CAPITULO 7: ACUERDOS INSATISFECHOS

POV EDWARD

- Es muy interesante la propuesta Edward – comentaba desde su asiento y tomando la típica taza con café mi gran amigo Jasper. Uno de los socios de mi alta confianza.

Nacido en Londres, el lugar donde alguna vez lo considere mi hogar. Con una edad prudente para casarse y tener hijos los cuales podrá mantener hasta sus tataranietos. El porte de todo joven digno de su apellido y renombre en esta parte del continente. No pude escoger mejor amigo, pensaba cuando vi como tomó nuevamente su lapicero y seguir comentando:

- Podemos estrenar esta nueva bebida en los mercados a finales de diciembre.

- ¿Diciembre? – intervino la persona que menos me agradaba ver, pero debo de admitir que tenía una intuición del mercado publicitario único. – es algo muy repetitivo justo para fiestas lanzar algo nuevo

- ¿Qué propones Stanley? – manifestó Jasper teniendo la paciencia que yo casi no tenía. – porque las ideas se van acabando y ya casi todas las has desechado

- Podemos ver con unos meses de anticipación el lanzamiento de esta bebida. – decía para tomar la botella – además aún no he visto el etiquetado del nuevo ingreso. Se necesita una cosa impactante.

A mí nunca me importó mucho la forma en cómo se venda el producto, sino que logre las ganancias que quiero. De pronto tocaron la puerta, despabilándome de mis pensamientos y autorice en que entraran. Irina siendo tan precisa para llevarse las tazas que había ofrecido, le tomo por lo menos diez minutos acomodar todo en la bandeja de plata mientras los negocios seguían a flote hasta que basto un ligero movimiento por parte de Stanley para que los restos de galleta ensuciaran la prenda fina que lleva la publicista. Suspire porque no me gusta las torpezas y peor aún no gustaba lo que iba a venir después.

- Incompetente y tonta, no entiendo cómo puedes trabajar aquí

Aunque las comparaciones son detestables para mí, no pude evitar recordar una escena similar con los mismos actores secundarios pero distinta protagonista.

Se paraba indignada Stanley tratando de sacudirse los restos que aún quedaba en su ropa. Sus gritos son tan molestos que rodé los ojos porque me incomodaba está perdida de tiempo… claro que para Jasper es otro cantar, veía fascinado todo el suceso porque simplemente no le agradaba la chica de rubio. Irina por su parte, recibía sin chistar las malas actitudes que tenía Stanley. De haber sabido todos los problemas que me ocasionaría después, no hubiera tenido ninguna consideración y la despediría igual como un empleado ineficiente. Sin importar la protección de Isabella, contando que ella la defendió.

- Ya lárgate de aquí y aprende hacer tu trabajo. – culminó por fin la rubia para ver a Irina yéndose como rayo.

- Solo es un poco de galleta, no es para tanto – comentaba parándose Jasper para dar a entender que la reunión se había terminado

Sin duda, a pesar de que ambas están conectadas por un mismo medio social, Isabella fue más comprensiva y eso que la trataron como sirvienta. No me imagino que hubiera pasado si a Stanley la trataban así. No pude evitar soltar una leve risita por el comentario y sentí las miradas de todos. Lo disimule con una tos, pero eso no hizo disminuir la mirada de querer arrancarme la cabeza por parte de la publicista.

Emmett se puso a mi lado como es de costumbre y me di cuenta de que Stanley aún no tenía intenciones de abandonar mi estudio. Suspire porque sabía porque estaba haciendo todo eso. Vi disimuladamente a mi empleado más leal y movió la cabeza para dirigirse hacia Jasper y darle a entender que me esperaba afuera. No paso ni cinco segundos cuando ambos estaban en la sala y vi como Stanley se acercó un poco al escritorio para darme entender que ya se había limpiado.

- ¿Qué quieres ahora?

