Ahora tengo que declarar como siempre que los personajes no son míos, pertenecen a la autora Stephenie Meyer y la historia fue escrita por la asombrosa autora pattyrose, yo solo la traduzco.

Y como en cada una de mis traducciones, le agradezco enormemente a mi compañera de armas, mi porrista personal y querida amiga, Erica Castelo. ¡Quién diría que tus jalones de orejas seguirían después de once años! T.Q.M!


Nota de la traductora: Aquí lo que diga Jasper es normalmente dicho en inglés escocés y algo en gaélico, difícil de entender aún para los que hablan inglés jeje. Solo dos expresiones dejé en la forma en que originalmente lo escribió Patty, lo demás, quisimos hacerlo un poco enredado para hacerlas sentir algo de lo que siente Bella y las chicas al escucharlo lol.


Capítulo 5 – La chica que caminó por la línea de presentaciones

Cuando vuelvo poco a poco a la consciencia y siento un cuerpo cálido junto al mío, una sonrisa empieza a elevar las esquinas de mi boca. Debe ser mi amante, sofisticado y gallardo, de cabello canoso—

Como un disco rayado, esa idea se para en seco.

Él está casado, incluso si, según él, solamente es sobre el papel y no en la práctica. Aun así, puse nuestra relación en espera hasta que resuelva esa situación, si es que lo hace. Así que, no es posible que sea él en la cama junto a mí.

La pista en mi cabeza se adelanta, y ahora recuerdo claramente un par de ojos esmeralda tan extraordinarios que prácticamente iluminan toda una cabina oscura de un jumbo jet viajando de JFK a Heathrow. Detrás de mis párpados cerrados, veo una sonrisa cálida burlándose constantemente. Cuando inhalo, de verdad puedo oler el jabón con el aroma más limpio en la existencia. Y a la vez, mi mente repite una serie de conversaciones que fluyeron perfectamente de ida y vuelta por horas—horas que debieron haber sido agotadoras e incómodas restringida a un asiento durante un largo viaje de avión, con todo, fueron todo lo contrario. Una vez más, una sonrisa empieza en las comisuras de mi boca…

Con un jadeo, mis ojos se abren de golpe porque Entrometido… Edward y yo nos despedimos a regañadientes en el aeropuerto, de modo que tampoco es posible que sea él en la cama conmigo.

¿Verdad?

Esta vez, me siento de pronto, preguntándome qué demonios se está saltando el estúpido disco en mi cabeza si no puedo recordar con quién estoy en la cama. Mis ojos redondos por el pánico se posan en la vista desde la ventana de la recámara, donde un cielo nublado y lluvioso enmarca una hilera casi idéntica de casas adosadas del siglo XIX. Es una vista que normalmente me fascinaría por la mañana gris por la que literalmente fue inventado el té, así como por la arquitectura única.

Cuando una sonrisa pícara aparece abruptamente frente a mi vista, coloco una mano sobre mi acelerado corazón y grito. Aunque en la siguiente milésima de segundo, no puedo decidir si me siento aliviada o decepcionada.

"¡Jesús, Al, casi haces que me muera del susto! Pensé que yo había… que había… bueno…"

Alice suelta una risita sin arrepentimiento y se vuelve a acostar, doblando los brazos detrás de su cabeza.

"¿Qué? ¿Pensaste que Rose y yo ya te habíamos ligado con alguien en las veinticuatro horas que han pasado desde que llegaste? B, cielo, trabajamos rápido pero no tan rápido." Arquea una ceja. "¿Lo pensaste?"

Cuando la ataco con mi almohada, ella estalla en estridentes carcajadas y me patea en el bollo.

"¡Mis ovarios!"

Esto continúa por un par de minutos. Finalmente, Rose asoma la cabeza en la recámara de Alice y nos descubre con piernas y almohadas todavía volando. Ella se lanza sobre la cama y nos arrebata las almohadas. Mayor que Alice por dos meses y mayor que yo por cuatro meses, ella siempre hace el papel de la mamá del grupo. Ahora a cargo, nos golpea en el rostro con las almohadas.

"Basta de pelear, perras."

Quizás más parecida a una hermana mayor que a una mamá.

Luego, sin tener en cuenta el orden de nacimiento, las tres nos disolvemos en risitas, abrazos y chillidos y más abrazos. Cuando nos agotamos por nuestras payasadas, una vez más nos quedamos acostadas de espaldas, en una hilera similar a estas casas de Londres, con nuestros brazos debajo de la cabeza de la otra como cercas de madera, unidas.

"¡Las Tres Mosqueteras están juntas de nuevo!" Alice grita.

"¡Viva!"

"¡Qué alegría!"

"¡Cuidado, Londres! ¡Aquí vamos!"

Atrapada entre las dos, miro con alegría de una a la otra—el primer rostro enmarcado por cabello corto negro y el otro por una larga melena dorada. Con un suspiro satisfecho, miro alrededor de la habitación que estoy compartiendo con Alice durante mi estadía. Como descubrí por las malas en la universidad, Rose ronca de forma brutal. Sin embargo, sobre Alice, descubrí que por más buena diseñadora que prometía ser, era una organizadora algo desastrosa. Justo ahora, por ejemplo, hay un árbol de Navidad de un poco más de un metro en la esquina solo con las luces encendidas, mientras que alrededor de toda la habitación, un puñado de bolsas con el distintivo verde de Harrods se desborda con decoraciones.

"Así que, déjame adivinar. Empezaste a decorar tu recámara para Navidad, pero te llegó la inspiración para un nuevo diseño y abandonaste la idea de Santa."

"¡Púdrete! Vete a dormir con la que ronca si quieres una recámara decorada profesionalmente para Navidad."

"¡Púdrete!" Dice Rose.

Mi espalda se arquea levantándose de la cama mientras rio. "Dios, he extrañado esto."

"Nosotras también, B," Rose dice bajito.

"¿Ven? ¿Quién necesita hombres cuando tienes hermandad? ¿Cuando tienes amistad?" Musito. "¿Cuándo tienes este tipo de camaradería? O sea, ¿qué puede proporcionarnos un hombre que no tengamos ya aquí entre nosotras?"

Le sigue un breve momento de silencio pensativo.

"Una polla," Rose señala.

"Sí."

"Cierto."

