Vivir con una mujer, después de tantos años viviendo con varones, fue una experiencia, un poco estresante para el chico Loud.
Y no es que le incomodara vivir con su amiga, solo que una parte de el, se acostumbro a los sonidos y olores de una residencia exclusivamente masculina.
Eructos, flatulencias, entre otros muchos sonidos, y olores de difícil catalogo, fueron su día a día durante sus dos primeros años de universidad.
Así que el cambio fue esperado, pero a la vez lento y desconcertante.
Sid planifico un calendario de tareas para limpiar, a el le tocaban algunas y a ella otras, si los dos ayudaban, vivirían en un lugar mas limpio y feliz, fue el argumento de su amiga.
Y entendía eso, pero a un así, esa mañana sentado en la barra de la cocina, desayunando una rebanada de pan tostado, por alguna extraña razón, no podía dejar de ver las flores.
Tulipanes, para ser mas exacto, adornando el jarrón que su madre, le envió para decorar su habitación, cuando inicio la universidad, el mismo que pasara dos años en una caja escondida debajo de sus demás pertenencias.
Ahora lucia en la mesa que tenían en el pequeño espacio que vendría siendo el comedor.
Sonrió tímidamente, no sabia por que, pero el ver las flores que su amiga eligiera, dentro del jarrón de su madre, lo volvía mucho mas feliz por las mañanas, sin una razón aparente.
Gracias de nuevo, por leer esta pequeña historia, agradezco su tiempo y cualquier mensaje que justen dejar, sin mas por el momento que la fuerza los acompañe.
