Este one shot es AU-intento de caballero y princesa :V y digo intento porque no se que me paso :b


"La vida se debe vivir con honor y quebrantar las normas es deshonrar tu vida" Esas palabras lo han acompañado toda su vida, el respeto a su padre, a su madre y a su hermana. Siguió el honor y el respeto. Entreno su cuerpo junto a su padre mientras trabajaban en los bosques recolectando leña, mientras su hermana se dedicaba junto a su madre en el rubro de pastelería, era pequeña pero siempre tenían las mejores tartas de frambuesa que el pueblo conociera. La vida puede ser muy hermosa y puede cambiar increíblemente rápido. El horror de la guerra, siempre ha estado presente en la vida, fuego, destrucción, violencia, orfandad y abusos, son las secuelas que dejaron en la mente y en la piel de muchos jóvenes. Giyuu se convirtió en un joven precavido, de sueño ligero y protector, sobre todo con su hermana mayor, Tsutako, su única familia.

Siguió el código de su padre y entreno en el arte de la espada, entreno su mente y cuando alcanzo la edad necesaria se unió a la caballería del palacio del reino Agua a la edad de 15 años. Lo bueno de servir al castillo era que el sueldo le permitió tener un hogar más acogedor con su hermana, lo malo es que era sensible a posibles ataques de los enemigos del Rey. Giyuu Tomioka tenía un objetivo claro, proteger a su hermana de todo los males y si para lograrlo tenía que derrotar todos los enemigos actuales de la corona, pues lo haría a su edad actual de 21 años, cumpliría su objetivo.

Ahora del dicho al hecho pensaba mientras su última misión lo había llevado al reino Lunar, enemigo actual del rey, sin sus hombres.

Infiltrarse al reino enemigo, secuestrar a las princesas y tenerlas de rehén iba en parte en contra de su moral propiamente dicho, sus principios, pero ordenes son órdenes. Hasta ahora ha trabajado cerca del palacio, memorizando tiempos de salida y espacios, por alguna razón, no se siente correcta esa familia real, o tal vez por eso son los enemigos, pero el aura que desprenden las princesas es diferente al del rey. La princesa Kanae, suele caminar por el parque, siempre sola mientras mira los jardines del norte, todas las tardes, en cambio la otra princesa, cuyo nombre no he escuchado aún, es bastante impredecible, no logro seguir las rutas que hace, no sigue la misma ruta ni de ida ni de vuelta.
Como si fuera consiente de ser observada. ¿El rey no se parece a sus hijas? Hay algo muy raro en este reino, pero no intervendré. Vine con una misión y es llevarme a ambas mujeres. El plan era sencillo, iría primero por la menor, seguirla, inmovilizarla y luego iría por la mayor conociendo sus horarios sería más rápido abarcarla y llevarla lejos. Al rey no le importan sus soldados y siempre que lo veo está tomando el rostro de la mayor, es demasiado raro.

Giyuu empezó a trabajar en el castillo, reconociendo el puesto de cada unidad, mientras averiguaba horarios de las diferentes secciones. A él le correspondía las guardias tarde/noche y le asignaron varios espacios dentro del palacio, donde observaba a ambas princesas planeando cuál sería su siguiente movimiento, pero no pudo evitar sentirse atraído a la princesa más joven, lo cual constantemente lo turbaba, considerando sus intenciones y aún así, no podía dejar de mirarla. Una de esas noches siguiendo el horario de la cocina, la vio. Ella salía por la parte posterior del castillo, decidió desviarse y seguirla... eso podría ser muy beneficioso para su misión si descubre a qué lugar se dirige.

La vio caminar a las sombras del castillo, como si quisiera pasar desapercibida. Así es imposible pasar desapercibida pero al menos trae un vestido oscuro. Pero ¿Por qué parece que estar haciendo algo indebido? Se detuvo a considerar las opciones, no había muchas. Es posible que se esté yendo a una de las tantas fiestas del pueblo... La vio girar en dirección a las caballerías... ¿tal vez un amante?

Averiguaría la verdad, sintiendo la ira consumiéndolo. Camino en silencio sobre sus pasos. Rodeo la caballería aguardando. No había sonido de ningún tipo. Se asomó por la puerta esperando no ver algo desagradable sin embargo lo que vio lo dejo ligeramente complacido. La princesa estaba inclinada encima de un caballo tratando de llegar a montarse en él. La vista de sus glúteos apretados en el vestido era una visión de lo más tentadora provocando sus instintos básicos. Giyuu se volteó y se dio un golpe en la mejilla con la palma abierta.

