5.
Había tenido un sueño muy real… Estaba en la fortaleza Senju junto al primer Hokage y el segundo Hokage, cuando estos aun no eran kages ni existía Konoha. Parecía tan real que hasta había imaginado una estancia que no conocía.
Abrió los ojos, despertando por fin. Una vez se adaptó a la luz miró alrededor, sin reconocer ese lugar, que se parecía al de sus sueños, ni tampoco reconocía a la mujer que estaba ahí con él.
–Por fin despiertas… ¿Minato, verdad?– le preguntó suave y con voz afable. Pero por mucho que pareciese una buena persona no la reconocía.– Tranquilo, no soy una enemiga. Mira…–Le mostró que no llevaba armas.– ¿Ves?
Abrió la boca para hablar, pero solo salió un horrible sonido roto.
–Oh, espera… Te vas a hacer daño.–Le acercó una vasija.–Toma esto, joven.
Bebió con avidez y compuso una mueca ante el sabor.
–Sabe raro, lo sé, pero es muy beneficioso.
–Lo siento– Pudo articular con voz suave. No había querido mostrarse grosero ante la pobre mujer. Terminó de beber y carraspeo ligeramente, con la garganta ya humedecida se vio capaz de articular más de dos palabras. –¿Dónde estamos?
–En la fortaleza Senju. Hashirama-sama, el primer líder y Tobirama-sama, el segundo líder del clan, te encontraron hace cinco días y medio. Te trajeron aquí, te sanaron y cuidaron. –Abrió los ojos como asustada recordando esa noche.–Hubo una tremenda explosión y el cielo a los lejos se iluminó, los líderes fueron a investigar y cuando volvieron te cargaban a ti en brazos. Estabas muy mal herido…
Minato dejó de escuchar. ¿Era eso una broma? Recordaba la explosión, el dolor y luego… nada. Había estado casi seis días inconsciente según esa mujer. La miró con sospecha e hizo el sello de disipar. Estaba seguro que eso sólo podía ser un genjutsu. Los enemigos de Konoha le habían capturado luego de la batalla y que sus técnicas, al colisionar, causaran ese fenómeno extraño. Pero por que motivo crear una ilusión tan retorcida… ¿Con que sentido? Se preguntaba.
La mujer seguía allí hablándole. Volvió a reunir chakra.
–Kai–Susurró con el sello de manos adecuado. Pero todo seguía igual.
–¿Estas bien joven? Es normal estar confuso luego de lo que has pasado. Respira en profundidad y tómalo con calma
Minato le hizo caso en lo de respirar y se centró en analizar su entorno. Definitivamente ese lugar tenía pinta de ser antiguo pues no tenía luz, ni instalaciones, pero a la vez olía a bastante nuevo, por lo tanto era de nueva construcción. Era… rudimentario, como si realmente fuera…Se levantó de un salto, notando el ligero mareo por tan repentina acción. ¿Y si esa mujer no mentía? Esas ropas que portaba, esas sutilezas en el habla, la habitación en la que estaban… Todo era de épocas anteriores a la suya.
–No tendrías que levantarte aun, es peligroso para ti. Por favor… –Shio sintió dos presencias acercarse veloces.–Oh, mira los dos líderes viene ahora.
Minato notó el chakra aproximarse y se giró al oír la puerta abrirse. Miró con asombro a esos dos alfas, su aroma intenso y su porte poderoso e impactante. Instintivamente realizó un paso atrás, eran ninjas de leyenda, venerados en sus tiempos como los más grandes. Hashirama Senju, el dios de los shinobis y Tobirama Senju, que realizó grandes mejoras en la aldea, tanto que fue copiado sus sistema en otros lugares, y creador de los más grandes y poderosos jutsus de todos los tiempos.
–Hashirama-sama, le he dicho que no se levante, pero me temo que esta algo desubicado y asustado con la situación.
Hashirama notaba el nerviosismo del que iba a ser su omega.
–Tranquilo, Minato, no te haremos nada. Déjame acercar para comprobar que estés bien y te contaré todo.
El rubio parecía que se estaba empezando a relajar, su postura no era tan tensa.
–Hermano… no. No le conocemos, podría atacarte tal como esta ahora.– Tobirama notaba el chakra del omega recorriéndole, era una buena cantidad de chakra a punto de ser activado. Y en su estado alterado podría lanzarse a atacar.
