Akari empezó a abrir lentamente los ojos. Estaba algo mareada y descolocada, y no sabía dónde estaba.

–¿Ya te has despertado? – Dijo una voz, lo que hizo reaccionar a Akari, pues reconoció a esa voz. Era Victoria.

Akari se levantó como pudo viendo a Victoria con Ajla a su lado. Pero entre ellas dos y Akari había algo. Tras reconocer ese "algo" como barrotes, Akari terminó de recordar lo que pasó y entendió su situación. Victoria y Ajla la habían capturado y la habían encerrado. Akari intentó transformarse en chica mágica, pero no pudo. Extrañada, miró a su pecho, donde debería estar su Gema del Alma, viendo que no estaba.

–¿Buscas esto? – Preguntó Victoria, llamando la atención de Akari.

Detrás de ella y de Ajla había otra celda, donde encima de una especie de pedestal había la Gema del Alma de Akari, rodeada por todos lados por una especie de escudo de energía de color verde, creado gracias a unos aparatos que estaban puestos alrededor de la Gema. Ver a su Gema así sorprendió a Akari.

–Esto es…

–Un campo de aislamiento. – Dijo Victoria. – Tu Gema del Alma está aislada de la realidad en esta situación, así que da igual lo mucho que lo intentes, no podrás usar tu magia. Así que te sugiero que no gastes fuerzas inútilmente intentándolo.

–Bonito corte de pelo. – Añadió Ajla, notando que ahora Akari llevaba el pelo corto.

Ignorando el comentario de Ajla, seguramente irónico, viendo que no podía utilizar la magia, Akari recorrió a lo único que le quedaba para intentar disuadir a Victoria de llevar a cabo su plan; la fuerza de la palabra.

–Victoria… Entiendo que no estés de acuerdo con el Tratado de Mónaco, que los gobiernos utilizan como excusa para cometer actos reprochables y hasta asesinatos impidiéndonos actuar con la excusa de que son temas políticos. Yo tampoco estoy de acuerdo, y también quiero cambiarlo, pero la solución no es matarlos a todos y tomar el control del mundo.

Victoria se extrañó.

–¿Qué?

–El Tratado de Mónaco tiene que cambiar, sí. Pero esta no es la solución. Podemos encontrar otra forma de hacerlo sin tener que matar a todos los líderes políticos ni tomar las chicas mágicas el control del mundo.

–¿Pero qué estás diciendo? – Preguntó Victoria extrañada. – Yo no quiero hacer eso.

–¿Eh? – Akari también se sorprendió.

–Lo que quiero es destituir a todos los líderes políticos de forma pacífica, enviando algunas chicas mágicas a las residencias oficiales de los políticos para obligarles a dimitir y otras a posiciones de los ejércitos para impedir que puedan actuar para atacarnos, no quedándoles otra opción que dimitir. Quiero formar un gobierno provisional en todos los estados mientras redactamos un nuevo tratado que respete los derechos humanos, y tras un período de transición, permitir volver a votar a todo el mundo, o en algunos casos hacer que voten por primera vez, prohibiendo solo a la gente que incite al odio o no respete los derechos humanos, pudiendo vivir todo el mundo en una democracia.

Akari no entendía nada.

–¿Qué? Pero… ¿No quieres matar a todos los políticos y tomar las chicas mágicas el control del mundo para dominarlo?

–Claro que no. ¿Quién te ha dicho esa mentira?

Akari no contestó. Solo se quedó con la misma cara de sorprendida, con la boca abierta. En ese momento, Victoria entiende, debido a su propia pregunta, quién es la que le ha dicho eso a Akari. Molesta, se gira hacia su compañera.

–Ajla, ¿qué es lo que has… – Victoria no terminó la frase, sorprendiéndose debido a que Ajla la estaba apuntando con una pistola. – ¿A… ¿Ajla?

Ajla disparó a Victoria en su Gema del Alma, rompiéndola y salpicando algo de sangre en la cara de Akari. Por el impacto, el cuerpo de Victoria chocó con los barrotes de la celda, y cayó al suelo justo después, donde su cuerpo brilló y se convirtió en ropa normal.

Música: "Anima mala – Mahou Shoujo Madoka Magica"

Ajla se quedó mirando a Akari con la mirada seria, mientras bajaba el brazo, y Akari empezó a perder los nervios. Dio un par de pasos atrás, y con la cabeza agachada, más para ella misma que para Ajla dijo:

–Fuiste tú… Victoria nunca ha querido dominar el mundo… Desde el principio… Siempre fuiste tú…

–Te ha costado darte cuenta, ¿eh?

