Ahora tengo que declarar como siempre que los personajes no son míos, pertenecen a la autora Stephenie Meyer y la historia fue escrita por la asombrosa autora pattyrose, yo solo la traduzco.

Y como en cada una de mis traducciones, le agradezco enormemente a mi compañera de armas, mi porrista personal y querida amiga, Erica Castelo. ¡Quién diría que tus jalones de orejas seguirían después de once años! T.Q.M!


Capítulo 7 – La chica a la que no le gusta que la pidan primero

Se produce una cavilación en el fondo de mi mente. Por el momento, es solo una vaga introspección, casi etérea e indiscutiblemente superada por sensaciones físicas mucho más inmediatas. Pero como cuando dibujo un esquema arquitectónico y considero cada detalle, esta cavilación no es intrascendente. Es esto:

Los labios de Edward son los más suaves que mis labios nunca… jamás han tocado.

Pero eso no hace que la experiencia de ser besada por ellos sea insulsa o gentil. A pesar de la delicadeza de su carne, son un par de labios firmemente determinados. Se sueldan a mi boca, buscándome con urgencia, su calor constante y su presión incesante. No obstante, ceden a la forma de mis labios, su calor persuadiendo de mi boca un deseo ardiente de moldearse a la suya y probar más de él. Es esta yuxtaposición entre lo dulce y lo ardiente, entre demandar de mi boca, para luego someterse a ella, entre hacerme olvidar que tenemos una audiencia… para luego recordar la audiencia pero consciente que a él le importa una mierda que estén ahí, eso hace de su beso el mejor puñetero beso de mi vida.

Así que, como en uno de esos esquemas antes mencionados, mientras que la colocación precisa de una ventana puede no hacer gran diferencia en los verdaderos planos, la perfección de ese beso no es un detalle insignificante. Porque si esa ventana se coloca de tal forma que cuando la abras, recibas la más cálida de las brisas y pruebes la dulzura del aire…

"Bella." En el repentino silencio que nos rodea, Edward dice mi nombre entre su aliento para luego alejar esos labios de mí.

Cuando mis ojos se abren, me recibe su exquisita boca ahora curveada en una dulce sonrisa. Sus ojos brillan más de lo que jamás los he visto brillar, incandescentes; en realidad, la luz parece irradiar y bañarlo en un brillante resplandor como la nieve. Me recuerdan el largo parque de la casa señorial, por el que pasamos antes de llegar. Sus árboles verdes estaban iluminados con miles de centelleantes bombillas blancas navideñas.

Todo el mundo es un paraíso invernal patas arriba de un cuento de hadas de Navidad. Y sí, me doy cuenta que estoy aturdida y me estoy expresando con poesía mientras estoy embriagada por ese beso. Y también, que todo está bocabajo porque Edward aún me tiene inclinada hacia atrás. Pero…

Pero es mucho más que eso.

Edward se ríe entre dientes, y mientras esa sonrisa se desvía al terreno pícaro, me coloca nuevamente de pie con cuidado.

"Te ves maravillosamente perdida."

"Estaba comparando tus ojos con árboles y nuestro beso con una ventana."

"Bien. Entonces estás ebria."

"No, no estoy ebria. En realidad no," resoplo. "Estaba—"

"¡Apresúrense, toquen algo que haga que todos dejen de ver boquiabiertos y salgan a la pista de baile! ¡Probablemente todos olviden esa abominable exhibición que acabamos de presenciar!"

Cuando ese fuerte siseo se emite desde alguna parte detrás de mí, la fantástica burbuja de ensueño en torno a nosotros se revienta y se esfuma al instante.

Edward sonríe con suficiencia. "Ahh, y ahí está mi abuela."

Estalla un furioso coro de voces curiosas, ahogado por el estruendo del corno francés, seguido por los trombones, y luego por el apabullante ruido del resto de la familia de los metales. Su rugido combinado invita a docenas de parejas a la pista de baile, aunque no sea por otra razón más que evitar quedarse sordos, aunque todavía miran boquiabiertos al caminar. Unos pocos de ellos incluso toman fotos, sosteniendo cámaras descaradamente con los brazos extendidos.

Wow!" Me echo hacia atrás, sonriendo con recelo a mi impredecible paparazzi. "Hola."

"Vamos," Edward se ríe entre dientes. Al mismo tiempo que entrelaza sus dedos con los míos y sin demora me aleja de ahí, empiezo a sospechar que los destellos de luz incandescente que lo rodeaban, en realidad, no eran resplandecientes copos de nieve.

"¿Te interesaría dar un paseo?"