El Namikaze no hacía caso a las palabras desconfiadas del albino. Estaba esperando, dispuesto a marcharse en cualquier momento o a atacar. Esos sabían su nombre… y él no se lo había dicho. Estaba seguro que era alguna técnica de sus enemigos eso se lo había confirmado, sólo ellos sabrían quien era.
–No te acerques…–Amenazó al falso Hashirama.–Se que buscas atacarme esperando mi guardia baja, ninja de Iwagakure. Vuestra estrategia aunque casi me engaña, es burda.
–No somos de Iwagakure. Ni siquiera sé lo que es eso, omega.–Respondió tosco Tobirama. Recibiendo un codazo de Hashirama en advertencia.
–No es una trampa… te encontré herido a un kilometro de aquí, te lo puedo mostrar. Por favor… mi omega, confía en mi.– Liberó sus feromonas buscando calmar y a la vez, que el omega interno del rubio reconociera a su pareja en ese estado de alerta.
–Basta, no busques confundirme con tu aroma. No soy tuyo, así que no me llames tu omega.– Se tapó la nariz con una manga y se alejó un poco más de esos dos. Su águila chilló mosqueada por negar al que era su alfa, pero a la vez, también estaba molesta por el actuar del alfa. –Si no me engañas, ¿como sabéis mi nombre?
–Tu nos lo dijiste, despertaste hace día y medio. Estabas algo ausente. Pero antes de volver a dormir me reconociste como a tu alfa y me dijiste tu nombre, Minato Namikaze.
Se quedó pensando y frunció el ceño… no lo recordaba. Vio que buscaba acercarse más a él y activando su técnica desapareció. Se trasladaría a una de sus marcas y así podría volver a Konoha, a su hogar, con sus alumnos y su amiga Kushina. Pero no apareció en su casa, ni siquiera en los alrededores de la villa. Miró y no reconoció nada, ni los olores eran parecidos a los que estaba acostumbrado. Observó que todo a la redonda estaba destruido y a su mente vino un retazo de cuando las técnicas colisionaron, la luz se los tragó y al aparecer, estar rodeado de escombros volando, piedras y una nube de polvo, se sintió expelido y algo le golpeó causándole aun más dolor del que ya sentía. ¡Oh, kami-sama!, ese era el lugar. La devastación así lo mostraba, pero como había llegado allí. Levantó la mano que marcaba ese tronco grueso que había resistido, lugar donde él había aparecido y vio el sello. Un sello que no era suyo, era una marca del segundo Hokage, pero que parecía que la técnica podía funcionar igual. Apartándose de ese lugar miró a su alrededor.
–No es una ilusión… ni es una técnica falsa del enemigo.– Se dejó caer de rodillas, permitiéndose por un instante perder la entereza que siempre le caracterizaba.–Estoy… Estoy atrapado en un tiempo que no es el mío, con personas que ni conozco… Costumbres diferentes.
Se tapó los ojos con las manos y fue cuando sintió las dos presencias que habían llegado de golpe, no le hacía falta girarse para saber que eran los dos Senju. Notó a alguien de rodillas a su lado, era Hashirama, que según parecía también era su alfa destinado. Ese pensamiento le dio cierto miedo, si se enlazaba con él… Nunca podría volver a su "hogar", pero quizás nunca podría volver directamente… Y todas las consecuencias que tendría que afrontar al tener un lazo con alguien como el Senju, si se unían. No estaba preparado para pensar en esas situaciones, simplemente no podía.
La mano acariciando su pelo fue suave y por un instante se permitió sentir el suave tacto. Pero se recompuso y se levantó de golpe, apartándose del alfa moreno. La cara afectada de Hashirama le había dolido, pero no podía, no… Tenía que mantener las distancias.
–Yo…–Como empezar.
–¿Cómo es que sabes usar el Hiraishin no Jutsu?– Tobirama no se andaba por las ramas
–No me vais a creer, no tengo manera de explicarlo sino es decir que la aprendí de leer uno de tus pergaminos. Es tu creación y yo la aprendí y la modifique a mi gusto gracias a las técnicas de sellado que aprendí de los Uzumaki.– Suspiró. –También conozco los multiclones de sobre y el Jutsu de sellado: Sello de la parca.
Tobirama acentuó su ceño y sacó una katana, apuntándole con ella.
–Eres un espía… ¿Para que clan trabajas? –Pero eso era imposible, nunca había notado el chakra de ese macho omega rubio. Se hubiera dado cuenta.
–¡Tobirama!– Hashirama se había interpuesto entre su hembra y su hermano.– No te atrevas.
