Akari, Yui y Himawari fueron a un lugar alejado de la civilización para liberar energía para que Kyubey la recolectara, como cada semana, y este se extrañó al verlas solo a ellas.

–¿Dónde están Toshinou Kyouko y Ohmuro Sakurako?

–Se han ido. – Dijo tristemente Akari.

–¿Dónde?

–Con Victoria.

–¿Te refieres a la chica mágica que está reclutando chicas mágicas para rebelarse contra los gobiernos?

Akari asintió.

–La verdad es que era bastante probable que terminaran uniéndose a ella teniendo en cuenta su forma de pensar.

Himawari lo miró, molesta.

–¿Y por qué no se lo impediste?

–¿De verdad crees que habría servido de algo? Si a vosotras, que sois sus amigas, no os han hecho caso, ¿por qué crees que deberían hacérmelo a mí? – Himawari sabía que Kyubey tenía razón en eso. – Además, tampoco veo por qué debería impedírselo.

Eso sí que la molestó.

–¡Pues porque quieren atacar a todos los gobiernos del mundo y tomar ellas el control, lo cual puede provocar una guerra!

–Si no me equivoco, quieren hacerlo para cambiar el sistema de gobierno del mundo por uno que ellas creen que es mejor, ¿verdad?

–¡¿Mejor?! ¡Es peor! ¡¿Es que no lo ves?!

–Nosotros nunca hemos tenido ninguno de los sistemas de gobierno que tenéis los humanos. Además, todos tienen sus ventajas e inconvenientes, y sus partidarios y detractores, por lo que no podemos valorar cuál es mejor. Además, sois los humanos los que estaréis gobernados por un sistema u otro. Creo que debéis ser vosotros quienes os pongáis de acuerdo y decidáis qué sistema queréis.

–¡Pero quieren imponerlo por la fuerza utilizando los poderes mágicos que tú les has dado! ¡Por lo tanto la responsabilidad última es tuya!

–Eso no es así. Hay muchos gobernantes en vuestro mundo que prometen unas cosas, la gente los elige, y una vez llegan al poder hacen cosas diferentes de las que habían prometido. Aunque hayan llegado al poder gracias a la confianza de la gente, la responsabilidad única es de ellos por mentirles, no de la gente por elegirlos, ¿no crees?

Himawari apretaba los dientes de rabia. No sabía qué más decir.

–Déjalo, Furutani-san. – Dijo Yui. – Ya pensaremos en algo.

Himawari intentó calmarse.

–Sí, mejor.

Después, las tres chicas empezaron a liberar energía.


Ya en casa, Akari fue a su habitación, donde había puesto antes la cuna de Akako, la cual estaba durmiendo. Akari la cogió en brazos, y tras sentarse en la cama, se la puso en su regazo, y empezó a acariciarle suavemente el pelo, produciendo en la pequeña una ligera sonrisa.

–Okaa-san… – Dijo la pequeña en sueños.

–Jooo… Ya te he dicho que no tienes que llamarme así. – Dijo Akari sin muchas ganas, pues no tenía ni fuerzas para molestarse. – Se supone que soy tu hermana…

–Lo suponía. – Dijo Kyubey apareciendo encima del escritorio de Akari, sorprendiéndola. – Akako en realidad no es tu hermana, ¿verdad? – Aunque intentó no mostrarlo, Akari no pudo evitar sorprenderse ante aquello, lo cual fue confirmación suficiente para Kyubey. –Ya me lo imaginaba. – Dijo cerrando los ojos. – Nuestro plan no falló, ¿verdad? – Esto sorprendió aún más a Akari, y Kyubey volvió a abrir los ojos, para mirar a la chica son su perturbadora mirada. – En realidad Hiroshi, Mitsuru y Masaki sí que se convirtieron en chicos mágicos y Hiroshi hizo que te enamoraras de él, para que pudiera tener sexo contigo de manera consentida para que no te resistieras y lo mataras. Te embarazaste de él y te encadenó en el almacén para que no pudieras abortar ni asesinar a tu hijo y nosotros aislamos tu Gema del Alma del resto de la realidad para que no pudieras utilizar tus poderes, pero al estar tu hijo todavía dentro de ti conseguiste utilizar sus poderes como si fueran tuyos, y dado que él tiene el poder de Hiroshi y el tuyo sumados, pudiste liberarte y romper el campo de aislamiento en el que estaba tu Gema del Alma. Y por lo visto, el poder de tu hijo era retroceder en el tiempo, así que lo hiciste, retrocediste hasta antes de que pudiera convertir a Hiroshi, Mitsuru y Masaki en chicos mágicos y los mataste. Y el hijo del que estabas embarazada… – Kyubey hizo una pausa. – Era Akako, ¿verdad?

Akari estaba entre sorprendida y asustada. No entendía cómo Kyubey lo había descubierto.

–¿Y… ¿Y qué si es así? – Dijo intentando mostrarse desafiante.

