Ahora tengo que declarar como siempre que los personajes no son míos, pertenecen a la autora Stephenie Meyer y la historia fue escrita por la asombrosa autora pattyrose, yo solo la traduzco.
Y como en cada una de mis traducciones, le agradezco enormemente a mi compañera de armas, mi porrista personal y querida amiga, Erica Castelo. ¡Quién diría que tus jalones de orejas seguirían después de once años! T.Q.M!
Capítulo 8 – La chica que brindó (1)
"Here we come a-wassailing
Among the leaves so green,
Here we come a-wassailing,
So fair to be seen…"
Edward y yo vemos cómo cantan el villancico desde el fondo de la antesala—un espacio entre el salón de baile y el comedor que, como el salón de baile, está engalanado de forma festiva para la velada. Los invitados a la fiesta se pasean, agarrando tazas de cristal vacías de camareros que las llevan sobre enormes y ornadas bandejas de plata. Una vez que han tomado sus tazas, los invitados se reúnen alrededor del gigantesco árbol de Navidad para ver a los cantores. Aun así, no conseguimos pasar completamente inadvertidos. Un par de miradas curiosas nos ven, y surgen los susurros.
De pie detrás de mí con sus manos en mis hombros, Edward acerca su boca a mi oído.
"Ignora a los bastardos fisgones. Son principalmente los conocidos de mi abuela, de todos modos."
"¿Así como sus hijas solteras en edad casadera?"
Se ríe entre dientes pero no responde. Sonriendo, vuelvo a mirar hacia el frente. "Este villancico es realmente genial."
"No es exactamente un villancico. Es wassailing, como dice la canción."
"¿Wassa qué?" Pregunto.
Se ríe entre dientes. "Wassailing, mi chica americana. Es otra tradición ancestral que mi abuela se rehúsa a abandonar," murmura, "aunque esta la disfruto bastante—en su mayor parte. 'Wassail' viene de las palabras anglosajonas, 'waes' y hael', que significan 'buena salud'."
"Pensé que wassail era una bebida de manzana parecida a la sidra."
"Wassail es sidra de manzana especiada, sí, pero originalmente era una celebración de la época feudal. En la Noche de Reyes, el lord de la mansión ofrecía comida y bebida a los campesinos a cambio de su bendición y buena fe. Los campesinos a su vez le concedían su buena fe en la forma de una canción."
"Love and joy come to you,
And to you your wassail too,
And God Bless you and send you,
A happy New Year,
And God send you,
A happy new year!"
"¿Está canción?"
"Muchas canciones, como la siguiente, te desean Feliz Navidad mientras demandan pudín de higos."
"Good tidings we bring to you and your kin
We wish you a merry Christmas and a happy new year!
Oh, bring us some figgy pudding!
Oh, bring us some figgy pudding…"
"¿De ahí viene esa canción? ¿Del Wassailing?"
Una vez más, Edward se echa a reír. "Wassailing es la base de un buen número de villancicos navideños, pero no siempre fue una práctica tan inocente. Algunas veces en vez de bendiciones, los campesinos maldecían o hacían destrozos en las casas señoriales si no se les invitaba buena comida y bebida en Navidad."
"We won't go until we get some
We won't go until we get some
We won't go until we get some
So bring it right here!"
"Por otro lado, muchos de esos campesinos eran explotados por sus lores y estaban literalmente muertos de hambre y por lo tanto, legítimamente exasperados y resentidos." Ahora hay un filo en su voz. "Muchos de los lores de las casas señoriales—incluyendo algunos de mis ancestros—fueron unos viejos bastardos."
Nuevamente, desvío la mirada hacia arriba. "La historia no siempre es tan favorable como los narradores lo dan a entender, ¿eh?"
"Por lo general, hay otra perspectiva de la historia, sí."
"No solo es con los británicos. También en Estados Unidos, tenemos partes de la historia y la tradición que no—"
"¿De nuevo está la abeja tratando de comparar lo incomparable?"
