Capítulo tres
Cuando llegaron al local, Rin se sentó de inmediato en la mesa de siempre: aquella que estaba junto a la ventana y que tenía vista al jardín. Mientras Rin hojeaba el menú muy concentrada, Sesshomaru la miraba intentando encontrar en ella los rasgos de sus hijas: tanto Towa como Setsuna se parecían mucho a su madre, sobre todo en su forma de sonreír y si era honesto le costaba encontrar en las niñas similitudes consigo mismo, aunque todos en su familia decían que las gemelas eran iguales a él.
-Si te quedas ahí de pie te van a salir raíces- se dio cuenta de que Rin le estaba mirando por lo que se apresuró para sentarse a su lado-... ¿Recuerdas lo que pedíamos antes? No sé si pedir algo nuevo o los viejos clásicos, ¿tu tienes alguna idea?
-Antes pedíamos pizza y jugo de manzana para el almuerzo o vino si veníamos después de clases.
-¡Que buena memoria! Con razón eres médico... ¡Creo que ya sé lo que quiero!
Rin le hizo una señal a la mesera para que se acercara a tomar su orden y mientras lo hacía pudo notar que la chica le dedicaba sonrisas coquetas a Sesshomaru. La enfermera suspiró resignada, ya que estaba acostumbrada a que eso sucediera y a que él no se diera cuenta o fingiera no hacerlo.
-Ella parecía muy interesada...- murmuró Rin mirándole con una sonrisa llena de intención- ¡Estoy segura de que anotará su número en una servilleta!
-¿Quién?
Sesshomaru miró a Rin sin saber de qué estaba hablando.
-La mesera...- respondió ella como si fuese de lo más obvio- ¡No me digas que no te diste cuenta!
-No tengo idea de lo que estás hablando.
-Siempre es así: las chicas te miran y tú ni te enteras, ¿estás saliendo con alguien?
-No.
Pasaron unos segundos de intenso silencio entre ambos.
-¿Te puedo hacer una pregunta?- quiso saber Rin después de beber un poco de jugo.
-Adelante...
Sesshomaru tomó su vaso para beber mientras escuchaba la pregunta.
-¿Haz tenido sexo después de que concebimos a las gemelas?
Sesshomaru no pudo evitar toser al escuchar esa pregunta ¿Por qué diablos Rin quería saber eso? Él no le preguntaba jamás sobre su vida sexual aunque debía ser honesto: las niñas le proporcionaban mucha más información de la que él estaba dispuesto a tolerar... pero eso no era algo de lo que quisiera hablar con ella.
-¡No te mueras, Sesshomaru!- exclamó Rin mientras le daba palmadas a su espalda- ¡Tenemos dos hijas pequeñas que criar!
-No puedo creer que me estés preguntando eso...
-¿Qué cosa?... Pero si somos dos adultos: solamente quería resolver mi curiosidad, porque una vez Sango, la amiga con la que vivía cuando estudiaba en la universidad, me dijo que antes de que tuviéramos nuestra noche juntos, tú eras virgen y siempre me sentí culpable porque debe ser muy triste que tu primera vez no sea recordaba por ninguno de los involucrados, así que espero que hayas tenido una mejor experiencia sexual después de mí.
Sesshomaru parpadeó confundido un par de veces. Aquel rumor solo podía ser obra de su medio hermano quien además de ser una absoluta molestia, era amigo de la amiga de Rin.
-No puedo creer que estemos hablando de estas cosas a la hora de almuerzo.
-Cierto que eres reservado y de una familia conservadora...- Rin hizo rodar sus ojos-. Pero debes saber que es normal que quieras tener pareja, quiero decir, no debes creer que las niñas son un impedimento para rehacer tu vida o algo por el estilo.
-No creo eso.
-¡Muy bien!
Ambos guardaron silencio cuando llegó su orden y Rin comenzó a devorar su lasaña de inmediato. Se sentía satisfecha con su elección de una lasaña de verduras, pero desde donde estaba sentada podía ver que la de Sesshomaru tenía más queso, por lo que había comenzado a robar comida de su plato.
-Si quieres podemos intercambiar...- murmuró él después de un rato.
-¡No es necesario! Te dejaré comer en paz desde ahora...
-Bueno.
-¿Cómo está tu madre?- quiso saber Rin mientras comía- Hace mucho no sé de ella...
-Bien, gracias por preguntar.
-¿Vas a pasar la Navidad con ella?
-No sé, es probable que pida el turno para trabajar ese día.
-Entonces, ¿pasarás el año nuevo con las niñas y yo celebraré con ellas la Navidad?- quiso saber Rin- Lo pregunto para poder organizarme y también saber qué turno pedir.
-Esto... Rin, ¿por qué no celebramos la navidad y el año nuevo juntos? Es más cómodo para las niñas porque no se sentirán culpables si uno de nosotros está solo ese día.
