Hiroshi y las chicas aparecieron por un portal a unos 10 metros de la chica que estaba al lado del lago Mackay, en el desierto de Gibson, Australia, pudiendo ver entonces que era Blanca, que las miró con una sonrisa.
–Vaya, pero mirad a quién tenemos aquí. Kyouko y la chica sin nombre. ¿Qué tal, cómo estáis?
Las dos chicas la miraron con rabia.
–¡Que tengo nombre! ¡Me llamo Na...
–¡Que no me importa!
Yui, intentando no alterarse, preguntó:
–¿Dónde están las demás chicas mágicas?
–Ya están aquí.
–¿Eh? ¿Dónde? – Yui miró a los alrededores. – No detecto ninguna energía mágica. ¿Dónde están?
–Aquí mismo. – Blanca amplió su sonrisa. – Dispersadas desintegradas en millones de trocitos.
A todas les dio un escalofrío al oír eso.
–¿Qué… ¿Qué quieres de…
–Joder, sí que sois cortitas, ¿no? Yo las he matado. – Dijo, dejando a todas sorprendidas.
MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA
·
La batalla definitiva
Todas estaban impactadas.
–¿Qué… ¿Qué dices?
–Que las he matado a todas. – Dijo Blanca sin dejar de sonreír.
Ninguna sabía qué decir.
–P-Pero… ¿P-Por qué? – Preguntó finalmente Akari. – ¿No querías reunir a todas las chicas mágicas para poder hacer frente a la chica mágica que está matando a las demás?
–Por supuesto que no. Puedo derrotar a esa chica yo sola. Eso era solo una excusa para traerlas a todas al mismo lugar para poder matarlas.
–No lo entiendo. ¿Por qué? – Preguntó Akari claramente sin entender.
–Por la misma razón por la que os voy a matar a vosotras ahora.
Kyouko intervino.
–Oye, no puedes matarnos, Ajla dijo que estábamos indultadas.
–¡Me importa una mierda lo que diga Ajla! – Gritó Blanca molesta, sorprendiendo a todas.
Blanca volvió a sonreír.
Música: "SawElephant4ゅ – Re꞉CREATORS"
–Yo nunca he trabajado para Ajla, solo la estaba utilizando. Hace siglos España fue el imperio más grande del mundo, pero con los años fue decayendo hasta quedarse solo con una parte de la península ibérica, sin hacer justicia a lo que una vez fue. Mi intención desde el principio ha sido volver a hacer de España el gran imperio que fue, pero yo sola no podía. Incluso con mi poder, al haber miles de chicas mágicas en el mundo podrían haberme matado. Pero entonces apareció Victoria, y su intención de echar a los gobernantes actuales me vino como anillo al dedo para eso. Pero era una estúpida, queriendo tomar el control del mundo solo de forma temporal, permitiendo luego que la gente volviera a votar… Sin embargo, aprovechando que las chicas mágicas estaban divididas sobre el plan de Victoria, decidí utilizarlas a todas. Necesitaba alguien que no estuviera de acuerdo con el plan de Victoria y quisiera tomar el control del mundo de forma permanente, para destruir a las Representantes del Mundo desde dentro. Estuve meses buscando a alguien así, hasta que encontré a Ajla, quien tenía la habilidad perfecta para hacerlo. Le dije que utilizaríamos a Victoria, haciéndole creer que reclutaríamos chicas que pensaran como ella cuando en realidad pensarían como nosotras… Pero a ella también la estaba utilizando. En realidad no solo recluté chicas que estuvieran de acuerdo con Ajla. También recluté chicas que pensaban como Victoria expresamente con un único objetivo: Hacer que se mataran entre ellas. Cuando atacáramos, las que pensaban como Victoria y las que pensaban como Ajla se pelearían entre ellas, llegando incluso a matarse, reduciendo prácticamente a la mitad el número de chicas mágicas. Luego, Ajla, gracias a su habilidad, podría acabar fácilmente con las chicas mágicas que quedaran que nos intentaran detener. Pero mi poder es aún mejor, por lo que cuando hubiéramos terminado la mataría a ella también, y yo sería la única chica mágica del mundo. Todo el mundo obedecería mis órdenes, y mataría a todos los que intentasen detenerme. Solo tenía que esperar el momento justo para eso, y esa chica mágica asesina ha sido el momento perfecto para hacerlo. Solo he tenido que decirles que vinieran aquí para enfrentar a esa chica, cuando en realidad lo que quería hacer era matarlas. Como venían cada una de un país diferente, han llegado una por una, y cada vez que venía una la mataba y luego la desintegraba para que la siguiente en venir no viera su cadáver. Así lo he ido haciendo con cada una de ellas, excepto con Ajla. Ella es la única a la que no le he dicho nada. Quería matarla de una forma especial. Después de todo, he podido hacer esto gracias a ella, no me parecía justo matarla igual que todas las demás, quería agradecérselo personalmente. Quería matar primero a la chica mágica asesina esa, luego a ella y luego a vosotras, pero ya que estáis aquí, os mataré a vosotras primero. Y una vez sea la única chica mágica en el mundo, haré que todo el mundo sea España, y mataré a todos los que estén en contra. España volverá a ser el imperio donde nunca se pone el sol. ¡Viva Franco! ¡Viva Hitler! ¡Viva Trump! ¡VIVA ESPAÑA!
