05
Había pasado un tiempo desde que el doctor Kiyoshi no le dirigía una sola palabra a Sakura, ni siquiera cuando ella lo trataba de abordar en los pasillos o a la hora del almuerzo. Se sentía mal, muy mal por cómo habían terminado las cosas la última vez y a este punto no sabía si seguían teniendo esa relación extraña que ella misma había impuesto.
Estuvo pensando las cosas durante noches enteras de que tal vez su destino era quedarse sola por el resto de su vida, que no merecía la felicidad completa por el tremendo desastre que causó con el doctor, definitivamente creía que su destieno era morir siendo la eterna enamorada.
Pero entonces recordó las palabras de Ino y en cómo la vida le estaba dando una segunda oportunidad para ser feliz. Dejó de lamentarse, no quería desaprovechar esa valiosa oportunidad que el destino de daba, así que decidió hacer algo para volver a llamar su atención. El hacer eso le recordaba a sus días de Genin solo que ahora hay un cambio muy grande, en vez de tratar de conquistar a Sasuke, trataría de conquistar al Doctor Kiyoshi.
Ese día el doctor Kiyoshi tenía una conferencia sobre algunas enfermedades extrañas que habían sido tratadas en Suna y como en poco tiempo y gracias a Konoha el hospital de Suna era un excelente ejemplar. Sakura reviso su reloj y al ver que tenía cinco minutos para entrar antes que la puerta fuera cerrada, está corrió por el pasillo, encontrándose una de las enfermeras del hospital.
—¡Sakura-Sama! —saludo la enfermera inclinando su cabeza.
—Hola ¿Podrías hacerme un favor? —dijo viendo como en la última habitación empezaban a entrar los estudiantes aún con calma.
—No tiene que preguntarlo, ¿En qué puedo ayudar?
—Podrías posponer mis citas para la tarde.
La enfermera abrió los ojos sorprendida pues la doctora Haruno jamás suspendía sus citas a menos que tuviera una emergencia. A lo mejor debió pasarle algo a Sarada.
Sakura se quitó la bata para hacerse pasar por un estudiante y se lo dio a la enfermera.
—Sí, sí, no se preocupe...—dijo tomando de las manos de Sakura, su bata y su estetoscopio— ¿Está todo bien? ¿Pasó algo con la pequeña Sarada?
Sakura asintió y vio nuevamente su reloj, ya solo faltaba un minuto. Se despidió de la enfermera y entro a la sala en el justo momento que cerraban la puerta. Se sentó en las últimas filas y se hizo una cola para que no le fuera tan fácil reconocerla, se dejó el fleco para esconder su Byakugou. Tenía las emociones alborotadas, sentía que el corazón se le iba a salir del pecho por cada segundo que pasaba, también sentía que las manos le sudaban. Se sentía definitivamente como una muchachita de doce años que va a declararse al chico que le gusta.
—¡Buenos días a todos!
Dijo la voz de Kiyoshi mientras empezaba la conferencia, sin percatarse de su presencia pues a pesar que su vista barría por toda la extensión de la sala, parecía que no se fijaba en los rostros de los estudiantes. Su mirada parecía pérdida y debajo de sus ojos se podía percibir una oscura sombra. Quería pensar que su estado de ánimo no tenía que ver con ella, pero algo le decía que lo tenía que ver todo y había lastimado el corazón de un buen chico.
El empezó a tratar temas de enfermedades extrañas que había habido en Suna y como estas habían matado a gran parte de la población antes de la cuarta guerra ninja y como después de la visita de una distinguida ninja todo cambio. A este punto Sakura sabía a quién se refería pues desde que ella había salvado a Gara, la estimaban mucho y también a su trabajo. El no menciono su nombre, pero ver que desde hace mucho tiempo había estado siguiendo sus pasos, le dejan una sensación extraña en el pecho.
De vez en cuando algunos estudiantes le hacían preguntas y el muy amablemente las contestaba, pero no parecía darse cuenta aún de quién lo vigilaba desde los últimos asientos, apunto de echarse a llorar por tener a un chico que había soñado con conocerla.
Después de una hora de conferencia, Sakura estaba impresionada. El tema que había tratado era muy interesante y estaba segura que todos en la habitación pensaban lo mismo, pero lamentablemente estaba a punto de llegar a su fin y él no se había fijado en su presencia.