"De hecho, me encantaría…"

Cuando Edward se detiene, yo me paro y choco con él. Sus padres están justo en la orilla de la brillosa pista de baile, y cuando Edward me acerca, tanto lord Edward como lady Elizabeth me sonríen, pero puedo darme cuenta que están desconcertados, por decir lo menos.

"Edward," dice lady Elizabeth, "ese fue un baile interesante."

"Gracias, mamá, y papá. ¿Ya conocieron a mi grácil compañera, la señorita Bella Swan?" Se ríe entre dientes cuando disimuladamente le doy un codazo en las costillas.

"Sí. Sí, la conocimos," dice lord Edward.

"Liam nos la presentó un poco más temprano. Es agradable verte de nuevo, Bella." Es de forma inquisitiva e intencionada cómo lady Elizabeth añade a Liam ahí, pero a estas alturas no puedo culparla. Maldito seas, dulce Liam, y maldita sea yo por no hablar antes.

"Igualmente, lord Edward y lady Elizabeth. Y sí," sonrío, "Liam es un gran chico. Nos hicimos buenos amigos en estos últimos días."

Edward añade sus dos centavos— ¿o son pennies aquí?

"Mamá, ¿recuerdas que te mencioné a una arquitecta que conocí en mi vuelo de regreso de Nueva York hace unos días?"

Lady Elizabeth parpadea dos veces, pero cuando la comprensión impregna enseguida sus rasgos, aplaude como si sus plegarias hubieran sido contestadas.

"¡Por supuesto! ¡La arquitecta! ¡Esa era Bella!"

"Sí, mamá. Esa era Bella."

Lord Edward asiente. "Ahh, ahora lo veo. Tú conociste a Bella primero."

"Bagsy (1)."

"Mamá," Edward la reprende con los dientes apretados.

"¿Qué?" Se ríe entre dientes en respuesta. "¿No es así como lo dicen?"

Antes que pueda preguntar qué por todos los cielos era un 'bagsy', veo a Rosalie y a Alice paradas cerca. Las dos me ofrecen sonrisas, pero aún más que las anteriores en las expresiones de los padres de Edward, una miríada de preguntas danzan en los ojos de ambas.

Jasper, sin embargo, sostiene en alto un gran vaso de cerveza.

Sláinte! ¡Bella, muchacha, ese fue un tremendo bailoteo!"

Junto a Rose, la confundida expresión de Emmett cambió a una de preocupación, y cuando sus ojos se desvían de Edward y yo hacia la persona a su izquierda, comprendo por qué. Liam está parado con las manos metidas en sus bolsillos, su boca en una fina línea. Sus ojos me pasan por completo y se dirigen directamente a Edward en acusación. En el siguiente momento, se da la vuelta y se abre paso entre la multitud.

"Mierda," dice Edward entre su aliento.

"Edward, lo siento," susurro, acercándome a él. "Eso es mi culpa. En mi prisa por aclararle algunas cosas, olvidé mencionarle otras—en particular, el hecho de que tú y yo ya nos conocíamos."

"No es tu culpa." Su mirada sigue a su primo a través de la multitud. "Probablemente debía haber hablado con él antes…" Me mira. "¿Te importaría mucho si voy a hablar con él?"

"No, para nada."

Asintiendo, él se vuele de nuevo hacia sus padres. "Mamá, papá—"

"No te preocupes por nosotros, querido." Las sonrisas de lady Elizabeth una vez más son sin reservas. "Tu padre y yo estamos más que complacidos porque pareces estar disfrutando de la velada. Hablaremos después. ¿Todavía vas a pasar la noche?"

"Sí, señora."

Asiente y se vuelve hacia mí. "Bella, de verdad, fue maravilloso volver a hablar contigo. ¿Espero ver más de ti?"

"Uhm…"

Cuando lord Edward le susurra algo al oído, ella se ríe entre dientes.

"Muy bien. Me detendré. Es solo que estoy… ¡diviértanse!"

Con una mirada furiosa hacia su madre, Edward me aleja.

"Bella, vendré a buscarte en unos minutos."

Hago un gesto hacia mis amigos. "Mientras tanto, haré un mejor trabajo al explicarle al resto de ellos que nos conocíamos previamente."

Cuando él se acerca y roza sus labios en mi frente, una escena del pub un par de días antes cruza por mi mente. Jasper acababa de besar la frente de Alice, y recuerdo haber pensado en ese momento que fue una demostración muy tierna, casi dolorosa por su dulzura. Cuando Edward se aparta, sucede que mis ojos se pasean y encuentran los de su mamá. Ella se ve momentáneamente sorprendida, pero luego me da una dulce sonrisa.

Edward sonríe, perdiéndose el intercambio entre su mamá y yo. "No se pierda mucho esta vez, señorita Swan."

"Intentaré no hacerlo."

