Chica contra maquina.

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El arácnido entró con Hervör en la sala principal donde Brunhild solía elegir a los próximos peleadores del Ragnarok. Ahí estaba ella, acompañada por su hermana menor, Geir. Ambas voltearon a ver al chico y su Valquiria nada más sintieron su presencia, por parte de Geir, se le veía como siempre, nerviosa. Pero Brunhild estaba de brazos cruzados, frunciendo el ceño. Lincoln se aclaró la garganta pensando en lo que diría.

—Brunhild, yo...

—Ahorratelo, chico —Interrumpió. —. Si es por Hajun, no tienes por qué decir nada. Si te lo preguntas: Sí. No podré enviarte a un universo libre de héroes.

Lincoln la miró un segundo antes de bajar la mirada, resignado.

—Comprendo... —Suspiró, sabiendo que eso iba a pasar obviamente.

—No obstante... Me veo en la obligación de darte las gracias, humano.

Lincoln levantó rápidamente la mirada, confundido.

—Eh... ¿Cómo? Pero yo... no pude darles la victoria, y...

—Y nos salvaste —Volvió a interrumpir. —. ¿Qué creés que hubiera pasado si Hajun ganaba? Terminaría por recobrar fuerzas y nos mataría. ¿Crees que incluso Zeus habría podido con tal magnitud de poder?

Brunhild puso su mano en el hombro de Lincoln, que no sabía que decir al respecto.

—Lincoln... eres un héroe. nuestro héroe. Y eso es algo que los dioses jamás admitirán. —Por primera vez en mucho tiempo, Brunhild dio una cálida sonrisa de gratitud. — Y es por eso que estoy eternamente agradecida contigo.

Lincoln estaba sin palabras. Escuchar algo así, algo tan sincero en mucho tiempo... Se sentía bien. Liberador, luego de estar tanto tiempo culpandose por la mierda que pasaba en su universo. Se habría roto en lágrimas en ese momento... Pero una voz femenina con un tono de preocupación irrumpió en la sala.

—¡Brunhild!

Los cuatro voltearon a la puerta, viendo entrar a una mujer de estatura alta, con una gran chaqueta blanca abierta dejando ver que debajo solo llevaba un corsé negro que dejaba al descubierto su escote (El cual Lincoln por algún motivo no podía dejar de mirar). Su cara era parecida a la de Brunhild, con la excepción de que uno de sus ojos estaba tapado por el flequillo morado de su largo cabello atado a en una gran trenza, y que en vez de tener la expresión severa que siempre tenía la Valquiria mayor, esta tenía una mirada de preocupación y timidez.

Cuando esa mujer fijó su mirada en Hervör, rápidamente corrió a ella y la abrazo tan fuerte como pudo, incomodando un poco a la pequeña Valquiria de pelo rosa que soltó un pequeño quejido de molestia.

—Oye Hrist... —Hervor quiso levantar la mirada, pero apenas podía hablar y respirar al tener en frente al enorme pecho de su hermana mayor el cual notaba que Lincoln intentaba dar miradas disimuladas ahí. — Entiendo que me hayas extrañado. Pero esto es...

—¡Oh, lo siento, pequeña! —Hrist la soltó un momento para mirarla de reojo, aún preocupada. — ¿Cómo está tu herida, Hervör? Lo siento, lo siento mucho. Cuando me enteré de que habías sido herida quería ir, pero tuve trabajo, y... —Volvió a darle un abrazo. — Lo lamento mucho, Her. Y luego cuando me enteré que habías sobrevivido creí que habíamos ganado, pero...

Lincoln levantó una ceja, al ver que esa tal Hrist parecía estar aplicando presión de más sobre Hervör.

—Oye, ¿No crees que la estás abrazando demasiado fuerte...? —Lincoln se sorprendió una vez vio el rostro de Hrist, notando el enorme cambio en ella.

La expresión pasiva y preocupada de esa Valquiria había cambiado completamente. Donde alguna vez hubo una mirada tímida, fue reemplazada por una cara que reflejaba la furia más fuerte que Lincoln había visto alguna vez. El ojo de Hrist había pasado de un hermoso verde esmeralda a un enfermizo e intenso amarillo, apretaba los dientes, como si intentara soportar el no decir palabras que Lincoln en su vida habría escuchado, hasta que finalmente no pudo soportar más su impotencia y dejó salir unas palabras.

—Dioses de mierda... ¡DIOSES DE MIERDA, ESA VICTORIA ERA NUESTRA, VOY A ENCARGARME YO MISMA DE...!

—¡Auch, eso duele!

Al oír las palabras de Hervör, el ojo de Hrist volvió a ese color verdoso y rápidamente se apartó de su hermana, la cual había vuelto a sentir el dolor de la herida que Hajun le había provocado en el combate.

—Oh no, perdóname, querida. Yo...

—Hrist. —La interrumpió Brunhild, la cual comenzó a caminar hacia su hermana.

