Akari: ¿Himawari-chan, que es esto?
Himawari: No lo sé.
Sakurako: ¡HUID! ¡RÁPIDO!
Himawari: ¿Qué es todo esto?
Sakurako: Eso era una bruja. Y yo soy una chica mágica.
Kyubey: Quiero que hagáis un contrato conmigo y os convirtáis en chicas mágicas.
Himawari: ¡Resucita a Sakurako!
Yui: ¡No, Furutani-san!
Himawari: ¡Si lo deseas no tienes por qué volver a sentir dolor! ¡No vuelves a sentir más dolor!
Yui: ¡KYOUKO ESTÁ MUERTA!
Akari: Voy a convertirme en una chica mágica.
Hiroshi: Me llamo Kagome Hiroshi.
Kyouko: Estos chicos me dan muy mala espina. No me fio de ellos.
Akari: Todo era mentira… Todo lo que me contaste era mentira…
Hiroshi: Te utilicé y te hice tener un hijo en contra de tu voluntad…
Akari: Vas a pagar por lo que has hecho…
Hiroshi: ¡AKARI, NO!
Akako: Debo irme…
Akari: ¡No! ¡Akako!
Akako: Te quiero, mamá…
Akari: ¡Akakoooooooooo!
Ajla se despertó alterada, respirando rápidamente. ¿Qué había sido aquello? ¿Un sueño? Se sentía demasiado real, y lo recordaba como si lo hubiera vivido ella misma. Como si ella misma fuese esa tal Akari con la que había soñado. Tras unos segundos, Ajla recordó dónde estaba. Se había sentado en un banco de un parque por la tarde, para descansar, y se había quedado dormida, siendo ahora ya de noche.
–¿Qué ha sido ese sueño? – Volvió a pensar Ajla.
–Ey. – Dijo un chico.
Ajla se giró para ver al chico, que se acercaba sonriendo a ella junto con dos chicos más, todos ellos con entre 19 y 22 años de edad.
–¿Estás sola? – Preguntó el chico con falsa amabilidad.
–Eso no te importa. – Respondió bordemente Ajla.
–Oye, tranquila, no queremos hacerte daño. – Respondió el chico tranquilamente. – Solo te hemos visto aquí sola y hemos pensado que podrías acompañarnos para no estar tan sola.
Ajla miraba a los chicos más con cara de aburrimiento que de desprecio.
–Estoy bien sola.
–Vamos, es una lástima que una chica tan linda como tú vaya sola por allí. – Dijo el chico. – Es mucho mejor ir acompañada, ¿no crees?
–He dicho que estoy bien sola. – Dijo Ajla empezando a molestarse.
Los otros dos chicos soltaron algunas risitas.
–Parece que va de dura, ¿eh? – Dijo uno.
–Vamos, ven con nosotros. – Dijo el otro. – Te lo pasarás bien.
–No necesito ir con vosotros para pasármelo bien. – Dijo Ajla empezando a perder la paciencia.
–Vamos, no seas testaruda, ven. – Dijo el primer chico.
–¿Qué parte de "no" no entiendes?
–Uy, qué mala leche… – Bromeó el chico. – ¿No estarás en esos días del mes? – Dijo, causando las risas de los otros dos.
Sin embargo, a Ajla no le hizo nada de gracia. Ya harta, se levantó del banco dispuesta a irse de allí.
–Oye, espera.
El chico la cogió por el hombro, acabando con la paciencia de Ajla, que le apartó la mano y le gritó:
–¡Suéltame, cerdo asqueroso!
Antes de que Ajla pudiera darse cuenta, tenía una navaja a pocos milímetros de su cuello, y la mirada de los chicos había cambiado y ahora se veían claramente molestos. Al parecer no les había gustada que Ajla les dijera eso.
–¿Qué? Ahora ya no eres tan valiente, ¿eh? – Dijo el chico, serio.