-Es razonable, pero tengo una sola condición.
Rin se sentía emocionada: siempre había querido darle a las gemelas una navidad con sus dos padres sin tener que dividir las fiestas y ahora que Sesshomaru lo había propuesto, era más que posible.
-Dime.
-No me hagas compartir la cena con tu madre- Rin miró a Sesshomaru a los ojos antes de que un escalofrío recorriera su espalda-: esa mujer me odia y verla me pone muy nerviosa.
-Mi madre no te odia.
-¡Cuando le dijiste que yo estaba embarazada me sugirió pagar mi aborto y ni siquiera me conocía!
-Eso es porque fue una noticia inesperada.
-Cuando nacieron las gemelas y las estaba alimentando por primera vez, me pidió que firmara para cederte la tuición completa de mis hijas, porque no creía que fuera una madre adecuada para ellas... Estoy segura de que tu mamá espera que me caiga de un acantilado o me atropelle un autobús o algo por el estilo.
-No eres lo que ella esperaba como madre de sus nietas- reconoció Sesshomaru finalmente-, pero no te odia. Estoy seguro de que si se conocieran mejor, llegarían a caerse muy bien.
Rin negó con la cabeza. Ella no tenía intenciones de fraternizar con la familia de Sesshomaru: ellos siempre la habían mirado por encima del hombro porque no estaban de acuerdo con la forma en que vivía o como estaba criando a Towa y Setsuna y la verdad, no le apetecía que la juzgaran.
-Solo celebraré la navidad contigo si puedes mantener a esa mujer alejada de mí- apuntó Rin jugando con el queso de su plato-: debes pensar en lo mucho que se verá afectada la paz mundial.
-Me lo pensaré, ¿está bien?
Sesshomaru no podía esquivar a su madre de la celebración de navidad, después de todo, ella le había regalado su automóvil y se portaba bastante bien con las niñas. Estaba seguro de que ignorar a su mamá en las celebraciones de fin de año podría traerle más problemas que fortuna.
-¡Mejor ya no nos compliquemos!- exclamó la joven enfermera sin levantar la mirada de su plato- Yo pasaré la navidad con las niñas y tú el año nuevo, ya el próximo año podemos intercambiar.
El resto del almuerzo transcurrió en silencio y con Rin evaluando lo que había sucedido: cuando era más joven nunca pensó verse involucrada con alguien como Sesshomaru, ya que era alguien completamente opuesto a ella y, aunque no le desagradaba, le costaba un poco entender su mundo.
Cuando le conoció, era agradable pasar el rato con él y de alguna forma podía percibir cierto coqueteo entre ambos, pero cuando nacieron las niñas las prioridades para Rin cambiaron: tuvo que esforzarse el doble o el triple que sus compañeros para poder estudiar, tenía que trabajar para poder comprar las cosas de las niñas y además había decepcionado a su familia y a la de Sesshomaru al mismo tiempo, por lo que ya no se sentía muy cómoda con él.
-¿Ya nos vamos?- quiso saber Rin.
-Sí, pero tienes salsa blanca cerca de la boca.
Rin comenzó a limpiarse con su mano, mientras Sesshomaru hacía esfuerzos para no reír ya que ella seguía siendo la misma chica torpe que antes.
-Quédate quieta...- la ayudó limpiando el resto de salsa de su rostro con el pulgar mientras Rin le miraba a los ojos, sorprendida, por la inesperada caricia- ya está.
-Esto... gracias...
Rin guardó su teléfono y se puso de pie, ya que la hora del almuerzo se había terminado.
Cuando por fin terminó su turno, Rin se cambió de ropa y se encaminó hacia donde estaba la escuela de las niñas. Se sentía contenta por volverlas a ver, ya que las había extrañado mucho.
-¡Mamiiii! ¡Mamiiii!- ambas voces corrieron hacia ella por lo que Rin se agachó para poder recibirlas con un abrazo.
-¡Mis brujitas!- aspiró el suave aroma de las niñas y sintió como su alma se relajaba al instante- ¿Se divirtieron mucho?
-No, porque yo te extrañé mucho- respondió Setsuna ocultando su carita en el pecho de su madre-. Ya no quiero salir con papi sin ti, él y Towa me ignoran.
-¡No es así!- Towa jaló la manga de su madre para que la escuchara- Lo que ocurre es que Setsuna no quiere a papi y lo trata mal.
-No peleen- Rin las miró a ambas con un puchero-, porque tanto su papi como yo las queremos mucho, pero a él le cuesta un poco ser más cariñoso: yo ya les he explicado que él es así y no significa que no las quiera.
-Pero yo quiero dormir contigo- Setsuna se abrazó con más fuerza a ella-: papi no me leyó antes de dormir y me hizo un peinado horrible.