Alice se levanta sobre un codo y me mira con ojos tan oscuros como su cabello.

"Esa es una deficiencia que puede remediarse fácilmente." Menea sus cejas.

"Al tiene razón, B. El hermano de Emmett—"

"O los amigos de Jasper—"

"No empiecen," les advierto, ahora mirando furiosa al techo. "Hablamos de esto. No empiecen."

"Bella, ayer te dejamos tranquila porque para cuando atardeció, eras un zombi."

"Vaya, gracias."

"No, en serio," dice Rose, imitando a Alice y levantándose sobre un codo de modo que ahora estoy encerrada. "Eras un verdadero zombi; al menos, tú parecías creer que lo eras. Te tambaleaste hacia la cama con tus brazos estirados y todo, gimiendo y murmurando sobre la falta de verdaderos monstruos en el mundo de las historietas. Y sobre un jabón con aroma delicioso." Se ríe entre dientes.

"Y no olvides el, ¿cómo dijo, el caballeroso contorsionista que al que seguía llamando? ¿Qué fue todo eso?" Alice resopla.

"Uhm… no tengo idea. Debo haber estado delirando por el agotamiento. Sí. Sí, eso es. Estaba delirando por el agotamiento." Examino el techo y resisto el impulso de silbar con culpabilidad.

Mientras tanto, Rose quita una maraña de cabello de mi rostro y me analiza a través de inquisitivos ojos turquesa.

"Lo extraño es que en realidad no te veías tan agotada después de ese vuelo. Al contrario, estabas toda nerviosa cuando te recogimos, y tus mejillas estaban sonrojadas de un vivo color rojo."

"¿Ah, sí? Qué peculiar." Trato de contener una sonrisa que amenaza con aparecer cuando digo la palabra.

Alice se ríe. "Probablemente estaba nerviosa por tener que pasar todo el vuelo sentada junto a ese entrometido al que le dio una erección a propósito allá en Nueva York. B, ¿en algún momento se dio cuenta que fuiste tú la que le jugaste la broma?"

"Uh…" Deslizándome de la cama, me dirijo a la cómoda, dónde Alice ha despejado un par de cajones para mí. "No estoy segura," digo al ponerme de cuclillas junto a mi equipaje. "Entonces, oigan, ¿cuáles son los planes para hoy?"

Cuando me recogieron en el aeropuerto, no mencioné a Edward. Por lo tanto, por ahora, he optado por no ofrecer la posible razón por la que estaba tan… alerta después de mi vuelo. A pesar de que les dije que este viaje no era una cacería de hombres, estás dos ya están ansiosas por ligarme con el primer Tom, Dick o Harry que me dé la hora del día. Si les cuento sobre Entrometido… sobre Edward, solo las animaría más a organizar su propia versión de la vida real al otro lado del océano de The Bachelorette. En su opinión, entre más candidatos a mi rosa figurativa, mejor, siempre y cuando funcione para hacerme olvidarlo a él en Nueva York.

Mientras tanto, él me mandó ayer alrededor de media docena de mensajes de texto, suplicándome que solo le informara que había aterrizado con bien. Y después Rose amenazó con quitarme el móvil y lanzarlo al Tamesí, le respondí de prisa con un mensaje de seis palabras:

«¡Estoy bien! ¡Ahora, deja de enviarme mensajes!

»Ahora que sé que estás bien, lo haré, pero que sepas que estaré pensando en ti hasta tu regreso. No olvides lo que hablamos. Te extraño.

Él sigue pensando en mí, y sin importar qué, se asegura de que yo también lo haga, garantizando que no olvide que me prometió que hablaría con su esposa después de las fiestas y que me pidió no enamorarme en Inglaterra…

¿Y cómo podría meter a alguien más en este desastre sin pensar en cómo resolverlo primero?

"Bueno, yo tengo que trabajar hasta el final de la semana," dice Alice, sacándome de mis confusos pensamientos. "La boutique tiene una venta navideña que está yendo maravillosamente," sonríe. "Los londinenses aman mi colección navideña y no quiero interrumpir las ventas justo antes de Navidad, ¡pero puedes venir a trabajar conmigo!"

Ella abrió una pequeña boutique aquí en Londres, con el sueño de algún día competir con Vivienne Westwood y Stella McCartney.

"Y yo tengo un cliente al que le estoy decorando la casa para las fiestas, y voy a necesitar al menos un par de días para terminar, pero también estás invitada a ir a trabajar conmigo."

Rose, por otro lado, trabaja desde casa, exhibiendo sus ideas para diseño de interiores y consiguiendo clientes de forma virtual. Para ambas fue un difícil comienzo, pero aprovecharon la oportunidad de todos modos. Y ahora, poco a poco, parece que la oportunidad puede estar empezando a dar frutos.

"No se preocupen, mis amores. Puedo entretenerme sola por el siguiente par de días. No es como si no hubiese estado aquí antes y no conociera el lugar—más o menos."

"De acuerdo, B," Rose sonríe. Después, se sienta en la cama de prisa y emocionada. "Pero este fin de semana, hay una enorme fiesta navideña a la que todos estamos invitados en la casa del tío de Emmett. Y ahora que se ha aclimatado tu reloj interno, y nuevamente te ves y escuchas como humana, vamos a encontrarte a alguien en esa fiesta que te sacará a ese chupapollas en Nueva York de tu mente."

"Rose," gruño al meter mi ropa interior en el cajón.

"A propósito, vamos a reunirnos con todos en el pub esta noche."

Después, cada una de ellas se va por la tangente sobre reunirse con sus respectivos novios, y yo sigo desempacando, escuchando abstraídamente, y pensando en él…

No, no en ese él.

En Edward y sus sonrisas.

Pero, por ahora, hasta que decida si debería llamarlo… o cuándo, me lo guardo para mí sola.

"Here's tae us, wha's like us, gey few an they're aw deid (1)!"

Levantando mi cerveza, me vuelvo de prisa hacia Alice. Se escucha una transmisión de fuerte música navideña en el fondo, y en primer plano, las pantallas de televisión del pub exhiben el partido de fútbol soccer de la tarde a un público entusiasta, consumiendo cerveza inglesa y gritando constantemente, "¡Vamos Chelsea!"

No hay nada como un pub en el West End londinense.

"Al, ¿qué demonios acaba de decir Jasper?" Grito.