Lejos de asustarse, Ajla solo miró a los chicos con cara de desprecio. Con un rápido movimiento apartó la navaja del chico con su mano derecha y con la izquierda le dio un puñetazo que le atravesó el corazón. Los otros dos se lanzaron contra ella también con navajas, pero Ajla consiguió esquivarlos sin ninguna dificultad y en menos de 4 segundos los mató usando magia, cayendo sus cuerpos inertes al lado del del otro chico. Ajla miró sus cuerpos con desprecio, y murmuró:
–Sois escoria.
Alguien empezó a aplaudir lentamente, haciendo que Ajla se girara rápidamente para ver quién era, encontrándose una chica que debía ser unos 3 años mayor que ella. Una chica con el pelo de color marrón, ondulado, hasta la mitad de su espalda, y con unos ojos tan marrones como su pelo. La chica sonreía de una forma que no causaba mucha confianza en Ajla. No era una sonrisa malvada, pero tampoco era una sonrisa inocente o de felicidad. Si Ajla tuviera que definirla hubiera dicho que se parecía a la de alguien que está plenamente confiada y segura de sí misma.
–Bravo, te felicito. – Dijo la chica. – Has hecho lo correcto con esos tíos. La gente así no merece vivir.
–¿Quién eres tú? – Dijo Ajla claramente desconfiando de esa chica.
–Deja que me presente. – Dijo esta sin perder esa sonrisa. – Me llamo Blanca, y al igual que tú, también soy una chica mágica.
Eso sorprendió a Ajla.
–¿Eres una chica mágica? Sabía que había más, pero eres la primera que veo a parte de mí. – Tras una pausa, Ajla se presentó. – Yo soy Ajla.
–Qué nombre más raro. ¿Qué idioma es?
Ajla se extrañó, pero contestó.
–Es albanés.
–Ya veo, así que eres de Albania, ¿eh?
–No, de Costa Rica si te parece. Claro que soy de Albania.
Blanca soltó unas risitas.
–Me gusta mucho tu sentido del humor.
–¿Pero no estás hablando tú también albanés? – Preguntó Ajla extrañada.
–Para nada. Yo soy de España, estoy hablando español. Lo que pasa es que gracias a una chica mágica llamada Adrienna mi Gema del Alma traduce automáticamente los idiomas para que todo el mundo que esté cerca pueda entenderlo. Por eso tú me entiendes en albanés aunque yo hable en español y viceversa.
–Ya veo. ¿Y qué quieres?
–Verás, llevo unos días siguiéndote.
Eso volvió a poner a Ajla a la defensiva.
–¿Siguiéndome? – Ajla frunció el ceño. – ¿Me has estado espiando?
–Espiar es una palabra muy fea. Yo prefiero decir que te he estado observando. – Dijo Blanca sin perder su sonrisa.
Ajla se puso más a la defensiva.
–¿Qué quieres? – Repitió, con su voz más seria que antes.
–Tranquila, no quiero hacerte nada malo. Siento lo de seguirte, pero tenía que asegurarme de que podías ser apta.
Eso extrañó a Ajla.
–¿Apta?
Blanca asintió.
–El motivo por el que te he estado siguiendo es porque quería ver tu habilidad.
–¿Habilidad?
–El poder único en cada chica mágica que solo tiene ella. Es impresionante. Es mucho mejor que el mío.
Eso picó la curiosidad de Ajla.
–¿Cuál es el tuyo?
–¿Quieres saberlo? – Preguntó Blanca sin perder su sonrisa. – Entonces atácame.
Eso extrañó a Ajla.
–¿Quieres que te ataque?
Blanca sintió.
–Con todas tus fuerzas. Como si quisieras matarme.
–¿Estás segura?
–Totalmente. – Dijo volviendo a asentir.
–Está bien. No digas que no te he avisado. – Ajla intentó moverse, pero no pudo. – ¿Eh? – Lo intentó de nuevo, pero nada. – ¿Qué…? – Ajla seguía intentando moverse con todas sus fuerzas, pero no lo conseguía, lo que empezó a poner nerviosa a la chica, mientras que Blanca empezó a reír. – ¡Tú! ¡¿Qué es lo que me has hecho?!
–Ese es mi poder especial. – Dijo Blanca. – Evitar que la gente que tenga cerca pueda moverse. Solo quería que lo vieras.
Blanca permitió volver a moverse a Ajla. Esta volvió a mostrarse seria.
