctora Grace, le tocaría dar explicaciones, pero esa mujer se las pagaría, no se quedaría así, no es que fuera vengativa, pero tenia que quedarle bien claro que ella no estaba pintada y Albert muy a su pesar era su novio.

-Doctora White no quiero saber que estaba pasando ahí, sospecho que su novio es el motivo, pero le sugiero que no le siga el juego a esa mujer, Eliza siempre ha andado detrás del doctor Andrew, pero él nunca le ha dado motivos, está obsesionada, mañana hablare con el doctor Leonard y la sancionara por su comportamiento, pero cuídese de esa mujer.

-Entiendo doctora y le agradezco su confianza.

-Doctora White pensaba hablar hasta terminar su turno con usted, el doctor Leonard decidió regresarla a pediatría, a partir de mañana puede presentase de nuevo con el doctor Andrew, por hoy termine guardia en neurología.

Candy se puso muy feliz, -Gracias Doctora Grace…le dio un abrazo de lo contenta que estaba. La doctora se conmovió con esa chiquilla, si que se daba a querer.

El turno termino y Albert estaba preocupado por Candy, la espero a que saliera en el estacionamiento.

-Hola

-Hola

- ¿Qué te dijo la doctora Grace?

-En pocas palabras que Eliza era peligrosa y que me cuidara de ella, y que a partir de mañana me presento en tu sala de nuevo… decía Candy emocionada colgándose del cuello de Albert, dándole un beso apasionado.

-Mi amor, me da mucho gusto, vamos a desayunar al departamento, quiero acurrucarme contigo todo el día, anda vamos.

Eliza pasaba con el doctor Leonard, la amonestaron con un día de salario y una disculpa a la doctora White, la sangre le hervía, como se iba a humillar con esa doctorcilla cualquiera, pero tendría que hacerlo, estaba contra el reglamento agredir físicamente a los compañeros de trabajo, perdió los estribos y termino golpeándola, si no lo hacia la despedirían.

Los rubios iban rumbo al departamento y Candy le comentaba todo lo que había pasado con la ginecóloga, Albert entendió que por esos días no podría tocar a Candy, pero se conformaba con dormir abrazado a ella.

Al día siguiente se fueron al hospital, Albert recibió una llamada era su amigo Stephan que ya tenia todo el guardarropa de Candy listo. Quería que Albert le diera el visto bueno, se vieron más tarde y decidió por la mayoría de lo que le mostro, pidió que acomodara todo en su closet que tenía espacio de sobra.

Ese día por la tarde tuvieron mucho movimiento en el hospital, pero lo que estaba de boca en boca era el comportamiento de Eliza, era hora de pedir disculpas y era algo que de verdad odiaba.

Candy se sorprendió de que la llamaran a la oficina del doctor Leonard.

-Doctora White estamos aquí por el incidente que paso ayer con la doctora Leagan, ella tiene algo que decirle… estaban presentes la doctora Grace, el doctor Leonard, Eliza y Candy.

-Lo siento… dijo con voz de murmullo.

Candy volteo a ver al doctor Leonard, -Doctora hable fuerte y claro por favor, la reprendió el doctor.

-Siento lo que paso ayer doctora White. Decía Eliza con odio en los ojos, se veía que estaba siendo muy difícil lo que salía de su boca, era lo más humillante que había hecho nunca.

-Agradezco tu disculpa, que no vuelva a pasar por favor, dijo Candy.

-Es todo doctoras, vayan a sus lugares de trabajo, Eliza echaba chispas, pero lo peor ya había pasado así que empezó a hurgar un plan, si Albert no era para ella no sería para nadie.

Llego un pequeño a urgencias con dificultades para respirar Candy lo revisaba y le recetaba nebulizaciones con ciertos medicamentos, Albert la encontró y quiso revisar lo que había recetado Candy, pero le pareció que estaban mal dosificadas las cantidades de medicamento, en privado hablaban.

-Doctora White ¿le parece que estas proporciones de medicamento están correctas?

Candy las reviso y se dio cuenta de que estaban mal calculadas.

-Tiene razón doctor Andrew, ya mismo las corrijo.

- ¿Le pasa algo?, usualmente no es descuidada con estas cosas.

-Lo lamento doctor no he tenido un día fácil discúlpeme.

-Bien, ya lo hablaremos en privado, la veo en la sala por favor, me quedare un rato por aquí, tenían que tratarse con profesionalismo.

Candy se fue a la sala, estaba un poco preocupada por lo que había pasado con la señorita uñas rojas, ella había dicho entre dientes que si no era para ella no seria para nadie, eso la tenia distraída, lo bueno era que la jornada estaba por terminar.

Albert la esperaba en el estacionamiento.

-Amor ¿cenamos?

-Si, vamos.

Albert la llevo a un restaurante a la orilla del rio, era discreto, privado y servían unos platillos deliciosos, le encantaba ese ambiente tan bohemio.

-Ahora si amor dime que paso el día de hoy… Albert se quedó preocupado.

-Obligaron a Eliza a disculparse conmigo y fue bastante incomodo, no lo esperaba Albert además dijo que si tu no eras para ella no serias para nadie, no creo que eso pase, pero me tiene intranquila, sobre todo porque la doctora Grace me dijo que era peligrosa.

-Eliza siempre ha sido caprichosa amor, no te preocupes, todo estará bien, lo que yo necesito es que confíes es mi amor, no haría absolutamente nada para lastimarte, estoy enamorado de ti mi pequeña. La acerco a el y le dio un beso, un largo y tierno beso.

-También te amo amor.

Se fueron al departamento, estaba un poco más tranquila, aunque sabía que esa loca algo tramaría, estaría alerta. Durmieron abrazados toda la noche, Albert le conto a Candy que su tía la quería conocer y que el sábado la llevaría a su mansión.

Por la mañana -Albert ya no puedo estarme quedando aquí amor, mi ropa esta en mi departamento y tengo que estar yendo a diario por ropa, hoy me quedo en mi casa amor.

-Nada de que hoy me quedo en mi casa, abre ese lado del closet.

Candy abría los ojos grandes, había ropa de mujer que se veía muy fina, -Albert ¿y todo esto?

-Es tuyo amor, de verdad quiero que vivas conmigo, deseo que esto funcione nena, confía en mí, ya verás que todo sale bien, ya no tendrás pretextos de no quedarte aquí, quiero verte junto a mi todos los amaneceres, ¿aceptas?

Era cierto, a que le temía si él siempre había sido un buen hombre con ella, -Si Albert me vendré a vivir contigo, eres lo mejor que me ha pasado cariño, pero me da pena dejar a las chicas con todos los gastos.

-No te preocupes por eso, ya veremos como les apoyamos, pero tu y yo despertaremos cada mañana juntos. La empezaba a besar melosamente, la tortura de no poderle hacer todo lo que el quisiera eran infernal, pero ella tenia otras formas de complacerlo, lo besaba con desespero, ya lo había probado una vez y había sido una experiencia nueva pero excitante, delicioso, empezó a bajar por su pecho, besándolo y mordiéndolo un poco,ella hábilmente tomo todo de él, nunca lo había hecho y eso la había excitado también a ella.

-Doctora White me impresiona como ha mejorado en técnicas orales, eres maravillosa cariño, decía besando su boca, esa mujer era todo un descubrimiento, y no pensaba dejarla ir, tomaron una ducha y se fueron al hospital, habría nuevos cambios.

Mis queridas amigas, aqui retomando esta linda historia, espero que sea de su agrado, nos leemos pronto! las quiero!