CAPITULO 8: COMENTARIOS FUERA DE LUGAR

Son las diez de la noche y nos encontrábamos haciendo la última reunión del día en casa. Sin duda, mi sala es una extensión de mi oficina. Estaba completamente agotado, solo quería irme al dormitorio, tomar una taza con café y con uno de mis libros favoritos. Suspire cuando de pronto llamo mi atención como bajaba la bandeja de plata con los platos vacíos y los cubiertos usados una de las chicas de limpieza. A pesar de que me encontraba bajo el mismo techo, no vi pasar a Isabella por ninguna hora. Sabía que esa bandeja es de ella, porque note el filtrante de té que había a un lado del platito. Moví mi cabeza para regañarla un poco.

- Señor Cullen – hablo Emmett para poner el lápiz que tenía dentro del portafolio que traía en sus manos – podemos para por hoy si gusta. Mañana tendremos tiempo de continuar.

- No lo creo – comente para frotarme un poco el rostro porque ya estaba agotado

- No lo entiendo

Me moví hacia adelante para alcanzar la galleta que muy amablemente nos sirvió Sue y darle una pequeña mordida.

- Mañana tengo una cita algo más importante, pero retomaré la empresa por la tarde.

- Disculpe no vi la programación… - decía Emmett mientras absurdamente buscaba en mi agenda física y a la par su agenda electrónica

- Es una reunión de improvisto – le corte la acción y me vio sorprendido

Se limito asentir para luego animarse a preguntar algo que seguro me tomaría un tiempo el poder contestar, pero como es mi costumbre decidí presionar

- ¿Quieres saber si tiene que ver con Isabella?

- No, señor – trato de disimular su respuesta que estaba reflejada en el rostro, pero no lo hizo bien – es solo que…

- Anda dímelo – lo anime mientras terminaba la galleta por completo y apoyaba mi espalda en el respaldar del como sillón

- Usted es uno de los hombres más codiciados… podía escoger a cualquiera… ¿Por qué alguien como la señorita Swan?

Emmett es el único que le decía Señorita Swan. Sé que no es de su agrado y nunca supe por qué. Tampoco es algo que me interese, pero me involucraba si se trataba de una persona de mi entera confianza.

- No fue una decisión difícil, a decir verdad. Ella necesita mi ayuda

- La señorita Swan es adinerada señor Cullen. No veo cual podría ser esa ayuda que indica. – me decía para cerrar su portafolio y poder verme con detenimiento

- Hay cosas que quizás no comprendas. – me tome unos instantes para poder escoger mis palabras correctamente – Tienes razón que ella tiene casi mí mismo estilo de vida, pero el rumbo que iba a tomar su vida quizás no son las mejores para alguien como ella… por eso no me importa si tengo a la miss universo, la mujer más inteligente del mundo o la más sexy que hay en el planeta… solo quiero ayudar dentro de lo que están en mis posibilidades a quien realmente lo necesite.

- No sabía que Ya señorita está en un problema complicado – decía sin lograr entender muy bien las cosas que le comentaba. Sabía que algo le fastidiaba, pero le pago por trabajar no para saber su incomodidad.

- Estaba - le corregí. Ella dentro de poco va a hacer una Cullen y las cosas cambiaran

Sabía que así van a hacer las cosas. Claro que aún queda que estando en el altar ella diga no. Eso complicaría ciertos términos, pero estoy seguro de que ella dirá que sí. Seguiremos con los planes hasta que ella vea que puede ser fuerte sin que yo esté. La protegeré siempre y cuando esté bajo mi cuidado y ella también se deje cuidar. Hasta ahora ha sido un verdadero fastidio que no pueda salir de la habitación asignada y parece que le costará trabajo adecuarse, pero no le quedará de otra. Podría agradecer a sus padres sobre su situación actual, que hablando de ellos ya deben estar viajando por algún paisaje exótico, para olvidar a la única hija que tienen. Sin duda, me hacía enojar con ninguna otra persona. Bufé para despejarme de la idea mientras me despedía de Emmett desde la sala y John lo acompañaba por el pasadizo hasta la puerta principal.

- Señor Cullen – me comentó Sue bajando las escaleras seguida por Angela – la señorita Cullen se quedó dormida en el sillón del balcón… ¿Podría usted por favor ayudarnos?