"Es un brindis escocés, Bella," le grita en respuesta, riéndose y sosteniendo su propia cerveza. "¡Solo sigue la corriente!"

"Bueno, donde fueres, haz lo que los británicos, americanos y escoceses hacen, supongo," murmuro, luego grito con el resto del grupo. "¡Salud!"

Sláinte!" Jasper responde con su escocés gaélico (2).

Todos empinamos nuestras cervezas, dejándolas caer con fuerza sobre la mesa de caoba después de unos buenos tragos—todos excepto por Jasper, que vacía la suya como un verdadero escocés. Estrellando sobre la mesa el vaso cervecero fabricado deliberadamente grueso cuando termina, se limpia la boca con el dorso de su mano y agarra su lujosa cámara. Toda la tarde, Jasper ha estado tomando una foto tras otra de nuestro grupo, repartidos entre dos cabinas de terciopelo color carmesí, espalda con espalda. Nos capta a todos desde diferentes ángulos, ajusta el lente y la iluminación de las lámparas de techo ninfa de bronce. En su mayoría, toma fotos espontáneas de Alice.

Cuando deja la cámara sobre la mesa, se acerca rápidamente envolviendo la nuca de Alice con su mano y la acerca, estrellando su boca con la de ella. Todos en las dos mesas gritan ovaciones y dan silbidos, todos nosotros en diferentes estados de ebriedad. Pero cuando Jasper se aleja solo lo suficiente como para rozar sus labios con la nariz de Alice, luego en sus ojos medio cerrados y finalmente en su frente, las fervientes muestras de afecto adoptan una vibra completamente diferente. En ese momento, todos desvían la mirada.

Cuando han terminado, Jasper MacHale se levanta y sonríe.

"¡Oh, deleitoso, féminas espléndidas y gentilhombres agraciados! Esa amarga se ha ido directo a mi esfínter. Voy a visitar al dompedro. ¡Ah, ulterior iré al mostrador, y portaré el próximo convite!"

Mientras el rubio alto y de ojos azules novio de Alice se abre paso entre la multitud, Alice se vuelve hacia mí.

"¿Entonces? ¿Qué piensas?"

"¿Del pub? Bueno, es un pub típico del West End con su barra de caoba y sus espejos de cristal grabado, ¿no? Pero me encanta la forma en que decoraron con guirnaldas colgando y luces blancas navideñas. Coronas de papel colgando a través de los viejos espejos también es toque lindo y original. Oye, tal vez puedas tomar algunas ideas de decoraciones navideñas de—"

"¡No del maldito pub! ¿Qué piensas de Jasper?"

Después de reír con ganas primero, le ofrezco a Alice una dulce sonrisa. "Es muy lindo, muy dulce y muiirr escocés."

Alice se ríe entre dientes, y sospecho que el repentino rubor en sus mejillas tiene más que ver con Jasper que con la cerveza.

"Y por si fuera poco, es ardiente," agrega Rose desde mi izquierda.

Las tres nos reímos, y levantando nuestras cervezas descuidadamente, las chocamos. "¡Salud!"

"Pero, en serio," sonrío, "¿cómo demonios sabes lo que está diciendo la mitad del tiempo?"

"Bueno, la mitad del tiempo, uso pistas de contexto," explica Alice, su propio acento sureño sonando más marcado esta noche. "Por ejemplo, antes, hace un momento, hizo un gesto con su pulgar hacia los baños y tocó su pene con una mano mientras sostenía su tarjeta de crédito con la otra."

"Ahh," asiento sabiamente. "Entonces, estaba diciendo que iba a ir al baño, para luego comprar otra ronda."

"¡Exactamente!"

"¿Y la otra mitad del tiempo?" Pregunto.

"La otra mitad del tiempo, me está follando mientras me susurra en gaélico al oído, y me importa una mierda lo que esté diciendo."

Escupo la mitad de mi cerveza. "¡Brindo por eso! ¡Salud!" Una vez más, levantamos nuestros vasos.

"En serio, cuando no puedo entender sus palabras, solo lo miro a los ojos y…" Alice suspira, "lo entiendo de esa forma."

Está enamorada, y mientras reflexiono en eso emocionada por ella y descorazonada porque solo estaré unos días más para presenciarlo, mi mente divaga hacia él, y a las veces que él me dijo que me amaba.

Sin embargo… ¿alguna vez él me miró de la forma en que ya he visto a Jasper mirar a Alice?"

Y después, repentinamente… pienso en cómo me miraba Edward en ese avión…

El novio de Rosalie, Emmett, me saca abruptamente de mis reflexiones cuando se agacha y planta un ruidoso beso en su cuello. Él también es un tipo bien parecido, alto y musculoso con cabello castaño rojizo.

"Amor," dice él, ahora hablando en voz baja, pero estoy justo a un lado de ella, por lo que no puedo evitar escuchar la pasión susurrada pero intensa de esa sola palabra. "Yo también voy a orinar antes de la siguiente ronda," continúa Emmett. "¿Apeteces algo para comer?"

Por vigésima vez hoy, me sorprendo pensando en mi Entrometido y lo que él denominó una intromisión inevitable en mi conversación. Tal vez tenía razón.

Mientras Rose considera la pregunta, las puntas de mis dedos pasan sobre mi teléfono. Aquí es ruidosamente inaudible. Pero quizás si voy a los baños… podría llamarlo y…

¿Y luego qué?

"¿Pescado y patatas fritas, por favor?" Rose decide finalmente.

"Muy bien, querida. ¿Y qué hay de ustedes, amores, Bella y Alice? ¿Están apetentes o hambrientas?"

Es sorprendente cómo todo el ardor en su tono desaparece tan pronto se vuelve hacia nosotros, aunque la sonrisa que nos dirige es súper amigable. Mientras Alice da su orden, me doy cuenta que si alguna vez su voz cambió de esa forma de hablarme a mí a alguien más, no lo sé y no puedo comparar. Nunca salimos con otros.

Y luego recuerdo cómo la voz de Edward cambió cuando paso de hablarme a mí a hablarle a la azafata…

"¿Bella?" Rose me apresura.

"¡Oh! Quiero… salchichas y puré, por favor." Sonrío porque mi petición me hace pensar en Edward y en los 'bangers' que compartimos en el avión.