Akari, aún algo asustada e impactada, levantó su cabeza.

–¿Po… ¿Por qué? ¿Por qué haces esto?

–La única forma de asegurarse de que la gente pueda vivir feliz es matar a los que intentan impedirlo. El Tratado de Mónaco ese fue redactado expresamente para que los gobiernos pudieran hacer purgas políticas sin que nosotras, las chicas mágicas, pudiéramos intervenir. Y no solo ningún gobernante se ha abierto a cambiarlo, sino que lo han impedido de todas las formas posibles. A esa gente les importa una mierda la seguridad y la felicidad de sus ciudadanos, lo único que les importa es el poder, por eso hay que matarlos a todos. Esa es la única forma de hacer un mundo mejor, y por eso voy a matar a todos los que intenten impedírmelo. – Ajla hizo una pausa. – Excepto a ti. – Eso sorprendió a Akari. – Nos salvaste la vida a todas. Cuando cambiaste la línea temporal hiciste que las brujas jamás existieran, salvando a todas las chicas mágicas de ese horrible destino, incluyéndome a mí. Por eso, como te debo la vida, he decidido no matarte, como forma de agradecértelo. Ahora debo irme, tengo cosas importantes que hacer. Además, supongo que tienes mucha información que asimilar. Si quieres después hablamos más tranquilamente sobre esto. – Dijo empezando a irse, pero se detuvo a los pocos pasos. – Ah, sí, tienes sangre en la cara, yo de ti me limpiaría antes de que se seque.

Después de decir esto siguió caminando. Akari, aún impactada, se tocó la cara con la mano, y al ver que estaba llena de sangre se asustó y corrió a la pica que había en la celda, abriendo el grifo al máximo y mojándose rápidamente toda la cara para quitarse la sangre. Claramente nerviosa, la chica no pudo evitar empezar a llorar en silencio, con las manos cubriéndose la cara.

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

·

Mahou Shoujo Ikusei Keikaku

En casa de Akari, Yui abrió lentamente los ojos. Estaba algo mareada y tardó un rato en recordar lo que había pasado. Finalmente lo recordó. Akari había insistido en ir a Bir Tawil a enfrentarse a Victoria y Ajla, y como Yui le había dicho que no se lo permitiría, Akari la drogó para dejarla dormida y poder ir sin que esta se lo impidiera. Yui entonces miró a la habitación. Akari no estaba. Yui mostró una mezcla de entre preocupación, enfado y miedo.

–Mierda… ¡Será estúpida!

Yui se transformó en chica mágica y salió corriendo de casa de Akari, y con las prisas se olvidó completamente de Akako, aparte de que como estaba dormida, no estaba haciendo ruido.

Himawari estaba en su casa, haciendo los deberes, cuando notó una energía mágica que se acercaba. Rápidamente pudo identificar que se trataba de Yui, lo cual la extrañó.

¿Funami-senpai? ¿Pasa algo?

¡Sí! ¡Akari se ha ido!

Himawari se quedó sin palabras.

¿Q-Qué?

En ese momento llegó Yui, entrando a la habitación de Himawari por la ventana, respirando agitadamente por la carrera que se había pegado para ir hasta allí.

–Akari… Se ha ido a la base de Victoria para enfrentarse a ella.

–¡¿Qué?! – Exclamó Himawari. – E-Espera un momento… ¿Akari sabe dónde está la base de Victoria?

–Ah, sí…

–¿Por qué no nos lo dijo?

–Es largo de explicar. Resumiendo, Ajla fue a verla hace unos días para intentar que se uniera a ellas…

–¿Ajla? – La interrumpió Himawari.

–Ah, sí, es el nombre real de Altair.

Eso sorprendió a Himawari.

–¡¿Altair fue a ver a Akari?!

–Sí, quería que se uniera a ellas. Akari se negó, les dijo que les impediría actuar, y Ajla dijo que si creía que podía derrotarlas que fuera a su base, en Bir Tawil.

Himawari estaba intentando asimilar toda esta información.

–¿Y-Y Akari ha ido? – Yui asintió. – ¡¿Por qué no se lo has impedido?!