Mi misión es llevarme a ambas. Nada más. No pienses nada más. No se toca a ninguna mujer. Tsutako se escandalizaría de mis pensamientos poco sanos hacia la princesa.

El sonido de un golpe lo saco de su ensimismo. Cuando volvió a mirar la princesa estaba sentada en el piso acariciando su retaguardia. Decidió retirarse y averiguar qué tan constante eran estás salidas nocturnas. Durante esa semana le asignaron la biblioteca y el salón de damas, donde ambas princesas estaban juntas sentadas. La sensación de Giyuu seguía ahí. Algo andaba mal en ese palacio. Ellas lo miraban de reojo. Fue ahí que conoció el nombre de la otra princesa. Kanae y Shinobu, para ser de la realeza, tienen una expresión triste. Una miraba la frontera y la otra miraba hacia los jardines, fue una cosa muy espontanea en que la princesa Shinobu lo vea tan insistentemente con sus hermosos ojos violetas.

En menos de una semana comprendió que la princesa Shinobu todas las noches iba a la caballería.

- Entonces, princesa ¿Por qué tan interesada en montar ese caballo? – le pregunto Giyuu una de esas tantas noches mientras la miraba recostado en la entrada.

Shinobu y Kanae son princesas del reino Mariposa, pero actualmente no viven ahí. El rey Douma tiene una fijación con las mujeres jóvenes y bonitas. El reino Lunar traiciono al reino Mariposa durante una cena de gala, dondeellas fueron drogadas y llevadas a la fuerza hace un mes atrás. Si bien no sufrían maltratos físicos, el Rey Douma constantemente las acosaba. Kanae mantenía la compostura del título exigia a la futura heredera de su trono, pero estaba cansada de permanecer ahí bajo una "tregua". Su padre, el Rey Koucho, apoyaría a las tropas del reino Lunar en su guerra contra el reino del Agua siempre y cuando no tocaran a sus hijas y que al finalizar el conflicto, ellas serían regresadas sanas y salvas con su virtud intacta.

Si bien el Rey Koucho tenía sus dudas en la treguo asi que envió a su mejor caballero a espiar el reino Lunar para asegurar la salud de ellas. El se había infiltrado exitosamente. Era el a quien Kanae siempre miraba desde los jardines asegurándose de reportar todo. Shinobu por otro lado, estaba llena de furia al sentirse inútil, si bien el trato era que su padre cumpliera su parte, en ningún lugar decía que ellas no podían escapar. El problema radicaba que tenían que ir rápido y deprisa en caballos y si bien Kanae montaba muy bien, ella no era exactamente una fan de los ecuestres. Desde que comprendió cual sería el camino más rápido, decidió aprender a montar y estuvo yendo a la caballería desde entonces. Esa noche no iba tan diferente para Shinobu o eso pensó.

Al menos ya no me rehúye como las primeras veces pero aún soy incapaz de montar por mi propia cuenta.

- Entonces, princesa ¿Por qué tan interesada en montar ese caballo?

A Shinobu se le helo la sangre, estaba segura de haber sido discreta, pero si es quien creía que era estaba perdida. Douma seguramente las castigaría a ambas por su imprudencia. Ella se giró lentamente preparada para el peor momento de su vida optimistamente, es una princesa. No hay peor error que no saber mantener la compostura.

- No estaba haciendo nada, solo vine a acariciar este caballo. – respondió en voz baja.

- Vienes todas las noches tratando de montar ese caballo, no acariciarlo. – respondió.

Ella volteo a verlo detenidamente, él era uno de los soldados nuevos que habían entrado al castillo, él últimamente lo mandaban a patrullar la sala de damas. El de cabello rebelde y sus impresionantes ojos azules...es tan guapo ¿Por qué tiene que ser el enemigo?

- Esta es la primera vez que vengo – refuto la señorita.

- ¿quieres que te enseñe a montar? – dijo acercándose a ella mientras la tomaba de la mano.

¿Cómo ha dicho? ¿enseñarme a montar? ¿al caballo?¿porque me toma la mano? respira shinobu, tal vez está solo tanteando.