–¿Qué es lo que quieres?
–Verás, una chica mágica llamada Victoria ha decidido cambiar el Tratado de Mónaco para que dé a las chicas mágicas más libertad para actuar…
Ajla la interrumpió.
–Espera, ¿qué es el Tratado de Mónaco?
Esta vez Blanca sí que dejó de sonreír por la sorpresa.
–¿No sabes lo que es el Tratado de Mónaco? – Ajla negó con la cabeza. – ¿De dónde sales tú?
–Llevo actuando por mi cuenta desde que soy chica mágica. Ya te he dicho que eres la primera que veo a parte de mí, así que nadie me ha explicado nada.
–Ya veo… Bueno, resumiendo, es un tratado que firmaron algunas representantes de chicas mágicas y gobiernos después de la Primera Guerra Mundial, por el que las chicas mágicas nos tenemos que abstener de involucrarnos en temas políticos. Como esa descripción es tan ambigua, muchos gobiernos utilizan el tratado como excusa para impedirnos a las chicas mágicas actuar en ciertos asuntos y algunos aprovechan para dejar morir a ciertas personas o matarlas ellos directamente. Pues Victoria quiere cambiar el tratado, y para tener fuerza y legitimidad suficiente está reuniendo chicas mágicas que piensen lo mismo, pero no solo eso. Previendo una negativa más que segura por parte de los gobiernos, las chicas mágicas que está reuniendo tienen que estar listas para atacar las posiciones de los gobiernos de todos los países del mundo, así como de los ejércitos, para impedir que puedan atacarnos, destituir a todos los gobernantes, imponer un gobierno provisional formado por las chicas mágicas, cambiar el tratado para que respete los derechos humanos y luego convocar elecciones a todos los países del mundo, permitiendo presentarse solo a los políticos que respeten los derechos humanos.
–Eso es una estupidez. – Dijo Ajla. – La mayoría de la gente es idiota y sumamente influenciable. Si les dejas votar seguro que volverán a elegir a ladrones corruptos y mentirosos que les roben el dinero y les engañen. Si tomamos el control del mundo deberíamos mantener nosotras el poder, para poder garantizar de verdad los derechos de la gente. Si no es para hacer eso no cuentes conmigo.
Ajla dio media vuelta para irse de allí, pero entonces Blanca aumentó su sonrisa.
–Exacto.
Eso extrañó a Ajla que se volvió a girar.
–¿Eh?
–Pienso exactamente lo mismo que tú. – Dijo Blanca con un tono de voz más perturbador que antes y con una sonrisa con un aspecto más malévolo que el de antes. – Eso es lo que piensa Victoria, pero no he dicho que yo esté de acuerdo con eso.
–No entiendo… ¿Entonces por qué te has unido a ella?
–Para tomar el control desde dentro. Victoria me ha encargado a mí y a las pocas chicas mágicas que ha reunido hasta ahora que busquemos chicas mágicas para reclutarlas para llevar a cabo su plan. Pero en realidad voy a reclutar a chicas mágicas que piensen como tú y como yo, aunque no le diremos eso a Victoria. Ella creerá que está formando un ejército solo para tomar el control del mundo provisionalmente, cuando en realidad será para tomarlo permanentemente. Por eso necesitaba saber cuál era tu habilidad. Actualmente yo soy la número dos de Victoria, pero quiero que su número dos seas tú.
Eso sorprendió a Ajla.
–¿Yo?
–Así es. Ya has visto que mi habilidad es increíble, pero la tuya lo es aún más. Contigo como número dos de Victoria, y por lo tanto realmente como número uno, ya que las chicas mágicas que reclutemos harán lo que nosotros queremos, no lo que quiere Victoria, no tendremos ningún problema en derrotar a quien se interponga en nuestro camino. Yo misma te propondré como número dos, y cuando Victoria vea tu poder seguro que acepta. Diré que yo me dedicaré a seguir buscando chicas mágicas para poder llevar a cabo su plan… Cuando en realidad será el nuestro.
Tras unos segundos, Ajla sonrió.
–Me gusta. Hagámoslo.
