Capítulo 29

Horas antes Albert y Tom se dirigían a una cantina, por fin había convencido a Tom de acompañarlo necesitaba hablar con alguien, pero de camino se encontraron a una pareja discutiendo en la plaza, la chica estaba embarazada y él le gritaba a la que parecía su esposa, Tom no espero ni un momento y se le fue a los golpes al chico, la muchacha lloraba desesperada.

Albert jalaba a Tom por la chaqueta, -Espera Tom vas a matarlo…

- ¡Dejen a mi esposo! Gritaba la muchacha, se tocaba el vientre y se doblaba del dolor.

Albert soltó a Tom y se dirigió a la chica.

-Dime ¿Cuántas semanas de embarazo tienes?

-Creo que 37 o 40, no lo sé… decía con claro dolor en su semblante

Albert empezó a hacer preguntas de rutina y se dio cuenta que ella estaba en trabajo de parto.

-Dime ¿Por qué discutías con ella infeliz?, que no ves que esta por dar a luz, estrujaba por la camisa al pobre muchacho asustado.

-Yo soy el padre del niño, es que no sé cómo ayudarla, ¡no quiere ir al hospital!

Albert volteo a ver a la chica sin poder dar crédito a lo que decía, Tom llamaba a una ambulancia, Albert ya la tenía sentada en una de las bancas, indicándole como debía respirar, ese par de jóvenes eran padres primerizos.

-Tom ¿Cuánto se va a tardar la ambulancia en llegar?

-No se Albert, aquí las emergencias no son tan urgentes, ¿entiendes? Creo que tendrás que improvisar…

- ¡Como se te ocurre! ¡Aquí en plena calle no puedo hacer nada!

-Pues improvisa amigo porque esa ambulancia creo que se tardara…

Vio como pasaba una camioneta y se atravesó y la paro, era un pueblo pequeño y amablemente le pidió ayuda a la persona que manejaba, él iba con la chica acostada en el asiento trasero, Tom se llevaba a su caballo, llegaron a una pequeña clínica, ya los esperaba una silla de ruedas, Albert entraba y preguntaba por el ginecólogo y no había, tuvo que salir de la ciudad por una emergencia, Albert se hizo cargo de la chica y organizo todo para poder ayudarla a dar a luz, la noche seria larga ya que aparentemente el miedo de la chica no dejaba avanzar la dilatación, se estuvo al pendiente de ella hasta que en la madrugade decidió hacerle cesárea, el pequeño había tenido sufrimiento fetal, tenía que hacerle análisis y tenerlo en observación para asegurarse que estaría bien, busco a Tom y se había desaparecido, mientras que esperaba atendía urgencias de todo índole, al ser un pueblo pequeño hacían falta médicos y él estaba disponible, ayudo al médico de guardia, tanto ajetreo no había podido ir a ver a Candy temprano para hablar con ella, necesitaba platicar con ella de nuevo, aclarar lo que fuera que haya pasado con ese Brown para poder seguir adelante, veía su celular y muerto, Tom acababa de llegar de quien sabe dónde y estaba en las mismas, él bebé se estabilizo pasadas las 3 de la tarde, sabía que no la encontraría, Lane se lo confirmo, ella se había ido, le dio los detalles del transporte donde iba Candy, subió de inmediato a su automóvil, no podía dejarla ir, el autobús donde iba no tenía mucho que había avanzado, apenas iba saliendo de la ciudad, le tocaba la bocina para que se detuviera, necesitaba bajar a Candy de ese autobús, pero el chofer no tenía la más mínima intención de pararse, pensaba que era un loco que quería hacerle problema y en esos casos era mejor no pararse, Albert acelero, se puso delante del autobús y fue haciéndolo desacelerar poco a poco, cuando se detuvo totalmente Albert bajo de su auto y subió al autobús, el chofer empezó a hacerse de palabras con él, pero le dio igual, paso a buscar a Candy, ella iba con los ojos cerrados y los audífonos puestos, ni cuenta se daba de todo el alboroto que estaba haciendo su novio.

La localizo con la mirada y la tomo de los hombros.

-Candy por favor baja conmigo, tenemos que hablar…

Ella abrió los ojos por un momento pensó que estaba soñando, pero se hinco a su lado y le dijo al oído, -Candy por favor baja y acompáñame, anda hablemos, dame la oportunidad de arreglar todo esto por favor.

Ella abrió los ojos grandes y supo que estaba ahí por ella, estaba insegura entre bajar o no, ahora ella era la que estaba dolida, la señora que iba a un lado de Candy le susurro.

-Baja hija por favor, este joven no se va a dar por vencido hasta que bajes y yo quiero ver a mi nieta lo más pronto posible, decía ella con una linda sonrisa que nadie podía resistirse a decirle que no.

Albert le guiño el ojo, sabía que Candy accedería al pedido de aquella linda señora entrada en años. Candy tomo su pequeño equipaje y bajo, pero estaba muy molesta por toda la situación que había causado Albert por su terquedad…

Estaban en plena calle y Candy estaba lista para dar pelea, no se lo iba a poner tan fácil a ese cabezón.

- ¿Qué quieres Albert?, ya dejaste muy claro que no me crees, te espere toda la noche y más de medio día, así que si hay algo que se te paso decirme me hubieras buscado en el hospital, ahí estaré, aunque no me quieras ver.

