La chica mágica que estaba al mando de Mauritania (en ese país solo había una, pues había países en los que había dos o más) estaba en Nuakchot, la capital, en el Palacio Presidencial, que hasta el ataque de Ajla ocupaba el presidente del país. De golpe entraron rompiendo las ventanas Akari y las demás, y antes de que tuviera tiempo de hacer nada, una de las chicas le lanzó un ataque de energía que la lanzó contra la pared, cayendo después al suelo. Creyendo que estaba inconsciente, rápidamente otra de las chicas fue hacia ella y le quitó la Gema del Alma, creando después uno de esos aparatos que creaban campos de aislamiento, consiguiendo aislar su Gema. Akari y las demás ya iban derrotado a casi todas las chicas mágicas de África, quedándoles solo las de la República Saharaui, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto y Sudán. Akari y las demás ya iban a llevarse a la chica y a su Gema a una cárcel y meterla a ella en una celda y a su Gema del Alma en otra, pero antes de que lo hicieran, la chica, que no estaba inconsciente, aunque sí herida, habló.

–Akari… – Todas se extrañaron de que se dirigiera a ella. Por su parte, la chica también se extrañó de que hubiese dos chicas con el mismo vestido de Akari. – ¿Cuál de las dos es Akari?

Akari hizo desaparecer su máscara.

–Soy yo. ¿Qué quieres? – Preguntó Akari mostrándose seria.

–Tengo un mensaje de Ajla para ti. – Eso las sorprendió a todas. – Nos lo envió a través de la Red Mágica para que la primera que tuviera oportunidad te lo dijera. Dice que has sido muy descuidada, – Eso extrañó a todas. – y después mandó una palabra que no entendí, pero dijo que con solo decírtela tú lo entenderías todo. Imouto.

La cara de Akari pasó de sorpresa a terror al recordar una de las cosas que le dijo Ajla la segunda vez que la vio.

Tu hermanita Akako. Es muy linda. Sería una pena que le pasara algo, ¿no crees?

Akari se aterró al recordar aquello.

–Akako…

Sin pensarlo, Akari salió disparada en dirección a Japón, sorprendiendo a todas.

–¡Akari! – Gritó Yui. Pero Akari estaba ya muy lejos. – Hiroshi, encierra a esta, nosotros vamos tras ella.

Antes de que el chico pudiera decir nada, todas las chicas menos Akami salieron detrás de Akari, lo cual el chico encontraba una tontería. Con su poder de crear portales podrían llegar a Japón en cuestión de segundos, pero parecía que Akari estaba demasiado afectada como para pensar en eso. Por su parte, la chica mágica derrotada se mostraba entre extrañada y sorprendida.

–¿Hiroshi? ¿Pero Hiroshi no es un nombre de chico? No… No me digas que…

–Mejor no le des muchas vueltas. – Dijo, para justo después darle un golpe en la cabeza con un bate de béisbol que creó, para dejarla inconsciente. – Llevémosla a una cárcel y después vayamos a Japón también.

Akami asintió.

Mientras, Akari se dirigía lo más rápido que podía hacia Japón, rezando para intentar llegar a tiempo.

Akako… ¡Akako!

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

·

Lágrimas

Cuando Akari llegó a su casa, se sorprendió al ver que Hiroshi y Akami ya estaban allí.

–¿C-Cómo habéis…

Akari recordó entonces el poder de Hiroshi.

–Quería decírtelo, pero te marchaste antes de que pudiera.

–Ya… Lo siento, pero ahora no tengo tiempo.

Akari abrió la puerta y entró rápidamente en su casa. Akami también iba a entrar, pero Hiroshi la detuvo.

–Espera, ¿cómo crees que reaccionará Akane si ve a dos Akaris?

–Ah… Es verdad…

–De momento dejemos que entre solo ella y sus amigas cuando lleguen. Nosotros ya entraremos después.

Akami asintió. Dentro, Akari se encontró con Akane llamando por teléfono a la policía.

–¡Akari! – Exclamó la chica al verla, corriendo hasta ella para abrazarla. – ¡¿Dónde te habías metido?! ¡Estaba super preocupada!

–Lo siento…

–Pensaba que no volvería a verte. – Dijo Akane empezando a llorar y abrazando fuertemente a Akari sin intención de soltarla.

Akari se había preocupado tanto por Akako que se había olvidado que llevaba casi dos semanas sin ver a Akane.

–¡Akariiiii! – Exclamó Yui, llegando junto con todas las demás, sorprendiéndose al ver a Akane.