"De acuerdo, vamos a asegurarnos que entendimos esto bien. ¿Preparada?"

"Preparada."

Rose, Alice y yo tomamos cada una un sorbo de nuestras respectivas copas de champán mientras Emmett y Jasper se toman su cerveza.

"Bien," dice Rose. Ella inclina su cuello hacia arriba viendo a Emmett. "Entonces, Edward es tu primo…y es el primo de Liam… y es un futuro barón…" Ahora, sus ojos se vuelven hacia mí. "Pero él también es Entrometido."

"Correcto," sonrío.

"Ahh," tanto Alice como Rose asienten.

"Entendieron."

"Sip."

Bebemos de nuestro champán.

"Espera un momento," dice Emmett, alejando con cuidado el champán de la boca de Rose.

"¡Oye!"

"Yo aún no lo he entendido del todo."

"Yo tampoco me entero," dice Jasper, también alejando el champán de la boca de Alice.

Sonriendo, bebo de la mía y los observo.

Como el único de nosotros que conoce la casa, Emmett nos ha llevado a uno de los muchos recovecos en la casa señorial, este está hasta el fondo y debajo de una doble escalinata en el vestíbulo de la casa. Aunque la música de la banda flota en el aire mientras los invitados pasan, el recoveco nos ofrece un poco de privacidad.

"¿Qué es lo que ustedes dos no entienden?" Pregunto por sobre el borde mi vaso.

"¿Quién demonios es Entrometido?"

"Sí, ¿quién jodidos es Entrometido?"

"Jasper, Emmett," dice Alice pacientemente, "Entrometido es el tipo que escuchó la conversación privada entre Rose, Bella y yo mientras Bella estaba en el aeropuerto, esperando su vuelo a Londres."

"Sí, así que ella le dio algo en qué entretenerse," Rose sonríe con picardía.

"Ella le dio una erección," Alice suelta una risita.

"¿Un nabo parado?" Jasper pregunta. "¿Cómo te atreves a darle a alguien un nabo parado en el aeropuerto?"

"Sí, ¿cómo—?"

"Eso… no es importante. Lo que es importante aquí es que después de eso, sucede que Edward y yo nos sentamos uno a lado del otro en el vuelo desde Nueva York, y… hablamos. Y nos reímos," sonreí. "Y compartimos. Y nosotros—"

"— y ustedes se conocieron antes que Liam y tú."

"Sí." Le di a Emmett una sonrisa.

"Pero todavía no entiendo por qué no le contaste a Alice o a mí de tu conexión con Entrometido en ese largo vuelo. ¿Por qué mantuviste eso en secreto?" Rose pregunta.

"Nunca hemos tenido secretos entre nosotras," dice Alice. "Me refiero a que hablamos todos los días—incluso cuando estás en Nueva York."

"Yo…"

"Entonces, la chica que Edward mencionó haber conocido el día antes que Liam te conociera en el pub—" Emmett interrumpe, todavía asimilando las cosas.

"—fuiste tú," dice Jasper. "¡Así que, Edward pide bagsy!"

"De acuerdo." Hago la seña de tiempo fuera. "Es momento de traducir. ¿Qué, por todos los cielos es eso del bagsy?"

"Bagsy es pedir primero. Edward te pide primero que Liam," sonríe Alice.

"¿Pedirme primero? Eso es ridículo. ¿Qué son ellos dos, neandertales de cinco años?"

"¡Estás chalada si crees que no!" Jasper se ríe entre dientes. "¡Todos somos neandertales de cinco años!"

"Disculpa que lo diga, pero Jasper tiene razón, Bella," sonríe Emmett. "Pedir bagsies es muy importante en este caso."

Pongo los ojos en blanco. "Más importante que los bagsies o quién me conoció primero es el hecho de que—"

"—que es con mi primo y no con mi hermano con quién sientes una conexión. Lo entiendo," Emmett se encoge de hombros, tomando de su cerveza. "Pero también es importante que Edward no simplemente te haya sacado a esa pista de baile y te besara con ganas y sin tener una conexión previa contigo, todo mientras sabía que le gustabas a Liam." Me guiña un ojo.

"Sí, sí; eso también es importante," sonrío con suficiencia.

"Y también está el nabo parado," sonríe Jasper, haciéndome un gesto de saludo con su botella de cerveza. "No olvidemos el nabo parado."

"Bueno, sí, eso también es importante," sonrío con suficiencia.

Todos seguimos riendo cuando Edward aparece—con Liam. Los ojos de Edward encuentran al instante los míos. Cuando asiente, sé que todo está bien entre ellos. Y sí, es importante.

"¡Edward! ¡Y Liam!" Exclama Emmett.