–Ahora lo entiendo. Eso explica por qué aquella vez liberaste tanto poder. No era solo el tuyo. Era tu poder más el de Akako. Y cómo he dicho, el poder de Akako es una suma del tuyo y el de Hiroshi, así que aquella vez liberaste un poder equivalente al tuyo dos veces sumado al de Hiroshi, casi el triple de tu poder real. Por eso tu poder es tan bajo en comparación al de aquella vez.

Akari se quedó mirando a Kyubey con esa mirada desafiante y no dijo nada durante unos segundos.

–¿Y qué?

–Al menos ahora sé cuál fue el motivo de que liberaras tanto poder aquella vez. Y también que no hay ninguna forma de vuelvas a liberar tanta energía como entonces. Y también sé que nuestro plan no falló. Conseguimos llevarlo a cabo, pero no imaginamos que conseguirías usar el poder de tu hijo no nacido como si fuera el tuyo para liberarte.

–Sí, así es, utilicé el poder de Akako para liberarme y salvar a mis amigas y a los cientos de personas que Hiroshi mató en la otra realidad.

–Y al hacerlo impediste que recuperáramos el sistema que habíamos creado para contrarrestar la entropía.

–Exacto. – Dijo Akari sin inmutarse.

–Akari, creo que no entiendes la gravedad de tus actos.

–¿Gravedad? ¡¿Mis actos?! ¡¿Los MÍOS?! – Akari estaba empezando a molestarse.

–Exacto. Ya te lo dije en su momento, Akari. Nosotros no albergamos ninguna malicia contra la raza humana. Todo lo que hacemos es para ampliar la vida útil del universo. En la otra realidad, con nuestro sistema de recolección de energía conseguíamos mantener el equilibrio en el universo, pero cuando pediste tu deseo destruiste ese sistema, causando que la entropía del universo aumentara de forma considerable, pues toda la energía que recolectamos durante todos estos miles de años desapareció. La expansión acelerada del universo es a causa de tu deseo, Akari.

–No entiendo nada de eso. – Dijo Akari molesta.

–Resumiendo, que por tu culpa el universo puede terminar siendo inhabitable mucho antes de lo que lo habría sido si no hubieras pedido tu deseo. – Akari estaba enfadada, y lo mostraba en su expresión. – No sé por qué te enfadas conmigo por contarte la verdad. En todo caso deberías estar enfadada contigo misma por acelerar la muerte térmica del universo.

Aquello terminó con la paciencia de Akari.

¡Ya está bien! – Pensó, para no despertar a Akako. – ¡Ya es suficiente de darme la culpa de todo a mí! ¡Yo no habría hecho nada de eso si vuestro sistema de recolección de energía no consistiera en asesinar a chicas inocentes!

–Ya te expliqué en su día por qué hacíamos lo que hacíamos, Akari. ¿Tengo que volvértelo a explicar?

No. Me quedó lo suficientemente claro la primera vez. – Pensó aún enfadada.

–Entonces no entiendo cómo aún piensas de esa forma. – Akari no dijo nada, y Kyubey suspiró. – En fin, ahora lo más que podemos hacer para recolectar energía es lo que hemos estado haciendo desde hace dos años y medio. Sin embargo, desde hace ya un tiempo tu poder se ha ido reduciendo cada vez más, Akari. Y hoy era aún más bajo. Estar tan preocupada por la situación de las chicas mágicas está afectando a tu poder. Debes dejar de preocuparte por ello para así poder liberar más energía.

¡¿Te crees que es fácil?! ¡Está muriendo gente inocente y puede terminar estallando una guerra mundial! ¡Y encima dos de mis amigas de han ido al bando contrario! ¡Puede que tengamos que luchar entre nosotras! ¡¿Es que no lo entiendes?!

–Sinceramente, lo que no entiendo es por qué los humanos os atacáis y os matáis entre vosotros. No tiene ningún sentido. ¿No sería mucho mejor para vosotros vivir todos en paz y harmonía?

Akari se calmó un poco, y con una mirada algo triste dijo:

–Por una vez tengo que darte la razón.

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

·

Como si volviera a aquellos tiempos

Akari entró en el aula, encontrándose con Chinatsu.

–Buenos días, Chinatsu-chan.

–Buenos días, Aka…

Chinatsu no pudo terminar la frase, ya que la sorprendió ver a Akari con el pelo corto, como lo llevaba en secundaria.

–A-Akari… Tu pelo…

–Ah, sí… – Dijo Akari con una sonrisa triste tocándose la punta del pelo con la mano. – He decidido cortármelo. Me recuerda a cuando estábamos todas juntas. Llevándolo así… En cierta forma es como si todavía estuviéramos en secundaria, cuando estábamos todas juntas, sin preocuparnos por los problemas con las chicas mágicas, solo jugando y divirtiéndonos todas juntas…

Chinatsu también se mostró algo triste.

–Akari-chan…

Recientemente ella y Yui le habían contado a Chinatsu que Sakurako y Himawari eran las otras dos chicas mágicas del Holy Quintet.