Lady Charlotte aparece de la nada y parada a mi lado, de algún modo se las arregla para mirarme por debajo de su nariz aunque yo soy más alta.
"Solo estaba diciendo—"
"Lo que en América consideran historia es un cuento mediocre de cinco minutos y costumbres ajenas que han sido retorcidas y corrompidas."
"Abuela, ¿no te pedí que—?" Empieza a decir Edward.
"Eso no es exactamente correcto, lady Charlotte. América ha existido desde mucho antes que los europeos la colonizaran, y su historia es tan larga y rica como es la de esta parte del mundo."
Como era de esperarse, los ojos verdes de lady Charlotte se amplían. Su boca se abre como si pretendiera replicar pero entonces se queda abierta como si no pareciera encontrar nada con que contestar.
"Bueno. El wassail se servirá pronto," espeta. "¡Tomen sus tazas para el brindis, y después tendremos una cena de Navidad británica!"
"Mierda," siseo cuando se aleja. "Strike dos. O veinte. ¿Por qué demonios no puedo simplemente cerrar la boca?"
Edward simplemente se ríe entre dientes.
"No es gracioso," sonrío con suficiencia. "Esa es la segunda vez que la contradigo en defensa de mi insignificante parte del mundo."
"Bien por ti y bien por América. Y yo que estaba preparado para hacer el papel de caballero en brillante armadura en defensa de su bella doncella, cuando al parecer ella es bastante capaz de matar al dragón por su cuenta." Él me mira con abierta admiración. "Sucede que me encanta el hecho de que no puedes mantener la boca cerrada en ninguna situación."
"Sí, bueno, estoy segura que su ladrido es peor que su mordida."
"No." Sacude su cabeza. "No, su mordida puede ser bastante rabiosa."
"Vaya, gracias por las palabras de consuelo."
Una vez más, se ríe entre dientes. "Bella, no permitas que mi abuela te haga sentir incómoda. No solo le das lo que quiere," me advierte él, "sino que no hay razón para que te sientas nerviosa. Con respecto a morderte…" Susurra, sus labios rozando el lóbulo de mi oreja. "Me gustaría solicitar ese trabajo…"
Retrocediendo, me mira a los ojos tranquilamente mientras un escalofrío sube por mi espalda. "¿Si te parece bien?" Dice evasivo.
"No me verás deteniéndote."
Por un largo rato, nuestros ojos permanecen fijos. Cuando estallan los aplausos a nuestro alrededor, me sobresalto hasta que me doy cuenta que están aplaudiendo por el espectáculo y no a Edward y a mí por ponernos atrevidos. Riendo, me doy la vuelta y aplaudo junto con ellos, agregando algunos silbidos, por si acaso. Cuando miro a Edward, él me observa con una sonrisa.
"Gozo de verte disfrutando de las cosas."
Ofreciéndole una risita, me vuelvo nuevamente hacia la multitud ahora dispersándose.
Es entonces que veo a lady Irina y su vestido de tul rojo parada en la parte delantera. Una pareja mayor asumo que sus padres están con ella, así como lady Charlotte, sus miradas dirigidas hacia mí.
"¡Bella! ¡Edward! ¡Por aquí!"
Me siento agradecida cuando la cabeza de Emmett sobresale de la multitud, y nos hace un gesto para acercarnos.
…
Nos reunimos con Emmett, Rose y el resto, y después de unos minutos, aproximadamente una docena de personal de servidumbre entra marchando al salón en línea recta. Cada camarero lleva otra de esas bandejas de plata ornamentada, pero en lugar de tazas vacías, esas bandejas contienen poncheras de cristal rebosantes de humeante y rico wassail color caramelo. Varitas de canela dan vueltas en el interior, y rebanadas de manzana flotan encima. Con un movimiento impresionantemente sincronizado al estilo Rockette, todos los camareros se detienen a la vez y miran hacia el frente con expresiones en blanco y estoicas. Luego, cada uno se queda parado y soporta el peso de su bandeja mientras los invitados se sirven.