–Bien, ven conmigo… ¿Ajla, habías dicho? – La susodicha asintió. – Tenemos que buscarte un nombre de chica mágica.
Eso extrañó a Ajla.
–¿Un nombre de chica mágica?
–Sí. ¿Qué te parece… Altair?
–¿Altair? ¿Eso no es una estrella?
–También. Pero lo propongo por un personaje de una serie de animación que se llama así, y al igual que tú, ella también es prácticamente invencible.
–Altair… – Repitió Ajla más para si misma que para Blanca, y sonrió. – Me gusta.
–Bien. Entonces, ¿vamos?
–Sí, pero antes, has dicho que necesito un nombre de chica mágica, por lo que intuyo que tú también tienes uno. ¿Cuál es el tuyo?
Blanca sonrió.
Presente (20 de enero de 2021)
Ajla estaba en Bir Tawil, terminando de preparar los últimos preparativos para el ataque, mientras recordaba cómo había llegado hasta aquí. Recordó también cómo después de unirse a Victoria se estrenó Madoka Magica, y como todas las chicas mágicas decían que había que verla. Aunque no tenía mucho interés al principio, la vio, alucinando al ver a Kyubey y cómo esa serie era prácticamente igual que su sueño, al menos la primera parte. Al salir Kyubey y que los personajes principales fueran prácticamente iguales que las chicas que salían en su sueño, con pequeñas diferencias, hizo que Ajla comprendiera que ese anime estaba basado en hechos reales, y que lo que pasó de verdad fue lo que vio en ese sueño, que eran los recuerdos de Akako, que al mismo tiempo eran los de toda la vida de Akari, desde que nació hasta que cambió la realidad por segunda vez, después de matar a Hiroshi, aunque no entendía por qué sus recuerdos fueron a parar a ella. Y también a raíz de la serie y viendo que ese sueño en realidad eran recuerdos reales descubrió que no podía alejarse de su Gema del Alma más de 100 metros o se desmayaría, y que si esta se rompía, moriría. Recordó cómo se molestó al enterarse de esto, pues Kyubey no se lo había dicho, y cómo seguía viva de milagro, pues varias veces habían estado a punto de romper su Gema del Alma. Y es más, nunca volvió a ver a Kyubey después de ese día.
Pero no servía de nada seguir pensando en eso. Era pasado, y había que pensar en el presente. En tomar el control del mundo para que fuera gobernado por las chicas mágicas para hacer de este un lugar mejor, matando a cualquier persona que hiciera o intentara hacer algo malo y pasando olímpicamente del Tratado de Mónaco, para impedir injusticias que los gobiernos les impedían evitar con la excusa de los "temas políticos".
Para ese momento ya todos los grupos estaban decididos, y el plan "oficial" estaba claro: Obligar a los gobernantes a dimitir o abdicar amenazándoles de matarlos si no lo hacían por parte de las que fuesen a las sedes de los gobiernos, y obligar a los ejércitos a abandonar las armas y rendirse bajo la misma amenaza por parte de las que fuesen a las posiciones de los ejércitos. Sin embargo, el plan real era otro: Matar a todos los gobernantes, sus guardaespaldas, sus asesores y jefes de gabinete y a los militares. Y también a las chicas mágicas que se habían unido por el plan de Victoria y no el de Ajla y Blanca. Y eso incluía a Kyouko. Con ya todo listo, Ajla se comunicó con ellas mentalmente para comunicarles que el ataque daba inicio. Ya estaban todas listas, y solo estaban esperando la orden de Ajla o de Victoria (las que creían que seguía viva).
