Mis comadres, saquen el pañuelo, las quiero y espero pronto subir actualizacion, antes de terminar el año, las quiero y agradezco siempre sus comentarios que alientan a su servidora a seguir adelante, nos leemos pronto! un abrazo!
Capítulo 28
-Terry por favor ayúdame… decía Candy haciendo su maleta.
- ¿y ahora en que lio te metiste pecosa?
-Necesito saber donde esta Albert, estoy casi segura que me vio besándome con Anthony.
-Ay Candy eso no será fácil conseguir, si te vio puede estar casi en cualquier lugar, déjame hacer unas llamadas y en un momento te llamo.
Mientras tanto Candy seguía empacando, sabia que Albert no estaría en la ciudad sabiendo que estaba en su departamento. Terry llamo de regreso a Candy, no sabía cómo lo había hecho, pero supo que Albert iba de camino a Lakewood, - ¡Eres el mejor!, te llamo cuando llegue.
Recibió otra llamada, contesto sin fijarse quien marcaba.
-Hola Candy, ¿Cómo estás? Solo para comentarte que voy a salir esta tarde a Lakewood, voy a ver a mis padres, ¿quieres mandarle algo a tu tía?
-Paty, que gusto saber de ti amiga, ¡me caes como caída del cielo!, decía Candy sin poder creer la suerte que tenía, -amiga ¿podría irme yo contigo?
-Claro Candy, me encantara que me acompañes, ya estaba resignada en irme sola, ¿pero porque la urgencia?
Candy le platico a groso modo lo que había pasado, -Amiga paso por ti en media hora y nos vamos, urge que encuentres a tu novio.
-Gracias Patty no te imaginas como te lo agradezco…
-A ti amiga, además hace mucho que no platicamos, así que nos la debemos…
Iban viajando platicando muy amenamente durante el camino, Candy trataba de ocultar su angustia y su amiga trataba de distraerla, Patty tenía mucho sin ver a sus padres, Candy le indico donde quería que la dejara, la propiedad de Albert. Toco y salió la tía Lane a recibirla.
-Te esperaba hija, que bueno que ya llegaste, Albert no está aquí…
- ¿No está aquí, y a dónde fue?
-No lo se hija, vio a tus suegros y se fue con Tom no se a donde.
-Tía necesito hablar con el por favor, todo ha sido un mal entendido, ¿Dónde puedo encontrarlo?
-Piensa hija, tu lo conoces mejor que todos nosotros, tu debes de saber en dónde.
De pronto recordó donde podría estar, le dio un beso a Lane y le dio su equipaje a que se lo guardara, corrió a las caballerizas encontró a Tom de camino.
-Tom dime donde esta Albert por favor…
-Hermanita que gusto verte y que maneras son esas de saludar, además Albert no quiere saber nada de ti, nunca te creí capaz Candy, ¿Por qué lo engañaste? Él te ama de verdad hermana y es un buen hombre, decía Tom montado en su caballo con una voz molesta.
- ¿Qué no entiendes que todo esto ha sido un mal entendido?, ¡dime donde esta!, ¡necesito aclarar todo este embrollo con el!, es mas no me digas, yo lo se mejor que nadie, así que si me disculpas… haaa hermano y gracias por tu confianza, no lo creí de ti… decía Candy decepcionada, tomo uno de los caballos que ya estaban ensillados y salió a todo galope.
Esta mujer esta loca, pensó Tom, esperaba que Albert quisiera escucharla, estaba muy dolido y no creía que quisiera ver a nadie.
Candy llego a la orilla del rio donde Albert se le había declarado, le había dicho que era un lugar donde le gustaba ir a pensar, a lo lejos vio un caballo atado a un árbol, vio un poco más allá y ahí estaba, sentado lanzando piedras, viendo a la nada, se bajó del caballo rápidamente y se puso a su lado de pie, esperando que el se levantara y se fuera, pero no fue así, el volteo y tranquilamente hablo.
-Debí saber que no harías lo que te dije, no quiero verte en este momento Candice.
-Albert por favor, déjame explicarte que fue lo que paso.
-No quiero saberlo, te he dado tu libertad, no te preocupes, no moriré ni cometeré ninguna estupidez.
-Albert yo solo…
-No Candy déjame hablar a mí, yo vi todo lo que seguramente quieres decirme, yo podre salir de esto, no te preocupes, debiste ser sincera conmigo, te hubiera dejado ir desde que te enamoraste de él, jamás lo hubiera esperado de ti, pero es evidente que se corresponden, vete por favor no quiero verte, ahora no soy buena compañía.
-Albert no seas testarudo déjame decirte que fue lo que paso…
Albert se levanto como vio que ella no se iría, empezó a caminar, la dejo ahí hablando sola, no estaba dispuesto a escuchar que estaba enamorada de otro, su orgullo de hombre no se lo permitía, Candy lo siguió e intento que se detuviera, pero subió a su caballo y se fue dejándola sola en medio de la nada.
Ella no se rendiría tan fácil, subió a su caballo y lo siguió lo más rápido que pudo.
