Akari estaba acostada de lado en su cama, con la mirada perdida. Desde que dejó de llorar y se fue a su habitación que no había salido de allí. Mientras, Yui le había explicado a Akane lo de que ellas eran chicas mágicas, que Madoka Magica estaba basada en ellas y lo de Akami y Hiroshi (de eso solo una parte, pues saber que en realidad Akako no era su hermana, sino la hija de Akari no le hubiera hecho ningún bien). La alegría de Akane por tener a dos Akaris se fue casi al instante por la situación en la que estaban. No solo Ajla se había llevado a Akako, sino que eso había afectado profundamente a Akari, y entristecido mucho a Akami, lo cual hacía que Akane también se entristeciera, y más de lo que sería normal, pues ahora no había solo una Akari triste, sino dos, haciéndola sentir doblemente triste.

Las chicas y Hiroshi estaban en la sala de estar, sin saber qué hacer. Todas sabían que lo correcto era poner la vida de cientos de personas por delante de la de una sola, por lo que deberían seguir encarcelando a las chicas mágicas que tomaron el control del mundo, aunque esto significara que Ajla matara a Akako. Pero ninguna quería que eso pasara, por lo que al rendirse estaban poniendo la vida de una sola persona por delante de la de cientos, solo porque conocían a Akako, y en cierta forma se sentían culpables por eso. De pronto escucharon a Akari gritar desde su habitación.

–¡Que te vayas de una vez! ¡Déjame en paz!

Alarmadas, todas subieron rápidamente a su habitación, con Yui y Akane primero. Al llegar, todas menos Akane vieron a Kyubey en el escritorio de Akari.

–¿Qué pasa, Akari? ¿Qué te ha hecho? – Preguntó Yui.

–¿De quién hablas? – Preguntó Akane, que no veía a nadie. – ¿Quién hay?

–Es Kyubey. Está aquí. – Respondió Kyouko.

Aunque no pudiera verlo ni oírlo, Akane le habló, enfadada.

–¿Qué le has hecho a Akari para que esté así?

–No le he hecho nada, solo me alegro de que haya vuelto, así podéis volver a liberar energía para contrarrestar la entropía del universo. Pero cuando le he dicho a Akari que viniera para recuperar el tiempo que hemos perdido mientras no estaba, se ha enfadado.

–¡Normal! ¡¿Te crees que está en condiciones para eso?! ¡Acaban de secuestrar a Akako! ¡¿Es que no comprendes por lo que está pasando?!

–Si pudiéramos comprenderlo no habríamos tenido que venir hasta este planeta para empezar. En nuestra civilización, las emociones se consideran simplemente como un desorden mental sumamente extraño. Por eso nos sorprendimos tanto cuando os encontramos. Un mundo en el que todos los individuos coexistieran cargando cada uno con sus propias emociones ni siquiera se nos había pasado por la cabeza.

–Tsk… Ni Akari ni ninguna de nosotras está en condiciones de ayudarte a liberar energía en estos momentos. Vete.

–Pero tenéis que recuperar el tiempo perdido en el que no habéis liberado energía por haber estado ocupadas en esa guerra sin sentido entre chicas mágicas. Cuando antes empecéis, antes recuperaréis ese tiempo.

Yui ya estaba por gritarle de nuevo, pero Hiroshi se le avanzó.

–Te hemos dicho que te vayas.

–¡¿Kagome Hiroshi?! – Exclamó en incubator, sorprendido, viendo también que detrás suyo estaba Akami. – ¡¿Otra Akaza Akari?! ¿Cómo es posible? ¿Acaso hay otra línea temporal de la que no soy consciente?

–Así es. Y ahora vete si no quieres perder uno de tus cuerpos. – Dijo el chico, extendiendo la mano y empezando a crear una bola de energía.

Aún confundido, Kyubey se fue de allí saltando por la ventana. Hiroshi deshizo el ataque de energía y miró a Akari.

–Akari, ¿estás bien?

La chica negó con la cabeza.

–No, por supuesto que no… Ajla tiene a Akako y se ha salido con la suya. Claro que no estoy bien.

Los ojos de Akari se humedecieron, creyendo que iba a llorar de nuevo. Akane, que no podía soportar ver a Akari en ese estado, fue inmediatamente a abrazarla. Akari también la abrazó con fuerza, mientras empezaba a sollozar y algunas lágrimas caían por sus mejillas. Las demás entendieron que lo mejor que podían hacer era irse y dejarlas solas, así que regresaron a la sala de estar, dejando que Akari y Akane se abrazaran.