"¡Mujeres con apetito, me gusta!" Con otro ruidoso beso plantado en el cuello de Rose, Emmett se va.

"Wow. Chicas, de verdad que tuvieron suerte con estos dos." Llevo el vaso a mis labios. "Mi corazón se está desbordando como mi cerveza. Aunque una parte de mí está jodidamente lista para estrangularlas a ambas."

Mientras todos nuestros ojos se dirigen hacia los hombres que quedan en la siguiente cabina, tanto Alice como Rose se ríen con picardía.

"¡Sí, vamos Chelsea!"

"¡Vamos!"

"¡B, Alex y Calum son chicos geniales!" Insiste Alice. "Trabajan con Jasper en su negocio de fotografía, y son divertidos y—"

"Sí, sí; basta del rollo publicitario." Detengo su monólogo con un gesto de mi mano. "Pensé que había dejado claro que—"

"Escuchaste sus acentos, ¿verdad?" Insiste en caso de que hubiese perdido el oído en el último par de horas. "¡Y tienen faldas escocesas! No las traen puestas en este momento, no, y es cierto que no he visto lo que hay debajo de sus faldas escocesas, pero si Jasper es una muestra de ello—"

"¿Y qué hay de Alistair?" Rose interrumpe, refiriéndose al tercer chico en la otra cabina—un compañero de trabajo de Emmett. "Tal vez no tenga acento escocés, pero como Emmett, su acento es la pronunciación aceptada (3). Tienen que tener ese acento para ser profesores en Eton. Y obviamente, también es inteligente, y es—"

"¡Cockney (4)!" Grita Alice. "¡Ella prefiere los acentos cockney! ¡Eso es todo! Puedo conseguirte uno de esos fácilmente. Solo dame un par de días," dice como si acabara de ordenar uno de sus diseños de moda en azul cielo.

"¿Podrían dejar de hablar de los jodidos acentos?"

"¿Por qué?" Demanda Rose, cruzando los brazos sobre su pecho.

"¿Por él?" Alice pregunta, haciendo lo mismo.

"En serio, Bella, a él no le debes nada más que una castración tardía."

"Aquí vamos de nuevo pidiendo la castración." Pongo los ojos en blanco, sin embargo, mientras las dos me fulminan con la mirada, con las cejas fruncidas en continúa preocupación y desconcierto, me pregunto… ¿sigue siendo aún por él? O es por—"

"¡Cuidado con sus espaldas! ¡Cuidado con sus espaldas!"

Cargando una bandeja de cervezas, Emmett empuja a la multitud con sus amplios hombros, mientras Jasper se aprovecha de lo que parece ser como el Mar Rojo abriéndose y lo sigue con otra bandeja. Abriéndose paso, dejan sus respectivas bandejas sobre la mesa.

"Trajimos comida, patatas fritas y—"

"¡Liam!" Rose exclama.

Aparece ahora otro chico junto a Emmett. Una especie de sonrisa tímida se mueve lentamente por su rostro cuando Rose se levanta de un salto de la cabina y deja un beso en su mejilla. Él se ajusta la montura negra de sus gafas, desenvuelve una bufanda de lana de su cuello, tira de las mangas de su chaqueta de tweed, y pasa su peso de una larga pierna vestida con pana a la otra cuando Emmett desliza un enorme brazo alrededor de sus hombros. Él es tan alto como Emmett, aunque mucho más delgado, y aunque comparte el cabello castaño rojizo de Emmett, son sus ojos los que me capturan momentáneamente.

He visto unos ojos similares recientemente.

"Bella, él es mi hermano mayor, Liam Cullen. Liam, ella es la mejor amiga de Rose y Alice de Estados Unidos, Bella Swan."

Liam es un graduado de historia de Oxford. Sabe absolutamente todo lo que hay que saber sobre la historia de la monarquía británica desde sus inicios hasta el presente.

"Así que, después de la conquista normanda en 1066, William gobernó como un conquistador incuestionable, y los sajones se convirtieron simplemente en una fuerza de trabajo no remunerada para sus nuevos amos. Así se desarrolló el sistema feudal."

"Eso es increíble, sobre todo porque el sistema duró por muchos siglos."

"Es cierto," concuerda Liam, "y aún existen vestigios. William colocó aristócratas leales, o barones como fueron llamados todos ellos en ese tiempo, a cargo de sus tierras y ellos se convirtieron en la nobleza, que después fue dividida en los rangos de duque, marqués, conde, vizconde y barón."

"Me pregunto cuántos descendientes de esos lores todavía se pasean por ahí en la Inglaterra moderna."

Por las últimas horas, hemos caminado por las húmedas pero aún concurridas calles del West End en un grupo que ahora consiste de solo seis, ya que el resto se quedó en el pub. Vemos los enormes letreros luminosos hacia Piccadilly Circus, lo que nos lleva a la Plaza de Trafalgar y a su estrecho monumento custodiado por leones de uno de los muchos héroes militares de Gran Bretaña. Faros iluminan en círculos y brillan en nuestros rostros al tomar las rotondas en Whitehall, mientras autobuses rojos de dos pisos nos tocan furiosamente el claxon cuando cruzamos Regent Street, mirando boquiabiertas a las tiendas y la exhibición de los Ángeles de Navidad, sus luces resplandeciendo brillantemente sobre nosotros.

Durante todo ese tiempo, Liam camina con las manos en su espalda.

"Te sorprendería, ya que todavía queda un buen número."

"Como tu tío," Rose se ríe.

"¿Qué?" Pregunto, con la cabeza inclinada hacia un lado.

Liam se encoge de hombros, viéndose un tanto avergonzado. "Nuestro abuelo, de Emmett y mío, era el vigésimo quinto barón de Masen Park en Kent. Su hijo mayor, nuestro tío, es el barón actual. Cuando él fallezca, el título recaerá en nuestro primo."

"Wow," me rio entre dientes.

Caminando hacia atrás a mí, Emmett sonríe. "¿Ya estás impresionada por nuestra historia familiar, Bella?"

"Tremendamente," sonrío con suficiencia.

"Bella, la fiesta de la que te hablaba, a la que estamos todos invitados," dice Rose, "es en la casa del tío de Emmett y Liam."

"¿Qué ágape es ese al que acudiremos ahora?" Jasper pregunta detrás de nosotros, donde camina con Alice.