- Está haciendo un frío muy fuerte, como permitieron eso

Mencione molesto para aflojarme la corbata al subir rápido las escaleras. Ellas me seguían al ritmo que podían y pasé por algunas puertas para llegar a la habitación de Isabella que estaba iluminado. Entre sin tocar para poder dirigir mis ojos hacia el balcón. Con sólo tres pasos de mi parte ya estaba cerca de ella. Su rostro estaba siendo reflejado por la luna. Haciendo que una belleza distinta se viera tan delicada y frágil. No pude ocultar mi asombro y la Observé por unos instantes. Note que entonces un viento hizo que frunciera el ceño. Ya es hora de que vaya adentro, no por algo tiene una cama Queen para ella sola y los mejores edredones para que pudiera dormir lo más cómoda. La tome entre mis brazos, su cuerpo estaba tan frío que un ligero escalofrío me hizo temblar. Al recostarla, la vi con precisión y noté que es descuidada con ella misma. Otra cosa más que tendrá que cambiar.

- Señor las puertas las cerraremos junto con las cortinas – hablo Angela que al parecer ya podía dirigirme la palabra con mayor propiedad. Eso es bueno. Va a hacer la mucama personal de Isabella. Tiene que acostumbrarse a dirigirse con facilidad.

- No – musite sin alzar la voz. – creo que hoy le gustó los rayos del sol, mañana también habrá buen clima… que eso fuese lo que vea al iniciar su día

Sentí las miradas de ambas tanto de Sue y Angela, pero no duraron en realizar mi orden. Aun me mantenía cerca de ella, cuando le acomode un poco sus cabellos. Entonces el roce de mis dedos hizo que se moviera, sin darme cuenta de que su mano se había enredado con mi corbata haciendo que me aproximará a su rostro. A penas con algunos centímetros de distancia, como lo que paso en la fiesta de su graduación.

Qué lindo rostro, pensé. Con todas esas facciones tan sutiles. Siendo tan indefensa, pero al segundo abandone esa idea. Si quiero a la mujer que puede lograr ser, tengo que ser el primero en dejar de subestimarla. Así esta dormida como ahora. No me permití seguir viéndola tan cerca y tomé su mano para poder desenredar la corbata. Estas acumularon todo el frío de afuera. Suspire porque seguro tardaría que tuviera su temperatura normal. Cuando logré desenredarla, me puse con la espalda recta y llamé a Sue, pero resulta que no estaba ahí. Vi por todos lados y noté que la puerta también estaba cerrada. Me habían dado privacidad, suspiré y antes de irme la vi un poco más.

- Te ayudare en todo, pero tendrás que ganártelo también, Bella.

Mencione para recordar que es mi manera privada de llamarla y extrañamente formó un puchero. Sino pareciera que está en los brazos de Morfeo, seguro creería que logró escucharme. Me dirigí hacia la puerta observando que el lugar estaba intacto como la primera vez que entré. Abrí la puerta y ahí estaban las dos, me vieron y esperaba órdenes.

- Que recupere su temperatura normal – comente para ver cómo Angela iba a cumplir la orden una vez terminara de darla.

La señora Sue noto que me iba a quedar ahí de pie y aprovecho en tirar al aire un comentario.

- Hoy Angela mostró que le es muy agradecida con la señorita Cullen.

- ¿Y eso por qué? – comente para ver cómo se desvivía por atenderla

No es usual que alguien que conociera a penas, le tuviera tan delicadeza y esmero para atender. Estaba por preguntar que había sucedido pero la señora Sue disipo mis dudas cuando me saqué la corbata y la comencé a enrollar.

- Fueron las palabras de Angela que también la animaron en conocer más acerca de la casa. – se tomó una pausa para verla como si fuera una hija, pero no sé para quien si para Bella o para Angela – la señorita siempre muestra cortesía con todos y si hoy salió fue para conversar con su mucama personal, es más ella le iba a enseñar el resto de la casa… hasta que…

Se detuvo de golpe, haciendo que mi expresión cambiara. La mire para presionar y ver si consigo información sobre la verdadera expresión de Isabella hoy por la tarde. Si alguien pudiera comentarme que paso, esa es la señora Sue. Soltó un ligero suspiro y notaba que estaba considerando como decirlo.

- La señorita Cullen, Isabella, logro entender por parte de una de las empleadas cual fue el vínculo que usted tiene con la señorita Jessica Stanley

No había que pensar mucho saber quién habría abierto la boca, la única persona que estaba presente en mi reunión fue Irina, y no me gustaba las bocas sueltas como ella. No lograba entender cómo puede si quiera contar historias que no le pertenece y con más ahincó a una persona que ahora es dueña de casi todo, a eso le podemos añadir que prácticamente la defendió ante mí, quien no perdona errores. Aprete los dientes y sin querer los puños.

- Irina, mañana mismo se va

- Pero señor Cullen – comento Sue para tratar de detenerme cuando quería abandonar la habitación – no le comenté la mejor parte

- ¿Es que acaso hay más?

Me frote la frente con la mano derecha para luego deslizarlo por mi rostro y hacer una seña para que continuara. No me considero una persona que le gusta los rumores, pero si una persona que este bien informada.

