Visión 1
Deseo.
El cielo se había oscurecido producto de las nubes de tormenta, las gotas frías resbalaban por su espalda dejando un escalofrío a su paso, esta era tal vez la tercera noche con lluvia y tal vez la vigésimo segunda desde que dejara la aldea, no estaba segura, había perdido la cuenta luego de aquella noche en la que lo había perdido todo.
La ex princesa de ojos perla estaba de rodillas sobre la musgosa y húmeda tierra, su semblante derrotado se fundía con el ambiente triste y solitario de aquel bosque, no sabía en donde se encontraba ni cuánto había caminado pero no le importaba, encogió un poco más sus hombros y escondió su rostro bajo su cabello largo y oscuro que caía cual cortina, sus ojos luna se quedaron fijos sobre el suelo y se entretuvieron con el chocar de las gotas de agua que explotaban cuál bombas sobre la superficie, pronto su melancolía le absorbió haciendo que su pensamiento se sumergiera en los recuerdos que se esmeraban por alcanzarla sin importar cuanto había intentado dejarlos detrás de ella.
(- - - - - tiempo atrás - - - - - )
La guerra había terminado, el enemigo había sido derrotado y las naciones se habían unido gracias al héroe de cabello dorado y a su gran compañero y amigo el shinobi fugitivo, habían ganado la batalla pero el sacrificio había sido grande, muchas almas se habían perdido, horrores se habían cometido y la muerte del príncipe Hyuga, quien diera su vida para salvar la de su prima, sería el más grande arrepentimiento de la ojiperla.
Hinata lo tenía todo para luchar, la fuerza y la habilidad para defenderse y pelar por sí misma, más su concentración no había sido optima y un solo descuido había bastado para ponerla en peligro, Hyuga Neji lo había visto y sin vacilar había tomado su lugar en el camino de la muerte. El sacrifico de su primo sería algo que jamás se perdonaría, pero además sería la razón por la que ahora se encontraba frente al grupo de ancianos del consejo del clan Hyuga, su propio padre había convocado el juicio.
-El consejo te ha encontrado culpable – decía Hyuga Hiashi con veneno - tú has sido la causa por la cual este honorable clan ha perdido a su más grande prodigio, debiste ser tu quien muriera, tu quien nunca estarías a la altura de Hyuga Neji
-Por favor – sollozaba Hinata - soy culpable pero también se que Neji-niisan buscaba protegerme, él querría que demostrara que podía ser fuerte, una gran guerrera que seguiría luchando siempre
-¿Fuerza dices? ¿Cómo es que Neji-san podría haber visto algo en ti? no eres más que una vergüenza; eres débil, frágil e incapaz, no hay nada que rescatar en tu existencia
-Pero padre… - quiso acercarse a él, buscaba una pizca de perdón en el hombre que le había traído al mundo, pero solo pudo ver frialdad reflejada en esos ojos perla
-¡Silencio! El consejo ha tomado una decisión – le miró con más dureza y desprecio su progenitor- mañana serás degradada a la segunda rama del clan y se colocará sobre tu frente el sello de la familia, no volverás a ponernos en vergüenza niña – terminó el hombre levantándose de su lugar, los otros viejos del consejo hicieron lo mismo y pronto salieron de la habitación dejando a la ex princesa en la oscuridad, el dolor y la confusión.
Hinata regreso a su habitación luego de varios minutos recostándose en su cama, ya no le quedaba nada más que esperar y recibir el sello a la mañana siguiente, su único consuelo era la bizarra sensación de que al tener ese símbolo maldito en su frente, estaría de alguna forma cerca de su querido Neji. Más lágrimas comenzaron a salir silenciosas y el sueño amenazaba con dejarla inconsciente, sin embargo el ruido de su puerta abriéndose le regreso a la vida.
Su hermana menor lo había escuchado todo y aún si a veces parecía entre ellas había rivalidad, su cariño era único y verdadero. Había acudido tras caer la noche al cuarto de Hinata con la única intención de dejarla ir, de ayudarla a escapar del infierno al que su padre la había destinado. La mayor de las hermanas trató de preguntar, de detenerla para que no se metiera en problemas, pero al final había cedido a la súplica de Hanabi y le había seguido por los oscuros pasillos y túneles del distrito Hyuga hasta las afueras del mismo donde sería libre.
Dio un paso al frente y aún temerosa miró hacia el horizonte, más antes de seguir con su camino, se giró hacia su hermana y le abrazó con fuerza, no sabía si volvería a verla, si de hecho volvería a ver a cualquiera de sus queridos amigos de la aldea, incluso dejaría a Naruto atrás, pero no podía detenerse. Soltó a Hanabi de su abrazo y luego de darle un beso en la frente se marchó decidida a no volver jamás.
(- - - - - tiempo presente - - - - - )
Decir que lo dejaría todo en el pasado había sido fácil, pero el poco camino que había recorrido le había dejado claro que no sería sencillo olvidarlo. Ahora sentada bajo la lluvia reflexionaba nuevamente el momento, no culpaba a su padre de su destierro, ya antes había demostrado su desprecio y decepción hacia su persona, tal vez al final le había otorgado al hombre la excusa perfecta para alejarla sin manchar su honor. No se lamentaba por dejar a Naruto, sabía de sobra su romántica fantasía con él jamás sería realidad y no sentía remordimiento por dejar la aldea y su gente pues para ellos tan solo sería un reemplazo insignificante de lo que habría sido Neji.
(- - - - al otro lado del bosque - - - -)
La guerra había terminado y aunque nadie lo admitiera había sido gracias a su ayuda que habían salido victoriosos, Sasuke sabía nadie en esa aldea apreciaría lo que había hecho por ellos, así que abandonarla nuevamente no había sido difícil, Naruto había tratado por todos los medios de convencerlo para quedarse, incluso le había ofrecido hacer hasta lo imposible por limpiar su nombre una vez fuera Hokage, porque además de merecerlo, deseaba profundamente su mejor amigo estuviera a su lado para cuidar de la nueva paz entre naciones, sin embargo aún y con la súplica, el moreno le había dado la espalda y se había marchado. Sakura lo había intentado también, le había confesado nuevamente sus sentimientos y había prometido estar a su lado en las buenas y en las malas, que le seguiría hasta el fin del mundo si era necesario pues su único deseo era estar a su lado.
-Pero que ilusa – le dijo el Uchiha poco antes de dar media vuelta y simplemente dejarla atrás sin volver a mirarla, había sido cruel, lo sabía, más no sentía remordimiento alguno, ninguno de ellos significaba realmente algo para él y su sufrimiento no le hacía sentir nada.
Ahora lejos de la aldea y de los recuerdos de la misma, sentía una libertad que nunca hubiera conseguido de permanecer en el pasado, jamás regresaría y dejaría en el olvido su antigua vida. Escuchó la tormenta fuera de su tienda de campaña incrementarse, se recostó sobre su saco de dormir y cerró sus párpados escuchando la lluvia, sonreía pues por fin disfrutaría el no estar atado nunca más a nada.
(- - - - días después - - - - )
Hinata mantenía su vista perdida en el río frente a ella, esperaba junto a la fogata que había prendido a que sus alimentos estuvieran listos, más pronto la presencia de chakras agresivos le alertarían, prendió sus ojos en busca de respuestas y para su sorpresa les noto no muy lejos de ella… junto a alguien más…
El Uchiha les había sentido acercarse e indudablemente estuvo listo cuando hicieron su aparición, no eran más que un par de shinobis de tercera que buscaban problemas y los habían encontrado
-Tu cabeza tiene un buen precio en ciertos círculos Uchiha, aún si obtuviste un injustificado perdón – decía uno de aquellos hombres al pelinegro
-Hmm- dejó salir Sasuke como única advertencia, los hombres enojados y confiados se lanzaron a él, pero el Uchiha ni siquiera tuvo que esforzarse, desenvainó su espada y de un solo corte les exterminó, fastidiado estaba por guardar su arma cuando sintió a alguien más detrás de él, otra presencia que se había mantenido oculta y al margen del enemigo anterior, pero cuyo chakra le indicaba no era cualquier guerrero, incluso algo parecía no encajar con la situación - ¿Quien eres? – preguntó Sasuke a la figura vestida de negro que permanecía inmóvil con su rostro oculto bajo una máscara y una capucha – No suelo preguntar dos veces, así que mas vale me respondas – volvió a advertirle, más el oscuro enemigo le ignoro y a gran velocidad le atacó, era tan rápido que incluso el Uchiha había tenido dificultad para seguirle el paso.