Realmente se estaba sintiendo fatal después de escuchar la conferencia, ahora más que nada estaba decidida a hablar con él.
—¿Alguien tiene una última pregunta antes de terminar?
Nadie levantó la mano, ya él se había encargado de responder todas las dudas que iban surgiendo durante la conferencia ma ella aún tenía una o quizá un par. Sakura levantó la mano haciendo que todas las miradas se podrán sobre ella y también la de Kiyoshi, quién la observó cómo si tratará de reconocerla, pero no lo logro en la oscuridad.
—Si
—¿Podríamos saber de quién ha estado hablando durante la conferencia?
El doctor Kiyoshi sonrio con nostalgia, quizá recordando un momento especial con ella, pero su expresión cambio a una triste.
—Creo que la conocen perfectamente, ella es una eminencia de este hospital y también es el miembro femenino del heroico equipo siete...—Ella es Sakura Haruno.
Eso terminó por derrumbarla por completo.
Después de eso Kiyoshi dio por terminada la conferencia y Sakura se puso en pie de un salto al ver como los estudiantes empezaban a salir haciendo comentarios positivos sobre la hora que les había dedicado el doctor Kiyoshi, pero Sakura simplemente no sabía qué hacer.
—¿Tienes alguna duda? —pregunto Kiyoshi dándole la espalda y sin reconocerla aún.
Sakura suspiro y camino entre las filas hacia él.
—¡Gracias!
Solo había sido un susurro, pero Kiyoshi la había escuchado e inmediatamente se dio la vuelta para confrontarla. Su mirada parecía confundida entre decir "Te lo mereces" o "Aún estoy molesto contigo" pero decidió callar.
Ninguno de los dos habló por unos momentos, estaban tratando de encontrar las palabras correctas para expresarse.
—Lamento lo que sucedió –dijo ella muy apenada.
—No tienes porqué, fui yo el que malinterpretó las cosas –dijo él muy cabizbajo.
Ella se apresuró a negar y pensó que era el momento de contarle la verdad. Lo que tanto temor le causaba y por lo cual posiblemente su corazón se negaba a amar a alguien nuevamente. Esperaba que la entendiera.
—Kiyoshi...Creo que tienes que saber algo. La razón por la que me cuesta creer que todo esto es real—puntualizo señalándolo a él y a su corazón.
Kiyoshi hizo que se sentara en una silla y luego se recostó en el escritorio para poder escucharla.
—Soy todo oídos.
—Desde que soy niña he estado enamorada de un solo hombre, creí que con el paso del tiempo él podría llegar a corresponder mi amor, pero al parecer solo fue una ilusión mía…— y así empezó Sakura contando su historia de amor con todo y los subí bajas. Con el viaje en el que ella había insistido en ir y como a partir de aquello, se casaron tuvieron a Sarada y trataron de comenzar una familia. Hasta que no contó con que Sasuke no era la persona que se había creado en su cabeza y que lo que más deseaba no era una familia si no ser libre, para cargar con sus culpas él solo.
Las lágrimas traicioneras no se hicieron esperar y antes que Sakura pudiera retirarlas con desprecio por seguir llorando por Sasuke, la gruesa capa de hielo que había tratado de interponer Kiyoshi entre los dos se resquebrajo. Logrando que Kiyoshi se acercara a ella y se las quitara con sus propios dedos.
—Lo lamento, Sakura. No me imagino lo duro que debió dejarlo ir, pero hay personas que estarían dispuestas a darlo todo por ti... Cómo yo.
Sakura quiso pedirle más tiempo, pero posiblemente esa oportunidad que la vida le estaba dando no la tendría de nuevo. Así que lo mejor era dar el siguiente paso y respirando profundamente, se atrevió a pedirle esa segunda oportunidad.
―Podrías darme una segunda oportunidad? –preguntó algo quedito.
Kiyoshi sonrió, pero negó con la cabeza. No aceptaría menos de algo formal. Algo de lo que ambos se sintieran orgullosos de expresar a todo el mundo, compartir que eran felices por estar juntos, algo que los llevara por nuevos caminos juntos, algo con lo que ambos se sintieran felices.