Flashback

Yui, Akari y Chinatsu habían quedado, en casa de la primera, para verse todas juntas, ya que, aunque a Akari la veía cada día, a su amada Yui-senpai apenas la veía una vez por semana. Y también a Kyouko, aunque ella le importaba poco, aunque también la echaba de menos si no la veía de vez en cuando. Además, desde que se hizo novia de Ayano dejó de molestarla como solía hacerlo. Sin embargo, esta vez Kyouko no estaba, lo cual extrañó a Chinatsu.

–Yui-senpai, ¿dónde está Kyouko-senpai? – Tanto Yui como Akari bajaron la mirada. – ¿Eh? ¿Qué pasa?

Akari miró a Yui.

¿Qué hacemos, Yui-chan? ¿Se lo decimos?

Yui asintió.

–Kyouko-chan… Se ha ido con Victoria.

–¡¿Qué?! – Exclamó Chinatsu.

–Y no solo ella. – Siguió Yui. – También Ohmuro-san.

–¡¿Sakurako-chan también?! – Chinatsu entonces se dio cuenta de algo. – U-Un momento… ¡¿Sakurako-chan es una de las miembros del Holy Quintet?!

–Y Himawari-chan la otra. – Siguió Akari.

–¡¿Himawari-chan?!

Akari y Yui asintieron. Chinatsu no daba crédito.

–Es increíble… Casi todas mis amigas son chicas mágicas… Y yo que tengo potencial para serlo no lo soy…

–No es tan bonito como lo pintan en los animes, Chinatsu-chan. – Dijo Akari. – Además, la cuestión no es esa, sino que Kyouko-chan y Sakurako-chan se han ido con Victoria. Están dispuestas a utilizar la violencia para tomar el control del mundo… Y si hace falta a luchar contra nosotras si se lo intentamos impedir.

Chinatsu se asustó un poco al oír eso.

–Y… ¿Qué vamos a hacer?

Yui tardó unos segundos en responder.

–Sinceramente, Chinatsu-chan, no tengo ni idea…

–Pero… Sois amigas. No podéis luchar por solo esta tontería.

–Para ellas no es ninguna tontería. – Dijo Akari. – Para ellas es la única forma de salvar gente y de hacer de este mundo un lugar mejor.

Chinatsu no sabía qué decir, al igual que Yui y Akari. El ambiente se quedó así por el resto de la tarde.

Fin del flashback

Yui, Akari y Himawari habían quedado en casa de la primera para analizar la situación después de la marcha de Kyouko y Sakurako. Ambas se sorprendieron al ver a Akari con el pelo corto.

–Akari, ¿cómo es que te has cortado el pelo? – Preguntó Yui.

Akari respondió con la misma sonrisa triste que con Chinatsu.

–Me recuerda a cuando estábamos todas, en secundaria. Llevándolo corto en cierta forma es como si volviera a aquellos tiempos, cuando estábamos todas juntas, sin preocuparnos de las chicas mágicas, solo jugando y divirtiéndonos juntas…

Yui y Himawari la miraron de la misma forma triste que Chinatsu.

–En fin, – empezó Yui. – la cuestión es que Kyouko y Ohmuro-san se han ido con Victoria, y están dispuestas a luchar contra nosotras si intentamos impedir que tomen el control del mundo. ¿A alguna se os ocurre alguna forma para evitar tener que llegar a eso?

–No quiero tener que luchar con ellas. – Dijo Akari, triste. – Son mis amigas… De hecho no quiero tener que luchar contra nadie. ¡Todas somos chicas mágicas! ¡¿Por qué tenemos que enfrentarnos entre nosotras?

Himawari siguió.

–¿No hay alguna forma de convencerlas?

Yui negó con la cabeza.

–Están convencidas de que ellas tienen razón y nosotras estamos equivocadas. Y que estén dispuestas a luchar contra nosotras demuestra hasta qué punto es importante para ellas esto. – Hubo silencio durante unos segundos. – Si por lo menos pudiéramos saber dónde están…

Antes de que Akari pudiera decir nada, Himawari habló.

–Esperad. Sugiura-senpai.

–¿Eh? ¿Ayano?

Himawari asintió.

–Ella y Toshino-senpai son novias. Seguramente ella sabe dónde está.

Akari recordó algo.

–Cierto, cuando mencioné a Sugiura-senpai, Kyouko-chan actuó raro.

–¿Raro? –Se extrañó Yui.

Akari asintió.

–Me miró llena de rabia, y me dijo que cerrara la boca, que no volviera a pronunciar su nombre.

Esto sorprendió a las chicas.

–¿Eso te dijo? – Preguntó Himawari incrédula.

Akari asintió.

–Sí, y no lo entiendo.

Tras unos segundos, Yui recuperó su expresión seria, y dijo:

–Creo que debemos ir a ver a Ayano.

Akari y Himawari asintieron.


El timbre de casa de Ayano sonó, y esta fue a abrir, encontrándose con Akari, Yui y Himawari, sorprendiéndola.

–¿F-Funami-san? ¿Y-Y Furutani-san y Akaza-san? Qué sorpresa veros por aquí.

–Sí, bueno, es que queríamos preguntarte algo. – Dijo Yui, extrañando a Ayano.

–¿Preguntarme algo?

Yui asintió.