–¿Te crees que no lo he intentado? Le he dicho que no se lo iba a permitir. Y me ha drogado con algo para que me quedara dormida y no se lo impidiera.

Himawari no daba crédito.

–¿Q-Qué dices…? Akaza-san nunca haría eso.

–Pues lo ha hecho. Está convencida de que es la única manera de pararla.

Himawari tardó un rato en decir algo.

–Pero… Está claro que es una trampa.

–Lo sé.

–¡Tenemos que ir a rescatarla!

–No podemos hacer eso.

–¡¿Por qué no?!

–Teniendo en cuenta la hora en que me ha dejado dormida y viendo la hora que es ahora, seguro que ya hace rato que ha llegado allí y se ha encontrado con Victoria y Ajla. En caso de que haya podido derrotarlas volverá pronto. Pero si no… Teniendo en cuenta que es una trampa, seguro que se han inventado una forma de dejarla fuera de combate sin tener que luchar, así que aunque vayamos no serviría de nada. Ya es demasiado tarde.

–¿Qué estás diciendo? ¿Qué la han matado? – Preguntó Himawari algo asustada.

–Podría ser… Aunque también puede ser que la hayan capturado.

–¡Entonces tenemos que ir a rescatarla!

–¡No, Furutani-san, ¿es que no lo entiendes?! ¡Akari es la chica mágica más poderosa del mundo, y si a ella han podido derrotarla ¿te crees que no podrán con nosotras?!

–¡Pero tú puedes parar el tiempo!

–¡Y Ajla a lo mejor también! – Himawari se sorprendió ante eso. – No sabemos qué clase de poder tiene Ajla. Akari me pasó sus recuerdos de cuando Ajla la fue a ver, y no sé qué poder tiene esa chica, pero desaparece de un sitio y aparece en otro. Podría ser teletransportación, pero también parar el tiempo. Solo tendría que moverse con el tiempo parado y volverlo a activar en otro sitio para dar la sensación de que se ha teletransportado. También podría volverse invisible e ir de un lado a otro rápidamente… No lo sé, pero sea como sea es muy peligrosa. Y si ella es así, imagínate cómo debe ser Victoria. Si Ajla es tan peligrosa, Victoria debe serlo aún más. No podemos ir y luchar contra ellas sin siquiera saber su poder.

–¿Y qué propones? ¿Quedarnos de brazos cruzados? – Preguntó Himawari algo molesta.

–No, pero tenemos que mantener la cabeza fría. No podemos ir allí y enfrentarnos a ellas como ha hecho Akari. ¿Quieres que nos capturen a nosotras también, o que nos maten?

Himawari, algo molesta, murmuró:

–No…

–Entonces tenemos que trazar un plan. Si vamos allí sin ningún plan nos capturarán o matarán a nosotras también. De poco serviría entonces ir allí. Si vamos a ir allí tenemos que tener una estrategia.

Himawari se calmó un poco. Quería ir a Bir Tawil en ese mismo momento y rescatar a Akari… En caso de que siguiera viva, pues no sabía si era así. Pero en el fondo sabía que Yui tenía razón.

A esa misma conclusión había llegado Akari. Debería haberle hecho caso a Yui. Lamentaba no haberla escuchado antes. La había ignorado, y por culpa de eso la habían capturado. La celda no era horrible, tenía una pica con un espejo encima, una cama, una taza de váter y una ducha cubiertas por una mampara de plástico translúcido, y hasta una televisión. Pero seguía siendo una celda. Y el hecho de tener justo detrás de los barrotes el cuerpo de Victoria no ayudaba. Pero de nada servía seguir lamentándose. Lo hecho, hecho estaba. Ahora solo podía esperar a que alguien la rescatara, aunque dudaba que alguien viniese pronto. Yui desde luego no. Si no quería que fuese allí es porque sabía que podía acabar así, y si Yui hacía lo mismo que Akari terminaría igual o peor, por lo que no serviría de nada intentar un rescate. Yui no iba a venir sin un plan, y viendo el éxito que tuvo ideando planes los últimos días dudaba que eso fuera pronto. En ese momento llegó Ajla, sacando a Akari se sus pensamientos.

–Perdón por dejar el cuerpo aquí, pero tenía asuntos urgentes que tratar. Ahora lo retiro. – Dijo, creando una gran bolsa negra, usando magia para meter el cuerpo de Victoria dentro y cerrar la cremallera. También usó magia para quitar las manchas de sangre.