Giyuu ajeno a todo, estaba comprobando la docilidad de la princesa y de un rápido movimiento él la tomo de la cintura para verificar el peso y subirla al caballo cuando un rodillazo le dio directo al estómago. Ni tan dócil esta princesa, esa cara de muñeca frágil y ojos dulces tienen carácter.

- El trato es que nadie nos toque, los caballeros tampoco pueden ponerme una mano encima. No lo olvides. – decía Shinobu mientras temblaba ligeramente muy ruborizada.

¿De qué trato estás hablando?

- Solamente quería subirte al caballo, como te he visto intentarlo tantas veces. – responde bajito – soy un caballero y más importante aún. ¿de qué trato estás hablando?

- ¿Eres nuevo verdad? – dijo ignorando su comentario anterior - El rey Douma tiene un trato con nuestro padre, jamás nos deben tocar o el trato se rompe.

- No son las princesas del reino Lunar... ¿De qué reino son exactamente? – dijo acercándose aún más acortando las distancias.

- Del reino mariposa. ¿podrías no acercarte tanto? ¿Cómo es posible que trabajes aquí y no te lo hayan dicho? Todos lo saben. – refuto la princesa mirándolo fijamente a los ojos.

Esto aligeraba todos mis planes. Si ellas están en contra de su voluntad, sera más rápido llevarlas, además, si el reino mariposa deja de apoyar al reino lunar, tendremos la victoria en esta guerra.

- ¿e intentas aprender a montar para escapar? Eso te va a llevar tiempo. – señalo Giyuu cuando ato los cabos. – Creo que sería mejor si yo te enseño a montar su majestad. – Giyuu se inclinó en son de despedida y agrego – Mi nombre es Giyuu Tomioka, encuéntrame mañana con ropas más apropiadas para enseñarte.

Él se alejó dejándola sola, mirándola una vez más desde la penumbra, coloco su dedo índice encima de sus labios y desapareció.

Shinobu, con prisa, se dirigió a la recamara de Kanae a contarle lo acontecido en las caballerías, todo. Kanae la escucho con calma, sermoneándola por haber sido descubierta en las caballerías y por haber permitido que el hombre en cuestión se tomara tantas confianzas con ella. Kanae escuchó atentamente lo que decía su hermana.

- Es posible que ese caballero que mencionas, no trabaje para Douma, dijiste que es nuevo. Le pediré a Sanemi que averigüe más, tal vez entre los 4 podamos salir de aquí.

- Eso es exactamente lo que yo pensé... ¿Sanemi está aquí? ¿desde cuándo está aquí? Y me regañas a mí por las confianzas de él, cuando tú eras igual en casa. – respondió haciendo un puchero.

- ¿dime como era el?¿Cual dijiste que era su nombre? Descríbelo, tengo que moverme rápido. – indico ignorando a su hermana menor y sus reclamos.

- Es alto, de piel blanca, cabello negro oscuro atado en una cola de baja y tiene unos ojos azules muy oscuros como el océano – describió Shinobu bajito con un ligero rubor en sus mejillas – dijo que se llama Giyuu Tomioka.

- Ara... que interesante hermanita. – Dijo Kanae con una sonrisa en los labios, se retiró a los jardines.

Giyuu comenzó tratar con los caballos y empezó a enseñarle como montar, aunque por la altura eso podría ser un problema, mientras tanto aprendió los nombres de los guardias a cargo de la frontera, trazando los mapas que llevaba ocultos, en pocos días podría llevarse a las princesas, lo único fastidioso seria llevar un carruaje, pero son 2 y él no puede llevarlas a ambas en el mismo caballo. Tampoco sabía si la princesa mayor estaría dispuesta a seguir el plan.

Giyuu comenzó a pasar tiempo alrededor de Shinobu, hablando un poco para conocer el estado actual del palacio, para conocer la situación de ambas hermanas, poco a poco ganándose la confianza de ella. Aún sin realmente tratar a la mayor, pues con Shinobu, como ella le pidió que la llamará se sentía muy a gusto, muy cómodo aunque ella se ría mucho de él, siempre lo miraba fijamente.

Al menos una de ellas si está interesada, esa pequeña... tan bonita. No es correcto pensar en ella, considerando que nunca me va acompañar, la realeza es diferente, pero que agradable sería su compañía a pesar de tener un mal carácter y enojarse rápido me gustaría tenerla...