Música: "Zeppelin – La casa de papel"
–Hola a todas. Finalmente ha llegado el día. El día en que vamos a derrocar a los ineptos políticos que nos impiden proteger y salvar a las persones que no les interesan bajo la excusa de que son temas políticos, así que vamos a repasar por última vez el plan, como ha encargado Victoria. – Mintió Ajla. – Todas tenéis un reloj de pulsera de la misma marca, para asegurarnos que todos avanzan a la misma velocidad. Vamos a utilizar todas el huso horario de UTC 0, así que aunque en Bir Tawil sean las 14:30, vuestros relojes deben marcar las 12:30. Si no lo hacen, cambiadlos ahora mismo. Cuando termine de hablar, todas vamos a salir a la zona que se ha asignado a cada grupo. Unos a posiciones de los ejércitos de los estados, y otros a las residencias oficiales de los gobernantes, excepto en Estados Unidos, donde ese grupo irá al Capitolio para impedir que Joe Biden tome posesión del cargo, a las 16:30 horas UTC 0. Debemos actuar en todo el mundo a la vez en esa hora, para que no tengan tiempo de reaccionar. Hemos creado una sección especial en la Red Mágica donde cada grupo debe indicar que ha finalizado con éxito su ataque. Cuando todos los grupos destinados a un mismo país hayan anunciado su éxito, podremos pasar a controlar ese país. Recordad llevar todas una máscara desde el mismo momento en que salgáis de aquí. Si los gobiernos os reconocen pueden amenazar de matar a gente que os importe, por lo que pondrían el peligro el plan, y no queremos que eso pase. Hoy nos jugamos el futuro del mundo. Depende de nosotras hacer del mundo un lugar mejor. Buena suerte a todas. ¡Hasta la victoria!
Algunas repitieron el grito, y las que no llevaban máscara se crearon una, antes de salir todas rápidamente de la base para dirigirse a la posición que se les había asignado, para esconderse hasta que fueran las 16:30 horas UTC 0 para atacar.
La mayoría de las chicas llevaban una máscara de Guy Fawkes (la misma que usa Anonymous) como Kyouko, pero también había chicas que habían optado por otras máscaras, como una máscara de Dalí, como en la serie La casa de papel, como era el caso de Blanca. Otras habían optado para usar mascaras venecianas, como había hecho Victoria, y algunas otras utilizaron una máscara de Jason Voorhees, de la saga de películas Viernes 13, aunque en menor medida, ya que pensaban que al utilizar esa máscara algunas personas las verían como las malas, aunque las que habían decidido usarla les importaba bien poco eso. También había muchas otras chicas que habían optado por usar otras máscaras, pero eran minoritarias. Las más usadas eran las mencionadas anteriormente.
En Japón eran casi las 10 de la noche. Yui ya estaba incluso en su cama, con los ojos cerrados y lista para dormir. Pero cuando le estaba entrando el sueño notó algo. Una energía mágica muy suave, pero que cada vez se hacía más fuerte. Alguna chica mágica se acercaba… O más de una. Pero cuando debían a estar a unos 100 quilómetros la energía empezó a disminuir, señal de que se alejaban. Aquello extrañó a Yui. Al estar tan lejos no podía percibir con detalle la dirección exacta de la energía, pero empezó a pensar. Era prácticamente imposible que vinieran del este, ya que había el océano Pacífico, por lo que tendrían que haber venido del oeste. No tenía sentido que hubieran venido y hubieran dado media vuelta, por lo que tenían que haber continuado, y si venían del oeste tendrían que haber continuado hacia el este. ¿Qué había al este de Takaoka? Entre muchas otras ciudades, Tokyo, la capital, donde residían el emperador y el primer ministro. Lo primero que le vino a la mente a Yui fue el plan de Victoria de tomar el control del mundo (ella aún creía que el plan era de Victoria). Pero, ¿tan pronto? En la ONU había dicho que daría 6 meses de margen, y no habían pasado ni 2. De pronto cayó en algo. Hoy era 20 de enero, el día en que Joe Biden tenía que tomar el relevo de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Si atacaban ahora dejaban la primera potencia mundial en un vacío de poder, el día perfecto para atacar. Yui entonces comprendió que el ataque de Victoria seria hoy. Y asumiendo que iban a atacar en el mismo momento de la toma de posesión de Biden, faltaba muy poco para eso.
–Mierda… ¡Mierda, mierda!
Yui se transformó en chica mágica y fue directa a casa de Himawari. Sin Akari y con Kyouko y Sakurako en el otro bando, ella era la única con quien podía contar.
Tokyo
16:29 y 56 segundos. 57. 58. 59… 16:30.