Las demás estaban alucinando ante tal nivel de mezquindad.
–Joder, qué fascista… – Dijo Hiroshi.
Blanca ya estaba a punto de utilizar su poder especial y atacar, pero entonces tanto ella como las demás notaron que se acercó otra chica mágica por detrás de Blanca. Esta, extrañada, se giró, viendo que se acercaba a gran velocidad una chica mágica, que se detuvo a unos 10 metros de Blanca. Todas excepto Blanca se asustaron al ver quién era.
–E… Es Athena… – Titubeó Natsumi, visiblemente nerviosa.
Blanca sonrió.
–Tú debes ser la chica mágica asesina esa. Así que te has puesto de nombre Athena, ¿eh? Casi parece que nuestra batalla haya sido cosa del destino. Pues bien, vamos a ver quién es más poderosa, si Athena o Medusa.
Blanca aumentó su sonrisa, dispuesta a luchar, pero Athena, sin siquiera moverse, le lanzó una onda de infrasonidos a cientos de decibelios, paralizándola al instante debido a la frecuencia de la onda, haciendo que todo su cuerpo vibrara, impidiéndole reaccionar, y acto seguido le lanzó un rayo de energía directamente a su Gema del Alma, rompiéndola, dejando alucinadas a todas las demás. El cuerpo inerte de Blanca cayó al suelo, donde su vestido mágico brilló para transformarse en ropa normal. Todas las demás tenían los ojos como platos. Ninguna se podía creer la facilidad con la que Athena había matado a Blanca. Y lo que era peor, ahora tendrían que luchar contra ella.
Música: "Kasaneru Tsumi wo, Hagitoru Yaiba – Genei wo Kakeru Taiyou"
Sin perder tiempo Athena lanzó una onda de sonido hacia las chicas, que rápidamente esquivaron saltando cada una en una dirección diferente, pensando que así Athena no podría atacarlas a todas a la vez… Pero se equivocaban. Athena lanzó una onda de sonido en todas direcciones, tan potente que destruyó una parte del suelo, y que afectó a todas las chicas, dejándolas a todas paralizadas igual que Blanca hacía unos momentos. Inmediatamente Athena empezó a lanzar rayos de energía a las Gemas del Alma de todas las chicas, que pudieron parar por la mínima creando escudos de energía en el último momento, pero tan débiles que se deshicieron en el momento en que los rayos de energía chocaron contra ellos. Athena se lanzó hacia Kyouko, creando otra onda de sonido, que la chica esquivó, pero cuando iba a lanzarle un rayo a Athena, esta volvió a lanzar una onda de sonido en todas direcciones, volviendo a afectar a todas, aprovechando para lanzar un rayo de energía a Kyouko, que Hiroshi pudo evitar que le diera creando un portal justo delante de Kyouko y otro delante de Athena, saliendo el rayo justo delante de ella, pero que pudo parar fácilmente con un escudo de energía. Sin perder tiempo volvió a lanzar otra onda se sonido. Yui paró el tiempo antes de que le afectara la onda y lanzó un rayo de energía hacia Athena, pero este se dispersó en cientos de trocitos al chocar contra la onda de sonido aunque estuviera el tiempo detenido, sorprendiendo a Yui. Viendo que no podía atravesar la onda de sonido con un ataque de energía, decidió detenerla, creando un escudo de energía envolviendo la onda de sonido, aislándolas a ellas del ataque. Pero al volver a activar el tiempo, la onda destruyó completamente el escudo, sorprendiendo a Yui, que no tuvo tiempo de reaccionar y la onda volvió a afectarla, al igual que a todas las demás. Athena lanzó un rayo de energía contra Yui, que Akami pudo desviar con un escudo de energía, y justo después le lanzó un rayo de energía a Athena, que esquivó saltando al aire, donde Athena lanzó un rayo a Akami, que también saltó, y ella, junto con Hiroshi desde atrás, le lanzaron cada uno a Athena un potentísimo rayo de energía, pero esta pudo destruirlos lanzando una potentísima onda de sonido a cada uno, destruyendo completamente sus ataques y obligándoles a apartarse si no querían que les afectara el ataque de Athena. Akari, Yui y Kyouko lanzaron cada una el rayo de energía más potente que pudieron contra Athena, que volvió a saltar, volviendo a crear una onda de sonido en todas direcciones, tan potente que aun siendo solo sonido se podía ver cómo distorsionaba la luz. Aunque todas se apartaron y crearon escudos de energía entre ellas y la onda para protegerse, no sirvió de nada y el ataque de Athena