Disfrutando del espectáculo, aplaudo de nuevo, pero esta vez, cuando miro a Edward, en vez de sonreír su mandíbula está apretada.
"No puedo creer que todavía esté haciendo esto."
"¿Haciendo qué? ¿Servir sidra de manzana?"
"Es wassail," me corrige lady Charlotte, una vez más materializándose de la nada.
"A eso me refiero, lady Charlotte. Wassail."
"Abuela, más apremiante que el nombre de la maldita bebida es el hecho que hablamos sobre esto, ¿no es así? Sin embargo, así como la lista de invitados, ignoraste por completo nuestra discusión." Cuando Edward lanza sus manos hacia arriba en evidente exasperación, lady Charlotte cuadra sus viejos hombros y levanta su arrugada barbilla.
"No tengo idea a qué haces alusión."
"¿Aludir? No estoy simplemente aludiendo. Nosotros…"
Sin tener idea de qué susurran acaloradamente ahora y necesitando una maldita bebida antes de decir algo más inapropiado, me dirijo hacia las poncheras, donde me sirvo sidra—disculpen, wassail. Cuando le ofrezco al camarero un apresurado "gracias" y no recibo una respuesta ni una mirada en mi dirección, naturalmente asumo que hablé muy bajo. ¿Por qué más me ignoraría? Y lo último que necesito es proporcionarle a la abuela de Edward otra razón para creerme una salvaje. Por eso, acercándome a la línea de visión del camarero y determinada a remediar mi descortesía, le doy una sonrisa y reitero mi gratitud con más énfasis.
"¡Muchas gracias!"
Los siguientes eventos ocurren en rápida sucesión.
Los ojos del camarero se desvían hacia mí, asustados, al parecer, tanto por mis modales como por mi proximidad.
En esa milésima de segundo, su mano derecha se resbala del asa de la bandeja, la bandeja se inclina y yo murmuro… una palabra cuestionable.
"Mierda."
No te imaginarías lo alto que pueden escucharse las maldiciones murmuradas y el rechinido del cristal deslizándose en la plata cuando estás en un concurrido salón lleno de nobleza.
Por supuesto, en mi vista periférica, noto vagamente que muchos pares de ojos se vuelven en mi dirección. Por qué no, ¿cierto? Mientras la ponchera llena se mueve y desliza, me quedo parada mirando antes de que mis reflejos finalmente respondan y mi mano vacía se extienda. Cuando logro agarrar el cucharón, sonrío, felicitándome mentalmente por otra fracción de segundo antes de darme cuenta que estoy ahí parada sosteniendo un cucharón vacío. Mientras tanto, la ponchera llena sigue deslizándose por la bandeja.
"Santo…" Digo entre mi aliento, encogiéndome y cerrando los ojos con fuerza mientras espero el inevitable estruendo.
Dos segundos después, cuando el estruendo todavía no ha llegado, vuelvo a abrir los ojos.
Rose y Alice están conmigo, una parada a cada lado… mientras Edward está sobre una rodilla frente a mí. Sus palmas extendidas debajo de la bandeja, que él sostiene como el Atlas cargando el mundo.
"¿La tienes, amigo?" Le pregunta al camarero.
El camarero recupera su fuerte agarre de ambas asas y levanta la bandeja.
"Sí, señor. ¡La tengo!"
Cuando Edward se vuelve a poner de pie, me acerco en seguida y le doy al camarero una mirada de disculpa.
"Lo siento, mucho."
"No pasó nada, señorita. No hubo ningún daño."
Después me vuelvo de prisa hacia Edward, que toma el cucharón de mi mano.
"Buen trabajo," sonríe.
"Edward, lo lamen—"
"Basta. Fue un accidente. ¿Tú, estás bien?"