Durante una noche a la semana siguiente, iba con los mapas recorriendo el terreno que iba preparando para el escape, pero un ruido externo le hizo posar su mano en su espada preparada para desenfundar. El sonido del viento cortando a su lado le dio los segundos precisos para esquivar ligeramente el ataque, girándose y confrontando a la persona que lo acababa de descubrir. Lo miro directamente y lo reconoció.

- Debí matarte cuando te noquee. – fue la único que dijo antes de dar un corto enfrentamiento.

Sanemi había escuchado la historia de Kanae, comenzó a observarlo a la distancia. Sabía que los guardias le eran leales al rey, por lo cual no intervino en la confrontación que se desarrollaba frente a él. Lo único que le sorprendió fue la técnica utilizada, muy común en el reino agua. Una vez derrotado el vigilante, vio como el hombre miraba a la luna y salió de su escondite. Todas las alertas del guardia se activaron y fue a indicarle a Kanae la información.

Las protegeré a como de lugar

Estoy siendo demasiado tonta, pero estoy segura que el vendrá, como siempre, las clases para montar al caballo van bien y sé que me ha estado observando, tal vez, debí ponerme otro vestido más bonito, algo que me asiente mejor.

- Menos mal que no has desistido de tu idea de escapar de aquí. – Le dijo Giyuu, mientras se secaba el sudor de la frente. – Tengo una propuesta para ti.

Las mejillas de Shinobu se sonrojaron a más no poder.

- Hay algo que he querido decirte, soy caballero en la real armada de la tierra del agua. – dijo directamente y una postura de defensa se posó en ella – Si te llevo de regreso al reino Mariposa ¿podrías convencer al Rey de retirar sus tropas del reino agua?

- Eres un caballero de la armada del reino Agua y como escapar contigo si podrías matarme en cuanto tengas la oportunidad. – la ira fría de sentirse traicionada por un extraño – llevábamos hablando por varios días ¡¿cómo recién me vas a decir eso y se supone que confié en ti?!

- De quererte muerta, lo habría hecha la primera vez que te encontré aquí y no lo hice. Queremos detener la guerra, pero somos atacados en dos flancos y se supone que el reino mariposa es nuestro aliado. Te ofrezco llevarte a casa y te ofrecería más... pero sé que no puedo darte algo que ya no tengas- respondió bajito mientras la tomaba de los hombros y la miraba directamente a los ojos con su suave aliento rozando su mejilla. Ella se quedó embelesada mirándolo

- ¡Aléjate de ella! – la voz de Sanemi resonó en la caballería, el entro con la espada en mano y obligo a Giyuu a retroceder alejando a Shinobu de él. Kanae entraba preocupada a sabiendas que Shinobu esperaba encontrarse nuevamente con Giyuu. – Eres un soldado del reino enemigo. No saldrás vivo de aquí.

Ah... eso explica porque él siempre estaba en el jardín con ella, son amigos. Sabía que era mala idea venir aquí solo.

Un encuentro en las caballerizas se llevó a cabo mientras Kanae abrazaba a Shinobu y ambas miraban el combate de cerca.

- Shinobu, él es soldado del agua, pudo haberte lastimado, como es posible que hayas estado encontrándote con el... ¿y si te lastimaba? – susurraba Kanae con algunas lágrimas asomándose a sus ojos.

- Si lo sé, él me dijo que era caballero de la real armada, me dijo que quería llevarme al reino mariposa si convencíamos a nuestro padre de retirar el ejército.

- ¡¿y por qué recién me dices esto ahora?! – dijo mirándola enojada – ¡Sanemi espera! Shinobu lo sabía.

El sonido de las espadas chocando se detuvo de golpe y ambos hombres mirándose.

- Sanemi – dijo Kanae señalándolo - es un real caballero de la armada de tierra de la mariposa. Él está aquí para protegernos. – dijo mientras pedía con los ojos retroceder

- ¡Si ambos tienen el mismo objetivo podremos escapar más rápido! – exclamo Shinobu

- Mi trato sigue en pie, si lo deseas tomar, pero nos tenemos que ir ahora – dijo Giyuu tomando un caballo y su espada.

- Sanemi, Giyuu ofrece regresarnos al reino Mariposas si nosotros retrocedemos el ejército. – dijo Kanae mientras se acercaban a él.

- ¿Por qué confiaríamos en ti? – refunfuño el otro apuntándolo con la espada mientras se ponía delante de Kanae.

- Porque de habernos querido muertas, me hubiera matado en la primera oportunidad – respondió en Shinobu mirándolo feo y girándose hacia Giyuu - ¿Cuál es el plan?