"Es ese baile de Navidad del que te estaba contando, Jasper," le recuerda Alice. "Y Bella, ya diseñé tu vestido de gala. Es uno de tus regalos de Navidad."

Mirando por encima de mi hombro, le ofrezco una sonrisa agradecida. "Codeándome con la nobleza y recibiendo mi propio Alice Brandon original. Esta fiesta ya empieza a sonar excitante."

"Oh, bien. Eso gusta," Jasper concuerda—eso creo.

"En realidad, es una fiesta navideña y de cumpleaños combinada para nuestro primo," aclara Liam. Entonces, me sonríe. "Me alegra que nos vayan a acompañar."

"A mí también me alegra," sonrío. "El siguiente par de días van a ser aburridos en comparación."

A menos que… haga una llamada telefónica…

"De hecho, Liam," Rose sonríe con picardía, "Alice y yo tenemos que trabajar el siguiente par de días, y Bella va estar sola hasta el día de la fiesta. ¿Tal vez puedas hacerle compañía?"

Fulmino a Rose con la mirada por encima de mi hombro antes de volverme nuevamente hacia Liam.

"No te preocupes por eso, Liam." Hago un gesto sin darle importancia a la petición de Rose. "Planeaba pasar un par de días volviendo a explorar la Torre de Londres y el Palacio de Hampton Court."

"¿Qué crees que hace Liam para ganarse la vida, Bella?" Rose pregunta aunque ni siquiera me da un momento para contestar. "Es el Director de Participación Pública de la Sociedad de Palacios Reales Históricos—que administra la Torre, el Palacio de Hampton Court y otros palacios reales."

"Uhm… ya que planeas pasar el tiempo ahí, en realidad, me sentiría honrado de darte una gira en ambos lugares—si estás interesada."

"¿Estás bromeando? ¡Me encantaría!"

Liam y yo pasamos el siguiente día explorando cada centímetro de la Torre de Londres, el castillo histórico en la orilla norte del Támesis, con casi unos mil años de historia.

"Cuando William el Conquistador hizo que la construyeran en 1078, fue un símbolo ofensivo de la opresión infligida sobre Londres por una nueva minoría selecta dominante."

"Los barones," sonrío de forma burlona mientras caminamos por el lugar, "de los que aseguras eres descendiente."

Cuando sonríe con suficiencia, por una milésima de segundo… hay algo familiar en ella, pero probablemente solo es porque sus ojos verdes me hacen pensar en Edward—aunque los de Edward son mucho más brillantes.

"Nunca digas eso frente a mi primo," dice.

"¿Por qué no?" Me rio entre dientes. "¿No agradece el recordatorio?"

"Para nada."

Él pronuncia las palabras de forma muy similar a como Edward también lo hace, pero supongo que es solo esa pronunciación aceptada—el inglés de la reina, como algunos lo llaman—compartido por muchos británicos.

"El aborrece todo sobre la nobleza."

Uno de los beneficios de explorar la Torre con Liam—además de su compañía—es la ventaja de tener permitido entrar a secciones del castillo que por lo general están cerradas al público. Al siguiente día, cuando visitamos el Palacio de Hampton Court, el hogar de los Tudor, es lo mismo.

"Me he sentido casi como una celebridad los últimos días," digo bromeando.

Aunque Liam al principio es callado y tímido, para cuando recorremos el mundialmente reconocido laberinto de los setos del palacio, nos hemos convertido en buenos amigos.

"Una celebridad que tiene permitido ver el derramamiento de sangre y el caos provocado por la realeza de siglos anteriores más de cerca que la mayoría de la gente común. Estupendo."

"Exactamente."

¿El inconveniente de su compañía ambos días? Me deja poco tiempo a solas con mis pensamientos, menos tiempo para pensar en qué voy a hacer cuando vuelva a Nueva York; aún más imperioso, qué voy a hacer a medida que mis pensamientos cada vez más se desvían hacia Edward.

Al mismo tiempo, a medida que pasan los días y esas horas en ese jumbo jet se alejan cada vez más, empiezo a preguntarme qué tanto de lo que sentí en ese vuelo fue real. ¡Hablo de que fue un vuelo de tan solo siete horas!

Quizás mi mente lo hizo más significativo de lo que en realidad era. Quizás… quizás en mi ansiedad por olvidarlo a él… me aferré a alguien más y convertí mi encuentro con Entrometido en algo más, en alguien a quién apegarme. Esas dudas son parte de la razón por la que todavía no lo he llamado. ¿Y si hago esa llamada telefónica y esa conexión… simplemente no está ahí?

"¿Esperando una llamada?" Pregunta.

Me sobresalta el sonido de su voz y su pregunta antes de notar el teléfono en mi mano y cómo mis dedos se ciernen sobre la pantalla bloqueada. Entonces, guardo mi teléfono en mi bolsillo

"Más bien debatiéndome en si debería… como sea, no me hagas caso. Y disculpa mi descortesía," digo, ofreciéndole una sonrisa de disculpa.

"No te preocupes. No fuiste descortés. Solo tenía curiosidad." Me ofrece una sonrisa magnánima, y mi frente se arruga por un momento porque… bueno, no estoy realmente segura por qué.

"¡Encontré la salida!" Grito triunfante unos segundos después.

Liam me ofrece una sonrisa de suficiencia poco impresionada. "Suenas como mi primo cuando solíamos jugar aquí cuando niños. Y no es un laberinto particularmente difícil, Bella."

"Vaya, gracias," murmuro. Luego, los dos nos reímos y vamos a almorzar. Y una vez más, por el momento, tengo que relegar a Edward y su verde mirada al fondo de mi mente.

"No estés nerviosa, ¿de acuerdo?"

"No estoy nerviosa."

"La abuela tiende a poner a todo el mundo, excepto a mi primo, bastante nerviosos," reitera Liam, ajustando su pajarilla, luego sus gafas y finalmente, inhalando unas cuantas respiraciones sucesivas a través de sus labios entrecerrados mientras nos dirigimos al frente de la línea de presentaciones.

Sí, hay una línea de recepción. Por supuesto, que la hay; Masen Park, como es conocida la casa señorial, es en todos los sentidos una versión más pequeña—donde pequeña es un término relativo—de los castillos de Inglaterra rodeados por frondosos jardines que Liam y yo hemos explorado en los últimos días.

