En aquella mesa donde la inusual pareja se encontraba reunida reinaba el silencio. No habían pasado ni cinco minutos desde que el camarero les trajo un poco de vino y educadamente les había servido una copa a cada uno.
Draco observó por encima de la copa la mano de Hermione que descansaba sutilmente sobre la mesa con sus uñas perfectamente arregladas en color blanco lo que lo hizo saborear su vino con más placer en el paladar... Él era un amante y admirador de unas manos perfectamente arregladas, incluso se podría decir que era un placer para él imaginárselas ejerciendo diferentes labores.
Las manos de Hermione le parecieron verdaderamente hermosas y delicadas, nada que ver a cómo las llevaba en sus tiempos de colegio algo opacas y deprimentemente cortas... Se imaginó cómo serían las de los pies pero al verla llegar notó que sus tacones eran cerrados por lo tanto no pudo apreciarlas.
Hermione se aclaró suavemente la garganta y Draco tuvo que caer en la realidad. Él observó a la mujer frente a él, la cual parecía estar esperando algo... Claramente ella estaba esperando que él hablara primero.
-Gracias por venir -Dijo bajando la copa y dejándola sobre la mesa.
Hermione alzó una ceja antes de hablar- Gracias a ti por invitarme, ¿de que quieres hablar?
El blondo se sintió verdaderamente perdido mientras se preguntaba, ¿qué era lo que le debía decir?
-Bueno, ¿puedo ser franco contigo?
Ella asintió- Por favor.
-Me sorprendió que enviaras una solicitud expresamente para mí, por lo que escuché tienes muchos pretendientes -Acotó con curiosidad.
Hermione se removió un poco en su asiento antes de contestar- Bueno no es tan extraño tengo varias razones la verdad, pero la principal ya te la expliqué en la carta... Me gustaría demostrar que puedo ser buena para ti.
Draco la miró un poco inseguro mientras se preguntaba, "¿acaso Hermione Granger puede ser mala para alguien?"
-Honestamente Granger, ¿que es lo que quieres de mí?... No creerás que voy a creerme eso de que te gusto cuando en nuestros tiempos de colegio nos peleábamos hasta por la más mínima razón.
Ella asintió en acuerdo de nuevo- Lo entiendo y sabía que te ibas a encontrar inseguro en ese aspecto así que quiero ser sincera contigo -Habló con total seguridad sobre sí misma- todo lo que le dije a tu madre es cierto y la verdad es que si me gustas.
Él negó con incredulidad rotunda.
-Granger no me quieras engañar, nadie se enamora de nadie de la noche a la mañana.
Hermione le sonrió de tal manera que lo hizo sentir extrañamente ridículo.
-¿Y quién dijo algo sobre amor? -Preguntó claramente divertida.
En seguida él se irritó y se lo dió a conocer frunciendo el ceño.
-Escribiste esa carta y luego se lo dijiste a mi madre -Respondió como si fuera obvio.
Hermione negó a la vez que se inclinaba sutilmente sobre la mesa.
-¿No conoces la diferencia entre gustar y amar, Malfoy?
El joven se tensó ante aquel golpe por parte de la chica, ella en su lugar volvió a erguirse en su sitio. Y Draco notó lo que su madre había dicho sobre el comportamiento educado de Granger, agarraba la copa perfectamente y cada movimiento que hacía parecía premeditado.
Pero alejó ese avistamiento porque lo único que importaba en ese momento era la manera burlona en que lo miraba en ese preciso momento.
-Te lo resumiré de una manera simple y que francamente es mi favorita... "El amor" es incondicional y "El gustar" es condicional -Respondió como la sabelotodo que sabe que es, Draco iba a hablar pero ella se le adelantó- Me gustas tanto como le gustas a varias mujeres más eso no significa que esté enamorada de ti.
Se sintió completamente humillado un sentimiento que curiosamente solo ella podía hacerle sentir desde que eran niños, siempre teniendo una respuesta para todo... Siempre siendo la primera en alzar la mano.
-¿Así que te gusto? Vaya Granger, ¿me consideras atractivo? -Preguntó tratando de avergonzarla aunque sea un poco, pero ella se mantuvo serena.
-Por supuesto, no soy ciega.
Él la miró boquiabierto ante su sinceridad y seguridad... Esa no era la Hermione que él conocía, aquella que se avergonzaba fácilmente y en ocasiones solía sonrojarse. En su lugar estaba claramente alguien más y Draco no sabía cómo llamarla.
Entonces recordó algo, un detalle del examen... Uno que no lo dejaba en paz.
-Me dijiste que fuera honesto contigo, ¿te importa si te hago una pregunta personal? -Preguntó con la intension de sacar algo de la vieja Granger, aunque fuera un vestigio.
Ella asintió mientras se llevaba nuevamente la copa a los labios.
Con toda la chulería que pudo le hizo la pregunta que había querido hacerle desde que aceptó comer con él.
-¿De verdad eres inmaculada? -Preguntó en voz baja sólo para que ella lo oyera.
Los ojos de Hermione se abrieron desorbitados y tosió levemente por causa de su casi ahogamiento con el vino, en seguida la joven tomó una servilleta y la puso sutilmente sobre su boca para apaciguar el sonido de su tos. Sus mejillas ardían como dos rubies siendo expuestos a la luz del sol.