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

·

Proyecto Athena

Hiroshi estaba en el salón, sentado en el sofá, con la tele de fondo por si Ajla hacía algún anuncio o algo parecido. Las chicas también estaban en el salón, desanimadas, sin decir nada.

–Es tan frustrante… – Dijo finalmente Kyouko. – Utilizar a Akako para obligarnos a rendirnos… Ajla es una malnacida.

–Sí, – Dijo Natsumi. – pero lo que me da más rabia es que tiene razón.

Las demás la miraron.

–¿Qué dices?

–Somos unas egoístas. Ponemos por delante la vida de una sola persona antes de la de cientos de miles. No me malentendáis, yo también lo hago. Yo también he puesto por delante la vida de Akako a la de las otras personas, pero no estoy segura de si hubiéramos hecho lo mismo si en vez de ser una niña pequeña conocida hubiera sido un hombre adulto desconocido. El planteamiento de Ajla es correcto; ¿no se supone que la vida de todas las personas vale lo mismo? Si nos rendimos solo para salvar la vida de una sola persona, estamos asumiendo que la vida de esa persona tiene más valor que la de cientos de personas. ¿Por qué? ¿Por qué la conocemos? ¿Por qué es un bebé? Si realmente asumiéramos que la vida de todas las personas vale lo mismo no nos importaría sacrificar a una persona si con eso salváramos a miles o a cientos. O como ha dicho Ajla, aunque fuera solo a dos. Que demos más valor a la vida de una sola persona que la de la de miles o cientos demuestra claramente que no somos imparciales y deja ver nuestra hipocresía. Y personalmente, me da mucha más rabia eso que el hecho de rendirnos.

A ninguna de las chicas les gustaron las palabras de Natsumi. Sin embargo, en el fondo sabían que tenía razón. Hiroshi entonces llamó la atención de todas.

–Ey, ¿qué es esto? – Preguntó más para sí mismo que esperando obtener una respuesta, subiendo el volumen de la tele.

por lo que a estas alturas ya podemos confirmar que una chica mágica está matando a todas las chicas mágicas que habían tomado el control del mundo. – La noticia las sorprendió a todas. – Todavía se desconoce la identidad de esa chica y qué le impulsa a hacer eso, pero por el momento ya ha matado a las chicas mágicas de Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, las Bahamas, Jamaica, Haití, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Antigua y Barbuda, Dominica y Santa Lucía. Y nada indica que vaya a parar, por lo que lo más probable es que su objetivo sea el de eliminar a todas las chicas mágicas del mundo.

Todas se quedaron sorprendidas, sin saber qué decir. Tras unos segundos, Himawari habló.

–¿Una chica mágica… Está matando a las demás chicas mágicas?

–Eso han dicho. – Respondió Hiroshi.

–¿Y creéis que va a matar solo a las que han tomado el control del mundo… O va a ir a por nosotras también?

Eso hizo que a todas les diera algo de miedo.

–Creo que debemos decírselo a Akari.

Las demás asintieron y todas subieron a la habitación de la chica.

–Akari… – Habló el chico.

–Dejadme, no quiero hablar con nadie. – Respondió Akari, aún abrazada a su hermana.

–Es importante. Tenemos un problema grave.

–¿Otro? – Preguntó Akane.

Hiroshi asintió.

–Una chica mágica está matando a todas las demás chicas mágicas.

Eso sorprendió tanto a Akane como a Akari, que miraron sorprendidas al chico.

–¿Qué?

–De momento ya ha matado a las de unos cuantos países, y parece que su objetivo es matarlas a todas.

–Pero… ¿Por qué? ¿Quién es?

–No lo sabemos. – Respondió Kyouko. – Pero si su objetivo es eliminar a todas las chicas mágicas… Cuando termine con las demás, seguramente después venga a por nosotras.

Eso hizo que también les diera miedo a las dos hermanas. Natsumi habló.

–A mí lo que me da más miedo es que de momento ha matado a todas a las que se ha enfrentado. Ninguna ha podido contra ella. Y conocía a Melody, la chica mágica encargada de Estados Unidos, y no era precisamente débil. Que haya podido con ella significa que debe ser realmente poderosa.

Himawari siguió.

–¿No tenemos ninguna forma de saber qué poder tiene?

Tras pensar unos segundos, Yui respondió.

–Tal vez en la Red Mágica hay algo sobre ella.