–Te aprovechaste de Victoria para reclutar chicas mágicas que pensaban como tú en vez de lo que quería Victoria, ¿verdad? – Preguntó Akari sentada en la cama.

–Así es. Aunque también ha habido algunas que pensaban como ella que se han unido. No podía decirles que no, hubiera parecido raro.

–Como Kyouko-chan, ¿verdad?

–Ella es una, sí.

–Ahora que recuerdo bien lo que dijo, ella nunca dijo que quería matar a los políticos, sino que estaba dispuesta a hacerlo si era necesario, pero seguro que prefería no tener que matar a nadie. Eso significa que no le contaste tu plan, sino el de Victoria.

–Exacto.

–¿Por qué? – Preguntó Akari seria. – ¿Por qué no le contaste tu plan?

–Siempre lo hago de esa forma. No puedo ir y decir directamente que quiero matar a los políticos. Sé que hay muchas chicas mágicas en contra, por lo que si lo digo de esta forma, algunas podrían fingir estar de acuerdo conmigo pero en realidad no estarlo, y unirse solo para acabar con el plan desde dentro. Siempre les cuento el plan de Victoria y les pregunto si creen que eso es suficiente o si irían más allá. Si me dicen eso, entonces es cuando les cuento mi plan. Tú fuiste la única a la que le conté mi plan desde el principio.

Akari seguía mirando a Ajla seria.

–Pero ellas no quieren llevar a cabo tu plan. Cuando se den cuenta del engaño se rebelarán. Qué vas a hacer, ¿eh?

–Fácil, matarlas.

Eso enfadó a Akari, que se levantó de la cama.

–¿Las vas a matar solo porque no están de acuerdo contigo?

–Las voy a matar porque quieren impedir que haga del mundo un lugar mejor. Y a ti te hubiera matado también si no fuera porque salvaste la vida a todas las chicas mágicas. Si no fuera por eso te habría matado en Japón cuando dijiste que ibas a impedir que tomara el control del mundo.

Akari estaba cada vez más molesta.

–¿Las matarás a sangre fría, como hiciste con Victoria?

–Ese ni siquiera era su nombre real. En realidad se llamaba Felicia. Solo se puso el nombre de Victoria para poder hacer ese juego de palabras de "hasta la victoria". Y no la maté a sangre fría. Dejé que me viera apuntándola antes de dispararle.

Aunque Akari estaba molesta, intentó calmarse. Enfadándose no ganaría nada, y tampoco podía luchar. Lo único que podía hacer era intentar convencer a Ajla mediante palabras que esa no era la solución.

–Ajla, de verdad que entiendo que estés en contra del Tratado de Mónaco y que quieras cambiarlo, ¿pero de verdad que no te parece suficiente el plan de Victoria? ¿Tomar el control del mundo solo de forma temporal, y sin matar a nadie, para después permitir volver a votar a todo el mundo para que elijan a quien quieran, prohibiendo solo los que inciten al odio y no respeten los derechos humanos?

–Para nada. La mayoría de la gente es idiota y sumamente influenciable. Si les dejas votar seguro que volverán a elegir a ladrones corruptos y mentirosos que les roben el dinero y les engañen. Lo que tenemos que hacer es acabar con todos estos dirigentes para garantizar nosotras el bienestar de la humanidad. Solo nosotras podemos hacerlo, y por eso tenemos que gobernar el mundo.

–Hablas igual que Hiroshi...

–¡No me compares con él! – Gritó Ajla llena de ira golpeando los barrotes con el puño, asustando a Akari, que retrocedió un par de pasos. – ¡Yo no me parezco en nada a ese desgraciado! Mi objetivo es totalmente diferente. Yo quiero gobernar el mundo para ayudar a los demás, no para que me adoren como ese malnacido.

Tras calmarse un poco, Akari le respondió:

–¿Y para eso estás dispuesta a matar a cientos de personas?

–Es necesario para un bien mayor.

–El fin no justifica los medios.

–No estoy de acuerdo. Y tú no eres nadie para decirme esto. Te recuerdo que mataste a Hiroshi, Mitsuru y Masaki. No tienes ningún derecho a decirme esto.

