La suave voz de Ella Fitzgerald, inundaba el departamento, mientras ambos jóvenes bailaban lentamente en el centro del mismo.
Hacia unos días que Adelaida, regresara a casa de sus padres, después de una visita por demás movida.
Dejándolos de nuevo solos, con sus inseguridades, deseos, y esperanzas.
El sonido, del disco de vinilo trasmitía los sentimientos tanto tiempo enterrados, como solo un viejo disco de vinilo, puede hacer.
Sid recargo su rostro al pecho de Lincoln, mientras el la abrazaba un poco mas fuerte contra su cuerpo.
Desde hace unos minutos ya solamente giraban suavemente sobre su propio eje, dejándose llevar por la música de la gran diva afro-americana.
Ninguno dejo nada, cuando sus labios se encontraron nuevamente para besarsarse, como solo ellos podían hacerlo.
Unas horas después.
El tocadiscos , hacia mucho que dejara de sonar, dejando en el ambiente suaves sonidos de amor, de una pareja dispuesta a unirse en cuerpo y alma en esta ocasión.