–Cuando Kyouko estuvo contigo la última vez, ¿actuó o te dijo algo fuera de lo normal? ¿O si se quería ir a algún sitio?

Ayano se extrañó todavía más.

–¿Quién es Kyouko? – Las tres chicas se quedaron en shock. – ¿Qué pasa?

–¿Qué… ¿Qué has dicho? – Balbuceó Yui cuando se recuperó.

–¿Eh?

–Que qué has dicho.

–Que quién es Kyouko.

Las tres chicas no daban crédito.

–Es una broma, ¿verdad? – Dijo Himawari.

–¿Qué dices?

–Sugiura-senpai, – Siguió esta vez Akari. – Kyouko-chan es tu novia.

–¡¿Eh?! – Exclamó Ayano sonrojándose ligeramente. – ¡¿Qu-Qué decís?! Yo no tengo novia. – Yui, Akari y Himawari estaban impactadas. – No entiendo qué clase de broma es esta, pero no tiene gracia.

–Pero… ¿Qué dices, Sugiura-senpai? – Balbuceó Akari. – Es imposible que hayas olvidado a Kyouko-chan.

–Ya os he dicho que… – Ayano se detuvo. – Un momento… ¿Habéis dicho Kyouko?

Las tres chicas asintieron, esperanzadas de que Ayano hubiera recordado algo. Esta sacó su teléfono móvil y les enseñó a las chicas un álbum en su galería de fotos. En todas ellas salían ella y Kyouko.

–Ayer estaba mirando fotos de mi móvil y me encontré con este álbum, llamado "Kyouko y yo", con fotos de yo con esta chica. Pero no sé quién es. No recuerdo haberla visto nunca. ¿Os referís a ella?

Ninguna de las tres dijo nada. Estaban demasiado impactadas.

–¿Chicas?

–Ayano… – Empezó Yui. – ¿Cómo es posible que no la recuerdes?

–N-No lo sé… … Y decís… ¿Que es mi novia? – Las tres asintieron. – Pero… No lo entiendo. ¿Entonces cómo es que no la recuerdo?

Yui en ese momento lo entendió todo.

–Ya lo entiendo…

–¿Eh? – Se extrañaron todas las demás.

–Por el mismo motivo por el que no recordarás esto.

–¿Eh? – Volvieron a decir.

Yui hizo brillar su Gema del Alma delante de los ojos de Ayano. Yui se fue de allí rápidamente y Akari y Himawari la siguieron. Cuando Ayano volvió en si, no recordaba qué hacía en la puerta de su casa.

–¿Are?


De nuevo en el apartamento de Yui, Akari y Himawari, nerviosas, le pidieron explicaciones a Yui.

–Yui-chan, ¿qué ha sido eso? ¿Por qué Sugiura-senpai no recuerda a Kyouko-chan?

–Yo tampoco lo entiendo. – Añadió Himawari. – ¿Qué ha pasado?

Yui se apoyó en la pared, y con la cabeza bajada dijo en voz baja, casi susurrando:

–Ha sido Kyouko.

–¿Eh? – Dijeron las dos chicas atónitas.

–Ella misma le borró los recuerdos que tenía de ella.

–¿Q-Qué dices? – Preguntó Himawari sin terminar de creérselo.

–Pensadlo, Ayano es su novia. Lo más probable es que le pidiera que se fuera con ella, pero esta no quisiera. No hablábamos mucho, pero no parecía estar demasiado a favor de Victoria. Seguramente Ayano le dijo que no quería que se fuera, que se pondría triste si lo hacía. Y para evitar que se entristeciera… Kyouko le borró sus recuerdos de ella. – Akari y Himawari no daban crédito. – En cierta forma se podría considerar amor. La ama tanto que prefirió que no recordara nada de ella solo para que no estuviera triste.

–¿Pero qué dices? – Balbuceó Akari con la cabeza bajada, con la sombra de su pelo cubriéndole los ojos. – ¿Qué clase se amor es este? Kyouko-chan nunca hubiera hecho algo así. Hacerle olvidar a Sugiura-senpai que existe… La Kyouko-chan que conocí jamás hubiera hecho algo así. Es por Victoria. Ella la ha cambiado. Kyouko-chan nunca hubiera hecho esto.

Yui y Himawari bajaron la cabeza. Tras unos segundos, la peliazul se dirigió a Yui.

–¿Y ahora qué hacemos, Funami-senpai?

Yui tardó unos segundos en responder.

–Sinceramente, no lo sé. Ya se me ocurrirá algo… Espero. – Ninguna de ellas confiaba demasiado en ello, pero por el momento era lo único que podían hacer. – Si queréis podéis iros. Ya os avisaré si se me ocurre algo.

Himawari asintió, y se fue de allí, pero Akari no. Esta se quedó en el mismo sitio, con la cabeza bajada.

–Akari, ¿tú no te vas?

Akari tardó unos segundos en contestar.

–Si Victoria ataca provocará una guerra civil entre las chicas mágicas que piensan como ella y las que no. Será una catástrofe. Tengo que terminar esta guerra antes de que empiece... Tengo que derrotar a Victoria.

Yui la miró con algo de escepticismo.

