Engaño
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Tal vez sea por su deterioro mental, pero el olía varias cosas provenientes de ese ser divino de cabello verde el cual bebía una taza de té que sacó de sabe Dios dónde, y esas eran tres cosas: Flores, cenizas, y a mentira.
Si "Lincoln" consideraba una ridiculez que algo como la mentira pudiera ser alguna clase de olor, pues ahora pensaba todo lo contrario. Acercó la taza de té que tenía en frente y llevó el líquido a sus labios, pero no bebió, solo se limitó a fingir que lo hacía mientras no apartaba la mirada de Loki.
—Entonces —Comenzó el Dios de las mentiras sin quitar su sonrisa del rostro. —, ¿Emocionado de estar aquí?
Nega lo miró por unos segundos antes de soltar una pequeña risa que era todo menos risa de niño.
—Me cuesta mucho contener mi emoción. ¿Sabes algo? —Dejó la taza en la pequeña mesa frente a ellos. —. La idea de poder pelear en un torneo por la supervivencia de la humanidad suena... estúpida.
Loki soltó una risa ante esa respuesta inesperada.
—Quiero decir, ¿Me están diciendo que los dioses levantaron este torneo porque esa furcia de pelo azul les dijo que tenían miedo de perder? ¿Por qué perderían cuando podrían ahora mismo destruir el mundo de este universo? Ni siquiera hace falta sentido común para darse cuenta de que lo hacen por mero...
—Orgullo —Dijo Loki, interrumpiendolo. —. Pensamos igual, hermano, suerte que te encuentras con uno que no tiene tanta soberbia. —Su sonrisa creció levemente, mostrando una amistad falsa.
Amistad falsa la cual Nega reconoció en un santiamén, haciendo que su sonrisa se borre, desconcertando a Loki.
—No hace falta ser muy inteligente... —Se levantó de su haciendo, comenzando a caminar a paso lento alrededor de la silla de Loki. — Para darse cuenta que eres incluso más orgulloso que esos dioses, al punto de que de hecho, te das cuenta que ellos son bastante infantiles pero aún así eres incapaz de ver tu mentalidad de niño.
De alguna forma, todo parecía que se había salido de las manos de Loki, el cual, de hecho, solo había venido para ver si podía convencer a Nega de irse a su bando, o por lo menos hacerlo renunciar. Una vena se inflo en su frente, y la rabia comenzaba a crecer de tan solo pensar que un niño estaba diciéndole todas esas cosas. Se giró lentamente con una cara de pocos amigos, llevándose la sorpresa de que el rostro de Nega, solo reflejaba una gran indiferencia, y desde cierto punto de vista, parecía que estaba mirando al Dios del engaño con asco.
—¿Qué? ¿Estás enojado? ¿Vas a matarme? Lastima, porque soy participante del Ragnarok, así que tendrás que esperarte a que tú y yo peleemos...
—¡Ya cállate!
Loki se paró del asiento de repente dejando caer su silla, mientras que de la palma de su mano comenzó a salir una cadena de hierro la cual sujetó con las dos manos, molesto, pero esbozando una sonrisa de soberbia.
—Creeme, muchachito, no tendré molestias en llevarme una amonestación por parte de mis superiores para... —Su sonrisa se desvaneció cuando miró las manos de Nega. No estaban desnudas, de hecho, reconocía lo que llevaba en ambas. — No jodas, ¿Esa no es...?
—¿Un arma divina? Porque lo es —Dijo sonriendo de oreja a oreja, incomodando a Loki. —. Esa chica, Brunhilnd, tuvo la amabilidad de explicarme cómo ustedes pueden ser dañados y de como una Valquiria se puede convertir en una, así que dije "¿Por qué no?", y me escapé mientras Thor y mi otra versión peleaban para encontrar a una Valquiria y convertirla en mi Volund —Se le escapó una sonrisa digno de un psicópata de serie de televisión. —. Fue fácil obligarla, tenía un cuerpo pequeño, más bajita que yo, me habría aprovechado de su pequeño cuerpo, pero no había tiempo, así que simplemente hice a lo que iba, y volví. ¿O crees que soy lo bastante idiota como para charlar con un Dios y hablarle de esa forma estando desalmado? Me subestimas, Dios del engaño. Ahora si me disculpas... —Su sonrisa se desvaneció, esbozando una mirada de ira la cual por un instante dejó frío a Loki y lo hizo subir la guardia aún más... y de pronto, comenzó a caminar tranquilamente al borde de la cama, sentándose. — ¿Qué te parece si seguimos con nuestra conversación tranquilamente, Dios de las mentiras?
Loki lo miró confundido, por un momento pensó en tomar la oportunidad de su guardia baja y matarlo, sin embargo, comenzó a reírse luego de unos segundos, el sonido de esa risa resonó por todo el lugar. Cuando su risa paró, dejó la silla en su lugar, sentándose con una sonrisa amistosa, pero esta vez era sincera.