–No los maté porque quisiera, sino porque no se me ocurrió otra opción. Si en ese momento se me hubiera ocurrido retroceder en el tiempo hasta antes de que adquirieran potencial mágico, lo habría hecho y les habría cambiado los recuerdos. Pero en ese momento estaba demasiada enfadada. El odio que sentía hacia ellos me impedía pensar con claridad. Creo que a cualquier persona le afectaría sufrir tanto por todo lo que me hicieron.

–Sufrir, dice. Por favor, no me hagas reír. – Eso sorprendió a Akari. – ¿En serio crees que sabes lo que es sufrir? Si a eso lo consideras sufrir puedes estar agradecida. Por mucho que Hiroshi fuera un malnacido, el desengaño amoroso que tuviste con él no es mayor que el que han sufrido muchas chicas. Y lo de tenerte encadenada durante 9 meses es una putada, sí, pero puedes dar gracias de que solo te tuviera encadenada. Hay muchas chicas que aparte de estar encadenadas también las violan y las torturan. Y no solo durante 9 meses, sino durante años. Hay chicas a las que les golpean en la barriga hasta morir. Hay chicas a las que las queman vivas. Hay otras a las que les introducen ácido sulfúrico por la vagina, el culo o la boca para que mueran quemadas desde dentro. Hay chicas a las que les obligan a torturar y mutilar a su familia y amigos hasta la muerte porque si no las matarán a ellas. Y a algunos chicos les obligan a violar a chicas o incluso a niñas pequeñas amenazándoles de torturar de una forma brutal hasta la muerte a su familia si no lo hacen… Mucha gente graba estas aberraciones y las vende en la Depp Web por un dineral. Hay organizaciones enteras dedicadas a eso, a grabar vídeos así solo por diversión. Y muchas cosas peores. No te haces una idea del sufrimiento que he visto. Tú no tienes ni idea de lo que es sufrir. Hay cientos de chicas que estarían dispuestas a matar por pasar solo por lo que tú has pasado.

Akari estaba sorprendida por lo que le dijo Ajla.

–…Te refieres a ti… ¿Verdad?

Ajla tardó unos segundos en contestar.

–No me refería específicamente a mí, pero sí, soy una de ellas.

–Ajla, sea lo que sea por lo que hayas pasado, esta no es la solución…

–¿¡Y qué sabrás tú!? – Gritó Ajla enfurecida. – ¡Tú no tienes ni idea de por lo que he pasado!

–Exacto, no tengo ni idea. ¿Así que por qué no me lo explicas para que pueda entenderlo?

Aquella respuesta dejó descolocada a Ajla. No se esperaba para nada una respuesta así.

–No tengo por qué hacerlo. No es asunto tuyo. Espera, ¿por qué estoy siquiera hablando contigo de esto? Esto no te incumbe.

–Me incumbe si eso afecta a mis amigas.

–De igual, no vas a hacerme cambiar de opinión. Sé que lo que estoy haciendo es lo correcto.

–¿En serio? ¿Eso crees? Deberías aceptar la idea que puedes estar equivocada, ¿sabes?

–Lo mismo podría decirte yo a ti.

–Yo no quiero matar a nadie.

–Y al no hacerlo estás causando indirectamente la muerte de miles de personas. Puede que yo mate a miles, pero al hacerlo salvaré a millones.

–Estás haciendo lo mismo que Kyubey.

–Te equivocas, no tiene nada que ver. A Kyubey le importan una mierda las vidas humanas. Solo piensa en contrarrestar la entropía del universo, sin importar quién muera para eso. Yo pienso en las personas, por eso hago esto.

–¿Cómo puedes decir que piensas en las personas si piensas matar a cientos de inocentes?

–No espero que lo entiendas.

Tras unos segundos, Ajla dejó un USB en el suelo de la celda.

–Anda, toma.

Akari, extrañada, lo cogió.

–¿Qué es esto?

–Aquí están los 12 capítulos de Mahou Shoujo Ikusei Keikaku.

–¡¿Qué?! ¡¿Ikusei Keikaku?! – Exclamó Akari sorprendida. – ¿Esta no es una de esas series que es aún más violenta que Madoka Magica?

–Sí, es una de esas. Míratela, ¿quieres? Te hará entender un poco mejor cómo funcionan realmente las chicas mágicas.

Dicho esto, Ajla se fue de allí con el cuerpo de Victoria en la bolsa de plástico. Akari se quedó mirando el USB dudando de qué hacer. No estaba de humor para ver anime, y menos esa serie que era aún más violenta que Madoka Magica. Pero Ajla le dijo que esa serie le ayudaría a entender cómo funcionan realmente las chicas mágicas. Intrigada por lo que quiso decir con eso y dado que tampoco tenía nada mejor que hacer, decidió verla.


