Este capítulo es excesivamente largo, ocupando la extensión de 6 capítulos normales. Es tan exageradamente largo que lo he dividido en varias partes, y no lo he terminado aún, ya que es como si hubiera tenido que escribir 6 capítulos. Al no estar terminado, no voy a subir todas las partes hoy, pero tampoco voy a subir una por semana. Voy a estar subiendo una parte cada tres o cuatro días, por lo que, si queréis, podéis esperar a que esté completo para leerlo todo seguido, teniendo en cuenta que es el mismo capítulo, aunque lo suba en varias partes. De la misma forma, también podéis esperaros a comentar al final de todas las partes, si queréis, o comentar en cada parte qué os ha parecido cada uno, como queráis. Bueno, sin más dilación, os dejo con el capítulo.


Akari y Hiroshi salieron del bar donde habían merendado. Ya era hora de volver cada uno a su casa, así que se despidieron.

–En fin, nos vemos dentro de tres días. – Dijo Akari.

–Sí. – Akari dio media vuelta dispuesta a irse, pero justo en ese momento, Hiroshi la llamó. – ¡Espera!

Akari, extrañada, se dio la vuela.

–¿Sí?

–Esto… Akari… – Hiroshi dudó un poco en sus palabras. – ¿Te… ¿Te gustaría… Salir conmigo?

Akari lo miró extrañada.

–¿Qué dices? ¿No llevamos saliendo ya unos cuantos meses?

–N-No me refiero como amigos. Me refiero… E-En plan cita.

–¿Cita? – Akari se sonrojó un poco. – ¿Qu-Quieres decir…

–T-Tú me gustas, Akari. – Se atrevió a decir finalmente Hiroshi.

Esto hizo que el sonrojo de Akari se incrementara considerablemente.

–E-Eres muy guapa. Y muy simpática. Desde que quedamos juntos por primera vez, que conectamos muy rápidamente. Me lo paso muy bien contigo. Me gusta mucho tu carácter alegre y optimista. Po-Por eso… Qui-Quiero estar contigo, Akari.

Hiroshi estaba sonrojado mientras decía esto, pero Akari lo estaba mucho más. Akari y Hiroshi estaban uno delante del otro, mirándose directamente a los ojos, sin decir nada.

–E… Esto… – Empezó a decir finalmente Akari. – No… No sé qué decir…

–Solo… Di lo que sientes, que yo también te gusto. Si es que es así, que espero que lo sea…

Akari era incapaz de decir nada. Aquello la tomó completamente por sorpresa. Finalmente, tras unos segundos, dio un paso atrás.

–Lo-Lo siento…

–¿Eh?

Dicho esto, Akari dio media vuelta y empezó a correr, dejando sorprendido a Hiroshi, que estiró su brazo como si con esto pudiera alcanzarla.

–¡A-Akari!

Superada la sorpresa inicial, Hiroshi bajó su brazo, y apretó sus puños y dientes de rabia.

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

·

Aquella noche de verano

–¡¿Qué?! ¡¿Te ha rechazado?! – Exclamaron sorprendidos Masaki y Mitsuru.

–Sí, eso he dicho. – Dijo Hiroshi molesto y dejándose caer en su cama.

–Pero… No lo entiendo. – Dijo confundido Mitsuru. – Se supone que tras todo el tiempo que habéis estado saliendo ya debería empezar a sentir algo por ti.

–Sí, eso se suponía. – Hiroshi seguía estirado en la cama, molesto. – No lo entiendo, ¿es que acaso no soy guapo?

Masaki rápidamente habló.

–¡C-Claro que lo eres! Si yo fuera una chica no dudaría en salir contigo.

Hiroshi y Mitsuru miraron a Masaki con cara de WTF, y este se quedó parado tras darse cuenta de lo que acababa de decir.

–Fingiré no haber oído eso. – Dijo Hiroshi.

–Sí, mejor. – Dijo el propio Masaki.

Hiroshi suspiró.

–No puedo entenderlo. ¡Le salvé la maldita vida! Si no llega a ser por mí estaría muerta.

–Qué ironía, porque tú pretendes hacer eso mismo. – Dijo Mitsuru.

–Sí, sí que es algo irónico, la verdad. – Reconoció Hiroshi. – Pero la necesitamos con vida. No podía permitir que le pasara nada malo. – Tras una pequeña pausa, siguió. – De verdad, no lo entiendo, ¿por qué me ha rechazado?

–Eso supone un inconveniente. – Dijo Kyubey, apareciendo en escena encima de una de las repisas de las ventanas. – Si Akaza Akari no se enamora de ti todo el plan se irá al traste.

–Gracias, capitán obvio. – Hiroshi se levantó de la cama. – En fin, primero tendríamos que saber qué es lo que he hecho mal para saber cómo arreglarlo.

–Pero, ¿es que acaso has hecho algo mal? – Preguntó Mitsuru. – ¿Y si el problema es ella?

–No creo que ese sea el problema. – Dijo Kyubey.

–¿Y qué sabrás tú? – Dijo Hiroshi. – Tú no tienes ni idea de las emociones humanas.

–Tienes razón, no tengo ni idea de esto, pero llevo mucho tiempo observando los humanos, y por lo que he podido ver en todo este tiempo, la mayoría de chicos esperan más tiempo antes de declararse a la chica que les gusta. Tú has esperado muy poco. Además, tampoco es que hayas hecho tantas cosas con ella como para que te vea como más que a un amigo. Como has dicho, no tengo ni idea de por qué es así, pero en casi todas las parejas que han funcionado que he observado el chico ha esperado más tiempo antes de declararse a la chica, y han hecho más cosas juntos antes de declarársele de las que habéis hecho tú y Akari.