- Irnos rápido, hemos hecho el ruido suficiente para alentar a los guardias. – señalando la puerta.

Giyuu volteo a verla y la tomo de la cintura subiéndola al caballo. El subió detrás de ella.

- Cabalgamos a la entrada del sur, hay un cambio de guarda la medianoche, si cortamos las sogas al mismo tiempo podremos pasar rápido y dirigirnos al sendero de retorno.

- Y si no funciona, moriremos todos. – gruño Sanemi mientras tomaba otro cabello y Kanae subía en él.

- No sé tú, pero tengo a alguien a quien proteger. No puedo morir aquí. – respondió Giyuu

- Yo convenceré a mi padre de retirar el ejército si volvemos a casa. ¿Lista Shinobu?

- Si... ¿Qué estamos esperando? – respondió con una voz más baja a la usual

- Que ellos abran esa puerta. – respondieron tanto Giyuu como Sanemi.


El soldado que había alertado de los intrusos mando a llamar espadachines y arqueros que se prepararon para abrir fuego. Ambos jinetes se acercaron a la puerta y se prepararon para galopar. El soldado grito y abrieron las puertas para dejar pasar a los espadachines que fueron golpeados por los caballos en su galopeo. El grito de alerta se hizo sonar en todo el castillo y el Rey desnudo se dignó a mirar por el balcón viendo como dos extraños se llevaban a las princesas con ellas, profiriendo un grito a todo pulmón.

- ¡Traerlas de vuelta vivas o muertas, saquen a todos los soldados, no dejen que crucen la frontera!

Giyuu galopaba lo más rápido posible mientras Shinobu se aferraba fuertemente a él. El otro jinete, cuyo nombre no recordaba, iba a su lado con la otra princesa. Las flechas comenzaron a caer como lluvia a su alrededor y el portón estaba a 5 metros de distancia. Giyuu desvaino la espada y se preparó para cortar la cuerda que sujeta el puente levadizo. Mirando de reojo como el otro también se preparaba. Maniobrar con una mujer sentada delante de él era fastidioso sobretodo porque ocupaba más espacio y la sentía cabalgar contra su cuerpo.

El puente cayo y ellos comenzaron a galopar más rápido sabiendo que solo tenían unos 20 kilómetros antes de entrar en territorio del reino mariposa. Los soldados al ver que se llevaban demasiada delantera prepararon flechas con fuego ocasionando terror a los caballos descontrolándolos en el proceso ocasionando que ambos cayeron junto a las princesas.

- Estamos todavía muy lejos – Giyuu miraba el camino por delante. – Si caminamos por entre los bosques cortaremos espacios. Shinobu ¿puedes caminar? – preguntaba mientras la ayudaba a levantarse.

- Si... pero ¡Kanae! ¿Estás bien? – preguntaba a voz alta.

Sanemia había sujetado a Kanae antes de terminar de caerse y la tenía entre sus brazos.

- Estoy bien. – respondía- pero los caballos se han ido.

- Vamos al bosque – dijo Sanemi - y luego caminar en dirección al sur hasta llegar a las tropas, ahí podemos tomar caballos y volver al palacio.

- Si vamos en grupo nos atraparan más rápido, separemos y encontrémonos en la cascada. – continuo Giyuu mirando a las mujeres - Su majestad, ¿creen poder caminar toda la noche?

- Por supuesto que sí, estamos tan cerca de casa que no nos vamos a rendir. – respondió Shinobu con energía siendo mirada por Kanae.

- Estamos más que capacitadas para eso, Tomioka san. – indico Kanae con un tono más digno.

Ambos hombres tomaron rutas separadas mientras ellas se miraban antes de internarse en el bosque. Shinobu al estar más profundo le pidió prestada su espada a Giyuu quien la miro estupefacto.

- Solo quiero estar más cómoda, este vestido no se presta para caminata en el bosque.

Shinobu uso la espada para realizar dos tajos hasta la altura de sus rodillas dándole más comodidad y a Giyuu dando una mejor vista de todo lo que deseaba y no podía tocar. Empezaron a internarse por rutas alternas con dirección a la cascada. Ambos caminaban al mismo ritmo pero conforme pasaban las horas, ella iba más lento. Shinobu es más bajita supongo que el ritmo en que yo camino es más difícil para ella.