–¿Pero qué dices, Akari? Ni siquiera sabemos dónde está…

–Sí, sí que lo sabemos.

–¿Eh? – Dijo Yui sorprendida.

–En Bir Tawil.

–¿Qué dices?

–Altair me lo dijo.

Yui se sorprendió ante eso.

–¡¿Altair?!

–Sí, me visitó la semana pasada.

–¡¿Por qué no me lo dijiste?!

Tras unos segundos sin decir nada, Akari se levantó, con una mirada con una mezcla de entre tristeza y seriedad.

–Yui-chan… Sabes que esta no es la línea temporal original, ¿verdad? Que cambié la historia cuando pedí que las chicas mágicas no se convirtieran en brujas, ¿verdad? – Yui, aunque no sabía qué tenía que ver esto con lo de Altair, asintió. – Bueno… Pues esa no es la única vez que lo he hecho.

–¿Eh?

–Cambié la historia una segunda vez, solo que tú no lo recuerdas.

–¿Qué?

–Esta no es la segunda línea temporal, es la tercera. Nadie recuerda la segunda línea temporal. Solo yo. Yo… Y Altair.

–¿Qué dices, Akari?

–Yui-chan. – Akari empezó a acercarse a ella. – Esto no se lo he contado a nadie. Y puede que después de saberlo no me vuelvas a mirar de la misma forma. No sé qué pensarás de mí después de saberlo… Pero creo que debes saberlo.

–Akari, ¿qué estás diciendo? – Yui estaba empezando a asustarse.

–Lo que vas a ver… Es muy fuerte. Así que será mejor que te sientes, pues podrías caerte al suelo del impacto.

Yui estaba muy sorprendida. No se podía imaginar cómo de fuerte tendría que ser eso que pasó en esa otra realidad que ella no recordaba para que Akari le dijera eso. Aunque pensó que tal vez Akari exageraba un poco debido a su forma de ser tan inocente y que en realidad no sería para tanto, decidió hacerle caso, y se sentó en el suelo, apoyándose en la pared. Akari se acercó a ella y lentamente le puso sus manos a ambos lados de su cabeza, y empezó a transmitirle sus recuerdos desde que empezó a actuar el Trío Mágico hasta que cambió la línea temporal. Yui adquirió en cuestión de segundos todos los recuerdos de Akari de la otra línea temporal, sus quedadas con Hiroshi, la declaración de este, sus citas, el amor que sentía hacia él y la desolación posterior cuando descubrió que solo la utilizó, el odio hacia él, Mitsuru y Masaki por lo que le hicieron tanto a ella como a sus amigas… Todo. Cuando le hubo pasado todos esos recuerdos, Yui casi pierde el equilibrio aun estando apoyada en la pared. La chica empezó a respirar rápidamente con la boca abierta y los ojos como platos. Era demasiada información para asimilar en tan solo unos segundos. Tras unos segundos para poder asimilar todo aquello, aún respirando deprisa y con los ojos abiertos, Yui levantó la mirada para ver la cara de Akari, que mantenía la misma expresión. En ese momento ya no vio a la misma persona. Aunque tuviese 16 años, hasta ese momento Yui todavía seguía viendo a Akari como una niña. Ahora ya no. La mirada que ahora veía en Akari era la de una mujer adulta. Una niña a la que le habían arrebatado la infancia y la habían obligado a convertirse de golpe en mujer.

–A… Akari… T-Todo esto… – Yui no sabía ni qué decir. – Y Akako es… ¿Tu hija?

Akari solo asintió. Yui se levantó y abrazó a Akari con fuerza. No había nada que pudiera decir, aquello era demasiado. Solo podía abrazar con mucha fuerza a Akari, la cual simplemente dejó que Yui la abrazara, sin devolverle el abrazo. Cuando Yui la soltó no sabía qué decir.

–Yo… Simplemente no sé qué decir.

–Tranquila, no hace falta que digas nada.

Yui se llevó una mano a la sien.

–Es mucha información de golpe.

–Ya… Lo siento por eso.

–Entonces… Lo que me dijiste hace unos días… Eso de que habías hecho algo malo… Era que mataste a esos tres desgraciados aun cuando pudiste haberlo evitado retrocediendo antes en el tiempo, ¿no? – Dijo en referencia a Hiroshi, Mitsuru y Masaki.

Akari asintió.

–Maté a tres personas, y no tenía por qué hacerlo. Pude haber utilizado el poder de Akako para retroceder aún más en el tiempo, hasta antes de que obtuvieran potencial mágico, y cambiarles los recuerdos para que fueran buenas personas.

Tras uso segundos, Yui suspiró.

–Bueno, según los recuerdos que me has pasado, Chinatsu mató a Mitsuru, yo maté a Masaki, e iba a matar también a Hiroshi. Lo hicimos porque creíamos que era la única solución posible, igual que tú. Aunque pudiste retroceder más atrás en el tiempo hasta antes de que obtuvieran potencial mágico, en ese momento no pensaste en ello. No te culpes, hiciste lo que creías mejor.

Akari asintió.

–Me ayudaste mucho con lo que me dijiste aquel día, gracias. – Dijo sonriendo.