Yui puso su Gema del Alma en la Llave y la conectó a un ordenador. Al entrar en la Red Mágica, todas se sorprendieron al ver el número de notificaciones. Más de 500 mensajes de más de 190 chicas mágicas diferentes. Yui pulsó en los mensajes para ver si había algo que pudiera aportar información sobre esa chica. Uno de los últimos era un audio, grabado gracias a la magia de la Gema del Alma de la chica mágica encargada de Surinam. Debajo se podía ver un mensaje diciendo que ese audio se había retransmitido en directo en la Red Mágica. Yui dio clic en el archivo.

Está llegando esa chica, ya noto su energía… Voy a luchar contra ella, pero por si no lo consigo, estoy retransmitiendo este audio en directo con mi Gema del Alma, por lo que si muero quedará grabado en la Red Mágica… A lo que iba, lucharé contra ella y os diré cuál es su habilidad, para que al menos si lo sabéis podáis preparar alguna estrategia y tengáis una oportunidad en caso de que yo muera… ¡Ah, ya está aquí! – Todas estaban expectantes ante lo que diría esa chica. – Vamos… Ven, desgraciada.

Justo después de eso empezó a sonar un ruido como metálico y distorsionado, increíblemente fuerte, obligándolas a todas a taparse los oídos, y aun así cayeron al suelo por el dolor. Akami gritó.

–¡Apágalo! ¡Aaaaaaah, Yui-chan, apágalo!

Yui, aún con el dolor, consiguió dar clic de nuevo en el archivo de audio para pararlo, dejándose caer justo después de nuevo al suelo. Todas usaron su magia para curarse los oídos. Hiroshi, respirando agitadamente habló.

–¡Joder! ¡¿Se puede saber qué coño ha sido eso?!

–¿Es posible que el archivo se corrompiera al subirlo? – Preguntó Himawari mientras Akari curaba a su hermana, estando ya todas recuperadas.

–No lo creo. – Respondió Yui. – Por muy corrupto que estuviera un archivo no haría este ruido. Esto está grabado correctamente.

–¿Qué estás diciendo? – Preguntó Akari. – ¿Que la chica mágica que ha grabado esto escuchó ese ruido de verdad? – Yui asintió. – ¿Pero cómo es posible?

De pronto, todas llegaron a la misma conclusión, mirándose entre ellas con una expresión de sorpresa. Kyouko fue quién habló.

–¿Estás diciendo… Que es posible que la habilidad de esa chica sea crear sonidos así de fuertes para dejarnos inmovilizadas y así aprovechar para matarnos?

Yui asintió.

–Es muy probable, sí.

Himawari intervino.

–Pero… ¿Qué chica mágica tiene esa habilidad? No recuerdo que en la Red Mágica ninguna chica mágica dijera tener esa habilidad.

–Algunas no ponen su habilidad y dejan el espacio para eso en blanco, así que podría ser que alguna lo tuviera y no lo supiéramos.

–Cierto…

En ese momento salió una notificación de que había empezado una retransmisión en directo.

–Mirad, – Dijo Natsumi. – alguien ha empezado a retransmitir un vídeo.

Yui iba a darle clic al enlace, pero antes de hacerlo, Akami habló.

–A-Asegúrate de quitarle el volumen, Yui-chan.

–Ah, sí.

Yui quitó el volumen al ordenador y dio clic en el enlace.

En el vídeo se podía ver a una chica mágica en medio de un descampado, a unos 20 metros de donde estaba la cámara. En cuestión de segundos llegó la otra chica mágica. La que estaba en el lugar lanzó un rayo de energía hacia la otra, pero esta solo lo esquivó, y después la cámara emitió estática durante un segundo, y finalizó la transmisión, quedando el vídeo subido a la Red Mágica en ese estado. La mayoría de las chicas se sorprendieron.

–¿Qué ha pasado aquí? – Preguntó Akari.

–Parece que el ruido ha sido tan potente que ha roto la cámara. – Respondió Yui. – Esa chica es realmente peligrosa.

–Bueno, al menos ahora sabemos su aspecto. – Dijo Kyouko. – Sabiendo eso podemos mirar a ver si la encontramos en la Red Mágica. Quizá encontremos información sobre ella que nos ayude a derrotarla.

Las demás asintieron. Yui puso filtros en la Red Mágica para buscar chicas mágicas que tuvieran el pelo negro y los ojos verdes. Había más de 200. Como no podían permitirse ir mirando una por una, Yui amplió el filtro añadiendo también las que hubieran dejado en blanco el espacio donde poner la habilidad. La cifra bajó hasta solo 14. Las chicas empezaron a mirar todas las chicas mágicas que aparecían en la web para ver si encontraban a esa chica. Alguna se parecía bastante, pero no era ella. Llegaron al final de la lista sin encontrar a esa chica, extrañando a todas.