Hiroshi estaba molesto. Tras unos segundos, Mitsuru habló.

–A lo mejor sí que has ido un poco demasiado rápido.

Hiroshi rebufó.

–Menuda mierda. Yo que pensaba que ya quedaba menos tiempo para fingir…

–Pues ahora deberá ser mucho más. – Habló Kyubey. – En todo este tiempo he visto casos así, de chicas que primero rechazan un chico y más adelante cambian de opinión, pero al rechazarlos por primera vez la confianza de la chica en el chico baja mucho, y para volver a recuperarla para que la chica finalmente acepte al chicho casi siempre pasan varios meses. Más de los que tenías pensado en un principio.

Hiroshi rebufó de nuevo.

–Pues venga, a seguir fingiendo más tiempo… Qué asco.


Apartamento de Yui

–¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!? – Exclamaron todas. – ¿¡Se te ha declarado!?

Akari, algo sonrojada, asintió.

–¿¡Qué le has respondido!? – Preguntó Himawari.

–¡Supongo que le has dicho que no, ¿verdad?! – Exclamó Kyouko sumamente seria.

–En realidad… No le he respondido.

–¿Eh?

–Solo he dicho que lo siento y he salido corriendo.

A las demás chicas les salió una gota en la cabeza.

–Por qué no me extraña viniendo de ti… – Dijo Yui, aunque las demás estaban pensando lo mismo.

–¡Aaaaah, soy un desastre! – Se lamentó Akari tapándose la cara con las manos. – ¿Cómo voy a poder volver a mirarle a la cara?

–Tranquila, Akari. – Dijo Kyouko. – Yo creo que has hecho bien en no decirle que sí.

–Pero… Salir corriendo así…

–¿Por qué te caen tan mal, Kyouko? – Preguntó Yui.

–Te recuerdo que ni él ni los otros dos nos dijeron por qué tardaron 7 meses en actuar desde que se convirtieron es chicos mágicos. ¿Por qué no nos quieren contar lo que hicieron en todo ese tiempo?

Sakurako asintió.

–Sí, eso es bastante sospechoso. ¿Por qué nos lo iban a ocultar si no fuese nada malo?

–¡Tú sí que me entiendes, Saku-chan!

Yui se mostró algo pensativa.

–Sí, es verdad que esto es algo sospechoso…

–¡¿Verdad que sí?! – Exclamó Kyouko.

–Pero… ¿Entonces qué hacemos? – Preguntó Akari.

Las chicas se pusieron a pensar, hasta que Kyouko habló.

–Tenemos que descubrir qué es lo que hicieron durante esos 7 meses que no actuaron.

–¿Y cómo piensas hacer eso? – Preguntó Yui. – No quieren decírnoslo.

–No hace falta que hablen. – Respondió Kyouko con una sonrisa.

Las chicas tardaron un rato en entender lo que quiso decir Kyouko, pero cuando lo hicieron, se sorprendieron.

–Kyouko, no estarás pensando en leerles la mente, ¿verdad?

–Exacto.

–No puedes hacer eso, Kyouko.

–Y por qué no, ¿eh?

–¡Es una violación de su intimidad! No puedes solo ir y leerles la mente porque no quieren decirte algo. Imagínate si todo el mundo usara la magia para esto.

–¡Pero esto es para averiguar qué estuvieron haciendo durante los siete meses desde que hicieron el contrato hasta que aparecieron! Seguro que es algo malo.

–¿Y si no lo es?

–Créeme, lo es.

–¿Cómo puedes estar tan segura?

–De alguna forma lo sé. Es como si pudiera percibirlo…

–Percibirlo… – Dijo Yui escéptica. – Como cuando predices robos y atracos, ¿verdad?

Kyouko abrió los ojos enormemente al darse cuenta de esto.

–Claro, eso es… – Yui no entendía. – ¡Yui, es exactamente eso! – Exclamó Kyouko muy seria.

–¿El qué?

–¡Lo que has dicho! Mi poder no es percibir crímenes, sino percibir cosas que me sean de importancia. No es que no me fíe de esos chicos, ¡es que percibo algo malo en ellos, como cuando percibo crímenes! ¡Es lo mismo! ¡Por eso no confío en ellos, ahora lo entiendo!

Las demás chicas no sabían muy bien qué decir. Himawari fue la primera en hablar.

–Toshino-senpai, ¿estás segura de esto?

–¡Totalmente! – Respondió Kyouko igual de seria. – Es por mi poder el por qué no me fío de ellos. Percibo que no debemos hacerlo.

Las chicas seguían sin saber qué decir. Akari miró a Yui.

–Yui-chan, ¿es posible?

Yui dudó unos segundos.

–Podría ser…

–Lo es, Yui. – Dijo Kyouko mirándola.

Yui vio en los ojos de Kyouko una determinación como casi nunca habías visto antes. Estaba totalmente segura de lo que decía.

–Yo creo en Toshino-senpai. – Dijo Sakurako. – Eso que ha dicho tiene mucho sentido.

Yui volvió a mirar a Kyouko.

–Vale, vamos a suponer que es verdad, que esos chicos son mala gente. ¿Cómo pretendes leerles la mente? ¿Crees que se dejarán? ¿Qué dirás? "Hola, perdonad, pero es que no me fío de vosotros. ¿Me dejáis que os lea la mente?"

–Claro que no. Hay que encontrar una forma de hacer que aunque opongan resistencia sea inútil. Por ejemplo atándolos con una cadena. Y alejando su Gema del Alma para que no puedan convertirse en chicos mágicos para romper la cadena.

–¿Y cómo pretender hacer eso?

–Habría que cogerles con la guardia baja, por ejemplo cuando durmieran.