destruyó sus escudos, siendo afectadas de nuevo por el ataque de Athena, causándoles dolor nuevamente. Athena lanzó rayos de energía contra Hiroshi y todas las chicas, que estaban caídas en el suelo, que Hiroshi paró creando escudos de energía delante de todas, por lo que Athena lanzó una onda de sonido contra el chico, que esquivó rodando a un lado, donde le lanzó un ataque de energía a la chica, que destruyó con otra onda de sonido. Cuando la onda estaba a punto de darle fue salvado por Yui, que había parado el tiempo. La chica tomó al chico de la mano y empezaron a correr hacia las demás chicas, tomando de la mano a cada una, hasta alejarlas a todas de Athena. Al estar utilizando su poder con tantas personas a la vez, una vez ya estaban todas cogidas de las manos, el poder de Yui duró solo medio segundo más y el tiempo volvió a correr. Athena se giró para encararlas de nuevo, empezando a preocupar a las chicas, pues ellas ya estaban empezando a agotarse, y en cambio Athena estaba fresca como una rosa. Pero justo cuando iba a atacarlas, se detuvo, pareciendo entre sorprendida y extrañada, y miró hacia atrás, al detectar la energía de otra chica mágica, energía que todas las demás también detectaron. Esa chica mágica se acercó rápidamente hasta quedar a unos 10 metros de Athena, sorprendiendo a todas al ver quién era, especialmente a Akari.
–A… Ajla…
Athena pareció sorprenderse al oír eso.
–¿Ajla?
Athena empezó a buscar en la información que le habían introducido en su cerebro. Mientras, Ajla, que tenía una expresión seria, miró a un lado, viendo el cadáver de Blanca. La chica volvió a mirar a las demás, confundida y extrañada pero sin cambiar lo más mínimo su expresión.
–¿Se puede saber qué ha pasado aquí?
De pronto, Athena encontró la información que buscaba, abriendo algo más los ojos, como si estuviera sorprendida.
–Ajla=Altair. Objetivo prioritario.
Athena entonces lanzó una potentísima onda de sonido hacia Ajla, reventándole los tímpanos, haciéndola gritar de dolor. Sin perder tiempo, Athena le lanzó un rayo de energía, asustando a Ajla. Cuando el ataque se disipó, Ajla ya no estaba. Al principio todas pensaron que la había matado, pero enseguida oyeron a alguien respirar agitadamente al otro lado de donde Athena había atacado. Cuando se giraron vieron que era Ajla, que ya se había curado y estaba visiblemente enfadada. Athena enseguida volvió a lanzarle una onda de sonido, que Ajla esquivó saltando a un lado, pero Athena ya parecía saber que Ajla haría eso, pues antes incluso de que Ajla tocara de nuevo el suelo, le lanzó un rayo de energía, para que no tuviera tiempo de esquivarlo. Sin embargo, Ajla tampoco tenía intención de hacerlo. Dejó que el rayo le diera por completo, sin que eso lo causara el más mínimo daño, sorprendiendo a todas, incluso a Athena.
–Imposible…
–¿Eso es todo? – Preguntó Ajla.
La chica desapareció delante de sus narices, y un segundo más tarde volvió a aparecer justo enfrente de Athena, a la cual le atravesó el corazón de un puñetazo, matándola, haciendo que cayera de cara al suelo. Todas las demás estaban flipando.
–Imposible… – Dijo Natsumi claramente asustada. – Nosotras no hemos podido ni siquiera tocarla... Y ella la ha matado como si nada.
–¿Pero qué clase de poder tiene? – Preguntó Kyouko igual de asustada.
Ajla miró a las chicas, asustándolas aún más.
–¿Qué ha pasado con Blanca? – Preguntó, seria. Sin embargo, nadie se atrevía a responder. – ¿Qué? ¿Es que nadie me va a contestar? – Siguió, algo molesta.
Natsumi se atrevió a decir algo.
–E… Esa chica la mató.
–P-Pero no era como tú crees. – Siguió Himawari. – En realidad solo te estaba utilizando. Lo que realmente quería era matar a todas las demás chicas mágicas para ser ella la única que quedara y gobernar el mundo ella sola. Y de hecho lo hizo. – Ajla se sorprendió. – Nosotras somos las únicas chicas mágicas que quedan.
Ajla miró el cadáver de Blanca con rabia.
–Esta malnacida…
–Ajla. – Dijo Akari totalmente seria, llamando la atención de Ajla. – Devuélveme a Akako.
Tras unos segundos, Ajla respondió.
–¿Por qué debería? Aceptaste rendirte porque tienes miedo de que le haga daño a Akako. Si te la devuelvo ya no tendrías ese miedo y nada te impediría intentar detenerme.