"¡Hablando de los diablos!"

"Parece que todos están teniendo una buena charla," dice Edward

"¡No querrás saberlo, amigo, pero te incluye y un nabo— ¡Ay!" Jasper se ríe con ganas cuando le doy un codazo en las costillas.

"Voy a cortarte el suministro."

"¿Vas a cortarme el suministro?"

"Significa que no más cerveza para ti."

"¿No más amarga? Eso no se hace en el Reino Unido. ¡Ay!" Se ríe otra vez cuando lo codeo una vez más.

"¿Todo está bien, entonces?" Emmett pregunta, sujetando el hombro de su hermano.

"Sí. Claro."

Cuando Liam me mira a los ojos, le ofrezco una gran sonrisa. "¿Nosotros estamos bien, Liam?"

"Sí," sonríe. "Sí, todo está bien. Con el bagsy y todo eso."

"¡Es más que el bagsy!" Grito.

"Sí, es más que bagsy," concuerda Edward con una risita.

"En ese caso," dice Emmett, "¡permíteme ser el primero en tomarte el pelo, Ed, y recordarte que la abuela va cortarte las jodidas bolas!" Se echa a reír.

"Está más que un poco molesta, ¿cierto? Bueno, mejor tú que yo, amigo," Liam sonríe, sujetando el hombro de Edward.

Rodando los ojos, Edward desliza un brazo alrededor de mis hombros y me acerca a él. Me mira detenidamente, evaluando mi reacción. Es algo dulce, reconfortante y la misma vez, está reafirmando su posición. Deslizo un brazo alrededor de sus caderas y la reafirmo junto con él.

"Estoy más que de acuerdo," asiente despacio, con sus ojos en los míos. "En este caso, mucho mejor yo que tú."

Todos nos reímos.

Después, Edward y yo nos separamos del grupo por un rato. Caminamos por los largos pasillos de la casa señorial de la mano, conversando y riendo. Entre más nos alejamos del salón de baile, está más tranquilo.

"Me gusta la decoración en este castillo. Carece de los ornamentos y decoraciones de los salones de fiesta, pero todo es maravillosamente discreto en su belleza e historia."

"Gracias. Y es una casa señorial," Edward corrige.

"No está decorada con un montón de adornos ni pintura de oro."

"Mamá odia todas esas tonterías. Ella siempre dice que espera que si hay una futura señora de la casa, que no se exceda."

"¿Si la hay?"

"Puede que pronto donemos la casa señorial a la Sociedad Histórica."

"¿En serio? ¿Por qué?"

"Es bastante costoso mantenerla. Y aunque mi padre se casó con una mujer con título, la familia de mi mamá no es rica."

En el último minuto, cambio de opinión sobre mi próxima pregunta y digo algo más propicio.

"Bueno, lo lamentaré si terminas por tener que deshacerte del lugar."

"No lo hagas," resopla. "No va a ser demolido. Aún tendrá toda su rica historia, pero se compartirá con el público."

"En realidad, esa es una buen forma de verlo."

"Definitivamente lo creo así. Mamá e incluso papá, en gran parte, también lo creen así. Es a la abuela a quién le parece inconcebible despedirse de este lugar. Ella se casó aquí, tuvo a sus hijos aquí, mi abuelo murió aquí…" Suspira.

Una vez más, me desvío de las preguntas que arden en mi cabeza.

"Cuéntame de esos fantasmas que aseguras viven aquí. ¿Es tu abuelo uno de ellos?"

"No. Hay un caballero," sonríe, "que lleva puesta esa armadura que ves ahí." Hace un gesto hacia un traje de armadura que pasamos. "Y la ilustre lady en esa pintura," – señala con su mandíbula hacia una pintura que pasamos—"ella estaba enamorada del caballero."

"Estás inventando eso porque de casualidad pasamos por esas reliquias."

Se echa a reír.

"Edward, tienes una imaginación muy activa."

"En realidad, no." Me mira a los ojos mientras caminamos. "Por ejemplo, todavía no puedo creer que estés aquí."

"Yo tampoco puedo creer que esté aquí, caminando y bailando con un barón." Tarareando, lo rodeo como si estuviéramos todavía bailando. Pasan unos cuantos invitados, mirándome con curiosidad.

"Lamento si estoy haciendo un espectáculo de nosotros. No—"

Edward me acerca, acunando mi rostro entre sus manos y buscando en mis ojos antes de presionar su boca en la mía. Nuestros pies inmóviles mientras él dice entre su aliento contra mis labios abiertos.

"Deja de disculparte. Y olvidaste agregar besar a un barón. No olvides besar a un barón."

"No lo haré," susurro contra su boca. "Para nada."