Su pelea apenas había comenzado y el extraño ya le había despojado de su espada, la figura de negro no tardó en girarla y clavarla profundo en su hombro, Sasuke cayó al suelo cubriendo la herida, el filoso objeto aún seguía en ella y cuando estaba por sacarlo del sangrante corte, el desconocido hombre se acercó de nuevo y sin piedad empujo la cuchilla un poco más cruzando la espalda del pelinegro mientras le sostenía del cabello. Pretendía atacar de nuevo pero un kunai detrás de él le detuvo, soltó al último Uchiha y se giró para notar a una joven de ojos perla lista para pelear, el hombre sonrió de medio lado y se lanzó a ella, Hinata no había sido lo suficientemente rápida y había recibido parte del golpe en un costado, más eso no le impidió lanzar otra daga a su enemigo, esta vez clavándose en el pecho del extraño.
La ojiperla se puso de pie lista con su palma suave, mas el hombre había desaparecido de su vista finalmente dejándose ver detrás de ella, la derribó y una vez la tuvo en el suelo presionó su pie contra su pecho de forma fuerte, sacó la daga de su propia herida en el torso y la clavó en el suelo a un costado del rostro de la chica hiriendo su mejilla y cortando al mismo tiempo algo de su cabello, volvió a tomar la daga y esta vez apuntó a su cabeza más cuanto estaba por acabarla, se vio electrificado por el chidori de Sasuke quien apenas y podía mantenerse en pie, pero estaba más que dispuesto a seguir peleando. La figura de negro ahora rodeado por Hinata quien también se había levantado, sonrió de medio lado y entendiendo había cumplido con su cometido, dio un salto a un árbol y rápidamente se perdió entre la maleza, ninguno de los antiguos shinobis de la aldea de la hoja decidió ir tras él.
Hinata se dejó caer de rodillas limpiando con su mano la herida de su mejilla, pero el sonido de un cuerpo cayendo de golpe le distrajo, Sasuke finalmente había perdido la conciencia, la chica corrió a él pero antes de tocarlo se detuvo temerosa de su reacción, sabía quien era y sabía lo peligroso que podría llegar a ser, aún así, al verlo sangrar notando lo grave de la herida, se inclinó a su lado y le llamó para mantenerle consciente.
(- - - - -)
Sasuke abrió los ojos en un lugar que no reconocía, la tienda de campaña, la fogata e incluso el alimento que se preparaba en ella le era desconocido, se sentó sobre la improvisada cama de hojas notando la ropa de su torso semi abierta, lo que le permitía ver las vendas que cubrían la herida en su hombro, ahora recordaba lo sucedido y se sorprendía al notar que no sentía más dolor pese a que sabía el corte de su espada seguía fresco.
-¿Se en… encuentra… mej..mejor … Uchiha-san?– dijo la suave voz de la joven que se acercaba con una vasija llena de agua pero el pelinegro se limitó a mirarla con frialdad -seguramente… no … no me recuerd… recuerda yo…
-Se quien eres – corto el muchacho - eres la Hyuga que estaba todo el tiempo detrás del idiota de Naruto – Hinata se sonrojó ante el comentario avergonzada, para Sasuke la verdad era que apenas y le recordaba, sabía le había visto en la academia aunque con certeza no le había prestado atención y en su memoria había una vaga imagen de ella peleando durante la guerra, no era muy buena según entendía, luego de eso no había presencia alguna de la chica en sus recuerdos, aunque honestamente su tiempo de recuperación en la aldea luego de la cirugía de brazo era borroso y confuso, podría haberle visto más no le habría notado pues todo su pensamiento siempre estaba opacado por su deseo de salir del pueblo – ¿porque estoy aquí? – exigió el pelinegro
-Estaba herido … y no…lo
-¿Tu me ayudaste? – se puso de pie el hombre casi de golpe – ¿porque?
-Yo… es qu…que yo..
-¿que ganabas tú con ayudarme?
-Nada yo solo…
-Aléjate de mi si sabes lo que te conviene – dijo Sasuke empujando a la ojiperla a un lado para marcharse, pero se detuvo un segundo para decir algo más sin mirarla – Que quede claro, no te estoy agradeciendo nada, por lo tanto no te debo nada – y sin más la dejó.
(- - - - - - -)
Seguiría con lo planeado en su recorrido errante, Sasuke no tenía una meta clara más lo que si sabía era que no pasaría mucho tiempo en un solo lugar, no tenía nada que le hiciera desear quedarse y terminar con su viaje, atarse en un solo sitio estaba fuera de sus planes. Caminaría hacia el sur tal vez encontrando información sobre su atacante, nunca había peleado con alguien tan directo y mortal, tenía una gran habilidad y su concentración era impresionante, al final lo había visto escapar aún si tenía todas las posibilidades de terminar con lo que había empezado, incluso matando a la Hyuga que había intervenido, sin embargo la figura negra se había retirado y no estaba seguro si le volvería a ver, pero estaría preparado de ser así.
Sintió movimiento detrás de él nuevamente y suspiró fastidiado, no necesitaba girarse para saber de quien se trataba aunque estaba impresionado por su habilidad para alcanzarle en tan poco tiempo, pero eso no le daba derecho a seguirle, se detuvo en medio del camino y espero a que ella tomara refugio, no hizo un solo movimiento mientras la sentía ocultándose.
Hinata le había seguido por varios minutos y confiaba no le había visto, sin embargo se extrañó al notarlo parando repentinamente, se agachó y con sigilo se ocultó tras unas grandes rocas bajo la sombra de los árboles, esperaría a que se moviera y ella haría lo mismo, volvió a asomarse para observarlo más este había desaparecido, alarmada se levantó de su escondite y estaba por prender sus ojos para captar su rastro de chakra nuevamente, cuando una mano tapó su boca mientras otra le jalaba del brazo hasta estamparla de espaldas contra el tronco de un árbol
-¿Se puede saber que pretendes? – pregunto molesto el muchacho
-Uchiha-san … yo…
-Deje claro que no te quería cerca
-Yo… lo siento yo… quería saber … si se encon… encontraba bien yo
-No, esa no es la verdad ¿que demonios quieres? – volvió a preguntar el chico pero Hinata junto sus labios y se negó a dejar palabra alguna salir mientras su ojos se volvían cristalinos, aún más molesto el pelinegro empujó su hombro y se apartó dispuesto a seguir su camino más noto que la chica se incorporaba y se encaminaba para seguirlo – ¡No me sigas! – dijo para dejarla y salir de ahí pero la joven dio un paso al frente… - te dije que no me siguieras ¿porque lo haces?
-No lo sé…es solo que… ya no quiero estar sola – contestaba la ojiperla sorprendiendo a Sasuke al notarla sin tartamudear, el pelinegro no entendía el propósito de aquella chica, sabía de sobra no era una de sus locas fans pues al parecer siempre estuvo enamorada de Naruto, por lo que su razón de seguirle no era un loco amor, sin embargo ahí estaba delante de él dispuesta a desafiarlo para acompañarlo
-Haz lo que quieras – fue su única respuesta y sin más emprendió camino sabiendo la joven venía detrás de él.
(- - - - - - - -)
Su camino les llevó hasta una aldea de comerciantes, Sasuke estaba muy consciente de la presencia detrás de él y no pudo más que suspirar ante la situación, ignorándola se acercó hasta el aparador de una de las tiendas notando sus reflejos, en el suyo podía ver por la abertura del cuello de su ropa parte de las vendas que cubrían la herida reciente de su espada, aún si no confiaba en la chica admitía había hecho un buen trabajo, ya no sentía dolor en su hombro y el corte estaba casi cerrado pues había sanado en poco tiempo. El último Uchiha no se distinguía por dar la gracias y mucho menos por pedir disculpas, pero eso no significaba fuera mal agradecido, dejó salir otro suspiró y despacio se giró hacia la joven detrás de él
-¿Tienes hambre? – Hinata no dijo nada, solo asintió con su cabeza pues si moría por algo de comer, había preparado alimentos en el campamento pero luego de la conmoción hecha por Sasuke, había tomado lo que había podido de sus cosas y se había apresurado para alcanzarle dejando la comida – vamos – fue todo lo que dijo el Uchiha antes de tomar su antebrazo y jalar de ella hasta un puesto.
De todos los negocios de alimento en aquella aldea, Hinata jamás imagino terminaría comiendo en uno de ramen y mucho menos con el antiguo amigo de su amado Naruto, aún sentía raro el llamarle de ese modo, cuando se marchó lo había hecho sin despedirse de nadie, más hubiera deseado al menos decirle adiós al guerrero de ojos azules, suspiró con melancolía, el rubio hubiera hecho lo que fuera por apoyarla aún si no sintiera algo especial por ella, su corazón era muy grande y siempre ayudaba al desprotegido.