Hrist sintió mas preocupación al ver como su hermana mayor se acercaba firmemente hacia ella.

—Agradezco que estés aquí, hermana —Comenzó la Valquiria mayor. —. Lamento interrumpir tu... momento con Hervör. Sin embargo, quiero pedirte que...

—Sea la Volund de alguien, ¿Verdad?

Brunhild se quedó callada un momento, pensando en que decir para convencerla.

—No te preocupes, hermana —Sonrió levemente, y luego volteó a ver a Lincoln. — Después de lo que mostró este chico, ahora ya no tengo ninguna duda de que realmente podemos ganarles a esos mierdas. —Miró a Brunhild una vez más, la cual, esta vez estaba sonriendo al ver que su hermana estaba totalmente dispuesta a combatir por ella. —. Justamente había llamado a nuestra próxima combatiente.

Lincoln levantó una ceja.

—¿Próxima? —Preguntó extrañado, uniéndose a la conversación. — ¿Osea que el próximo que va a pelear no será una variante mía?

—Pues no —Respondió. —. De hecho, ya debería llegar ahora, supongo que está tardando un...

La puerta volvió a abrirse. Los cincos vieron a la puerta, viendo a una muchacha de cabello negro. Lincoln vio incrédulo lo que tenía en frente. Era ella. Pero varios años más joven.

—¿Lucy?


Heimdall estaba muy emocionado. Estando en medio de la arena, jamás creyó llegar a este punto del Ragnarok, con el tercer combate a punto de comenzar, imagínense cuando el llegue al último.

Hades estaba de brazos cruzados, sentado junto a su hermano Zeus. En un principio quería volver al Helheim, pero viendo la insistencia de Hermes y Heracles, decidió quedarse... pero eso no significaba que no se volvería a quedar dormido en medio del combate.

—Creanme, muchachos —Dijo Zeus de la nada, esperando que Heimdall ya presente a los peleadores e inicie el combate de una vez. —, si bien hice que Hermes no participe, el próximo luchador nos va a asegurar otra... ¡Oye, presta atención, Hades!

Hades estaba fijando su vista a un periódico sin prestarle atención, lo que molestó a Zeus no fue eso, lo que lo hizo fue que justo estuviera leyendo uno del siglo diecinueve.

—¿Hmm? Ah, ¿Decías algo, pequeño?

—¡Te he dicho que no me digas...!

—¡DIOSES, DIOSAS, DAMAS Y CABALLEROS! —Después de tanto de espera, finalmente Heimdall finalmente comenzó a anunciar el inicio del combate. — ¡DESPUÉS DEL TERCER COMBATE EL CUAL HASTA EL DÍA DE HOY TRAJO VARIAS OPINIONES DIVIDIDAS, ACABAMOS DE LLEGAR AL TERCER COMBATE! —Señaló hacia la puerta donde debería salir el combatiente humano. — ¡¿ACASO LOS HUMANOS FINALMENTE LOGRARÁN LLEVARSE LA VICTORIA POR PRIMERA VEZ DESPUÉS DE TENER DOS APLASTANTES DERROTAS?! ¡¿O TERMINARÁN VOLVIENDO A SUCUMBIR A LA IRA DE LOS DIOSES?!

Mientras los humanos gritaban por la victoria del próximo participante... La puerta se abrió, y Heimdall, sonriendo, empezó presentarla.

—¡NUESTRA PRÓXIMA PELEADORA SERÁ UNA NIÑA...! ¡¿PERO ESO SIGNIFICA QUE SUCUMBIRÁ ANTE LA IRA DE LOS DIOSES?! ¡¡CLARO QUE NO!!

La chica de un traje negro del mismo color de su cabello comenzó a caminar hacia Heimdall, tenía una piel muy pálida, con botas negras y en su mano llevaba una pequeña sombrilla de color morada. Incluso con su cabello cubriendo sus ojos, se notaba un aire de decisión en ella mientras caminaba.

—¡ELLA ES POSIBLEMENTE LA PORTADORA MÁS PELIGROSA DE SU UNIVERSO, PUES POR ALGO FUE LLAMADA PARA EL RAGNAROK, SI HAY ALGUIEN QUE TENGA QUE RECLAMAR UNA VICTORIA DEL RAGNAROK, MUY SEGURAMENTE SEA ELLA!

Finalmente, señaló a la niña, la cual había llegado a su lugar en la arena.

—¡CON USTEDES, LA PORTADORA DEL RAGNAROK: LUCY LOUD!

Los humanos en las gradas gritaron a favor de su representante, aún cuando habían perdido las dos rondas anteriores, aún tenían fe en que de alguna forma podrían salvarse.

Heimdall sonrió, señalando al otro lado de la arena, dónde la gran puerta se abrió.

—¡Y CON USTEDES...!