Había llegado la hora. El grupo destinado a la residencia del primer ministro, formado por 6 chicas mágicas, atacó. Salieron de la azotea de un edificio de al lado, donde estaban escondidas, y entraron a la residencia del primer ministro rompiendo los cristales, sorprendiendo al primer ministro y a sus guardaespaldas. Normalmente, a esa hora el primer ministro ya estaría durmiendo, pero hoy estaba viendo en directo la toma de posesión de Biden. Los guardaespaldas no perdieron tiempo y dos de ellos sacaron sus pistolas y empezaron a disparar a las chicas mágicas, mientras otros dos cogieron al primer ministro para llevárselo de allí, pero las chicas ya contaban con eso, por lo que, mientras dos de ellas formaron escudos de energía para detener las balas, otras dos lanzaron unos ataques para desarmar a los dos guardaespaldas que las atacaban, mientras las otras dos atacaron a la puerta de salida, impidiendo salir al primer ministro y a los otros guardaespaldas, a los cuales les hicieron caer las pistolas que llevaban lanzándoles ataques de energía en las manos. Ya con todos desarmados, Kyouko extendió su brazo apuntando al primer ministro.
–¡Rendíos! – Gritó, esperando que con eso fuera suficiente y no tuviera que matarlo.
–¡E-Está bien, me rindo! – Dijo el primer ministro levantando las manos. – Por favor, no nos hagáis daño.
Aquello había sido más fácil de lo que esperaba.
–Bien. Ahora va a venir con noso…
Antes de que pudiera terminar la frase, alguien le disparó a la cabeza al primer ministro, matándolo, petrificando a Kyouko. Antes de que se pudiera recuperar del shock, empezaron a disparar también a los guardaespaldas, desconcertando y asustando a Kyouko y a otras 3 chicas mágicas. Kyouko, enfadada, se gira hacia sus compañeras.
–¡¿Por qué habéis hecho esto?! ¡Se habían rendido!
Pero justo al terminar la frase, una de las chicas mágicas que había matado a los guardaespaldas dispara a otra chica mágica en la Gema del Alma, matándola, desconcertando y asustando aún más a Kyouko. Otra chica mágica intenta contraatacar, lanzándose contra la que había disparado, pero esta consigue esquivarla, la hace tropezar y le dispara rompiendo su Gema del Alma. Kyouko no entendía lo que pasaba, pero sí que entendía algo; era ella o ellas. Sabiendo solo eso, Kyouko se lanzó contra esa chica. Esta le disparó, pero Kyouko paró los disparos con un escudo de energía, y luego creó un martillo gigante como el de Mirakurun y la golpeó, lanzándola varios metros bien lejos. Kyouko se lanzó hacia ella para matarla, mientras otra chica mágica se lanzó contra la otra, pero cuando estaban a punto de alcanzarlas, las dos se quedaron inmovilizadas.
–¿Eh? – Kyouko intentó moverse, pero no podía. – ¿Qué… ¿Qué pasa?
Kyouko entonces oyó una risita.
–Da igual lo que hagáis, no os podréis mover.
–¿Por… ¿Por qué hacéis esto? – Preguntó Kyouko alterada.
–¿De verdad creías que el plan real era tomar el control del mundo sin matar a nadie? – Dijo la chica mágica, acercándose lentamente a Kyouko, y quitándose la máscara de Dalí que llevaba, revelando a Blanca con una sonrisa en su rostro. – El plan real es matarlos a todos. Y también a las chicas mágicas que no están de acuerdo con eso.
Kyouko apretó sus dientes de rabia.
–Blanca…
–Sí, ese es mi nombre real. – Dijo sin dejar de acercarse a Kyouko. – ¿Pero sabes cuál es mi nombre de chica mágica? – Finalmente se plantó delante de Kyouko y le quitó la máscara, disfrutando al ver la cara de rabia de Kyouko. – Medusa. – Kyouko se mostró aún más enfadada, haciendo que Blanca aumentara su sonrisa. – En fin, Kyouko, y… – Miró a la otra chica mágica inmovilizada. – Tú ni siquiera sé cómo te llamas. Vais a morir. – Mientras, la otra chica mágica, que Kyouko había golpeado, se curó sus heridas y se levantó, acercándose a la otra chica mágica. – En fin. Kyouko, chica sin nombre…
–¡Tengo nombre! – Replicó la chica. – ¡Me llamo…
–Como si me importara. – La cortó Banca. – A lo que iba. ¿Cómo se dice en japonés? Ah, sí. Sayonara.