–¿Eh? – Akane también se sorprendió al ver a Yui, Kyouko y Himawari vestidas de la misma forma que Homura, Kyouko y Sayaka en Madoka Magica, fijándose entonces en que Akari iba vestida igual que Madoka. – A-Akari… ¿Qué…

–Somos chicas mágicas, onee-chan. – Dijo rápidamente Akari, sorprendiendo a todas, a Akane por ese hecho y a las demás por contárselo a su hermana. – Madoka Magica está basada en nosotras. Ya te lo explicaré después, ahora no hay tiempo. ¡¿Dónde está Akako?!

Akane quedó unos segundos en shock. No solo tenía que asumir que su hermana y sus amigas eran chicas mágicas, sino que la historia de Madoka Magica estaba basada en hechos reales que les pasaron a ellas. Era mucho para asumir, pero lo de Akako también era muy importante, así que, como pudo, intentó sobreponerse.

–A… A-Akako… La han secuestrado… – Todas las demás se quedaron en shock. – Entró una chica mágica dirigiéndose directamente a la habitación de Akako. Intenté impedírselo, pero me dejó inconsciente de un solo golpe. Y cuando desperté… Akako ya no estaba.

Akari estaba impactada. No sabía ni qué decir. Yui entonces sacó su móvil y buscó imágenes de Nanami Yachiyo, de Magia Record, en internet.

–Akane, ¿por casualidad la chica que te atacó se parecía a esta? – Dijo enseñándole las imágenes, sorprendiéndola.

–S-Sí… E-Es casi igual… El corte y el color del pelo y los ojos eran algo diferentes, y el vestido era un poco más simple, pero sí, se parece mucho a ella. – No había duda, había sido Ajla. – ¿C-Cómo sabes eso, Yui-chan? ¿Conoces a esta chica?

Yui asintió.

–Es Ajla, la líder de las chicas mágicas que han lanzado el ataque.

Eso asustó un poco a Akane, cuando de pronto recordó algo.

–Ah, después de llevarse a Akako, dejó esto en su cuna. – Dijo, llamando la atención de todas.

Rápidamente fue hacia el sofá, donde cogió tres cosas, algo que parecía un pequeño lápiz de memoria con entrada USB, una especie de bola con un soporte y un agujero a un lado, similar a una webcam, y una carta.

–En la carta pone: "Conecta el dispositivo a un aparato con entrada USB y la cámara mirando a ti. Enciéndela y espera."

Excepto Akari, que seguía impactada, las demás chicas se miraron entre ellas. Kyouko habló.

–¿Seguro que debemos hacerlo? ¿Y si es una trampa?

–¿Qué quieres decir con eso? – Preguntó Himawari.

–A lo mejor con la cámara quiere ver cuántas somos y quiénes somos, para así tenernos identificadas y rastrearnos más fácilmente.

–No creo que sea eso. – Siguió Yui. – Creo que sabe perfectamente quiénes somos. Excepto… Akami y Hiroshi. A ellos no los conoce, así que es mejor que queden fuera del rango de visión de la cámara.

–¿Qu-Quiénes son esos? – Preguntó Akane.

–Ya te lo contaremos más adelante, junto con lo de las chicas mágicas. Por ahora debemos conectar el dispositivo y esperar, ¿verdad, Akari?

Tras unos segundos, Akari asintió.

–Si eso nos permite tener ni que sea una mínima posibilidad de saber dónde está Akako… Tenemos que hacerlo. – Dijo muy seria, sorprendiendo a todas, pues casi nunca habían oído a Akari hablar así. – Onee-chan, la tele tiene entrada USB, ¿verdad?

–Ah… Sí.

Sin perder tiempo, Akane conectó el dispositivo a la entrada USB de la tele y puso la cámara encima. Tras encender la tele y configurar la señal de salida para que mostrara el puerto USB, en la tele apareció un mensaje que decía: "Enciende la cámara". Akari miró a su hermana.

–Onee-chan, ¿seguro que quieres estar aquí?

Akane asintió.

–Quiero ver a esa desgraciada y saber qué es lo que nos tiene que decir.

Akari entonces miró a Yui, para que trajera a Hiroshi y Akami, para que también vieran lo que tenía que decir Ajla, pero quedándose ellos en el marco de la puerta de la sala, fuera del rango de visión de la cámara, y con Akami situándose detrás de Hiroshi, para que Akane no la viera. Ya estaba suficientemente alterada como para que viera a dos Akaris.