- Descansemos un poco en ese árbol, es lo suficientemente frondoso para ocultarnos.

- Solo me está cuidando Si, entiendo.

Ambos se quedaron en mirando el bosque, la luz de la luna brillaba con fuerza. Era completamente llena. Shinobu solo miraba la luna mientras giyuu miraba los alrededores.

- ¿Qué querías ofrecerme que yo ya tengo? – pregunto Shinobu en voz baja.

- Tienes todo lo que cualquier mujer quisiera – respondió giyuu mientras desviaba la vista al cielo.

- Eso no dice mucho... hey... mírame - respondía mientras le pinchaba en el brazo y suspiraba. - ¿La luna esta hermosa, verdad?

- Si... y ofrecerte mi vida es algo que no necesitas. – respondió más bajo aún. – me gustaría haberte conocido en otro entorno.

Shinobu sintió sus mejillas arder y al mismo tiempo lo entendió, la realeza no puede quedarse con caballeros... ¿verdad? Ella volteo a mirarlo y vio sus ojos fijos en ella. Él se acercó suavemente respirando cerca de ella esperando algún movimiento.

- ¿retrocedo? – pregunto aún más bajo.

Shinobu no retrocedió y negó con la cabeza, levantando un poco más su rostro. Giyuu tomo su rostro con su mano derecha y corto la distancia de ambos. Los labios de él se fueron impregnando de la delicadeza de su boca y una corriente eléctrico atravesó su columna. Si existe el cielo, debe ser algo como esto...

Shinobu se quedó embobada viendo a Giyuu alejarse de su rostro. Sus labios picaban por la ausencia de él... El estaba ahí y se sentía aún tan lejos. Shinobu lo tomo de sus hombros y se volvió a acercar a él besándolo nuevamente con algo de torpeza, apoyando ligeramente su cuerpo sobre el caballero y ahí ardió. El beso se subió de tono cuando Giyuu la tomo por la cintura y la jalo a su cuerpo, las manos de ella terminaron rodeando su cuerpo y termino de rodillas entre sus piernas. Los labios de ella eran tan suaves y tan dulces como un durazno. Ella se movió ligeramente y sus labios tocaron su mentón deslizando por su rostro hasta su oreja provocando un suspiro suave que los llevo a detenerse. Giyuu sentía su cuerpo palpitando en cada parte de su ser, sabía que no podía tocarla, pero su piel suave estaba expuesta a su alcance.

- Quiero ofrecerte mi vida y me gustaría que lo tomarás- susurro tan bajo mientras la ayudaba a levantarse. – ya descansamos lo suficiente, tenemos que ir avanzando.

- Si de mí dependiera, la tomaría- dijo ella mientras lo sujetaba de su mano y le sonreía. Y como yo no soy sucesora de la corona, tal vez si pueda...

Ambos caminaron un poco más deprisa tratando de recuperar el tiempo. Los siguientes 30 minutos de caminata fue amena mientras se contaban historia de cuando eran niños, bueno mientras ella le contaba y después de molestarlo mucho el también compartía algo de su vida. La cascada estaba bastante cerca mientras veían el reflejo de la luna en esas aguas, Giyuu logro ver a Sanemi, parado ahí. Aceleraron el paso. Shinobu casi podía permitirse la felicidad de ver a sus padres tan pronto.

Kanae estaba vendando el brazo de Sanemi al parecer hubo más persecución con ella que con nosotros al ser la primogénita.

- Menos mal ustedes no tuvieron mayor inconveniente... - dijo Kanae cuando volteo a verlos – y espero que tu vestido roto haya sido por comodidad hermana – continuo con una sonrisa en el rostro y un ceño fruncido muy marcado.

Ambos se sonrojaron y fue ella quien respondió.

- Yo lo hice... para caminar más cómoda.

Al llegar cerca de la frontera Giyuu se fue quitando parte del uniforme del reino lunar, el calor iba en aumento por el intenso calor del verano, por algo en el reino de las mariposas siempre abundan estos bellos insectos. Quedando en solo una camiseta corta blanca con el escudo del reino agua en su espalda.

- ¿Es la primera vez que vienes por este lado tomioka san? – cuestiono Kanae viéndolo sudar bastante en el proceso.

- Si, siempre he vivido en el reino agua. Aunque mi hermana si ha visitado este reino por su prometido. – comento distraído viendo el paisaje a su alrededor. - ¿es ese su ejército verdad?