–No sabemos dónde viven, y no podemos seguirlos, nos detectarían y el plan fracasaría.

–Entonces hay que encontrar una forma de que quieran dormir con alguna de nosotras.

Yui puso cara de WTF.

–¿Y quién de ellos crees que va a querer dormir con alguna de nosotras?

De pronto, Yui se sorprendió por lo que acababa de decir, al igual que las demás, pues todas tuvieron la misma idea, y todas miraron a Akari.

–¿Eh? ¡¿Eh?! ¡¿EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEH?!


Dos días después, en el parque donde habían quedado, estaban esperando Hiroshi, Mitsuru y Masaki, con ropa ordinaria, cuando llegaron Yui, Kyouko, Himawari y Sakurako. Hiroshi vio como un mal presentimiento que no estuviera Akari.

–Buenas. – Dijo Yui.

–Buenas. – Respondió de igual forma Mitsuru.

–Hoy nos tocaba a Kyouko y a mí contigo y a Furutani-san y a Ohmuro-san con Masaki, ¿verdad?

Mitsuru asintió.

–¿Dónde está Akari? – Preguntó Hiroshi algo preocupado.

–Nos dijo que quedaría directamente contigo delante del Uniqlo. No nos dijo por qué. – Mintió Yui.

Eso extrañó a Hiroshi, pero no vio por qué debería mentir.

–Ya veo, entonces voy para allí. Nos vemos. – Dijo el chico despidiéndose.

De camino hacia la tienda, Hiroshi no dejaba de pensar en cómo debería actuar con Akari. Su plan era que Akari le dijera que sí, ahora que se había ido corriendo sin decir nada Hiroshi no sabía qué debía hacer ni decir. Decidió que primero debería disculparse, y a partir de aquí se centraría en intentar recuperar su confianza, y no volver a declarársele hasta que fueran mucho más cercanos que lo que eran hace tres días, aunque para eso tuviera que estar fingiendo durante muchos meses más…

Finalmente, el chico llegó a donde estaba Akari. Delante del Uniqlo, al lado de un árbol estaba Akari. Cuando esta vio al chico, se puso algo nerviosa, al igual que él, y a medida que este se acercaba se fue poniendo cada vez más nerviosa. Finalmente, Hiroshi se detuvo delante de ella.

–Akari… Lo sien…

–¡Lo siento mucho! – Exclamó Akari haciendo una reverencia, sorprendiendo a Hiroshi, pues era él quien iba a disculparse. – Siento… Haberme ido corriendo el otro día. Es que… Me pilló por sorpresa. No me esperaba queme dijeras eso. Pero… Aun así, salir corriendo estuvo mal. No debería haberlo hecho, lo siento.

Hiroshi fingió amabilidad.

–Tranquila, no pasa nada, creo que fui demasiado rápido. Es que… Eres tan linda que pensaba que si no me daba prisa alguien más se te declararía antes, y para nada quería eso. Eso si no se te había declarado alguien ya. – Mintió Hiroshi. No solo no encontraba linda a Akari, sino que sabía perfectamente que no tenía pareja. Sin embargo, Akari se sonrojó por lo que dijo el chico. – ¿Y… Bien? ¿Has pensado… Sobre lo que te dije?

Akari, aún avergonzada, contestó.

–La verdad… Es que nunca había pensado en tener una relación contigo de esa forma… Me lo paso muy bien contigo y me divierto mucho, pero no había pensado en eso. – Hiroshi ya estaba empezando a asustarse, pues pensaba que todo su plan se iría a la mierda (aunque de ser así solo tendría que pasar al Plan B, aunque eso era el último recurso) sin embargo, Akari continuó. – Sin embargo, eso no significa que nunca te llegue a ver de esa forma. – Ante el silencio de Hiroshi, Akari continuó. – Necesito más tiempo para pensarlo, ir a más sitios, conocerte mejor… Y… Puede que entonces llegue a sentir eso por ti…

Akari estaba completamente roja mientras decía esto. Aunque todo fuera parte del plan de Kyouko, el simple hecho de decir esas cosas la avergonzaba.

–E-Entonces… – Dijo Hiroshi intentando sonreír. – S-Seguimos quedando como hemos estado haciendo hasta ahora, ¿verdad?

Akari asintió.

–S-Sí… Vamos… A seguir haciendo lo mismo que hasta ahora.

Los dos se quedaron mirando a los ojos durante unos segundos, causando un silencio bastante incómodo y que los dos se sonrojaran más de lo que ya estaban, terminando por apartar los dos la mirada.

–¿Q-Qu-Qué tal si vamos a la sala de juegos del centro comercial? – Dijo el chico con una sonrisa increíblemente forzada.

–¡B-Buena idea! – Respondió Akari de la misma forma.


Aunque los dos estaban algo nerviosos y avergonzados, a medida que iba pasando el tiempo se fueron dejando llevar, consiguiendo calmarse. Akari y Hiroshi siguieron quedando durante unas cuantas semanas más. Aunque ambos tenían un plan para engañar al otro, a veces se lo pasaban tan bien que se olvidaban de ello. Incluso Hiroshi, que no renunciaba su objetivo real y no le gustaba nada Akari, tenía que reconocer que a veces se lo pasaba muy bien con ella.

Tras algo más de un mes, la confianza entre los dos ya estaba bastante recuperada, por lo que Akari podía pasar a la siguiente fase del plan. Un sábado, después de salir de una cafetería en donde habían merendado, Hiroshi se despidió de Akari.

–En fin, hasta mañana.

–Mañana no creo que podamos quedar. – Dijo Akari. – Me han puesto muchos deberes. Aún como he tenido tiempo de quedar hoy.