–¿Seguro que lo hemos mirado bien? – Preguntó Himawari.

–A ver, vamos a volverlo a mirar. – Dijo Yui.

Las chicas volvieron a mirar otra vez todas las chicas mágicas de la lista, más lentamente, para fijarse más. De nuevo llegaron al final de la lista.

–No puede ser. Tiene que aparecer.

Natsumi tomó el ratón y subió un poco en la página.

–¿Seguro que no es esta? – Preguntó señalando a una de las chicas.

–Se parece bastante, pero no es ella. – Respondió Yui.

Kyouko, extrañada, habló.

–No lo entiendo. Aunque no fuera miembro de las representantes de su país debería estar registrada como chica mágica. ¿Cómo es posible que no esté?

–Aquí pasa algo muy raro… – Murmuró Natsumi.

Tras pensar unos segundos, Hiroshi habló.

–Tal vez pueda encontrar información sobre ella.

–¿Cómo lo harás? – Preguntó Akami.

–Hackeando la red. – Dijo, sorprendiendo a todas. – Mitsuru era un experto en informática. Sumado eso a la magia podía hackear casi cualquier cosa en cuestión de segundos. Yo no sé tanto como él, pero como también tengo magia, creo que podré hacer algo, aunque seguramente tarde más.

–¿Cuánto más? – Preguntó Yui.

–Podría tardar varios minutos, tal vez horas.

–No tenemos tanto tiempo. – Dijo seria. – No puedes tardar tanto.

–Lo haré lo más rápido que pueda, ¿vale? – Respondió el chico también serio.

Los dos se quedaron mirando seriamente el uno al otro. Aunque ya no se llevaban tan mal como al principio, seguían sin llevarse muy bien.

–Entonces pon tu Gema del Alma. – Dijo Yui sacando la suya de la Llave y levantándose.

Hiroshi se sentó delante del ordenador y puso su Gema en la Llave, abriendo de nuevo la Red Mágica, que se había cerrado automáticamente al retirar Yui su Gema de la Llave.

–¿Qué vas a hacer exactamente? – Preguntó Akari.

–Teniendo en cuenta que apareció por primera vez en Estados Unidos, es probable que sea de allí, por lo que tal vez pueda encontrar información sobre ella si busco en las bases de datos del país.

–¿Podrás hacerlo?

–Haré lo que pueda. Ahora que tenemos su cara tengo algo con lo que empezar. Allá voy. Ya os avisaré cuando encuentre algo.

Hiroshi cerró los ojos y su Gema del Alma empezó a brillar, y en la pantalla del ordenador empezaron a mostrarse decenas de páginas diferentes por segundo. Aquello sorprendió un poco a las chicas. Akami se le acercó.

–¿Hiroshi? – Dijo, pero el chico no respondió. – Ey, Hiroshi. Hiroshiiiiiiiiii… – Tras unos segundos, Akami se atrevió a decir: – ¿Hiroshi… Kun?

Nada. Parecía que la mente del chico no estuviera allí, sino en el ciberespacio, con la información que estaba buscando.

Suponiendo que aquello iba para largo y teniendo en cuenta que no podían hacer nada, las chicas se limitaron a sentarse en el suelo para intentar planificar una estrategia mientras Hiroshi buscaba información sobre esa chica.


Mientras, en Turquía, Ajla estaba boquiabierta por la información que le acababa de dar Blanca.

–Lo que has oído. – Dijo Blanca, pareciendo preocupada. – Una chica mágica está matando a todas las demás chicas mágicas.

Ajla no daba crédito. Se dejó caer en la silla que antes ocupaba el presidente de Turquía, y aún sorprendida, con la cabeza bajada dijo:

–No puede ser… Akari no haría eso… ¡Tengo sus recuerdos, sé que no actuaría así! ¡¿Cómo es posible?!

–No es Akari. – Dijo Blanca, extrañando a Ajla, que alzó la cabeza, mirando de nuevo a la pantalla.

–¿Qué?

