"Heiji, no es lo que crees." Le dijo nervioso.

"¿Qué no es lo que creo? Os estabais besando, Kudo. Y parecíais muy conscientes de ello los dos." Dijo alzando las cejas. "Podrías explicármelo." Le dijo mirándole fijamente con un tono molesto.

Kudo suspiró derrotado y se adentró a la casa después de descalzarse.

"Quiero a Ran, Heiji." Le dijo. "Pero siento que Shiho se ha convertido en una persona muy especial."

"Haciendo esto solo le haces daño, Kudo." Le dijo el moreno. "¿Por qué lo haces?"

"No puedo explicártelo. Aún estoy intentando entenderlo por mi propio pie. Se que eso no trae nada bueno, solo necesito algo de tiempo para aclararme."

Heiji asintió y dejó de reprocharle. A pesar de no entender las cosas que hacía, era si amigo y no podía dejarlo de lado. Aún así no iba a defender esos actos ni comportamiento.

"Eres mi amigo, Kudo. Pero si algo va mal, no acudas a mí después." Le dijo un poco triste.

Las siguientes conversaciones fueron más ligeras y de pocas palabras. Se notaba que había quedado un poco de tensión por la charla anterior.

Las chicas volvieron poco después y se metieron en la cocina para preparar la comida.

Una vez reunidos los cuatro en la mesa, comieron el estofado casi en silencio. Las chicas miraron extrañadas a sus respectivas parejas mientras trataban de entender que había pasado.

"¿Cómo ha ido la mañana?" Preguntó Kazuha.

"Bien." Contestó Heiji sin más.

Las chicas siguieron hablando mientras acababan de comer, intentando convencer a sus chicos, para ir al cine y ver el estreno de una película que querían ver.

"Será divertido." Insistió Kazuha.

"Me duele la cabeza y estoy cansado del trayecto. Podéis ir sin mi." Dijo un poco distante.

"¡Que aburrido!" Dijo Kazuha. "Eras tú el que insistía en venir a Tokio, ¿recuerdas?" Le preguntó.

"Dejémosle descansar esta tarde." Dijo Kudo, entendiendo el motivo de su cabreo. "No os preocupéis por el cine, yo os invito." Se ofreció amablemente.

"¡Oh! Gracias Kudo" Contestó más alegre la morena.

Los chicos recogieron la mesa y fregaron los platos mientras las chicas subieron a cambiarse y arreglarse. El ambiente el la cocina no era incómodo, pero el detective del oeste, estaba mucho más callado de lo normal.

"¿Vas a estar sin hablarme todo el tiempo que estéis aquí?" Le preguntó Shinichi mientras aclaraba los platos. "¿Estás enfadado?"

"Estoy decepcionado." Contestó el moreno suspirando. "No creo que ninguna de las dos merezca esto."

"Lo se. Pero cuando quiero parar lo empiezo a ver todo confuso de nuevo. Es extraño." Le intentó explicar.

"Solo espero que no te tome mucho tiempo". Le contestó. "No puedo decir que te entiendo, pero soy tu amigo, no voy a joderte tampoco." Le dijo cambiando el tono a uno más agradable. "Ya veía yo cosas raras entre vosotros cuando teníais el cuerpo de unos niños."

Kudo se sonrojó. "¡¿Qué?! ¡No! La cosa no fue cómo piensas." Le contestó.

"Claro, claro. Lo que tú digas." Le dijo Heiji saliendo de la cocina. "No tardes que las chicas ya están."

Shinichi se secó las manos con un trapo y recogió las cosas para salir de ahí junto con las chicas.

Heiji se quedó estirado en el sofá, disfrutando de la tranquilidad que ahora había en la casa y aprovechando para cerrar un poco los ojos y descansar después de el trayecto que habían tenido. No se dio cuenta cuando se quedó dormido, pero una vez lo hizo, perdió la noción del tiempo

.

Ding Dong

El detective abrió los ojos de golpe ante el sonido de la puerta. La casa estaba a oscuras y no tenía ni idea de que hora era.

Ding Dong

"¡Voy!" Dijo bostezando y palpando su teléfono a la vez que se levantaba del sofá para abrir.

Tenía doce mensajes y cinco llamadas perdidas. Parecía que había dormido un buen rato y por lo que leía en los mensajes, Kudo se había llevado a las chicas a cenar por ahí.

Encendió las luces, se puso las zapatillas y abrió la puerta mientras bostezaba de nuevo.

"Hola, ¿Está Kudo?" Le preguntó en tono neutral y con la misma cara seria de siempre.

"Miyano, ¿Qué haces aquí?" Le preguntó extrañado al verla.

"¿Está Kudo?" Preguntó ella de nuevo, ignorando su pregunta.

"Se ha ido al cine esta tarde con Ran y Kazuha y por lo visto, se las ha llevado a cenar después. Así que no se con exactitud que puede tardar en llegar." Le explicó.