–Vaya, no lo sabía. – Dijo el chico. –Me lo hubieras dicho, no hacía falta que quedáramos si estabas ocupada.

–No, quería quedar contigo. Me gusta cuando hacemos cosas juntos. – Ese comentario hizo sonrojar a Hiroshi, y también a la propia Akari.

–Bu-Bueno… Entonces nos vemos la semana que viene.

Akari asintió. Hiroshi dio media vuelta para irse, pero entonces Akari lo llamó.

–¡U-Un momento! – El chico se giró. – Acaba de ocurrírseme algo. – Mintió Akari, pues en realidad eso ya lo tenía planeado desde hacía días. – ¿Por qué no vienes a mi casa y me ayudas con los deberes? – Hiroshi se sorprendió ante esa propuesta. – Mi hermana no estará mañana, y todas mis amigas ya tienen planes. Se me hará muy aburrido si estoy yo sola… Contigo… Tal vez me anima a terminarlos antes.

El chico estaba con la boca abierta. ¿Qué significaba aquello? ¿Tal vez Akari estaba empezando a sentir algo por él? Sabía que Akari era bastante afectuosa, por lo que eso podría ser algo normal para ella, sin embargo, Hiroshi no podía evitar pensar que aquello era un paso adelante.

–¿Hi-Hiroshi-kun? – Dijo Akari al ver que el chico no contestaba. – ¿Es que no quieres?

–¡C-Claro que quiero! – Dijo apuradamente el chico, sonando desesperado, por lo que pronto matizó sus palabras. – Di-Digo… S-Sí… Me encantaría.

–Perfecto. Entonces… Nos vemos mañana por la tarde, ¿sí?

Hiroshi asintió.

–Sí…

Akari le dedicó una sonrisa y se fue de allí. Aunque a Hiroshi no le gustaba Akari, aquello le puso bastante nervioso. Pero no la sonrisa de Akari, sino lo de antes. De hecho, fue gracias a la sonrisa que le dedicó Akari que consiguió calmarse un poco, pues Hiroshi no soportaba verla sonreír. Odiaba verla feliz. La rabia que le provocó verla sonreír contrarrestó el nerviosismo que sentía por lo que había pasado antes.

Al día siguiente

Akari abrió la puerta cuando llamaron al timbre. Como esperaba, era Hiroshi.

–Buenos días. – Dijo la chica.

–Buenos días. Bueno, más bien buenas tardes. – Dijo Hiroshi sonriendo, causando que Akari soltara unas risitas.

–Sí, tienes razón, buenas tardes. Adelante, pasa. – Dijo haciéndose a un lado para dejar pasar a Hiroshi.

–Con permiso.

Akari cerró la puerta tras el chico.

–¿Vamos a mi habitación?

El chico asintió y siguió a Akari hasta su habitación.

–Adelante. – Dijo Akari abriendo la puerta de su habitación.

–Vaya, qué grande y ordenada.

–Je je, gracias. Bueno, ¿empezamos? – Dijo Akari, que se sentó en un lado de la mesita que había en el suelo.

Hiroshi asintió y se sentó en el otro lado. Akari cogió los libros y las libretas que había a un lado y los puso en medio de la mesa. No pasó mucho rato antes de que vieran que era más cómodo y práctico estar uno al lado del otro en vez de uno a cada lado, así que se cambiaron de lugar. Tres horas más tarde, aún no habían terminado. Akari fue a buscar algo para merendar, para tomar un descanso. Con Akari fuera de la habitación, Hiroshi se estiró en el suelo.

¿Pero a qué mierda de escuela va? ¿Cómo es que les ponen tantos deberes? – Pensó Hiroshi, que estaba arrepintiéndose de haber aceptado quedar con Akari. El chico suspiró. – Todo sea por poder controlar el mundo…

Sin embargo, lo que Hiroshi no sabía es que más de la mitad de los problemas que habían estado haciendo no eran deberes de verdad, sino otros ejercicios que estaban haciendo solo para ganar tiempo para poder llevar a cabo el plan.

Los dos adolescentes estuvieron resolviendo problemas durante más de dos horas más, terminando los dos exhaustos.

–Por fin hemos terminado… – Dijo Akari agotada.

–¡Por fin! – Exclamó Hiroshi tirándose en el suelo. – ¡No lo soportaba más! ¡Estaba por pegarme un tiro!

A Akari le salió una gota de sudor.

–No exageres…

Hiroshi suspiró mientras se levantaba y estiraba un poco los brazos.

–Bueno, al menos ya ha terminado esta pesadilla.

–Sí…

–Bueno, – Dijo el chico levantándose. – debería irme ya.

–¿Te vas? – Preguntó Akari, extrañando a Hiroshi. – Ya es muy tarde, mira a fuera. – Dijo, mostrando que estaba empezando a anochecer. – ¿Por qué no te quedas a dormir aquí?

Hiroshi quedó completamente descolocado ante esa propuesta. Se quedó tan impactado que no pudo decir nada, y cuando recuperó el habla solo pudo decir:

–¿Eh?

–Ya es oscuro. Por mucho que seas un chico mágico volver a casa tan tarde y solo es deprimente. Quédate aquí. – Hiroshi solo pudo parpadear como reacción. – ¿Hiroshi-kun?

–Ah… ¡A-Ah, s-sí, sí! ¡T-Tienes razón! E-Es muy tarde… Sí, mejor me quedo aquí, gracias.

Akari se levantó.

–Voy a ver qué hay en la nevera y empezaré a preparar la cena, ¿de acuerdo? – Dijo, saliendo de la habitación.

–Sí…

Una vez Hiroshi se quedó solo en la habitación de Akari, aún no había asimilado del todo lo que acababa de pasar.