-¿Por qué una delicada flor como tú está tan lejos de casa? – pregunto Sasuke sacando a la joven de su pensamiento, Hinata le miro un segundo analizando el comentario que apenas había alcanzado a oír, no deseaba compartir su trágica historia con un chico al que apenas conocía y al que irónicamente deseaba seguir, pero debía decir algo para evitar la mirada juzgadora del hombre.
-Yo… yo no so..soy una … deli…delicada flor
-Deja de tartamudear – ordeno Sasuke golpeando con dos de sus dedos la frente de la chica, la ojiperla no pudo más que colocar su mano sobre la zona sorprendida por el gesto – debes aprender a controlar ese molesto hábito tuyo
-Solo… solo pasa cuando estoy…nerviosa – respondía Hinata desviando la mirada bajo un leve sonrojo de vergüenza
-¿Nerviosa dices? – levantó una ceja el muchacho - ¿Acaso te pongo nerviosa? ¿me tienes miedo?
-No… no es eso… si lo fuera… no le seguiría…
-Sería lógico – dijo con sarcasmo Sasuke
-Esta es la primera vez que nos decimos más de tres palabras, nunca antes habíamos conversado y es algo nuevo para mi, eso es todo – decía la chica más se detuvo al notar una sonrisa de medio lado en el pelinegro
-Dijiste todo eso sin tartamudear, al parecer si puedes controlarlo – comentó el joven sentándose mejor en su silla apartando la vista de ella – termina pronto de comer, no podemos perder mucho tiempo en esta aldea
-Si señor
(- - - - semanas después - - - - )
Los antiguos shinobis de la aldea de la hoja se encontraban cruzando un campo de siembra, el silencio como de costumbre les seguía con cada paso y de cierto modo lo agradecían, les agradaba el solo saber que el otro estaba a su lado. El leve sonido de un llanto distrajo a la ojiperla quien preocupada decidió seguirlo para encontrar la fuente, Sasuke se giró a ella y la observo alejándose, molesto espero un par de segundos razonando, la chica no le notaría dejándola, podría continuar con su camino y perderla fácilmente mientras ella tenía su atención puesta en otro lado, giró sobre sus talones y estaba por dar el primer pero se detuvo, abandonarla no parecía una buena idea del todo, su compañía aunque sin relevancia alguna se había vuelto parte de su viaje y no le gustaba contemplarlo sin ella.
Hinata siguió el sonido encontrándose con un niño que había caído de su carreta, lloraba ante la herida en su rodilla que sangraba un poco, sin pensarlo mucho se dirigió hasta el pequeño arrodillándose delante de este, le sonreía mientras colocaba sobre el corte su mano la cual comenzó a brillar con un leve tono verde para curarle, el jovencito alegre y sorprendido dejó de llorar poniéndose de pie al instante.
-Muchas gracias …– decía el menor mirando mejor a la doncella, sus ojos parecían de diamante y su rostro era angelical, tal vez sus ropas no lo demostraban pero esa joven tenía el porte de una princesa bajada del cielo, tal vez se trataba de una de las estrellas hijas de la diosa luna y tal y como lo decía el cuento su belleza era increíble.
-Fuiste muy valiente pequeño ¿Cómo te llamas? – pregunto Hinata cálidamente pues el niño le parecía adorable, seguramente no tenía más de ocho años y sus ojos cafés mostraban una gran inocencia, estaba flaco pero no desnutrido, su carreta portaba paja y algunas verduras que aún se veían frescas, pero que dejaban ver habían recorrido un largo camino.
-Mi nombre es Amatsu Hikoji señorita… – dijo el niño haciendo una reverencia, estaba fascinado con la belleza de la mujer que le había curado y cada vez más se convencía de estar ante la presencia de la princesa del cielo
-Yo soy Hyuga Hinata y él… - quiso decir para presentar a su compañero, pero ahora notaba no estaba junto a ella, algo de preocupación se pintó en su rostro al entender tal vez el joven finalmente le había abandonado, más cuando estaba por resignarse le observo saliendo de entre las sombras acercándose mucho a ella
-Decir tú nombre completo me parece poco sensato – murmuro Sasuke en el oído de la chica, el rostro de la ojiperla se tiñó de rojo ante la cercanía del apuesto hombre mientras que a este le invadió un dulce aroma que le hizo congelarse por un segundo, era exquisito y le invitaba a acercarse un poco más a la joven, pero se detuvo al instante y se alejó con prisa disimulada.
-... Hikoji-kun es un buen niño y te aseguro no busca problemas ... el regresará a casa ahora ¿no es así? - argumentó la muchacha defendiendo al pequeño y al mismo tiempo distrayendo su mente de la sensación que la cercanía segundos antes había provocado en ella.
-Haré lo que me ordene señorita– hablaba el niño sin dejar de mirar a la ojiperla pues seguía hipnotizado por su belleza, comportamiento que no pasó desapercibido por el último Uchiha
-Déjate de tonterías muchacho y vete – interrumpía Sasuke, algo en la actitud del mocoso y sobretodo en la mirada que entregaba a Hinata le producía enojo y un gran fastidio, el niño molesto se giró a él más no le dijo nada temeroso del impávido rostro del hombre, ese sujeto le desagradaba pero aceptaba no podría hacer nada contra él y no deseaba disgustar a su princesa, sabía era el momento de partir por lo que se giró a ella y le reverencio de nueva cuenta para luego girarse hacia su carreta y seguir con su camino despidiéndose de ellos.
-Sabes usar técnicas de curación -afirmó Sasuke acercándose a la ex princesa con los brazos cruzados mientras esta se ponía de pie a su lado
-Solo lo … ba… básico … - contestó la joven limitando su respuesta al sentirse jalada del brazo por el muchacho, este le llevó y le atrapo entre un par de rocas cercanas y su masculino cuerpo, la sorpresa dejó a Hinata sin palabras más dejó salir un leve gemido al sentir un pequeño golpe en su frente proporcionado por los dedos del Uchiha
-Haremos que ese hábito desaparezca así tenga que pegarte cada vez que tartamudeas – pronunció Sasuke poco antes de soltarla para luego continuar con el camino, sin embargo se detuvo por un segundo para mencionar algo más- esa habilidad tuya podría llegar a ser de utilidad – sonrió de medio lado - bien pensado Hyuga.
(- - - días después - - - -)
Se aproximaban a las tierras de hielo pero aún no habían cruzado la frontera, no sería si no hasta tres días después que llegarían a un pequeño poblado que a pesar de la distancia y el clima, parecía haber prosperado bien. Necesitaban re abastecerse de provisiones y tal vez quedarse en una posada por un par de noches, habían pasado ya tanto tiempo acampando que querían descansar sobre una cama suave.
Se acercaron hasta lo que parecía ser un modesto hotel y estaban por entrar cuando un par de hombres se interpusieron en su camino, Sasuke les miró bien y por su vestimenta y la ruda apariencia supo eran cazarrecompensas seguramente tras él nuevamente, al parecer no importaba el perdón que había conseguido del Hokage y del propio Daimyo de fuego, aún había grupos que querían llevarle muerto para cobrar la recompensa. Posó su mano sobre el mango de su espada listo para recibir el ataque que no llegó cuando la mirada de aquellos hombres se dirigió a Hinata.
-Vergüenza Hyuga, hemos venido por ti – dijo uno de los sujetos acercándose peligrosamente a la joven que mostraba sorpresa en su rostro, aquellos individuos le buscaban pero era muy consciente de su inocencia fuera cual fuera la disputa, no le había hecho daño a nadie, no tenía enemigos con deseos de venganza ¿Por qué es que ahora había una recompensa por ella? - Es una lástima que algo tan bello valga tan poco de llevarte con vida – volvió a hablar el hombre - el pago que ofrece Hyuga Hiashi por llevarle solo tu cabeza es mucho más generoso, vales más muerta
-¿Mi padre… puso una recompensa por matarme…?
-No hagas más difícil esto linda – gritó el otro de los hombres quien finalmente se lanzó hacia la joven, Hinata apenas y había podido esquivarle, aquellos sujetos no eran los más destacados shinobis, pero la noticia había impactado a la ojiperla quien no se molestó en usar sus habilidades para defenderse, Sasuke con algo de desesperación por la poca reacción de la chica, se puso delante de está dispuesto a eliminar a sus enemigos
- No me interesa la razón de esto, pero han de saber que esta Hyuga ahora esta conmigo y si le atacan me veré forzado a intervenir- amenazo el pelinegro
-Uchiha… - susurró uno de los sujetos con miedo ¿como podrían matar a la doncella si el demonio estaba frente a ellos?