—No puedo Sakura, no quiero tener esa relación extraña que tenemos. Quiero que lleguemos a tener algo real, quiero que seas mi pareja oficial y quiero poder cumplir todos tus sueños y puede que en un futuro pueda darte esa vida soñada que tanto anhelaste –tomándola de las manos y dándole un beso en ellas.
El corazón de Sakura empezó a latir fuerte que pareciera que iba a salir de su pecho y antes que preferir contestar prefirió reunir el coraje para hacer algo más que un simple acepto. Los dedos de Sakura se enredaron en la cabellera despeinada del Doctor Kiyoshi y lo acerco a su boca para besarlo.
—Acepto.
Kiyoshi no espero algo más y ante la inminente felicidad que desbordaba su corazón, la tomo por la cintura y la sentó sobre el escritorio para besarla con el fervor que llevaba dentro desde que la conoció. Sus manos se enredaron en su cintura mientras se creaba un espacio entre sus piernas, el cual Sakura no pudo resistencia. Los besos se volvieron pasionales y no se dieron cuenta que se estaban dejando llevar por el momento hasta que Sakura pudo escuchar el indiscutible sonido del cierre de la puerta, dejándolos solos, alumbrados por la tenue luz que se filtraba por la ventana...
―Espera… -lo detuvo ella un poco abochornada.
― ¿Qué pasa?
Antes de que Kiyoshi pensará mal ella le dio un pequeño beso.
―Nos pueden descubrir, sé a dónde podemos ir. Solo déjame decirle a mi amiga que cuide de mi niña.
―Te estaré esperando –ahora fue él quien le dio ese beso.
Ella salió con una enorme sonrisa de la sala de conferencias y fue prácticamente corriendo buscando a su amiga hasta que la encontró.
― ¡Ino! –exclamó Sakura feliz por haberla encontrado.
Ino un poco confundida la vio, era realmente raro, hace unos minutos estaba deprimida casi como alma en pena y ahora estaba más feliz que una lombriz.
― Sakura, ¿Qué sucede?
―Necesito que cuides a Sarada esta noche.
―Claro que lo haré, pero ¿pasó algo?
Sakura solo se puso tan roja como una manzana jugando un poco con sus manos. Ino rápidamente entendió el mensaje, así que…
― Tú no te preocupes amiga yo cuido a la pequeña todo el tiempo que sea necesario. Ahora ¡ve por ese hombre!
Sakura la abrazó, le dio las infinitas gracias y salió corriendo del hospital para encontrarse al apuesto Kiyoshi esperándola, por primera vez ambos salieron tomados de la mano sin importar las miradas de asombro y los murmullos de la gente. Solo importaban ellos.
Realmente no importaba nada, fueron a un restaurante hotel para ponerse más cómodos, rentaron la habitación que los empleados acondicionaron para darle un ambiente romántico. Ella estaba muy nerviosa como si fuera la primera vez.
Se encerró en el baño tratando de relajarse mientras se ponía un camisón algo sexy por sí decirlo, pero aún tenía ciertas inseguridades acerca de su cuerpo, pero inhalando mucho aire para darse valor salió del baño y ahí estaba Kiyoshi esperándola con una sonrisa.
Él se acercó a ella y la abrazó.
― ¿Qué es lo que te atormenta corazón?
Sakura tenía el rostro ardiendo de vergüenza, pero a la vez estaba conmovida por como la trataba él.
―No sé si vaya a gustarte y no soy tan linda como las demás.
Kiyoshi la besó para que no siguiera diciendo estupideces.
―No digas tonterías, a mí me gustas tú, Toda tú tal cual eres, eres perfecta y a mí me encanta eso, porque tu belleza me trae loco.
A Sakura se le conmovió el corazón aún más al escuchar sus palabras, él era tan tierno, gentil, dulce, romántico, todo lo que una mujer querría en su vida.
Ya no hubo espacio para palabras, ya no eran necesarias. Kiyoshi comenzó a besarla lentamente y Sakura correspondió gustosa, los besos dieron paso a las caricias dulces y tiernas, Kiyosho acariciaba con ternura y delicadeza la cintura de Sakura y ella le acariciaba la espalda por encima de la camisa.