"¿Has cenado?" Le preguntó ella observándole.

"¿Eh? No." Contestó el moreno mirándole extrañado. No entendía porque le preguntaba.

Ella levantó su mano, enseñándole la bolsa que cargaba. "El profesor ha pedido a domicilio esta noche y se han equivocado y nos han traído algo más. ¿Te apetece?" Le ofreció acercándole la bolsa. "Iba a dárselo a Kudo, pero visto lo visto…"

Él le agradeció el gesto a la vez que aceptaba la bolsa y se hizo a un lado para abrir más la puerta. "Muchas gracias, ¿Quieres pasar un rato?"

Shiho dudó ante su propuesta. El moreno y ella no tenían mucha afinidad y apenas conversaban las veces que se veían. Pero después de pasar todo el día encerrada en casa del profesor, no veía tan mal pasar e intercambiar cuatro palabras.

Pasaron al salón y Heiji se puso la comida en un plato a la vez que le ofrecía algo para beber a la pelirroja. Se sentaron uno al lado del otro y el moreno empezó a devorar su plato.

"Parece que ha sido mi día de suerte." Dijo disfrutando de la comida.

"Agradéceselo al profesor." Contestó ella dándole un sorbo a su té. "Se preocupa por Kudo cómo si fuese su propio hijo." Le contestó medio sonriendo.

"Es un capullo con demasiada suerte." Le contestó sonriendo.

Ella rio por su comentario. "¿Ya os habéis discutido?"

"Básicamente ha sido porque os he visto besándoos esta mañana." Le dijo mirándola de reojo.

Shiho, que había empezado a beber de su taza, paró sus manos al momento. "Vaya…Lo siento." Dijo agachando la cabeza.

"¿Por qué te disculpas? Tú no eres quien tiene pareja." Dijo resoplando. "No entiendo nada."

"Yo tampoco…" Suspiró ella observando el contenido de su taza. "Cuando me quedo sola en casa, pienso en lo estúpido que es todo esto y me convenzo a que no voy a volver a hacerlo. Luego le veo y todo se va a la mierda." Le dijo mirando hacia al fondo de la habitación.

"¿Has pensado en cambiar de aires?" Le preguntó él.

"No tengo muchas opciones y el profesor volvería a quedarse solo, así que prefiero quedarme dónde estoy por el momento." Le explicó.

El moreno asintió y siguieron hablando unos minutos más, dejando a un lado el seguir hablando del detective, hasta que la pelirroja decidió levantarse tras comprobar la hora.

"Debería irme es bastante tarde." Dijo mirando el reloj. " Gracias por el café."

"Gracias a ti por la cena." Contestó amablemente.

Le alegraba haber podido conocerla un poquito más con esa pequeña conversación, ya no eran dos desconocidos a los que sólo les unía el vínculo que tenían con Shinichi. Podía decir que no era tan malhumorada cómo él pensaba o al menos esa era la sensación que le acababa de dar.

"Nos vemos." Dijo ella saliendo de la casa y levantando la mano sin voltearse.

Dieciocho días antes…

"¡¿Habéis visto eso?!" Exclamó Kazuha ilusionada.

"Lo hemos visto todos, Kazuha, no es necesario que chilles." Contestó Heiji, quitándole importancia y tapándose los oídos.

"Son unos fuegos artificiales preciosos." Añadió Ran, sin dejar de mirar el cielo iluminado.

El buen tiempo, también traía consigo las fiestas de los pueblos y los festivales. Se habían desplazado en grupo hacia uno de los pueblos de la zona, dónde anualmente, celebraban una fiesta tradicional acompañada de fuegos y música por todas las calles.

Las chicas estaban entusiasmadas con todo lo que observaban. Habían decidido invitar a Sonoko y Shiho, la cual la última, se opuso rotundamente a asistir hasta que el profesor decidió animarse e ir también. Después de todo, sabía que si le dejaba ir solo por su cuenta, su dieta peligraba notablemente.

"Es una noche preciosa." Contestó Kudo, cogido de la mano de su novia y mirando de reojo a la pelirroja, que se encontraba unos metros alejada de ellos, acompañada todo el rato por el profesor.

"¿Vamos a cenar?" Preguntó ilusionado el profesor a la vez que se frotaba las manos con ansias.

La científica clavó su mirada en su espalda y cruzó los brazos seriamente. "Profesor, sólo ha venido aquí por la comida." Dijo un poco seria.

"Vamos Shiho, por un día no pasa nada." Dijo intentando convencerla. "Esta semana no me la he saltado ni un día."

"Y hoy, no será una excepción." Le contestó ella entrecerrando los ojos a la vez que pasaba por delante.

Caminaron todos juntos por las paraditas repletas de comida, había una gran variedad para escoger. Ran, que no había soltado la mano de su novio en toda la noche, había notado cómo la mirada de la pelirroja se clavaba en su espalda un par de veces. No sabía porque le habían acabado invitado. Sabía que ahora vivía con el profesor, pero no le hacía gracia que pasase tanto tiempo con ellos, en especial con Shinichi. Sentía una rivalidad muy fuerte entre ellas dos.