—¿Me quisiste hacer enojar solo para mostrarme que tienes el control de la situación? —Volvió a reír, asombrado. — Eres genial... qué lástima que solo seas un humano.
—Amigo mío, yo siempre estoy preparado para todo —Llevó la taza de té a su boca, esta vez bebiendo de esta confiadamente. —. Y en caso de que no...
Ambos sonrieron el uno al otro, uno de ellos pensaba que podría ser el inicio de una amistad extraña o hasta alianza para molestar un poco a los dioses... pero el otro solo sentía asco del ser que tenía enfrente.
—Yo siempre tendré otro intento. —Sonrió de oreja a oreja, dejando ver sus dientes.
Brunhilnd estaba con la mirada fría mientras miraba la pantalla con los próximos luchadores.
Mandarían a Loki, ella sabía que tendrían que mandar a alguien que pueda contrarrestar sus jugarretas, y para poder derrotar a un mentiroso...
—Tendremos que enviar a un monstruo... ¿Y tú qué, Geir? —Miró a su hermana, la cual aún seguía sentada llorando.
—¡¿Que qué me pasa?! —Gritó en una mezcla de ira y tristeza, haciendo un gran eco en la sala. — ¡Nuestra hermana Randgrírg murió, Brunhild! ¡¿Por qué no estás triste?! ¡Era nuestra hermana! —Se levantó furiosa, encarandola. — ¿¡Y qué hay de las hermanas de Loud, acaso no viste como estaban...?!
—¡Oye! —Interrumpió en un grito, sin dejar la pantalla y apretando sus puños con dureza. — Geir... No confundas mi frialdad con falta de luto, si tú quieres llora a tu manera, pero yo lloraré a la mía... aunque en estos momentos... —Volteó apretando los dientes a su pequeña hermana de trece años, haciendo una mueca de dolor por la perdida de su otra hermana. — ¡¿Realmente crees que podemos ganarles a esos dioses de mierda sin tomar riesgos así?! ¡Randgrírg sabía perfectamente que podría morir junto a Loud y aún así fue! —Se acercó a su hermana de ojos llorosos y se agachó para tomarla de los hombros. — Geir... Somos Valquirias. Tenemos que proteger a la humanidad, aunque eso nos cueste...
—Oigan, ¿De casualidad alguna de ustedes sabe dónde está el baño? —Preguntó desde la puerta, hurgandose la oreja con su dedo índice.
Ambas voltearon confundidas en dirección a la voz, y vieron a un adolescente de estatura promedio, llevaba unos pantalones café, una camiseta negra de manga larga con un chaleco anaranjado por encima, y como el detalle más llamativo de ese muchacho, era su cabello blanco que le llegaba hasta la nuca y cubría parcialmente sus orejas.
—¿Otro... Lincoln Loud?
—¡Oh, lamento haber interrumpido si estaban en un momento personal! —Dijo en una mezcla de nervios y vergüenza. — Es que mi habitación no tenía baño, y...
—Está bien —Interrumpió Brunhild poniéndose de pie. —, hay uno al fondo del pasillo a la derecha.
—Gracias —Dijo Lincoln, mirando la pantalla antes de irse. —. Eh... Ya ví el resultado de la pelea —Agregó con algo de pena por su otra versión caída. —, ¿De casualidad ya será mi turno o...?
—No. Tendremos que mandar a Nega...
—¡¿Nega?! —Geir pegó un sobresalto con algo de miedo. — ¡¿Ese demonio va a participar en el Ragnarok?!
—Eh... ¿Quién? —Preguntó Lincoln confundido.
Geir volteó a verlo
—¿No lo conoces? Es un monstruo que va de dimensión en dimensión apoderándose del cuerpo de tus otras versiones haciendo un montón de atrocidades...
—Y por eso mismo decidí que él luchará por la humanidad. El es el único que podría ver a través de los engaños de Loki, solo ese monstruo podría...
—Oye, Brunhilnd —Interrumpió Lincoln. —, no sé si es porque ustedes tienen un idioma diferente, pero... —Señaló a la pantalla. — Estoy seguro que ahí dice "Hércules".
Brunhilnd volteó a la pantalla confundida, dándose cuenta de que Lincoln decía la verdad. El nombre e imagen de Loki habían desaparecido, en su lugar estaba el nombre de Hércules con la imagen de un hombre de cabello largo y rojo. La Valquiria chasqueó los dientes mientras se acercaba a la misma para golpearla con sus dos manos, enojada. Del golpe, una taza de café terminó por caerse de la mesa, y antes que caiga al suelo, fue atrapada por varias redes de color blanco que salían de la muñeca de Lincoln y siendo fuertemente jalada hacía él, atrapandola con su mano. Geir miró incrédula lo que había hecho Lincoln, mientras que Brunhilnd por otro lado, no se le miraba sorprendida.