¿Me acaba de decir… Que me quede a dormir en su casa? ¿Y se supone que yo iba rápido? Incluso si ella es tan inocente, esto me parece exagerado. – Tras unos segundos se calmó. – Bueno, mejor. Eso significa que aún tengo una oportunidad. – Dijo saliendo de la habitación.


Después de cenar, Akari se puso el pijama en su habitación, y Hiroshi se creó uno con magia en el baño. Cuando entró de nuevo en la habitación de Akari, esta estaba poniendo un futón en el suelo que había sacado del armario. Ya con Hiroshi en el futón, Akari fue hacia el interruptor.

–Voy a apagar la luz, ¿de acuerdo?

Hiroshi asintió. Akari apagó la luz y se metió en su cama.

–Buenas noches, Hiroshi-kun.

–Buenas noches, Akari.

Una vez en su cama, a Akari el corazón le latía muy rápido. No por tener a un chico en su habitación, sino por lo que estaba a punto de hacer. Creía que tendría que esforzarse más para no quedarse dormida, pero estaba tan nerviosa que aunque hubiera querido no hubiera podido. Ahora solo quedaba esperar un tiempo prudencial. La espera se le hizo eterna a Akari. Aunque solo pasó poco más de media hora, a ella le parecieron varias horas. Finalmente susurró:

–Hiroshi-kun, ¿estás despierto? – El chico no contestó. – Hiroshi-kun. – Dijo un poco más fuerte. Akari se levantó de la cama y se acercó al futón del chico, donde volvió a hablar un poco más fuerte que antes. – Hiroshi-kun, ¿me oyes? Tengo que decirte algo importante.

No hubo respuesta. Comprobado, Hiroshi estaba durmiendo. Había llegado la hora. Akari se comunicó mentalmente con Yui, Kyouko, Sakurako y Himawari, que estaban fuera esperando.

Chicas, Hiroshi-kun está durmiendo. Ya podemos actuar.

Akari abrió sigilosamente la ventana de su habitación, y las chicas, transformadas en chicas mágicas, saltaron a la habitación de Akari a través de la ventana, aterrizando sigilosamente para no despertar al chico. Akari levantó suavemente la sábana que cubría a Hiroshi para poder quitarle la Gema del Alma, que en ese momento tenía transformada en anillo para poder llevarla más fácilmente, igual que Akari. Cuidadosamente le cogió la mano al chico y le quitó la Gema del Alma, la puso en su mesita de noche y Yui creó un campo de aislamiento (o lo que pudo que se le pareciera, pues nunca había creado uno y no sabía cómo hacerlo) alrededor de ella.

–Bien, – Dijo Kyouko. – vamos allá.

Kyouko entonces utilizó la magia para crear unas cadenas que ataron a Hiroshi por las muñecas y los tobillos, despertando de golpe al chico, confundido al ver que estaba atado. Con la magia, Kyouko levantó las cadenas, quedando el chico en posición vertical, pero suspendido en el aire atado por las cadenas. Sakurako encendió la luz, cegando por un momento al chico. Cuando pudo volver a ver bien, se quedó descolocado al ver allí al Holy Quintet al completo, y más aún al comprender que estaba atado.

–¿Eh? ¡¿Eh?! ¡¿Qu-Qué es esto?! ¡¿Qué pasa aquí?!

Kyouko lo miró seriamente.

–Vas a decirnos qué es lo que hicisteis durante esos siete meses desde que hicisteis el contrato con Kyubey hasta que actuasteis. Por las buenas o por las malas.

Hiroshi no sabía qué decir.

–No me lo puedo creer… ¿En serio… ¡Estás haciendo esto solo porque no te hemos contado eso?! – Hiroshi miró a Akari. – ¿Y tú… Lo sabías? – Akari no dijo nada. – ¡¿Y estuviste de acuerdo?! ¡¿Cómo lo permitiste?!

–Deja en paz a Akari. – Dijo Kyouko antes de que Akari dijera nada. – Ahora, dinos qué es lo que hicisteis durante esos siete meses o lo leeré directamente de tu mente.

El chico volvió a mirar a Akari.

–Akari, ¿en serio… Vas a permitir esto?

La chica bajó la mirada.

–Ya he tenido suficiente. – Dijo Kyouko.

La rubia se acercó a Hiroshi y le puso las manos a ambos lados de la cabeza para leerle la mente. Hiroshi se resistió tanto como pudo, pero al estar Kyouko transformada en chica mágica y él no estarlo la resistencia fue inútil y Kyouko pudo leerle la mente muy fácilmente. Cuando terminó, Kyouko retrocedió un par de pasos, asustada e impactada, lo cual se podía notar en su rostro, con los ojos como platos y tapándose la boca con ambas manos. Por su parte, Hiroshi, agotado por resistirse inútilmente a la magia de Kyouko, dejó caer su cabeza, con la sombra de su pelo tapándole los ojos.

–¿K-Kyouko? – Dijo Yui. – ¿Qué has visto?

Kyouko tardó unos segundos en contestar. Estaba demasiado impactada. Solo respiraba agitadamente. Eso empezó a preocupar a las demás.

–¿Toshino-senpai? – Preguntó Himawari.

–Sabía… Que escondían algo malo… Pero esto… – Kyouko, aún con el miedo en su rostro, levantó la mirada para ver al chico. – Este tío es un monstruo.

Eso sorprendió a todas. Akari fue la primera en hablar.

–¿Qu… ¿Qué ha querido decir con eso? – Preguntó dirigiéndose a Hiroshi.

El chico no dijo nada. Esta vez fue Sakurako quien habló.

–Habla de una vez. Toshino-senpai ya sabe la verdad, no sirve de nada seguir ocultándolo. Si tú no nos lo dices nos lo puede enseñar ella.