"Y es heredero a la baronía." Cuando mordisqueo su labio inferior, se ríe entre dientes al apartarse, volviendo a tomar mi mano y continuando nuestra caminata.

"Eres un provocador en todos los sentidos, barón Masen."

"¿Cómo te estoy provocando ahora?" Resopla.

"Tú sabes cómo."

"Quizás si supiera a ciencia cierta qué es lo que te gusta. No sé cómo es dónde tú eres, pero 'no asumir' es una de las primeras cosas que aprendes cuando estudias leyes aquí en el Reino Unido. Y es lord Edward, no barón Masen. Como dije, soy el heredero—"

Cuando salto frente a él, lo tomo por sorpresa. Aun así, me levanta fácilmente en sus brazos, acunando mi trasero, con la excitación danzando en sus ojos.

"¿Y dice que yo la estoy provocando, señorita Swan?"

"Así es como me provocas." Deslizando mis brazos alrededor de su cuello, inclino mi boca hacia la suya y separo sus labios con mi lengua. Él gime cuando nuestras lenguas se encuentran, haciendo los mejores sonidos en la base de su garganta, como un hombre sediento que está tragando la bebida más deliciosa. Solo me aparto porque mis malditos pulmones demandan aire. En cualquier caso, ambos estamos sin aliento, con el pecho agitado.

Se ríe entre dientes. "Muy bien. He aprendido mi lección."

"¿Ah, sí? En ese caso, ya no tenemos que besarnos." Cuando pretendo soltarlo, Edward aprieta su agarre y captura mis labios una vez más.

"O quizás necesito que me expliquen de nuevo."

"Cuéntame más," dice Edward.

"¿Qué más quieres que cuente?" Me echo a reír mientras paseamos. "Te he contado todo sobre crecer en Arizona. Te conté sobre el par de años que pasé en Forks—y créeme, lo adorné; no hay mucho que contar cuando se trata de Forks."

Se ríe entre dientes. "¿Siempre supiste que querías mudarte de Forks a la ciudad de Nueva York?"

"No," sonrío. "A decir verdad…" Suspiro, "a decir verdad, lo que amaba más de vivir en Nueva York era vivir con Rose y Alice, y apenas acabo de darme cuenta de eso recientemente."

"Las extrañas tremendamente cuando no están juntas," dice en voz baja. "Veo lo feliz que estás cerca de ellas."

"Lo estoy. O sea, hablamos todo el tiempo, pero… últimamente he cometido errores estúpidos." Desvío la mirada de él. "Creo que solo me sentía sola. Y eso es algo que recientemente comprendí. No es una excusa, pero…"

Asiente, pero con lo mucho que me ha pedido que me explaye toda la noche, afortunadamente no me pide que me explaye en eso. Lo haré, pero no ahora.

"Si te sientes sola en los Estados Unidos, puedo ir a visitarte," dice bromeando. "Incluso me sacrificaré y volaré en económica."

"¿Volarás en económica de nuevo?" Levanto mis dos cejas.

Se ríe entre dientes. "Bueno… solo si tú vuelas conmigo. Aún mejor, ¿alguna vez has considerado mudarte a Londres?"

Me toma unos momentos ordenar mis pensamientos sobre eso antes de responder. "Lo pensé cuando Alice y Rose decidieron mudarse aquí. Pero… creo que se me metió en la cabeza que tenía que probar algo, que tenía que probar que podía estar por mi cuenta y tener éxito."

"Pero por lo que me has contado, sobre crecer con una mamá que prácticamente es como una hermana más joven y un papá introvertido, has pasado mucho tiempo por tu cuenta, cuidando de ti misma y has tenido éxito."

"No sé si diría que he tenido éxito, Edward."

"¿Por qué? ¿Por qué has cometido algunos errores? Todos cometemos errores, Bella. No nos convierte en fracasados."

No respondí porque, ¿qué se supone que le diga? ¿'Fue tan grande mi fracaso como adulta que tuve una aventura'? Tal vez debería. Quizás solo debería decirlo. Pero después de un largo momento, cambio de tema.

"Ahora vamos a hablar de ti."

"¿Otra vez? Prefiero hablar de ti."

"Pero tú eres el barón," sonrío.

"Honestamente, no es gran cosa como muchos piensan. En el Reino Unido barones los hay por montones. Apenas puedes patear una pelota de fútbol soccer sin darle a uno."

Me río con ganas. "Bien, bien; dejaré de tomarte el pelo con eso del barón. Liam mencionó que no te agrada el concepto."

Frunce sus labios, que todavía están un tanto hinchados por todos nuestros besos. "Es un concepto anticuado con muchas reglas; muchas expectativas obsoletas—al menos, de la forma en que mi abuela trata de imponerlo." Es su turno de mantener la vista fija hacia el frente. "Ella es de la época en la que tus padres y ancestros elegían a tu esposo o esposa, y está orgullosa de ello."