Yui también sonrió, pero poco después se volvió a mostrar seria.

–Oye, has dicho que Altair… ¿Lo sabe?

Akari también se puso seria.

–Su verdadero nombre es Ajla. Me visitó hace dos semanas, y me dijo que quería que me uniera a Victoria. Cuando le dije que no quería matar a nadie… Me dijo que sabía que maté a Hiroshi, Mitsuru y Masaki. – Yui se sorprendió. – Que si estuve dispuesta a matar a tres personas para salvar a miles, por qué no quería hacerlo ahora. Me torturó psicológicamente haciéndome sentir como una mala persona, y además… Me dijo que podría haber cambiado los recuerdos de Hiroshi para que me amara de verdad. – Yui se sorprendió ante aquello, pues no había caído en ello. – Que podría haber hecho que lo que fingía sentir por mí lo sintiera de verdad… Y pudiéramos ser una pareja. Pero que soy una mala persona porque aun sabiendo esto preferí matarle solo para vengarme. Me puse a llorar y me dijo que me daba una semana para replanteármelo. Dos días después fue cuando te dije aquello, y cuando Ajla volvió cinco días después le dije que eso que dijo no es verdad. Que no maté a Hiroshi por venganza. Que, aunque quería vengarme, lo hice solo porque en ese momento no caí en que podría haber retrocedido más y cambiarle los recuerdos. Si se me hubiera ocurrido por supuesto que lo habría hecho.

–Pero… No lo entiendo. Nadie más a parte de ti, y ahora yo, debería saberlo. ¿Cómo es que Ajla lo sabe?

Akari esbozó una pequeña sonrisa triste.

–Esa es la pregunta del millón. – Volviéndose a mostrar seria, siguió. – Después de eso, me provocó diciendo que si no me unía podría hacerle daño a Akako. Eso no pude soportarlo, me transformé en modo diosa y… Mira, mejor te lo muestro también.

Akari volvió a poner sus manos en ambos lados de la cabeza de Yui y le pasó esos recuerdos. Los de Akari amenazando a Ajla, esta diciendo que si a ella sí que iba a matarla y no a los cientos de personas que matan personas inocentes, diciendo que eso era egoísta porque solo pensaba en la gente que conocía y no en los miles de personas que no conocía… Como Ajla desaparecía y aparecía en otro sitio, como si se hubiera teletransportado, diciendo que Akari no tenía nada que hacer contra ella, y Akari poniéndose cada vez más nerviosa, y diciéndole que si realmente creía que podría derrotarlas la esperaba en Bir Tawil. Al ser un recuerdo de unos pocos minutos de duración, casi no afectó a Yui, más allá del impacto del propio recuerdo, en comparación a antes, donde Akari le pasó sus recuerdos de más de un año. Yui se quedó mirando a Akari, algo descolocada.

–¿Qué clase de poder es este?

–No lo sé.

Yui se quedó unos segundos en silencio. Después se dirigió seria hacia Akari.

–Akari… Dices que quieres enfrentarte a Victoria y derrotarla, ¿verdad?

–Así es. – Dijo asintiendo con la cabeza.

–No lo hagas.

Eso dejó descolocada a Akari.

–¿Eh?

–No te enfrentes a Victoria.

–¿Po-Por qué no, Yui-chan?

–Akari, ¿es que no lo ves? No sabemos qué clase de poder tiene Ajla, pero sea cual sea, esa chica es realmente peligrosa. Y ella es la número 2. Imagínate qué clase de poder tiene que tener Victoria si es la que está al mando. Si Ajla ya es peligrosa, Victoria tiene que ser mucho peor. No lo hagas, Akari.

–Pero tengo que hacerlo. Si no lo hago van a provocar una guerra civil a nivel mundial.

–Y si luchas contra ellas pueden matarte.

–Soy la chica mágica más poderosa del mundo.

–No me digas que has olvidado lo que te dijo Ajla si me has pasado esos recuerdos hace solo un momento. "¿Te crees que por ser la chica mágica más poderosa del mundo podrías derrotarme? El poder mágico no es lo más importante. Te puedo ganar perfectamente aunque seas mucho más poderosa que yo."

–Seguramente solo lo dijo para intimidarme.

–O puede que no y hablara en serio.

–Lo siento, Yui-chan, pero he tomado una decisión, voy a ir.

–No, no vas a ir. Te lo prohíbo. – Dijo Yui muy seria, sorprendiendo y molestando algo a Akari.

–¿Cómo que me lo prohíbes?

–Escúchame bien, ahora no te hablo como amiga, te hablo como la líder del Holy Quintet, y como líder que soy tienes que obedecerme. Si te digo que no irás, no irás y punto, ¿te queda claro?

Akari se quedó alucinando. No daba crédito a que Yui le acabara de hablar de esa forma. Esta se tranquilizó un poco.

–Lo siento, no quería decirlo de esta forma. Solo me preocupo por ti, Akari. Si te enfrentas a ellas pueden matarte. Y por nada del mundo quiero que esto pase. No quiero perder a otra amiga. Encontraremos otra forma. Pero por favor, no vayas…

Akari bajó la cabeza, entre triste y decepcionada, y tras unos segundos asintió.