Tras unos segundos, finalmente Hiroshi habló.

–En fin… Supongo que tienes razón. Ya no tiene sentido seguir ocultándolo. – La forma en la que dijo eso les dio un escalofrío a todas. Hiroshi levantó la cabeza, mostrando una mirada seria en su rostro. – Sí, os engañé. Bueno, os engañamos, Mitsuru y Masaki también.

Aunque Akari ya sabía que eso era una posibilidad, aún tenía la esperanza que Kyouko estuviera equivocada y no fuera así, por lo que aquella respuesta la afectó.

–E-Entonces… ¿Eso de que te gustaba era mentira?

–Ja. Por supuesto que era mentira. – Eso impactó aún más a Akari. – ¿De verdad crees que le puedes llegar a gustar a alguien? – Ese comentario molestó al restó de chicas. – Por favor, no me hagas reír. ¿Quién quieres que se enamore de ti? Habría que ser estúpido para que le gustaras a alguien.

Yui no pudo aguantarse más y le dio un fuerte puñetazo en la barriga al chico, haciendo que hasta llegar a escupir algo de sangre, ya que Yui le había dado el puñetazo siendo chica mágica, y él no lo estaba, causándole mucho más dolor que si le hubiese dado el golpe sin estar transformada en chica mágica o si lo hubiera estado él también.

–No te atrevas a volver a hablarle así a Akari. Ahora habla de una vez.

El chico, respirando agitadamente debido al dolor, levantó la cabeza, mirando a Yui con un inmenso odio, la cual también lo miraba de forma similar.

–Muy bien, os lo voy a explicar. ¿Qué más da, ya? No hicimos nada durante esos meses desde que hicimos el contrato con Kyubey… Porque eso es mentira. – Eso sorprendió a todas excepto a Kyouko. – Hicimos el contrato con Kyubey pocos días antes de actuar por primera vez. Teníamos que deciros esto para que no creyerais que Kyubey empezó a convertir chicos en chicos mágicas en vez de chicas a raíz del deseo de Akari. Tenía que parecer que hicimos el contrato con Kyubey antes de eso. Y hasta teníamos preparada una explicación, pero esa explicación también era una mentira. Tenía que ser solo para ganarme la confianza de Akari. Esa explicación tendría que hacer que sintiera lástima por mí, haciendo que se enamorara de mí, aunque fuera por pena. Y al cabo de unos meses… – Hiroshi sonrió. – Bueno, hacer lo que hacen las parejas.

Eso impactó aún más a todas excepto a Kyouko. Yui quiso volver a golpearlo.

–Serás…

–Espera, aún no he terminado. – Dijo el chico. – Esto es solo el principio. Sabíamos que Kyouko era la más peligrosa de todas vosotras, no por su potencial mágico, sino por su poder especial.

–¿Poder especial? – Dijo Himawari.

–Lo que vosotras llamáis habilidad. En realidad se llama poder especial. Poder percibir cosas que sean de importancia para ella. Por esa razón es por la que me ha descubierto, aunque creíamos que podríamos engañarla hasta después de preñar a Akari. – Que hablara de ello con tanta normalidad les daba un inmenso asco a las chicas, y Yui tuvo ganas de golpearlo otra vez. – Mi deseo fue que el deseo de Akari quedara sin efecto en el momento en que quedara embarazada, esto también era parte del plan. Tenía que ser en el momento en que quedara embarazada porque si quedaba sin efecto en el mismo momento en que lo pedía, las chicas mágicas empezarían a convertirse en brujas poco tiempo después, mucho antes de que Akari me cogiera confianza, y teniendo en cuenta mi repentina aparición pronto ataríais cabos y veríais que es por mi culpa. No sabía cuánto tiempo tardaría Akari en enamorarse de mí y terminar embarazada, por eso pedí dejarlo sin efecto cuando eso pasara y no en el momento en que lo pedí. Una vez con Akari embarazada y con su deseo sin efecto, Masaki usaría su poder para convertir a Kyouko en bruja.

Las chicas no entendieron (excepto Kyouko). Sakurako habló.

–¿Cómo exactamente pretendíais hacer eso con hielo?

Hiroshi soltó unas risitas.

–Venga, ¿de verdad os creíais que el poder especial de Masaki era que no le afectaba el frío? Su auténtico poder es controlar los sueños de la gente. Así que le haría soñar a Kyouko algo para que cayera en la desesperación y se convirtiera en bruja. Con Kyouko muerta ya no habría peligro de que nos descubriera. Y si lo hacíais vosotras, no nos supondríais ningún problema. Porqué el deseo de Masaki fue que no nos afectara el poder de Yui de parar el tiempo. – Eso volvió a sorprender a todas excepto a Kyouko. – Y soy mucho más fuerte que cualquiera de vosotras excepto Akari. Si no estuviera encadenado y tuviéramos una pelea en igualdad de condiciones, ninguna de vosotras tendría nada que hacer contra mí. – A Yui le entraron ganas de volver a golpearlo, y a Himawari y Sakurako les vinieron ganas de hacerlo. – El único problema sería Akari, pero teniendo en cuenta que seríamos novios podría aprovecharme de su confianza para quitarle la Gema del Alma y Kyubey la pondría en un campo de aislamiento… Básicamente, lo mismo que estáis haciendo vosotras, solo que estando ella en mi lugar. – Dijo molesto. Las chicas también estaban molestas.

–¿Y todo eso para qué? – Preguntó Himawari. – ¿Qué ganáis vosotros con esto? ¿Y no te das cuenta de que vosotros también os convertiríais en brujas?