"¿El matrimonio de tus padres fue arreglado? Lo siento," digo en seguida. "No debí haber preguntado—"

"No, está bien," dice tranquilamente, "y no, no fue arreglado. Mamá y papá se enamoraron, aunque mi abuela agradece a Dios muy a menudo que mi papá se enamorara de la hija de un noble—sin importar lo pobre que fuera ese noble."

"El matrimonio no ayudó con la conservación del castillo—disculpa, casa señorial," digo.

"Estás entendiendo," sonríe.

"Y… ¿tus padres esperan que te cases con la hija rica de un noble?"

"No, mis padres no. A mis padres les encantaría tener nietos algún día y no les importaría que los engendrara con un erizo."

"Voy a terminar con dolor de estómago esta noche por reír tanto…" Me río, luego digo con más cuidado. "Pero tu abuela…"

"—le aterra perder su casa señorial."

"¿Y por ende, lady Irina…?"

"Me enamoré de Irina, Bella," responde él con honestidad después de un instante. "Dio la casualidad que sí, ella venía de una familia acaudalada y de la nobleza. Pero… en ese entonces, prácticamente era a todo lo que yo estaba expuesto."

"Ella es hermosa," digo.

"Lo es."

"Y elegante."

"Sí."

"Y sofisticada."

"Muy sofisticada."

"Y alta, y con gracia, y rica y probablemente sirve el té de forma impecable, y puedes detenerme cuándo quieras."

Su mirada divertida encuentra la mía. "Entonces, ¿es esa otra peculiaridad americana? ¿Molestarse uno mismo, para luego culpar a la otra persona?"

Cuando ruedo los ojos, él se ríe entre dientes. "Irina y yo fuimos criados en un entorno familiar, con similares costumbres, tradiciones, etcétera. Por un tiempo, las cosas estuvieron bien. No voy a negarlo. Nos llevamos bien. Incluso consideré… proponerle matrimonio."

"Wow." Trago a través del inexplicable nudo en mi garganta.

"Pero algo empezó a sentirse distinto. Así que, rompimos; luego nos reconciliamos. Eso ocurrió un par de veces. Cada vez que nos reuníamos, yo esperaba que ese ingrediente faltante se materializara mágicamente."

"¿Pero no lo hizo?"

Me mira de soslayo. "Ahora preguntas algo de lo que ya escuchaste a escondidas la respuesta."

"¡Eso fue un accidente!"

Se echa a reír.

"Pero ya que estamos hablando de lo que escuché por accidente… ella dijo que tú estabas buscando perfección. ¿Es eso cierto?"

Sacude su cabeza, sonriendo. "Todo lo contrario. Como tú misma lo dijiste, ella es hermosa, y es elegante, y sirve una buena taza de té."

"Caray, ¿qué más puedes pedir?" Pregunto con sarcasmo.

"Quizás… quizás alguien que sea tan propensa a derramar el té como a servirlo perfectamente; que sea tan propensa a tropezarse con sus propios pies, para luego maldecir como un pirata por ello; alguien que ahuyente a un caballero intentando brindar ayuda en el aeropuerto en vez de permitir que hagan las cosas por ella. Quizás alguien que obviamente tiene problemas con su coordinación visomotriz… pero habla magistralmente sobre las estructuras en las que está trabajando. Alguien que verdaderamente comprenda el valor de la amistad… de solo… hablar. Y sí, alguien que se las arregle para verse hermosa mientras comete todas esas atrocidades. Y esa… esa sería una mujer algo especial."

Todo el aliento me deja de golpe. Cuando finalmente me atrevo a mirar a Edward… su mirada ya está sobre mí.

"¿Tienen ese dicho en Estados Unidos, 'No eres tú, soy yo'?"

"Sí, decimos eso en Estados Unidos," sonrío con suficiencia, desconcertada. "También logramos pasar de los monosílabos para comunicarnos."

Se ríe entre dientes. "Mi punto es, que Irina es todo lo que siempre estuvo destinada a ser. Pero yo…"

Tirando de mi mano, Edward me mete de prisa en otro recoveco. Sorprendida, doy un pequeño chillido cuando presiona mi espalda contra la pared y sujeta mis hombros—de forma delicada pero con firmeza.

"Bella…"

Entonces, inclina su cabeza hacia un lado, sus ojos entornados al acercarse poco a poco…

Coloco mi palma sobre su pecho para detenerlo. "¿Todavía la amas?"

Frunce el ceño, al parecer confundido por la pregunta.