El ambiente se fue transformando completamente porque la ropa comenzaba a ser un estorbo para ambos, Sakura le quitó la camisa dejando a la vista unas cuantas cicatrices, no le dio importancia a eso, ella también como ninja médico también tenía cicatrices por consecuencia de las misiones que ella realizaba con su equipo. No queriendo esperar más Kiyoshi la cargo al estilo nupcial como si fueran recién casados para acostarla con delicadeza en la cama.
Ella comienza a sentir que Kiyoshi comienza a levantarle el camisón mientras acariciaba las piernas, pero se asustó un poco al sentir que le tocaba el pecho.
― ¿Qué pasó? –le dijo él con la voz ronca.
―Solo me sorprendí, no es nada malo.
―Tranquila, eres perfecta y hermosa para mí.
Ya no hizo falta decir más, los besos y las caricias se iban haciendo más recurrentes dando paso a la pasión que ambos tenían acumulada desde hace tiempo, sentían que por fin estaban completos.
Esa experiencia para Sakura fue diferente, sentía que por primera vez en la vida era amada por alguien sinceramente sin ningún tipo de compromiso ni presión, solo era algo que ambos deseaban porque se querían.
El placer fue realmente mágico, lo único que había en esa habitación era amor de verdad, ambos deseaban que ese momento no acabara nunca jamás.
/
Alguien muy lejos de la aldea estaba viendo el cielo nocturno desde el balcón de una posada que había conseguido, el día pasó normal, había obtenido los resultados de su misión y se los había mandado al Hokague. Pero aún tenía mucho trabajo por hacer y por eso se había quedado esa noche en la posada.
Estaba tan metido en sus pensamientos que no sintió la presencia femenina que se había puesto a su lado sintiendo como lo abrazaba por la espalda.
― ¿No regresas a la cama? –dijo la mujer de manera provocadora dándole un beso en la espalda desnuda.
Otras veces sentía placer al hacer ese tipo de misiones ya que obtenía la información y saciaba sus necesidades como hombre, pero ahora el contacto de esa mujer no le producía nada más que repugnancia y por si fuera poco comenzaba a tener una sensación muy rara en la boca del estómago haciéndolo preocuparse.
―Voy en un momento.
Fue lo único que dijo, la mujer sinceramente no le dio importancia, no le importara que fuera así de frío. Era guapo y buen amante así que ella sin protestar volvió a la cama a esperarlo.
Él todavía no podía sacarse esa sensación espantosa y amarga del estómago. Solo podía pensar que algo malo le había pasado a la aldea en su ausencia, a Sarada o a ella…
Pero intentó tranquilizarse diciendo que de ser así Kakashi o Naruto le hubieran avisado inmediatamente o lo hubieran ido a buscar ellos mismos, después le pediría información a alguien que le daba información de la aldea de cuando en cuando.
Tratando de dejar su preocupación de lado regresó a la cama junto a su acompañante para seguir sacándole la información acerca de un jefe criminal que había estado persiguiendo desde hace meses.
Pero sin saber el por qué la imagen de Sakura estaba clavada en su mente y eso lo preocupaba de sobremanera.
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Para disgusto de ambos la mañana llegó. Sakura abrió los ojos perezosamente y cuando logró enfocar la vista se encontró a Kiyoshi viéndola embelesado. Ella le dio una sonrisa tímida.
―Buenos días –le dijo ella.
Kiyoshi le respondió con un beso.
―Buenos días.
Sakura sonrió radiante.
―Realmente anoche fue maravilloso –dijo Sakura con una sonrisa.
―Amor, el solo poder verte es maravilloso.
Sakura estaba literalmente en las nubes, ambos se dieron un baño juntos y desayunaron en el restaurante del hotel bajo la atenta mirada de todos, definitivamente la vida privada de la pobre Sakura estará en la boca de todos por un buen tiempo, pero a ella ya no le importaba lo que esa bola de chismosos pensará, ella era consciente de que no estaba haciendo nada malo, ella solo estaba continuando con su vida después de una mala jugada en el amor.
― ¿Crees que Sarada se tome bien lo nuestro? –cuestionó Kiyoshi.