-No tienes porque intervenir - dijo el primer hombre- no tenemos nada contra ti
-No – contestó Sasuke con decisión más su enemigo no aceptó seguir perdiendo el tiempo y desesperado corrió hacia la joven tratando de esquivar al Uchiha, pero este indudablemente había sido más rápido y con el corte de su espada le había eliminado, la sangre de la víctima baño a Hinata quien no se inmutó al verla, seguía con su mente perdida a lo lejos, Sasuke se acercó a ella y le tomó del brazo para acercarla a su cuerpo, una gran nube negra Iluminada por leves rayos les rodeó y antes de que ambas figuras desaparecieran, el Uchiha dio un último mensaje a su agresor sobreviviente – que tu amo lo sepa, esta mujer esta conmigo y si quieren dañarla tendrán que pasar al demonio primero
(- - - - - - - - -)
La técnica de Sasuke les había hecho aparecer en el bosque no muy lejos del poblado, al menos las espesas copas de los árboles les servirían como refugio ante la llovizna que había comenzado, era una lástima, habían perdido su oportunidad de pasar la noche bajo techo y ahora tendrían que acampar nuevamente. El pelinegro se giró hacia Hinata quien estaba de pie mirando el suelo encharcado, al parecer aún estaba perturbada por las intenciones de su padre.
-¿Por qué dejas que te afecte? – preguntó el Uchiha acercándose detrás de ella
-… mi padre desea que muera – decía la chica sin mirarlo – se de su desprecio y estaba acostumbrada a el, pero esto… es diferente
-¿Cual podría haber sido el pecado que hiciste como para que desearan eliminarte? - pregunto Sasuke haciendo que Hinata le viera finalmente - tal vez no te conozca lo suficiente y sé mucho menos de tu padre, pero eliminar a alguien por simple capricho me parece ilógico de su parte, no se elimina a una molestia a menos que sea un posible obstáculo
-¿Qué quiere decir? – pregunto la joven en voz baja
-Solo graba esto en tu cabeza, lo peor que puedes hacerle a quien desea desaparezcas, es seguir existiendo – le miró a los ojos – si quieres molestar a tu padre para vengarte de lo que trató de hacer contigo, no dejes que te mate – sonrió de medio lado - claro que eso requiere de un mayor entrenamiento para estar lista cuando llegue el siguiente ataque
-Yo no podría… no soy buena yo..
-Si no eres buena entonces aprende a serlo, nada te detiene ahora para intentarlo – dijo acercándose aún más a ella - … no creo pretendas dejar que sigan pensando que eres una inútil, demuestra que se han equivocado – susurró el muchacho quien sin notarlo había puesto una mano en la mejilla de la chica
-Lo haré… gracias Uchiha-san – decía la ojiperla dejándose caer al pecho del hombre que extrañamente correspondió el abrazo con una mano en su hombro.
(- - - - -días después - - -)
Al otro lado de la nación, en los terrenos Hyuga se llevaba acabo una reunión en la que se pretendía asegurar el futuro de la familia, el patriarca estaba decidido a eliminar el eslabón más débil y más ahora que sabía el Uchiha estaba de alguna forma involucrado con ella
-Es peligroso tener a esos dos viajando solos - decía uno de los ancianos a Hiashi quien solo mantenía su mirada en el jardín
-Lo más probable es que ya haya tomado la inocencia de Hinata, seguramente ya ha manchado su honor – comentó otra de las mujeres mayores- y es seguro su hija no puso resistencia mi señor, de eso no hay duda, es tan descarada
-Debemos evitar esta desgracia sea conocida- interrumpía el patriarca- el nombre de la familia no puede ensuciarse por la semilla bastarda que el Uchiha haya plantado en mi hija, es mejor terminarlo antes de que se salga de control
-Pero mi señor, ninguno de nuestros guerreros es tan fuerte como para vencer al Uchiha
-Esto se arreglará así tenga que ser yo quien acabe con ella – terminó Hiashi mientras se hacía mentalmente una promesa
(- - - - - -meses después - - - -)
Tal y como lo había dicho el joven de ojos oscuros, su entrenamiento había comenzado a dar resultado, su habilidad estaba creciendo así como la confianza en sí misma, la próxima vez que la cabeza del clan Hyuga intentara hacerlo daño, ella estaría lista.
Hinata observó al pelinegro mientras caminaba delante de ella, su andar era tenso y parecía tener molestias en su brazo nuevo como en otras ocasiones, sabía trataba de ocultarlo pero ella podía notar su dolor claramente. Preguntar por su condición haría que se molestara de eso no había duda, pero la ojiperla simplemente no podía dejar que continuara sufriendo en silencio.
-Uchiha-san – dijo haciendo que el hombre delante suyo se detuviera – ¿se encuentra bien? – no hubo más que segundos de silencio como respuesta, además de un par de ojos oscuros que le juzgaban por la osadía de la pregunta
-¿A que te refieres?
-Yo… puedo ver que su brazo nuevo le incomoda, le causa dolor y yo quisiera… - trató de continuar Hinata, pero se vio interrumpida abruptamente cuando el muchacho le dio la espalda decidido a continuar el camino
-No es nada – contestó el pelinegro más la chica en un atrevido acto colocó su mano suavemente sobre su brazo vendado para detenerle
-Por favor permítame ayudarle, se que no soy un médico pero se como ayudarlo, puedo hacerlo – hablaba Hinata con su vista baja, no deseaba enfrentar la dura mirada del joven que seguramente perdía la paciencia a causa de su insistencia, sin embargo, al contrario de lo que pensaba, Sasuke estaba extrañamente confiando en sus palabras, ya antes le había visto curar a alguien por lo que sabía decía la verdad al pretender sanarle
-Si crees que puedes hacerlo, hazlo entonces – Hinata levantó la mirada al oír sus palabras y le sonrió con dulzura dejando estático al muchacho, quien se vio invadido por una desconocida sensación
La ojiperla no perdió tiempo y dirigió al muchacho hasta el borde del río paralelo al camino, observo su alrededor y una vez confirmó era un lugar seguro pidió al pelinegro se recargara en el tronco de un árbol cercano. Sasuke tomó asiento con un suspiro mientras la chica bajaba su mochila para tomar de esta una pequeña bolsa que parecía contener ungüentos y vendas improvisadas, seguramente todo preparado por ella debido a sus viajes, una vez Hinata alistó lo necesario, se sentó frente al Uchiha y le pidió se despojara de su ropa superior notando dolor en el movimiento del muchacho, no consciente de sus acciones, la ojiperla acercó sus manos temblorosas a los bordes de las telas y despojó el fornido pecho de aquel hombre de ellas, había escuchado de otras mujeres lo atractivo del ojinegro, pero no esperaba encontrarse con aquella esculpida imagen tan perfecta y tan deseable, por lo que sin poder evitarlo tiñó su rostro de un delicado rojizo. Sin embargo no era la chiquilla tonta e inútil de antes y ella misma había pedido demostrarlo, se dio un respiro profundo y centró su mente en la tarea delante, tomó una daga del bolsillo lateral en su muslo y con suavidad cortó parte de las viejas vendas revelando la cirugía del muchacho, hizo que su chakra se juntara en su femenina mano haciéndola brillar y colocó sobre esta algo del ungüento del frasco que portaba, encendió sus ojos perla y con ellos pudo ver los nudos en la corriente de energía en el cuerpo, acercó su mano a la costura quirúrgica y con sumo cuidado froto el ungüento haciendo que el dolor del joven poco a poco desapareciera y se liberara la energía acumulada.
La mirada de Sasuke se vio atrapada por el movimiento de la ojiperla, era tan delicada y cuidadosa que era hipnotizante, sus oscuros ojos se levantaron un poco y esta vez se posaron sobre el rostro de la chica quien aún seguía distraída con su tarea, la conocía poco, llevaban tiempo viajando y había descubierto algunas cosas de ella pero en realidad no sabía nada, la recordaba de su tiempo en la academia pero no podía puntualizar un momento antes de todo este viaje, en el que hubieran cruzado conversación alguna, sin embargo y con lo poco que habían compartido, sabía era una joven especial, honorable y honesta, un corazón puro como pocos, tan noble que provocaba en él, el deseo de protegerla, no había tenido duda alguna al momento de interponerse cuando esos hombres habían querido atacarla y estaba dispuesto a ayudarla a entrenar para que se volviera más fuerte. Pero había algo más, un sentimiento mucho más profundo que no podía describir con claridad.
-Termine – interrumpió la dulce voz de la joven – ¿Como se siente ahora?
