MOMENTANEA DEBILIDAD

-Omegaverse-

3ª parte

Mientras olfateaba el cuello que el omega le ofrecía, su mano bajó a acariciar esos erectos pezones, soltando el Uchiha un jadeo y notando su estremecimiento. Su mano bajó más, al ver la predisposición al toque, acariciando ese plano vientre y sintiendo los leves temblores que se generaban allí, los abdominales se tensaron ante sus caricias. Dejó su mano en su bajo vientre posada. Su lengua lamiendo el cuello ofrecido en sumisión.

–¿Aquí es donde quieres ser llenado, omega?

–Si... Es donde lo necesito.–Ese maullido suave y cargado de deseo le informó que Sasuke se estaba dejando llevar por su lado más animal y por el celo.– Alfa... Más.

Mientras su mano bajaba más hacia el erecto miembro del joven, su boca recorría su cuello hasta su mandíbula, causando jadeos y suspiros en el omega. Un sonido a metal se oyó al quitar los cierres de su armadura y desecharla a unos metros de ellos.

Dejando besos y suaves mordiscos fue subiendo hasta sus labios, rozándolos. Mezclando sus alientos cargados de lujuria, o los mezclarían si él tuviera. Ambos se detuvieron al tocarse sus labios y se miraron, Sasuke ladeó un poco la cara evitando mayor contacto.

–Disculpa, la costumbre–Adoraba besar los labios de su Izuna.

–Es igual Tobirama.

Más el albino ya se había apartado un poco con una mueca de dolor en su rostro.

–Te pareces mucho a él... A Izuna le gustaba ser besado y adorado con los labios.

–Se cuanto le amabas... Siento mucho que terminara así.

Realmente no le importaba que el alfa Senju le besara si lo quería. Le puso una mano en esa mejilla fría y le ladeó el rostro hacia él. Acercó sus labios para besarle y los unió en un simple toque de labios, luego se apartó un poco.

–Puedes besarme... Pero si se te hace incómodo, me daré la vuelta.

Tobirama le analizó durante un minuto entero y volvió a unir sus labios, mientras volvía a tocarle, las caderas de Sasuke moviéndose al buscar mayor estimulación, mayor contacto, y causando que jadeara de placer. Sus lenguas se tocaron mientras el alfa le presionaba con su gran cuerpo, acabaron tumbados en el suelo, el Senju se colocó entre sus piernas abiertas. Gimió al sentir el peso del alfa encima suyo y como la hombría del albino se presionaba contra su muslo derecho, aunque aun estuviera vestido. Oh, kami-sama, eso era lo que quería... Pero a la vez deseaba más, quería ese grueso y duro miembro en su interior golpeando y estimulando sus paredes sin descanso. Deseaba que el alfa le follara ya, ¡ahora! Que no perdiera más el tiempo en caricias y calentarlo... Joder si estaba ardiendo y tan lubricado. Sus muslos estaban bien mojados por su lubricación. Necesitaba copular con el alfa, que le montara de una vez. Le paso las uñas por la espalda y movió su cadera, aunque el peso del otro era mayor y no le permitía mucho movimiento.

–No me hagas esperar más... Me duele. Desnúdate– Jadeó desnudándole los hombros y le mordió un poco la zona al no ser obedecido al instante.

Gruñó al omega por ese mordisco, aunque no le dolía pues era un edo tensei, además de que Sasuke le soltó mientras se intentaba quitar la ceniza de la boca. Se apartó un poco y le vio hacer una mueca graciosa con la lengua para luego escupir un poco.

Se miró y vio las grietas en su piel... No era muy agradable.

–No soy el adecuado... –Se silencio, era cierto. Era un muerto que se deshacía en ceniza ante los ataques o heridas, como acababa de comprobar el joven. –Estoy muert...

El Uchiha le miró con ese nuevo ojo violeta que poseía y un estremecimiento le recorrió. Notó la humedad de la cueva, el calor abrasador que desprendía el omega con mucha mayor intensidad, su sangre hirviendo por el agradable aroma a celo del azabache y su corazón latiendo furiosamente.