- La señorita Cullen la puso sutilmente en su lugar

- ¿Así?

Realmente me sorprendió. Isabella mostrando algo de carácter, eso significa que no todo este perdido. Ella puede dejar de ser un simple cordero para convertirse en una leona… y fuerte.

- Si, dijo y la cito: "Qué bueno saber que tengas en un pedestal, justamente la persona que te acaba de hacer pasar un pésimo instante, haciéndote recordar tu posición"

Entonces la quedé viendo directamente a Isabella, si podía ser la leona que una sola vez vi hace algunos años ya. Forme sin darme cuenta una sonrisa, nadie es capaz de poner a su lugar alguien sin perder los estribos o peor aún sin denigrarse y quedar como la persona que hiere. Ahora entiendo que fue lo que la lastimo, pero… me reconforta saber que a pesar de que no estaba pasando los mejores sentimientos, pudo controlar la situación y poner a Irina en su posición, que es la de mucama inoportuna. Isabella pudo haberla regañado a su manera, sin embargo, no quita que no reciba una advertencia de mi parte.

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- Señor Cullen – hablo John con fuerza para llamar mi atención porque estaba muy entretenido con mi lectura.

El sol estaba muy fuerte, realmente agradecía que el clima también estuviera a mi favor hoy. Me encontraba en la terraza del primer piso. Disfrutando del viento que soplaba muy delicadamente. A penas una brisa suave hacía que la camisa blanca, la corbata y pantalón azul de vestir me brindaran la comodidad que estaba acostumbrado y la temperatura habitual que me gustaba sentir con un clima así.

- Aquí esta Irina – comentaba al instante que la vi parada con su vestimenta con la diferencia que traía algo más corta la falda. Tome mi vaso con mi jugo favorito para darle un sorbo.

Asentí con la cabeza y John se retiró para darle una mirada más a Irina, parece que la habría estado regañando. La mucama traía rostro de no entender para que la había llamado, siendo las primeras horas de la mañana. La observe primero con la amabilidad que sueldo a tratar a mi personal cuando va a hacer regañado.

- Irina ¿Cuánto tiempo llevas trabajando para esta casa?

Diría que, para mí, pero para ser justo yo recién había llegado a Seattle hace tres años. Antes podía manejarlo a distancia y eso incluida a mis padres hasta que no se pudo evitar más y regrese a mi país natal.

- Cinco años, señor Cullen – respondió ella con orgullo

Bueno se puede dar el consentimiento que se sientas así. No muchas personas duraban tanto con la familia Cullen, durante toda mi niñez he visto entrar y salir personal como si fuera un cambio de ropa, no importaba su condición o sus años de servicios, cuando llegaba el tiempo que no servían, simplemente afuera. Por eso durante toda la mañana me pase analizando como he estado tratando a Isabella ella necesitaba algo de confianza y con un personal como Irina no lo iba a tener.

- Y en esos cinco años no hemos recibido ni una sola queja para despedirte ¿No es así? Has venido cumpliendo tu rol como toda una profesional.

Retire el vaso para ponerlo en su posición original y ponerme más estricto para que viera la intensidad de mis palabras. Así notara el falso ambiente de confianza. Mi personal no solo tiene que ser eficiente con sus quehaceres sino con el trato sobre todo si eso respecte a mi futura esposa.

- Si claro señor he venido cumpliendo todo lo que me piden…

- Hasta ayer – la interrumpí de golpe cambiando mi trato amable por uno más tosco

Como es de costumbre dio un paso atrás porque no estaba entendiendo el rumbo de la conversación. Es, en este punto que disfruto las reacciones de las personas, tiemblan sin saber que podrá pasarles, algo que no sucedió igual con Bella. Por eso aún más llamo mi atención, no es que no le intimide solo que evita demostrarlo haciendo alguna otra acción. Habilidad inusual y muy bien valorada por mí.

- Tengo entendido que te gusta contar historias que me involucran a mi o mi familia. – musite al instante que tomaba una tostada y colocaba un poco de mermelada.

- Señor yo…

- Permíteme contarte una – la volví a interrumpir para proseguir con mi narración – hay una mucama que tiene cinco años de trabajo con una de la familia más adineradas del país – mencioné para considerar mis palabras – es más están considerando en promoverla, pero…

Se notaba su preocupación, en todas sus actitudes hasta la forma en como presionaba la bandeja contra su pecho y la forma tan evidente que pasaba la saliva. Fue entonces que deje todo de golpe para cambiar mi expresión por una más afilada y verla con toda la molestia encima.

- Resulta que esta mucama se pasa de boca suelta y choco con la persona menos indicada, haciendo que su puesto, su experiencia y su mensualidad se vean gravemente en peligro de… extinción.