–No hace falta intentar detenerte, Ajla. Has fallado. Todas las demás chicas mágicas han muerto, Blanca las ha matado. Ya no tiene sentido tu plan, acéptalo.
–Eso no es cierto. Puedo controlar el mundo yo sola, aunque obviamente será más complicado que con una chica mágica o más por país. Aunque si lo que quieres es volver a ver a Akako, te propongo algo. Uníos a mí. – Todas se sorprendieron ante esa propuesta. – El momento que te dije ha llegado, Akari. Cuando perdamos nuestro poder ya no habrá más chicas mágicas, y entonces los delincuentes y criminales aprovecharán para atacar todos de golpe, y solo la policía no será suficiente para detenerlos a todos. De hecho, cuando se sepa que casi todas las chicas mágicas han muerto, seguro que ya empezarán a actuar. La única forma de pararlos es matarlos. Acéptalo, uníos a mí y te devolveré a Akako.
–¡No, eso no es verdad! ¡No hace falta matar a nadie! ¡Solo con detener a esas personas es suficiente!
–Eres una ingenua, Akari. La gente no cambia. La única forma de evitar que la gente que ha hecho algo malo vuelva a hacerlo es matándolos.
–¡No es cierto!
–No entiendo cómo puedes estar tan ciega.
–Eres tú la que está ciega.
–Y volvemos otra vez con lo mismo… Mira, Akari, aquello que te dije aquella vez de que no te encerré para protegerme a mí de ti sino para protegerte a ti de mí era verdad. Te encerré para que no pudieras luchar y así no tener que hacerte daño, pero si insistes en detenerme tendré que hacerlo.
–No estés tan convencida de ganar. Nosotras somos siete, y tú estás sola.
Ajla sonrió.
–Oh, no, Akari. No estoy sola. Hay alguien conmigo. – Eso extrañó a todas. – Ya puedes venir.
Al cabo de unos segundos las chicas empezaron a sentir la energía de otra chica mágica, que se había mantenido a una distancia prudencial de Ajla. A medida que se acercaba, las chicas empezaron a reconocer a esa energía, sorprendiendo a las del Holy Quintet, sobre todo a Himawari.
–No… No me digas que…
Finalmente la chica se detuvo unos dos metros más delante de Ajla, confirmando lo que todas se imaginaban.
–Sa… Sakurako…
Sakurako se veía muy seria, incluso algo enfadada.
–A diferencia de vosotras dos, Kyouko y Natsumi, Sakurako sí que se unió a las Representantes del Mundo estando de acuerdo con mi plan, no con el de Victoria. Ella también piensa como yo, que hay que matar a la gente que hace cosas malas para que no puedan volverlo a hacer.
–¡Eso es porque mataron a su hermana! – Exclamó Himawari. – ¡Te aprovechaste de ella aprovechando que estaba afectada por el asesinato de su hermana para llenarle la cabeza con tus delirios!
–¡Cállate! – Gritó Sakurako. – No tienes ni idea de lo que dices. A mí nadie me llenó la cabeza con nada. Después de que ese desgraciado matara a Nadeshiko vi que lo que proponía Ajla era lo correcto. Hay que matar a todos los que hacen algo malo para evitar que lo vuelvan a hacer. Y si hace falta, matarlos incluso antes de que lleguen a hacer algo malo.
Las demás chicas estaban boquiabiertas ante las palabras de Sakurako.
–Sakurako… ¿Qué dices? No puedes hacer eso. No solo matar no es la solución a ningún castigo, hacerlo incluso antes de que hagan nada es una locura.
–¿No te suena la frase de que es mejor prevenir que curar?
–¡Pero eso no significa que haya que matar a nadie!
–¡Matar es la única solución! – Gritó Sakurako.
Ajla miraba aquello con una sonrisa.
–Parece que Sakurako está dispuesta a mataros si os interponéis en nuestro camino. ¿Estáis dispuestas a hacer vosotras lo mismo?
Himawari miró a Sakurako suplicándole con la mirada que no lo hiciera.
–Sakurako, por favor…
Sakurako creó una espada en su mano y la levantó señalando hacia las chicas, asustando a todas. No por el hecho de tener que luchar contra ella, pues podían derrotarla fácilmente sin tener que matarla, sino porque eso significaría que la habían perdido. Himawari tenía lágrimas en los ojos, que creía que iban a empezar a caer en cualquier momento.
–Sakurako… No…
–Hay que matar a toda la gente que ha hecho o vaya a hacer algo malo. Empezando… Por… ¡Ti!
Sakurako rápidamente se giró y atravesó la Gema del Alma de Ajla con la espada, sorprendiendo a todas, también a Ajla.
–¡¿De verdad creías que iba a matar a mis amigas?!
Ajla tenía una expresión de terror en su rostro.