–¿Qué...?¿Me has resucitado?

Por toda respuesta el alfa recibió una lujuriosa caricia del omega mientras le bajaba el haori por los hombros.

–Lo necesito... Ya.– Le estaba empezando a doler demasiado. Deseaba sentirlo ya, calmar esa maldita necesidad.

El haorí le quedó colgando a Tobirama de los codos y una de sus manos fue llevada hasta la intimidad del omega y aguantada allí, mientras el joven azabache empezaba a mover sus caderas y a frotarse contra ella. Rugió con suavidad y sintió su pene tensarse y liberar un poco de presemen. Había olvidado como era tener a un omega en celo ante él, dispuesto para él.

–Es en otro lugar donde lo quieres, omega.– Le comentó sin perder detalle de las acciones del mocoso, y le gustaba lo que estaba viendo.

Los ojos negros se entreabrieron para mirarle y una suave sonrisa torcida se posó en ese agraciado rostro.

–¿Y donde es eso? Pareces conocedor del tema, pero poco dado a actuar– Retó con arrogancia Sasuke. Aunque tal como terminó su chulesca frase abrió la boca y liberó un largo gemido mientras levantaba la cabeza y cerraba los ojos.– Mmmmm... Siiii.

–Descarado... Parece que te tendré que enseñar modales, Uchiha. –Mientras seguía moviendo ese dedo que había penetrado en el ano del azabache cuando éste lo había retado.– Es esto lo que estás buscando, ¿verdad? ¿Quieres que te monte bien duro, gatito Uchiha? Aunque estás muy estrecho...

Y era cierto, aunque muy lubricado y caliente, el joven omega era muy estrecho. Mierda, sacudió la cabeza buscando despejarse... Cada vez estaba más salvaje, más descontrolado por culpa del aroma a celo del joven... Pero no podía penetrarle así, estaba seguro que aunque descarado, ese Uchiha hacía tiempo que no era tocado, eso si le había permitido a alguien el tocarle de forma íntima. Todo se fue por el caño cuando el omega maulló de nuevo, ya sin parte racional que buscara jugar y provocarle. Ahora todo era instinto y necesidad buscando ser saciado. Le sintió removerse debajo suyo, buscando girar el cuerpo para darle la espalda, en una postura instintiva de cópula, y como los Uchiha eran la terquedad personificada, consiguió girarse.

Ahora el joven estaba de rodillas, con los antebrazos posados en el suelo y la cabeza entre ellos mostrando su nuca.

–Alfa...– Arrulló con la voz ronca cargada de lujuria, más animal que humana.

Sus ojos rojos brillaron llenos de deseo; esa piel blanca con elásticos y fuertes músculos debajo, perlada por una finísima capa de brillante sudor, los leves estremecimientos que le recorrían, esos glúteos tersos y firmes brillando por el lubricante que estaba segregando y que estaba manchando muslos y trasero... Agachó la cara y lamió, probando esa dulce y almizclada humedad. Un profundo gruñido retumbó en su pecho y escapó por sus labios entreabiertos, su bestia rasgando desde el interior, queriendo salir salvaje y descontrolada... Hacía tanto que no probaba un omega... Y Sasuke Uchiha eran tan parecido a Izuna, su físico, sus aromas, su esencia... Su consciencia se nubló, demasiado tiempo reprimiéndose y demasiados años estando su alfa dormido, en hibernación forzada por la perdida de su pareja.

Se abalanzó encima del cuerpo más menudo, y movió su cadera buscando donde conectar con el omega. Gruñó frustrado varias veces por no hallar la entrada al paraíso, el lugar donde se convertirían en uno sólo, donde se unirían, donde sería envuelto por ese calor y humedad del omega, donde saciarían su necesidad cruda y salvaje, donde depositaria su abundante descarga luego de alcanzar la cúspide de placer sublime cuando el otro le ordeñara al llegar al orgasmo. Pero, sinceramente... Había perdido la practica de hacer estas cosas.