"Estoy bien, pero lamento mu—"
"¿Le preguntas a la abeja si ella está bien?" Lady Charlotte está, por supuesto, una vez más a mi lado. "¡Esas poncheras son antiguas reliquias de familia, así como las bandejas de plata!"
Las fosas nasales de Edward se ensanchan, y se acerca y se dirige a su abuela.
"Abuela, te he dicho por años que pedir que personas sostengan esas pesadas bandejas, cargadas aún más con las poncheras llenas, es inhumano," sisea.
"¡Es tradición! ¡Es la forma en que nuestros ancestros siempre han celebrado la ceremonia del Wassailing en Masen Park!" Ella sisea en respuesta.
"No todas las tradiciones deberían continuar, abuela," Edward dice furioso, pasando una mano por su cabello. "Ya no somos los lores y las ladies de la casa señorial. Esos días pasaron, y esto tenía que ocurrir." Suspirando, se endereza y sus ojos buscan en el salón, le hace un gesto a alguien. Mientras tanto, trato de ofrecerle a lady Charlotte mi disculpa.
"Me disculpo, lady Charlotte. Fue un completo accidente."
Ella arquea una ceja. "Me atrevo a decir que ese no es el accidente aquí."
Cuando Emmett, Liam y Jasper aparecen, Edward se vuelve a dirigir a su abuela. "Voy a llevarme a Emmett, Liam y a su amigo Jasper y vamos a buscar unas cuantas mesas desplegables almacenadas para colocar las poncheras—"
Ella se echa bruscamente hacia atrás, y por un segundo, me pregunto si 'mesas desplegables' es jerga en esta parte de mundo para crack o cocaína—así de horrorizada se ve lady Charlotte por la sugerencia de Edward.
"¿Vas a encontrar qué? ¿Mesas desplegables? ¡Qué! ¿Para traer aquí?" Mira alrededor del salón, desconcertada.
"Abuela—"
"¡Esto es Masen Park! ¡No colocamos mesas desplegables! Y la abeja—"
"Abuela," repite él en advertencia por entre sus labios que apenas se mueven.
"—distrajo al camarero con su ridícula gratitud—"
"¡Abuela!" Edward dice en un fuerte susurro.
Por un largo momento, se fulminan el uno al otro con la mirada, ambos rehusándose a ceder. Edward es el primero en romper el enfrentamiento de miradas, volviéndose a mí con una sonrisa, pero sus palabras dejan claro que no va cambiar de parecer.
"Vamos a buscar esas mesas, y volveremos en seguida, ¿de acuerdo?"
"Está bien."
Cuando se aleja, siento más que ver la furiosa mirada de lady Charlotte redirigirse hacia mí. Efectivamente, cuando me atrevo a mirarla a los ojos, ella parece estar lista para respirar fuego sobre mí.
"Lady Charlotte, de verdad, yo lo—"
Desviando sus ojos de mí, se marcha.
"—lamento."
…
"Deberías haber visto tu rostro desde el otro lado del salón," dice Rose, bebiendo de su wassail. "Fue divertidísimo."
Pongo la palma en mi frente, incapaz de siquiera mirar alrededor. Mientras tanto, Rose y Alice apenas si pueden contener su risa. Finalmente hemos entrado al comedor, marchando hasta el final después de toda la gente importante. Mientras esperamos a que vuelvan a aparecer los chicos, tomamos nuestros asientos.
"Y luego tu agarras el maldito cucharón," resopla Alice.
"¿Qué se supone que hiciera?" Frunzo el ceño con pesimismo. "Fue una decisión de una milésima de segundo."
"Gracias a Dios por los rápidos reflejos de Edward. Sostuvo esa bandeja sin ningún problema."
"Sí," sonrío al recordar esa parte. "También levantó muy fácilmente mi equipaje de mano."
Rose levanta las manos frente a ella como si estuviera sosteniendo algo. "Me pregunto qué tan bien funcionarán esos brazos cuando te sostenga sobre su—"
"Rose," siseo.