Una gran figura comenzó a caminar hacia el centro de la arena. Tanto dioses como humanos quedaron en silencio, presenciando algo que jamás habían visto. Era grande, aproximadamente del tamaño de Hajun, con una piel metálica de color gris oscuro con varias líneas al rededor que brillaban de un resplandeciente rojo, con cuatro ojos del mismo color. En la parte izquierda de su rostro, tenía varias grietas y abolladuras, como si hubiera recibido un gran daño reciente en esa zona.

—¡ESTE MONSTRUO VIENE DE UNA TIERRA DONDE SOLO EXISTE LA NADA, DESOLACIÓN Y DESTRUCCIÓN FUE LO QUE QUEDÓ LUEGO DE QUE ESTE SER NACIERA! ¡SU MERA EXISTENCIA AHORA ES PARA TRAER DESTRUCCIÓN A ESTOS ASQUEROSOS SERES!

El no tenía arma a difereia de Lucy, sino que parecía que se limitaría a usar sus puños. Cuando llegó a ver a su pequeña combatiente, incluso para ser un robot... Sonrió.

—¡CON USTEDES, LA MAQUINA ASESINA DEL RAGNAROK, OMNIIIITROOOOON! —Luego de eso, dio un gran salto hacia atrás para quedar fuera del rango de ataque de algo. — ¡Y AHORA: QUE COMIENCE LA PELEA!

Hades al verlo, se tocó la barbilla, pensativo.

—Vaya, un... ¿Robot? Esta vez te luciste, hermano...

Hades volteó a su lado, pero solo se encontró a un Hermes confundido mirando la silla vacía de Zeus.

—¿Zeus? —Volteó hacia Hermes. — ¿En dónde rayos se metió el enano que tienes de padre?

—No lo sé —Respondió extrañado, encogiéndose de hombres. —, yo solo venía de hacer té.

—Oh, genial, ya estaba sediento... —Hades levantó una ceja. — Bien, ¿Y dónde está el té?

Hermes acercó su mano a la boca y soltó un eructo.

—Me lo bebí.

Hades suspiró.

—Hasta cuando voy a dejar de sufrir esta tortura...


Llevó otra papa frita a su boca, dejando la bolsa a un lado de la cama y acomodándose más para prestarle atención a la televisión transmitiendo el tercer combate.

Soltó un pequeño silbido de sorpresa.

—¿Un puto robot? Este Ragnarok no hace más que mejo...

Un pequeño chirrido interrumpió sus palabras. Nega volteó confundido a la puerta abriéndose, dejando pasar a un pequeño anciano delgado de cabello blanco y larga barba vestido con una toga.

—Oh, lamento las molestias, muchachito... Tu nombre era Nega, ¿Verdad? —El anciano lo saludó con una voz algo rasposa.

El monstruo del Ragnarok levantó una ceja, pero siguiéndole el juego, se sentó en el borde de la cama.

—Claro. Y usted es...

—Vaya, ¿Dónde están mis modales? —Se acercó, extendiendo su mano para darle un apretón, el cual chico le correspondió de buena gana. — Puedes llamarme Zeus, muchachito.

Nega levantó una ceja. ¿Zeus? ¿Ese pequeño, delgado y decrépito anciano? Pero al cabo de unos segundos, recobró la compostura.

—Bueno... En casos normales me reiria en tu cara. No obstante, considerando las... "cosas" que he visto otras cosas, digamos que te creeré. ¿A qué has venido, Dios del Olimpo?

—¡Vaya! —Zeus soltó una pequeña y corta carcajada. — Directo al grano justo como me gusta. Me agradas, chico, así que lo diré rápido: —Puso sus manos detrás de si para dejarlas descansar. — No sé si habrás escuchado, pero debido a lo que pasó en el combate anterior, pero debido a ciertas... circunstancias —Pareció decir eso con cierta amargura. —, nuestro bando ha perdido a dos representantes. —Miró la televisión. — Ese ser de ahí, Omnitron, es uno de nuestros reemplazos, específicamente, de mi hijo Hermes. —Volvió a ver a Nega. — Sin embargo, aún nos falta otro representante para llenar los cupos. ¿Entiendes a lo que quiero llegar, pequeño? He visto tu historial, así que no tengo la menor duda de que eres posiblemente el segundo participante más valioso para el bando de esa molesta Valquiria.

Nega llevó su mano a la barbilla. Ese anciano, Zeus o no, le parecía realmente interesante. No por querer traer un humano a su bando, sino por algo más obvio: Querer fastidiar a Brunhild. ¿Y quién era el para evitar eso al momento de hablar de la zorra que quiso encerrarlo en esa habitación hasta que sea su turno?

Sonrió de oreja a oreja, y Zeus también sonrió cuando creyó que ya lo tenía.

—Te escucho, Dios.


Bueno... no creo que la pelea dure más de dos capítulos (A partir del siguiente, obviamente).

Por si se preguntan, la Lucy que luchará esta vez será la que es del fanfic "En el centro de la locura" de Luz sin vida. Aún no sube más de un capítulo, pero al igual que su Spider-Linc de Héroes y Monstruos me dio el permiso de usarla.

El fin, nos vemos en una semana.