Ese también era el tema importante, ¿cómo iba a tomarse la niña el hecho de que ella tuviera una nueva relación? Ese era el tema delicado porque Sakura a lo que más le tenía miedo era a que su hija se desilusionara con ella y la tachara de inmoral por tener una nueva pareja si ella tenía a su papá "presente" de alguna manera en su vida, con el cariño tan grande que le tiene ella a su padre podía pensar hasta lo peor de ella.
Pero ella le explicó con palabras apropiadas para ella cuando volvió a preguntar por Sasuke, era que ellos habían tenido ciertos desacuerdos en su relación lo cual ocasionó que ambos tomaran la decisión de ya no estar juntos (aunque la decisión fue más de Sasuke que de ella), pero que nunca dudara del amor que él le tenía a ella y que ella tampoco lo odiara bajo ningún concepto, porque después de todo él es su papá.
― Creo que se lo tomará bien –intentó tranquilizarlo ella.
Por lo que pudo observar las pocas veces que Kiyoshi fue a su casa para discutir asuntos del hospital es que Sarada se llevaba bien con él y él siempre fue respetuoso con ella y de cuando en cuando se quedaba a comer. Sarada también le fue agarrando cierto aprecio, incluso a veces le preguntaba si Kiyoshi iba a llegar a cenar o si iba a ver asuntos del hospital.
Más que a la reacción y opinión de las demás personas, lo que más le importaba era la opinión de su hija.
Kiyoshi al verla un poco nerviosa le tomó de las manos y le regaló la sonrisa.
Sakura le correspondió la sonrisa.
Cuando salieron del hotel las miradas se posaron en ellos como si fueran una exhibición de museo, no dejaban de mirarlos como si fueran alguna especie de fenómenos o delincuentes que han cometido un crimen.
Sakura se comenzó a poner un poco mal por los murmullos que comenzaba a escuchar.
"¿Acaso ella no estaba casada?"
"Se divorció, pero para mí que él ya era su amante"
"Tan santita que se veía"
"Qué suerte tiene ese desgraciado al tener una mujer como ella"
"Para mí que va a terminar abandonándola"
"¿Acaso no piensa en su hija?"
"Pues mejor ese hermoso doctor que el otro desgraciado que la dejó botada junto con la niña"
Y así siguieron los comentarios, unos buenos, otros malos, unos que creían que era bueno que ella siguiera con su vida, otros que creían que estaba traicionando a Sasuke después de llevar tanto tiempo enamorada de él, unos que creían que había bonita química entre ellos, otros que creían que ella era una zorra oportunista y envidia porque los solteros más cotizados del momento estaban juntos.
Kiyoshi se estaba dando cuenta de la incomodidad que estaba pasando su pareja, así que la tomó de la mano y le dio un apretón para darle seguridad. ella agradeció ese gesto completamente, con Kiyoshi a su lado no tenía miedo alguno.
Ella organizó un almuerzo para decirle a sus amigos más cercanos, a sus padres y a la pequeña Sarada que ella y Kiyoshi eran una pareja ahora.
Al principio todos estaban en Shock, un Shock total, porque a pesar de que Ino le daba todo el apoyo de que se diera una nueva oportunidad en su vida sentimental, había algunos de sus amigos que pensaron ella seguiría eternamente enamorada de Sasuke, pero al final se sintieron felices por su amiga, ya que ella tenía todo el derecho del mundo a ser feliz.
Los padres de Sakura se mostraron algo renuentes ante eso. Todavía seguían un poco resentidos por lo que pasó con Sasuke, pero aun así ellos amaban a su nieta. Estaban un poco renuentes porque tenían miedo, como todo padre, de que su hija saliera de nuevo con el corazón hecho trizas. Sasuke les juró y perjuró que él tenía sentimientos genuinos por su hija, que por eso se habían casado y habían tenido a su hija producto de su amor, y ellos como bobos cayeron dando la bendición a esa unión. Pero resultó que el muy desgraciado había dejado a su hija y a la niña tiradas, ¡NI A SU HIJA! Ha ido a visitar este tiempo que ellos se habían divorciado, solo le manda regalos, cosa que no es nada malo, pero los regalos no reemplazan la ausencia.