"Todo lo que dijiste no significa que hayas dejado de amarla."

"Para ser claros," me sostiene la mirada, "Ya no la amo, no. No estaría aquí contigo si hubiera incluso la más mínima posibilidad de ello. Ella es una mujer encantadora. Simplemente no es la mujer para mí."

Exhalo en alivio. "Es solo que no quiero quedar en una posición en la que sea de nuevo la otra mujer."

Él arquea una ceja. "¿De nuevo?"

Mi corazón se detiene al darme cuenta de lo que acabo de decir. Instintivamente, bajo la mirada, pero Edward desliza un dedo gentilmente bajo mi mandíbula y persuade a mis ojos a volver a los suyos.

"Hice algo realmente… verdaderamente estúpido allá en casa," admito, con mi voz temblorosa.

"¿La complicación?"

Cuando solo puedo asentir, él también asiente, exhalando pesadamente, su aliento cálido baña mi rostro.

"Más que el hecho de que obviamente alguien te ha hecho cuestionarte la integridad de otros, aborrezco que él haya hecho que te cuestionaras la tuya. Espero que no sea por él que crees que has fallado, Bella, porque nadie que te conozca por más de medio minuto puede evitar pensar lo contrario."

"Gracias por decir eso, pero, Edward… me he convertido en este tipo de persona solapada que nunca fui—incluso Rose y Alice lo han notado. No sé cuándo me volví así. O quizás sí. Tal vez soy solo una persona horrible, y nunca me había dado cuenta."

Él se queda callado por un minuto, buscando en mis ojos. "Voy a decirte algo, y tu reacción a lo que diga probará si eres, realmente, del tipo sospechoso y solapado."

Tomo una respiración profunda y la dejo salir poco a poco. "Adelante."

"Muy bien, entonces. Ese baile que compartimos, así como el beso, tal vez incluso la caminata que hemos estado compartiendo, y quién sabe qué más, es posible que incluso en este preciso momento…" – mira de la izquierda a la derecha, antes de devolver su suave mirada hacia mí—"se compartirá en ciertos sitios de redes sociales, incluso quizás en un periódico o dos."

"¿Qué?" Resoplo.

"Es cierto, no soy Harry o William, meramente soy un humilde heredero a una baronía, y como dije, proliferamos en Gran Bretaña, por lo que probablemente no llegará a los titulares de Page Six, o a ninguna de publicaciones más impor—"

"¿Hablas en serio?"

"Por completo." Me sostiene tranquilamente la mirada. En el siguiente momento, cuando estallo en carcajadas, él se ríe conmigo.

"¿Ves? Si realmente fueras del tipo solapado, no te estarías riendo ante la posibilidad de nuestra relación siendo anunciada en cada uno de los medios de comunicación secundarios en la nación."

"¡Basta!" Agarro mi estómago, a sabiendas que estaría doblada en este momento por la fuerza de mis carcajadas si Edward no me estuviera sosteniendo. Mientras tanto, él simplemente me observa, sonriendo. Pero cuando asimilo las implicaciones de lo que él acaba de decir, dejo de reír—en vez de eso, mi corazón se acelera.

"¿Nuestra relación? ¿Estamos en una relación?"

"Bueno… obviamente, solo las primeras etapas, pero yo espero…" Esta vez, cuando se acerca, no hago ningún intento por detenerlo, más bien deslizo una mano alrededor de su nuca y lo acerco…

"Bella…"

"Edward…"

"¿Edward?"

"Maldita sea." La boca de Edward forma una fina línea.

"Oh-oh," digo entre mi aliento, quedándome perfectamente quieta, "nos han encontrado."

"¡Edward!" Lady Charlotte repite. "¿Me escuchaste?"

"Nuestros ancestros muertos te escucharon, abuela," responde sin quitarme los ojos de encima.

"¡Es lady Charlotte cuando estamos en público, Edward! ¡Lo sabes!"

"Con todo respeto, abuela," no hace el intento por ocultar la impaciencia en su tono, "por favor, vete. Estoy en medio de algo importante, y descortésmente estás interrumpiendo."

"Sí, eso veo. ¿Cuál de las jóvenes damas tienes arrinconada aquí esta noche? ¿Es lady Irina?"

Sus fosas nasales se ensanchan. "Abuela, sabes muy bien que no es Irina, y apuesto esta ventosa casa, junto con su título correspondiente, que sabes muy bien a quién estaba por besar."

"Vas a cabrearla (2)," siseo mientras trato de fundirme en la pared.

"Esa palabra significa algo completamente diferente aquí, mi peculiar americana," sonríe Edward antes de alejarse de la pared y llevarme con él. "Abuela, ¿qué podemos hacer por ti?"