–No sabemos quién es. Esa chica no aparece registrada en la Red Mágica. La única información de ella que tenemos es un vídeo que ha subido la líder de Chile antes de morir. – Dijo, mostrándole en la pantalla de otro ordenador una captura del vídeo, donde se veía a esa chica. Ajla no sabía qué decir, por lo que Blanca siguió. – Seguramente subirá por el oeste de Suramérica y después irá por las islas de la Polinesia hasta llegar a Nueva Zelanda. Está muy lejos, así que ya no podemos hacer nada por ellas, pero si salgo ahora puedo detenerla en Australia.

Ajla se quedó sin saber qué decir durante unos segundos. Finalmente, contestó algo molesta.

–Pfff… Está bien, te lo encargo. ¿Por qué no paran de pasar cosas que no están previstas? – Refunfuñó Ajla, y después cortó la conexión.

Sin embargo, en el otro lado de la pantalla, en España, Blanca sonrió.

–Oh… No, Ajla. Todo está yendo según el plan. – Dijo Blanca estirándose en la silla del rey de España. – Mejor incluso.

Blanca escribió un mensaje privado en la Red Mágica, que decía:

"Lo mejor que podemos hacer para derrotar a esa chica mágica que nos está asesinando es reunirnos todas juntas. Por muy poderosa que sea, no podrá hacer nada contra más de 100 chicas mágicas juntas. Para que podamos luchar con todas nuestras fuerzas sin contenernos, lo mejor es hacerle frente en un lugar deshabitado. Y teniendo en cuenta el rumbo que está tomando, propongo hacerlo en el desierto de Gibson, Australia, justo al oeste del lago Mackay. Coordenadas 22 grados, 32 minutos Sur, 128 grados, 18 minutos Este. ¡Juntas la derrotaremos!"

Blanca puso el mensaje en copia a todas las chicas mágicas, pero quitó a Ajla, llegándole a todas menos a ella. La chica amplió su sonrisa y se levantó de la silla.

–Bueno, vamos allá. – Dijo antes de salir del Palacio de la Zarzuela en dirección a Australia.


En casa de Akari, Hiroshi seguía conectado a la red. Llevaba así ya más de una hora, y las chicas empezaban a preocuparse.

–¡Lo tengo! – Gritó de pronto el chico, asustándolas.

–¡Jo, qué susto! – Exclamó Kyouko.

–¿Qué has encontrado? – Preguntó Akami.

El chico miró la pantalla con algo de preocupación.

–Proyecto Athena.

El chico mostró en la pantalla los resultados que había obtenido, un documento ultrasecreto del gobierno de Estados Unidos, donde había adjuntadas varias imágenes y vídeos. Solo leer por encima algunas palabras ya hacía que a todas se les pusiera la misma expresión que Hiroshi.

"experiment", "subject", "test", "artificial", "induce", "electric shock" eran solo algunas de las palabras que les provocaban escalofríos al imaginarse de qué se trataba.

–¿Qué… ¿Qué es eso? – Balbuceó Kyouko.

Hiroshi respondió.

–Es un programa experimental del gobierno de Estados Unidos encargado al ejército, con el objetivo de crear una chica mágica artificial. – Todas abrieron los ojos, impactadas. – Experimentaban con ellas para intentar convertirlas en chicas mágicas mediante varias pruebas. Para que no las echaran de menos, cogían chicas callejeras, sin familia ni conocidos, o chicas que hubieran sido gravemente heridas en accidentes o ataques, dándolas oficialmente por muertas, cuando en realidad se las llevaban a esas instalaciones para experimentar con ellas. A veces incluso provocaban ellos mismos el supuesto accidente con tal de poder llevarse a una chica, si creían que tenía potencial.

Todas estaban en shock.

–Es… Es horrible… – Balbuceó Akari.

–Pero… ¿Qué pretendían con eso? – Preguntó Himawari.

Tras unos segundos, Hiroshi respondió.

–Tener un ejército de chicas mágicas. – La respuesta las dejó a todas de piedra. – Según el documento, – Dijo mientras bajaba en el documento para ver más páginas. – la intención de esto era crear un ejército de chicas mágicas, para después matar a todas las demás chicas mágicas del mundo, quedando solo las de ese ejército. Con un ejército de chicas mágicas, Estados Unidos sería imparable, y podrían acabar con China, Rusia, Corea del Norte, Cuba, Venezuela y cualquier estado que les molestara. Nadie se atrevería a plantarles cara, ni fuera ni dentro del país, consiguiendo a efectos prácticos el sometimiento de toda la población a las órdenes del gobierno y el control del mundo. – Todas las chicas estaban alucinando. Ninguna sabía qué decir. – A esto le llamaron… Proyecto Athena. En honor a la diosa griega de la guerra.