Las dos se sueltan a reír en suaves carcajadas, eso hasta que me escuchan suspirar.
"B, ya no te preocupes por eso," dice Alice en voz baja. "Edward no estaba molesto en lo absoluto."
"No, no lo estaba, pero su abuela sí."
"Fue un accidente," Rose se ríe entre dientes. "Pudo haberle pasado a cualquiera."
"No alguien que sabe que no debería distraer a un camarero mientras sostiene una bandeja de plata súper pesada… con una ponchera súper pesada encima."
"Supongo que los camareros de la aristocracia son como los guardias de la reina en Buckingham, ¿eh? Con los ojos al frente, sin importar qué." Alice baja la voz a un susurro. "Escucha esto, B; una vez, le mostré a uno de esos guardias del Palacio de Buckingham mi teta para ver si esbozaba una sonrisa."
"No, no lo hiciste."
"De verdad lo hizo," Rose sonríe con suficiencia, rodando los ojos.
"¿Y adivina qué hizo? ¡Oh! ¡Los chicos volvieron! Terminaremos esa historia más tarde; ¡te va a encantar!"
Ya me estoy riendo. Es por eso que amo a estas chicas. En casa, me obsesionaría con esa escena por siglos. Aquí, con ellas, es mucho más fácil dejarlo pasar. Las cosas suceden, y siempre que de aquí en adelante, recuerde todos los modales y formalismos sociales que alguna vez me han enseñado—que no son muchos, no de mi despreocupada madre o mi reservado padre—todo debería estar bien durante el resto de la noche.
Emmett, Liam y Jasper se acercan, pero es cuando Edward entra al comedor que todos los doscientos invitados a la cena se ponen de pie alrededor de la tremendamente larga mesa de comedor de caoba y aplauden. En el fondo, la banda toca suavemente 'Feliz Cumpleaños'. En medio de todo eso, la mirada de Edward busca en la habitación. Por un segundo, me pregunto qué está buscando hasta que me ve. Esos ojos brillan, y una gran sonrisa se extiende por su atractivo rostro al mismo tiempo que sus pies empiezan a moverse en mi dirección—deteniéndose repentinamente cuando lady Charlotte lo llama.
"¡Edward!"
La gran sonrisa desaparece al instante, y sus rasgos adoptan una expresión pétrea cuando Edward se vuelve hacia donde está ahora parada lady Charlotte, con una mano enjoyada extendida, indicándole que se siente en la cabecera de la mesa. Como el invitado de honor, al parecer ha sido reservada para él esta noche. Cerca de la cabecera están los padres de Edward, sentados uno frente al otro. Sin embargo, no son ellos los que están sentados directamente a su izquierda y a su derecha. Lady Charlotte está parada junto al asiento a su izquierda. Junto al asiento a su derecha está nada menos que lady Irina con su tul rojo.
Por un largo rato, Edward simplemente se queda parado ahí. Después, dándose la vuelta, continúa dando zancadas en mi dirección.
"Joder," murmuro apenas moviendo los labios. Y aunque mis ojos permanecen sobre Edward, en mi vista periférica, veo a lady Charlotte y lady Irina fulminándome con la mirada mientras los susurros empiezan otra vez. Cuando Edward llega conmigo, sacude la cabeza.
"Eso es una tonte—"
"Eso está bien," susurro. "Todo fue organizado previamente."
"Sí, pero—"
"Edward, es la víspera de Navidad, y estoy aquí con mis amigas," sonrío, "y tú sabes lo mucho que eso significa para mí."
"Es cierto," sonríe en respuesta.
"Y merecidamente tu sitio esta noche es a la cabeza de la mesa," susurro. "Así que, ve."
Me mira detenidamente mientras el resto de los invitados permanece de pie, esperando a ver qué sucede.
"Todavía no vas a irte a ningún lado, ¿cierto?"