–Voy a encenderlo. – Dijo Akari.

Las demás asintieron. Akari pulsó un pequeño botón que había en la cámara y retrocedió algunos pasos. La pantalla mostró entonces unas bolas dando vueltas en círculos, indicando que estaba cargando. Tras unos segundos, en el otro lado de la pantalla apareció Ajla sonriendo.

–Vaya, qué sorpresa, si estáis todas aquí.

–¡¿Dónde está Akako?! – Gritó Akari enfadada. – ¡Devuélvemela!

–Sssssh… – Dijo Ajla poniendo el dedo índice delante de sus labios. – No hagas ruido. No querrás despertarla, ¿verdad?

Ajla se alejó un par de pasos, dejando ver que con el otro brazo estaba sosteniendo a Akako, dejando impactadas a todas, sobre todo a Akari.

Música: "Tears – Aria's Story"

Ajla dejó de sonreír, dejó a Akako en una cuna que tenía al lado y se volvió a dirigir a las chicas.

–Escuchadme bien, sobre todo tú, Akari. Si no quieres que le pase nada a Akako vas a dejar de ponerte en mi camino, ¿de acuerdo? Voy a liberar a todas las chicas mágicas que has encerrado y van a volver a tomar el control de los países que dirigían, como estaban haciendo hasta ahora. Y ni tú ni tus amigas vais a hacer nada para evitarlo, o de lo contrario Akako sufrirá las consecuencias.

Akari no pudo evitar que algunas lágrimas empezaran a caer por su mejilla.

–P-Po-Por favor…No le hagas daño… Te lo suplico…

–Tranquila, que no le haré daño, te lo prometo. Siempre y cuando tú y tus amigas no hagáis nada para interponeros en mi camino. Debería mataros por haberlo intentado, pero estoy dispuesta a indultaros. Si no hacéis nada y os quedáis aquí, les diré a todas las chicas mágicas que no os hagan nada. Podréis seguir viviendo vuestra vida sin preocuparos por nada. Sin embargo, si seguís empeñadas en frustrar mi objetivo, Akako sufrirá las consecuencias.

Yui apretó los dientes de rabia.

–¡Eres una cobarde! ¡Utilizando a una niña pequeña para chantajearnos de esa forma!

–No lo soy, solo utilizo todos los medios que tengo a mi alcance para hacer del mundo un lugar mejor.

–¡Estás loca! ¡Matar gente no es hacer del mundo un lugar mejor!

–¿Y lo dices precisamente tú, que vive en un país donde existe la pena de muerte?

–¡No digo que me parezca bien! ¡Y de todos modos aquí solo se aplica en caso de que alguien haya matado a varias personas!

–¿Y te crees que los líderes políticos no cumplen esa condición? Cientos de miles de personas mueren cada año por su culpa debido a las políticas que aplican y las legislaciones de esos países, que se lo permiten. Los líderes políticos encajarían para ser ejecutados según la ley japonesa.

–¡No eres tú quien debe decidir eso!

–Bah, da igual. Paso de perder el tiempo explicándotelo. Yo ya os he explicado las opciones que tenéis. Vosotras elegís qué hacer.

Himawari, alterada, se dirigió a ella.

–¿Hablas en serio? ¿De verdad serías capaz de hacer daño a una niña inocente?

–¿Quieres comprobarlo? – Contestó Ajla secamente.

Kyouko, claramente irritada, se dirigió a Ajla.

–¡¿Cómo puedes decir estas cosas?! ¡Tu problema es con nosotros, no con ella! ¡Akako es una niña inocente! ¡¿Es que no tienes sentimientos?!