Finalmente encontró aquel fruncido y muy lubricado agujero que pulsaba con necesidad, su pene se apretó contra esa entrada y empujó sus caderas buscando enfundarse, mientras su cuerpo cubría el más pequeño. Varios nuevos intentos en ese agujerito que aunque muy húmedo por esos jugos que el omega soltaba, estaba demasiado apretado. Finalmente notó su roma punta entrando y siendo presionada por esas paredes internas y gruñó, era hasta un poco doloroso, aunque a la vez muy placentero. Apretó sus caderas empujando hasta que sus pesados testículos chocaron contra los muslos del joven. Un maullido lastimero de queja salió de los labios del omega, un sonido acompañado del temblor del azabache que le hizo volver algo en si.

–Duele...– Susurró el joven, que también había recuperado un poco su raciocinio.

Acarició los hombros y brazos del Uchiha y besó su cuello y mejilla.

–Perdona. No creía que fueras virgen.– Olía la sangre que le había causado, su olfato era bueno.

–Es soportable– Negó con suavidad para no preocupar al albino y ladeando el rostro unió sus labios con el Senju.– Continúa, que no se diga que un Uchiha no es capaz de soportar el embate de un Senju. Soy ninja, heridas peores hemos sufrido los dos.

Sonrió y mientras se besaban sacó un poco su miembro, para seguidamente volver a adelantar la cadera volviendo a penetrarle, en un ritmo profundo y pausado. Deseaba que el azabache se acostumbrara, que sus paredes internas se relajaran y aceptaran su grosor.

El movimiento era cada vez más fluido, el joven había relajado su interior y se había acostumbrado a tener un grueso invasor dentro suyo, eso junto al lubricante que segregaba por el celo permitían un deslizamiento perfecto y muy placentero. Ahora estaba gimiendo y maullando, cada vez con un tono más elevado y algo agudo, sobretodo cuando había dado con el ángulo perfecto para golpear su punto dulce una y otra vez. Sasuke arañaba el suelo del placer que sentía y el cual le desesperaba al no estar acostumbrado, era tan intenso. Sus piernas habían perdido la fuerza la primera vez que, cambiando el ángulo de la penetración le había golpeado su punto dulce, ahora estaba totalmente tumbado en el suelo con él encima de su cuerpo, mientras se movía sin permitirle escapar del intenso placer. Él por su parte gruñía en la oreja y cuello del omega de forma erótica, espoleado por la lujuria y el placer. El aroma de ambos mezclado en el ambiente junto al intenso olor almizclado del intenso sexo.

El Uchiha gimió y tenso su cuerpo mientras su interior se contraía rítmicamente, en ese intenso orgasmo. Le penetró con intensidad y fuerza, moviendo el cuerpo bajo suyo unos centímetros antes de llegar a su propio orgasmo y morderle la nuca con fuerza mientras su nudo crecía hasta trabarse en ese interior, quedando atados mientras su esperma se vaciaba en intensos chorros dentro del omega.

Sasuke se quejó suavemente, por el mordisco y seguramente por el grosor del nudo presionando en sus contraídas paredes.

–Tienes que relajarte, se que es molesto pero mientras dure tu celo cada vez que nos apareemos sucederá esto.– Empezó a lamer la profunda herida causada por su dentadura en esa marca realizada en las glándulas del olor del omega.– Mi saliva aliviará la herida del enlazamiento.

Recibió un leve asentimiento por parte del omega.

–Me cuesta respirar...– Susurró con suavidad. El alfa era pesado y entre eso, los nervios de estar pasando su primer celo, la molestia del nudo y el escozor del mordisco.

Tobirama le abrazó y los puso de lado, teniendo mucho cuidado de no provocarles tirones en su unión, sería demasiado doloroso. Sasuke podría sufrir un importante desgarro anal y él una rotura del frenillo o una fractura en su pene, así que mejor quedarse quietos mientras durara el anudamiento. Le abrazó con fuerza y entrelazó sus piernas con el omega, mientras le dedicaba palabras calmantes y caricias cariñosas para hacerle olvidar la molestia. Y parece que funcionó porque el joven estaba ronroneando antes sus muestras de estima.

Unos largos minutos después pudieron separarse y se tumbó al lado del joven, se miraron con intensidad y terminaron besándose con calma.