"No voy a ninguna parte por algún tiempo. Charlaremos más tarde," digo, apretando su mano.
Asiente despacio, y una sonrisa lánguida se extiende por su rostro. "Charlaremos más tarde."
…
"Ella es hermosa, no diré que no, pero es de una forma algo así como 'No te atrevas a tocarme y arruinar mi maquillaje o peinado'," Rose bromea, recargándose en mi hombro.
"¡Shh!" Le ordeno.
Se ríe entre dientes, y Emmett a su vez se recarga en su hombro, comentando, "Creo recordarla diciéndole una vez a Edward esas palabras exactas."
"Em, no fue más algo como, "¿Vas a arrugar mi vestido, querido?" Sonríe Liam.
"Eso fue en una ocasión diferente."
"Los dos están mintiendo," susurro.
"No es así," Liam replica.
"¿Qué bisbisean allá? No me entero." Jasper susurra. "Badajeen más fuerte."
"Sí, yo tampoco puedo escuchar," dice Alice.
"¿Pueden todos guardar silencio?"
Ahora todos estamos de pie con nuestras galletas navideñas en la mano. Al echar un vistazo al final de la mesa, Edward también sostiene la suya, sin embargo, debido a la forma tradicional de cruzar brazos y compartir tu galleta con tu compañero de cena, él se prepara a tirar de la galleta de Irina.
"¡Preparados! ¡Tiren!" Ordena lady Charlotte.
El sonido de doscientas galletas rompiéndose llena el aire.
"No te preocupes, Bella, amor," sonríe Emmett. "Tal vez haya tirado de la galleta de Irina, pero es la tuya la que quiere mojar."
"Ni siquiera sé qué significa eso."
"Significa que no olvida el nabo parado—¡uf!" Jasper suelta una risita cuando le arrojo una servilleta.
"¡Dejen de obligarme a hacer más escenas! Y caray, ustedes dos son igual de malos que sus novias."
Todos se rieron con ganas. Cuando mis ojos encuentran los de Liam, sonríe tranquilamente.
Pasamos la siguiente hora o algo así disfrutando de pavo asado, nabos y pudín Yorkshire, mientras usamos coronas de papel, bebiendo wassail, champán fría, jugando con nuestros juguetes baratos y leyendo los cursis chistes de las galletas entre nosotros. Estoy acalorada y un poco ebria, pero… justo como le dije a Edward, todo está bien. Es víspera de la víspera de Navidad, y estoy con buenos amigos, viejos y nuevos.
"¿Por qué los árboles de Navidad son tan malos para coser?" Pregunta Emmett. "Porque siempre dejan caer sus agujas. ¿Entendieron?"
Rose se ríe con ganas. "¡Malo! ¿Cómo termina el día Navidad? ¡Con la letra D! ¿Entendieron?"
"¡Malísimo! ¿Cómo llamas a un oso polar que usa orejeras?" Liam sonríe. "Como quieras. ¡No puede escucharte!"
"¡Eh!" Grita Jasper. "¡Ese es espantoso! ¿Qué le dice un borrego egoísta a otro? ¡Feliz Navidad para meeee!"
Echo mi cabeza hacia atrás, cada siguiente chiste sonando más gracioso a mis oídos, y por lo tanto, cada ataque de risa resultante sonando más fuerte.
"¡Jasper, con tu acento, en realidad, ese es perfecto para ti! De acuerdo, ¿cómo llamas a una persona que le tiene pánico a Santa Claus?
"Claus-trofóbico," alguien responde por mí, arrebatándome el pedacito de papel con mi chiste. Cuando miro por encima de mi hombro, Edward está parado detrás de mi silla. "Y en realidad, ese te queda bien a ti."
Todos nos reímos con fuerza.
"¡Viniste!" Digo alegremente.
"Está muy callado de ese lado de la mesa. Este lado parece mucho más divertido."