–Perdí eso hace mucho tiempo. – Ajla volvió a mirar a Akari. – Tú eliges, Akari. Puedes aceptar lo que te propongo, el indulto para ti y todas tus amigas para que podáis seguir viviendo con normalidad a cambio de no interferir más en mi objetivo. O puedes decidir seguir encarcelando a todas las chicas mágicas que están de mi parte para, según tú, salvar las vidas de la gente, aunque al hacerlo estés causando indirectamente la muerte de miles de personas. Pero si lo haces ya puedes despedirte de Akako. Sin embargo, según tu código moral, deberías seguir adelante, ¿no? Porque si no lo haces, para salvar a Akako estarás dejando que muera más gente, aunque se lo merezcan. Morirán muchas personas más solo para salvar a una persona, ¿no es eso inmoral? ¿No tiene más valor la vida de varias personas que la de una sola? ¿O a lo mejor… Es porque es alguien que te importa? – Akari estaba enfadada y triste a partes iguales. – Ya te lo dije la segunda vez que nos vimos, cuando mencioné a Akako. Querías matarme solo porque mencioné hacerle algo, justo después de decir que no matarías a nadie en ningún caso. No matarías a alguien ni que esa persona hubiera matado a cientos de personas, como los asesinos de Las 5 Rosas, pero serías capaz de matarme a mí si le hiciera algo a Akako, porque es alguien a quien quieres. Ya te lo dije esa vez, Akari, que estés dispuesta a matar a alguien si le hace daño a alguien a quien quieres pero no si matan a gente a la que no conoces significa que eres una egoísta. Solo piensas en ti y los tuyos sin importarte los miles de otras personas que mueren a los que no conoces. Que estés dispuesta a llegar más lejos por las personas a quien quieres que por cualquier otra persona te incapacita para impartir justicia, porque asumes que las vidas de unas personas son más valiosas que otras solo porque quieres a esas personas. Si asumes que la vida de todas las personas vale lo mismo deberías seguir encarcelando a las chicas mágicas que están de mi parte, porque, según tú, salvarías varias vidas. Aunque solo fueran dos, ya sería una más que solo la de Akako. Y si la vida de todas las personas vale igual, dos vidas o más serían más valiosas que solo la de Akako, ¿verdad? O puedes asumir que eres una egoísta que piensa solo en ti y en los suyos, que prefiere salvar solo la vida de alguien a quien quiere que la de varias personas a las que no conoce. ¿Qué prefieres? La decisión es tuya.

Por las mejillas de Akari no paraban de caer lágrimas en grandes cantidades, y la chica estaba sollozando, porque sabía que Ajla tenía toda la razón. Si las vidas de todas las personas valen lo mismo, debería seguir con su plan para derrotar a Ajla, aunque eso supusiera perder a Akako, porque ella era solo una, y derrotando a Ajla podría salvar a cintos, tal vez a miles de personas. Pero era incapaz de hacer eso. Por mucho que la teoría fuese esa, a la práctica era incapaz de poner la vida de personas desconocidas por delante de la de Akako. Ella era lo que más le importaba en este mundo. Estaría dispuesta a lo que fuera con tal de protegerla, incluso a dejar morir a otras personas si con eso conseguía salvarla a ella. Y eso era lo que más de dolía. Ajla tenía razón, era una egoísta, poniendo por delante la vida de una sola persona porque la quería, antes que la vida de cientos de otras personas que desconocía. Akari no pudo más y se dejó caer de rodillas al suelo, empezando a llorar desconsoladamente. Sabía que lo correcto era salvar la vida de cuanta más gente mejor, pero no podía hacerlo. La vida de Akako era más importante para ella. Todas las demás chicas miraron a Akari con tristeza. Pensaban igual que Akari. Preferían salvar la vida de una sola persona, si esta era importante para alguien a quien querían, que a cientos de personas a las que no conocían. Y aunque algunas querían sobreponerse a esto y que fuera su parte racional la que se impusiera, no podían pedirle a Akari que sacrificara a Akako para salvar a más gente. Especialmente Yui, que sabía quién era Akako realmente.

–Ya me lo imaginaba. – Dijo Ajla, haciendo que todas las demás la miraran con cara de odio.

Poco después, Ajla cortó la conexión. Akari empezó a llorar cada vez más fuerte, produciéndoles en todas una gran tristeza. Akane se agachó delante suyo y la abrazó con fuerza, mientras ella también lloraba, aunque en silencio, cosa que Akari no podía hacer, gritando con fuerza, produciendo unos gritos que les desgarraban el corazón a todas. Akami también empezó a llorar, hundiendo su cabeza en el pecho de Hiroshi y abrazando al chico, sorprendiendo a este. Tras unos pocos segundos, superada la sorpresa inicial, Hiroshi también abrazó con fuerza a la chica. Todas las demás se quedaron allí de pie, con la cabeza bajada y la mirada perdida, incapaces de decir o hacer nada.


Menos de 24 horas después, Ajla ya había liberado a todas las chicas mágicas que Akari había encerrado, y volvieron a tomar el control de los países donde estaban. Blanca se sorprendió de que lograra convencer a Akari de que se rindiera.

–¿Cómo lo has conseguido? – Preguntó Blanca desde el otro lado de la pantalla.