–Sa… Saku…
–Sé que has secuestrado a Akako para chantajear a mis amigas, y ahora querías que las matara solo porque no están de acuerdo contigo. Eso es algo despreciable, por lo que según tu propio criterio mereces morir. ¡Así que muere!
Sakurako hundió aún más la espada en el cuerpo de Ajla, saliéndole por el otro lado, haciendo que en el rostro de Ajla no solo se mostrara el terror sino también el dolor. Sakurako retiró su espada, y Ajla, con sus manos en su Gema del Alma y mirando al suelo, dio un par de pasos atrás.
–Que crea que hay que matar a los criminales no significa que esté de acuerdo con tu plan de dominar el mundo. Y desde luego no voy a matar a mis amigas.
Ajla respiraba de forma entrecortada, y todas pensaban que ese sería su último aliento y que en cualquier momento iba a caer muerta al romper su Gema del Alma. Sin embargo, en lugar de eso, Ajla sonrió levemente, y empezó a reír ligeramente, sorprendiendo a las demás.
–Ejejejejejé… Jajajajajajá…
Poco a poco empezó a reír más fuerte, empezando a asustar a las demás. Hasta que finalmente empezó a reír a carcajadas, levantándose e incluso inclinando su cabeza hacia atrás, pareciendo una yandere, dejando a todas petrificadas. Ninguna entendía cómo podía seguir viva. Tras unos segundos dejó de reír y bajó su cabeza, pero aún sonriendo.
–Buena jugada, Sakurako. Debo admitir que no me lo esperaba. Ha sido una buena idea. Lástima… – Ajla levantó su cabeza y miró directamente a Sakurako. – Que no te va a servir de nada.
Ajla desapareció de golpe, y un segundo después volvió a aparecer delante de Sakurako, asustando a todas, pero antes de que ninguna pudiera reaccionar, Ajla le atravesó el corazón de un puñetazo, horrorizando a todas, especialmente a Himawari.
–¡Sakurako!
Sakurako cayó al suelo, inerte, y su vestido de chica mágica brilló y se convirtió en ropa normal.
–¡Sakurako, no! – Gritó Himawari horrorizada.
–Tranquilas, sigue viva. – Dijo Ajla sonriendo. – Mientras su Gema del Alma siga intacta seguirá viva.
Sin embargo, eso no pareció calmar a Himawari, más bien lo contrario.
–¡Malnacida! – Himawari estaba a punto de lanzarse contra ella. – ¡Te voy a…
Antes de que pudiera atacarla, Hiroshi le dio un golpe tegatana en la carótida a la chica, dejándola inconsciente, a la cual agarró antes de que cayera al suelo. Todas se sorprendieron por el ataque.
–¡¿Se puede saber qué haces?! – Exclamó Yui.
–Salvarle la vida. – Dijo, dejando a Himawari en el suelo. – Si llega a atacarla en ese estado se hubiera dejado llevar por la ira y Ajla la hubiera derrotado enseguida. Solo he evitado que recibiera daño.
–¿Cómo, haciéndole daño tú?
Ajla, que hasta ese momento no había visto a Hiroshi por estar detrás de las chicas, se fijó en él, sorprendiéndose. Akami intervino.
–Por favor, no es peleéis. Ahora no es el momento.
Ajla se sorprendió aún más al ver que había dos Akaris. Cuando finalmente reconoció a aquel chico como Hiroshi, Ajla perdió por completo los nervios y con una cara llena de odio gritó con todas sus fuerzas.
–¡TÚ! – Gritó, asustando a todas. – ¡¿Cómo es posible que estés vivo?! ¡Akari te mató, tengo sus recuerdos! ¡¿Y cómo es que hay otra Akari?!
Hiroshi se dirigió a ella.
–Akari mató al yo de esta línea temporal, pero yo provengo de otra línea temporal, igual que ella. – Dijo, refiriéndose a Akami.
Ajla tenía una expresión de ira en su rostro.
–Desde que tengo los recuerdos de Akari que una parte de mí siempre se sintió mal de que te matara… ¡Porque quería hacerlo yo! Si no fuera por Akari todas las chicas mágicas habríamos muerto… ¡De hecho hasta lo hiciste! ¡Y voy a matarte por eso!
–Oye, el Hiroshi que hizo eso no era yo, fue el de la otra línea temporal.
–¡Cállate! ¡Vamos, atácame! ¡Quiero destrozarte!
–No voy a luchar contra ti, Ajla.
–¡Para ti soy Altair! ¡Vamos, atácame de una vez! – Ajla lanzó un rayo de energía hacia Hiroshi, que el chico detuvo fácilmente con un escudo de energía. – ¡Desgraciado! ¡Atácame, vamos! – La chica siguió lanzando rayos de energía al chico, que los detenía sin ningún problema, haciendo que Ajla estuviera cada vez más enfadada. – ¡Atácame de una vez, malnacido!