Mientras, Kyouko estaba estirada en una cama que ella misma había creado en una de las miles de estancias que había en la base secreta. Victoria las había creado con la ayuda de otras chicas mágicas meses antes de su cumbre con la ONU, ya que llevaba preparando ese plan desde hacía tiempo. Gracias a la magia pudieron tener listas todas las estancias en pocos días, cuando sin magia los mejores arquitectos habrían tardado meses o hasta años en hacer una instalación de ese calibre. No estaban todas las estancias comunicadas entre ellas. Por ejemplo, en un lugar de Bir Tawil había una entrada donde bajo tierra había decenas de estancias, pero a otras solo se podía entrar por otras entradas esparcidas por todo el territorio. La de la celda donde estaba Akari estaba aislada de las demás, y fue creada solo con la intención de encarcelar chicas mágicas que supusieran un problema, aunque en ese momento solo la celda de Akari estaba ocupada. En ese momento, Kyouko escuchó que Ajla se comunicó con ella telepáticamente.

Hola a todas. Os informo de que por orden de Victoria, finalmente el ataque va a ser el día 20 de enero. – Eso sorprendió a todas las que se habían unido por Victoria, no por Ajla, ya que técnicamente habían dado 6 meses de tiempo a los gobiernos, aunque aceptaron adelantar el ataque, porque a cada día que pasaba seguía muriendo gente inocente, y no querían permitir eso. – Durante los próximos días se formarán los grupos que van a atacar todos los puntos seleccionados. Entre Victoria y yo nombraremos una líder de grupo por cada punto seleccionado y estas elegirán su equipo. Nosotras lideraremos a las líderes de grupo, y estas a sus miembros, para así facilitar la coordinación, pues es imposible que entre Victoria y yo solas podamos coordinaros a todas. En breves momentos empezaremos a nombrar las líderes de los grupos, que tienen que estar formados antes del día 19, para así poder actuar el día 20. Las líderes de los grupos representarán a Victoria y a mí en los grupos, sus voces serán las nuestras, así que debéis hacer caso de todo lo que os digan. Aguantad un poco más. Tan solo faltan unos pocos días para librar al mundo de los políticos y convertirlo en un lugar mejor. Hasta la victoria.

En realidad a Ajla, eso de "hasta la victoria" le parecía una tontería, pero lo dijo para seguir el discurso oficial de Victoria y que no sospecharan de ella. De hecho, varias chicas mágicas se extrañaron de que fuera Ajla y no Victoria la que comunicara el mensaje, pero pensaron que a lo mejor Victoria estaría demasiada ocupada ultimando los últimos detalles del ataque. Tras finalizar el mensaje, Kyouko se levantó y fue a ver a Ajla. Para eso tuvo que salir de esa parte de la base y correr unos metros por el desierto hasta llegar a la parte donde estaba Ajla. Cuando entró en esa sección, fue directamente a buscar a Ajla. Cuando la encontró, se dirigió a ella.

–¡Ajla!

Esta se giró al oír a Kyouko.

–Hola, Kyouko. Dime, ¿pasa algo?

–Quería pedirte un favor.

–¿De qué se trata?

–Quiero ir con el grupo de Japón.

–¿Y eso?

–Es por Akari.

–¿Qué pasa con ella?

–Ella está en contra del plan de Victoria. Quiere impedir que lo llevemos a cabo, y está dispuesta a luchar para ello.

–¿Y por qué quieres ir allí?

–Porque no quiero que nadie más luche contra ella. Si alguien tiene que enfrentarse a ella, quiero ser yo.

Kyouko había estado muy seria durante toda la conversación. Se la veía claramente determinada a enfrentarse a Akari, no porque la odiara, sino al contrario. Aún valoraba su amistad, por eso no quería que nadie más se enfrentara a ella. Si alguien tenía que hacerlo, quería ser ella.

–Está bien. – Dijo Ajla. – Le diré a la líder de la división de Japón que una de las chicas mágicas de su equipo seas tú. Y tranquila, me aseguraré de informarle que solo tú puedes luchar con Akari.

–Gracias. Te lo agradezco.

–Faltaría más. – Dijo Ajla fingiendo ser amable.