–¿Pero ese no era Ares? – Preguntó Natsumi, todavía afectada por lo que acababan de escuchar.

–Lo eran los dos, pero Ares de forma más violenta, con la idea de hacer la guerra solo por placer. Athena representaba la guerra en su vertiente más estratégica, y no luchaba por placer, sino que lo hacía solo si eso podía aportar resultados favorables.

–¿O sea que Estados Unidos considera que eliminar a todas las chicas mágicas y crear ellos un ejército de chicas mágicas es algo favorable?

–Si nos guiamos por el nombre del proyecto, eso parece.

–Hay que joderse…

Kyouko se dirigió a Hiroshi.

–Por cierto, ¿cómo sabes tú todo eso? – Preguntó, en referencia a la información sobre Athena y Ares.

–Tuve mucho tiempo para mirar información mientras Akami y yo estábamos en el almacén.

Yui habló.

–Volviendo a lo que nos interesa, eso significa que estamos en peligro. Esta chica nos quiere matar a nosotras también.

Akari siguió.

–Pero eso no tiene sentido. Ella también es una chica mágica. ¿Por qué iba a querer matar a otras como ella?

–Es verdad. – Dijo esta vez Akami. – Tal vez podamos convencerla de que deje de hacer eso. Que no lo hace por voluntad propia, sino porque le han dicho que lo haga, y que no tiene por qué hacerlo.

Todas miraron a las dos chicas con una mirada como diciendo: "¿En serio?"

–¿Qu-Qué ocurre? – Preguntó Akari.

Yui fue quien respondió.

–Akari… Y Akami… Entiendo que queráis hacer eso… Pero esa chica ha sido entrenada para matar a todas las demás chicas mágicas. Y por lo que hemos oído y visto no pierde el tiempo hablando. Nada más llegar ya ataca. No creo que podamos hacer eso.

–Pero podemos intentarlo, ¿no? – Antes de que las chicas contestaran, Akari señaló un vídeo en pantalla. – Mirad, aquí tal vez se puede ver cómo lucha y nos sirve para encontrar algún punto débil o alguna forma de derrotarla. Ponlo, Hiroshi.

Ninguna se veía muy convencida (a excepción de Akami) pero Hiroshi lo hizo. Gran error. Ese vídeo no era sobre cómo luchaba. El vídeo se veía de baja calidad, y estaba grabado en un laboratorio lleno de tubos de ensayo, potes con diferentes sustancias, y varios utensilios y aparatos, así como algo que parecía una mesa de mezclas. La cámara giró un poco, permitiendo ver dentro de una cabina a una niña de unos 10 años, encadenada de pies y manos. Se escuchó una voz de hombre.

Música: "Terror adhaerens – Mahou Shoujo Madoka Magica"

Subject three: Start.

Otro hombre tocó algunos de los botones de lo que parecía la mesa de mezclas, empezando a electrocutar a la niña, que gritaba de dolor. Todas se horrorizaron al ver esto. Hubo un corte en el vídeo y se pudo ver a otra chica, esta vez de unos 14 o 15 años, también encadenada, con unos electrodos en la cabeza.

Subject thirteen: Start.

La chica también empezó a gritar, moviendo su cabeza hacia adelante y hacia atrás, como para deshacerse de esas cosas, inútilmente. Otro corte en el vídeo. Esta vez se veía a una niña de unos 12 años.

Subject thirty-one: Start.

Esta vez sumergieron a la niña en un tanque de agua. Dentro del tanque empezaron a lanzarle descargas eléctricas, haciendo que la niña abriera la boca por el dolor, haciendo que tragara agua, empezando a tener convulsiones por eso. Todas estaban totalmente horrorizadas ante aquello. Estaban tan impactadas que ni siquiera podían quitar el vídeo.

Subject forty-six: Start.

Esta vez se vio a una chica de unos 17 años a la que inyectaron mediante una máquina varias agujas gigantes por sus brazos y piernas. La chica, no solo empezó a gritar, sino que tras pocos segundos empezó a llorar sangre y se le pusieron los ojos completamente negros.

Akari de pronto cayó en los números.

–No… No me digáis que esos números son… Son…

–Sí… – Respondió Hiroshi, asqueado por aquello. – Son el número de chicas a las que han matado.

Subject fifty-eight: Start.