—Hermana... ¿Qué clase de cosas puede hacer esta versión de Lincoln?
Brunhilnd volteó con una mirada seria hacia Lincoln.
—Lincoln Marie Loud, universo ochenta y uno, mordido por una araña que lo dotó de las habilidades de una, pudiendo levantar decenas de veces su peso, pegarse a las paredes, y la peculiaridad de poder... bueno, ya viste que puede lanzar telarañas. Sin duda un peleador indispensable para nuestra victoria contra los dioses.
Lincoln miró a otro lado con algo de vergüenza por el halago mientras rascaba su nuca.
—Bien, Lincoln... Originalmente Nega iba a representarnos en la segunda ronda para luchar contra la rata rastrera de Loki, pero viendo ese intercambio —Señaló con el pulgar a la pantalla. —, tendremos que hacer un cambio de luchador también... Creo que tú podrías hacerle frente a la fuerza de mi hermano Hércules.
—Espera, ¿Son hermanos?
—No de sangre —Aclaró con algo de rubor en las mejillas. —. Solo... ya sabes, cuando uno es muy amigo de otra persona tiende a considerarlo como su hermano.
—Sí, se a que te refieres —Dijo riendo un poco, luego cambiando su expresión a una seria. —. Lo haré, pero tú tienes que cumplir con lo que me prometiste, ¿Entendido?
Lincoln extendió su mano a Brunhilnd, dispuesto a darle un apretón de manos en señal de trato, la cual no tardó en estrecharsela con firmeza.
—Trato hecho, arácnido.
—¡Vamos, que ya empiece el condenado combate, me estoy aburriendo!
—Señor Zeus, por favor baje un poco la voz. —Dijo Hermes mientras bebía un sorbo de su té.
—Sí, sí, pero ya han pasado varios días, y el combate de los dos anteriores peleadores me dejó emocionado. Oye, nórdico —Volteó a ver a Odín, el cual seguía con la misma cara inexpresiva de siempre. —, ¿No se suponía que tu otro hijo iba a pelear en la segunda ronda? ¿Por qué va a pelear Heracles ahora? —Su expresión cambió a una confundida. — A todo esto... No lo he visto todos estos días, ¿Saben dónde ha estado antes de pelear ahora?
—Ni idea —Shiva se encogió de hombros. —, pero poco después de que termine la pelea de Thor lo ví charlando con Loki, aunque no los escuché.
—Hmm... —Odín llevó su mano a acariciar su larga barba con el ceño fruncido. — Espero que no sea lo que creo que es.
Las luces del escenario se apagaron, y los espectadores quedaron en silencio. Se encendió una luz en el centro, y tal como pasó en el anterior combate, Heimdall apareció, encapuchado y sin posiblidad alguna de ver su rostro desde esa distancia. Con una sonrisa en su oculto rostro, tomó todo el aire que pudo, levantó su cuerno de batalla, y con todas las fuerzas de sus pulmones, habló.
—¡DIOSES, DIOSAS, CABALLEROS Y DAMAS, COMO VIERON EN EL ANTERIOR COMBATE, FUE COMPLETAMENTE IMPOSIBLE PARA UN HUMANO PONERSE A LA ALTURA DE UN DIOS! —El bando de los dioses comenzaron a aplaudir de manera egocéntrica, burlándose y poniéndole apodos como "perdedor" al relojero, mientras que los humanos solo se mostraban en un silencio furioso y resentido ante ellos. — ¡SIN EMBARGO, HAY QUE ADMITIRLO: LOS SERES HUMANOS SON MUY PERSISTENTES E INSISTEN EN MANDAR INÚTILMENTE MÁS COMBATIENTES PARA PODER SALVARSE DE SU INEVITABLES DESTINO, Y POR ESO, PERMÍTANME PRESENTARLES A LA SIGUIENTE ESCORIA QUE SE ENFRENTARA A NUESTRO HÉROE DE GRECIA!
De pronto, en el largo silencio del escenario escuro, una luz del lado izquierdo del escenario apareció, dando paso a un joven de cabello blanco con pantalones café, una camisa negra manga larga con un chaleco anaranjado encima apareció, con una particularidad de que este muchacho, en lugar de llevar un par de guantes y botas metálicas, tenía en su brazo izquierdo un escudo metálico de color rojo con una araña en el centro pegado a él. Heimdall vio como poco a poco se dirigía a él, así que se vio en obligación a presentarlo.