- Señor Cullen por favor. – trato de llamarme con suplica y algo que más aborrezco es que mi apellido fuese pronunciado con ese tono.

- Nada – le dije cortante – la próxima vez que vuelvas abrir tu boca es mejor que fuese para servir de manera correcta a los miembros de esta casa, en particular hacia la futura señorita Cullen – mi voz había cambiado a una atemorizante lo sabía, pero no me importaba siempre y cuando cumpliera mi objetivo - te dirijas con respeto, cortesía y solo le dirigirás la palabra cuando ella así lo quiera.

La chica estaba más que callada, se sentía acorralada con mi mirada y mi actitud.

- Se ¡ENTENDIO!

Musite la última palabra con mucha fuerza para darle la entonación debida para que quedara claro cuál es su lugar en esta casa. Nunca tuve que llegar a tanto para que un personal me entendiera, pero a veces había excepciones.

- S… i… - titubeo un poco para luego cerrar su boca con rapidez.

- Perfecto, espero no se repita sino la próxima tu despido va a hacer automático.

Mi postura volvió hace unos instantes; ya que no tenía intención de arruinar mi desayuno por habladurías de sirvientes. Ella se quedó parada sin saber que hacer, su presencia me comenzar a molestar y cuando ya la iba a echar apareció para mi sorpresa la persona que estaba esperando desde hace más de diez minutos pero que dudaba que viniera.

- Buenos… días – musito Isabella estirando las palabras para notar la tensión que había entre la mucama y mi desayuno. – disculpe la tardanza señor Cullen

Estaba paradita aun lado como si esperaba que la autorizaran en sentarse. Aunque tenía una mirada de curiosidad, es perceptiva. Garraspe las gargantas un poco y la mucama entendió.

- Señorita Cullen buenos días – asintió la cabeza como señal de cortesía - ¿Gusta comer algo en particular?

- No – respondió Isabella extrañada de la actitud de Irina que prácticamente no la miraba como antes. Su cabeza estaba baja, haciendo que Isabella tratara de buscar su rostro, pero fue imposible – con todo lo que está en la mesa, es suficiente. Gracias.

- Si señorita Cullen

Mi futura esposa pestañeo varias veces, pero trataba de ocultar su asombro. Ella podía intuir que había pasado, pero nunca haría leña del árbol caído. Así que coloco sus manos en la silla que estaba al frente mío.

- Ya te puedes ir Irina. Gracias por hacer eficiente trabajo – logre comentar para no hacer sufrir más a la empleada.


Buenas buenas con todos! Aqui les traigo un capitulo mas de este fics. Edward esta vez mostrara poner mas orden y hacer respetar a Bella pero tampoco quiere hacer todo por ella. ¿Que pasara con Irina mas adelante? ¿Acaso Bella se dara cuenta que Edward realmente le tiene aprecio? Bueno eso lo sabremos en el proximo capitulo que se colgara durante la semana. Espero sus comentario que me gustan leerlos!

Quisiera agradecer a: Dess Cullen, Jade HSos, mony17, saraipineda44, Maryluna, Amaia Bentley, Magdis Lopez, Genyto Aquino Negrin, Marce Ortíz Sajbin, Meli LS, Yolanda Lara, Yashira Mary, Viviana Vegas Vega, Vale Zavala, Edith Hernández, Santa Ramirez, Noris Hernandez, Carmen Nuñez Nuñez, Claudia Hernandez, Jasbleydi Lizarazo, Karina L. Silva, Yuri Francisca Pinoleo Epuñan, Indira Leon, Gab Frape, Maria Esperanza Vivas, Vale Zavala, Claudia Hernandez, Yuri A Saldaña, Rosalinda Aideé, Wendy Amador, Etna Namuche Salas, Brigitte Prieto, Luisa Andrea, Amelia Serafin Castro, Mónica Patricia Jiménez, Maymy Gutierrez, Martha Oriz, Ana Victoria Vite, Franciscab25, kasslpz, tocayaloquis, Ana Tahuite, Maria Jesus Garcia Cardenas, Nancy Misericordia, Laura Martinez, Martha Oriz, Wenday Andino, Carina Garcia, Adri Carrera, Yaya Aguilera, Ana Martinez Peña, Florencia Peralta, Aleyda Gomez Montealegre, Wendy Amador, Etna Namuche Salas, Magdis Lopez, Maria Esperanza Vivas, Melina Aragon, Sarai Pineda, Yolanda Lara, Jde Huchim Samos, Reily Drogon, Maribel Nolazco, Abisaday Morales, Aleyda Gomez Montealegre, Meli LS, Mariana Aracely, Edith Hernández, Carmen Nuñez Nuñez.