–Está bien…

Unos días después

Yui salía de la preparatoria tras una semana relativamente tranquila donde solo tuvieron que detener dos robos (habría podido ser mucho peor teniendo en cuenta cómo estaban las cosas). Yui volvía a su apartamento, cuando recibió un mensaje de Akari.

Yui-chan, ¿puedes venir un momento a mi casa? Quiero hablar contigo.

Yui respondió.

OK. Enseguida voy.


Yui llamó al timbre en cuando llegó a casa de Akari, la cual fue a abrir.

–Hola, Yui-chan. Adelante, pasa. – Dijo Akari abriendo la puerta para que entrara.

–Con permiso. – Dijo Yui entrando.

Akari cerró la puerta mientras Yui se quitó los zapatos y las dos subieron a la habitación de Akari, la cual le ofreció té a su amiga.

–¿Quieres algo de té?

–Sí, gracias.

Akari le sirvió té a Yui y esta tomó un sorbo, sorprendiéndose de su gusto.

–Vaya, está muy bueno, Akari.

–Es una receta que me ha enseñado mi hermana, quería saber qué te parecería. – Dijo mientras Yui bebía algo más.

–Pues te ha quedado muy bien. Te felicito Akari. – Dijo, y luego siguió bebiendo.

–Je je, me alegro de que te guste.

La alegría en el rostro de Akari se fue tras unos segundos.

–Como ya imaginarás, no te he hecho venir aquí solo para que pruebes mi té.

–Sí, lo imaginaba. Quieres hablar sobre cómo hacer volver a Kyouko y Ohmuro-san y evitar que Victoria lleve a cabo su plan, ¿verdad?

Akari asintió.

–Exacto, pero no tengo ni idea de cómo hacerlo. ¿Se te ha ocurrido algo, Yui-chan?

–Lo siento, de momento no. Pero sigo pensando en algo que podamos hacer.

–Ya veo.

Akari le sirvió algo más de té a Yui.

–Gracias. – Dijo esta, que bebió un poco más.

–Yui-chan, no podemos esperar más. En poco tiempo Victoria va a atacar, y eso será una catástrofe.

–Lo sé, pero tenemos que trazar un plan. No podemos simplemente ir allí y luchar contra ella.

–Sí que podemos. Y eso es exactamente lo que voy a hacer.

Yui se sorprendió ante eso.

–¿Qu… Akari, ya te dije ayer que no.

–Lo sé, pero me da igual. Voy a ir.

Yui se puso seria.

–No, Akari. No vas a ir.

–Sí, Yui-chan. Sí que voy a ir.

–No.

–Sí.

Yui se levantó molesta y con la mirada muy seria.

–Escúchame bien, Akari. No te lo pienso permitir. ¿Te queda claro?

–Lo sé. Por eso… Lo siento, Yui-chan.

Yui se extrañó ante eso.

–¿Eh? – De pronto, Yui empezó a ver borroso y a marearse. – ¿Eh? ¿Qué… – Yui miró hacia abajo, viendo la taza de té, y abrió mucho los ojos al comprenderlo todo. – A-Akari… ¿Qué has…

–Lo siento. – Dijo esta levantándose.

En el rostro de Yui empezó a mostrarse el miedo.

–No… Akari, ¡no!

Yui se acercó a Akari, de forma algo torpe, pues estaba empezando a perder el equilibrio. Finalmente lo perdió, pero Akari la cogió por los brazos antes de que cayera al suelo. Yui rápidamente agarró también por los brazos a Akari, intentando hacer fuerza para levantarse de nuevo, pero era inútil. Notaba como su cuerpo iba perdiendo fuerza con cada segundo que pasaba, quedando su cabeza justo en el vientre de Akari.

–Akari… No… No vayas… Por… Favor… No…

Finalmente, Yui no pudo aguantar más y se quedó dormida. Akari la miró con algo de tristeza.

–Lo siento, Yui-chan. – Dijo mientras la ponía estirada encima de su cama. – Pero no puedo permitir que Victoria ataque. Tengo que impedirlo. – Akari bajó las escaleras para ir a la sala de estar a ver a Akako, durmiendo en su cuna. – Tengo que hacerlo… Por el bien de todos. También el tuyo. – Dijo acariciándole suavemente la mejilla y el pelo.

Akari se llenó de determinación, se transformó en chica mágica, y utilizando lo que vio cuando luchó contra Hiroshi, creó un escudo de energía debajo suyo y lo utilizó para subir rápidamente a cientos de metros de altura y desplazarse rápidamente en dirección a Bir Tawil, un territorio situado entre Egipto y Sudán que no es reclamado por ninguno de los dos países, afirmando cada uno que ese territorio pertenece al otro país, a diferencia de otro territorio, el Triángulo de Halaib, del cual ambos países reclaman su soberanía, convirtiendo Bir Tawil en un territorio de nadie, perfecto para preparar una invasión a escala mundial sin que nadie interfiriera, ya que ningún país tiene presencia allí.

