Sebastian creyó que quizás una caminata por el parque la ayudaría a despejarse la mente, quizás así podría resolver el caso en el que se encuentra trabajando.
» ¡Vamos Debeste, estás cerca de la verdad, lo sé. «
Se había prometido a si mismo trabajar el doble de duro con tal de salir de la sombra de su padre y no perder ante Edgeworth nunca más, pero está siendo difícil.
Ser fiscal no es sencillo, aunque es normal en el mejor trabajo.
Quizás pensar en su nuevo apodo le ayude a relajarse, veamos...
Repentinamente, nada, no ve nada, oscuridad total se despliega ante sus ojos.
— ¡Oh no, me he quedado ciego!
Exclama horrorizado, presa del miedo.
— Adivina quién soy.
Una alegre voz se escucha a sus espaldas, lo que le hace darse cuenta de que alguien le está cubriendo los ojos.
— Ehm... — Es una voz femenina, pero no suena como la de su primera opción, Justine, por lo que no tiene idea, piensa Sebastian ¿qué diría el fiscal Edgeworth? — ¡Un cadáver!
— ¿Qué? — Pregunta ella extrañada, retira sus manos para colocarse junto al joven fiscal.— Sebastian, soy yo.
— ¡Ah! Kay Faraday, eras mi segunda opción.
— Estoy segura que si. — Responde sonriente. — ¿como has estado? Ha pasado un tiempo.
La última vez que se vieron fue luego de que ella y Edgeworth le rescataran del secuestro en su propio hogar, bueno, tuvieron además un breve encuentro luego de eso frente a la Gran Torre antes de que él saliera huyendo.
— He estado mejor que nunca.
— El señor Edgeworth me contó todo del juicio de Roland, el como te enfrentaste a tu padre... — Él se encoge ligeramente al recordar a Blaise. — ¡dijo que estuviste increíble!
— ¿Lo dijo?
No oculta la ilusión en su voz, ¿el señor Edgeworth dijo algo así de él?
— Mmmm, bueno, no, no con esas palabras. — Se corrige cruzando sus brazos. — Dijo que tu desempeño y valentía fue digno de elogio, es su modo de decir que estuviste genial.
— Ya veo...
Kay encuentra tierno la emoción en la voz del chico. Al observar más de cerca la chaqueta roja de este, nota algo.
— ¡Ya no tienes tu distintivo de fiscal! — Observa el lugar donde solía estar dicho objeto. — ¿Lo perdiste? O no me digas que has renunciado.
— No, no, nada de eso, lo tengo aquí mismo.
Lleva una mano a uno de sus bolsillos y saca el distintivo que es prueba de su profesión.
— Ah, que alivio, pero ¿por qué ahora lo llevas así?
Antes lo enseñaba orgullosamente en sus ropas, al igual que Blaise, de hecho ellos son los únicos fiscales que Kay ha visto que hicieran algo así.
— Bueno, es que viendo que Edgeworth y la señorita Von Karma llevan el suyo de manera más discreta, me pareció lo más apropiado. — Guarda nuevamente el objeto. — aunque a veces se lo enseño a la gente a ver que opinan.
— El señor Edgeworth también hace eso.
Con ese comentario, ambos se quedan en silencio, uno que a Kay le parece bastante cómodo y aprovecha para observar el parque.
Sebastian, por otro lado, busca en su mente algo de lo que hablar. No está muy acostumbrado a tratar con chicos de su edad, de los pocos con los que acostumbra hablar, la mayoría se habían acercado por mero interés al ser hijo de Blaise Debeste.
Tampoco ayudaba realmente esa actitud prepotente que resulta molesta para muchos, intenta cambiar eso.
Observa de reojo a Kay, ¿le habrá encontrado molesto? Durante las investigaciones no habían interactuado mucho, pues él la consideraba una enemiga, el único recuerdo que se le viene a la mente de momento es cuando estaba decidido a arrestarla por el asesinato de Jill Crane.
¿Le guardará rencor por eso?
— ¡Ah, casi lo olvido! — la repentina exclamación de la chica, que se vuelve hacia él, le asusta un poco. — Sebastian, ¿conoces al Samurái de Acero?
— ¿El Samurái de Acero?
Pregunta dudoso, le suena de algo el nombre.
— ¡Es el mejor programa del mundo!
Un programa de televisión ¿eh? Suena a uno infantil, la verdad nunca se ha fijado en esas cosas, cada que veía alguno podía sentir una fea desaprobación en la mirada de su padre, no le decía nada, pero esa mirada era más que suficiente para que apagase la televisión por su cuenta.
— Me suena de algo, pero nunca lo he visto.
— ¡Lo sabía! — Kay vuelve a asustar a Debeste sin intentarlo siquiera. — ¡Tienes que dejarme enseñartelo!
— ¿Enseñarmelo?