Albert entendió que sería difícil contentar a esa mujer, pero ahora era su turno, ella tendría que entender que fue lo que paso.

-Vamos a caminar Candy, necesitamos hablar, tomo su equipaje y lo metió al auto.

Ella empezó a caminar de mala gana, -No me digas, ¿se te olvido que te iba a estar esperando?

-Candy espera, escúchame un poco por favor, sé que molesto digo cosas que no pienso realmente, ayer que te vi con Brown me volví loco de celos, entiéndeme por favor, una mujer ya me había sido infiel antes por la distancia, estuvimos separados por tres largas semanas, lo primero que quería ver era tu lindo rostro y lo que termine viendo fue a un tipo que se parecía a mi besándote, lo que quería era matarlo, pero creo que me fui demasiado rápido porque no vi lo que me contaste, que lo abofeteaste, perdóname amor, claro que confío en ti, y la prueba de que me amas fue que no esperaste, viniste por mi cariño, nunca había sentido lo que siento por ti Candy eres todo lo que quiero y espero que me perdones por favor.

Candy estaba feliz por dentro, pero hacía falta descifrar un misterio, ¿Dónde había estado toda la noche?

-Me lastimaste mucho Albert, no sé si podré verte como si nada, nunca debes de desconfiar de mí, jamás te traicionaría, con nadie, creo que no merecía lo que me has hecho sufrir, fuiste muy malo conmigo.

-Hare lo que quieras amor, pero perdóname por ser tan ciego, idiota y estúpido.

-Y testarudo, ¿de verdad te hubieras quedado tan conforme con que yo estuviera con el doctor Brown?

-No Candy, tú eres mía, lo que necesitaba era enfriar la cabeza, ahora ya lo sabes, pero por favor, cuando me enoje deja que me enfrié y hablamos, perdóname no peleemos más, ¿anda sí?

Albert se disponía a darle un beso cuando Candy lo paro con una mano extendida, -No tan pronto doctor ogro… ¿Dónde estuviste toda la noche y parte del día? ¿Te olvidaste de mí?

-Claro que no preciosa, no pienses eso jamás, si estas en mi pensamiento todo el tiempo, tuve que estar en el hospital toda la noche hasta hace una hora.

- ¿Hospital? ¿Qué ocurrió? A Candy se le fue el enojo por el aire, se preocupó de verdad.

Albert se dispuso a platicarle todo el acontecimiento con la mujer embarazada y que Tom se desapareció toda la noche y parte del día, sospechaba que andaba con una de sus tantas conquistas y se había quedado dormido, pero cuando lo viera de nuevo lo pondría en su lugar, como se le ocurre desaparecerse sin darle apoyo a Albert con el problema de la embarazada y todos los pacientes que llegaron a falta de personal médico.

Había sido unas horas llenas de emociones, ajetreo y lágrimas, seguían caminando ya de regreso al auto, Albert tomaba de la cintura.

- ¿Ya me perdonaste amor? Decía en tono meloso.

-No mi vida, sigo enojada contigo para que lo sepas, pero por lo de la espera te perdono porque fue una emergencia, pero por lo que me dijiste no, tienes mucho que reivindicarte conmigo, así que comienza por darme muchos besos, creo que tardare mucho en perdonarte amor.

-Todos los que quieras, vamos amor, quiero que ya lleguemos a casa, tengo hasta el lunes para entrar de nuevo al hospital, quiero que pidas días, no creo que Grace se niegue a dártelos con tantas horas extras que has trabajado, anda escápate conmigo.

-Lo pensare, tal vez el doctor Brown necesite de mis servicios estos días…

-Caaaaandy, ¡por favor!, sabia que ella bromeaba y ponía cara de perrito suplicante.

Como podría negarse a ese pedido tan provocativo, desde ya se estaba imaginando los excitantes días que les esperaban, subió al auto y llamo a su tía Lane para decirle que ya estaba de nuevo con Albert y que todo estaba bien ella suspiro, no le gustaba ver sufrir a su niña le pidió hablar con él.

-Si Lane, Albert sabía que todavía le quedaba muchas disculpas que pedir.

-Albert sé que esto es mejor hablarlo en persona, pero si lo hago después puede que me olvide de lo molesta que estoy ahorita, ¡que sea la ultima vez que te comportas como un crio, y que haces llorar a mi niña, te lo advierto Albert ella no está sola!

Se puso blanco y si Lane le estaba diciendo eso era porque Candy le había dicho todo y había pasado una horrible noche sin saber nada de él. -Lane discúlpame y lo entiendo, gracias por cuidar de ella, no te preocupes todo se ha arreglado entre nosotros, yo la cuidare a partir de ahora.

-Eso espero Albert, estaré al pendiente, que tengan buen viaje.

Candy se carcajeaba de la cara que había puesto, seguro su tía lo puso en su lugar, pero eso se lo merecía por armar todo un lio, sin haber sido necesario.

Le besaba los nudillos, iba planeando como poder consentir a Candy ese fin de semana que les quedaba, por lo pronto quería hacerle el amor, lenta y concienzudamente, la necesitaba tanto.

Comadres ahora si les deseo muy feliz año nuevo, ha sido un año lleno de tantas satisfacciones, las quiero muchisimo! y ya hay proyectos nuevos para el siguiente año, nos seguiremos leyendo por aqui, este Doctor tiene mucho que revelar aun! ha sido todo un placer!