–Le he dado a entender que mataría a su hermanita si seguía con su plan.

–¿Hubieras matado a su hermana si no se hubiera rendido? – Preguntó Blanca.

–Por supuesto que no, no soy un monstruo. Pero tenía que hacérselo creer. Tenía que creer que iba a hacerlo para que se rindiera.

–¿Y si se hubiera negado?

–Sabía que no lo haría. Tengo sus recuerdos, sabía perfectamente cómo actuaría.

–Creo que te has arriesgado demasiado. – Dijo Blanca. – Si amenazas con matar a alguien tienes que estar dispuesta a hacerlo de verdad, si no pierdes toda credibilidad y ya no harán caso de tus próximas amenazas.

–Como he dicho, sabía que se rendiría, así que no pienses más en ello. Nuestro plan ha triunfado. Por fin podremos hacer del mundo un lugar mejor. Me alegra haberte conocido aquella vez. Por fin, después de casi tres años lo hemos conseguido.

–Sí, la espera ha valido la pena. – Respondió Blanca sonriendo. – Por cierto, ¿qué vas a hacer con la niña?

–Pues voy a cuidar de ella. No puedo devolvérsela a Akari porque entonces, con Akako de nuevo en sus manos, seguro que rompería el trato y volvería a encarcelar a todas las chicas mágicas que están de nuestra parte. Tengo que cuidar de Akako por lo menos hasta que Akari pierda su poder mágico.

–Pero Akari tiene solo 16 años. – Dijo Blanca. – Aún pueden faltar más de 20 años para eso. La niña tendrá casi tu edad cuando eso pase.

–Bueno, supongo que para entonces ya no necesitará mi protección, pero aun así voy a seguir encargándome de ella.

–Así que vas a hacer de madre, ¿eh?

–No digas eso. – Dijo Ajla algo incómoda. – Voy a cuidar de ella como si fuera mi hermana pequeña…

Ajla se quedó muda al darse cuenta de lo que acababa de decir, y en su expresión se podía ver que estaba algo triste, lo que extrañó a Blanca.

–Ajla, ¿pasa algo?

–No… Nada… – Dijo esta con la voz algo temblorosa, y cortó la conexión con Blanca.

Ajla apoyó su cabeza en sus manos, y respiró lentamente unas cuantas veces para intentar calmarse y no llorar. Habían pasado 14 años, pero aún le dolía el asesinato de su hermana pequeña y sus padres. Sobre todo porque nunca logró encontrar a Kostandin y a sus hombres después de eso. Los buscó durante años por muchos países, pero nunca los encontró, y eso es lo que más le dolía, que el asesinato de su familia siguiera impune y no haber podido vengarles. Y cada día que pasaba perdía más la esperanza de poder encontrarlos. Un poco más calmada, Ajla miró a Akako.

–A ti no voy a dejar que te pase nada. – Ajla se levantó y se acercó a la cuna donde estaba Akako. – Fallé una vez, pero no volveré a fallar. No voy a permitir que te pase lo mismo que a mi hermana. Ya aprendí la lección aquella vez. Si alguien hace algo malo hay que matarle para evitar que pueda volver a hacer nada más. – Ajla acarició suavemente la mejilla de la niña. – Esta vez no fracasaré. Te protegeré pase lo que pase, te lo prometo.


Unas horas después

Sentada en el Despacho Oval estaba la chica encargada de Estados Unidos, Melody, de ojos azules y pelo rubio, con un corte de pelo similar al de Akari, aunque algo más largo. Fuera del despacho se escucharon unos sonidos como de cosas rompiéndose y de pelea, lo cual extrañó a la chica. Antes de que tuviera tiempo de levantarse, una explosión destruyó la puerta del Despacho Oval y gran parte de la pared, provocando una gran nube de humo.

–¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué está pasando?! – Exclamó la chica, levantándose rápidamente.

A medida que el humo se disipaba, se iba distinguiendo la sombra de una chica al otro lado. Melody se preparó para atacar, pero antes de que pudiera hacerlo, algo se lo impidió. La chica sintió como si todo su cuerpo temblara, impidiendo que se moviera, y la otra chica le lanzó un rayo de energía directamente a su Gema del Alma, rompiéndola, y por lo tanto matándola, cayendo la chica inerte al suelo, permitiendo ver, ya con el humo casi disipado del todo, la chica que la había matado, una chica de pelo negro, liso y largo, y con unos ojos verdes brillantes, con una mirada escalofriante.

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

CIVIL WAR