Estamos en Kent, a poco más de sesenta y cinco kilómetros al noroeste de Londres. Sin embargo, ya que se le conoce como 'El jardín de Inglaterra,' bien podríamos estar en un mundo totalmente diferente. Sus colinas, valles y costas salpicados con docenas de castillos con una arquitectura impresionante hacen el viaje irreal. Como lo hace el vestido que Alice me hizo para la velada—un sencillo vestido estilo halter en terciopelo negro que cae hasta mis tobillos como un tulipán al revés con una abertura hasta mi muslo y un cinturón delgado de charol rojo. Por mucho que amara el vestido al verlo, al principio, me opuse a la idea de usar la brillante diadema de joyería de fantasía llena de rubíes que eligió para mí. Pero ahora, al estar parada en la línea con zapatos de tacón rojos a juego y al admirar todos los preciosos atuendos y joyería a mi alrededor, me alegra muchísimo haber escuchado a mi maravillosamente talentosa mejor amiga—que está detrás de mí en la línea llevando ella misma un precioso vestido con estilo similar al mío pero en rojo con tirantes, mientras la creación de Rosalie es de terciopelo blanco, porque si alguien luce algo así, es Rose.

Oh, y Jasper es uno de los pocos hombres en la línea con una falda escocesa puesta con la chaqueta de su esmoquin.

"Bueno, entonces, tu tío es importante, ¿eh?" Le escucho decirle a Emmett, que como Liam, lleva puesto un esmoquin clásico para la velada.

Emmett se ríe entre dientes, pero parece respirar con dificultad, su amplio pecho subiendo y bajando de forma irregular. Acomoda su cabello mientras simultáneamente se acerca a Rose, mostrándole sus dientes y… ¿señalándolos? Cuando los ojos de Rose encuentran los míos, se ríe entre dientes. La mirada que le doy en respuesta dice '¿Qué demonios está pasando aquí?'

Mientras tanto, Liam parece estar hablándose más a sí mismo que a mí.

"No estés nervioso, no estés nervioso. Tú puedes. Claro, una vez que la abuela te vea, puede que me critique un poco, pero eso es solo porque si algo le pasara al heredero, el suplente hereda el título."

Interrumpo su audible discurso. "¿Te estás dando… ánimos antes de saludar a tu abuela?"

"No conoces a mi abuela."

Le ofrezco un extraño ceño fruncido, sonriendo. "Y wow, ¿de verdad, eres el suplente? Nunca mencionaste eso."

"Bueno, mi primo—el heredero—es hijo único, y yo soy el primogénito después de él, así que…" Se encoge de hombros.

"¿Y deseamos la buena salud de tu primo o su muerte repentina? Porque de cualquier manera, tú y yo solo nos conocimos hace unos días, y solo somos amigos."

Obviamente, estoy bromeando, y le ofrezco una sonrisa para hacer menos crudas mis palabras. Rose tenía razón; él realmente es una maldita dulzura, y tal vez si no tuviera enfrentar el problema de un amante casado esperándome en casa… o un par de ojos esmeralda aún atrapados en mi cabeza… Sin embargo, por mucho que me guste el hermano de Emmett, quiero dejar las cosas perfectamente claras. Lo último que necesito en este momento son más complicaciones o malentendidos.

En todo caso, la sonrisa irónica que me ofrece Liam en respuesta me tranquiliza—en ese aspecto, al menos.

"Sí, tú y yo somos amigos que acabamos de conocernos hace unos días, pero para mi abuela, no existe tal cosa como una simple amistad entre un hombre y una mujer. Ella evalúa toda interacción entre hombres y mujeres solteros por los beneficios o desventajas de su futura unión. Y Dios no permita que otra mujer americana intente afianzarse en la aristocracia británica y diluir nuestros presuntuosos linajes. Somos una especie en extinción, ¿lo sabías?"

Me echo a reír. "O estás inventando todo esto, o lo estás exagerando. Ese tipo de gente ya no existe."

"Oh, te lo aseguro, existen," se ríe entre dientes. "Disculpa que te pregunte, ¿pero eres católica, Bella?"

"No una practicante, pero sí."

"Querido Señor, tal vez no sobrevivamos esta línea de presentaciones."

"Ahora solo estás intentando asustarme," resoplo.

Aunque sonríe, sacude la cabeza. "Con suerte, no lo mencionará. En cuanto a mi primo, es tan saludable como un semental—y si le preguntas a la abuela, igual de incontrolable que uno. Sin embargo, sí, esperemos que continúe su buena salud, no solo porque odio la idea de heredar esta vieja casa y el maldito título que viene con ella, sino porque mi primo y yo somos muy cercanos."

"Sí, Emmett mencionó que los tres son más como hermanos."

"Lo somos. Él es un tipo brillante; solo no lo juzgues según como probablemente se comportará en esta noche. Detesta por completo estas fiestas. Lo ponen de muy mal humor."

"¿Por qué?"

"Bueno, cada año, la abuela utiliza este baile de Navidad como una excusa para hacer desfilar frente a él a todas las mujeres elegibles en el Reino Unido—de las que ella aprueba."

"¿Con la esperanza de asegurarse de que la siguiente generación que habite Masen Park se mantenga de sangre pura?" Sonrío.

"¡Oye, estás aprendiendo!"

"Tiendo a hacer eso. Pero pobre tipo," me rio entre dientes.

"Bueno, no llamaría al futuro lord Masen pobre, pero sí, la abuela le hace pasar un mal rato."

Compartimos una carcajada, pero cuando los ojos de Liam se mueven al frente de la línea, todo su humor se evapora.

"Bien, entonces, ya casi llegamos y tú podrás juzgar por ti misma lo que te estoy diciendo. No te pongas nerviosa, no dejes que te atemoricen."

"Liam, te lo juro, no estoy nerviosa y no me atemorizo tan fácilmente. ¡Él es un pobre niño rico y ella es una abuela! ¿Qué tan enervante puede ser conocerlos?"

"Liam, ¿quién es esa?"