—¡Este muchacho viene a vengar a su versión alterna caída del anterior combate, así es, este muchacho es una versión de Lincoln Loud de otro mundo! —Vio como los espectadores, tanto humanos como dioses estaban confundidos al no saber que los representantes de la humanidad serían de otros universos. — Sin embargo, ¿Eso significa que es exactamente igual que el proclamado por el dios del trueno "relojero"? —Heimdall negó con la cabeza. — ¡Claro que no! ¡Este muchacho es tiene una fuerza que según la mayor de las Valquirias, rivaliza con la de nuestro héroe de Grecia, Hércules! ¡Una araña que viene a luchar por la supervivencia de estas escorias! —Finalmente, ya estaba a su lado, algo ruborizado de la vergüenza por todo lo que Heimdall estaba diciendo de él, y este decidió señalarlo con emoción. — ¡CON USTEDES, EL ARÁCNIDO-HUMANO DEL RAGNARÖK, LINCOLN MARIE LOUD!
La humanidad grito eufórica, dándole animos para combatir al jóven, el cual se volvía a rascar la nuca de vergüenza mientras reía. De pronto, todos se quedaron en silencio, Lincoln se preguntó porque, y al voltear a ver a Heimdall y ver lo que estaba detras de él, entendió por qué.
—¿Hmm? ¿Qué sucede? ¿Por qué quedaron en silencio? —Volteó de casualidad, y... Había un hombre fornido, con cabello naranja atado desde la parte de atrás dejando su cabellera alborotada, con un pantalón de cuero marrón y el torso desnudo dejando ver varios tatuajes de color rojo que eran algo similar a un león. — Oh... Hércules —Se acercó a él, susurrando. — ¿Qué haces aquí? Se supone que... ¡Oye, eso es mío!
Para sorpresa de ambos, le arrebató de un manotazo su cuerno de combate con una sonrisa confiada, volteado al público, y aclarandose la garganta, habló.
—Damas y caballeros, dioses y diosas, permítanme disculparme de antemano por este inconveniente, sin embargo, tengo que decirles desde ya, que habrá un pequeño intercambio de peleadores.
Todos miraron a Hércules confundidos, ¿Cambio? ¿Cambiarían de Dios para pelear contra el arácnido? Mientras tanto, Zeus estaba al borde del asiento, realmente interesado por lo que estaba pasando ahora, pero Brunhilnd estaba mirando desesperada y furiosa, sabiendo de que se trataba todo esto.
—Desgraciado... —Cerró con mucha fuerza sus puños al punto de lastimarse. — ¡Ese maldito bastardo!
—¿Qué sucede hermana? —Geir la miró asustada.
—Él... solo sigue mirando, Geir.
De pronto, y para sorpresa de todos, el tamaño de Hércules comenzó a hacerse más pequeño, su cabello se hacia cada vez más y más corto, tomando un tono verdoso, sus músculos se contraían, y finalmente, una brillante luz comenzó a cubrirlo. Lincoln y Heimdall comenzaron a taparse los ojos por la intensidad de la luz. Los espectadores hicieron mismo, y, al destaparse la vista por la falta de ese brillo, se reveló una figura pequeña y delgada, de cabello verde un poco largo, con pantalones y chaleco de cuero negro y ojos morados con una sonrisa maquiavélica. Esa persona le entregó amablemente el cuerno a Heimdall, el cual tembló un poco por la impresión.
—Disculpa tener que hacer este cambio, Heimdall... ¿Podrías presentarme al público?
—Eh... claro, señor Loki... —Acercó nerviosamente su cuerno de batalla a el, tragando saliva, comenzó a hablar. — D-Damas y caballeros, Dioses y Diosas... ¡ESTE DIOS PUEDE PARECER FÍSICAMENTE MÁS DÉBIL QUE EL BERSERKER DEL TRUENO THOR, PERO QUE NO SE DEJEN ENGAÑAR, PORQUE ES UNA VERDADERA MÁQUINA DE MATAR AL MOMENTO DE ENTRAR EN EL COMBATE, ENGAÑA HASTA EL MÁS ASTUTO, PERO NO SE DEJA ENGAÑAR POR NADIE!
Mientras Heimdall gritaba con emoción, el Dios de las mentiras solo hacia varias poses para alardear al público que lo celebraba, haciendo reír un poco a Lincoln.
—¡CON USTEDES, EL GRAN DIOS DE LAS MENTIRAS Y EL ENGAÑO: EL TODOPODEROSO LOKI!
Y todos comenzaron a gritar su nombre, emocionados... exceptuando Odín, el cual solo llevó las manos a su cara por la vergüenza.
—¡EJEJEJE! ¡Menudo hijo problemático tienes, nórdico! —Dijo divertido Zeus entre carcajadas, incluso Hermes llevó su mano a su boca para ocultar esa pequeña y elegante risa.
—Uff... Ya cállate, Giego. —Dijo Odín con cierta molestia.
NA: La segunda pelea ya ha empezado, les revelaré de cual de los tantos fanfics de Spider-Linc es esta versión de Lincoln.
De paso disculpen cualquier falta ortográfica.