Draco sonrió después de haber conseguido lo que buscaba... La debilidad de Granger y se sorprendió al notar lo mucho que había extrañado hacerla salirse de sus cabales como en los viejos tiempos.
Luego de recuperarse se aclaró la garganta claramente perturbada.
-No entiendo cómo eso puede ser importante -Respondió mirando a su alrededor.
-Es que me sorprende que tengas casi veinticuatro años y no hayas tenido...
-Para tú información -Le interrumpió seriamente- No todos vivimos de eso y tengo mis razones para no haber... Eso. Y por el momento eso a ti no te incumbe.
Ahora fue su turno de sonreír divertido- ¿Si sabes que si te casas conmigo las perderás no?
Hermione se apartó el cabello de la cara algo abochornada ante el giro repentino de la discusión.
-Por supuesto que lo sé, no soy una tonta. Precisamente esta ley es para procrear y todos debemos atenernos a eso.
Él asintió mientras la curiosidad crecía cada vez más y más en su interior...
"Hermione Granger... ¿Qué quieres de mi?" Se preguntó nuevamente.
-¿Por qué crees que seríamos buenos juntos? -Preguntó más para sí mismo que para ella.
Hermione se encogió levemente de hombros.
-Yo puedo apoyarte al igual que tú a mí en muchos sentidos tanto políticos como sociales, fuiste el otro día a ver a Kingsley pero él no te cederá una cita porque está muy ocupado en otros asuntos. Más yo sé por lo que tú empresa está pasando, necesitas el apoyo del Wizengamot para que tú buffet siga viendo la luz -Explicó colocando ambas manos juntas sobre la mesa- y yo necesito tu fama entre las familias sangre pura para que mi ley en apoyo a los "hijos de muggles" sea financiada y así asegurar que se acabe de una vez ese pensamiento basura acerca de los impuros.
Hermione notó que él había prestado completa atención a sus palabras, lo cual era bueno. Pero al mismo tiempo temía ponerse en evidencia y que él no le creyera...
Temía que terminara notando sus verdaderas intenciones.
Pero para su sorpresa no fue así.
-Es una buena propuesta, pero aún así me quiero asegurar de que sabes en donde te estás metiendo -Habló mirándola tan profundamente que los vellos de su nuca se erizaron por completo- ¿Estas consciente de que si te casas conmigo serías una segunda esposa no?
Hermione asintió mientras tragaba disimuladamente.
-Realmente no he terminado de leer todas las reglas sobre este tipo de unión -Admitió ladeando la cabeza- Pero lo que sí tengo claro es que tendrás que permanecer a mi lado hasta que me des tres hijos y que tendrás que sujetarte a mí... Sé que probablemente ya lo sabes, pero quiero recalcarlo porque te conozco y se de antemano que "sumisa" no eres -Acotó finalmente entrecerrando los ojos.
Ella suspiró antes de hablar- A diferencia y sin ofender yo si conozco todas las reglas Malfoy, de hecho trabajo para el departamento que las legalizó... Conozco muy bien cuál es mi lugar en todo esto... Pero también conozco cuál es el tuyo, si me aceptas tendremos que asistir a una reunión con uno de mis colegas para tratar a fondo el tema de las reglas y así constatar lo que cada uno está dispuesto a hacer -Explicó asintiendo- el hecho de que deba sujetarme a ti no quiere decir que voy a besar por donde vayas, incluso debo aclararte que va más para ti que para mí el peso de esa regla en cuestión luego entenderás el porqué... Y respondiendo a todo lo anterior si Malfoy, estoy consciente de todo eso -Finalizó con rotundidad.
Draco se quedó inmóvil con la mirada sobre sus manos como si estuviera guardando y analizando toda la información recibida.
-Imagino que querrás consultarlo con tu esposa.
Él volvió alzar su vista de nuevo.
-Esta es mi decisión no la de Astoria -Respondió sorprendiéndose a sí mismo.
Hermione asintió en acuerdo- De hecho lo es, una de las reglas lo especifica- y como si lo hubiese olvidado tanteó suavemente la mesa con los dedos- Casi lo olvido en caso de que aceptes casarte conmigo a Kingsley le gustaría tener una audiencia contigo.
Él la miró confundido- ¿Y eso por qué?
-Quiere hablarte de ciertas cosas referentes al esto, pero no me dijo exactamente qué -Respondió mordiéndose el labio inferior- Todavía tienes una semana, tomate tu tiempo. Yo comprendo que también tienes otras opciones.
Draco analizó la situación y admitió que aunque tenía otras opciones ninguna llamaba su atención, además de que Astoria se había encargado de negarse a todas... Y ahora frente a él estaba ella.
Debía admitir que sentía una enorme curiosidad por muchas cosas. Sólo de imaginarse la reacción que todos los que la pretendían pondrían al enterarse que ella misma le había propuesto casarse le tentaba de manera satisfactoria.
-¿Cuando exactamente tendría que ver a Kingsley? -Preguntó abriendo la carta para por fin ordenar algo de comer.