–Me siento tranquilo...– Musitó el joven con complicidad.

–Te durará unos minutos. A medida que avance el celo, cada vez estos minutos serán más largos y así hasta que termine.– Acarició su piel– También tu piel tiene otra temperatura.

El joven suspiró de gusto por esa mano paseándose por su piel.

–No me ha desagradado el acto, ha sido muy placentero en realidad. Era mi primera vez, como has notado. – Llevó su propia mano entre sus piernas y sus dedos se ensuciaron de una mezcla de lubricante, sangre y semen.

Tobirama se incorporó y usando una manga que arrancó de su haori, lo limpió con suavidad ante la mirada del azabache y la pequeña sonrisa agradecida que le dedicó.

–Gracias, alfa.

–Si te sientes incomodo nombrándome así, llámame Tobirama.

El joven le negó.

–Es lo que eres y me has salvado de que me violen, yo escogí que fueras tu.

Se tumbó de nuevo al lado del azabache.

–No tenías porque devolverme a la vida, Sasuke. Mi tiempo aquí ya pasó. Te habría ayudado de igual forma.

–No te lo tomes a mal...– Sonrió algo burlón– Pero aparearme con un "zombie" no era algo muy atractivo. No te voy a pedir perdón por hacerlo.

–No te iba a pedir que lo hicieras, sólo que a la vez no lo veo correcto. Aunque desde tu punto de vista... Si, imagino que muy agradable no es ver y saborear ceniza.– Ahora fue su turno de sonreír con arrogancia– Yo no te voy a pedir perdón por morderte tan fuerte, me he emocionado y te he hecho una marca de unión. Tranquilo, no tienes que corresponderla.

Hacía demasiado que no tenía cópulas, ni ningún otro acercamiento intimo. Y tener ahora uno, con alguien demasiado parecido a su amado Izuna... Se le salió la situación de control.

–Bueno... Los dos hemos actuado de forma impulsiva. – Él reviviendo al alfa y el Senju con esa marca de emparejamiento intemporal.

No pensaba molestarse por eso. Desde niño había sentido algo por Naruto, pero cuando desertó tenía claro que perdía su oportunidad de tener algo con el alfa rubio. Si en ese momento no le importó, por qué ahora tendría que preocuparse de seguir sin tener oportunidad con el usuratonkachi. Sobretodo cuando ese dobe estaba enamorado desde el primer día que la vio de Sakura Haruno, que también era omega.

Además el Senju era un buen portento de alfa, alto, fuerte, poderoso, gran guerrero, astuto, creativo, fiel, no era alguien molesto, parecía una persona centrada y calmada. No creía que fuera a irles mal.

–Mmmm– Soltó un ligero jadeo al sentir de nuevo la necesidad recorrerle y miró al alfa con ojos brillantes.– Me gustaría verte la cara esta vez.

Y mientras el albino se acercaba a besarle, él levantaba su pierna y la pasaba por detrás de la cadera del otro. Sus cuerpos hicieron contacto mientras jadeaban dentro de ese beso. Esta vez se iban a unir de esa forma, cara a cara, mientras se tocaban y besaban.

Tobirama le penetró con facilidad, sin recibir ningún tipo de resistencia por parte del cuerpo del Uchiha. Empezaron a moverse, esta vez se movieron como uno solo en esa apasionada danza, Sasuke correspondiendo al mover la cadera para ir al encuentro del firme cuerpo albino. Y mientras la pasión iba creciendo, también lo hacía su lado más animal. Las uñas del azabache se clavaron en la pálida piel del alfa por la excitante estimulación que recibía de ese grueso miembro contra su punto dulce. Un profundo gruñido excitado se escapó de la garganta del Senju que mordió de nuevo a su reciente pareja, mientras su pene se deslizaba con facilidad en esa danza de apareamiento.

Los gemidos y jadeos inundaban la caverna, cada vez más altos y más entrecortados a medida que estaban cerca de alcanzar su cúspide.