Tras varios minutos, Akari finalmente llegó a Bir Tawil, un territorio completamente desierto, donde solo había arena y rocas, las cuales formaban altas montañas. Aunque Akari había salido de Japón por la tarde, debido a la curvatura de la Tierra al llegar a Bir Tawil era pleno día, sin embargo, al ser enero la temperatura no era exageradamente cálida, pudiendo soportarla sin problemas. Akari miró en todas direcciones, no viendo nada. Realmente aquel territorio era más grande de lo que parecía. Si tenía que buscar por todo el territorio podría tardar días enteros. Y teniendo en cuenta que para no ser detectada por los satélites Victoria debería tener su base bajo tierra, solo hacía que fuera aún más difícil poder encontrarla.

Akari sabía que había una forma de encontrarla rápidamente, usar su propia Gema del Alma para detectar si había alguna fuente de magia cerca. Akari no quería hacerlo porque al hacer eso también podrían detectarla a ella. Sin embargo, era la única forma de poder encontrar la base de Victoria, así que terminó haciéndolo. Se dispuso a detectar magia con su Gema del Alma, produciendo ella misma magia en el proceso. Al no detectar nada, aumentó la intensidad. Nada. Akari no quería usar más magia. Hacerlo podría advertir a Victoria de que estaba allí, pero si no lo hacía, no lograría encontrarla, así que, a regañadientes, Akari empezó a liberar aún más energía. Finalmente la detectó. Energía mágica proveniente de unos cientos de metros más lejos. Akari dejó de emitir energía y empezó a correr hacia allí. Cuando se acercó lo suficiente a una de las montañas vio que había un agujero en la roca de unos dos por dos metros. Tenía que ser allí. Dentro no se veía nada. Akari tragó saliva. Determinada, emitió una pequeña luz con su mano derecha y entró. La luz que emitía Akari era bastante débil (expresamente para desprender la mínima energía posible para evitar ser detectada) por lo que solo le permitía ver unos pocos metros más allá, por lo que no había manera de saber cuántos metros tenía ese pasillo por el que avanzaba. Tras unos metros el pasillo giraba de golpe a la derecha. Tras unos metros más, de nuevo a la derecha. Después a la izquierda… De no ser porque solo había un único camino aquello parecería un laberinto. Después de un rato, Akari llevaba ya un rato andando en línea recta, cuando de pronto escuchó unas risitas. Sin dejar de emitir luz, Akari rápidamente creó su arco y cargó una flecha. Otra vez se oyeron las risitas, que parecía que fueran de una niña pequeña. Akari iba girándose sin dejar de apuntar, pues no podía identificar de dónde venían, debido al eco del pasillo. Después empezó a sonar una cajita de música. Akari, asustada, rápidamente apuntó hacia allí. Solo había la cajita de música, tocando con sus notas agudas una música algo perturbadora, cada vez más lentamente, a medida que se iba quedando sin cuerda. De pronto empezaron a sonar detrás suyo unos platillos. Akari se giró rápidamente. Había un mono de juguete que iba dando golpes con los platillos. Akari se estaba empezando a poner nerviosa. Aquello parecía una casa del terror. Temía que en cualquier momento apareciera alguien de golpe gritándole. Sin embargo, no apareció gritando, sino hablando normal.

–Por fin has llegado. – Dijo Ajla desde detrás suyo, lo cual hizo que Akari se girara rápidamente. – Bienvenida.

Akari disparó la flecha, rompiendo lo que parecía ser un espejo o un cristal, al tiempo que desaparecía la imagen de Ajla.

–¿Eh?

Entonces Akari notó un pequeño pinchazo en el cuello. Akari se llevó la mano allí y se quitó lo que se le había clavado. Un dardo tranquilizante. Akari empezó a perder el equilibro. Tras unos segundos no pudo mantenerse más en pie y se dejó caer de rodillas al suelo, apoyándose a este con las manos. Entonces llevó su mano derecha a donde se le había clavado el dardo, y utilizó magia para intentar curarse, escuchándose entonces unas pequeñas risas por parte de Ajla.

–¿En serio, Akari? – Dijo Ajla mientras unos fluorescentes se iban encendiendo, iluminando el pasillo, viendo que ella y otra chica se acercaban. – Sabes que solo podemos curar heridas físicas. Con magia solo puedes curar el agujero que te ha dejado en la piel el dardo, pero el veneno ya está dentro de tu cuerpo.

–Aj… la…

La vista de Akari se iba volviendo cada vez más borrosa, y de hecho, en ningún momento pudo ver claramente a Ajla, pero estaba segura de que era ella por su voz. A la chica que iba con ella no pudo distinguirla, aunque no había duda de que era Victoria. Akari intentaba resistirse y levantarse, pero era inútil. Sentía como su fuerza abandonaba su cuerpo. Solo podía pensar que aquello era el karma. Akari perdió la fuerza en sus brazos, por lo que cayó al suelo, mientras en contra de su voluntad sus ojos se iban cerrando e iba sintiéndose cada vez más cansada, hasta terminar volviéndose todo negro.

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

CIVIL WAR