Kyouko se mostró aún más enfadada, lo cual no hizo más que aumentar la sonrisa de Blanca. Esta iba a matar a Kyouko, pero entonces aparece de golpe una brillante luz, cegando a Blanca y a la chica mágica que está con ella, y aparecen cuatro chicas mágicas enmascaradas, viniendo dos de una dirección y dos de otra. Una de ellas golpea a Blanca y la otra a la otra chica mágica, lanzándolas lejos, aunque no les hacen mucho daño porque se defienden. Mientras, las otras dos chicas mágicas que habían venido del otro lado, una toma a Kyouko y la otra a la otra chica mágica, y se van de allí corriendo, yendo después detrás de ellas las otras dos chicas mágicas. Blanca y la otra chica mágica se curan los ojos y las heridas, y se levantan molestas, sobre todo Blanca, ya que se le habían escapado, pero se intenta calmar y decide seguir con el plan. Ya se encargaría de ellas luego.
Mientras, las dos chicas mágicas que habían cogido a Kyouko y a la otra chica se las habían llevado fuera de la ciudad, en medio de las montañas. Una vez llegaron allí, las soltaron, y una de ellas se quitó la máscara, revelando a Yui, claramente enfadada, sorprendiendo a Kyouko.
–¡¿Yui?!
–¡Idiota! – Gritó Yui, acercándose a Kyouko. – ¡¿Esto es lo que querías, eh?!
–N… Y-Yo no…
Yui iba a golpearla, pero la otra chica mágica se pudo en medio.
–¡Por favor, Funami-senpai, cálmate!
–¿Funami-senpai? Entonces tú eres…
–Sí, – Dijo Himawari quitándose la máscara. – soy yo.
Yui seguía mirando a Kyouko con enfado.
–Yo… No sabía que el plan real era matarlos… Me engañaron… Pensaba que solo los sacaríamos del poder sin tener que matarlos… Te lo juro…
Estas palabras no parecieron calmar a Yui.
–Por favor, calmaos. – Dijo una de las otras dos chicas mágicas que habían ido, que acaban de llegar allí.
Por la máscara no podían reconocer bien la voz, aunque les resultaba bastante familiar.
–Ya no sirve de nada discutir sobre eso. Lo que debemos hacer ahora es encontrar una forma de arreglar todo esto.
–Gracias por ayudarnos, de verdad. – Dijo la otra chica mágica que estaba con Kyouko, que se quitó la máscara, revelando a una chica de pelo castaño oscuro, similar a Hanako, pero solo un poco más largo que el de Akari, con los ojos de color azul oscuro. – Nos habéis salvado la vida. Muchas gracias. – Dijo haciendo una reverencia.
–Sí… Gracias. – Dijo también Kyouko.
También Himawari les agradeció.
–Gracias por ayudarnos. No habríamos podido salvarlas sin vosotras. Pero… ¿Quiénes sois?
–Vosotras ya me conocéis, pero me presentaré ante ella, que no me conoce. – Dijo una de ellas, extrañando a Kyouko, Yui y Himawari.
La chica se quitó la máscara, sorprendiendo a las dos últimas.
–¡¿Akari?!
–¡¿Akaza-san?!
–¡¿Pero tú habías ido a detener a Victoria?!
–¡¿Qué?! – Exclamó Kyouko sorprendida.
–Enseguida os lo explicaré todo, pero antes dejadme presentarme a ella y que presente a quien está a mi lado. Yo soy Akaza Akari. Y… – Dijo mirando a la otra chica.
Esta se quitó la máscara, y todas se quedaron flipando al ver quién era. Pero Yui no. Yui no estaba sorprendida, estaba aterrada.
–T… Tú… – Balbuceó.
–Yo soy Kagome Hiroshi.
MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA
CIVIL WAR