Sabía que quería, suponía que no iba a dejar que pase lo que vio en el patio de mi casa. Tome un lapicero y comencé a jugar con él para tratar que la conversación fuese lo más ligera posible. Ella me veía con muchas preguntas y sobre todo querer sacarme la cabeza, pero muy poco me importó

- ¿Crees que ella pueda con este mundo?

Trataba de verme para ver si encontraba alguna respuesta, pero yo tome un poco aire.

- No es tan alejado al mío. Compartimos los mismos círculos sociales. Como tu

Mi voz salía tan sin ánimos. Como cuando hablaba con un reportero queriéndose entrometerse en mi vida como si tuviera derecho en hacerlo.

- ¿Nunca dejaras de ser egoísta, verdad Ed?

- No sé a qué te refieres – seguía viendo el lapicero que tenía.

- ¿Por qué no seguiste las cosas que comentaron tus padres? Nosotros hubiéramos hecho un buen complemento.

Si tenía con fuerza el lapicero, la acción siguiente no tuvo nombre. En contra de mi cortesía y comportamiento aplaste el artículo de oficina contra el escritorio con tal fuerza que formo un eco, de la cual como respuesta por parte de Stanley fue un ligero sobresalto y por mi parte una rabia contenida.

- ¿Nosotros? - bufé porque realmente me hacía gracia - No puedes decir un nosotros si fue arreglado por las familias

Levante mi rostro porque quería que viera la sinceridad de mis palabras y sobre todo el desprecio que me generaba. Mi mano seguía puesta encima del lapicero que seguro ya estaba malogrado.

- Te recuerdo que tú tampoco querías esto.

Se aproximo hasta quedarse viendo la ventana para esquivar mi mirada. Es curioso porque siempre pudo soportarla, quizás no quería sentir el real peso de mis palabras. Su cadera se encontraba más o menos a mis hombros y con su típica reacción de niña rica puso sus manos en su cintura.

- Yo no quería esto porque sabía que no lo querías tu.

- Por favor – dije para levantarme con fuerza de mi silla. – en esta misma oficina me dijiste que no querías el compromiso porque no querías estar atada a nadie que no pudiera darte todo lo que tu querías. Eso es dinero.

Me puse adelante del escritorio como limitante porque no sabía cómo iba a reaccionar con la conversación que se tenía.

- Nunca fue así. – se quejó para voltear a verme y hacer presión en sus manos. – me prepararon toda la vida para ser tu esposa… y lo acepte porque…

- Tu familia así lo acordó con la mía. Nunca fue algo que quisiéramos los dos y ahora que logre romper eso. Tú quieres retomarlo

Ella se quedó callada y dio unos pasos adelante para poder verme de frente y hacer un gesto con su boca.

- Sabes que si sentía cosas por ti. Hasta que tú, acabaste con todo y nunca me dijiste porque

- Pensé que eso lo tenías claro – comenté con amargura para verla y cerrar mi puño – cuando te dije que realmente podía considerar casarme contigo que contestaste…

Me vio con ganas de querer golpearme, pero su posición y su educación jamás permitiría hacer algo así. Parecía que todo su cuerpo se tensaba.

- Que palabras tan románticas Ed, puedo considerar que si podías casarte conmigo – soltó sus brazos y me empezó a señalar - ¿Crees que me casaría con alguien así?

- Al menos fui directo – mencioné para pararme con firmeza y repetí – no vas a recordar cual fue tu respuesta

Por unos segundos se quedó callada, oportunidad que tome para continuar con mi respuesta valida.

- Que querías con alguien más que podía darte riquezas y una buena posición. – mencioné ya que no decía palabra alguna – te pudieron entrenar para que fueses mi esposa y aprendiste todo lo necesario hasta que viste que podías conseguir dinero en otro lado.