Otra chica empezó a gritar debido a las torturas. Akari se llevó las manos a la boca y se le empezaron a caer algunas lágrimas, mientras que el resto de chicas, incluida Akami, estaban tan impactadas que no podían ni llorar, pudiendo solo mirar eso con una mirada de horror. Se vieron experimentos con más chicas, llegando finalmente a la número 79. Una chica de pelo negro y ojos verdes estaba teniendo convulsiones, hasta que terminó desmayándose. Tras unos segundos, la chica abrió los ojos, mostrando una mirada escalofriante, sin ningún resto de humanidad. La chica rompió los grilletes que la encadenaban casi sin esfuerzo. Se pudo ver a varios científicos mirando datos en una pantalla, midiendo algo. Las chicas no entendían lo que significaban esos datos, pero los ordenadores emitían pitidos agudos constantemente y los hombres se veían contentos.

We did it. We have created the first artificial magical girl in history. Athena.

Akari no pudo más.

–¡Quita esto! ¡Quítalo! – Gritó cerrando los ojos con fuerza.

Hiroshi cerró el vídeo, pero eso no calmó a Akari, que se dejó caer en el suelo empezando a sollozar, y Akami estaba en un estado similar. El resto de chicas también tenían lágrimas en los ojos. Ninguna de ellas sabía qué decir. Fue Hiroshi quién finalmente habló.

–Eso es demasiado cruel, incluso para mí…

Kyouko apretó los dientes de rabia.

–Esos americanos son unos hijos de… – Se cortó ella misma.

Akari se secó las lágrimas, y con la voz aún entrecortada se levantó.

–Esa chica no es mala, es una víctima. ¡Tenemos que ayudarla! – Todas excepto Akami apartaron la mirada. – ¡¿Qué pasa?! ¡No me digáis que pensáis matarla! – Nadie contestó. – ¡Es una víctima! ¡Tenemos que salvarla!

–Akari… – Empezó Yui. – Esa ya no es esa chica. ya no queda nada de humanidad en ella. Ya no es humana, es Athena. Ya no tiene pensamiento ni criterio propio. La han convertido en un arma andante. Ya no podemos hacer nada por ella.

–Pero… Tenemos que salvarla…

–Ya no queda nada que salvar, Akari.

Akari empezó a negar con la cabeza.

–No… No… Seguro… Seguro que podemos hacer algo. Podemos detenerla, aislar su Gema del Alma como hemos hecho con las chicas mágicas de África y buscar luego una forma de salvarla.

–Eso estaría bien si no fuera por un detalle bastante importante… No tiene Gema del Alma. – Akari se sorprendió. – Aunque la derrotemos, al no tener Gema del Alma, puede usar magia para curarse todas las veces que quiera, por lo que la única manera de derrotarla es matarla…

–No… ¡No! ¡No lo voy a permitir! ¡¿Me oís?! ¡No lo voy a permitir!

–¡Escúchame bien, Akari! – Gritó Yui levantándose, asustando un poco a todas. – ¡Si no matamos a esa chica, ella nos matará a nosotras! ¡¿Es eso lo que quieres?! ¡Ya hemos perdido a Akako, ¿es que quieres que tu hermana te pierda a ti también?! – Akari abrió los ojos asustada ante esa posibilidad. – ¡Esa chica no tiene Gema del Alma! ¡Puede seguir usando magia todo el tiempo que quiera! ¡Es o ella o nosotras! Entiendo tu punto de vista, pero es erróneo. Solo hay dos opciones: O la matamos nosotras a ella o ella nos matará a nosotras. La última vez que no me hiciste caso acabaste encerrada, ¿es que ya lo has olvidado? Y puedes dar gracias de que decidieran solo encerrarte y no matarte. Esta vez no será así. Si no me haces caso, no solo morirás tú, sino que lo haremos todas. Hazme caso esta vez, Akari.

Akari se dejó caer de rodillas al suelo.

–Onee-chan… Di algo… – Dijo mirando a su hermana.

–Lo siento, pero Yui tiene razón.

–Ya veo… – Dijo bajando la cabeza, con la sombra de su pelo cubriendo sus ojos.

Todas creían que Yui había sido algo cruel con Akari, pero en el fondo sabían que tenía razón.

–Lo siento, Akari, pero así son las cosas. – Akari no dijo nada, por lo que Yui se dirigió a Hiroshi. – Quita eso. – Dijo, en referencia a ese documento.

Hiroshi cerró el documento, apareciendo en pantalla otra vez la Red Mágica, encontrándose con el mensaje de Blanca.

–Hay un mensaje nuevo.

Kyouko se acercó un poco a la pantalla.

–¡Es de Blanca!

–¡¿Qué?! – Exclamó Natsumi.