— ¡Quiero que lo veamos juntos! ¡también me gustaría que vieras El Samurái de Níquel! Seguro que acabas amando al Ninja Fantástico, oh, pero no te aconsejo que investigues sobre los actores...
Sugiere afligida al recordar de lo que se había enterado cuando se le dió por hacer aquello.
El joven fiscal, por su parte, está algo sorprendido por la propuesta, no esperaba que la chica que intentó encarcelar una vez y que fue su rival en las investigaciones le invitara a ello.
— ¿Pasa algo? — Kay parece tomarse a mal su silencio. — Si no quieres no pasa na...
— No, no es eso. — se apresura en responder, no quiere que se sienta ofendida. — solo me preguntaba, ¿la oferta se debe a algo en específico? — ella le mira, sin entender. — quiero decir, no hemos hablado mucho, la verdad yo ni siquiera estaba seguro de caerte bien.
— Ah, eso... — hace una pausa al entender de que hablaba. — pues no, la verdad no me caías nada bien, de hecho te consideraba bastante desagradable.
— Va-vaya que eres sincera...
No mentira, eso dolió un poco mucho.
— Pero viendo el padre que tenías, supongo que no puedo culparte. Y luego, el señor Edgeworth me contó, y que ayudaste a la señorita Von Karma a conseguir los archivos de ese caso de hace 12 años.
— El SS-5 ¿no?
Kay asiente.
— Hiciste algo muy bueno allí, nos ayudaste mucho. — asegura sonriente. — así que, luego de ver todo eso pensé que, quizás, podríamos llegar a ser amigos.
Esa palabra es casi nueva para Sebastian.
Amigos.
Pensando en ello, realmente jamás ha tenido algún amigo de verdad, su padre decía que no le diera importancia, que un idiota como Sebastian ya encontraría a algún otro idiota que quisiera juntarse con él.
— Creo que he encontrado a esa idiota...
— ¿Perdona?
Pregunta Faraday al no entender ese murmullo, solo entendió algo de algún idiota. Debeste niega.
— No, nada. — dice para restarle importancia. — pero si, me gustaría que fuesemos amigos.
Ella ensancha su sonrisa al oír esto.
Sebastian debe admitir que Kay Faraday siempre llamó su atención con eso de andar autoproclamandose una ladrona, pero a la vez una noble heroína que lucha por la verdad. Esta es su oportunidad de conocerla, podría preguntarle de que va todo eso y quizás hasta podría entenderla.
Eso suena bien.
Repentinamente nota como ella le está observando, con la mano en su barbilla, como si estuviera analizándolo.
— ¿Pasa algo?
— ¿Como no lo vi antes? — murmura tan bajo que apenas puede oirla. Ella le encara, con quizás demasiada efusividad. — ¡Eres perfecto!
— ¿A-ah si?
Está bastante seguro de que en algún lugar, la Señorita Von Karma se anda retorciendo de dolor. Kay coloca una mano en el hombro de su nuevo amigo.
— ¡Sebastian Debeste, te nombro el segundo miembro de la segunda generación del Yatagarasu!
— ¿Yatagacuanto?
Ese nombre que ella anda diciendo a cada rato.
— ¡Eres un joven fiscal que lucha por la verdad muy a pesar de su idiotez! — Él hace una mueca de hastío. — No eres una chica linda ¡pero podemos omitir ese detalle por bien de la verdad! ¡ahora solo debemos encontrar al tercer miembro!
El fiscal parpadea varias veces, quizás luego se arrepienta de esto pero necesita saber que es ese nombre que ella anda diciendo a cada rato.
— Kay Faraday, una pregun...
— No hay porque ser tan formales, Sebastian. — Le interrumpe. — Llámame Kay, somos amigos después de todo ¿no?
Amigos.
Si, es verdad, lo son, de seguro no tiene nada que temer.
— Kay, ¿que es eso del Yatagarasu?
Y el oír un "¿¡QUEEEE?! ¿no sabes de él?", le confirma que su primera amistad será de los más interesante.
Creo que sufrí un efecto manguera, juraría que cuando Franziska llega con los documentos del SS-5, diciendo que gracias a Sebastian los había conseguido, Kay dice que le agradecerá la próxima vez que lo vea, pero lo comprobé en un gameplay y no es así xd
No se si me lo inventé o quizás lo dice en otro momento del juego, quizás refiriéndose a otro personaje, pero igual me gusta creer que ambos se volvieron amigos luego de todo lo ocurrido, así que aca está este coso.
Me encanta como en el mundo de Ace Attorney nadie es rencoroso, Kay no le guarda rencor a Sebastian por haberla querido presa, Maya no le guarda rencor a Franziska ni Edgeworth por haber sido fiscales en su caso, que lindo xd
Y nada que ver con esto, pero siento que Sebastian se llevaría muy bien con Trucy xd
Escribir a Kay es escribir constantemente con signos de exclamación xd
Gracias por leer