–Que no ves que conoce todas mis técnicas, incluso las que aun estoy perfeccionando. Deja de pensar con tu miembro y usa la cabeza.
–Estoy seguro de que tiene una explicación.–Gruñó molesto por esa insolencia y liberó chakra de forma amenazadora, junto a su presencia alfa superior en rango al otro– No me retes, Tobirama. No estas a mi nivel, aun.
Minato liberó un quejido por esa presencia sofocante a alfa dominante y jadeo encogiéndose. El Senju se dio cuenta de lo que le estaba causando a su omega y se calmó.
–Lo siento, omega. Por favor, cuéntanos tu historia y te escucharemos.
–Vengo… de muy lejos, pero no como creéis… No es un lugar lejano en distancia. Es otra época. Mi villa se llama Konoha y estábamos librando una gran guerra contra otras villas – Pensó que decir, no podía contar según que pues podría cambiar demasiado los acontecimientos del futuro. Su sola presencia ahí ya estaba afectando su presente, ese presente que tenía en Konoha, claro. –Vosotros sois figuras muy admiradas en mi época, os veneramos como a grandes ejemplos y vuestras técnicas son seguidas y estudiadas por los shinobis. Ese es el motivo por el cual conozco y se usar tus técnicas, Tobirama-san. – Le hizo una ligera reverencia en muestra de respeto– Estaba luchando contra un ninja rival cuando nuestras técnicas chocaron de una forma nunca vista, era un gran enemigo y supongo que su fuerte energía colisionó con el Hiraishin que iba a usar yo y… Todo lo que conocía desapareció y me encontré aquí, dolorido y debilitado, con árboles arrancados a mi alrededor y rocas volando, algo me golpeo y… Todo se volvió negro, perdí… perdí el conocimiento. Lo siguiente que recuerdo es despertar en ese lugar extraño, una habitación tan diferente a las que estoy acostumbrado. Y estas ropas… –Tiró un poco de la tela de esa especie de kimono fino.– No son las ropas a las que estoy acostumbrado. –Les señaló –De donde yo soy, no usamos armaduras como las que cargáis… Todo es nuevo para mi. Y os estoy contando esto, que parece una locura sin sentido. Ni yo mismo me lo creería sino lo estuviera viviendo. No reconozco nada, ni los olores, ni el paisaje… Es desquiciante.
Los dos Senju escucharon al omega rubio, aunque mantenía la compostura y parecía calmado, se escuchaba cierto tinte desesperado y de perdida en su voz, aun no se creía su situación aunque la estaba viendo y parecía saber que en cualquier momento tendría que aceptarlo, sin estar realmente preparado para ello.
Hashirama se acercó al omega y levantó la mano, pero luego recordó su rechazo y la bajo.
–Minato… Si que es cierto que parece algo increíble de creer, una técnica espacio-temporal tan potente. Pero vimos tus ropas, tus herramientas, el lugar en el que apareciste y te vemos a ti. Somos shinobis y cosas más inverosímiles hemos vivido. –Miró a su hermano, éste estaba pensando en lo dicho por el omega rubio. Tenía esa mirada de estar analizando y buscando la lógica de lo contado.
–No es tan locura como dices, podría ser factible de que haya sucedido eso. El Hiraishin es una técnica de espacio-tiempo, de corto alcance. Te mueves en un mismo instante y plano temporal de un lugar a otro lugar marcado. Con la colisión de la energía de la técnica de tu rival, que seguramente era otra técnica tempo-espacial. Te desplazaste en vez de en un mismo plano temporal a otro plano temporal ya existente.
–¿Entonces lo podría repetir para volver a mi hogar? –Preguntó el rubio esperanzado.
Hashirama bajó la vista y se giró un poco para que no notaran como le afectaba eso, se sentía como un nuevo rechazo del que había de ser su omega.
–No lo veo factible –Negó el albino. –La clave esta en el hecho de viajar a un tiempo ya existente. Ahora mismo éste es tu nuevo presente, el presente donde vivías antes… aquí no existe, omega. Si lo intentas lo único que conseguirás es morir o… Ir aun más atrás en el tiempo.
Hashirama se volteó hacia el rubio al sentir la tristeza emanar de su destinado, le miró afectado. Tan malo era quedarse ahí con él, formar la marca de unión con él, ser su pareja, aparearse y ser la madre de sus cachorros. Entendía que seguramente el rubio tenía amigos, familia, gente a la que apreciaba y que él estaba siendo egoísta pensando en que si se marchaba perdería a su pareja, pero no podía evitarlo, lo había anhelado tanto y se había hecho tantas ilusiones.