–¿Qué dice? – Preguntó Kyouko molesta.

Hiroshi leyó el mensaje.

–Ha llamado a todas las chicas mágicas a Australia para hacer frente a Athena.

Himawari habló.

–¿Entonces creéis que es buena idea que vayamos nosotras también? Blanca os intentó matar la última vez. Y seguro que las demás también lo hubieran hecho estando en su lugar.

Yui recordó algo.

–Bueno, Ajla ha dicho que nos indultaba, ¿no? ¿Creéis que ya se lo debe haber dicho a las demás?

Hiroshi respondió.

–Aunque no lo hubiera hecho, en esta situación no creo que ninguna nos haga nada. Necesitan toda la ayuda posible para derrotar a Athena. Y aunque nos atacaran, aunque nos superen en número, nosotros tenemos a las tres chicas mágicas más poderosas del mundo, la primera de la cual dos veces, yo soy casi tan poderoso como cualquiera de ellas, y Yui puede parar el tiempo, por lo que en caso de luchar, nosotros tendríamos ventaja.

Todas las chicas se miraron entre ellas, como esperando que alguna dijera algo. De pronto Hiroshi se fijó en algo.

–¿Eh? ¡Este mensaje se envió hace más de una hora!

–¡¿Qué?!

–Por entonces yo estaba utilizando el ordenador para buscar información sobre Athena, por eso no lo vimos. eso significa que Athena debe estar a punto de llegar allí. Debemos irnos ya. Al menos con mi poder podremos llegar allí en cuestión de segundos. ¿Vamos? – Las chicas se miraron entre ellas y después asintieron. – Bien. Tomaos todas de la mano. – Kyouko y Himawari tomaron de las manos a Hiroshi una a cada lado, y el resto de las chicas les tomaron de las manos a ellas. – Allá vamos.

Hiroshi las envolvió a todas en un escudo de energía y creó un portal, por el que pasaron.

Mientras, en Turquía, Ajla recibió una visita inesperada. Llamaron a la puerta del despacho, extrañando a Ajla, que no esperaba a nadie.


–Adelante. – Dijo.

La puerta se abrió, entrando esa chica, sorprendiendo a Ajla.

–Vaya, qué sorpresa. ¿Qué haces tú por aquí?

La chica, con una voz algo aguda, contestó.

–Blanca trama algo.

Eso extrañó a Ajla.

–¿Qué?

–Ha enviado este mensaje privado en la Red Mágica. Nos ha puesto en copia a todas… Menos a ti. – Dijo enseñándole en una tablet el mensaje de Blanca.

Ajla tomó la tablet y leyó el mensaje de Blanca.

–¿Qué… Eso no es lo que me ha dicho a mí. ¿Qué significa esto?

–No lo sé, pero me da mala espina.

Ajla dejó la tablet en la mesa y se levantó.

–Vayamos para allá nosotras también. Tú mejor quédate algunos cientos de metros detrás de mí. Blanca es muy peligrosa, así que si llegamos a tener que luchar mejor que me encargue yo.

La otra chica asintió, y después de eso las dos salieron en dirección a Australia., dejando la otra chica cierta distancia para que Ajla la avanzara.


Hiroshi y las chicas ya estaban varios quilómetros encima de Australia, y solo falta crear algunos portales más para acercarse al lugar que Blanca había dicho. Cuando ya estaban lo suficientemente cerca, pudieron ver a una persona allí, extrañándose de ver solo una y no a todas las chicas mágicas. Finalmente Hiroshi creó otro portal apareciendo a unos 10 metros de esa chica, pudiendo ver entonces que era Blanca, que las miró con una sonrisa.

–Vaya, pero mirad a quién tenemos aquí. Kyouko y la chica sin nombre. ¿Qué tal, cómo estáis?

Las dos chicas la miraron con rabia.

–¡Que tengo nombre! ¡Me llamo Na...

–¡Que no me importa!

Yui, intentando no alterarse, preguntó:

–¿Dónde están las demás chicas mágicas?

–Ya están aquí.

–¿Eh? ¿Dónde? – Yui miró a los alrededores. – No detecto ninguna energía mágica. ¿Dónde están?

–Aquí mismo. – Blanca amplió su sonrisa. – Dispersadas desintegradas en millones de trocitos.

A todas les dio un escalofrío al oír eso.

–¿Qué… ¿Qué quieres de…

–Joder, sí que sois cortitas, ¿no? Yo las he matado. – Dijo, dejando a todas sorprendidas.

MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA

CIVIL WAR