Kudo, por otro lado, apenas le había dirigido la palabra a la científica. No estaban enfadados ni nada por el estilo, pero había cosas que no podía fingir si se acercaba a ella, así que prefirió mantener las distancias mientras estuviesen todos reunidos. El agarre de Ran le recordaba constantemente la situación en la que se encontraba.

Shiho estaba tan seria cómo siempre. No se sentía muy cómoda de estar ahí y más después de saber que el amigo del detective, ya sabía todo lo que pasaba entre ellos.

"Bueno Miyano." Dijo Heiji apoyando una mano en su hombro. "¿Conseguiremos ver tu sonrisa esta noche?"

"Si no empiezas a decir cosas estúpidas, puede." Dijo ella mirándole de reojo, a la vez que sentía una mirada sobre ella.

"Que cruel." Contestó haciéndose el herido.

"Finges fatal." Le dijo medio riendo, sin deshacerse de esa sensación.

Ella apenas tenía hambre, sentía el estómago cerrado pese a la buena pinta y presentación de los platos y no veía nada que le atrajese. Es más, le molestaba que se concentraran todos esos distintos olores de comidas. No le gustaban esos sitios tan abrumadores, no le hacían sentirse más acompañada.

El bello se le erizó y se giró rápidamente para buscar el foco de esa sensación. Había demasiada gente y no era capaz de reconocer nada a cierta distancia, pero sabía que había alguien.

No se sentía asustada, pero sentía mucha incomodidad ante ella.

"¿Todo bien?" Preguntó Kudo con un todo bajo, aparentemente sólo ahora que su novia estaba hablando entusiasmada con sus dos amigas.

"Perfecto." Dijo ella secamente, sin hacer contacto directo con él. "Justo el ambiente en el que me gusta estar." Dijo irónicamente.

"Yo sin embargo, me alegro de que hayas decidido venir al final." Le dijo sonriendo.

"No deberías." Dijo levantando la mirada.

"¡Shinichi!" Le llamó Ran.

"Tu amor te llama." Dijo ella sin mucho ánimo, apartándose a un lado.

Se alejó de la paradita y pudo percibir mejor la sombra. A pesar de no verle la cara, había notado que se trataba de un hombre. Se hizo hueco entre la gente y le pilló desprevenido.

"¡Tú!" Le dijo con el ceño fruncido.

El hombre se sorprendió y se quedó con lo ojos abiertos, sin saber cómo reaccionar ante ella.

"¿Por qué me estás espiando?" Le exigió apoyando sus manos en sus caderas.

"Yo no…" Dijo nervioso.

"Te he visto." Le contestó.

"Perdona, no quería incomodarte." Dijo el moreno. "Me has llamado la atención y no podía evitarlo." Le contestó un poco cortado.

"¿Qué?" Contestó ella, ahora sorprendida y un poco sonrojada.

Era un chico joven, debía tener su edad mas o menos, con el pelo corto y los ojos grises. Podía decir que era bastante atractivo.

Acercó la mano para presentarse. "Me llam-"

"¡Shiho!" Le llamó el detective cortándoles.

Shinichi, que se había percatado de la situación, se acercó a ella deshaciéndose del agarre de su novia al sentir cómo los celos le golpeaban.

"¿Vamos tirando?" Le preguntó agarrándole del brazo y tirando de ella lejos de él.

"¡Eh!¡Espera!" Dijo soltándose de él unos metros más tarde. "¿Por qué haces esto?" Le preguntó molesta frenándose.

"No hago nada, te estabas quedando atrás." Le dijo volviendo a buscar su mano para seguir andando. "Vamos."

"Suéltame joder." Dijo apartando la mano. "Yo no te pertenezco, ¿Recuerdas eso?" Le dijo enfadada. "No somos nada cómo para que me apartes de ese chico de esa manera ¿Y si realmente quería conocerlo?" Le preguntó cruzando los brazos.

"No te pongas así, pretendía ayudar." Se excusó. "No me fio de él, tenía cara de pelmazo, seguro que sólo buscaba aprovecharse."

Ella se acercó a él y le golpeó fuerte en el pecho con el dedo mientras le señalaba. "Creo que te confundes de persona, ¿No eres tú el que se aprovecha? Vete a la mierda Kudo." Le dijo secamente haciéndose a un lado y dejándole atrás sorprendido.

Agasa, que la vio venir con la cara más seria de lo habitual, le paró al acercarse y le preguntó. "Hey, ¿Qué te pasa?"

"Me voy a casa." Contestó reanudando su camino.

"Espera, voy contigo." Le dijo intentando seguirla, empezando a preocuparse.

"No hace falta. Cogeré el último tren." Contestó acelerando el paso y desapareciendo del festival rápidamente.