-Mejor – dijo algo cortante el pelinegro
-Solo debo colocar vendas nuevas en todo su brazo para sujetarlo – decía la joven mientras tomaba entre sus delicadas manos el brazo fuerte del muchacho, una pequeña chispa brincó en ambos ante la caricia entre sus pieles, pero había sido una sensación momentánea que había desaparecido al instante – todo listo ¿puede mover su brazo libremente? – pregunto la joven, mas Sasuke solo respondió colocando su extremidad alrededor de la cintura de Hinata para luego jalar de ella logrando quedara casi sentada en su regazo, la chica se había detenido un poco colocando sus manos sobre el masculino pecho, pero sus rostros se habían acercado peligrosamente, sus cálidos alientos se mezclaban mientras sus miradas se perdían en la del otro
-Estoy mejor al parecer– susurró el muchacho sin dejar de mirarla, Hinata volvía a pintar un delicado sonrojo sobre sus mejillas, estaba nerviosa por la cercanía pero de una manera ciertamente agradable, lo disfrutaba más la situación no era correcta y podía ser desastrosa – debiste terminar como un shinobi médico – dijo Sasuke finalmente sentándola a su lado
-Mi padre solía decir que un trabajo así era para los débiles, que no aportaría el suficiente honor a mi familia pues no esperaba fuera buena en ello, el … nunca pensó en mi como alguien capaz para ciertas cosas
-El gran Uchiha Fugaku … – comenzaba el pelinegro no muy seguro de revelar su historia, más una simple mirada al rostro de la chica le hizo continuar – … mi padre solía pensar lo mismo de mi, Itachi había sido su orgullo y sus promesas le deslumbraban lo suficiente para no mirar a nadie más, mis logros tampoco fueron exitosos a sus ojos pues yo no sería heredero por lo que no llegaría lejos, al menos no como mi hermano
-Lo lamento… -decía la joven bajando la mirada
-Yo no y aunque no culpo ni justifico las acciones de ninguno, lo qué pasó, paso demostrando muchas cosas a los ojos de ambos y me ayudó a crear mi propia persona, tal vez podría arrepentirme de no haberle demostrado a mi padre en vida el valor que tengo, pero pude dejárselo claro al resto del mundo después – Hinata volvió a sonreír posando una mano en el hombro del muchacho lo que hizo que este le mirara
-Uchiha- san, usted es la persona más valiente que conozco – admitió casi en un susurro, ahora fue Sasuke quien pintó en sus mejillas un suave color rojo, aunque no dejó la chica lo notara al girar su rostro hacia la nada disimuladamente, el silencio les volvió a invadir unos segundos solo opacado por el sonido del agua en el río corriendo, cuando el muchacho se sintió seguro nuevamente se giró a ella llamando su atención
-Creo que es momento de que solo te dirijas a mi por mi nombre, ya hemos pasado suficiente tiempo juntos
-¿Estas seguro…?
-No quiero ser nombrado por el vestigio de lo que fue un viejo clan, se que lo entiendes, porque se que no gustas de ser llamada Hyuga ¿no así … Hinata?- dijo el muchacho en una voz grave y seductora que hizo temblar inesperadamente a la ojiperla, el sonido de su nombre en esa voz sería un recuerdo que atesoraría secretamente.
( - - - - tiempo después - - - )
Su llegada al siguiente poblado había tardado más de lo esperado, su caminata había durado casi un mes entero en el que solo se habían detenido para dormir, comprar provisiones y entrenar. Las acciones del joven Uchiha eran irregulares y pese a que Hinata trataba de entenderlas, también había ganado gusto por soñar en las razones de su extraño comportamiento, sonrió para sus adentros, era una tontería y no había motivo alguno por el cual pensar de esa manera, pero le agradaba creer que él le cuidaba como un hombre protegería a su mujer y que no se quedaba en un solo sitio por temor a que los cazarrecompensas le apartaran de su lado. La chica ahora entendía porque los demás pensaban era infantil, había leído demasiadas novelas de amor y se había llenado la cabeza con ideas del príncipe azul, lo más curioso era que antes, al imaginar a dicho príncipe veía perfectamente la imagen de Naruto y ahora no tenía ni su recuerdo pues ese puesto lo llenaba otro.
– nos quedaremos aquí esta noche, busquemos alimento y posada - decía el joven girándose a la chica detrás de él quien afirmó con su cabeza, Hinata por un momento se quedó estática ante el sorpresivo cambio de chico quien había decido detener el viaje, sin embargo guardó sus dudas internamente y siguió las indicaciones del Uchiha. Hambrientos se encaminaron hasta la pequeña zona de comercios para hacerse con algo con que llenar sus estómagos, la ojiperla observo curiosa como Sasuke se detenía en un puesto concentrado en los productos que vendía la mujer de edad mayor, con cautela se acerco otro poco identificando los tomates rojos, grandes y jugosos que parecían ser el objeto de atención del muchacho, sin embargo cuando este sintió su presencia detrás se giró y sin decir nada continuó con el recorrido. La dama quiso darle alcance pero una pequeña mano jalando de la suya la detuvo
-Señorita… es usted.. – decía un pequeño que ya había visto antes
-Te recuerdo, tu nombre es Hikoji-kun ¿no es así? – decía Hinata colocándose a la altura del niño
-Usted me ayudo, hizo que mi rodilla dejara de doler
-Me alegra saber que te encuentras bien
-¿Que sucede aquí? – interrumpió Sasuke acercándose a ellos, se había adelantado un poco pero al dejar de sentir la presencia de la chica detrás suyo, se giró notándola de rodillas junto a un niño que reconocía - El mocoso de la carreta, parece te encuentras bien ahora – decía con sarcasmo en la voz el pelinegro - debemos irnos a buscar posada para esta noche Hinata
-¡Señorita! – exclamo Hikoji evitando que se fueran - si necesita un lugar donde dormir – decía el niño al tiempo que tomaba la mano de la dama con fuerza pues no quería que se alejara, para Sasuke el gesto fue irritante, la presencia del niño repentinamente dejó de ser agradable aunque no podía definir exactamente porque - puedo llevarla a mi casa, mi madre no se negara a recibirles, además tenemos mucho espacio, usted y su sirviente estarán cómodos
-¿Sirviente? – pregunto molesto el Uchiha ganando la atención de Hinata quien asustada por lo que había dicho el niño, quiso remediarlo e inmediatamente trató de hacer entender a Hikoji la situación, pero el pequeño la ignoró pidiendo le siguieran para llevarles a su casa
-Sasuke-san estoy segura no quiso ofenderte el solo… es...
-Tiene razón - interrumpió el pelinegro - una doncella como tú debe viajar con su guardaespaldas – decía el joven adelantando el camino tras el niño, Hinata no sabía del todo como proceder pues parecía su compañero había aceptado la oferta del chiquillo sin queja alguna, aún confundida los siguió temerosa por la molestia del Uchiha, sin embargo el muchacho pese a la sorpresa de ser llamado sirviente, estaba lejos de estar molesto, si era sincero consigo mismo, desde aquel encuentro con los cazarrecompensas, había actuado como el caballero protector de una princesa, estaba alerta y vigilaba, cuidaba de la chica aún si ella no siempre lo notaba, deseaba estuviera segura y sentía alivio cuando cada día cumplía con su misión. Tiempo atrás, cuando la joven había cuidado de su brazo, había aceptado le provocaba ese deseo de protección, nunca antes lo había sentido ni había hecho nada al respecto y mucho menos por una chica, pero con ella era fácil el querer hacerlo, el querer protegerla.
El pequeño les llevó hasta una modesta casa con campos de arroz a los costados, estaba en buen estado pese a los maderos picados por la humedad, Hikoji les condujo hasta una habitación de mediano tamaño donde esperaron mientras el niño buscaba a su madre, el interior de la casa tenía pocos muebles pero era acogedor, una mesa de suelo y algunos cojines adornaban lo que parecía ser el comedor y la sala, desde el tejado caían cuerdas en las cuales había hiervas amarradas y junto a las paredes había algunos sacos con verduras y otros productos que seguramente la familia cosechaba. Hikoji regreso junto con una mujer mayor de rostro amable, sus ojos mostraban clara sorpresa por las visitas en su hogar, más educada como sus hijo se inclinó para saludarles.