–Hashirama…– Su hermano le susurró con voz suave mientras ponía una mano en su hombro, advirtiéndole y a la vez buscando darle cierto apoyo al que aferrarse. Entendía lo que era sufrir por el rechazo del que era su pareja destinada.
Respiró un par de veces para sosegarse.
–Minato, se esta haciendo tarde… vuelve con nosotros. –Le sonrió con suavidad al omega, buscando que se sintiera mejor, no le gustaba verle sufrir, su alfa se angustiaba si el rubio sufría.
Mirando alrededor una vez más, asintió a las palabras del moreno. Y les sonrió al sentir su preocupación.
–Gracias por curarme, acogerme y… Por todo lo que estáis haciendo por mi.
Tobirama puso una mano en cada hombro y los llevó directo a la casa que les pertenecía.
Había sido un día muy largo, quería lavarse, cenar y dormir. Había decidido que el omega de su hermano, si Hashirama conseguía que ese rubio aceptara sus avances y el cortejo, no era un peligro para ellos. Todo y el poder que parecía ostentar… Un omega perfectamente capaz de presentarles batalla… Igual que el mío, se recordó antes de expulsar el pensamiento. Izuna no era nada suyo, ni lo sería. "Tsk, maldito Uchiha" por su culpa… Por la maldita culpa de ese jodido Uchiha ya no había podido disfrutar más del sexo, ya no se le levantaba. Su lobo no aceptaba tener sexo con nadie que no fuera su destinado, desde el momento en que se dio cuenta que el canijo de Izuna era su omega destinado, se terminó su vida sexual anterior. Ya no se le levantaba ante otros omegas o ante mujeres beta. Ni siquiera soportaba oler las feromonas sexuales de un omega necesitado por un buen apareamiento cuando sufrían por su celo. El lobo los rechazaba, no quería saber nada… esos no eran su omega; su pene, su nudo y su esperma sólo tenían que ser para ese macho omega de pelo negro y ojos negros, cuando no tenían activado su doujutsu.
Hashirama le ofreció una habitación en su hogar para el omega, aunque su bestia quería dormir junto al que era su hembra, abrazarle durante la noche y oler ese agradable y embriagante aroma a playa y mar. Pero tenía que conformarse con que el rubio hubiera aceptado volver con ellos a la fortaleza, dada su situación desconcertante.
–Usa el baño tu primero, calentaré el agua.
–Gracias– El omega estaba triste, y eso le dolía a Hashirama. Perderlo todo y saber que no lo recuperarías nunca era algo muy difícil de asimilar.
–Lo siento mucho, Minato. Pero quiero que sepas que aquí, en nuestro clan, tienes un lugar al que me gustaría que consideraras tu hogar.– Le dijo antes de salir y darle la intimidad que el otro necesitaba ahora, el omega le había susurrado un gracias. Hashirama se apoyó en la puerta por fuera unos instantes.– Por favor, quédate junto a mi.
Una frase soltada en forma de susurro suave, rogándole al otro sin que ese realmente lo oyera.
Entró a la amplia habitación que compartiría con su hermano, habían colocado un par de biombos para que cada uno tuviera su intimidad.
–¿Cómo esta?
–Afectado, lo ha perdido todo y esta en un lugar que no conoce rodeado por personas que tampoco conoce… O sólo mediante pergaminos. –Después de todo a ellos parecía conocerlos y haber estudiado sus técnicas.– Ahora esta lavándose. Sigues tu, cuando él termine.
–Si, me parece bien.
Después de lavarse y vestirse con un nuevo kimono que le habían dejado, por la mañana quería unos pantalones y un haori, fue hacía el que sería su cuarto y se tumbó en el futón que le dejaron. Y en la oscuridad y la intimidad de su habitación se permitió llorar por todas las cosas perdidas al quedarse ahí atrapado en esa época. Suponía que tendría que adaptarse, podría hacerlo, era astuto y además un buen ninja. Sabría como lidiar con todo eso y aceptarlo, era su nueva realidad. Pero por ahora… prefería dejar salir su desolación.
Siento la tardanza, cuando nuevas ideas para one-shots y two-shots me vienen a la mente... Las tengo que escribir. Gracias por leerme, los reviews y espero que os guste la historia.