Pero también sabían que su hija debía rehacer su vida algún día y el tiempo que Kiyoshi había estado en la aldea se habían dado cuenta de que él era buen muchacho, era honesto, honrado, respetuoso, responsable y un renombrado médico. Ahí sí que malas lenguas de él nunca se han dicho, un par de veces lo habían invitado a comer cuando Sakura los iba a visitar junto con Sarada, había llegado para ver unos asuntos del hospital y por no ser descorteces lo invitaron a comer y se dieron cuenta de que era un buen hombre, era el mejor partido para su hija. Pero eso sí, Kiyoshi tuvo que jurar hasta con su vida, que no le haría daño a Sakura.
Tsunade que era como una segunda madre, también se sentía un poco insegura, pero después de unas cuantas amenazas el muchachito entendió que no debía hacerle daño a su alumna, porque si no se las iba a ver con ella.
Los que estaban más renuentes y sorprendidos eran Kakashi y Naruto. Su antiguo Sensei había sido también como un segundo padre y Naruto era como su hermano. Kakashi por celos de Sensei y de padre, para él Sakura será siempre la pequeña del equipo que siempre debía ser protegida, él también como bobo había caído en el juramento de Sasuke cuando le pidió el permiso para permitirle llevársela con él, por mucho cariño que le tuviera a su antiguo alumno no estuvo bien lo que hizo, pero también por mucho que le pesara tenía que aceptar que Sakura debía tomar sus propias decisiones como mujer y como madre sin que nadie le impusiera ideales de lo que era bueno para ella.
Naruto se sentía un poco incómodo, tal vez porque siempre idealizó a Sakura con Sasuke, no creía que había alguien mejor para su hermana que Sasuke, pero después de que ellos se divorciaron él estuvo un poco renuente de que ella volviera a salir con alguien porque tenía una ligera esperanza de que existiera una reconciliación entre ambos, pero nunca sucedió, así que debe aceptar que ella continuará con su vida. Que todo lo que pasó fue por la estupidez de Sasuke. Pero si ella es feliz ¿Qué importa?
Ahora pasando a la persona más importante de todas, la pequeña Sarada. Ella estuvo callada durante toda la comida, Sakura no insistió hasta llegar a casa.
Lo primero que preguntó Sarada fue:
"¿Qué hay de mi papá?"
Fue cuando Sakura le recordó aquella conversación, que ambos estaban separados.
―Entonces, ¿esperas que me quede sola por el resto de mi vida?
―Pero no estás sola mamá, me tienes a mí –dijo como digna Uchiha con los brazos cruzados haciendo un puchero.
―Si mi amor, pero cuando te enamores y tengas un esposo ¿qué va a pasar conmigo?
―qué asco mamá apenas soy una niña –haciendo mueca de asco –además antes me caía bien, pero ahora me cae mal.
Digna Uchiha, ella es muy celosa con su madre.
―Pues es claro que cualquier novio que podría tener te iba a caer mal –pero ella decidió jugar un poco –pues prepárate, porque yo seré de esas suegras brujas, que le hacen la vida de cuadritos a sus yernos.
Le empezó a hacer cosquillas y a pesar de poner mucha resistencia Sarada se empezó a reír.
― ¿Sabes por qué te digo esto?, porque tú eres mi primer y más grande amor mi cielo.
Sakura abrazó a Sarada para darle más confianza.
―No quiero que pienses que Kiyoshi va a ser el reemplazo de tu padre porque a él nadie lo va a reemplazar y el siempre será tu papá, pero también Kiyoshi ha sido muy respetuoso contigo.
Sarada se puso a pensar y era verdad, Kiyoshi siempre fue respetuoso con ella y su mamá, nunca quiso tomar un lugar que no le correspondía, pero trataba de llevarse bien con ella y con el tiempo le tuvo aprecio, tanto que llegaron a ser algo como amigos. Su papá siempre estaría presente en su vida, pero su mamá debía tener compañía aparte de ella.
―Si te hace llorar lo voy a achicharrar.
Sakura conmovida por su hija la empezó a llenar de besos a pesar de los reproches de ella.
/
En un pueblo lejano a la aldea donde había una taberna de mala muerte había muchas personas bebiendo, pero había unas dos personas que sobresalían que estaban bebiendo en la barra.
—Una copa por favor—pidió un hombre cubierto por una capa gris mientras se sentaba en un banco cerca de la barra.
Después de un trago fijó su vista en aquel hombre de capa azul oscura que se veía muy serio.