–No pienso hacerlo.
Ajla apretó sus dientes de rabia, pero tras unos segundos se calmó un poco.
–Así que no piensas atacarme, ¿eh?
–Exacto.
–Ya veo. Pues vamos a ver si sigues pensando lo mismo… – Ajla volvió a alargar su brazo para lanzar otro rayo de energía. – Después de esto.
Ajla lanzó otro rayo de energía. Hiroshi volvió a crear un escudo de energía para pararlo, pero se sorprendió al ver que el ataque no se dirigía a él, sino que le pasó por su lado hasta impactar en la Gema del Alma de Akami, dejando al chico de piedra. Por el impacto, Akami cayó de espaldas, pudiendo Hiroshi llegar a cogerla justo antes de que chocara contra el suelo.
–¡AKARI! – Gritó el chico, horrorizado.
El vestido de chica mágica de Akami brilló, volviéndose a convertir en el pijama que llevaba antes de convertirse en chica mágica. A Hiroshi se le empezaron a caer algunas lágrimas.
–Akari, no, no… Akari… ¡Akari!
–Déjalo, Hiroshi. – Dijo secamente Ajla. – ESTÁ MUERTA. – Hiroshi se quedó conmocionado al escuchar eso. – ¿Qué? ¿Sigues sin querer luchar contra mí?
Música: "A Demon's Fate – Within Temptation"
Akari, también conmocionada, intentó hablarle al chico.
–Hiroshi… No. Es una trampa… Piensa en lo que has dicho antes. No te dejes llevar por la ira…
Pero Hiroshi no la escuchaba. Por su mente pasaron rápidamente recuerdos de él y Akari juntos en el almacén. Sus cenas juntos, sus juegos con agua, cuando bailaron juntos, los regalos que se daban por sus cumpleaños, la radiante sonrisa de Akari…
Hiroshi no aguantó más y se puso a gritar con todas sus fuerzas, desprendiendo tanta energía que provocó un viento tan fuerte que las chicas tuvieron que esforzarse por no salir volando, intentando mantener sus pies en el suelo, cosa que no resultaba nada fácil debido a la energía desprendida por el chico. Hiroshi miró lleno de rabia a Ajla, que le miraba seriamente.
–¡Hija de puta! – El chico se lanzó contra ella, haciendo que sonriera, y empezaron a luchar.
Ajla saltó al aire, donde se mantenía gracias a crear un escudo de energía bajo sus pies, igual que Hiroshi, pero este lo único que hacía era atacar sin pensar, lanzando rayos de energía con todas sus fuerzas lo más rápido que podía, e intentar golpear a Ajla, pero no lo conseguía. La chica esquivaba todos los ataques del chico con una sonrisa en la cara, y con movimientos que parecían como si estuviera bailando, de forma que incluso parecía que se burlase de él, cosa que no hacía más que enfadarlo aún más, por lo que los ataques que lanzaba eran cada vez con menos sentido, simplemente lanzando ataques de energía a diestro y siniestro sin pensar una estrategia. Desde el suelo, todas excepto Akari estaban alucinando al ver el nivel de energía de Hiroshi. Desprendía una energía mucho más poderosa que la de Yui, la cual aún podía no estar tan sorprendida debido a que recordaba el poder de Hiroshi por los recuerdos de Akari, pero Kyouko y Natsumi estaban boquiabiertas. Simplemente no se podían creer que existiera alguien con un poder tan enorme, que hacía que todavía llegase un fuerte viento hacia ellas cada vez que lanzaba un ataque aun cuando estaba luchando a varias decenas de metros y ninguno de los ataques iba dirigido a ellas.
–¡Hiroshi, detente! – Le gritó Akari. – ¡Para!
Pero Hiroshi no la oía. Estaba demasiado concentrado en intentar matar a Ajla para prestar atención a su entorno. Lo único que quería era matar a la persona que había matado a la chica que le gustaba, y Akari, incluso desde la distancia, podía ver eso en sus ojos. Ya no era el Hiroshi que había conocido unas horas antes, el que era como el otro Hiroshi fingía ser. En sus ojos se podía ver la misma mirada de rabia que el otro Hiroshi tenía cuando luchó contra ella. Y eso era lo que más temía, que Ajla le hubiera convertido en como era antes.
Hiroshi seguía lanzando todo tipo de ataques contra Ajla, que no le hacían nada, y no lo entendía, pues si bien es verdad que algunos los esquivaba, otros estaba seguro que le habían dado, y sin embargo Ajla seguía sin un rasguño. Tras varios segundos más de lanzar ataques de energía a Ajla e intentar golpearla sin éxito, Hiroshi terminó perdiendo la paciencia, así que decidió ir con todo, sin importarle nada las consecuencias.