Edward se queda con nosotros la siguiente hora. Todo el tiempo, se queda detrás de mi silla con sus manos en mis hombros, masajeando suavemente mi piel desnuda, jugueteando con los cabellos sueltos de mi nuca. Todo es muy inocente, pero al mismo tiempo, increíblemente excitante. Cuando la fiesta empieza a llegar a su fin, y los invitados empiezan a levantarse para despedirse, Edward se pone de cuclillas a mi lado, y yo digo lo primero que se me viene a la mente.
"Tienes manos estupendas. Cargan equipaje sin problema, evitan que las bandejas se deslicen y ofrecen el mejor de los masajes."
Edward se ríe efusivamente. "Gracias. Y tú estás maravillosamente achispada."
"No tengo idea de lo que eso significa," me rio entre dientes, "pero aun así tienes las mejores manos."
Toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos, descansando nuestras manos en mi regazo. "Desearía no haberle prometido a mis padres que pasaría la noche aquí con ellos. ¿Estás bien para llegar a casa?"
"Mmm," asiento. "Emmett y Liam son los conductores designados, y no bebieron."
"Mm. Bella, ¿puedo preguntarte tus planes para mañana?"
"¿Para la víspera de Navidad? Creo que solo vamos a ir al pub local por un rato. Rose me dijo que la costumbre aquí es pasar la víspera de Navidad con los amigos y el Día de Navidad con la familia. Así que, Rose y Emmett van a pasar el Día de Navidad con sus padres, y yo seré la tercera en discordia en el viaje a Escocia con Jasper y Alice. Así que, mañana vamos a regresar a casa algo temprano."
"Ahh," asiente. "Yo esperaba que—"
"¿Por qué no vienes con nosotros al pub?" Le ofrezco. "O sea, sé que probablemente ya tienes planes—"
Sonríe alegremente. "Me encantaría ir contigo al pub."
"¡Genial!" Levanto un poco el puño, y él se ríe entre dientes. "De acuerdo, voy al baño. Tengo que hacer pis antes del largo viaje por delante."
"¿Necesitas compañía," pregunta Rose, "para que no termines de nuevo perdida?"
"Pfft," digo, mirando a Edward. "Como si pudiera ayudarme si me pierdo. Ella está incluso más ebria que yo."
Edward me mira los ojos. "Si todo sale como quiero, un día tú darás giras por aquí."
"¿Qué?"
"No me hagas caso," se ríe entre dientes, envolviendo mi cabeza con su mano. "Estás muy ebria para entenderlo. Pero en serio, hasta que seas una experta, ¿necesitas ayuda para encontrar el retrete?"
"Nop." Cuando me ayuda a ponerme de pie, y evito tambalearme, sonrío engreída—eso, hasta que Edward toma mis manos en las suyas y roza sus labios contra mi frente.
"Me gusta cuando haces eso," suspiro. "En realidad, nadie, jamás ha hecho… eso."
"Bien," susurra en respuesta, envolviéndome en sus brazos. Deslizo mis brazos alrededor de sus caderas porque achispada o no, ser abrazada por él… es… el cielo. "Porque tengo intenciones de hacerlo con frecuencia."
…
Afortunadamente, esta vez, encuentro muy fácilmente el camino al 'retrete'. Uso el inodoro y lavo mis manos, tarareando la melodía del vals que Edward y yo bailamos juntos mientras le echo un vistazo a mi reflejo en el espejo y enderezo mi corona de papel torcida. Luego, abro la puerta para volver al comedor.
Irina está parada ahí, esperando entrar al baño.
Nuestros ojos se encuentran y nos seguimos mirando.
"Disculpa," digo al intentar pasar.
Pero, aparentemente, el universo necesita recordarme que no me transporté mágicamente a un cuento de hadas donde soy la princesa, Edward es mi entrometido y cortés caballero en brillante armadura y mis zapatos de tacón son del tipo que hacen puf a la medianoche.
Será mejor que esos malditos no hagan puf; estos zapatos rojos de tacón me costaron una fortuna.