Ella ni siquiera me mira. "No por mí, jovencito, por tus invitados."

"Ya que tú planeaste la fiesta, abuela, e invitaste a todos los que me prometiste que no invitarías, son tus invitados."

"¡Edward!"

"Edward, deja de provocarla," siseo.

"¿Qué está diciendo la abeja?" Lady Charlotte dice furiosa.

"¿La abeja?"

"Está bien, Edward. Francamente, es una historia graciosa."

"Abuela, te amo, pero decir que no eres mi dama favorita en este momento sería el eufemismo del año."

"¡Estamos por servir la cena navideña, y sea que yo te agrade o no en este momento, tu eres el invitado de honor! ¡Simplemente no es apropiado que no estés ahí!"

"Es una verdadera lástima, pero—"

"Puedes traer a la abeja, por supuesto," agrega con los dientes apretados.

"¿Qué es eso de la abeja?"

"Edward, está bien. En serio. Ven, vamos." Tiro de su mano, pero Edward se mantiene firme.

"¿Prometes ser cortés y respetuosa con Bella, lady Charlotte?"

"¿Hablas en serio?" Exclama ella, obviamente ahora ofendida. "Yo soy la honorable viuda baronesa Masen, nacida y criada de forma impecable, casada en una de las líneas de baronía más antiguas en la nación, y no necesito que me digan—"

"Lady Charlotte, Edward solo está bromeando," sonrío.

"¿Bromeando? ¿Hemos pasado de la diversión a las bromas? ¡Hmph!"

"Claro que él estará en la cena navideña."

"Nosotros estaremos en la cena navideña," él aclara.

"Hmph." La lady entrecierra sus ojos a unas rendijas, mirándome a los ojos por una fracción de un momento antes de girarse sobre sus talones.


(1) Como se explica más adelante en la historia, esa palabra se usa en el Reino Unido para pedir primero algo.

(2) La palabra en inglés aquí es 'piss off' slang o jerga para enojado en Estados Unidos, en el Reino Unido estar 'pissed' no significa estar enojado sino borracho :P


¡Viejita condenada! Jajajaja, la trae contra la abeja. Pero apoco no da gusto ver cómo Edward no se deja intimidar por ella. Él sabe lo que quiere, y al parecer sus padres aprueban, el único problema aquí es que Bella no sabe pasar desapercibida como muy bien la describió Edward jajajaja, así que todavía veremos otras metidas de pata por ahí. Lo bueno es que a Edward le gusta tal como es, jejeje. Y bueno, el malentendido con Liam se arregló y Alice y Rose ya saben que Edward es Entrometido, pero la fiesta continúa y como ya vimos, lady Charlotte no está muy contenta de ver a Edward con la abeja, ¿qué creen que vaya a hacer al respecto? ¿E Irina? Ya sabemos que Edward ya no la ama, pero en algún momento lo hizo y seguro que Irina lo sabe, ¿aceptará dejarlo ir? Ya lo veremos, y todavía le queda a la fiesta para verlo. Por otro lado, es bueno ver que Bella ya parece haber resuelto su conflicto respecto a Él, ya vio por qué, aunque no es una excusa, cometió el error de salir con alguien casado, aunque como sabemos la culpa no fue de ella. En fin, espero que hayan disfrutado del capítulo y sobre todo, esperaré ansiosa para saber qué les pareció y así poder leer el próximo capítulo, no olviden que sus reviews son muy importantes para nosotros porque así sabemos si están disfrutando de la historia, es la recompensa que recibimos por dedicar tiempo para su diversión.

Muchas gracias a quienes dejaron su review en el capítulo anterior: Missannie L, Aislinn Massi, Leah De Call, Maryluna, Tata XOXO, Paola Lightwood, calvialexa, JessMel4, Rosiichita, twilight-love1694, MichelleGutierrezs, kasslpz, Lupita Pattinson Cullen, Isis Janet, Hanna D.L, PRISOL, Yoliki, BereB, bealnum, weirdandmore, Brenda Cullen, yenliz, Car Cullen Stewart Pattinson, angryc, malicaro, Sully YM, Lauguilln, tulgarita, DobleRose, Cherryland, Ali-Lu Kuran Hale, Mio 1973, Rose Hernandez, E-Chan Cullen, Adriu, Lizdayanna, Idrt12, Lady Grigori, Adyel, Liz Vidal, injoa, Wenday 14, NarMaVeg, AnnieOR, Bertlin, Noriitha, aliceforever85, EriCastelo, Tecupi, saraipineda44, alejandra1987, Mafer, nelsy, Lectora de Fics, y algunos anónimos. Saludos y nos leemos en el siguiente, espero que muy pronto. DEPENDE DE USTEDES.