–Respecto a lo segundo, no pasaría, porque el deseo de Mitsuru fue que nosotros no nos convirtiéramos en brujas. Y respecto a lo primero… Ganaríamos el control del mundo. – Las chicas se sorprendieron aún más. – Akari tiene aún más potencial mágico que yo, por lo que no pude pedir anular su deseo, solo dejarlo sin efecto. Para anularlo haría falta alguien que tuviera más potencial mágico que ella, y como esa persona no existe, Kyubey decidió crear ese ser de forma artificial, siendo el hijo del chico y la chica mágica más poderosos que existen, o sea, yo y Akari. Pues bien, con su poder podríamos anular su deseo, haciendo que Akari también se convirtiera en bruja. En una tan poderosa que no necesitaría ocultarse detrás de una barrera. La gente normal no podría verla, pero sería demasiado poderosa como para pensar que se trata de un fenómeno natural. La gente pensará que se trata de un monstruo invisible o algo. Dejaríamos que ejércitos de varios países se enfrentasen con ella e intentaran matarla, pero está claro que no lo conseguirían. Unos meses antes, yo habría tomado el control del mundo, obviamente con la mayoría de gente en contra. Pero entonces, cuando la bruja de Akari hubiese matado a unos cuantos cientos de miles de personas y la gente ya hubiera caído en la desesperación, aparecería yo, y con el poder del hijo de Akari acabaría con ella. Todos me verán como su salvador y nadie se atreverá a cuestionar mi liderazgo.

Las chicas estaban alucinando. Ahora entendían por qué Kyouko estaba así, ya que ellas estaban prácticamente igual. Hiroshi sonrió.

–¿Qué me decís? ¿Era o no era un buen plan?

Yui, Sakurako y Himawari pasaron de la estupefacción a la ira.

–Eres despreciable… – Dijo Yui.

–Sí. – Dijo Sakurako. – Y sobre el plan, tan bueno no sería si te lo hemos impedido, ¿no crees, lerdo?

Hiroshi empezó a reírse, sorprendiendo a todas.

–Oh, venga ya. – Dijo con una sonrisa. – ¿De verdad crees que lo habéis impedido? Decidme, ¿por qué creéis que os he contado todo esto? – Las chicas no entendieron. – ¿De verdad os creíais que no teníamos un plan B por si nos descubríais? Por supuesto que lo teníamos. Si os he contado todo esto ha sido solo para ganar tiempo. Para poder comunicarme mentalmente con Mitsuru y Masaki para decir que me habían capturado y pudieran ejecutar el plan. – Eso tomó a todas las chicas por sorpresa. – ¿Qué? No os lo esperabais, ¿eh? Menudo gol os he metido. Trío Mágico 1, Holy Quintet 0. Ay, mira, esto me ha hecho gracia.

Hiroshi empezó a reír, haciendo enfadar aún más a Yui, que le volvió a dar un puñetazo en el estómago.

–¡Desgraciado! – El chico volvió a toser sangre, y en su cara se podía ver lo mucho que le dolía ese golpe. – ¡¿Cuál era el plan B?! ¡Dínoslo!

Tras unos segundos más tosiendo y escupiendo sangre, Hiroshi respiró profundamente un par de veces.

–Estás ensuciando la habitación de Akari. Después lo limpias tú.

Yui, que no estaba para bromas, empezó a golpearlo de nuevo, pudiendo llegar a matarlo si no se detenía. Akari estaba acaparada por toda la información que acababa de recibir. Se negaba a creer que todo hubiese sido mentira, que ninguno de los sentimientos que Hiroshi le mostró fueran ciertos. Quería creer que aún había algo de bondad en él.

–¡Basta! – Exclamó Akari, agarrando a Yui por los hombros para detenerla. – Así no vamos a conseguir que nos diga nada.

–Tienes razón. ¡Kyouko, léele la mente otra vez!

–Enseguida.

–¡Esperad! – Dijo Akari. – Tengo una idea mejor.

Eso extrañó a las chicas.

–¿Cuál?

Akari miró al chico, que estaba con la cabeza caída, respirando agitadamente y tosiendo sangre de vez en cuando. Hiroshi, aunque no lo decía, estaba agradecido de que Akari hubiese detenido a Yui, pues los golpes que le había dado le dolían muchísimo. Akari se le acercó hasta quedar justo delante de él, y puso sus manos a ambos lados de la cabeza del chico.

–¿Eh…? ¿Q-Qué haces? – Balbuceó el chico. – S-Suéltame.

De las manos de Akari empezó a salir una luz brillante. El chico, primero gritó, pero poco después dejó de hacerlo, quedándose solo con una cara entre sorprendido y asustado, sin decir ni hacer nada, mientras también se curaban sus heridas. Así estuvieron alrededor de 20 segundos, tras los cuales Hiroshi volvió a dejar caer su cabeza. Akari retrocedió un par de pasos. Tras unos segundos de silencio, escucharon que Hiroshi emitía un leve sonido. Les costó un poco reconocerlo, pero cuando lo hicieron, se extrañaron y sorprendieron al reconocer ese sonido como un sollozo. Kyouko se acercó al chico, y tomándole del mentón le hizo levantar la cabeza, viendo que, efectivamente, estaba llorando.

–¿Por qué lloras? – Preguntó seriamente Kyouko, pues después de leerle la mente no confiaba nada en ese chico.

Hiroshi intentó apartar la mirada, avergonzado, pero Kyouko no le dejaba, obligando a mirarlas y a que ellas pudieran ver cómo lloraba.

–L-Lo… Siento… Lo siento… – Dijo el chico, que siguió llorando después de eso.

–Akari, ¿qué le has hecho? – Preguntó Kyouko soltándolo, pero siguiendo seria.