Kyouko no tenía ni idea de que lo que Ajla le diría a la líder de la sección de Japón es que la matara… Y que Akari estaba solo a unos cuantos cientos de metros de ella…


Tras haber nombrado a todas las líderes de los grupos y esperar el tiempo suficiente a que Akari pudiera acabar de ver Ikusei Keikaku, Ajla volvió con ella, trayéndole un puré y una cuchara. Akari estaba sentada en la cama, en posición fetal, visiblemente triste.

–¿Qué, Akari? ¿Ya te has visto la serie? – Dijo mientras dejaba dentro de la celda el puré y la chuchara, abriendo una pequeña puerta que había en el suelo.

–¿Por qué me has hecho ver esto? – Dijo Akari sin mirarla. – ¿Es que querías deprimirme?

–No digas tonterías. Si quisiera deprimirte te habría hecho jugar a Majo no Ie. – Dijo cerrando la puerta por la que dejó la comida. – Solo quería que vieras cómo funciona en realidad el mundo de las chicas mágicas. Quitando lo del juego de supervivencia, este anime se parece mucho más a cómo son realmente las chicas mágicas que Madoka Magica. Las habilidades y resistencia de todas se ven aumentadas, cada una con un poder diferente, algunas pensando solo en su bienestar aunque para ello tengan que hacer daño a otras personas… Y aunque aquí no se ve, también hay chicas mágicas trabajando con bandas criminales, o incluso liderándolas. Y por supuesto también del lado contrario, chicas mágicas haciendo de perritos falderos los gobiernos, dispuestas a matar a cualquier chica mágica que incumpla el Tratado de Mónaco ese. Puede que en la otra realidad el anime más parecido a la realidad de las chicas mágicas fuera Madoka Magica, pero en esta realidad el anime más parecido a cómo funcionan realmente las chicas mágicas es Ikusei Keikaku. Tú aún seguías pensando en las chicas mágicas en plan Madoka Magica, luchando contra los criminales y delincuentes por el amor y la justicia… Necesitabas verlo para entender cómo son las chicas mágicas en esta realidad. Hay muchas más de las que crees que actúan como Ruler, Cranberry o Calamity Mary.

Akari no decía nada, solo miraba a Ajla con una mezcla de tristeza y enfado. Tras unos segundos habló.

–Dejando de lado todo esto, quería preguntarte algo.

–¿Preguntarme? – Se extrañó Ajla.

–¿Cómo sabes lo de la otra realidad? Solo yo debería saberlo. ¿Cómo es que lo sabes tú?

–Ah, eso… Pues es mucho más sencillo de lo que crees. Dime, Akari, cuando retrocediste en el tiempo, antes de matar a Hiroshi, ¿cuántas personas sabían lo de la otra realidad?

Akari no entendió la pregunta.

–¿Eh?

–Dime, ¿cuántas lo sabían?

Akari pensó un momento.

–Pues yo… Y…

Akari se quedó congelada al comprenderlo.

–Lo entiendes, ¿verdad?

–No… Eso es imposible… No puede ser…

–Sí, así es. Los recuerdos de Akako fueron a parar a mí.

Akari no daba crédito.

–¿Có… ¿Cómo es posible?

–Sinceramente, no tengo ni idea. Pero dudo que fuese un accidente. Creo que Akako me los pasó expresamente.

Akari se sorprendió aún más.

–¿Q-Qué dices?

–¿Qué otra explicación se te ocurre a parte de esta, si no?

A Akari no se le ocurría ninguna explicación, pero tampoco entendía por qué Akako le habría pasado sus recuerdos a Ajla.

–No lo entiendo. ¿Por qué Akako debería haberte pasado mis recuerdos?

–No lo sé. Pero puede… Que fuera porque pensaba como yo.

Akari se asustó ante esa posibilidad.

–No… Eso es imposible…

–¿Y cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que en realidad Akako no piensa en que las chicas mágicas tenemos que tomar el control del mundo?

–¡Porque es imposible! – Respondió Akari alterada y levantándose. – ¡Es imposible que Akako piense de esta forma! ¡Imposible!

Ajla miraba a Akari sin mucho interés, aunque seria.