El ejército mariposa estaba anonadado al ver a las princesas, al capitán de la caballería herido y a un extraño caminando con ellas. Sanemi empezó a dar órdenes preparando la retirada del ejército, apenas llegue su orden y un carruaje para ir con las damas al castillo. Todos siguieron las rutas mirando de reojo al hombro en cuestión, no decía nada pero estaba claro que había ayudado bastante. La ruta al castillo fue silenciosa pero aún así Giyuu mantenía la guardia. Las conversaciones en el castillo se llevaron tensas, el Rey no daba crédito a que sus hermosas hijas estuvieran de vuelta en casa y con ese aspecto cansado.

- Lo único que el Rey Urokodaki desea es que la guerra se detenga y si bien tenemos confrontación con el reino Lunar, esperamos que el reino mariposa no intervenga en este conflicto, en apelación al tratado que teníamos previamente.

- Pero ya te dije – intervino Shinobu con una nota de voz enojada.

- ¡Shinobu!

- ¡hija! – exclamaron a la par tanto los reyes como Kanae mirándola fijamente.

- Nosotros no participamos de la guerra voluntariamente como mis hijas te debieron haber comentado. Sin embargo no nos retiraremos del conflicto. – anuncio el rey produciendo una tensión tanto a Giyuu como a las princesas – solo cambiaremos el objetivo. – finalizo. – Te prepare un caballo para que regreses al reino del agua. No escuche tu nombre.

- Mi nombre es Giyuu Tomioka, capitán de la real armada del reino agua. – dijo inclinando la cabeza – si me permite quedarme unas horas en su reino para recobrar fuerzas, me podría retirar en la mañana.

Shinobu lo miraba fijamente y su rostro se ensombreció. ¿Mañana se va y no lo volveré a ver?

A Giyuu se le asignó un dormitorio, comida y una muda de ropa. La ducha que se dio fue reconfortante y mando mensajes al rey Urokodaki por el cuervo del reino mariposa. Esperaba que sea llegada la noche para recibir respuesta de su cuervo para saber el estado actual de su país, de su hermana. Estaba ansioso por volver aunque algo melancólico por no volver a su princesita.

Horas más tarde, el cuervo regreso con las confirmaciones de que el ejército del reino mariposa se había retirado y al parecer entraron a un estado neutro, se requería su presencia de regreso para la estrategia final para la confrontación del reino Lunar. La mañana llego más rápido de lo que esperaba y el rey en persona lo despidió del castillo dando un último vistazo antes de dirigirse a la salida, vio a Shinobu despidiéndole con la mano con una sonrisa en el rostro, algo en él se retorció pero no había nada que pudiera hacer como llevarse a la princesa y generar otro conflicto.

Al cabo de dos días llego a casa. Su hermana le preparo una muda del reino agua, que en este momento pasaba por una temporada próxima al invierno y una comida caliente antes de dirigirse al castillo donde el rey Urokodaki lo esperaba en la tarde. Giyuu le contó lo sucedido con las princesas y el desastre que ocasiono el otro reino. No le contó convenientemente los momentos privados que paso con Shinobu pero si describió como es ella.

- ¿y no crees que la vuelvas a ver? Jamás te he visto interesada en una mujer y ellas te siguen desde tus 18 años – comento Tsutako mientras lo ayuda a preparar su caballo.

- Ella es especial, tal vez la vuelva a ver, pero...- algo inusual en su rostro un sonrojo se atenuo en su cara recordando lo sucedido en el bosque – ella se merece alguien más digno.

- ¡ay giyuu! ¡Tú eres una persona maravillosa, digno de amar y ser amado y si hablamos en términos generales, tu eres un caballero, tienes un grado, te tocan tierras... puedes ofrecer mucho!

Giyuu, con eso en mente se dirigió al palacio, había mucho movimiento más de lo usual. Sus compañeros le dieron la bienvenida y la alegría de ver que estaba sano y salvo. Su segundo al mando Sabito, le dio un sonoro golpe en la espalda.

- Vamos Giyuu, el rey nos espera- Dijo mientras lo arrastraba adentro del castillo - han preparado un banquete en tu honor y hay invitados. Luego me cuentas todos los detalles.

- Eres mi segundo, ¿no vas a estar en la reunión? – cuestiono giyuu asombrado

- Si estaré en la reunión, lo que quiero es los detalles de tu rescate.