—¿Que tienes para mí?
El hombre de la capa gris no se inmutó por el tono frío y cortante del que lo había contratado, pero no contesto hasta que el líquido entro en su boca quemando su garganta. Esta vez no todo era bueno, pues aún que al principio él le había dicho que solo quería saber de su pequeña hija, eso no evitaba que después le preguntaría de ella.
—Todo sigue igual, la aldea está tranquila, no ha pasado nada interesante. Su hija está bien, ya falta poco para que comience la academia.
El pelinegro cerró los ojos por un milisegundo, sentía que se le había quitado un peso de encima al saber que su hija estaba a salvo, aunque seguía sintiendo un pequeño escozor en el pecho, su lengua picaba por saber más sobre
Sakura y aún que se intentó poner de pie para dar por finalizada la conversación, no pudo. Tomo un sorbo de su bebida, para agarrar valor y luego pregunto.
—¿Y ella?
El hombre sin querer llevo su mano a la frente para secarse el sudor debido al calor, pero eso no evitó que tocará la banda que lo acredita a como Shinobi de Konoha.
De veras que esperaba que no le preguntará esta vez por ella, pero no sucedió, además lo único que tenía sobre ella eran chismes sobre viejas que se han estado diciendo por días, pero supuso que podría decírselo ya que no debería de importarle ya que era su ex.
―Ella y un médico de intercambio se han estado frecuentando y se les ve muy cariñosos y al parecer…
El hombre de capa azul lo vio serio para que continuara.
—Ellos formalizaron...—dijo mirando el relieve de la madera con la que estaba hecha la mesa, pero al no recibir una respuesta se extrañó —¿Señor?
—¿Estás seguro?
—Pues son los rumores que corren por la aldea.
Otra vez se hizo un largo silencio y cuando pensó que este simplemente se levantaría después de tirar un billete para pagar ambas bebidas. Esto no sucedió, provocado que sus manos sudaran y su cuerpo temblaba ante la expectativa de algo que se temía desde el principio.
El aire fue rasgado por el sonido indiscutible de una Katana que sin problema corto la garganta del tipo que les había estado sirviendo sake en los últimos minutos. El Shinobi brinco del susto y lo vio ponerse de pie ante la atenta mirada de todos los que bebían.
—La próxima que me traigas un chisme de viejas piensa en que puedes terminar como él.
—Lo lamentó—tartamudeo, pero este ya se había marchado.
Se levantó también colocándose bien la capa para que nadie se diera cuenta que era un Shinobi y se atrevió a ver el ahora cadáver del dueño del viejo local. No lograba comprender cómo alguien que había defendido tanto a Konoha llegará a ese punto nuevamente, algo lo había cambiado en los pocos meses fuera de la aldea y aún que estaba seguro que él no lo quería acepta. Se estaba volviendo un problema.
—¿Que sucedió? —pregunto la chica que lo acompañaba y que también vestía una capa gris para pasar desapercibidos.
—Lo mato después que le dije la gran noticia.
La chica chasqueo la lengua
—Esto no le gustara ni un poco al Hokage y... —la chica se detuvo al ver el cuerpo del hombre tirado en su propio charco de sangre.
—¿Qué es lo que sucede?
― ¿Acaso no lo ves?
El estiró la cabeza y se dedicó a observar más detenidamente al hombre. No lo podía reconocer, pero por la cara de la chica podía decir que Sasuke se había vuelto a salvar y que no pensaba traicionar a la aldea. Si no al contario aún la seguía defendiendo a capa y espada.
La chica rodó lo ojos con impaciencia y procedió a revelar su identidad.
—Él es el jefe de la banda que ha estado aterrorizando la aldea, puede que no lo reconozcas, pero esa fue mi misión antes de que me asignarán está.
—Ya veo...pero de todas maneras no creo que le haga gracia al Hokage que lo haya matado sin sacarle más información.
La chica lo levantó del brazo con fuerza y juntos caminaron a la salida.
—Dudo que no le haya sacado algo, ya sabes es Sasuke Uchiha...
CONTINUARÁ…
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Bueno mis amores bellos de mi vida este fue el capítulo 5 espero que les haya gustado, esta semana terminé mi semestre de universidad así que oficialmente soy libre.