-Lo ves Madre, te dije que era real, ella es la estrella del cielo que me ayudó cuando caí de la carreta
-Me doy cuenta hijo – dijo la mujer girando su mirada a la pareja – es un gusto conocerles, mi pequeño Hikoji me ha dicho que pasarán la noche con nosotros, mi hogar no es lo mejor pero tenemos un pequeño cuarto que podemos acomodar para ustedes
-Agradecemos su amabilidad – dijo Hinata devolviendo la reverencia de manera educada mientras Sasuke detrás de ella solo inclinó levemente la cabeza
-Hijo porque no vas a preparar la habitación mientras yo atiendo a nuestros invitados
-Si madre – contestó el niño poco antes de dar la vuelta y salir a toda prisa para cumplir el favor
-Deben disculparlo, está lleno de emoción por volver a verle – señaló la mujer sonriendo a la ojiperla - debo admitir que pensaba que su historia no había sido más que un sueño, no creí que fuera real señorita
-¿A que se refiere? – pregunto nerviosa Hinata
-Cuando llegó a casa ese día, hablo de una hermosa princesa que le había salvado y desde entonces ha soñado despierto con ella, creo… que se ha enamorado de usted señorita, es amor infantil claro está - volvió a sonreír hacia la chica más luego volvió sus ojos al pelinegro- espero que la ilusión romántica que tiene mi hijo con su esposa no le ofenda mi señor
-¿Ofenderme dice? – pregunto Sasuke confundido mientras sin pensarlo soltaba el cruce de sus bazos que había mantenido desde su llegada
-No, el … nosotros… - quiso explicar Hinata quien sonrojada se vio interrumpida por su compañero
-Tiene razón – decía Sasuke abrazando la cintura de la chica lo que hizo que esta callara nerviosa e impactada - Es difícil evitar que los hombres la miren y caigan por ella pues mi esposa es tan hermosa y dulce que llama la atención de todos
-Lo imagino – rio la mujer - vengan les serviré un poco de sopa, seguramente tienen hambre por su viaje- dijo la mujer ofreciendo asiento en la mesa de suelo para luego retirarse tras una cortina hacia la cocina
-¿Uchiha-san porque ha dicho eso? nosotros no somos…
-pase de ser tu guardaespaldas a ser tu esposo, es realmente curioso – decía el muchacho sonriendo de medio lado casi como una burla – te ha incomodado tanto que olvidaste llamarme por mi nombre
-Sasuke- san ¿esto no le molesta?
-Déjalo, realmente resultó mejor – terminó el chico mientras se acomoda en su lugar, notando al mismo tiempo a la dueña de la casa llegando con el alimento
El pequeño que se había marchado para preparar la habitación, regreso y una vez terminaron la cena les pidió le siguieran hasta una escalerilla que llevaba a otro cuarto en la parte superior de la casa, la pareja tomó sus cosas y enseguida le alcanzaron
-Princesa usted puede dormir aquí y su acompañante puede quedarse en la habitación detrás de la escalera el…
-Hijo, esta habitación deben compartirla ellos – interrumpió con ternura la matriarca dejando callados a los visitantes, sin embargo el rostro de Hinata volvió a teñirse de rojo
-Pero madre
-Te lo explicaré en un momento, por ahora dejemos descansen tus invitados – se giró a la pareja – por favor pónganse cómodos- les reverencio - los veremos por la mañana- y se retiro tomando de la mano a su hijo hacia su propias habitaciones
Sasuke fue el primero en entrar al cuarto que les habían preparado, había un futón amplio, una mesa con velas y unas cuantas cajas cubiertas por telas que hacían cálido el ambiente. Hinata entró después y algo apenada noto como el muchacho se quitaba su camisa y sus sandalias recostándose inmediatamente bajo las telas de la cama
-¿compartiremos? – preguntaba la chica mientras su rostro dejaba ver un adorable color rosa - …Se que hemos acampado juntos pero esto… es mucho más personal – el muchacho no dijo nada, simplemente la tomó de la muñeca y jaló de esta hasta sentarla, esta vez por completo sobre su regazo, sin palabra alguna el pelinegro le quitó la capa y el sombrero que portaba, así como la pequeña mochila en su pierna y la que colgaba de sus hombros, todo bajo la atenta mirada perla que no sabía que hacer o decir, una vez el muchacho terminó con su trabajo, le empujó levemente haciendo se recostara sobre su espalda para luego posarse sobre ella aprisionándola bajo su cuerpo, la simple vista de la joven debajo suyo provocó un sentimiento excitante y delicioso, tanto que sus ojos por un segundo brillaron en un intenso color rojo, más relajó su respiración calmando su ansia, la chica aún estaba expectante
-Deja las tonterías - decía el joven levantándose para volver a su lado de la cama - necesitamos recuperar nuestra energía así que descansa
Hinata aún más sonrojada guardó silencio, se quedó inmóvil en su lugar y esperó hasta que el Uchiha se girara sobre su costado dándole la espalda, ella hizo lo mismo del lado contrario y luego de varios minutos que usó para recuperar el ritmo regular de su respiración, cerró los ojos y se dejó ganar por el cansancio.
Sasuke aparentaba dormir, pero en realidad meditaba profundamente, su curiosidad le había impulsado a analizar las nuevas sensaciones que la joven provocaba en el, esa leve corriente eléctrica que momentos antes le había invadido había sido única, ni su más poderoso chidori o la misma invocación de Susanoo era tan excitante, tan llena de energía y vida. Encendió sus rojizos ojos y se giró hacia Hinata quien bajo el sueño se había girado ahora hacia el. El pelinegro y la doncella estaban de frente y esta era una oportunidad única que Sasuke no dejaría ir.
Cerró sus ojos y al abrirlos de nueva cuenta, ambos se encontraban recostados uno frente al otro en un campo de flores rosas bajo un cerezo con el cielo rojizo por detrás – Hinata… - llamo Sasuke a su princesa haciendo que esta abriera sus ojos aún perdidos en el sueño, sin embargo le miraban – ellos… - decía el joven mientras se acercaba más a ella, la punta de su nariz casi tocaba la femenina - … ellos piensa que nosotros… somos… un matrimonio… que tu eres mi esposa – dijo posando una mano en la mejilla de la chica para luego posarla atrás de su oreja jugando con un mechón de cabello azul oscuro - ¿sería tan malo si fuera verdad? – pregunto el muchacho mirando fijamente a la dama que aun seguía sumergida en el trance, sin embargo esta recibió parte del mensaje y le sonrió fijando su vista en aquellos ojos rojos
-Si fuera verdad… - contestó Hinata en un susurro- … sería feliz – cerró sus bellos ojos, Sasuke posó su frente sobre la de ella rompiendo la ilusión de ese calmado paisaje y regreso junto con su princesa al mundo real
(- - - - - - - - - )
La luz del nuevo día iluminó a la joven de ojos perla que salía de la casa en la que habían dormido por ese par de días, habían sido noches de descanso profundo como pocas, aunque algo confusas también, extraños sueños se le habían presentado, fantasías que no eran desagradables pero cuyo toque de realidad le hacían dudar de su propio juicio, se podía ver a sí misma en un campo rosado, la perfecta imagen de un cuento de hadas en el que se encontraría con un príncipe a su lado, lo más extraño era que ese príncipe poseía el encantador rostro del pelinegro, el hombre al que por decisión propia había seguido, aquel que no solo ahora la aceptaba, si no que además, se había vuelto su mentor y protector.
No entendía del todo porque era precisamente a él a quien veía, quizás los maravillosos gestos que tenía para con ella, que aunque no eran visibles para el ojo común existían, le estaban influenciando. Sasuke tenía un buen corazón y lo demostraba con acciones, eso era lo que hacía disfrutara de su compañía y muy seguramente era la razón por la que lo incluía en sus sueños, pues quería seguir estando a su lado aunque fuera solo en un mundo de fantasía.
Hinata se acercó hasta la puerta que daba hacía el sembradío de la granja, una delgada figura estaba sentada a la orilla del suelo de madera. Hikoji no le había notado llegando pues parecía tener toda su atención enfocada en el dibujo que hacía sobre la tierra con una vara de madera, la joven curiosa le observo mejor notando algo de tristeza en la postura del niño
-Buenos días Hikoji-kun – decía la chica sentándose a lado del pequeño
-Señorita… - contestó el nombrado finalmente mirándola más al momento se quedó en silencio
-¿Te encuentras bien?