- ¿Qué hay de ti? – me refutó con mucha molestia – nosotros logramos tener algo. Se anunció en todos lados nuestro compromiso, pero por lo poco que estabas interesado, nunca te diste cuenta de que querías hasta que tu padre te amenazó con que no recibirás nada sino tenías esposa. Te recuerdo que recién quisiste algo serio conmigo. No somos tus juguetes Ed

Ella refuto algo muy válido. Nunca tome en serio a Stanley hasta que mostro en que realmente estaba interesada.

- Tu querías dinero y yo...

- También – contesto para darme todo su enojo – de otra manera ella no estuviera aquí y en mi mano ya habría un anillo

Paso por mi lado y me empujó con el hombro. Segundos antes que abriera la puerta. Mi voz se alzó como eco haciéndola parar de golpe. Nadie me deja con la palabra en la boca, menos alguien como ella

- No voy a negar que pudimos comprendernos, pero nos queríamos esto por completo, sobre todo cuando viste que podías tener más de lo que podías ganar casándote. Si anule todo fue porque no quiero ataduras con una persona que mis padres me habían impuesto… y por un tiempo estabas de acuerdo… me convenciste por mucho tiempo que tu sin ti no podría manejar todo esto, pero ahora veras que soy capaz.

Comencé a cambiar de posición para darle a entender que no iba a bajar la guardia ante la discusión tan estúpida que estábamos manteniendo.

- Adiciónale que ahora que sabes mi dinero aumento, quieres una tajada… porque eso dejaste ver algunos conocidos en común… entonces agradece que tienes trabajo.

- Agradece tú, que siga aceptando el trabajo, sabes bien que soy la mejor y no contratarías a menos. Y en cuanto a nosotros… si busque algo mejor, pero por lo que veo tú te conformaste con lo que podías la pregunta es ¿Ya te disté cuenta que nunca podrás reemplazarme? Que aún me necesitas.

Stanley comparándose, sin duda su molestia es más fuerte de lo que esperaba. Me reí con amargura y comenté para finalizar.

- Mejor agradece que aun sigues siendo la publicista… porque en algo tienes razón. Eres la mejor pero no presumas algo que puede ser efímero; ya que siempre habrá algún más o menos que tú. Espero que no te pase

Me acerque a ella con lentitud para verla fijamente.

- Porque en cuanto encuentre alguien mejor que tú, no dudare para botarte de aquí.

Ella gruño un poco y se dio vuelta para continuar su camino y yo por la educación que tengo, la seguí también para darle alcance a Jasper con Emmett. Se sentía toda la molestia en el aire, cuando cruzamos la última puerta aun continua con esa incomodidad hasta logré ver a penas una persona que no pensé. El rostro de Isabella traía una sola emoción. Tristeza. Me daba curiosidad saber que la había puesto así. Como es de costumbre, apenas veía donde pisaba. Le faltaba ser más detallista en esto, pero sentí un alivio saber que no logro notar mi presencia, ya que luego podría saber que había pasado. Acompañe a la puerta a mi socio y publicista, logrando acordar al aire otra próxima reunión. Al ver que ya habían subido a sus autos, entre a la casa y escuche como Emmett programaba las demás reuniones que tenía durante el día.

- ¿Señor Cullen, todo bien?

Si, Emmett podía detectar cuando no estaba escuchando. Yo solo estaba caminando mientras mi curiosidad aumentaba por la forma en que vi a Isabella subir las escaleras. Su mano puesta en el barandal con la mirada algo distraída, con su cuerpo tan expresivo. Me desesperaba que no tomara en serio su papel de señora de esta casa.

- Si esta todo bien. Con respecto a las reuniones, trata de que no me tome todo el día quiero al menos descansar unas horas

- Claro señor Cullen – anotaba todo lo que le pedía y escribía con tal rapidez que me sorprendía que pudiera tener todo apuntado, pero no contrato gente incompetente ¿Se le ofrece algo?