–¡Aaaaah! ¡Ahora verás! – El chico subió hasta unos 200 metros de altura y empezó a cargar un ataque con todas sus fuerzas, asustando a Akari, Yui, Kyouko y Natsumi.
–¿Qué… ¿Qué está haciendo? – Preguntó Kyouko esperando estar equivocada.
–No… No puede ser… – Continuó Yui.
Akari le gritó al chico con todas sus fuerzas.
–¡No, Hiroshi! ¡No lo hagas!
–No, déjalo. – Dijo Ajla con una sonrisa. – Que lo haga.
Tras unos segundos, el chico terminó de cargar su ataque, y lanzó un enorme rayo de energía, que brillaba más que el sol. Akari gritó a las demás.
–¡Chicas! ¡Ayudadme con el escudo!
Akari creó un escudo de energía envolviéndolas a todas, también a Himawari y Sakurako y al cuerpo de Akami, y Yui, Kyouko y Natsumi utilizaron todo su poder para reforzar el escudo de Akari. Ajla no hizo ningún esfuerzo por evitar el ataque, es más, se quedó quieta en el aire con una sonrisa mientras el ataque la alcanzaba. Cuando este chocó contra el suelo produjo una enorme explosión, haciendo que las chicas tuvieran que esforzarse por mantener el escudo. Las chicas se esforzaban al máximo para evitar, no solo que el escudo se rompiera, sino que salieran volando por la potencia de la explosión, intentando mantenerse en el mismo sitio, teniendo los ojos cerrados con fuerza para no les cegara la brillante luz. Tras algo más de medio minuto, el viento producido por la explosión empezó poco a poco a perder fuerza. Cuando el terremoto provocado por el ataque paró, Akari y las demás abrieron lentamente los ojos, y cuando lo hicieron se quedaron impactadas al ver lo que vieron. Donde hasta hacía unos segundos había un desierto, ahora había un enorme agujero, tan profundo que no podían ver el fondo, y de casi 500 metros de diámetro. Tan impresionadas quedaron ante tal nivel de desolación que sin querer desactivaron el escudo de energía.
Hiroshi estaba en el aire respirando agitadamente tras el ataque que acababa de lanzar.
–¿Eso es todo?
Esa voz las heló a todas. Cuando el humo que quedaba se disipó, Ajla estaba flotando sonriendo y sin ni una sola herida. Ninguna daba crédito, tampoco Hiroshi. No solo ese ataque no la había matado, sino que ni siquiera le había hecho nada. El chico, pese a estar agotado e impresionado, la ira le impedía aceptar que no podía hacer nada, y furioso, se lanzó de nuevo contra Ajla. Tenía que matarla, fuera como fuera. Simplemente no podía permitir que quien había matado a Akami siguiera viva. El chico volvió a lanzarle rayos de energía e intentar golpearla, aunque claramente se movía más lento que antes por gastar tanta energía. Sin embargo, incluso moviéndose más lento, tanto Hiroshi como las demás, que podían ver la pelea desde el suelo, estaban convencidas de que Hiroshi acertaba algunos de los golpes, aunque el hecho de que Ajla estuviera ilesa no pareciera indicar lo mismo. Akari no lo entendía.
–No lo entiendo. Estoy segura que le ha dado varias veces. Es como si los ataques de Hiroshi la atraves…
Akari calló de golpe. De pronto empezaron a pasar rápidamente muchas imágenes por su mente, de cada vez que Ajla utilizó sus poderes, cuando Athena la atacó… Y lo relacionó con Ikusei Keikaku, que Ajla le hizo ver cuando estaba encerrada, y de pronto lo entendió todo.
–Claro… Eso es… ¡Hiroshi, cuidado! ¡El poder de Ajla es atravesar cosas!
–¡¿Qué?! – Exclamaron las demás.
–Muy bien, Akari, – Dijo Ajla. – pero me temo que Hiroshi está demasiado concentrado como para oírte.
Efectivamente, el chico no había oído a Akari, y ni siquiera a Ajla contestándola. Estaba tan empeñado en matar a Ajla que había perdido completamente de vista el resto del mundo. El chico cada vez se movía más lento debido al agotamiento, así que Ajla decidió que ya no merecía la pena seguir.
–Bueno, terminemos con esto de una vez.
Cuando Hiroshi intentó golpearla de nuevo, Ajla le atravesó el hígado con su poder, para después cerrar el puño dentro de él, reventándolo desde dentro. Hiroshi escupió sangre por el ataque. Ajla entonces le dio un rodillazo en el estómago, mandándolo volando varias decenas de metros más lejos, fuera del agujero producido por el ataque, Ajla se movió más rápido que la velocidad a la que había lanzado Hiroshi, para avanzarle y darle una patada giratoria, lanzándolo hacia arriba y rompiéndole la columna vertebral. Ajla subió rápidamente y con los dos puños le golpeó en el pecho, haciendo que se estampara contra el suelo, donde Ajla se lanzó rápidamente, aplastando con su pie la Gema del Alma, rompiéndola, que como estaba en su pecho, hizo salir volando también partes de músculos, pulmones y el corazón.