-Estoy bien señorita…
-Yo me he dado cuenta que… – comenzó Hinata perdiendo la mirada del niño – … que no sueles estar presente cuando nosotros estamos cerca – sonrió un poco - tu amablemente ofreciste tu casa como posada, sin embargo te vemos cada vez menos y cuando nos encontramos pareces molesto
-Lamento incomodarla señorita – contestó el niño con una voz apenas audible- es que mi madre me ha explicado todo, se que él no es tu sirviente… es tu esposo…
-Debí decírtelo antes – dijo la ojiperla no rompiendo la mentira que por dentro deseaba fuera la verdad, si lo meditaba con sinceridad, se deleitaba al pensar en Sasuke como su esposo y se llenaba de alegría al escuchar se refirieran a él de esa manera
-¿Cómo puede ser él tu esposo?¿Ese sujeto le hace feliz de verdad señorita? – preguntó él chiquillo captando la completa atención de Hinata, ninguno había notado al pelinegro acercándose y deteniéndose detrás de una columna escuchando atentamente la conversación
-Hikoji-kun, se que no lo entenderás todo y seguramente no creerás mis palabras, pero Sasuke-san, mi esposo, es una maravillosa persona, tiene un buen corazón bajo esa dura coraza y lo demuestra con acciones, con detalles a veces pequeños pero significativos para mi, me hace sentir segura, confía en mi y me ha hecho crecer como guerrera, su presencia me da valor para seguir adelante y yo realmente quiero estar a su lado… yo…
-De verdad estás enamorada de él… - afirmo el niño ganando un sonrojo de la doncella quien finalmente aceptaba el sentimiento que había escondido en su interior - Lamento mi comportamiento, si él quiere a la señorita y ella le ha escogido, yo lo aceptaré
(- - - días después - - - -)
Habían decidido marcharse de aquel pueblo, su recorrido aún no terminaba pues sabían no habían encontrado un lugar en el que desearan quedarse, más despedirse del pueblo en el que habían descansado al menos por unos días, había sido difícil.
Sasuke se detuvo un momento observando el valle desde el camino alto que cruzaba la montaña, apreciaba la impresionante vista mientras su mente seguía perdida en dudas causadas por la delicada criatura que ahora se posaba en silencio detrás de él. Hinata no era ninguna doncella indefensa, ya lo había demostrado en los entrenamientos, pero además de su creciente habilidad, había algo en ella que le atraía de sobremanera, aceptaba su atención había sido capturada, tal vez era su pureza y buen corazón, su tranquila personalidad que le brindaba paz o la sensación de confianza que le hacía poner su vida en sus manos sin duda alguna, no, lo que más le agradaba de Hinata era esa magnífica sonrisa, podía ver sinceridad en el hermoso gesto que le hacía pensar que lo aceptaba tal y como era, no por lo que sabía de él gracias a los demás, no por su apariencia física o por el apellido por el que tanta sangre se había derramado, si no por el, por su verdadero ser.
-Sasuke-san – dijo la chica acercándose un poco más – tengo algo para usted, espero no le incomode el momento pero podrían marchitarse si espero más- decía mientras extendía la manta que envolvía el obsequio - le vi admirándolos días atrás y creí… – dijo descubriendo varios tomates rojos apetitosos – que le gustarían
-Hinata… - sonrió de medio lado el muchacho, no esperaba ella notara de alguna forma su deseo por aquellos rojos alimentos ¿es que acaso ella también le admiraba secretamente así como él la añoraba sin admitirlo? ¿y si así fuera? ¿y si la ojiperla también deseaba estar con el? – realmente eres especial – y sin decir nada más, en un arrebato de su propio deseo, la tomó por la nuca y la beso, había sido un movimiento inesperado, la joven no había tenido tiempo de reaccionar más inmediatamente se había perdido en la sensación agradable que los masculinos labios le proporcionaban con su movimiento suave.
Sasuke lo sintió en ese momento, esa corriente eléctrica despertando una nueva necesidad de conocer más, de acercarse más a ella y descifrar lo que sentía y quería de ella. Se separaron un momento para recuperar el aliento más fue Hinata quien volvió a tomar los labios del pelinegro ansiosa por el sabor del muchacho, el mundo desapareció a su alrededor mientras la único entre ellos era un sentimiento inexplorado que se hacía cada vez más profundo.
La falta de aire en sus pulmones les hizo separarse, la doncella quiso decir algo, más callo cuando sitio a Sasuke tomando de su mano para llevarla hasta sus labios y sin dejar de mirarla posar un beso en ella, Hinata se sonrojó ante el gesto pero se mantuvo firme mientras el chico se acercaba a su oído y le susurraba
-Quiero que sea real – dijo Sasuke pasando un mechón del femenino cabello detrás de la oreja de la dama – quédate conmigo Hinata
-Si, Sasuke – contestó la princesa sin duda, sin pausa alguna y recompensada por el abrazo del hombre de su nuevo mundo.
(- - - días después - - -)
Habían encontrado un paraíso escondido al explorar una cueva cuya salida al otro lado, les había mostrado un campo fértil de flores rosas rodeado de rocosas paredes, agua de un manantial y el cielo sobre ellos, era hermoso, casi mágico, el lugar perfecto bajo el sol, secreto y protegido, un refugio del mundo solo para ellos pues el Uchiha no había dudado en reclamar las tierras para él y para la mujer que aunque no podía decir aún era suya, si era aquella con la que encontraría el significado de enlazar la propia vida con la de alguien más.
No muy lejos de aquel maravilloso sitio se encontraba un pueblo tranquilo a la orilla del mar, Sasuke y Hinata se miraron y bajo la suave brisa que les envolvía y les daba seguridad, sin palabra alguna y con la confianza entregada al otro, acordaron haber encontrado el lugar al que llamarían hogar. No perdieron mucho tiempo, con lo que les quedaba de dinero compraron herramientas y cortaron los maderos con los que construirían su casa. Al atardecer del quinto día, habiendo construido la mayor parte de la edificación, una fuerte lluvia les cubrió deteniendo su labor, empapados y cansados, prendieron el fuego en la recién construida chimenea y se despojaron de sus húmedas vestimentas quedando solo en su ropa interior. Sasuke había mantenido su atención sobre el fuego cuando su vista repentinamente cayó sobre la figura de la joven, Hinata había juntado su cabello sobre su hombro para secarlo dejando al descubierto su espalda para el deleite del ojinegro, el Uchiha nunca antes había sentido algo igual, una atracción que como imán le impulsó a llevar su mano hasta la delicada línea vertebral de la doncella provocando que de sus labios saliera un leve gemido al sentirlo, sin embargo y lejos de su clásica timidez, la ojiperla se giró para mirarlo descubriendo unos fascinantes ojos rojos fijos en ella, pero además, ocultos en esas orbes carmín había un sentimiento que la misma chica compartía
-Sasuke…. – susurró Hinata ofreciendo en un suspiro la respuesta a la inquietud del hombre frente a ella, pues la bella flor también lo deseaba
-Yo… no pienso obligarte a nada… pero ... - la joven simplemente le calló con un suave beso en los labios mientras desprendía de su cuerpo las pocas telas que aún le cubrían, aquella mirada roja de Sasuke le había llenado de un valor indescriptible, una confianza que le hacía olvidar el mundo y despejaba de dudas su cabeza. Sasuke tomó con sus manos la femenina cintura y se dejó caer junto con ella en la improvisada cama, la joven continuó con su dulce beso a pesar de la sorpresa por el movimiento del muchacho, más luego de unos segundos, cuando el beso tomó fuerza, perdió toda duda y razón dejándose arrastrar por la gustosa sensación de estar en sus brazos.
El pelinegro hizo que la joven se levantara un poco, lo suficiente para retirar de su propio cuerpo las ropas que aún le cubrían, una vez finalizó la tarea, dejó que el cuerpo de la chica se ajustara de nuevo al suyo y al sentirla casi posándose suavemente sobre su miembro erecto, un gemido ansioso escapó de sus labios así como un suspiro tímido de los de la chica. Hinata no sabía del todo que hacía, todo movimiento que realizaba parecía ser ordenado por sus instintos, por el deseo de tener, tocar y sentir más del hombre debajo suyo, el primer contacto con aquella firmeza cerca de su entrepierna había sido tan electrificante, que por un instante su mente pareció desprenderse de su cuerpo.
Sasuke acercó su mano tiernamente a uno de los senos descubiertos de la doncella, tocó apenas con las yemas de sus dedos la endurecida punta rosada, y descendió por la curva del blanco monte admirado por la suavidad de la tersa piel a su paso, acercó sus labios nuevamente a los de su amante y luego de depositar un ligero beso en ellos, recorrió un camino el cual detendría primero en su cuello y luego más abajo hasta tomar entre esos masculinos labios el seno que había tocado anteriormente. Succionó aquella punta hasta sentirse satisfecho disfrutando de los leves espasmos que producía en la mujer sobre el, que ahora perdía fuerza en los brazos con los que se había estado sosteniendo, por lo que el pelinegro les hizo girar dejándola esta vez debajo suyo.
Tomó el otro seno de la princesa y mientras disfrutaba de este, dejó sus manos descendieran por sus costados hasta los blancos muslos, Hinata no podía más que enredar sus brazos en el cuello de su amado disfrutando de su toque como fuego.