- Llama a John, que vaya a mi estudio. A ti te veo en dos horas – comente para apretar el paso y ver cómo podía averiguar sobre la actitud de Isabella. Algo la molesto y quería saber que

Sé que para ella todo esto fue tan abrupto. No pudieron si quiera explicarle las cosas que estaban por venir, pero yo no tenía tiempo para detalles tan absurdos. Stanley tenía razón en una sola cosa. Quería casarme por el dinero de mi familia… pero sobre todo porque algo toco en mí, la situación de Isabella cuando llego a mis oídos las cosas que le esperaban si seguía con la familia que no eligió. Se hubiera repetido la misma historia y si estaba en mis manos evitarlas, pues lo iba hacer.

- Señor Cullen, ¿Qué se le ofrece?

Me tomó desprevenido mientras que por inercia estaba parado al costado de mi stand de libros. Di la vuelta para verlo y notar con que expresión me recibía. Si me tenía malas noticias lo sabría y si fuesen buenas solo las diría. Sin embargo, yo no podía hablarle de frente sobre Isabella, tenía que desviar un poco más el tema. Estuvimos unos diez minutos así. Hasta que supe que ya podía hablar de mi futura esposa, no lo dude y comente.

- Alcance para ver a Isabella subir de nuevo por las escaleras – decía a John, al frenar los temas cotidianos que teníamos siempre para darle de una vez fin a mi curiosidad.

- Si señor – se limitó a decir mi gran mayordomo – ella se dirigió a su habitación.

Nuevamente a su habitación, que molesto. ¿Acaso no sabía que había más ambientes en la casa? Regañaba cuando una vez que me daba vuelta para ver el jardín, moví un poco mis cortinas para notar como una ventana de mis despachos daba al pequeño patio que tiene por barandal mi futura esposa

- ¿Ocurrió algo? – pregunté tratando de agudizar la vista y así lograr ver algo, pero solo notaba como estaba bailando las cortinas por el viento que hacía. Ella estaba sentada en ese sillóncito de nuevo.

- No señor para nada – decía John mientras escuchaba como me servía el vaso con güisqui que no pedí, pero necesitaba. Algo característico de mi mayordomo, adelantarse a mis órdenes.

Por lo general a estas horas siempre tomaba mínimo dos vasos con Güisqui para relajarme así fuese temprano y eso lo sabía John más que nadie. Un hábito que gane una vez la palabra matrimonio apareció en mi vida.

- Muy por lo contrario, la señorita está animada por conocer más las reglas de esta casa – comento una vez que me rendí de ver por la ventana y ver el vaso

- Entonces designar a Angela como mucama personal fue buena idea – me decía para disfrutar una vez más de mi certeza.

Sabía que, a Isabella, como toda mujer necesitaría la compañía de otra persona, una amiga en los mejores de los casos, pero al menos tenía su mucama personal para que saliera de su escondite como el ratón que aparentaba ser. Llevaba días, sin dejarse ver, a penas cumplía con realizar sus respectivos alimentos. Aunque no es mi objetivo con ella. Necesitaba que ella observará que podía ser alguien más fuerte porque tiene potencial.

- Hasta se explicó el puesto de la señorita Stanley y lo tomó a bien

Sus palabras me hicieron detenerme de mi narración para mover mi cabeza a un lado y fruncir mi ceño, ¿Que tenía que ver Stanley con mi joven esposa? Lo vi directo para que pudiera verme por completo.

- Explícate – hable entre dientes

- Hoy se conversó todo sobre la casa, eso también resalto sobre las reuniones de trabajo que tiene aquí

- Sigo sin entender porque el nombre de Jessica Stanley salió a flote

Mencione para colocar un puño en mi escritorio. La sola idea comenzaba a molestarme. John vio esto y dejo el vaso encima de mi escritorio para cerrar la botella y colocarlo a un lado.