-Puedes dejar de seguirme Candice…
-No lo hare hasta que me escuches William, si después de eso quieres dejarme adelante, que así sea, pero escúchame primero por favor, lo vio que se detuvo de golpe, no le agradaba que le dijeran así, sus padres lo llamaban así cuando estaban muy molestos con él, pero eso nunca se lo había dicho a Candy, era una testaruda que no lo iba a dejar en paz
-Te escucho, dijo de mala gana.
-Albert no se que fue lo que viste exactamente, pero te aseguro que no es lo que parece, el doctor Brown se me declaro en tu oficina pero lo deje ahí parado solo, no podía creer que me lo estuviera proponiendo, pero me detuvo en el pasillo y me beso, me quede pasmada, impresionada por lo irreal que parecía todo eso, pero lo abofetee cuando pude coordinar mis pensamientos, le deje bien claro que él y yo jamás tendríamos nada porque te amo Albert, ¡te amo a ti!, créeme que jamás le he dado motivos para pensar lo contrario.
-Lo que vi Candice es que te estaba besando y tu no hiciste nada para apartarlo, no puedo asegurarlo, pero parecía que lo disfrutabas, él gusta de ti, fue evidente para mi desde aquella escena en la cafetería, pensé que a ti te era indiferente, por favor no me mientas, tal vez nuestro parecido te hizo enamorarte de él, discúlpame Candy, pero no estoy seguro que a ti no te atraiga Brown, debo irme no puedo seguir con esto.
Candy estaba desesperada, ¿Por qué no le creía? -Albert por favor espera, ¿Por qué no crees en mí? ¿Cuándo te he mentido? Por favor reflexiona, yo te amo Albert… no nos hagas esto por favor…
-Lo siento, tengo que irme…
-Albert, creo que tienes el juicio nublado por la rabia, espero que mañana te sientas mejor, piénsalo bien por favor, si mañana no me buscas me iré y daré esta relación por terminada, no puedo estar con alguien que no confía en mí, me iré a las 3 de la tarde amor, piénsalo y si decides creer lo que te he dicho y entender que todo es un mal entendido y que te amo, te espero con los brazos abiertos, pero si decides que no, no hay vuelta atrás, cada quien seguirá por su lado, te amo pero también me amo a mi misma, hasta mañana, Candy se giró y se fue montando su caballo, había dejado a Albert con los sentimientos revueltos, ¿Por qué no podía creerle?, tomo su caballo y se fue a buscar a Tom, quería beber y olvidar todo lo que había pasado y visto, lo único que quería era abrazarla y perderse en ella toda la noche y que todo eso fuera solo un mal sueño.
Candy llego llorando con Lane, ella la dejo desahogarse y platicaron acerca de lo que había pasado.
-Tía ¿Habré hecho bien?, preguntaba Candy sollozando.
-Ya lo creo que tienes razón cariño, si tu no has hecho nada malo y el no te cree, no hay nada que hacer, las relaciones se forjan en la confianza yo le daría un poco de tiempo, Albert es un excelente hombre, pero creo que las experiencias anteriores no lo dejan confiar completamente en ti cariño, si crees que es lo mejor, creo que debes alejarte, será doloroso, pero es mejor así.
Candy casi no pudo dormir esa noche, ¿en que momento llegaron a eso? ¡Estaban tan bien! Pero era cierto, el debía confiar en ella, no era posible que de buenas a primeras se dejara nublar el juicio.
Candy se quedo a dormir en el departamento de la propiedad de los Andrew en una de las habitaciones que quedaban disponibles, no saco nada de la maleta, aunque tenía la esperanza de poder desempacar, pero en la habitación de Albert, saludo a Pauna y a William y sintieron mucho que Albert no fuera a dormir esa noche, no sabían dónde estaría, era más de medio día, intuían que probablemente tenían problemas de pareja y decidieron no meterse, Candy regreso a su habitación, trataba de concentrarse en un libro de medicina que tenia en la mano, pero era inútil, daba vueltas en la habitación pero nada, eran la 1 de la tarde y Albert seguía sin aparecer, decidió comprar su boleto de regreso por internet, algo sospechaba que Albert no la buscaría, sabia por John que ni el ni Tom estaban en la propiedad, se dio un baño, se dieron las 3 y no aparecieron ninguno de los dos, tomo su equipaje, bajo a despedirse de Lane y John fue a dejarla a que tomara el autobús, se sentía derrotada, ¿Dónde estaba? ¿Por qué era tan difícil creerle? Iba sumida en su tristeza, se puso los audífonos y no quería saber nada de nadie, le esperaban 4 horas de camino y quería dormir y descansar, ya no debía de pensar en Albert, él lo decidió así, así seria, pensaba que lo primero que haría al llegar a la ciudad era ir por sus cosas al departamento, afortunadamente no había dejado de dar su aportación para vivir con las chicas, así que se instalaría en su antigua habitación, iba a ser difícil, pero como había dicho él sobreviviría, y no cometería ninguna estupidez, decidió sacar fuerza de lo más profundo porque tenía pacientes que la necesitaban, seguiría con su plan de terminar lo más pronto que pudiera su residencia y buscar empleo en otra ciudad, Albert tendría que soportarla por un rato más, ella no se marcharía a otro hospital, trabajo tanto para estar donde estaba que no iba a sacrificar tanto por ese medico ogro, que el universo le diera fuerza porque les quedaba mucho tiempo por delante.