Se espeta la pregunta en el momento que nos detenemos frente a la abuela de Liam—una pequeña pero glamorosa persona mayor que lleva puesto un centellante vestido de noche blanco revestido de encaje que rivaliza con los atuendos navideños de la reina. Con una inspección rápida, me observa de arriba abajo, analizándome flagrantemente con sus ojos verdes acero que parecen demasiado penetrantes para una mujer en sus noventa. Para cuando termina, dudo que incluso mi número de seguro social esté a salvo.

Aclarando su garganta, Liam toma mi mano—un movimiento que me asusta, pero en ese momento, entre su gesto amigable y la mirada helada de su abuela, me quedo con su gesto amigable. Lamentablemente, a su abuela no le pasa desapercibido el movimiento, como lo demuestra la ceja gris, pero perfilada, que arquea.

"Abuela—disculpe, disculpe," – él agita una mano en pánico cuando la señora se aclara la garganta. Entonces, con una respiración profunda, él empieza de nuevo. "La honorable baronesa viuda de Masen, permítame presentarle a la señorita Isabella Swan, mi invitada a la velada." Después, ofreciéndome una sonrisa nerviosa, continúa. "Isabella, ella es la abuela de Emmett y mía, lady Charlotte Cullen. Lady Charlotte, Isabella es una amiga de la novia de Emmett, Rosalie, a quién también conocerá esta noche."

Con mi mano libre, tomo la mano enjoyada de la baronesa y la estrecho.

"¿Cómo está usted?" Dice ella con extrema formalidad.

"Estoy bien." Cuando ella se me queda mirando en aparente confusión, mi estúpida boca lo toma como una invitación para ampliarme. "Uhm, es un placer conocerla. Solo llámeme 'B'. ¿Cómo le va?"

Liam sisea a través de sus dientes, y echándose hacia atrás, la señora aparta la mano con un rápido movimiento. Sus ojos penetrantes se hacen más grandes, y coloca la palma de su mano sobre su resplandeciente pecho.

"Buen Señor, es una americana."

Liam me susurra con urgencia por la esquina de su boca. "No digas nada más, no digas nada más. No pasará nada si no dices nada más."

"¿Y qué, por todos los cielos, dijo ella, Liam?" Pregunta como si acabara de hablarle en lenguas. "¿Cómo me va? ¿Cómo me va qué exactamente?"

Liam se ríe nervioso. "Es una expresión americana, abuela. Es el equivalente a, '¿Cómo está usted?' Estoy seguro que usted lo sabe." Cuando ella le lanza una mirada dominante, él se aclara la garganta. "Disculpe."

"¿Y qué, por todos los cielos, es una B? ¿Se refiere al insecto, la abeja? ¿Tengo que llamarla por el nombre de un insecto?"

"No, abuela. B es una forma abreviada de su apelativo, 'Bella'".

"Entonces, la llamaré Bella," proclama, para luego volver su atención de nuevo a mí. "¿Cómo está usted, Bella?" Pregunta intencionadamente.

Mierda. "Uhm… ¿Estoy bien?"

"Lady Charlotte," susurra Liam con un siseo por la esquina de su boca.

"Lady Charlotte," agrego en seguida.

La señora frunce sus labios, y Liam se aclara la garganta.

"Lady Charlotte, ¿dónde están mi tía y mi tío?"

Ella rueda los ojos. "Los envié a buscar a tu primo, que una vez más volvió a desaparecer. Ve si puedes localizarlo y dile que debe venir a recibir a sus invitados."

"Sí, abuela—quise decir, lady Charlotte."

Asiente una vez abruptamente y devuelve su mirada hacia mí. "Disfrute su visita a Masen Park, Bella."

"Gracias, lady Charlotte."

"Mierda," siseo una vez que salimos de la fila. "Tu abuela no es una dulce abuelita."

Liam se ríe entre dientes. "Te lo advertí. Amo a la señora, y aunque no lo creas, ella puede ser muy afectuosa cuando no está en público, pero… es difícil—con mi primo más que nada." Suspira mientras su vista gira por el gran salón lleno de gente. "Y ahora, él está desaparecido en alguna parte entre estas paredes. ¿Te importa esperar al resto aquí mientras lo busco?"

"Para nada," sonrío. "De hecho, ¿puedes guiarme hacia el baño? Conocer a tu abuela hizo que me quisiera orinar."

Suelta una risita. "Me disculpo." Entonces, me proporciona complicadas instrucciones antes de atravesar la multitud en busca de su incontrolable primo.

"Podría haber encontrado más fácilmente el jodido camino de vuelta a Londres," murmuro, lo que parece ser horas después.

Aunque hice lo que pude por seguir las instrucciones de Liam, el baño no está por ningún lado. En vez de eso, después de dar vueltas y vueltas por una serie de pasillos, me encuentro perdida y sola—en una maldita casa. Mis tacones cliquean ruidosamente en los pisos de mármol. Después de un rato, cada puerta arqueada se parece a la anterior.

"Solo tú te perderías en una casa señorial durante una fiesta navideña," me reprendo.

Después de un par de minutos, supongo que es mejor dejar que me encuentren. Hay retratos en las paredes, y mientras espero que me encuentren. Levanto mi cuello y me entretengo observándolos. Están colgados en orden cronológico—haciendo un círculo alrededor de la habitación desde el más antiguo hacia adelante—los barones y baronesas de Masen Park. Algunos son realmente antiguos— ¡hay fechas que se remontan al siglo XII! Lo que capta mi interés aún más que las fechas son las diferencias y similitudes en muchos de los retratos, sobre todo los retratos de los hombres. Hay algo que la mayoría de ellos comparten en la forma de sus rostros, la mandíbula angular… el color de ojos…

De pronto, escucho voces susurradas. Al detenerme y escuchar, me doy cuenta que son más siseos—una discusión susurrada que se lleva a cabo en privado. No debería, sé que no debería, pero estoy perdida y ellos son mi única oportunidad para salir de aquí. Quitándome los tacones, camino sin hacer ruido por los pisos de mármol hacia las voces, pero al escuchar las verdaderas palabras, mis pasos se hacen cada vez más lentos.

"¡… ocultándote! ¡No has devuelto ninguna de mis llamadas desde que volviste de Estados Unidos!" Una voz femenina dice furiosa por detrás de una de las anchas columnas a unos metros de distancia.

"El que no te haya buscado no quiere decir que me haya estado ocultando, Irina, pero ya hemos hablado de esto. Hace un tiempo que lo nuestro terminó," la voz masculina susurra en respuesta.