Akari se tapó la boca con ambas manos, creyendo que iba a vomitar por la impresión, y retrocedió un par de pasos. Por su parte, Yui, Kyouko y Natsumi también estaban impactadas por ese nivel de brutalidad.
Ajla empezó a reírse, cada vez más fuerte, hasta terminar riendo a carcajadas, con una risa que la hacía parecer completamente desquiciada, en plan yandere.
–¡¿Por qué has hecho eso?! – Gritó Akari, triste y enfadada a la vez. – ¡Ese Hiroshi no era como el de la otra realidad! ¡Y la otra yo tampoco había hecho nada malo! ¡Tú dijiste que querías matar a la gente que hiciera cosas malas, pero ni él ni ella habían hecho nada malo! ¡¿Por qué los has matado!?
–Si Hiroshi hubiera aceptado luchar contra mí, la otra tú seguiría viva. Es culpa suya que esté muerta. Y a él quería matarlo para vengarme por lo que hizo en la otra realidad.
–¡Que no era él! ¡¿Es que no lo entiendes?!
–No importa que no fuera el de esa realidad, seguía siendo Hiroshi. Ya te dije que me gustaría matarlo solo para demostrar que podía derrotarlo, y efectivamente así ha sido.
–¡¿Y lo has matado solo por eso?! ¡¿Solo para demostrar que podías matarlo?!
–Exacto. – Dijo, haciendo enfadar más a Akari.
–¡¿Incluso si eso suponía matar a la otra yo?!
–Es una lástima que haya tenido que matarla, pero ni siquiera era de esta realidad. Además, he hecho mucho bien por el mundo eliminando a los líderes mundiales, y más bien que voy a hacer aún matando a la gente que se lo merece. Creo que merezco algo de diversión, ¿no?
A las chicas les dieron asco esas palabras de Ajla. Yui habló.
–Eres un monstruo.
Yui paró el tiempo y lanzó un rayo de energía al corazón de Ajla, con la intención de dejarla fuera de combate y así poder encerrarla. Ya después la curarían con su Gema del Alma dentro de un campo de aislamiento, para que no pudiera usar la magia. Pero el ataque de energía la atravesó como si nada, sorprendiendo a Yui.
–¿Incluso estando con el tiempo parado puede atravesar cosas? Pues no queda otro remedio.
Yui corrió hacia Ajla y le cogió la Gema del Alma con la intención de quitársela, pero antes de que pudiera, Ajla la agarró fuertemente del brazo, sorprendiendo a Yui.
–¿En serio, Yui? – Dijo Ajla con una sonrisa, asustando a Yui, que intentaba soltarse sin éxito. – Pensaba que serías algo más inteligente.
Ajla atravesó el corazón de Yui y cerró su puño dentro, reventándolo, haciendo que Yui cayera inerte al suelo y que el tiempo se volviera a activar, sorprendiendo a las chicas al ver a Yui en el suelo delante de Ajla.
–¡Yui-chan, no!
–¡Mierda! – Gritó Kyouko.
–¿Qué… ¿Qué ha pasado? – Preguntó Natsumi asustada.
–Yui ha parado el tiempo y ha intentado quitarme la Gema del Alma. Si hubiera mantenido la calma seguramente habría recordado que si toca a alguien mientras usa su poder, ese alguien tampoco se ve afectado. Y las Gemas del Alma no son objetos, son literalmente nosotras, así que al tocarla ha activado el tiempo para mí también. ¿Y bien? ¿Alguna más quiere intentar atacarme? – Preguntó sonriendo.
Akari y Natsumi la miraban asustadas, y Kyouko apretaba los dientes de rabia.
–Akari, Natsumi, cerrad los ojos.
Las dos chicas se extrañaron.
–¿Eh?
–¡Hacedlo!
Las dos chicas lo hicieron.
–Ahora verás… – Ajla sonrió, esperando ver con qué saldría Kyouko. Esta rápidamente puso sus manos a los lados de su cara con los dedos extendidos hacia esta. – ¡Taiyoken!
Kyouko emitió un gran destello de luz, cegando a Ajla.
–¡Aaah! ¡Aaaaaaah! ¡Desgraciada!
–¡Akari, rápido, coge a Himawari!
Akari lo hizo y después tomo de la mano a Kyouko, igual que Natsumi, yéndose las tres a toda pastilla de allí impulsadas por un escudo de energía bajo sus pies. Ajla se curó los ojos y enfadada miró hacia donde huían las chicas, ya muy lejos debido a la velocidad a la que iban.
–Da igual dónde vayáis. No os podéis esconder de mí.
MAHOU SHOUJO AKARI MAGICA
CIVIL WAR