- Se sugirió que le tiene aprecio por los años que viene trabajando

- Ese comentario no has podido decirlo tu – coloque un paso adelante para ver la reacción de John, pero este no se movió, es difícil de intimidar por algo es mi mayordomo principal

- Señor, no es importante quien lo comentó, pero si le sugiero que logré conversar con la señorita Cullen – se tomó una pausa para verme con paciencia – dentro de poco se iniciará los preparativos de su boda y es mejor que...

Me tensé y lo mostré sin problemas. John guardo silencio con rapidez y me dirigí hacia dónde está mi agenda. Es increíble que estando en una época de tecnología, yo siga dejando mi vida en una agenda física. Busque, que tenía pendiente para mañana. Las reuniones habituales podía posponerlas, no tenía apuro y mucho menos interés en asistir. Bien, está decidido.

- Que traigan a la señorita de la organización de bodas y preparen a Isabella, lo más presentable que se pueda.

- Claro señor – comento para acercarme el vaso con güisqui – ¿Cuándo cito a la organizadora de bodas?

- Mañana a primera hora – tomé el vaso y una vez más me dirigí hacia la ventana que lograba ver el barandal de mi casi esposa.

John pidió el permiso respectivo y se fue cual rayo, aquí se tenía acostumbrado hacer las cosas que yo ordenaba. Espero que Isabella, se acostumbre a eso pronto. Entiendo que se sienta sola, en un mundo como el de nosotros la mejor compañía que tenemos es la soledad. Aunque estoy seguro de que preferiría eso al destino que sus padres le tenían guardado.

Me quede viendo por unos minutos más, a ese pequeño espacio que me brindaba la privacidad de mi despacho, haciendo vigilia a ver si por asomo mi futura esposa de apenas 18 años aparecía, pero las horas pasaron y cuando ya estaba por cumplirse las horas que solicite a Emmett no me interrumpiera, con las manos puestas en el mango de la silla para levantarme con desgano… note unos cabellos ondulados que el viento movía a su voluntad. Su rostro tan limpio de imperfecciones y cerrando los ojos para disfrutar el sol. Ahí con su sola presencia me hacía entender que necesitaba de alguien que la cuidara o que quizás la ayudara a liberarse de todas las ataduras que tenía.

- Señor Cullen – me llamo Emmett. Cuando ya mis pies tocaban completamente el piso y mi postura erguida se hacía notar - ¿Se encuentra bien?

- Si, hay que trabajar – mencioné para verla unos segundos más, dar media vuelta y ponerle atención a Emmett que llevaba el típico portafolio y mi agenda a la mano.

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Buenas buenas! Gracias por los comentarios que me dejan. Que bueno es saber que les gusta este fic. Esta vez he subido dos capítulos mas! Isabella solo ha firmado el documento que solicita casarse con Edward y que sus padres están de acuerdo con la petición. ¿Es posible que Jessica fuese una competencia directa de Isabella? ¿Por qué Edward sigue teniendo negocios con la familia Stanley? Bueno esto y mas se ira resolviendo en los próximo capítulos así que las espero!

Quisiera agradecer a: Dess Cullen, Jade HSos, mony17, saraipineda44, Maryluna, Amaia Bentley, Magdis Lopez, Genyto Aquino Negrin, Marce Ortíz Sajbin, Meli LS, Yolanda Lara, Yashira Mary, Viviana Vegas Vega, Vale Zavala, Edith Hernández, Santa Ramirez, Noris Hernandez, Carmen Nuñez Nuñez, Claudia Hernandez, Jasbleydi Lizarazo, Karina L. Silva, Yuri Francisca Pinoleo Epuñan, Indira Leon, Gab Frape, Maria Esperanza Vivas, Vale Zavala, Claudia Hernandez, Yuri A Saldaña, Rosalinda Aideé, Wendy Amador, Etna Namuche Salas, Brigitte Prieto, Luisa Andrea, Amelia Serafin Castro, Mónica Patricia Jiménez, Maymy Gutierrez, Martha Oriz, Ana Victoria Vite. Muchas gracias por sus reacciones y comentarios.