-Le diré que te lea para la próxima ocasión, ¿está bien? y ya verás que va a mejorar con los peinados, solo debes tenerle paciencia.
Rin podía notar que a Setsuna le estaba costando un poco más que a su hermana mayor tener una buena relación con su padre y es que aún quería estar con su mamá todo el tiempo. Ella sabía que la niña quería a su papá y confiaba en que poco a poco iba a fortalecer su lazo con él.
Mientras les preparaba la cena, las niñas hacían su tarea sentadas en la mesa del comedor: tenían que recortar unos dibujos de animales y pegarlos con el nombre que correspondía. Era una tarea sencilla, pero las pequeñas estaban sumamente concentradas para no equivocarse y su madre comenzaba a sentir el cansancio del extenuante turno laboral y de todas las cosas que había hecho aquel día.
-Mami, ¿a ti te agrada papi?- quiso saber Towa mientras pegaba la imagen de un gran león en la parte en que debía ir la misma.
-Claro que me agrada, cariño, ¿por qué lo preguntas?
-Porque no vivimos con él y Sarah dice que es porque a ti no te agrada.
-Sarah no tiene como saber eso, princesa.
-Pero es que dijo que sus papás vivían juntos cuando se agradaban, pero cuando a su mamá le dejó de agradar su papá, le pidió que se fuera de la casa.
¿Por qué sus hijas tenían que estar en la edad en que comenzaban las preguntas difíciles? Rin sólo esperaba que no le preguntaran cómo se hacían los bebés, porque o si no le iba a dar un ataque cardiovascular.
-Pero ese no es nuestro caso, hija... a mí sí me agrada mucho tu papá.
-¿Entonces por qué no vivimos con él?- quiso saber Setsuna mirando a su mamá atentamente.
-Porque... nosotros no somos novios y lo normal es que los papás que viven juntos lo sean.
-¿Por qué no son novios?- insistió Towa.
Rin suspiró antes de acercarse y sentarse junto a sus pequeñas, ya que quería hablar seriamente con ellas y la comida podía esperar.
-Quiero saber algo, ¿Sesshomaru no les dijo nada sobre mí cuando estaban en su casa?- las dos niñas negaron con la cabeza- ¿Están seguras? ¿No dijo algo como que me quería de una forma especial o que yo había comenzado a agradarle de una forma diferente?
Las niñas volvieron a negar con la cabeza, ya que no entendían las preguntas de su madre, pero Rin frunció el ceño mientras una pequeña sospecha iba creciendo en su interior: quizás cabía la pequeña posibilidad de que Sesshomaru pudiera sentir algo por ella. No tenía muchas pruebas, pero sí había notado que él la miraba más de lo normal, además de su reacción por la broma que le hizo durante la mañana. Si bien todo eso podía ser una falsa alarma, ella sí sabía identificar señales cuando ocurrían y le preocupaba que Sesshomaru pudiera enamorarse de ella.
Cuando despertó en su departamento años atrás, una vez que ambos reconocieron que no recordaban nada, Rin pensó que al menos en medio de su borrachera había tenido suerte de haber tenido relaciones con alguien que no le había hecho daño. Lo primero que pensó era que él era muy ardiente y se lamentó de no haber estado más consciente para recordar un poco más sobre el momento, pero al ver los ojos decepcionados de él, toda su fantasía se derrumbó.
Sesshomaru la miraba como si estuviese arrepentido o asqueado de lo que había sucedido entre ellos y Rin solo pudo sentirse triste: quizás para un hombre tan atractivo como él, alguien como Rin no era tan bella y se sentía abrumado por haberla tocado de esa forma.
Rin nunca se lo preguntó, pero siempre una parte de sí misma creyó que él se arrepentía de haberse involucrado con ella: después de todo, no solamente había sido una noche de sexo con alguien que no le gustaba sino que también había alterado su plan de vida con el embarazo.
Además, ahora Rin tenía de por medio su relación naciente con Kohaku: su mejor amigo desde que tenía 18 años y el hecho de que no podía negar que lo único que quería era llevarlo a su casa, encerrar a las niñas en su cuarto con una peli de disney y practicar con él todas las posiciones del kamasutra. Kohaku probablemente ni se lo imaginaba, pero le estaba alterando las hormonas de una forma peligrosa, pero si era honesta Sesshomaru tampoco estaba mal y era tan guapo que tampoco le molestaría practicar las posiciones del libro con él...
Rin negó con la cabeza para espantar esas ideas absurdas de su mente, ya que comenzaba a sospechar que quien había inventado la monogamia no era alguien amable...
Hola!!!!! espero que estén súper bien y les agradezco mucho por leer n.n Tratare de actualizar con más frecuencia pero desde ya muchas gracias por sus mensajitos y todo n.n