Por alguna razón inexplicable, mi corazón da un vuelco.

Me acerco.

"¡Porque vives en un mundo de fantasía y buscas una especie de perfección que no existe!" Ella ya no está susurrando.

"No estoy buscando perfección—quizás busco amistad… camaradería… conversación más allá del sexo. No considero que desear eso sea buscar la perfección."

Mi corazón se detiene.

También mis pies.

Aunque él habla con mucha más calma que ella, él tampoco está ya susurrando, y su voz…

'Tengo unos primos a quienes considero casi hermanos…'

'…mientras que tus padres nunca ofrecieron su opinión en tus decisiones de vida, algunas veces me parece que es todo lo que mi familia puede hacer…'

'… a veces también me siento solo, sobre todo cuando sus expectativas para mí y mis deseos nos han puesto en contra…'

No puede ser.

"¡Teníamos todo eso!"

"No, Irina, no lo teníamos."

Ella se queda callada.

"Irina, no es mi intención lastimarte—"

"Sin embargo, eres brillantemente concienzudo en ello."

Ahora, él se queda callado, mientras mi corazón late con tanta fuerza que casi temo que puedan escucharlo. Mientras mis ojos recorren el salón, buscando una ruta de escape donde no tenga que pasar junto a ellos, se posan en el último retrato en la pared.

Santo…

Cielo.

Lentamente y en silencio, empiezo a retroceder…

"Tu abuela me pidió que viniera esta noche. Me juró que tú me querías aquí y me pidió que apartara mi primer baile para ti."

Él resopla. "Irina, mi abuela tiene que aprender—"

Qué lección planea que aprenda el dragón de su abuela, puede que yo nunca lo sepa. Porque en mi sorpresa y confusión, mis pies se enredan con el aire o algo, y lo siguiente que sé, es que aterrizo con fuerza – y para nada silenciosa—sobre mi trasero.

"¡Ay! ¡Mierda! ¡Joder!"

Durante los siguientes segundos, mientras estoy ahí sentada, me encuentro rogando que de algún modo, nadie escuchara eso.

Ella—la hermosa rubia con el vestido rojo como de princesa de un cuento de hadas—es la primera en asomarse por detrás de la columna. Mientras me mira con curiosidad, Edward… lord Masen sale.

Sus ojos verde esmeralda sobresalen en medio del negro y blanco de su esmoquin—ojos muchos más brillantes que aquellos de sus ancestros o de sus actuales familiares vivos. El retrato no le hace justicia. Ellos iluminan todo el oscuro salón cuando se abren aún más. Por lo que parece ser una eternidad, él solo se queda ahí. Luego, camina hacia mí, sus pasos resonando en el silencio. Cuando llega a mi lado, murmura casi bajo su aliento.

"Efectivamente, no busco la perfección."

Entonces, tomando mis dos manos, me levanta y sonríe.

"Hola, mi peculiar chica americana."


(1) Lo dejé en su idioma original porque es un brindis escocés antiguo que a menudo se utiliza en broma. Patty explicó en su nota de autora que significaría algo como 'pocos como nosotros' :)

(2) Dialecto céltico que se habla en algunas comarcas de Irlanda y Escocia, y en la isla de Man.

(3) Received Pronunciation (también conocida por sus siglas RP; también llamada inglés de la reina (o del rey), inglés de Oxford o inglés de la BBC) es un acento del inglés estándar en Inglaterra, con una relación con acentos regionales similar al de otras lenguas europeas.

(4) Jerga tradicional en la parte este de Londres y que tradicionalmente (sobre todo a partir de los años 60) se ha vinculado a clases trabajadoras. Se caracteriza por un acento marcado (de los más difíciles de entender para un extranjero) y por sus rimas, de ahí su nombre en inglés "cockney rhyming slang".


Pues ninguna le atinó jejeje, creían que iba a ser el hermano de Emmett o uno de los amigos de Jasper, pero resultó ser el futuro barón de Masen Park, por eso decía él que su familia constantemente se metía en sus decisiones de vida, y como no con esa abuela que tiene. Sin duda, aunque si exista algo entre ellos, esa conexión de la que habló Bella, la abuela va a ser un gran obstáculo para que puedan estar juntos, ¿qué tanto? Bueno, ya lo veremos. ¿Y qué les pareció leer el reencuentro con las chicas? ¡Amistades como esas son únicas! Y por supuesto, están listísimas para hacer todo lo que puedan para que Bella se olvide de ese hdp, que insiste en enviarle mensajes a Bella, grrr… Y bueno, sé que algunas de ustedes no entienden porque Bella no simplemente lo bloquea, pero era evidente que ella seguía sintiendo algo por él, por eso no lo hizo… ¿pero será que ahora piense igual? ¿Ustedes qué creen? Lo que es evidente es que Edward ha dejado una huella en Bella, ¡Y SE VOLVIERON A ENCONTRAR! Pero no olvidemos que Edward dijo que él tenía asuntos qué arreglar, bueno, ya conocimos el "asunto". ¿Será Irina otro obstáculo? Ya lo veremos. Espero que hayan disfrutado del capítulo tanto como yo, y por supuesto, estaré esperando ansiosa sus reviews para saber qué les pareció y leer pronto el siguiente.

Muchas gracias a quienes dejaron su review en el capítulo anterior: Tecupi, alejandra1987, angryc, miop, Leah De Call, Aislinn Massi, Brenda Cullenn, JessMel4, Rosiichita, Tata XOXO, Jade HSos, Cherryland, Lady Grigori, Missannie L, AnnieOR, Gabs Frape, Sully YM, NarMaVeg, PRISOL, Lizdayanna, tulgarita, Car Cullen Stewart Pattinson, MichelleGutierrez, kasslpz, Lupita Pattinson Cullen, Idrt12, bealnum, Ali-Lu Kuran Hale, aliceforever85, Lectora de Fics, Noriitha, Isis Janet, Bertlin, malicaro, saraipineda44, Liz Vidal, injoa, DobleRose, BereB, Adyel, Mafer, EmilyChase, E-Chan Cullen, Hanna D.L, mrs puff, EriCastelo, y algunos anónimos. Saludos y nos leemos en el siguiente, espero que muy pronto. DEPENDE DE USTEDES.