Giyuu no esperaba que el rey compartiera tantos detalles sobre lo acontecido pero no se preocupó, fueron anunciados al salón real y a Giyuu casi se le cae la mandíbula del asombro. Al lado del Rey Urokodaki estaba el Rey Koucho y Shinobu.

- Bienvenidos mis capitanes. El banquete empezará ahora, tomen asiento- indico mientras con un ademan de cabeza se dirigía a sus caballeros y con un ademan en la mano se dirigía a sus visitantes - Rey Koucho, princesa Shinobu.

El banquete se llevó de manera amena y entre las tantas conversaciones se tocó la estrategia de guerra hacia el reino Lunar. Giyuu trataba de mantenerse fijo en su labor pero sus ojos constantemente se desviaban hacia Shinobu que lo miraba ligeramente ruborizada y le hacía señas para que se acercara un poco.

- Quería verte – le susurro.

Giyuu se sonrojo y le dio un pequeño asentimiento. Él no era consciente de que estaba siendo observado por los otros 3 hombres de esa mesa cuyos movimientos, no eran para nada sutiles.

- Bueno, estamos de acuerdo en cómo se realizará el combate y adicional como una forma de reforzar la tregua quisiéramos tener una alianza más formal. – indico el rey Koucho - Mi hija Shinobu actualmente está con 17 años de edad, en unos meses más cumplirá los 18 y deseo que pueda formarse un compromiso para ella con su primer capitán.

- ¿Cómo dijo? – exclamaron los dos capitanes, uno con preocupación y otro con estupefacción.

- Justo, habíamos conversado sobre esto antes de que ustedes llegaran. Giyuu, el Rey te ofrece a su hija menor en unión para reforzar nuestros lazos de alianza. – comento su Rey mientras ponía una mano en su hombro.

- ¿Pero ofrecerme su mano sin que yo tenga algo que ofrecer? – respondió en voz baja, siendo golpeado en la cabeza por Sabito.

- Deme unos minutos, él está algo cansado, no sabe lo que dice... Lo deje solo unas semanas y regresa casi casado, hombre, ni siquiera Makomo y yo nos involucramos tan rápido.

Sabito llevo a Giyuu a un costado mientras los reyes lo miraban estupefactos y Shinobu se reía tiernamente.

- Te lo dije papá, debiste dejarme hablar primero con él. – indico la princesa mirándolo cariñosamente.

- No creí que reaccionaría así... - respondió el Rey Koucho...

- Si bien, Giyuu es como un hijo para mí, por lo cual me honra su ofrecimiento, solo que es un poco torpe cuando se trata de relaciones.

- Lo tengo claro – respondió Shinobu con su sonrisa resplandeciente mientras se levanta y caminaba en dirección a ellos – si me disculpan, iré por el antes de que arruine el momento.

Shinobu camino ágilmente hacia ambos hombres y tomando a Giyuu de la mano lo giro para que solo la vea a ella.

- Giyuu... tú dijiste que si pudieras me ofrecerías tu vida. Y yo quiero tomarla. – le dijo shinobu en voz baja casi susurrándole al oído– Esta fue mi idea.

- ¿Y el rey acepto así nada más? – pregunto dudoso.

- Luego te cuento como lo convencí, pero no te preocupes, no le dije nada de lo que hicimos – sonrió mientras le guiñaba un ojo – pero mi papá se va a enojar sino recibe una respuesta de tu parte. – canturreo al final.

Los 3 regresaron a la mesa y Giyuu aceptó gustoso la propuesta del Rey Koucho, mientras se planteaban las fechas para hacer la unión oficial y el compromiso correspondiente. Las conversaciones comenzaron a divagar y Sabito se unió a la joven pareja mientras hacían conversación y molestaban a Giyuu. Cuando nadie los miraba se dirigieron al balcón donde él le dio un suave beso.

- ¿Me vas a decir como lo convenciste? – inquiero él mirándola suavemente.

- Otra noche te cuento – sonrió alegre – Kanae y Sanemi te mandan saludos y te traje algo de salmón, es muy delicioso en mi tierra.

- Yo también quería verte... vine a pedirle al Rey que intercediera por mi ante tu padre. – le confeso bajito.

- Si te esperaba me iba a envejecer más. – respondió ella risueña mientras se reía.

Ambos se miraron y rieron pensando en que el futuro sería hermoso y también muy divertido.


No se... como que me emocione... :v