Las poderosas manos de aquel hombre abrieron las delicadas piernas de la doncella descubriendo aquel tesoro oculto, deseaba tanto probarla que sin perder más tiempo hundió su lengua en ella, su sabor era único, delicioso y dulce más no empalagoso, automáticamente uno de sus dedos se introdujo en la abertura rosada mientras él continuaba con su manjar, sus movimientos iniciales fueron lentos pero aceleró su paso al sentirla llegar al cielo y no se detuvo hasta cumplir con su misión.
Hinata quedó sin aliento y tomó algunos segundos para recuperar la respiración, pero una vez lo hizo decidió tomar de nueva cuenta el control y aún guiada por su instinto, empujó al chico para recostarlo en la cama y admiro maravilla el masculino cuerpo desnudó, sus ojos recorrieron cada parte del mismo, más se detuvieron al llegar a la impresionante virilidad erguida que parecía invitarle a tocarle, más no lo haría con sus manos, había disfrutado de las acciones del chico antes y quería hacerlo disfrutar del mismo modo a él, colocó una mano en el masculino muslo y con la otro tomó su firmeza observándola y sintiéndola por unos segundos, le parecía grande y temía por el dolor que provocaría cuando llegara a entrar en ella, pero al mismo tiempo ansiaba el momento. Lo sujeto un poco más decidida y ante la mirada roja y atónita del Uchiha, le rodeó con con sus labios exitándolo aún más.
Sasuke apenas y podía contenerse, no solo era por la increíble sensación que aquellos labios le brindaban, la simple vista de la adorable mujer entre sus piernas era suficiente para llevarlo al límite – Hinata… - dejó salir mezclado con un gemido como advertencia, ya no podía parar, estaba por llegar, sus caderas se empujaron hacia adelante adentrándose más en la dulce cavidad y antes de que pudiera decir algo más, se había corrido en la delicada boca de la princesa
El sabor que ahora percibía la ojiperla no era desagradable, pero era muy fuerte y tan intoxicante como el vino, Sasuke se sentó y con su pulgar limpio el líquido blanco que había escapado de los labios de su amada, tomó de su barbilla y le sonrió de medio lado con algo de dulzura mientras le rodeaba con sus brazos y le hablaba a su oído – Hinata … ¿deseas continuar? – pregunto separándose un poco de ella, la chica sonrojada asintió con su cabeza y se dejó caer sobre su espalda aún rodeada por los brazos del hombre de sus sueños. La virilidad del Uchiha se deslizó entre los húmedos pliegues y se adentró en ella poco a poco, con un suave movimiento de la cadera del hombre la hizo suya y con cada embestida le hizo deleitarse un poco más.
Se abrazaron y se movieron juntos, sus caderas se encontraban al unísono una y otra vez en una danza poderosa pero amorosa al mismo tiempo, un profundo gruñido creció en el muchacho al sentirse nuevamente al limite, Hinata también estaba por dejarse llevar por su culminación y luego de un par de embestidas mas, el Uchiha depositó su semilla en el cuerpo de la mujer que amaba y que la recibía gustosa y deseosa.
Sasuke despertó con la luz del alba a su espalda, aún estaba envuelto en telas con el cuerpo desnudó de su amada en brazos, aún dormía profundamente con una sonrisa en sus labios. La acciones de la noche anterior habían sido las más fascinantes de toda su vida, el sexo no era desconocido para el, sin embargo prefería abstenerse temeroso de la posibilidad de una descendencia que no deseaba, no podía arriesgarse a que el poder en su sangre fuera obtenido por alguien más a través de sus hijos y había notado a muchas mujeres seduciéndolo con solo ese propósito. Años atrás había tomado una decisión, el secreto de su familia y su clan, moriría con él, sin embargo el deseo por la mujer de ojos claros lo había nublado todo, no había pensado, ni siquiera se había molestado en usar algún tipo de protección, si esta dulce joven terminaba engendrando a su hijo, él lo aceptaría e incluso estaría feliz de que así fuera pues quería a Hinata a su lado, no la dejaría apartarse porque aunque no lo admitiría abiertamente lo que sentía por ella era… especial
Había deseado una razón para terminar su viaje y vivir el resto de su vida en un solo lugar y de manera tranquila, y aquí estaba ella, su razón para iniciar una nueva vida.
(- - - tiempo después - - -)
El pueblo cercano al que ahora visitaban continuamente no era muy grande, pero ya comenzaba a ser próspero, estaba formado por granjeros y mercaderes que llevaban sus cosechas a vender a las aldeas cercanas y algunas veces a las naciones ninja más fuertes ya fuera por mar o por tierra.
Desde su llegada al paraíso escondido meses atrás, Sasuke y Hinata vivían cómodos y tranquilos, la ojiperla había formado un campo de hiervas medicinales con las cuales creaba los ungüentos y medicamentos que vendían en el pueblo, Sasuke por su lado actuaba como guardián de la paz en la aldea, un policía que hacía honor secretamente a los inicios de su antiguo clan y creaba las bases para el nuevo.
El Uchiha había entrado a su recién construida cabaña sorprendido a Hinata quien preparaba la cena, el rostro del hombre reflejaba una decisión que no había visto en el más que cuando estaba listo para la pelea. Sasuke se acercó hasta la ojiperla y extrañamente tomó con delicadeza de su mano para jalarla hacia el envolviéndola con sus brazos, todo sin decir palabra alguna, no lo hizo ni cuando se separó de la chica tomando nuevamente de su mano para llevarla fuera de su hogar, le hizo seguirla hasta que su camino pronto les llevó al pueblo
-¿Sasuke … que sucede?
-No estés nerviosas, confía en mi – contestó el muchacho apenas mirándola pero notando en ese angelical rostro una sonrisa segura. Llegaron hasta otra cabaña al centro del pueblo donde el líder del mismo estaba listo para presidir una ceremonia, Hinata dejó salir un suspiro al entender de que se trataba – te dije que deseaba fuera real – susurró el muchacho – te quiero como mi esposa ¿tú deseas serlo?
-Te seguiré por toda la eternidad Sasuke – y así, frente a otros dos aldeanos de confianza la desposo haciéndola suya para siempre
El ojinegro salió de sus recuerdos volviendo al presente en donde se encontraba parado frente a una tienda, pagó las compras y espero a que el lugareño empacara los ingredientes para su cena, giró sus ojos hacia la banca cerca del puerto maravillado por la visión de una mujer de hipnotizantes ojos luna, que mecía con ternura a una criatura que aunque pequeña y recién llegada al mundo ya había demostrado sería fuerte. Su hijo, se repetía internamente el Uchiha orgulloso, la noticia en un principio había causado miedo en el, pero al entender que ese niño sería no solo su legado, si no el lazo inquebrantable de su unión con la mujer que amaba, se llenó de alegría y anhelo junto a su esposa por la llegada. Se había vuelto muy protector con ella, a veces incluso se impresionaba por lo que estaba dispuesto a hacer por la doncella y el pequeño príncipe, pero es que ahora finalmente entendía lo que proteger significaba.
Una vez recibió sus compras se acercó hasta su pequeña familia, una dulce sonrisa de la ojiperla le recibió mientras entre sus brazos se movía ligeramente el niño que apenas se había quedado dormido
-Ikaru es un niño bien portando, se ha quedado profundamente dormido luego de comer
-Los niños Uchiha por lo general son más rebeldes
-Lo sé, me casé con uno – rió de nuevo la joven ganando una sonrisa de medio lado por parte del pelinegro
-Volvamos a casa, la temperatura está bajando – la chica asintió y se puso de pie envolviéndose a ella y a su hijo mejor en la capa larga que portaba
No se habían alejado mucho del pueblo cuando repentinamente Sasuke se colocó frente a su reina desenvainando su espada, Hinata intranquila ante el movimiento sujeto con más fuerza a su príncipe prendiendo sus ojos, sin embargo los apagó al notar mejor a la figura que se acercaba lentamente a ellos.
-¿Kakashi-sama…? – pregunto la chica acercándose un poco al peliblanco que portaba ropas desgastadas, su viaje había sido largo y cansado sin duda, Kakashi al escuchar su voz levantó la mirada sorprendiéndose al notar a la joven y al hombre serio detrás de ella
-Hinata-Chan… Sasuke…- dijo en un susurro perdiendo casi la voz al notar al infante en los brazos de la ojiperla – esto es algo que no me esperaba…
-¿Qué haces aquí Kakashi?
-También me da gusto verte Sasuke… de verdad – suspiró el hombre aún cansando – he venido aquí en representación del Hokage Naruto, escuchamos un rumor sobre tu posible presencia en esta área y el no dudo el solicitarme buscarte para pedir tu ayuda, nos gustaría volvieran a casa… Sasuke...