–Le he cambiado sus recuerdos. – Dijo, sorprendiendo a todas.

–Akari, eso es imposible. – Dijo Yui. – A las personas con potencial mágico no se les pueden cambiar los recuerdos. Solo se puede hacer que tengan más recuerdos, pero no se les puede modificar ni quitar recuerdos.

–Pues no lo sé, a lo mejor ese es mi poder especial. No sabía cuál era hasta ahora, a lo mejor es poder cambiarle los recuerdos a la gente con potencial mágico. Pero estoy segura de que lo he hecho.

–Akari, no digas tonterías. ¿Por qué crees que le has cambiado los recuerdos?

–¡Porque eso es lo que he hecho! Eso ha sido lo que he querido hacer cuando he liberado magia sobre él. ¿Por qué iba a estar llorando si no?

–Porque sabía que pretendías hacer eso y está fingiendo.

–No, en ningún momento le he pasado mi pensamiento de que quería cambiarle los recuerdos. No podía saber lo que pretendía hacer, por lo que no puede estar fingiendo.

–Ya sé… – Empezó el chico, aún con la cabeza bajada, causando que todas las chicas excepto Akari lo miraran mal. – Que no me vais a creer… Pero dice la verdad. He sido un auténtico imbécil, y entiendo que después de todo lo que os he dicho no confiéis en mí. Pero es la verdad.

Kyouko habló.

–Tienes toda la razón, no te creemos.

–Eso. – Siguió Sakurako. – Puede que nos hayas engañado una vez, pero no somos tan estúpidas como para que nos engañes dos veces. Y menos después de todo lo que nos has dicho.

–Chicas… – Habló Akari. – Ya sé que es difícil de creer, pero os juro que ya no es como antes. ¿Por qué no me creéis? ¿Es que no confiáis en mí?

Kyouko contestó.

–En ti confiamos, Akari. En quien no confiamos es en él.

–Pero yo os estoy diciendo que le he cambiado los recuerdos y ya no es como antes. Si no confiáis en él es que no creéis que le haya cambiado los recuerdos, y por lo tanto no confiáis en mis habilidades como chica mágica.

Las chicas no sabían qué decir. Yui iba a decir algo, pero Hiroshi se adelantó.

–Hay que darse prisa… Puede que aún no hayan llevado a cabo el plan y podamos detenerles antes de que lo hagan. Pero hay que irse de aquí ya.

Las chicas excepto Akari lo volvieron a mirar mal.

–¿Nos vas a decir cuál era el plan B? – Dijo Kyouko seria.

–Sí, era convertir a Chinatsu en chica mágica. – Dijo Hiroshi, sorprendiendo a todas, no solo por el plan, sino por lo rápido que lo dijo. El chico estaba nervioso, realmente parecía que tuviera prisa por explicarles el plan. – Sabemos que tiene potencial mágico, y el plan era que el que capturaran se comunicara con los otros para decirles que le habían capturado, para que encontraran a Chinatsu y le dijeran que todas vosotras os habéis metido en un problema muy grave y que la única manera de salvaros era viajar en el tiempo para evitar que os metierais en ese problema, y por eso tenía que pedir a Kyubey que ellos pudieran viajar en el tiempo para evitar que os metierais en ese problema, cuando en realidad lo que harían en el pasado es advertir a nuestros yos pasados que nos han descubierto y decir qué ha salido mal, para que no volviéramos a cometer el mismo error y así esta vez podamos lograr el plan, lo que cambiaría la línea temporal. Por eso digo que hay que darse prisa, para evitar que cambien la línea temporal.

Las chicas estaban saturadas por tanta información. Hiroshi había soltado todo eso en poco más de una sola frase, sin pausas dramáticas, casi sin pausas para respirar y hablando rápidamente. Era mucho que asimilar tan rápido, y de hecho, no lo habían entendido todo, pero sí que les había quedado clara una cosa: Había que encontrar a Chinatsu antes que Mitsuru y Masaki.

–Vamos, – Dijo Yui. – hay que ir a casa de Chinatsu.

Todas asintieron, y ya estaban empezando a irse, cuando Hiroshi habló.

–¡Esperad, dejadme ir con vosotras!

–¿Estás loco? Tú te quedas aquí.

–¡Puedo ayudaros! Puedo decirles que en realidad no me habéis cambiado los recuerdos y que solo estoy fingiendo, que es lo que creéis, para que así bajen la guardia y poder detenerles.

–No, gracias. – Dijo irónicamente Yui.

–Tiene razón. – Dijo Akari, sorprendiendo a todas.

–Akari… ¿Qué dices? – Balbuceó Kyouko.

–Tiene razón, él puede engañar a Mitsuru y Masaki haciéndoles creer que está fingiendo, para así detenerlos sin tener que luchar.

Kyouko miró a Akari, y después a Hiroshi. A regañadientes, Kyouko terminó aceptando.

–Está bien…

Akari entonces miró a Yui, que era quien controlaba el campo de aislamiento en el que estaba la Gema del Alma del chico. La chica, igual que Kyouko, terminó aceptando de mala gana.

–Tsk. – Yui desactivó el campo de aislamiento, cogió la Gema transformada en anillo y se la lanzó al chico, que se la puso en un dedo. – Escúchame bien, como nos traiciones te mato. Y ponte otra ropa. – Dijo viendo que aún llevaba el pijama.

El chico simplemente se transformó en chico mágico, apareciendo su traje, y transformándose su Gema del Alma en un objeto similar a un diamante, como las de las demás, situada cerca de su pecho, como la de Akari.

–Vayamos ya. – Dijo Yui.

Todas las demás asintieron y salieron de la habitación de Akari saltando por la ventana.