–¿Sabes cuál es otro de los motivos por los que quiero tomar el control del mundo? – Akari no dijo nada. – Porque ya no hay más chicas mágicas. – Akari se sorprendió al oír esto, pues no había caído en eso. – Desde que pediste tu deseo Kyubey no ha convertido más chicas en chicas mágicas. Tú eres la última, Akari. Todas las demás, a medida que pase el tiempo, iremos perdiendo nuestros poderes, y al no haber más chicas mágicas jóvenes, estas terminarán por desaparecer. Ya no habrá más chicas mágicas. Y los criminales no son tontos. Verán que cada vez hay menos chicas mágicas, y cuando no quede ninguna no tendrán ningún impedimento para actuar, porque la policía no podrá con todos ellos, porque puede que hasta se formen bandas criminales nuevas ahora que ya no habrá chicas mágicas. Cómo piensas proteger el mundo entonces, ¿eh, Akari? – Akari no sabía qué decir. – No podremos. Por eso tenemos que actuar antes de que eso pase. No solo tenemos que matar a todos los líderes políticos que lo único que hacen es engañar y robar a la gente, y algunos eliminar la disidencia con la excusa esa de los temas políticos, sino también a todos los criminales y delincuentes. Para que cuando las chicas mágicas desaparezcamos no haya criminales.

–Pero Ajla, no hace falta matarlos. Encerrarlos es suficiente.

–No, no lo es. Pueden escaparse. Y aunque no lo hagan, ¿de qué sirve tenerlos encerrados gastando inútilmente recursos, como el oxígeno, la comida y el agua? Es mucho mejor dedicar esos recursos a gente que de verdad los necesite y no a unos criminales que siempre serán malas personas.

–Eso no es verdad, Ajla. No tienen por qué ser siempre malas personas. Hay algunos que se rehabilitan. La gente puede cambiar.

–Ja. Qué inocente eres, Akari. La gente no cambia. Matar a alguien que ha hecho algo malo es la única forma de asegurarse de que no lo vuelva a hacer.

–¿Y quién decidirá lo que es malo? ¿Tú?

–Tú y yo tenemos la misma visión de lo que es malo, Akari, solo que tú eres una ingenua que piensa que las personas pueden cambiar y yo soy realista y sé que eso es imposible, por eso digo que hay que matarlas.

Akari no decía nada, solo miraba a Ajla molesta.

–Debí haberle hecho caso a Yui-chan. Ella me advirtió de que no viniera sin un plan, y no le hice caso… Pensé que podría derrotarte… Bueno, a Victoria, ya que pensaba que era ella quien estaba detrás de todo.

–Bueno, tal vez a ella sí habrías podido derrotarle si hubieras tenido un plan. Pero conmigo no hubieras podido por más elaborado que fuera el plan. Nadie puede derrotarme. Podría derrotar a cualquier chica mágica sin esforzarme. Incluso a Hiroshi, que era más fuerte que cualquier chica mágica. De hecho, me gustaría matarlo, solo para demostrar que puedo derrotarlo. Qué lástima que ya lo hayas matado tú, pues me encantaría luchar contra él. Y por supuesto también puedo derrotarte a ti, así que no te tortures con eso. Aunque le hubieras hecho caso a Yui no habrías podido derrotarme.

Ajla se giró y empezó a andar para alejarse de allí.

–Mientes.

Ajla se detuvo al oír a Akari. Giró su cabeza para verla, pudiéndola ver con la mirada seria, a diferencia de Ajla, que la miraba sin mucho interés.

–¿Qué te hace pensar eso?

–El hecho de que me hayas encerrado. Dices que podrías derrotarme, pero me has encerrado aquí. Si realmente pudieras derrotarme no te importaría que intentara impedir tu plan. Si me has encerrado es porque soy demasiado poderosa para ti, y me has encerrado para protegerte de mí.

Ajla la miró con la misma expresión durante unos segundos, tras los cuales soltó unas risitas.

–Oh, ¿en serio crees esto, Akari? – Dijo sonriendo y cerrando los ojos. – No te he encerrado para protegerme a mí de ti. – Eso extrañó a Akari, y tras volver a abrir los ojos dijo: – Te he encerrado para protegerte a ti de mí.

Akari se sorprendió ante eso. Ajla amplió su sonrisa y retomó su paso, alejándose de Akari, la cual no sabía si creerse eso, aunque no veía ningún motivo por el que Ajla debería mentirle, lo cual la inquietaba un poco, pues eso solo la hacía pensar en una cosa:

¿Cuál debe ser su poder?

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

CIVIL WAR