En un veloz movimiento el alfa lo clavó contra el suelo mientras se movía a un ritmo más y más veloz. Sasuke sólo pudo gemir ante cada salvaje estocada y arañarle la espalda al alfa de nuevo, mientras sus piernas rodeaban la fuerte cadera y sus talones se clavaban en ese blanquecino trasero que se tensaba ante cada profunda embestida.

El nuevo y potente orgasmo les asaltó y volvieron a quedar abotonados. Las extremidades del azabache quedaron sin fuerza, dejó de rodear al albino y las dejó caer contra el suelo mientras jadeaba en busca de aire. A los pocos segundos notó las caricias del alfa por su cuello y rostro.

–¿Estás bien, Sasuke?– Una suave sonrisa algo orgullosa se mostraba en esos labios. Le gustaba haberle causado eso al omega, dejarle agotado de placer y satisfecho al máximo.

–Tsk... No te lo creas tanto, Senju.– Soltó intentando mantener su orgullo, aunque a la vez con humor en su voz y en su expresión.

–Uchihas... Me gusta derrotaros– Y sonrió junto a su pareja por estar bromeando, antes de besarse.

Durante los siguientes minutos hasta que resurgió su necesidad de nuevo, se prodigaron muestras de afecto y caricias mutuas.

Y así continuaron, Tobirama mostrándole diversas posturas, diferentes formas de aparearse y unirse en esa danza apasionada. Y él las disfrutó todas y cada una, quedando satisfecho, cansado, saciado al máximo y lleno del esperma de ese macho albino. Y así sucedió durante sus casi tres días de celo. Al terminar en su última cópula se abrazó al alfa buscando recuperarse.

–Esto... Esto es más cansado que cualquiera de los duros entrenamientos a los que me he sometido.– Una suave y lenta sonrisa posándose en sus labios, mientras besaba la nuez del alfa que se encontraba debajo suyo.

–Ha sido muy intenso, Sasuke.– La caricia del alfa partió de entre sus nalgas y fue subiendo por su espalda hasta dejar una mano en su cabeza masajeando su pelo y la otra en sus hombros, donde los dedos dibujaban suaves patrones invisibles en su piel.– Descansa unos minutos.

–Me gustaría, pero tenemos que ir al campo de batalla.– Susurró calmado por el relajante ambiente.

–Lo se, omega. Pero para pelear contra esos enemigos tenemos que intentar llegar lo más descansados posible. Al menos hazlo durante unos minutos Sasuke.

A regañadientes aceptó que Tobirama tenía razón y apoyó la cabeza en su pecho, cerrando los ojos unos minutos. Aun seguían unidos por el nudo, podría descansar un poco.

Unos minutos después, o quizás algunas horas después. Un Tobirama ya vestido zarandeaba con suavidad el cuerpo profundamente dormido del que era su pareja.

–Sasuke, despierta. Tenemos que ir a ayudar en la batalla y salvar a los ninjas aliados.

Y cuando abrió los ojos, vio la triste sonrisa del alfa, la calma había durado tan poco y ahora irían a la guerra donde quizás podrían morir. Le tendió la ropa para que se la pusiera y poniéndose de pie le dio la espalda para darle algo más de intimidad. Mientras Sasuke se vestía, sintió su cuerpo bastante limpio de fluidos, era claro que el Senju le había estado limpiando con mucha suavidad para no molestarle, ni despertarle. Se sentía muy agradecido. Cuando ya estuvo vestido se colocó al lado del Senju y le tendió la mano.

–Vamos a la guerra entonces.– Lo hizo agacharse y le besó, un simple toque de labios.– Ves con cuidado, alfa...

–Tu también, omega.– Le volvió a besar mientras aplicaba el Hiraishin en los dos para aparecer en dicho campo de batalla.– Cuídate Sasuke Uchiha.– Mientras acariciaba con suavidad esa tersa mejilla antes de separarse.– Cuídate mi omega.

Nunca pensó que de sus labios saldría tal frase de nuevo, pero ahí estaba y no la sentía tan extraña a sus oídos. Empezó a buscar a su hermano, mientras el Uchiha corría en otra dirección, dirección donde sentía el chakra de los compañeros del azabache peleando contra otro enemigo.