Sí, sí, estoy ebria; pero el punto es, que Irina tiene algo que decir.
"Lady Charlotte no ha hecho una gran escena, pero no lo tomes como resignación o aprobación implícita de su parte. En nuestra sociedad, simplemente no hacemos el ridículo—a diferencia de ustedes los estadounidenses, que hacen lo que pueden por ser vistos y escuchados."
Me echo hacia atrás desconcertada.
"¿Realmente acabas de decir eso? No hay nada malo con reírse un poco, Irina."
"Lady Charlotte me dijo que no me molestara en hablar contigo—"
"Debiste haber escuchado a lady Charlotte—"
"Pero te has convertido en la comidilla de la fiesta durante toda la velada, y no lo digo como un cumplido. Así que, tómalo como una advertencia."
"Irina, no quiero o necesito una advertencia tuya."
"La necesitas. Lady Charlotte puede ser brutal cuando alguien trata de jugar con su familia."
"No estoy jugando—"
"Ni siquiera yo le agrado en lo particular, la vieja bruja. Aunque me prefiere a mí por mi linaje y el dinero de mi familia, sé muy bien que se conformaría con la mayoría de las jóvenes aquí esta noche—todas mujeres nobles británicas que fortalecerían el linaje Masen—todas excepto tú. Una ruidosa y maleducada estadounidense que llegó primero con un primo antes de poner sus ojos en el premio mayor."
"Eso no fue para nada lo que ocurrió. Edward y yo nos conocimos—"
"Considérate advertida, Bella." Sus ojos me miran de la cabeza a los pies y resopla. "Él es demasiado para ti."
Y con eso, pasa junto a mí y entra al baño.
(1) Como se explica a lo largo del capítulo, wassail es una bebida de sidra de manzana especiada, pero también es una celebración con orígenes en la época feudal.
¡Ugh! ¿Así o más esnob? Esa Irina es una pesada engreída, y es obvio que no le cayó muy bien ser reemplazada por Bella. ¿Pero será cierto que lady Charlotte no hizo nada más solo para no hacer un espectáculo y que si lo hará después? ¿Qué piensan ustedes? Al menos sabemos que Edward no es de los que se dejan manipular, vaya que ha sabido enfrentar a la vieja, ¿pero será entonces que Bella deje que le afecten las palabras de Irina y la forma de pensar de la abuela? Bueno, ya lo veremos, aunque también es bueno contar con amigas como Rose y Alice que seguro no le permitirán dejar pasar esta gran oportunidad de amor. Por lo pronto, se volverán a ver en el pub, ya veremos cómo se va desarrollando su relación. Espero que hayan disfrutado del capítulo y como siempre esperaré ansiosa sus reviews para saber qué les pareció y así poder leer el siguiente, tal vez mañana, pero ya veremos ;)
Muchas gracias a quienes dejaron su review en el capítulo anterior: somas, AnnaSophiaM, Paola Lightwood, MichelleGutierrezs, Car Cullen Stewart Pattinson, Hanna D.L, jupy, Rosiichita, saraipineda44, Cinti77, AnnieOR, JessMel4, miop, alejandra1987, Isis Janet, Lupita Pattinson Cullen, kasslpz, Maryluna, BereB, Cassandra Cantu, Tata XOXO, Lizdayanna, NarMaVeg, Adriu, PRISOL, MissannieL, DobleRose, rosycanul10, Liz Vidal, Aislinn Massi, Mafer, injoa, Ali-Lu Kuran Hale, Rose Hernandez, Brenda Cullenn, Idrt12, Sully YM, Noriitha, Bertlin, bealnum, Cherryland, Adyel, E-Chan Cullen, Lady Grigori, tulgarita, Lectora de Fics, mrs puff, EriCastelo, SkyC, y algunos anónimos. Saludos y nos leemos en el próximo, espero que sea pronto, pero no lo olviden, DEPENDE DE USTEDES.
